[Invasión] Las semillas del Caos
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23 de Marzo del 16 D.K
2:30 pm
País de la Hierba, Kusagakure no Sato 

En un pasillo estrecho y arreglado, pareciendo más bien un túnel de escape por su poco arreglo e iluminación escaza, se sonaban pisadas, pisadas frenéticas, constantemente repetidas como si alguien estuviese tratando de salir de alli, en su desespero se empeñó a correr tratando de ver la luz, una luz que no encontraría, no allí. Pasados unos segundos se escucharon otros pasos apresurados en ese túnel, fuertes y firmes, detrás del albino quien miraba hacia atrás quien miraba hacia atras exaltado y ya sintiendo la fatiga de correr, solamente quedaba esperar que lo alcanzaran y capturasen. Pasos más apresurados que los anteriores resonaron en ese lapso de tiempo...no pasó mucho tiempo hasta que fue derribado contra el suelo por otro chico de su edad y tamaño, quien miraba al albino con seriedad y desinterés, estaba en su trabajo perseguirlo y capturarlo, ahora debía darle su merecido castigo...

Al final del pasillo había una oficina, bastante arreglada y rústica, en sus paredes se veían imagenes de condecorados comandantes del ejército de Kusagakure a lo largo de su historia, del primero hasta el más reciente, cada uno vivió en epocas de guerra y conflicto, lo cual marcó la historia de la aldea y forjo su dureza y determinación. En la sala había una sola puerta, donde detrás de ellas se escuchaban pisadas, una vez más pisadas fuertes y firmes pero con un detalle más, su paso era más lento, como si la persona que estuviese por salir cargara algo encima de sí, algo pesado que representara una dificultad trasladarlo.

Una vez se abriera se vería todo un espectáculo allí. -¡Maldito hijo de perra no soy una princesa para que me estés cargando de esta manera!-. Grito a todo pulmón el albino del pasillo anterior, que estaba siendo llevado por su captor atado de pies a cabeza como un saco de patatas a su espalda, el chico que lo llevaba solamente se reía de las quejas de su compañero, quien parecía una nenita chillando por todo. -Jajaja... misión cumplida mi general, la princesa de los escapistas ha sido capturada y esta lista para su encierro-. Dijo de manera burlona mientras su boca hacia una mueca muy poco disimulada de aguante tratando de evitar reírse nuevamente ante su superior.

-TAROKICHI, CUANDO ME LIBERE DE AQUÍ ESTAS MUERTO-. Gritó de manera eufórica luchando contra su reestriccion para pegarle un golpe a su amigo, pero no podía, no podía siquiera moverse correctamente. El sujeto que estaba a unos 2 metros de ellos apunto de sentarse en la silla principal al frente del escritorio observaba la situación sin empatía ni gracia, tomando las acciones de sus aprendices como meros juegos de niños chiquitos. -Tarokichi, felicidades por hacer al pie de la letra la práctica de captura y completarla satisfactoriamente sin complicaciones, ahora suelta a Murata que parecen marido y mujer-. Dijo mirando seriamente al dúo de payasos para después observar el techo. -Desatalo, que iremos a visitar a una persona que no querrá ver sus payasadas-. Negó con la cabeza y tocar una zona del techo repetidas veces, el techo estaba roto?, no, era algo más que eso.

El grupo recorrería la aldea, viendo orden que se imponía por sobre toda persona que vivía allí, y los avances que habían logrado a lo largo de los años, era una aldea estéticamente bonita y pacífica, rodeada por árboles y bosques silvestres dónde la vida florecía en cada minuto, en cada segundo y en cada momento en que los humanos disfrutaban su existencia. Después de vagar aparentemente sin rumbo llegarían a su destino, una de las paredes que marcaban el límite de la aldea, porque llegarían allí?, acaso estaban perdidos en su propia aldea?, no, claro que no, los shinobis de alto rango siempre tienen secretos cof cof y rutas secretas cof cof.

Unos metros a la derecha de dónde habían llegado existía una cabaña abandonada, para nada moderna y peor de todos destruida casi en su totalidad, como si un incendio hubiese tragado esa vivienda y todas las personas que residían en ella. -Ni pregunten, solo síganme-. Miro hacia atrás a los novatos quienes prestaban atención a sus palabras, sintiéndose aliviado de que lo hicieran el experimentado shinobi se adentró a la cabaña siendo seguido por sus pupilos. Una vez adentro con algo de inquietud en sus acciones se dispuso a buscar algo en la pared, al parecer no recordaba su ubicación o era complicado de encontrar, pero las preguntas se esfumaron de la cabeza de los chicos cuando después de quitar una foto quemada del marco, atrás de ella se vio un pequeño botón y al lado de este lo que parecía ser un micrófono pegado a la pared, el general con impaciencia le habló al micrófono presionando el botón. -Le habla Shirou Satsuki, comandante del ejército de Kusagakure, necesito que me den acceso porfavor, tengo de acompañantes a los nuevos reclutas de la división de defensa de la aldea-. Dijo para dejar de presionar el botón y esperar una respuesta.

Posteriormente de las palabras del shinobi de alto rango una vía se escucho del micrófono, era la de una mujer joven, quien les contestaba desde otra ubicación. -Lo siento mi señor, para eso aunque sea usted también debe responder con las normas de cualquier shinobi de la división de defensa, ingrese contraseña porfavor-. El rubio se quedó con la mirada hacia abajo decepcionado de sus propios pupilos que aún sabiendo que era el gracias a una de las cámaras de seguridad ocultas en la cabaña no eran capaces de cederle el paso sin la contraseña, era por corroborar pero para su superior era un fastidio, con cabeza gacha se resignaba mientras le caían encima las miradas llenas de lágrimas de los reclutas atrás de el, quienes intentaban aguantarse la risa. -Asegurar, proteger y Retener-. Dijo el shinobi para que después una puerta se abriera al lado del micrófono, era un pasillo oscuro, con algunas luces que iluminaban su interior, como las únicas linternas existentes en el vacío.

Cruzaron el pasillo sin más complicaciones, más por las molestías entre los compañeros del general quienes no dejaban de bromear de lo sucedido anteriormente. Ahora con llegar al final del pasillo verían que el túnel se alargaba un más, estaban dentro del sistema de túneles en las barreras de la aldea, un sistema matemáticamente calculado que tenían los imponentes muros de la aldea en su interior, donde si iban a las zonas correctas podrían ver a ninjas encargados de la vigilancia con todas las cámaras de seguridad a lo largo y ancho de los alrededores de la aldea y algunas zonas de sus interiores. Antes de ir a su destino una mujer los detendría en el acto, vestía una ropa similar a la de Shirou, así que podrían darse cuenta que era una Shinobi con gran peso en las divisiones de Kusa. -Saludos comandante, señores de la división de defensa...mi nombre es Kara Miyamizu, comandante de la división de vigilancia de la aldea, que los trae por aquí?-. Pregunto amablemente la mujer para saber porque estaba un comandante de división de visita. -Un gustó verte de nuevo Miyamizu, quería saber si han encontrado algo nuevo en este tiempo-. Fue al grano, sin vacilar mucho entre preguntas vagas, era importante saber el reporte de parte de la persona encargada de todo eso, miraba hacia atrás a los jóvenes esperando que prestarán atención, y efectivamente, aunque no de la forma que mejor le gustaría. -Seguro, no hemos detectado anomalías en los alrededores ni en los adentros de la aldea, sabes mejor que nadie que si pasara algo yo sería la primera informada...tsk, se que estás preocupado por todo esto, la noticia del ataque a Hoshigakure puso todas nuestras alarmas al máximo rendimiento posible para evitar que suceda un escenario de tal magnitud, y si sucede las perdidas serían pocas, además tengamos en cuenta que también está el superior Kurogane respaldando al Kusakage, tendríamos su ayuda de todas maneras-. Comentó la mujer intentando que su compañero de comandancia se relajara, pero no sabía porque, algo le decía que con todo y eso podría suceder algo peor. -Desearia poder reafirmar con seguridad tus puntos-. Concluyó, estando a la defensiva casi la mayor parte de la semana después de la noticia de Hoshi.

La aldea estaba tranquila por ahora, shinobis de las distintas divisiones estaban en misión o vagando por las calles de la aldea, lo que si era seguro es que invadirla teniendo un sistema de detección y defensa tan amplio no era tan simple como podría decirlo un soñador, además de que los secretos y misterios de la aldea no estaban tirados a simple vista por allí.

Shirou Satsuki

Kara Miyamizu

Murata

Tarokichi

Mapa

Notas
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Estadísticas de Aoi

23 de marzo, 16 D.K.
A kilómetros de Kusagakure, saliendo del cuartel de Kakusei, horas de la madrugada


El grupo organizado se reunía a las afueras de su cuartel, en la oscura noche de los bosques de la Hierba. Aoi reposaba en un árbol, esperando al resto de sus compañeros. Cuando vio a todos llegar, decidió bajar de un salto, flexionando sus rodillas y permaneciendo en esa posición, como hacían los felinos. Cargaba su banda de Konoha en el brazo y una capa negra que cubría su habitual uniforme. — Bueno, al fin. — comentó, intentando localizar a Denji y Samuru a la rapidez, y esperando que, conforme a los planes, estuviesen ya cerca suyo.

— Antes de partir, como parte del grupo de avanzada e infiltración, quería comentar lo que yo creo será lo mejor para entrar a Kusa. — Aoi realizó una pausa y tomó aire. — Deberíamos entrar en grupos, separados entre nosotros por un lapso de 2 horas, aproximadamente. Si entramos como un grupo completo, obviamente levantaremos más sospechas y no tendremos cómo justificarnos. Al entrar distanciados, evacuaremos dudas sobre nuestra supuesta relación. Y esto me lleva al segundo punto: no deberíamos mostrarnos juntos o comunicarnos a la vista de todos dentro de la aldea. Será mejor que mantengamos las apariencias en todo momento. Cada grupo tendrá su coartada para el ingreso, y creo que deberíamos estar seguro de que, en cualquier aldea ninja, los estarán vigilando. Eviten realizar técnicas al aire libre o en sitios donde puedan descubrirlos. Elijan mejor espacios cerrados o callejones oscuros, si es posible. —. Se incorporó, irguiéndose, y observó a Adan. — Cuando ingresen a la aldea, intenta comunicarte con nosotros. Para ese momento, seguramente ya tengamos alguna información relevante, y además les daré la ubicación de los uniformes. Como les pedí, espero traigan consigo su documentación. Si van a generar revuelo o iniciar un conflicto, será mejor que estén identificados como fuerzas de Kusagakure. Esto nos dará chance a que los civiles crean que se han formado conflictos internos en la milicia, y la voz de una oposición interna se comenzará a expandir. Asegúrense de avivar esos rumores lo más que puedan; la información será un punto muy importante. —. Tras dar sus indicaciones, siendo que junto a Samuru y Denji comandarían el primer grupo que ingresaría, realizó una leve reverencia y partió rumbo a Kusa con sus dos aliados. — Nos vemos en el campo de batalla, compañeros.

Durante el camino, recordaría al dúo el trasfondo de su ingreso a Kusa. — Lo recuerdan, ¿no? Denji y yo somos tus escoltas, Samuru. Tú eres... tú mismo, un comerciante muy ambicioso que ha llegado a Kusa a hacer negocios y expandir las fronteras de tu emprendimiento. Has contratado a dos shinobis de Konoha como tu escolta personal, pues manejas mucho dinero y temes de las bandas de forajidos. — lo reojeó, mientras saltaban y corrían entre ramas de árboles y la oscuridad del bosque de la Hierba. — Con Denji nos encargaremos de llevar la documentación al puesto de control. Intentaré tomar contacto con alguno de los shinobis de allí, y tendremos nuestro primer hilo de donde tirar. Ojalá quien esté de guardia sea un veterano. — carcajeó.


23 de marzo, 16 D.K.
Puertas de Kusagakure no Sato, 07:10 AM

La claridad ya había asomado. Con el sol creciendo desde el alba, el trío llegó a la entrada de Kusa y realizó la fila para el ingreso a la villa. No sabían si estaría muy transcurrida en ese horario, pero era una hora en la que las caravanas o comerciantes solían ingresar a las aldeas para iniciar con la actividad comercial durante la mañana. Llegados al puesto de control, Aoi extendería su mano hacia Samuru y Denji, solicitando su documentación real (aquella que los identificaba a Denji como shinobi de Konoha, y a Samuru como un comerciante errante originario de la Estrella).

Acercándose al puesto de control junto al chico de cabellos blancos, Aoi pondría su mejor sonrisa, aquella que le ayudaba a ganarse a todo el mundo en ocasiones. — Buenos días, colegas. — realizó una leve reverencia a quienes estuviesen en el puesto de guardia de la entrada. — Venimos a escoltar a este muchacho. Es un comerciante bastante exitoso, así que nos ha contratado para que le cuidemos el culo. — comentó por lo bajo, como si estuviese intentando que Samuru no oyese, y realizó una mueca chistosa a los guardias. — Estamos de paso. Nos quedaremos unos días, mientras el joven Samuru realiza sus negocios. De paso, no voy a ocultar que jamás estuve aquí y como viajero también me llama la atención conocer lugares nuevos. — dijo con un brillo en los ojos, como si de un niño entusiasmado se tratase. Sacó la documentación de los tres, incluyendo la suya propia que lo identificaba como Aoi, y la entregó al guardia. En el acto, aprovechó para tocar la mano del sujeto, guardando así su huella de chakra, y accediendo a los recuerdos del mismo de 7 días anteriores completos. Aoi pareció perderse con tanto torrente de información ingresando en su cabeza durante un instante, pero rectificó enseguida, con otra sonrisa amable. En su cabeza, intentó ordenar los datos, para ser eficiente: nombres y rostros de shinobis y figuras de autoridad de la aldea, divisiones militares y sus ubicaciones dentro de la villa, ubicaciones de lugares de interés e importantes, y toda información que pudiese ser relevante y ese shinobi hubiese poseído. Como miembro de la guardia, Aoi supuso que no era un simple cuatro de copas, pues no encargarían una tarea como controlar los ingresos a un genin recién graduado.

Hitosashi Senmasuku

Esperaba que su entrada fuese exitosa. Aguardó a que los guardias controlasen su documentación e hiciesen lo que tuviesen que hacer, antes de que les permitiesen ingresar. Mientras tanto, observó un poco desde su lugar y discretamente, la gran tecnología y belleza que se veía ya desde las puertas. Y es que la Hierba era pionería en ciencia y tecnología, un dato que no sería inteligente ignorar.

OFF y RESUMEN
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Última modificación: 24-04-2024, 03:57 PM por Samuru.
Estadísticas de Samuru



23 de marzo, 16 D.K.
Puertas de Kusagakure no Sato, 07:10 AM

Llega el día, ese que tanto ha esperado, que tanto ha soñado. Finalmente es hoy. ¿Saldrá vivo de la epopeya que se viene? Nadie puede asegurarlo, quizá todo termine en fracaso y ninguno de los involucrados pueda vivir para contarlo. Pero ¿por qué ser tan pesimista? Es solo un negocio más en donde nuestro protagonista debe buscar incrementar sus números. Es un día como cualquier otro, uno en donde debe seguir sobreviviendo. De eso se trata este mundo en el que todos vivimos.

Cuento contigo para que no digas nada. — De manera sorpresiva, se aparece junto a Aoi antes de que el de cabellos azules opte por bajar del árbol. Al mismo tiempo, lleva el índice derecho a sus labios, dando una señal de “silencio”. A estas alturas, Samuru ya sabe que Aoi pudo indagar en sus recuerdos, por lo que sabe todo aquello que el de sombrero oculta. Obviamente, si se entera de que él decide hablar de más, nuestro humilde amigo no tendrá más opción que usar la fuerza para cerrar su boca. Espera no tener que llegar a ese punto y que las palabras dichas antes sean más que suficientes.

El mismo Aoi es quien toma la batuta sobre cómo deben proceder. Aparentemente, Samuru compartirá equipo con él y Denji, algo ya discutido en la reunión de hace pocas semanas. Si bien considera peligroso ser el primero en entrar a terreno enemigo, no se coloca nervioso. Después de todo, solo debe hacer lo mismo de siempre, ingresar a una nación para vender sus productos. Claro, eso derivará en una especie de guerra en donde todos deberán pelear para hacerse con la nación invadida. Pero ese es solo un detalle y viene después. Por ahora, solo debe seguir en su papel de comerciante, algo que tiene más que perfeccionado.

De acuerdo, nos vamos entonces. No nos extrañen. — Menciona al resto de integrantes de la organizaciones, quienes deberán entrar a la aldea horas después que el primer equipo.

Un dato importante es que Samuru se considera seguro yendo en el mismo escuadrón que Denji. No olvidemos que hace no mucho le entregó dinero que necesitaba para un arma, supuestamente. El intercambio es un favor a deber, por lo que en caso de necesitarlo, no dudará en obligarlo a pagar en medio de la guerra. Su propia supervivencia es la prioridad dentro de su mente. No quisiera sacrificar a otros, pero todos deben tener en mente que en este tipo de casos lo normal es perder soldados. Eso sí, todos deben tener la confianza y ambición necesarias para querer obtener una victoria perfecta. Nadie muere, nadie sale especialmente perjudicado.

Pero no siempre se logra lo que se quiere. De lo contrario, la vida sería muy sencilla.

Durante el camino, Aoi habla y habla. Samuru solo suspira. — Sí, sí, tranquilo. No es la primera vez que hago algo como esto. — No es lo normal tener escoltas, pero tampoco es que nunca los haya contratado en ciertas situaciones. ¿Será que el ninja de Konoha se encuentra un poco nervioso? O solo es que no confía en el resto, lo cual no es de extrañar. Es la primera vez que trabajan juntos. — Solo espero cumplan lo de protegerme. Si muero, perderán mucho dinero. — Mentira no es.

Debido a que se encuentran en el mismo país, el viaje no es demasiado largo. Llegan sin problemas a la entrada de la aldea donde necesitan obtener el permiso de ingreso. Es el sensor el primero en hablar, pero Samuru no pierde oportunidad en interactuar. — ¡Buenos días! — A simple vista, en su hombro lleva un saco con la mercancía. Del mismo se encarga de sacar un afiche publicitario de él. Se trata de una caricatura de Samuru y letras que explican que vende por todo el mundo distinta clase de productos, queriendo unir los diferentes comercios y culturas. Con todos los años que lleva dedicándose a esto, posiblemente en la aldea varios lo hayan visto antes, tal vez hasta el mismo guardia.

Si gustan, pueden revisar mis productos. — Y coloca el saco en el piso. No tiene problema con que vean el contenido, pues son productos normales. Adornos de distintas partes del mundo, incluso pequeños paquetes de café que ha ido comprando en distintas tierras, incluso de cierta mujer en Sunagakure hace no mucho tiempo. Respecto a armas y cosas así, todo va guardado en pergaminos dentro de sus ropas. No lleva nada a la vista.

No hace o dice nada más, simplemente espera a que se haga la respectiva revisión para ingresar a la nación. Observa atento los movimientos de Aoi, pues es quien más protagonismo tiene en este inicio. Sin duda no pierde tiempo. Por dentro, Samuru sonríe. Pero por fuera, mantiene aquella expresión amable que siempre enseña a todos. No se le nota ningún atisbo de nerviosismo.

Resumen
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Estadísticas de Fujitora Kaguya

09:00 h, 23 de marzo, 16 D.K.
Afueras de la base de Kakusei - Puertas de Kusagakure.


El momento al fin llegó, y tras múltiples preparativos, al fin los miembros de Kakusei se destinaría a mover ficha sobre aquel mundo corrupto con la intención de cambiarlo a placer, hacia una meta más justa y real, fuera de los dominios del sistema actual y que tantas angustias creaba. Los pasos por el pasillo de salida resonaban en el silencio de la madrugada y en el silencio de los propios miembros, las capas ondeaban y el chasquido de Teitoku a mi caminar contra el suelo se hacía eco entre las baldosas de piedra. La oscuridad de la madrugada se cernía aún sobre la zona dada la hora, pero era innegable de que faltaría poco para el amanecer, al menos unas horas, las mismas que quedaban para la culminación de nuestro cometido. El joven Aoi se otorgó la palabra para recalcar los detalles de lo planeado así como el orden de llegada, y asintiendo con la cabeza, acompañaría lo que iba diciendo el chico con la colocación de la capucha gris oscuro que tanto usaba en Kusagakure, dando por concluidos mis humildes preparativos.

- Kaito, Kaname y Adan, y también el grupo de retaguardia, me he tomado la molestia de estudiar las calles de Kusagakure con la falsa tapadera de pedir limosna todo este tiempo, como un civil ciego que vaga por la villa y otras localidades, por ello, os indico desde aquí que nosotros 4 quedaremos para encontrarnos justo en la plaza de la entrada sur, donde también quedarán los refuerzos de la retaguardia para vigilar nuestra espalda, todos deberíais de ver un gran edificio a la izquierda una vez lleguéis a ella, resalta sobre los demás y es fácilmente reconocible, nos veremos en sus cercanías ¿De acuerdo? Sed cuidadosos y no forméis escándalo, si empezamos a tener trabas en la misma puerta, habrá que actuar de inmediato y todo se vendrá abajo... tampoco nos conviene utilizar la fuerza bruta antes de lo calculado -

Esperé un tiempo prudencial para que los compañeros asimilasen la información para el punto de quedada, tampoco es que fuera una indicación compleja, pero esperaba que quedase clara.

- Bien, andando -



De árbol en árbol, fui saltando tras mi despedida del grupo, los abandoné hasta internarme en el bosque que rodeaba la villa, y en el conjunto de ramas y vegetación un único sello de manos fue creado con la intención de ocultar mi chakra a terceros, con él, pasaría aún más desapercibido entre el resto y por consiguiente tomado como un civil cualquiera, como el ciego errante que tan acostumbrados estaban a ver en Kusagakure.

Chakra no Yosei

Mi avance por el terreno cambió a tomar uno de los caminos que se internaban en la villa por el sur, bajé de los árboles para tomar la normalidad que debería de aparentar andando por el basto camino de tierra que conducía hasta la villa, atravesando y recortando las proximidades que me separaban de la puerta del sur. En el clima se percibía una ligera humedad mañanera que el sol poco a poco acabaría por despejar, pero se notaba aún en el ambiente los últimos coletazos del rocío de la madrugada. Sentía en mis pasos la ferviente necesidad de que todo saliera acorde al plan, con éxito, pero era innegable que en mi interior se removían ciertos sentimientos iracundos que conmovían mi ser, y la macabra presencia que hace unos meses atrás presencié manifestar, cobró cabida de nuevo como una chispa que incendiaría todo el bosque.

- Ahí está, es el momento -

Me dije hacia mis adentros tras contemplar la puerta de la aldea, para distraer aquella innecesaria sensación oscura, pues debía de anteponer el bien común al propio, no iba a permitirme el desgraciado lujo de poner en riesgo tanto tiempo de preparativos y personas, pero a decir verdad, tenía que serme sincero, pues pese a que mi intención era mantener la calma y el raciocinio, me sentía ansioso por desenvainar a Teitoku ante la mínima oposición seria que nos contuviera. No mostraría piedad.

Realicé mi llegada a la puerta con la suma tranquilidad que portaba y transmitía durante todo este tiempo atrás, siguiendo mi estela de acciones durante mi estancia en Kusagakure, no era raro verme por su zona así como por sus calles, nadie reparaba en mí, ni nadie siquiera me dirigía la palabra, pues ¿Quién querría sacar una conversación provechosa al ciego destartalado de la villa?

- Buenos días caballeros... -

Dije saludando a los centinelas de la puerta, mientras sacaba la falsa documentación que me acreditaba como nativo de Kusagakure, con la cabeza al frente y semi flexionada obviando la ubicación exacta de los guardias, un indicativo crucial de la falta de visión de todo invidente. Apoyado en Teitoku para palpar el suelo y evitar obstáculos, esperé algunos momentos para que me dieran paso sin trabas. Bajo aquella túnica gris oscura encapuchado, aguardaría su permiso para internarme y llegar hasta el punto de reunión con los demás de grupo, si nunca había tenido ningún pero para entrar y salir de la aldea, esperaba no tenerlo ahora.

inventario

Teitoku

Falsa identidad - Samayoeru Mōjin, el ciego errante de Kusagakure.

resumen
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Última modificación: 24-04-2024, 07:31 PM por Renji Tanaka. Razón: Completar Spoilers
Estadísticas de Renji Tanaka


Sala de Reunión
Base de Kakusei - 09:30 h, 23 de marzo, 16 D.K

— ¿Ya se fueron? — Preguntó en voz alta para quienes estuvieran en la sala de reunión con él. El reloj marcaba la hora de partida aproximada del primer grupo, el grupo de infiltración. Posterior a ellos, debería ingresar el grupo de asalto para peinar la zona, sin embargo, aún faltaban algunas horas para ello, aproximadamente de 2 a 3 horas.

El rubio aún continuaba con los preparativos; quería estar seguro de llevar todo su equipamiento en orden y ocultarlo bien entre la pequeña caravana que había comprado hace poco, una carreta de tamaño personal de la cual él mismo podría tirar. Su cabello, atado hacia atrás y con anteojos plateados, se puso un poco de maquillaje para hacer un poco más definidas sus facciones; no era el mejor resultado, pero al menos en lo personal, creía que se veía convincente. Su cabello rubio con tonos rojizos fue cubierto por un tinte de cabello de color castaño, tal cual su fotografía de documentación.

De todas formas, esta identidad ya había sido usada anteriormente en algunos países de forma “no oficial”; esta sería la primera vez que la pondría en rigor contra una defensa tan absoluta como la de Kumogakure…

— Bien, recuerden, nos encontraremos cerca de la plaza central de Kusagakure; allí únicamente haremos un ligero contacto visual para confirmar que cada uno ha logrado entrar correctamente. Posterior a ello, busquemos los puntos más importantes de la logística de la aldea. — Hizo una ligera pausa. — Debemos golpear en su cadena de mando de manera indirecta. Busquen grandes mercados, hospitales, laboratorios, puestos de guardias de ser posible. — Añadió. Y dicho aquello, partió hacia Kusagakure.



Entrada Principal
Aldea de Kusagakure - 11:20h 23 de marzo, 16 D.K.

Los minutos transcurrieron y su grupo estaba cerca de la hora de ingreso, ya en los predios de la aldea y a unos varios metros de la zona de ingreso principal, debían limar los últimos detalles. Dentro de su caravana llevaba algunos objetos aleatorios que había traído desde su laboratorio en Kakusei, implementos nuevos y otros usados, muestras genéricas de vegetación aleatoria de distintos países y poco más. Eran contenedores pequeños con dobles fondos muy bien confeccionados por el propio Renji; madera importada de distintos sitios que esperaba no llamara la atención, después de todo, los compartimientos eran muy pequeños y no había objetos mayores a 50 centímetros, además de unos cuantos pergaminos que llevaban pegado por encima una cubierta falsa que contenía textos médicos y anotaciones…

Reposando bajo una pequeña sombra que proveía un arbusto, esperaba poder visualizar al resto del equipo, pero no fue el caso. — Esperemos que la “Feria” ya haya puesto la “carpa”. — Sonrió por lo bajo mientras revoloteaba ligeramente con la mirada a medida que se ponía de pie. Los pasos cortos del científico lo llevaron a la entrada, allí halaría una vez más de su caravana para dejarla a merced de los guardias. — Buenas tardes. — Extendió la identificación desde su pecho hacia uno de los soldados y de sus bolsillos retiró la documentación para entregarla con total confianza; sus ademanes, sumamente delicados y refinados, probablemente causarían alguna que otra burla, pero era parte del papel.

— Son muestras y otros implementos. La división de investigación de Kumogakure no ha sido para nada prometedora. — Negó un par de veces con la cabeza para expresar su decepción. El castaño esperaría entonces por la respectiva revisión para ingresar a la aldea.


Información de Personaje


Resumen
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23 de Marzo
A varios kilómetros de Kusagakure, punto de encuentro.
Era la hora de la verdad, y finalmente el día más esperado por cada integrante del Despertar, ha llegado, tras una exhaustiva investigación y preparación. — Ah... diablos, viejo, que sueño. — Diría en lo que Aoi aterrizó — Mierda, tengo mucha hambre. ¿Por qué no dejaron esto para otro día? Baaaah. — Es obvio que se está quejando, pero no quiere decir vaya a dar un paso atrás, es un Shinobi de palabra bastante capacitado. Dominar una Aldea no sólo requiere poder bélico, la habilidad estratégica y la psicología, son aspectos bastante fundamentales. Podrías ganar una batalla sin siquiera pelear, sólo necesitas la jugada y estrategia correcta.


Luego de bastante rato, escuchando los planes. Todo ese rato Denji, la pasó con una cara que evidenciada su natural mal humor al levantarse tan temprano, encima tenía hambre. No tenía nada que opinar realmente, debiéndose a que la estrategia está bien elaborada, en su caso, sólo tiene que seguir con su papel de comerciante. Tendra problemas con Konoha, ya que usará su propia identidad... Pero Denji no tiene a nada que meter, sobre todo porque no es una persona que comecta actos delictivos. Sin embargo, ahí analizando todo profundamente, también tiene una oportunidad que no dejará escapar. Todo su potencial será liberado.
— Eh, andando, imbéciles. — 



El viaje fue tranquilo, Denji viajaba con sus compas, manteniendo esa cierta personalidad silenciosa, en lo que estudiaba el terreno, disimuladamente. ¿Había algo qué perder? El pensamiento de quedarse con una Aldea Ninja, era ciertamente emocionante. Sus días como Shinobi honorable ya habían terminado, y la bestia que se mantuvo oculta durante diez años, será liberada para desatar toda ira y rencor, contra los más fuertes de la Aldea. Los daños colaterales, siempre están presentes en una guerra, aunque es la primera que va a vivir, su capacidad intelectual se mantiene estoica, firme y centrada. — ... — Denji vestía sus típicos ropajes, la diferencia es que el collar donde su arma de guerra está sellada, se mantiene oculta en su bolsillo delantero izquierdo del mono táctico, en el derecho estaba el pequeño pergamino de armas, con todo su arsenal sellado.


Aoi, fue el primero en hablar y casi al instante, se le uniría el muchacho comerciante. Los oficiales no le asustan para nada a nuestro amigo de ojos cian. Está tranquilo y no siente nada de miedo. Su ritmo cardíaco está totalmente estable, pese a los problemas que va a enfrentar en compañía de los demás integrantes de Kakusei. — Buenos días. — Sonríe como un niño inocente, mostrando su reluciente y cuidada dentadura, al mismo tiempo que sus grandes orbes cian permanecían ligeramente entrecerrados. Hace el papel de escolta silencioso, esperando la luz verde para ingresar a Kusagakure, junto a los otros dos. Sabe que es un riguroso proceso por lo que va a pasar, pero eso no importa. ¿Qué más da? Si es revisado no tendrá problema, en que vean sus pertenencias, aunque es bastante obvio, que un Ninja siempre está con armas encima...


Estadísticas de Denji



Resumen:: 
Denji se mantiene en silencio durante el viaje y saluda a los guardias, sin opinar mucho, con una sonrisa infantil y amigable. Aunque solo lo hace para no levantar sospechas.
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23 de marzo, 16 D.K.


A kilómetros de Kusagakure, saliendo del cuartel de Kakusei, horas de la madrugada



El grupo se reuniría mucho antes de su llegada a la aldea, con la intención de ultimar detalles y minimizar todo lo posible el margen de error. Probablemente la mayor dificultad de aquella invasión residía más en el cómo que en el qué.
Había pasado las horas previas al encuentro inspeccionando el bosque junto a Dogo. En el rato que dedicó a eso, no encontró nada que valiera la pena destacar, por lo que no vio necesario realizar advertencia alguna. 
Llegó después que Samuru y lo vio dialogar con Aoi, aunque fue incapaz de oír algo de lo que decían. Quizá su mal oído compensaba su gran capacidad olfatoria.
Escuchó luego a Fujitora, y asintió grabando en su mente el punto de encuentro. Le tocó estar en la retaguardia junto a la más nueva de los reclutas, probablemente por desconfianza a raíz de su rol de novato en Kakusei, o al menos eso pensaba. De todas formas, no le importaba hacerlo, ya que esa posición le brindaba la libertad de sumarse a cualquiera de las líneas de avanzada que necesitase una mano y una pata. Además, lo más importante era que su designación le permitía dormir un poco más, ya que recién les tocaría entrar pasado el mediodía 

-Finalmente es nuestro turno, Karai. Será mejor que nos marchemos.- si la Yotsuki estaba de acuerdo, el trío partiría rumbo a la entrada sur de la aldea. Una tarea muy fácil teniendo en cuenta que bastaba con seguir el rastro de Fujitora.

Ya en viaje, en parte por curiosidad y también por compromiso, Kuma le sacó charla a la kunoichi. -Y bien, Karai... ¿qué te trae a este rejunte tan extraño que llamamos Kakusei?

Entrada Sur

Aldea de Kusagakure - 13:30h 23 de marzo, 16 D.K.




Finalmente, ante ellos se encontraban las puertas de la aldea, ahora sólo restaba la mitad difícil del trabajo.
-Ah, por cierto, mi nombre es Cosmeshi Fulanitomaru, entusiasta estudiante de medicina originario del glorioso país de las aguas termales. Un gusto- Su semblante era completamente distinto, mucho más alegre. Estaba bromeando, o quizá no. Pero era su forma de compartir con Karai su identidad falsa y dar tiempo a la Yotsuki de pensar una coartada acorde en caso de querer entrar con él. De lo contrario, la esperaría caminando lentamente en dirección al punto de encuentro.

El jounin bajo su identidad falsa se acercó y cruzó la entrada Sur de la Hierba, entregando entusiasmado su documentación a los guardias que la custodiaban. Si Karai lo acompañaba, le haría una seña con su mano que, acompañada de una sonrisa, la invitarían rápidamente a hacer lo propio.

Una vez adentro, caminaría sin apuro hasta el punto de encuentro. Metido en su personaje, el cual estaba tan ansioso como él por descubrir los avances tecnológicos aplicados a la medicina la aldea. Por otro lado, esperaba que para ese entonces Aoi ya estuviese bastante avanzado con su parte.

resumen
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23 de marzo, 16 D.K.
A kilómetros de Kusagakure, saliendo del cuartel de Kakusei, horas de la madrugada.


Todavía me pregunto como es que acabé metida en esto —Karai se rascaba la cabeza, mientras observaba de reojo a su nuevo compañero. Apestaba a perro, pero igual lo toleraba porque parecía simpático y estaba guapo.

Mientras esperaba que el tiempo hiciera lo suyo, procuraba distraerse repasando mentalmente su guion para no centrarse en el pensamiento de que ese día podría morir. Sin embargo, había una pregunta que no dejaba de dar vueltas en su cabeza: Si moría, ¿Quién iba a cuidar de Suguru Gato?

La voz del Inuzuka la sacó de su breve trance cuando la hora llegó, y con un gesto de cabeza asintió obediente dispuesta a seguirlo. Era el momento de partir.

El viaje demoraría algunas horas. Aunque Kuma intentó sacarle charla, la Yotsuki se mantendría bastante callada, un claro indicador de que se sentía preocupada. Aún así, no ignoraría su pregunta:

Una estúpida esperanza —contestaría, esbozando una sonrisa y generando más interrogantes que certezas. No se explayó. Dejaría a Kuma con la duda, esperando que no le importase demasiado. No iba a decir que su principal motivación era el amor. No quería oírlo burlándose de ella.


23 de marzo, 16 D.K.
Aldea de Kusagakure, Entrada Sur - 13:30 hs.


Habiendo llegado a las cercanías de una de las tantas entradas de la aldea, ambos jóvenes se pusieron en papel. Karai le tendió la mano a su compañero, presentándose como si fuese la primera vez que se veían, y habló entonando una voz completamente diferente e irritable.

Yo soy Jun Nameko. Me dedico a la micología, quiero decir, ¡estudio el maravilloso mundo de los hongos! El placer es mío, S-Senpai... —Tuvo que aguantarse la risa— . ¿Sabía que uno de los organismos más grandes del planeta es un hongo?

Karai era una actriz innata, y gracias a su talento le costaría poco caracterizarse. Para su performance había adoptado parte de la personalidad de un personaje de una novela vieja, que había leído en más de una ocasión. No copió el aspecto, mas si otras cualidades. Se sabía de memoria cada línea, y podría actuar a la perfección su papel como si de una verdadera científica se tratase.

Con ambas manos, obviamente cubiertas por guantes de látex para evitar cualquier tipo de contaminación, sujetaba el asa de un gran contenedor plástico. Alrededor de la caja se podían apreciar símbolos que advertían sobre el biorriesgo. Nada para alarmarse, pero era necesario para evitar que alguien llegase a manipular su contenido con descuido y sin saber.

Dentro del contenedor había una decena de frascos esmerilados, por lo que a simple vista lo que había dentro de cada uno sería difícil de figurar sin destaparlo. Obviamente, contenían muestras de hongos, entre las que solo un experto como ella podría distinguir cuales eran inofensivos o venenosos. Cada bote llevaba números y letras escritos a mano, que pretendían especificar especies y otros datos.

En una bolsa de piel que llevaba colgando al hombro guardaba sus pertenencias. Contaba con su identificación y los correspondientes permisos para el transporte de material biológico. También llevaba algunos pergaminos con anotaciones científicas, una botella con agua, y una bolsa plástica con varios materiales de investigación y otros elementos descartables de los que dispondría profesional y adecuadamente ni bien ingresara a la aldea.

La joven Jun andaba casi a la par de su colega. Casi, porque le daba vergüenza caminar pegadita a su Senpai, lo que se notaba claramente en el color de sus mejillas. Al momento de cruzar por las puertas, imitaría al muchacho y amablemente enseñaría su documentación. Luego, retomaría su tímido andar detrás de él, ajustándose los lentes.

Solo y si acaso los shinobi que custodiaban la entrada lo requerían, estaría dispuesta a enseñar el contenido de la caja plástica. Por supuesto, antes de eso haría una necesaria advertencia:

Aquí hay diversas muestras de hongos silvestres, destinadas a la investigación. Pueden echar un vistazo, solo no manipulen los botes, por favor. 

Claro, no solo podían contaminarse las muestras, arruinando el trabajo, si no que además una incorrecta manipulación podía llegar a ser perjudicial para la salud de cualquiera. Tan solo respirar por accidente las esporas del hongo equivocado podrían enviarlo a uno con Diosito.

resumen

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Última modificación: 29-04-2024, 02:58 AM por Killua Yotsuki.
Sala de Reunión
Base de Kakusei - 09:30 h, 23 de marzo, 16 D.K
 
Killua, el taijutcer originario de Kumogakure, se preparaba en la base de Kakusei, junto con Renji, Arata y Khal, pertenecientes al importante grupo de asalto. ¿Su misión? Su deber era infiltrarse en la aldea, justo después del grupo de avanzada, para comenzar la secreta misión de invasión a la poderoza aldea oculta entre la hierba, tambien llamada kusugakure. Esta sin duda, era una de las operaciones más importantes y riesgosas en las que el albino se había involucrado, el riesgo de morir era alto, pero él se tenía confianza y mejor aún, su dios lo bendecía para evitar incluso el peor de los escenarios posibles, no obstante si podía volver en una sola pieza sería lo ideal.
 
Mientras se preparaba, Killua al ser un asesino medianamente conocido en Kumogakure, tanto por sus hazañas sino tambien por ser lider del clan Yotsuki, debería crear una fachada lo bastante creíble para pasar desapercibido y no levantar sospechas indeseables. Para ello, creo su alter ego, como un médico oriundo de Kusugakure, que viajaba por el mundo buscando medicinas y hierbas, el humilde Kasimiro.

Incluso por precaución adicional, el joven usaría maquillaje para ocultar las facciones de su rostro, asi como una mascara de tela que cubria parcialmente su boca. aunque no era un ninja buscado, alguien originario de Kumogakure podría reconocerlo fácilmente y sería un problema.
 
Poco después de que partió el primer grupo de Infiltración, saldría su grupo, el de asalto, para dirigirse a las puertas de Kusa.
 


Entrada Principal
Aldea de Kusagakure - 11:30 hs 23 de marzo, 16 D.K.
 
 
Escasos minutos, después de que se registrara Renji, pasaría Killua a mostrar su identidad a los guardias de la aldea. Para ellos simplemente seria Kasimiro Tutetta, un joven medico viajero, pero que tambien era bueno trabajando en el campo, originario de Kusugakure.
 
-Buenos días caballeros, soy Kasimiro, traigo conmigo unas finas hierbas medicinales para curar a unos enfermos,- Dijo el joven Kasimiro, dejando en el piso un bolso con hierbas frescas, por si los guardias querían revisarlo, mientras presento su identificación.
 
-Ahh que lindo calorcito, que hermosa es la primavera- Diria el joven médico. Si todo estaba en orden, procedería a entrar para reagruparse con sus compañeros.


OFF
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09:00 h, 23 de marzo, 16 D.K.
Afueras de la base de Kakusei 


La tensión en el aire era palpable mientras los miembros de Kakusei se preparaban para llevar a cabo su plan largamente esperado. Después de meticulosos preparativos, finalmente estaban listos para actuar contra el sistema corrupto que tanto habían jurado cambiar. Los pasos resonaban en el pasillo de salida de la base, cada uno cargado con el peso de la responsabilidad y la determinación de sus portadores. Las capas ondeantes, escudo de sus ideales brillaban al viento, finalmente las voces de libertad d elos presentes harían un eco en el mundo.

La oscuridad de la madrugada aún envolvía las afueras de la base, pero el amanecer se acercaba anunciando el inicío del movimiento.

 Aoi tomó la palabra, repesó el plan de infiltración y partió. Kaito se dirigió de forma breve a todos los presentes antes de su partida -Hoy, el mundo estará un paso mas cerca del cambio, pase lo que pase aquí, les agradezco caminar este sendero conmigo-.

Kaito se quedó unos segundos mas junto a su grupo designado. asintió a las instrucciones de Fujitora, el almirante como siempre, era una pieza sumamente importante y su conocimiento de la geografía interna les permitió acordar correctamente el punto de reunión. -Recuerden, debemos entrar sin ser una amenaza, y una vez dentro, evitar bajas civiles debe ser parte de nuestro ojetivo-.

Hubo un breve momento de silencio mientras todos procesaban la información, asegurándose de entender sus roles y responsabilidades. Luego, con un gesto de determinación Kaito miró a sus comapeñeros y como un rayo, partió al bosque rumbo a la aldea.




Kaito avanzó con paso seguro hacia las puertas de Kusagakure, su semblante tranquilo y confiado reflejaba la determinación que lo impulsaba en su misión. Al llegar, se encontró con los centinelas de la puerta, quienes lo observaron con curiosidad mientras se acercaba.

-Buenos días caballeros-, saludó Kaito con cortesía, extendiendo hacia ellos los documentos  de su identidad, no hacía falta mentir, el era quien era y sus documentos lo acreditaban como un shinobi médico errante. Sus manos temblaban ligeramente bajo la capa, pero su expresión no mostraba signos de nerviosismo.

Los guardias tomaron los documentos y los examinaron con detenimiento, mientras Kaito permanecía calmado, confiando en la autenticidad de su identidad y el éxito del grupo de infiltración en colocar sus datos como alguien inscrito para estudiar la medicina de la región . Los pergaminos marcados como informes y documentos médicos, junto con la pequeña flauta metálica que llevaba consigo, eran parte de su atuendo habitual como médico viajero, una fachada que había utilizado en numerosas ocasiones para acceder a diferentes aldeas sin levantar sospechas.

Después de unos momentos de escrutinio, los guardias devolvieron los documentos a Kaito con un gesto de aprobación. No encontraron nada fuera de lo común, y él pudo continuar su camino hacia el interior de la aldea sin contratiempos.

Con paso tranquilo y decidido, Kaito cruzó el umbral de las puertas de Kusagakure, listo para llevar a cabo su misión con la misma determinación que lo había llevado hasta allí y comenzó un tranquilo viaje a píe en dirección al lugar acordado con su grupo.
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07:00 h, 23 de marzo, 16 D.K.
Afueras de la base de Kakusei



El juego había empezado. La peliazul estaba parada en una de las puertas de las habitaciones de Kakusei, la de Adan, precisamente. Sabía que el chico estaría de afán, como era habitual y que llegaría a toda prisa por sus cosas. Ella, mientras él hacía su aparición, tomó el pergamino que poseía y guardó en el todo su armamento ninja, al menos el que era pesado. Lo siguiente fue ponerse su indumentaria bien fija y posteriormente, organizar un par de juguetes que seguro le serían de utilidad.

Aquel era un gran momento. Por años, lo único que había buscado y esperado era la liberación de las tierras que había tomado por la fuerza toda aquella cantidad de sujetos Boshoku de los que tan poco se conocía. Por fin la promesa empezaba a cumplirse y en parte sentía que cualquier cosa podría pasar, pero al menos aquel grito, el que emitiría Kakusei, dejaría claro a los rebeldes que no estaban solo, que había más como ellos buscando nada más el momento para libertarlos. Poco a poco, sabía que irían tomando fuerza hasta derrocar al sistema que ahora los hacía presos en sus propias tierras.

Pronto…— esbozó una sonrisa y posteriormente se puso su capa. Los kanjis 復活 (Resurrección) que quedaban en su espalda, daban precisamente fe de ese nuevo nacimiento que empezaba hoy. Empezaría por dar muerte a sus opresores, resucitar y tener vida nuevamente, ese era el ciclo de Otoño, el escuadrón que componían ella, Killua y Adan. Como fuera, después de estar lista se movió con soltura y mucho más ubicada por los rincones de la base. El primer grupo se había ido y pronto partirían ellos.

Una vez listos, Fujitora armaría los detalles precisos del escuadrón. Mucho de lo que se iba a hacer ya estaba escrito en su cabeza, como si de un mapa con su debido check list se tratara. Afirmó despacio a las palabras del “ciego” y posteriormente sonreiría tranquila a las palabras de Kaito, le gustaba que su interés principal fuera causar las menores bajas posibles. Después de eso, procederían a dispersarse.


09:00 AM, 23 de marzo, 16 D.K.
Puertas de Kusagakure no Sato


Los pies de la Senju atravesaron con rapidez el inmenso bosque que comunicaba las puertas de Kusa con las de la base de Kakusei. A diferencia de los demás, quizá, ella se movería en línea recta a la velocidad que sus pies se lo permitieran, no sin antes despedirse de Adan con un beso en la mejilla bastante cálido. ¿Su interés? Nada más hacerle saber que ella estaba con él, así como él estaba con ella desde aquel día en el que había decidido estar en las entrañas de la kunoichi con una velocidad inigualable. Justo antes de llegar a la aldea, un único sello se haría presente y posteriormente, bajaría a la altura del piso y andaría normal hasta la entrada.

Buenos días, soy Kana Alberona— su registro había estado anteriormente en la aldea. Era una chica dedicada a la agronomía, ayudaba a sus padres y conseguía en las ferias de Kusa, recursos para aprovechar el campo. Casualmente, a sus padres jamás se les había visto. —Vengo a buscar un par de semillas y cosas a la tienda de siempre— comentó tranquila. Lucía como siempre, su cabello suelto, marrón, top azul sin nada más encima y un capri café oscuro y una especie de cartera donde tenía documentación, dinero y poco más. Su indumentaria ninja "desaparecería" con el henge. Claro, su excusa era siempre la misma, podía verse en los libros que aunque no fuera frecuente, lo había hecho antes. Posteriormente entrara, sabía bien a donde debía dirigirse. Así que buscó el punto de encuentro sin premura, sabía bien que la actuación de Fujitora le exigiría tiempo para llegar y ella debía entrar y salir de ahí si quería pasar desapercibida.

Anotaciones del post

[Imagen: Firma-Kaname.jpg]

Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

Bonus

Inventario
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Sala de Reunión
Base de Kakusei - 09:30 h, 23 de marzo, 16 D.K

No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla. Las preparaciones se habían hecho de antemano y ahora era el momento para que Kakusei diera un golpe sobre la mesa y lograra llevar a cabo la primera etapa de su ambicioso plan. 
 
~ Estás un poco demasiado calmado para ser tú ~. Una voz femenina se manifestó en el interior de la cabeza del Yotsuba, mismo que, ciertamente, se encontraba inusualmente calmo. ~ No me digas que estás nervioso ~. Acotó de nueva cuenta la misma voz.
 
~ Que va. Solamente no quiero tener altas expectativas y que, al final, todo resulte de manera muy sencilla. Después de todo, irá la organización completa. Hasta esa chiquilla de las fuerzas básicas ~ Le respondió Khal en pensamientos a su hermana. Ambos gemelos tenían, entre otras cualidades, la misma sinergia y capacidad de compartir pensamientos. ~ Por cierto, ¿pusiste atención a todo verdad?. Yo me disocie a media explicación ~. La personalidad de Khal se había tornado un tanto distraída, aunque él no consideraba que estaba siendo displicente, después de todo, contaba con Khaleesi para que ella lo cubriera. ~ Tú tranqui, en el camino te iré explicando ~. Concluyó la fémina, quien estaba de más que acostumbrada al comportamiento de su hermano.
 
Ambos hermanos Yotsuba estarían formando parte del grupo de asalto, en compañía de otra tercia de colegas. Durante los instantes previos a la infiltración, estos compartirían algunas impresiones y detalles entre si.


Entrada Principal
Aldea de Kusagakure - 11:20h 23 de marzo, 16 D.K.


El primer grupo había partido con el fin de lograr su cometido. Tocaba el turno para que el segundo escuadrón cumpliera con sus funciones. Para esto, Khal había adoptado su identidad falsificada de Ryuhi. Los cambios físicos no eran muchos, solo algunos detalles estéticos, pero esos, sumados a una vestimenta ornamental, le daban totalmente una apariencia distinta. Con él cargaba una pequeña carretilla de madera, misma que resguardaba algunas gemas con las que comerciaba. En el artefacto habían algunos mecanismos ocultos, al igual que en su vestimenta, para intentar contrabandear algunas de sus armas y utensilios.
 
Una vez que la caravana se hubiese acercado hasta quedar frente a las puertas de la aldea, y esperando su respectivo turno, Ryuhi se presentaría ante los guardias extendiendo sus documentos. — Buenos días, por favor —. Mencionó mientras le otorgaba su documentación a su contraparte. ~Te avisaré si percibo cualquier indicio de que las cosas no van bien~. Resopló Khaleesi aún en pensamientos.
 
Como parte de la revisión, el muchacho mostraría sin problema alguno el interior visible de su carretilla, asomando algunas de las gemas que llevaba como mercancía.


Resumen
Khal: Hablando — || « Pensando » 
Khaleesi: Hablando — || ~ Pensando ~ 
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Base de Kakusei. 
23 de Marzo, 16 D.K.
9:30 AM.

Cuando la recompensa que se asomaba en el horizonte era tan deslumbrante como el sol naciente, al ojicarmesí se le iluminaba la mirada con decisión y desafío. Sus pasos carecían de duda ya, pues confiaba con creces en sus habilidades. Quizás no tanto en las del resto, con contadas excepciones, pero sabía que iba a lograr salir adelante si se impulsaba con suficiente ahínco.

Aquella mañana -o madrugada más bien- había luchado para contener las ansias. Aún estaba acostumbrándose a su nueva apariencia, el cabello entintado y recortado, con un tono marrón. Ahora era otra persona completamente diferente, y su apariencia venía con un cambio total de personalidad también. Con algo de suerte no le tomaría mucho más que un par de líneas de libreto para hacer de su actuación una convincente. Y si no, la fuerza siempre estaba ahí para respaldarle.

Sus ropajes eran holgados y de tonos aburridos para pasar desapercibido, como normalmente llevaba cuando no le tocaba ponerse el disfraz, y lucía tal como aquella identidad falsa le ordenaba; un hombre de buena fe, humilde, y en busca de cualquier forma de regalarle al mundo algo de la bondad que no se le había regalado a él. Era arriesgado, pero si la maniobra del resto de sus compañeros tenía éxito, también así lo haría la de él.

Adoptando un rostro afable y carente de intenciones malignas, salió de su habitación en dirección a la sala de reuniones donde el -también disfrazado- Renji hacía sus últimos preparativos. — ¿Listo para partir? — no esperó respuesta alguna cuando, con media vuelta a lo militar, ya estaba de camino a la salida.



Puertas de Kusagakure no Sato.
23 de Marzo, 16 D.K.
~11:20 - 11:30 A.M.

El plan era simple; infiltrarse. El riesgo no disminuía al ser del segundo pelotón, pero al menos tendría un poco más de tiempo en caso de que el primer grupo hubiese decidido recurrir a métodos menos delicados que el planificado. Todos los integrantes de la organización habían sido marcados con antelación con una de sus técnicas de arena, solo como una medida de seguridad más, y quizá ya estaban dentro. No se atrevería, sin embargo, a hacer algún uso de chakra mientras pasaba por las puertas o cerca de ellas. Sabía que todo estaría plagado de ninjas en cuando los sensores lo indicasen así.

— Buenos días, joven. — sonriendo, alcanzó sus credenciales -falsas- y las puso sobre el mostrador. En ellas se mostraba una imagen idéntica a quien el Jiki representaba ahora, con nombre distinto. Un ninja de bajo rango de una aldea al otro lado del mundo. No había nada que pudiese alzar las alarmas de quien lo leyese. — Me dedico a ir por el mundo en busca de lugares donde mi ayuda pueda ser bienvenida. — añadió, mirando a los ojos a quien tomaba sus papeles. — Y mis pasos me han traído a sus tierras. Kami-sama sabrá por qué. — sonrió con más ahínco, pero sin dejar de lucir inocente. — ¿Sabes tú donde puedan requerir ayuda? Económica, alguna labor en específica, lo que sea. Puedo hacerlo. — la humildad que desprendía su discurso era una que había aprendido de aquel compañero comerciante.

Con algo de suerte lograría pasar sin problemas. Si era registrado, toda su indumentaria ninja estaría guardada en un pergamino de invocación que, a su vez, estaría a salvo en algún bolsillo doble entre sus ropajes, con la intención de que nadie pudiese verlo o siquiera sentir que estaba allí. Fuera del pergamino, y poblando sus otros bolsillos, estarían algunas kunais para defensa propia, y su bandana como ninja de Iwa. Además, una cantidad moderada de dinero.

De lograr cruzar el filtro de seguridad se dirigiría a paso calmado hacia la plaza principal de la aldea. Iría con los ojos bien abiertos, junto con su expresión amable, mientras tarareaba alguna canción. Su mirada se pasearía por cada recoveco de lo que se le permitía ver, detectando, sobretodo, a otros posibles ninjas a su alrededor.

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Última modificación: 29-04-2024, 10:57 AM por Adan Yamanaka.
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07:10 h, 23 de marzo, 16 D.K.
Afueras de la base de Kakusei

Como siempre, deje todo para ultima hora, empezando a armar mi equipamiento para lograr una de las misiones que puede ser la mas importante hasta hora: Invadir un lugar. Como sencho tenia que tener un cierto control de todo, tenia que pensar muy bien como moverme y eso me obligaba a ser alguien ocupado, en mi habitacion Albert me apoyaba en muchas cosas pero eso no lo sabe ninguno de la org aun, era mi gemelo, ese que no perdona nada, que siempre anda de buen humor, el que logra encontrar la felicidad en la tristeza. Una ves termine, abri la puerta, con mi gemelo ya incorporado y vi a Kaname, me sorprendio ver a la chica- ¿Ibas a pasar? -Le pregunte con una actitud tranquila mientras le regalaba una pequeña sonrisa. Ella estaba lista para partiir y yo tambien lo estaba, tal vez un poco tarde ¿Pero que es tarde? Tarde es llegar a la vida de alguien y nunca llego tarde a eso. Camine con ella de forma tranquila por aquellos pasillos que saben historia, que sabe de ella, que saben de mi, que sabe de ambos ¿Existe un ambos? Si, lo existe, en todo los contextos que puedan pensar ¿Malpesaran? Poco me importa.


El hombre ciego nos dio unas indicaciones, todos sabiamos nuestra posicion y que debiamos hacer, pero lo primero era "Entrar" en el lugar. Lo tenia claro y sea como sea iba a lograrlo...No era la primera vez que en entraba en algo, me apoderaba y lograba resaltar mi apodo: El emperador, es ironico que sea mi apodo, alguien que esta en contra del imperio, alguien que tiene un puesto en el puesto rebelde pero asi era la vida, el emperador no era solo un apodo, era una forma der ser :Real, todo lo contrario al imperior estupido que hoy existe y que solo tiene un nombre que no representa. El emperador no es malo, el imperio si.


09:00 AM, 23 de marzo, 16 D.K.
Puertas de Kusagakure no Sato
 
El trayecto fue largo para mi, a diferencia de Kaneme, yo habia preparado mi disfraz ante, logrando revelar mi identidad para que supiera desde un principio quien era, aquella identidad falsa ere lo que me representaba ahora, ese sujeto totaolemte diferente. Kaname  se acerco y me dio un beso en la mejilla, esto hizo que le observara de forma detallada, levantando una ceja- ¿Eso es un beso de buena suerte? - Le pregunte mientras Albert estaba "emocionado" - Besala en la boca, gay -Decia aquel gemelo mientras yo agarraba la mano de la chica de forma rapida, entrelazando mis dedos con ella, sintiendo su suavidad, extraña suaviadad por su entrenamiento pero un tacto calido, que me invitaba a no ir, a quedarme con ella ahi, abrazarla.

Mi otra mano, aquella disponible, agarro su menton  obligandole a que me observara, acercando mi rostro hacia ella, una situacion perfecta para ser uno entre ambos, me acerque poco a poco, de forma lenta, seductora y justo cuando todo parece que mis labios iban a impactar con los de ella de forma dulce, simplemente subi mi rostro un poco y pacte aquella forma de "afecto" con un beso en su frente, le guiñe el ojo y le solte, pasando a un lado de ella y dandole una nalgada - ¿Wtf? -Dijo Albert- Callate, Gay- Le dije por medio de nuestro pensamiento compartido, alejandome lentamente, esperando no recibir ningun golpe ¿Por que aquella nalgada? Simplemente fue un impulso.

Una vez nos separamos, camine hasta la puerta, portando mi disfraz y maquillaje, me detuve en la entrada para que revisaran mi documentación falsa y así poder pasar sin problema
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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La preocupación del hombre se notaba en el aire, un mal pensamiento lo hacía dudar, tal ves, solo eran casualidades al azar, no todo ajuro debe estar relacionado. Los pensamientos de la guerrera eran otro tema debía mantenerse su trabajo así la aldea prospera, todos los comandantes eran importante allí, la seguridad de la aldea de Kusagakure depende de que ellos estén aquí.

Casi siempre los misiones los hacían sus pupilos, son guerreros de elite por ellos preocuparse estaba de más, era muy raro que abandonaran la aldea, y si lo hacían era para nada mas descansar, era muy común ese comportamiento, desde la noticia de hoshi en sus rostros se notaba el cansancio, tener que hacer sus que haceres 24/7 y todo el papeleo tampoco les daban mucha colaboración. Era muy temprano, las puertas eran vigiladas, 2 chunin estaban en cada una de ellas, eran experimentados, más que el resto, si se pudiera saber lo que piensan sería muy útil para cualquier invasor, sin embargo, aunque fueran experimentados generalmente los que mandaban en la aldea les ponían ese cargo por no ser de la élite, guerreros incompletos que fuerza les faltaba, que llegaron a su límite y de alli no se podia hacer nada.

7:10 am (Primera Puerta)

En esas horas llegaron unos sujetos, fueron vistos al instante cuando se acercaban a las puerta de la recelosa aldea, se notaban serenos nada andaba mal, a primera vista no había amenaza tal, sin embargo se debia ver cómo conseguían entrar, si eran unos mentirosos las puertas les cerrarán. Un chico?, o es una chica?...la incógnita era esa pero no iba al caso, aquel Shinobi les empezó a hablar, parecía tranquilo, nada que ocultar, sus compañeros igual, todo estaba normal. -Saludos señorita-. Hablo una chica, que amigablemente levanta su mano y saluda, de pronto, una cachetada, le fue proporcionada su compañera vigilante, dejando desconcertada a su contraría. -Estas tonta o esas no son tus gafas?...es un chico, míralo bien-. Regañó su compañera observando al chico de cabellos azules, en ese momento a la vigilante se la caería la cara de vergüenza, penso que era una mujer. -Ay no...Que vergüenza...-. Dijo mientras se iba hacia atrás totalmente apenada.

La otra vigilante miraba la actitud indignada, le daba más vergüenza que la vieran con ella su lado. -Disculpen eso, porfavor debo revisarlos-. Uno por uno los iba inspeccionando, tratando de ver errores, incoherencias, la seguridad de los que yacían en la aldea cargaba sobre ella, sobre la otra no, apenas saber hacer un sándwich sola. Ante las palabras de aquellos muchachos continuaba su inspección, al parecer todo estaba en orden. Incluso el equipamiento los reviso, eran bonitos los objetos que el vendedor tenía para ofrecer, se había interesado por uno inclusive, un adorno de hogar bastante peculiar, había captado su atención tal ves si hablaba se lo podría comprar. Los documentos le fueron entregados, inevitablemente el roce con Aoi fue ejecutado, la chica veía cada uno de los papeles, 2 shinobis de Konoha y un vendedor, no veía nada anormal. -Me faltas tú-. Miro al sujeto de cabello enrollado detenidamente, se veía algo...raro?, desconcertante, nunca había visto un Shinobi de tal apariencia, pero tampoco notó algo sobresaliente más que eso. -Todo en orden muchachos pueden pasar, pero en cuanto a Aoi, si quieres hacer turismo mejor aprovecha los momentos en que este vendedor sale, eso está prohibido aquí, sin embargo mirar si puedes-. Se dirige a samuru una vez terminó, le detuvo antes de entrar tratando de entablar conversación. -Ese adorno de puerta...me lo vendes porfavor?-. Pregunto rápidamente la chica que se había ido saliendo de un rincón, el chico obviamente no se podría negar, después de hacer la venta, pasaría sin más.

Información de Aoi


9:00 am (Segunda Puerta)

Los vigilantes de aburrían, los 2 hombres sentados esperando acción, estar en las puertas era aburrido y si, muy tedioso, ya quería que entrara alguien de improvisto y probarse a ellos mismos. Desafortunadamente ese tampoco sería el caso, entró un hombre adulto, era alguien ciego, el espadachín fujitora los habría sentido allí, saludándolos amablemente mientras entregaba sus papeles. Ambos sujetos le levantarían, inspeccionando a esa persona que como acaba de llegar no sabían. -Buenos días señor, gracias por la colaboración-. El vigilante vería la documentación, no había visto a ese hombre nunca pero su documentación indicaba que era habitante de Kusagakure, no había nada anormal, simple y pulcro estaban esos papeles. -Todo en orden amigo, puede pasar-. Comenta mientras le indica a su compañero una simple cosa cuando el ciego se alejaba. -El pobre es ciego Kiyo, acompañalo, yo me quedaré aquí, asegurate que llegue a su casa sin hacerse daño-. Comenta aquel vigilante quien confiado estaría de que el solo la puerta vigilaria.

El chico solo asintió, y se acercó al hombre que ya iba algo alejado y lo sostuvo de su hombro ayudandolo a guiarse. -Hola señor, disculpe la molestía, pero lo ayudaré a guiarse, espero no se moleste-. Dijo acompañando al ciego en su travesía. 

9:00 am (Tercera Puerta).

Para sorpresa de nadie la aldea es muy recelosa, para evitar lanzar información clasificada de algún tipo cada 1 hora los shinobis encargados de la vigilancia rotaban con sus compañeros (en excepción de las vigilantes de la puerta 1), efectivamente, eran cambios estratégicamente calculados y más porque el personal incapaz de cumplir con los requerimientos de la aldea era extenso.

Un sujeto se presentó ante las imponentes puertas, hombre bastante extraño, ni una palabra soltó, no quiso dirigir las palabras ante los jóvenes chunin, los vigilantes estaban ya poniéndose alertas. Entregó documentación ambos detenidamente la leyeron, Albert?, ese era su nombre?, también es biólogo?, que sujeto más misterioso, antes de dejarle entrar la kunoichi sensorial lo detuvo en el acto. -Eres raro amigo...pero bueno, quien soy yo para juzgar, solo déjame revisar-. No eran complicaciones, era simple protocolo, todos los extraños que entraban debían tener su respectiva revisión para entrar. La chica le reviso y estaba todo en orden, ya podía entrar pacíficamente. -Todo listo, puedes pasar guapo-. Dijo para después darle una nalgada al pelinegro, indicándole que tenía vía libre a la aldea.

9:00 am (Cuarta puerta)

La kunoichi de la hoja usaba un jutsu de transformación mientras se acercaba a las puertas de la aldea, era arriesgado? Si, pero si la sensorial era engañada en el acto se podría pasar sin problemas, una vez estuvo en su campo de visión la incubierta hablo, presentándose con su identidad falsa ante los jóvenes vigilantes, curiosamente ellos la habían visto anteriormente pasar por allí. -Saludos Kana, cómo va tu día?-. Preguntó para después acercarse aquel hombre sensor a revisar el equipamiento. -Esto ya lo sabes de memoria, simple protocolo-. Admitió para revisar su equipamiento aunque era obvio que ella no llevaba nada más que dinero para la compra de las respectivas semillas.

-Todo correcto, puede pasar-. Se retiró momentáneamente de allí para darle el paso a la chica, que al menos aquel sensorial creyó firmemente que iba hacia la tienda de semillas, tienda que curiosamente estaba en un cruce a una distancia considerable de allí.

9:00 am (Quinta puerta)

El ex-marionetista (flautista en este caso), se acercó a las puertas esperando su indicación para entrar, sus otros compañeros, fujitora, Adán y Kaname habían entrado satisfactoriamente, ahora era su turno para este día que tanto ansía. Saludo rápidamente al chico que tenía al frente, un sensorial, era de preocuparse, pero si sabía mentir correctamente no habrían más problemas de allí, que curiosamente no eran falsos esos documentos, el chico no estaba mintiendo, algo un poco arriesgado. -Medico errante?, je, hace tiempo no nos visitaba uno de ese tipo, que emoción ver uno nuevamente-. Miro hacia los lados investigando que no tuviera nada erróneo.

La extraña desaparición de los médicos errantes les estaba empezando a preocupar a los shinobis que se dedicaban a la investigación en Kusagakure, sin embargo, ya era una alegría de ver uno nuevamente se notaba, más en el compañero de vigilancia que había apenas llegado con el almuerzo y se había asegurado de que todo estuviera bien. -Pase porfavor, sin embargo una vez termine su investigación debe retirarse-. Le dijo amablemente para dejarlo pasar.

11:20 am(Sexta Puerta)

Nada anormal estaba pasando en esos momentos, solamente unos shinobis que se miraban constantemente jugando un concurso de miradas para entretenerse, apenas había comenzado su vigilancia así que entretenerse hasta entonces no era malo, después de que el sensorial fuese ganado la batalla y celebrara con de manera eufórica, se limpiaria las lágrimas que tenía los ojos llorosos.

Vería a lo lejos a un hombre acercandose, Renji, su compañero estaba escuchando un reporte en la cabina, así que debía asegurarse de que ese hombre no fuese una amenaza para la aldea. -Buenos días señor...su documentación porfavor-. Toqueteo un poco la mesa para indicar que los papeles fueran dejados allí. Una vez los tuvo en frente empezó a leerlos, nada parecía estar fuera de lo normal.

Después de las palabras del sujeto el chico se puso a pensar, quería ayudar en lo que fuese dijo?, en que podría?...-Mmmm no estoy muy al tanto, pero sabe la tienda de suministros estaban necesitando a alguien que trasladara algo al otro lado de la aldea, allí tal ves sería de utilidad-. Dijo el compañero del sensorial saliendo de la cabina, ya cuando se le había entregado sus papeles y haciendo una seña de despedida, dejándolo pasar.

11:20 am(Segunda Puerta, después de una rotación de guardias)

El sonido de una caravana se escuchaba en lo profundo del bosque, despertando a los shinobis de la puerta que por un momento se habían dormido, no estaban preocupados no parecía una amenaza, solo era un tipo con una caravana, no había nada mal, nada especial. -Saludos amigo, papeles porfavor-. Decía el sensorial verificando que todo estuviera bien, no notaba un error, algo misterioso más que la caravana estaba llena de joyas, era simple apariencia.

Una vez le fueron proporcionados los papeles de aquel hombre, vería de arriba a abajo, no hablaba mucho al parecer, pero era suficiente como para no verificar algo raro, sus instintos más profundos no le decían nada. -Takeshi llévalo hasta la joyería-. Dijo siendo amigable, el hombre necesitaba ayuda, esa carroza era pesada. Su compañero aceptó casi sin dudar, se mantuvo al lado de aquel hombre, si necesitaba ayuda, debía decirle y ya.

11:20 am (Tercera Puerta, después de rotación de guardias)

Nada de destacar, reportes y reportes sin cesar, los shinobis estaban ocupados intentando estás notas de voz verificar, el micrófono apenas estaba nuevo, se había roto el anterior, todos los reportes de las últimas 2 semanas habían caído de golpe allí, parecía un sonajero para al final se detuvo.

Cuando se dieron cuenta un sujeto estaba en la entrada, apenados ambos se aparecen y lo saludan. -Saludos señor, disculpe la esperaz hubo unas complicaciones-. Dijo recibiendo los papeles, empezaba la revisión, su compañero con su ojo de Alcón revisaba el material que traía aquel hombre encima, simples suministros de investigación había. Era un Shinobi de una división, la de investigación en Kumo, sus hermanos les habían mandado, nuevamente necesitaban de su ayuda, las pruebas no daban frutos y eso no les beneficiaba. -Muy bien Hibino, puede pasar-. Aviso una vez que su compañero hizo una seña de que todo estaba bien. Sino tenía nada más que comentar le darían el paso ya.

11:20 am (Cuarta Puerta, Después de la respectiva rotación)

Ni atentos, así estaban los shinobis después de tantas revisiones que habían hecho en su vida, casi nunca resultaban en disputas o conflictos...ese sería el caso? O sería una situación distinta a las demás?.

Se acercó un hombre, desde el bosque, tenía una mirada algo extraña que le relataba al sensorial una posible sospecha, pero, después de estar tanto tiempo investigando tipos supo que nunca debía guiarse por sus primeros instintos. Aquel sujeto no dijo nada y solamente entregó los documentos respectivos, el sensorial se los paso a su compañero que estaba dentro de la cabina, el cual los leyó en un momento mientras su contrario verificaba al hombre. -Kasimiro...Tutteda?, Kasimiro Tutteta?, esto es un chiste no?-. Dijo apartado de la conversación de ambos ninjas, entendiendo al instante sintiéndose extrañado por tal nombre, asegurándose de que Ninguno de los 2 lo escucharan. -Muy bien señor, dígame cuál es su nombre-. Dijo tranquilamente aquel sensorial, una vez el Yotsuki dijo su nombre falso a su contrario le empezaba a dar un cosquilleo, repetidas veces lo sintió una vez escuchó y se dió cuenta de inmediato, el hombre que tenía al frente mentía sobre su nombre y si ese nombre falso coincidía con la descripción de los papeles pues se trataba de una identidad falsa.

El sensorial prestaba atención a lo que decía aquel hombre mientras tenía las manos en su espalda, estas mismas hacían una seña en particular a su compañero, lo había entendido de inmediato. Se acercó a la cabina de manera escondida y presionó el botón y le hablo al micrófono en voz baja. -Querida, problemas en la puerta 3G, código naranja, repito, código naranja-.

Interiores de las murallas de la aldea

El comandante Satsuki seguía revisando los reportes junto con su compañera de igual rango, era simple, registros y reportes de algunas novedades de las otras divisiones de la aldea, los otros comandantes estaban dispersados por ella sin saber la turba que se estaba por desatar.

-Ammm...señora Miyamizu, la necesito aquí-. Dijo la anterior oficial que había dejado pasar al comandante de defensa hacia unas horas atrás, se le notaba la cara de preocupación por lo que la superior se dirigió rápidamente hacia allí, algo andaba mal.

-Mi esposo está reportando un código naranja en la puerta 3G, que hacemos?-. Un código naranja se trata de indentidad falsa e intento de entrar a la aldea por medio de eso, es intermedio, pero dependiendo de lo que haga el shinobi en ese momento podría convertirse en un código rojo, amenaza hacia la aldea. Debían calcular sus movimientos desde allí y aclarar las cosas de manera inmediata y evitar una posible baja de los vigilantes, que por ahora de ser un codigo rojo estarían en la boca del lobo.

De regreso en las puertas

El sensorial debía confrontar aquel mentiroso, tal ves no sería el procedimiento correcto, pero se descubrirían sus verdaderas intenciones de manera inmediata si no se contenía en sus palabras. -Okey señor...no le puedo dejar pasar...usted está usando documentos falsificados y con un nombre falso, no me mienta que yo se cuando lo hace, así que, no finja y digas sus intenciones verdaderas de entrar a la aldea-. Dijo señalandolo mientras su compañero se asomaba un momento y se quedó estupefacto.

-"GRANDISIMO IDIOTA NO LE DIGAS...SI ES UN MERCENARIO ESTAMOS MUERTOS MALDITA SEA"-. Resonó en su cabeza, ya tenía la piel de gallina por la reacción del sujeto, que esperaban que fuera buena...que mal que no siempre es así.

13:30 pm (Quinta Puerta, después de la rotación)

Amenaza, habían mandado un reporte sobre un altercado en la puerta 3G, por lo tanto, conflicto, un código Rojo, los vigilantes se les dió el reporte inmediato de cerrar las puertas, no debían dejar pasar a nadie a partir de que se diera el aviso. La llegada del sujeto amenazante había puesto en alerta el sistema de seguridad de la aldea, no había ni una sola excusa efectiva para entrar ya.

Los vigilantes de cambio estaban despiertos, ante todo problema exterior, no querían eso, problemas, solo podían rezar por aquellos hombres de la puerta 3G, que, no se habia dado aviso sobre su estado actual. Se acercaron los que parecían ser investigadores y cuando ellos entraron documentos para entrar fueron detenidos en el acto. -Señor, Señorita, animal, no está permitida la entrada a la aldea por ahora, inclusive para los científicos, hay un altercado en otra entrada así que no queremos poner en riesgo a otras personas entrantes-. Dijo para después alejarse un poco a estar en la puerta, les había negado la entrada, ahora que haría el dúo?.

Sensoriales

Datos
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Killua se presentó bajo el nombre e identidad falsa de Kasimiro Tutteta, no obstante, para su desgracia, el disfraz fue descubierto por un ninja, que al parecer era muy habilidoso, quizás alguien que contaba con sus mismas habilidades sensoriales y por lo tanto pudo ver con facilidad a través de su mentira.
El Yotsuki se encontraba en una situación delicada, pero al menos ya gran parte de sus compañeros estaban adentro, asi que el hecho de que el "rebotara" en la inspección, no era tan malo, incluso dicho error ahora podía ser una oportunidad para distraer a los guardias y actuar como carnada. Igualmente, este plan tambien era riesgoso ya que se encontraba solo y los "refuerzos" tardarían por lo menos 2 horas en llegar, por lo que en tal escenario, Killua tenía que hacer tiempo e improvisar y usar la fuerza de ser necesario como último recurso, después de todo, su especialidad era romper cosas.
Pero en principio usaría una estrategia más dialoguista, a ver hasta donde podía llegar.
 
-Ohh vaya, que pena!- Dijo Killua con cara de angustia, pero sin ponerse nervioso. 
 
-Es cierto, no soy Kasimiro, mi verdadero nombre es Killua Yotsuki y soy un shinobi de la "nube”. Verán, me encargaron una misión que requería de cierto "sigilo" y como sé que es una aldea bastante cerrada que no suele aceptar a turistas, intente hacerme pasar por un ninja de la hierba, pero no esperaba que la seguridad de esta aldea sea tan buena, buen trabajo muchachos, no tienen nada que envidiarles a las aldeas grandes. -
Kōtei no koe

 
Mientras hablaba Killua lanzaba de manera sutil, chakra directo al cerebro del sensorial, que aunque aquel ninja pudiera detectar cierto chakra en el ambiente, sería algo difícil que logre identificar que estaba haciendo con precisión el Yotsuki, lo cual le daría cierta apertura como para la que la técnica "funcione" por lo menos por un rato y le de algo más de "tiempo extra" que necesitaba para salir de aquel aprieto. Con la palabra "Nube" buscaría inducir tristeza en el sensor.
 
-Pero no he mentido del todo, si soy un médico habilidoso y si traigo hierbas medicinales conmigo, tal y como dije. - Dijo Killua mientras mostraba sus documentos reales.
-Si se fijan en mi registro de misiones, comprobaran que he hecho múltiples misiones para el imperio, he trabajado en el pais de la "Lluvia" e incluso he colaborado con ninjas de la hoja y de la "niebla". Notaran que tengo un historial intachable e incluso muy buena reputación como Jounin, siendo casi una "celebridad" en mi aldea natal.  Asi que no estén asustados, ya que al haber fracasado mi operación y puesto en alerta a mi "objetivo", lo ideal será que me retire de momento y vaya a informar esto a mis superiores, asi que no le quitare más de su tiempo y disculpen las molestias ocasionadas.
 
Nada de lo que estaba diciendo ahora Killua, era falso, en efecto su misión principal que era entrar a la aldea había fallado y había puesto en alerta a su objetivo, asi que su mejor estrategia era retirarse de momento para encontrarse con el grupo de retaguardia o por lo menos hacer tiempo hasta que el grupo de adentro entre en acción. Con esto esperaría engañar por lo menos un poco el sentido arácnido del sensor y hacerlo bajar la guardia, mientras reforzaba su técnica induciendo Pena y compasión.
 
OFF
-Hablo-
"Pienso"
pasivas
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Su fachada era perfecta o quizá quienes estaban en la puerta solo no eran lo suficientemente experimentados. En ese momento pensó en Konoha, en las veces en las que su propia aldea habría podido ser invadida y claro, las consecuencias de tener defensas quizá a cargo de personas de rango medio incapaces de lidiar con rivales de alto rango. Cómo fuera, la castaña saludó tranquila a los chicos de la puerta, como normalmente lo hacía.

¿Qué tal Takato? tenía mucho sin verte por aquí— comentó, aunque lo cierto era que su visita había sido hacía bastantes días.

Por acá…— suspiró — quisiera decir que todo bien, pero me siento más cansada que de costumbre. Mis padres cada vez tienen menos fuerzas para hacer trabajos en el campo y me está tocando lidiar a mi con ello— traumatizada y un tanto agobiada, la chica haría una especie de drama negando decepcionada y negando con la cabeza varias veces. —Da igual, sé que puedo con todo, incluso, ahora estoy aprendiendo algún par de cosas que me ayudarán con el trabajo— terminó con la mano apoyada en la cintura y sonriente.

Sin problema, revisa con calma, traigo lo de siempre— acotó justo antes recibir la aprobación del chico y empezar a caminar hacia el interior de la aldea.

Kusa era, a sus ojos, todo un lugar lleno de misterios. La aldea se había mantenido con constantes avances científicos y médicos y no era secreto para nadie que a pesar de que sus actividades principales eran la agricultura y la ganadería su fuerza en términos médicos era igual o incluso mayor a la de las grandes naciones ninjas. Y claro, aquel follaje verdoso por doquier la seguía caracterizando. Pensó en Renji, en lo bueno que era todo eso para él y también, en la posibilidad que ella misma tenía para apoyarse con todos los mini bosques en las avenidas principales.

El andar de Kaname era tranquilo, se paseaba a sabiendas de que sus compañeros ya habían entrado y claro, si la alarma no se había disparado, entonces el grupo de las nueve había tenido éxito, así como el de las siete. Sólo tenía que llegar a la plaza y para suerte suya, ahí mismo quedaba el puesto de semillas que había mencionado en la entrada. Ella había entrado por la puerta cuatro, justo al norte de la aldea y debía atravesar casi que toda la magnificencia de esta e incluso pasar cerca de lo que se suponía, era la torre de la Kage para llegar a su punto de encuentro.

En algún momento tendría que haber apurado el paso, pues para cuando las cosas se complicaran en la puerta, ella justo estaba llegando al lugar acordado con sus compañeros anteriormente. Adan y Fujitora sabrían donde estaba la Senju incluso bajo el camuflaje del henge. Tonteó un poco, quizá antes de entrar a la tienda, pero en el preciso momento entraría allí y le pediría al dueño de la tienda permiso para entrar al baño. Ella era cliente habitual y como le tomaba tiempo el ingreso, el viejo parecía acostumbrado a hacerle el favor.

Anotaciones del post

Contenido Oculto
Contenido Oculto
[Imagen: Firma-Kaname.jpg]

Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

Bonus

Inventario
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Qué gracioso es todo. Samuru procede a cubrir su boca con la mano diestra, queriendo así ocultar un poco la risa que le la confusión respecto al género de Aoi. — No se preocupe, todos nos hemos equivocado alguna vez. — Si bien aprovecha para burlarse de su compañero, relacionarse de esta forma amigable también ayude a generar un pequeño vínculo inicial que les ayude a ingresar de forma más sencilla a la aldea. Mostrarse como personas inofensivas, al menos de su parte, ayuda a que lo dejen moverse con más libertad. O eso cree Samuru. Por ahora, desconoce todo lo que hay en el interior de la villa. Eso sí, obtiene el dato relevante sobre la prohibición del turismo. ¿Es que acaso esconden algo? Eso indica que la movilidad será reducida, sobre todo para sus dos compañeros ninjas.

Toda la revisión se desarrolla con normalidad, por lo que se les da el permiso de avanzar. Hasta ahora, todo sucede tal como siempre. Eso sí, una guardia le detiene pidiéndole comprar cierto producto. El de sombrero tan solo devuelve una sonrisa y se lo entrega, sin cobrar nada. — Digamos que es un regalo por el amable recibimiento. — Otra forma de conseguir cierta amistad. El regalar cosas suele lograr generar simpatía hacia él. Por ejemplo, recordemos que le dio casi de obsequio dinero a Denji para sus herramientas. No pide mucho a cambio. A veces es mejor que la gente se quede debiéndote. Tarde o temprano puedes aprovecharte de eso.

Este primer equipo es el que más peligro corre, pues deben pasar horas antes de que llegue el resto de sus compañeros. En todo caso, la labor del primer trío en ingresar a la nación no es la de buscar pelea. Necesitan ganar tiempo mientras avanzan hasta encontrar una posición más estratégica. Quien posee más datos específicos sobre las locaciones es Aoi debido a la información recopilada de la guardia. Por lo tanto, Samuru trata de fingir que es él quien indica el camino a recorrer, pero la verdad es que en todo momento es Aoi quien guía a los otros dos. ¿Por qué tanto ahínco en que el comerciante se muestre como el guía? Por lo dicho en la entrada, no se puede turistear y deben estar todo el tiempo fungiendo como escolta suya.

Mientras pasa el tiempo, en ciertos lugares donde se movilizan transeúntes, el de sombrero se detiene, coloca una manta con sus distintos productos. Primero, distintas bolsas de café en grano proveniente de diferentes naciones del exterior. Luego, adornos ya sea de casa o incluso para las vestimentas. En total, se detuvo tres veces, vendiendo siempre a precios económicos, esperando así ganarse poco a poco la confianza de los civiles. A pesar de que hoy venga por algo distinto, actúa como siempre. — ¡Vengan, vengan! Regocíjense con toda la mercancía proveniente de diferentes lugares del mundo. ¡Comprar aquí es igual a un viaje por el mundo!

Este es el comerciante Samuru, uno que se muestra amable ante todos, escondiendo todo lo que realmente es en el fondo de su ser.

Pasado cierto tiempo, retoma la charla directa con sus acompañantes. — Aún tenemos tiempo, vayamos a comer algo. — Elige un restaurante donde pueda comer algo con carne. La misión en Kusagakure se supone requerirá de mucha energía, así que alimentarse con proteína es importante. — No se preocupen, les haré el favor y yo invitaré.

Al ingresar, se encarga el de cabellos azules de pedir y costear todo, pidiendo a los otros que busquen donde sentarse. Al final regresa a la misma con una bandeja llena de carne y distintas ensaladas. Pudo ir un camarero, pero hacerlo él mismo es señal de humildad.

He vendido bien, pero los productos de más calidad quiero ofrecérselos al líder. — Refiriéndose a la máxima autoridad de la villa, el Kage. — ¿Cuándo iremos? Espero que sea amable.

Resumen
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10:00 am 

Ahora que había superado el primer obstáculo, estaba listo para llevar a cabo su misión y cumplir con el objetivo de su invasión. Con determinación en su corazón y su mente enfocada en el éxito, Kaito avanzó hacia el corazón de Kusagakure, preparado para enfrentar los desafíos que le esperaban.


Kaito se adentró en las calles de Kusagakure con cautela, consciente de la importancia de memorizar la ubicación de los lugares clave en su camino. Tomó algunos callejones y pasillos adicionales, buscando familiarizarse con el entorno y asegurándose de tener una comprensión completa de la disposición de la aldea. Cada esquina, cada edificio y cada intersección eran puntos de datos cruciales en su mente. (espero poder obtener algunos detalles si es que hay algo relevante)

Sin embargo, conforme avanzaba, no pudo evitar notar la abrumadora cantidad de cámaras de vigilancia que observaban cada rincón de la ciudad. Estas miradas electrónicas representaban una amenaza potencial para su misión, ya que cualquier movimiento en falso podría ser captado y alertar a las autoridades. Kaito tomó nota mental de este peligro y se comprometió a ser aún más cauteloso en sus acciones. "Así que tendremos que buscar algún lugar para poder actuar sin ser visto" Pensó el joven de ojos rojos

Finalmente, llegó al punto de reunión designado, donde se suponía que se encontraría con sus compañeros. Para pasar desapercibido, comenzó a pasear por las calles, fingiendo un interés en los escaparates de las tiendas locales. Observaba los productos expuestos con aparente curiosidad, mientras en realidad mantenía una vigilancia discreta sobre su entorno, esperando la llegada de Fujitora, Adán y Kaname.

Aunque estaba rodeado de actividad y bullicio, Kaito se mantuvo alerta y centrado en su objetivo. Sabía que el éxito de su misión dependía de su habilidad para moverse con discreción y coordinarse eficazmente con sus compañeros.


Estadísticas de Kaito
[Imagen: XHDVgN8.png]
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Última modificación: 06-05-2024, 11:09 PM por Kuma.
Los guardias llevaban su gorra bien puesta y no dejarían pasar al dúo invasor, ni siquiera al pobre Dogo.
-¿Un altercado? Pues, supongo que no podemos hacer mucho más que esperar a que se resuelva... ¿no es así?- Miró a los dos guardias con cara de lástima. Aquellas palabras representaban tanto a Kuma como al intrépido Cosmeshi.

Los soldados de la entrada además denegaron la entrada al peludo amigo de Kuma, que en ese contexto no era más que un perro callejero que simplemente entró con ellos. No llevaba ninguna bandana que lo delatara como ninken, ni un collar que certificara que tuviera algún tipo de familia. Kuma miró de refilón a su compañero, que enseguida entendió qué debía hacer sin mediar una palabra. El perro le gruñó a Karai para luego recorrer los pocos metros que lo separaban de ella. Acto seguido, lanzó un tarascon con el cual apuntaba a errar, dejando un simple rasguño en el tobillo de la Kunoichi, pero llevándose entre sus fauces un pequeño pedazo de la tela que los cubría. Sin mirar atrás, corrió como si hubiera visto un gato en dirección al punto de encuentro. De ahí en adelante, buscaría tomar una posición intermedia que le permitiera mantener sus narices y ojos tanto en la plaza como en los supuestos científicos cuya entrada había sido denegada. En caso de encontrarse con algún compañero en problemas, priorizaría acercarse hacia allí.
Pasiva Inuzuka

off


resumen
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