Trazando los Contornos de la Oscuridad [priv. kakusei]
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En el laboratorio de la base de Kakusei, un lugar impregnado del zumbido constante de maquinaria y la chispa de la creatividad oscura, Kaito aguardaba la llegada de Renji. Sentado en una silla de cuero frente a una mesa llena de pergaminos y libros antiguos, su figura se recortaba contra el resplandor tenue de las lámparas de aceite que colgaban del techo.

El laboratorio estaba envuelto en una penumbra misteriosa, donde las sombras danzaban al ritmo de las llamas titilantes, proyectando formas caprichosas en las paredes de piedra. Frascos y viales llenos de líquidos de colores desconocidos adornaban las estanterías, y el aire estaba impregnado con el olor peculiar de ingredientes alquímicos.

Kaito, con los ojos fijos en la entrada del laboratorio, anticipaba la llegada de Renji con una mezcla de curiosidad y determinación. Habían acordado reunirse allí para explorar un tema particularmente intrigante para el chikamatsu: la habilidad oscura conocida como Juinjutsu, o la Marca Maldita.

El sonido de los pasos resonó en el suelo de piedra, y Kaito se enderezó en su asiento, preparado para recibir a Renji en el santuario de la investigación oscura. Con una expresión serena pero ansiosa, aguardó a que su compañero cruzara la entrada del laboratorio y se uniera a él en la oscuridad cargada de misterio, listo para adentrarse en los secretos más profundos y sombríos del arte ninja.
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En una de las diversas andadas por la base de Kakusei, deslicé mis tintineantes pasos amaderados por la fina y pulida roca del suelo de uno de sus múltiples pasillos. Pocas veces me dejaba ver por aquella zona de la base, y aunque sabía cuales eran sus instalaciones, no era común que las frecuentara. Teitoku repiqueteaba al son de mi pierna derecha mientras llegaba a una intersección, en ella, pude percibir la palpitante y tenue luz cálida que escapaba de su puerta entre abierta, lo que indicaba que alguien o varios se encontraban dentro de la sala. Una curiosidad colmó mi interior, y orienté mi dirección hacia lo que era el laboratorio como rezaba un cartel de metal apuntalado arriba del marco de la puerta.

Con algo de sutilidad, toqué con los nudillos de mi mano libre dos veces el centro de la puerta, llamando a esta para hacer saber a quien estuviera dentro de mi presencia y no coger a nadie desprevenido o en mal momento, dado que no recibí ninguna negación para internarme, deslicé la puerta lentamente con la misma mano hasta que la apertura de esta fuera lo suficiente como para que mi figura traspasase la entrada sin problemas, y tras ello, la volví a cerrar tal y como la encontré. Para mi sorpresa, el joven Kaito parecía aguardar sentado en un sillón, algo concentrado y rígido, esperando a alguien que seguramente no era yo, pero que, por caprichos del destino, fue conmigo con quien se encontraría.

- Vaya Kaito, no sabía que frecuentases el laboratorio -

Le dije en señal de saludo, inclinando levemente la cabeza para acompañar mis palabras, y tras ello, busqué su sillón contiguo, mientras que en el trayecto, mi mirada examinaba con extrañeza la variedad de artilugios, frascos y viales que la habitación contenía, algo que escapaba totalmente a mi conocimiento y al uso de mis hábitos, pues nunca me había inmiscuido en la disciplina de la investigación shinobi y todo el repertorio de sus artes.

- Noto por tu cara que no era a mí a quien esperabas, por curiosidad, ¿Qué es lo que se suele practicar aquí? ¿Y por qué estás? disculpa el atrevimiento si te incomoda, es por mera curiosidad -

Dije, mientras me hacía un hueco al lado de su sillón, el cual reposaba mi cuerpo y aguardaría su respuesta, además de ahora, a cualquiera que también estuviera esperando.
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Killua volvia a la base, después de terminar una misión de cacería cerca de la frontera con Iwagakure. Sobre su hombro cargaba el cadaver de un arashi recién cazado y fresco como una lechuga, el yotsuki lo puso en una de las camillas del laboratorio y lo metió en refrigeración. No hacia mucho, había logrado hacerle un trasplante a Aoi, así que no podía descartar la posibilidad de operar a otro miembro de Kakusei y mejorar aun más el potencial ofensivo de la organización. Mientras lo hacia pudo ver a otros dos miembros de Kakusei, Fujitora, aquel sujeto que lo recluto y el otro llamado Kaito, un sujeto que conocía solo de la reunión pero no habia podido charlar mucho con el.

-Buenos días- Dijo Killua.

-¿Que se cuenta la banda?- Preguntaría Killua en tono amistoso, mientras vestía su capa roja de Kakusei, que mucho le gustaba, no solo porque no se manchaba con la sangre de sus enemigos, sino porque además coincidía con su estilo.
-Hablo-
"Pienso"
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— Parece que todo sigue en orden con el sujeto número 01. — Susurró el rubio mientras avanzaba por los pasillos de la fortaleza. En una de sus manos sostenía una pequeña libreta de color marrón y páginas de tonos ligeramente más claros, donde anotaba los detalles más importantes de sus últimas investigaciones y el proceso del Sellado Maldito que aplicó en su compatriota de Kakusei, The Wanderer.

Al entrar al laboratorio, el rubio se sorprendió al ver dos presencias adicionales además de Kaito, a quien había citado allí por cierto interés nacido durante el combate. — Saludos, camaradas. — Intentó disimular su sorpresa para no parecer descortés. — No esperaba verlos por aquí, excepto a Kaito, claro. — El rubio escuchó acerca de las incógnitas a despejar por parte de Fujitora y se adelantó.

— He logrado implantar una especie de sello especial en Samuru. Por ahora, no ha presentado efectos adversos posteriores a su uso. — Renji hizo una ligera pausa y señaló un tablero con algunas anotaciones en letras grandes. — Cansancio, fatiga, dificultad para canalizar el chakra. Son apenas los pequeños contratiempos que el beneficio presenta. — Añadió.

Durante la explicación, Renji echó un vistazo al cuerpo. Estaba bastante "fresco" al parecer. — Parece que has estado ocupado, Killua. — Comentó con cierto tono de broma. El rubio no quería perder mucho tiempo, pero ahora que tenía a tres presentes, era una buena oportunidad para extender sus métodos de prueba. — Bien, no los haré perder más el tiempo. — Sacó un maletín y dentro, en un fondo acolchado, reposaban cápsulas con semillas carmesí muy similares a las que el joven Samuru ingirió en su momento.

— Tomen asiento, comenzaré el proceso, claro si están de acuerdo en formar parte del experimento. — Renji aclararía las dudas después del procedimiento, pero por ahora, pretendía hacer las cosas con cierta rapidez. — Tengo otros asuntos que atender, así que demonios prisa. — El rubio cedió el paso a los tres, o al menos a quienes desearan obtener el experimento.

El rubio tomaría las tres semillas y esperaría a que los sujetos de prueba tomaran asiento. — Deben comer de esta semilla, posterior a ello, realizaré un procedimiento de sellado. — El rubio aclaró su garganta y fue un poco más severo en su hablar. — No pueden moverse, ni realizar movimientos bruscos. Deben mantenerse firmes y desde ya les digo, será doloroso, muy doloroso. Solo si lo asimilan, podré proceder con aquellos "aptos". — Finalizó.

Si los tres, o quienes fueran, tomaban asiento, procedería a entregar la semilla a cada uno de ellos. Al ingerirla, sus cuerpos podrían notar una clara pesadez casi al instante en que la semilla tocara fondo. Sus cuerpos a nivel muscular sufrirían distintas repercusiones (se los dejo a su criterio). El rubio observaría el avance de cada uno de ellos y procedería a realizar la cadena de sellos, aguantándose en el último sello de manos para estar seguro de que todos habían asimilado la semilla correctamente.

En caso de que pudieran voltear a ver, en el suelo se irían formando pequeños kanjis que danzarían en direcciones específicas del cuerpo de cada uno de ellos, pero no ejercerían función alguna, aún.


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Tras mi entrada en aquella inquietante sala, no pasaron más de unos segundos tras sentarme y preguntar al joven Kaito sobre las actividades en aquel cuarto, que Killua se internó y saludó, correspondiéndole con un cordial saludo con la cabeza. Tebs se personificó y parecía sorprendido porque estuviéramos tanto Killua como yo ahí, y como al parecer escuchó la pregunta que le dediqué al marionetista, accedió a responderla y adelantarse a este, parecía que el chico era portador de un desconocido poder para mí que implantaba en quienes veía considerado. Me sonaba extraño aquello que explicaba el joven, tampoco se extendía en sus aclaraciones, pero en respuesta a su intervención, tomaría la palabra para contestarle.

- ¿Entiendo entonces que se corren ciertos riesgos?... creo que no es tanto problema al menos para mí, tengo un cuerpo algo peculiar -

Y desde el interior del yukata, así como de entre las vendas de mis manos, emergieron algunos huesos e hilos con el fin de demostrar que no estaban ante un cuerpo corriente que sangraba, o presentaba los rasgos más característicos de un cuerpo estándar. Alcancé una de las semillas que me corresponderían, y sin perder tiempo aunque con algo de desconcierto la ingerí de un simple bocado y la tragué sin masticarla, lo que fuera aquello ya estaba hecho.

- Yo estoy listo, puedes empezar por mí si lo deseas -

Le dije para darle disposición a comenzar el proceso como viera conveniente.
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Última modificación: 16-04-2024, 07:41 PM por Killua Yotsuki.
Renji, comenzo a explicar un precedimiento para aplicar un "sello" en los alli presentes, el cual prometia mejorar las cualidades ninjas de cada uno, con algun que otro efecto adverso pero nada grave en principio.

Cita:— Parece que has estado ocupado, Killua. — Comentó con cierto tono de broma.

-Si algo asi, trabajando, un pòquito de chamba nunca viene mal, ¿a nadie le interesa el adn Arashi de casualidad? si lo desean se los puedo implantar como hice recientemente con Aoi aunque el procedimiento puede ser algo doloroso tambien.

Fujitora Mencionaria que tiene un curpo bastante peculiar, mostrando un cuerpo hecho de hilos y huesos, en definitiva una habilidad destacable.

-Ahh mira vos, yo tambien tengo un cuerpo bastante resistente, aunque es de carne y hueso, siempre que trabaje y no vaguee, mi dios me recompenza con una vida plena y larga. -Menciono Killua mientras tomaba asiento e ingeria algo que le daba Renji, una especie de semilla peculiar.

-De una, venga el veneno- Diria Killua sin pensarselo dos veces. El Yotsuki no era de meditar mucho estas cosas, cualquier cosa que le diera poder y ventajas en el combate era suficiente para el.
-Hablo-
"Pienso"
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Kaito observó con atención mientras Fujitora y Killua aceptaban participar en el experimento de Renji. La curiosidad brillaba en sus ojos mientras el rubio explicaba los detalles del procedimiento y entregaba las semillas carmesí a cada uno de ellos. Sin embargo, Kaito permaneció en silencio, contemplando la escena con una mezcla de fascinación y cautela.

Una vez que Fujitora y Killua ingirieron las semillas, Kaito sintió una punzada de intriga. ¿Qué efectos tendrían esas semillas en sus cuerpos ya tan extraordinarios? Aunque Renji advirtió sobre el dolor que experimentarían, Kaito estaba dispuesto a soportarlo en aras del conocimiento y el poder que podría obtener.

—Estoy listo, sí me lo permites así —declaró Kaito finalmente, con determinación en su voz. Tomó la semilla que le ofrecía Renji y la ingirió con decisión, preparándose para lo que vendría a continuación.

Una vez que todos estuvieron listos, Kaito se mantuvo firme en su asiento, con la mente enfocada en el proceso que estaba por experimentar. Sabía que el dolor sería intenso, pero estaba dispuesto a atravesarlo en busca de mayores habilidades y poder.

Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Kaito esperó a que Renji iniciara el procedimiento, preparado para enfrentar lo que viniera con valentía y determinación.
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Última modificación: 23-04-2024, 10:09 PM por Renji Tanaka.
— El proceso puede cobrar tu propia vida.  — Fue súbito su comentario. Si aquellos tres eran lo suficientemente observadores, podrían notar que el semblante y la actitud de Renji era distinta a la usual. Ahora, se encontraba “laborando” realmente y no pretendía cometer errores.

En pocos minutos, Fujitora, fue el primero en ingerir la semilla. Renji de inmediato comenzó a generar los respectivos sellos de manos para adelantar el proceso del ciego. Los Kanjis recorrieron el cuerpo de Fujitora y comenzaron el proceso de creación del sellado maldito. Su cuerpo, en este punto, se sentiría débil y con un dolor bastante significativo.

Para Killua, Renji evitó contestar, ya había empezado el proceso de Fujitora y no quería distracciones. El siguiente fue Killua, Renji repitió la tanda de sellos y generó los respectivos Kanjis. Los efectos en el cuerpo de Killua serían los mismos, sin embargo, un poco más severos, tomando en cuenta la diferencia en el ADN de ambos.

Por último y no menos importante, estuvo Kaito, quien se comió tal cual la semilla como sus antecesores. Los sellos de mano se repitieron por última vez y generó los Kanjis, podríamos decir que debido a la diferencia en los cuerpos de todos, Kaito fue el más afectado de los tres. El dolor que el pelinegro sentiría quizá sería muy distinto al de los tres, sin embargo, la etapa final había comenzado.

— Bien. Parece que todos han logrado asimilarlo, hora de finalizar el trabajo.  — Renji ejecutó una cadena de sellos sumamente extensa. Los Kanjis se propagaban como un círculo alrededor de los tres sujetos e iban moviéndose ligeramente hacia una dirección en específico (Ustedes eligen donde irá su sello). Al finalizar el desplazamiento de los Kanjis, una explosión de chakra emanaría de cada uno de los sujetos en la zona designada para su sello, finalizando el proceso.

Independientemente de la reacción del resto, Renji se acercaría para extraer las marcas malditas que fuesen necesarias del cuerpo de cada uno de los presentes.

Juinjutsu

Juinjutsu: Fase 1

juinjutsu: Keiyaku

Extracción de Marcas

juinjutsu: fase 2


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La advertencia del joven Renji ante a lo que nos habíamos expuesto me alarmó, ¿Cuánto de mortal y peligroso era aquel proceso? ¿Qué diantres hacía entonces allí participando en tal burdo juego? Tenía cierta seguridad conmigo y mi gran capacidad para resistir el daño que tantas veces había mostrado me afianzaba poder resultar victorioso ante tal aviso, pero no obstante, me inquietaba.

- Supongo que al haber un riesgo también habrá un beneficio, ¿correcto?, ¿a qué nos exponemos concretamente tras el proceso?, y ¿cómo podemos utilizar este nuevo poder? -

Le pregunté al chico, antes de que este terminase una profunda cadena de sellos que ejecutó, activando sin que pudiera predecirlo, una extraña sensación punzante que afloraba dentro de mi pecho. Mi entrecejo se estremeció cuando empecé a notar cierta quemazón interior, un calor que nacía y comenzaba a esparcirse hasta las extremidades, mi cabeza comenzó a palpitar generando una leve jaqueca que intensificaría las venas de mi sien, ¿sería ese el contra efecto al que se refería Renji? Sin embargo, pese a que sentía la molestia, podía decir que era soportable, daba gracias a la particular composición de mi cuerpo que me permitía ir mucho más allá de los umbrales de dolor que por norma se podían establecer. 

Cualquiera de los presentes que pudiera prestar atención a como se comportaba mi cuerpo, podría suponer que no se trataba de uno corriente, pues para mitigar aquel calor punzante y sus respectivas consecuencias, algunos huesos afloraron sobresaliendo del yukata morado que vestía, y algunos hilos negros se dejaron ver desde las vendas de mis brazos como si fueran líneas autómatas que lucían trazos serpenteantes, aleatorios e incluso amenazantes, acabados en una fina punta.

Tragué saliva, tal dolor parecía ir desapareciendo aunque no la quemazón, que pasó a ser superficial y mucho más leve, pero me encontraba algo exhausto, ¿Cómo lo soportarían Killua y Kaito?, desconocía que tipo de artes físicas tenían los compañeros para disminuir tal dolor, y ya que pude superar mi caso, permanecí atento a ellos por si se pudiera producir algún contratiempo. Al cabo de unos momentos, Renji parecía dar por concluido tal proceso, y de manera fría, pero directa comenzó de nuevo a ejecutar una larga cadena de sellos. Y aquella quemazón se empezó a contraer, pude percatarme tras asomarme al interior del yukata que mi cuerpo estaba cubierto de unas llamas negras que lo cubrían y ahora se arremolinaban sobre el hueco supraclavicular, forjando sobre esa zona, un extraño kanji circular que una vez terminó de formarse, una sorprendente liberación de chakra oscuro fue impulsada hacia el frente desde la parte inferior centrar de mi cuello donde se hallaba tal marca, emanando un chorro etéreo de tono azabache que en cuestión de segundos fue apagándose.

El suceso era extraño para mí ya que no estaba muy familiarizado en esas extrañas artes del ninjutsu o lo que sea que fuera, pero parecía conformarse en mí una extraña energía latente procedente del hueco del cuello hasta mi interior.

- ¿Parece que todo salió bien? Yo al menos respiro... ¿vosotros 2 estáis ok? -

Pregunté preocupándome por el estado de Killua y Kaito, especialmente por este último ya que suponía que a diferencia del chico de Kumogakure, el joven peliazul quizá no tuviera unas capacidades físicas que le pudieran aportar una resistencia óptima a tal proceso.

- ¿Alguna consideración que debamos de tener en cuenta más Renji? -

Le pregunté para finiquitar las nociones que a día de hoy tuviera que saber, para tener en cuenta aquel nuevo poder que ahora fluía por mi interior, en el enorme amasijo de huesos e hilos negros que formaban mi cuerpo.
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El primero en ser sellado seria Fujitora, a quien Renji le advirtió que el proceso podía cobrarle la vida. Pero lejos de Atemorizarse, Fujitora acepto los riesgos y recibió el poder sin problemas.

Ahora era el turno del peliblanco, al cual Renji se dirigió rápidamente sin mediar palabra, de manera brusca y ruda, realizo una tanda de sellos y se la puso.
El joven Killua le daría su espalda a Renji y se pondría en posición sumisa para recibir aquella maldición de la mejor manera. Renji le pondría su mano fuertemente contra su cuello y generaría presión en el mismo, para comenzar el ritual especial, que le trasmitiría un calor especial por todo su cuerpo llenándolo de vigor y energía.

De esta forma, Killua pudo sentir el poder de Renji penetrando su cuerpo y como sus músculos se tensaban por la gran cantidad de energía que recibía de Renji, de manera constante y dura contra su espalda en un éxtasis de chakra y dolor, como si fuera un placer agradable, similar a hacerse un tatuaje. Debido a la diferencia de Adn con Renji, naturalmente el proceso duro más y fue más intenso que con el anterior voluntario. El Yotsuki se retorció y gimió de dolor por unos segundos. Por dentro decía "yamete kudasai", pero por fuera mantenía una mirada seria y objetiva, para no verse humillado por Fujitora.
Por fortuna, su cuerpo lo recibió bien y se adapto rápido, en tan solo unos segundos Killua se sintió conectado a Renji como nunca antes y gracias a su resistencia y su Inmortalidad, rápidamente el taijutser se incorporo como si fuera algo de todos los días y con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

-Ahh que rico- Expreso, mientras se prendía un cigarrillo.

Finalmente el ritual termino y todos lograron asimilar el sello con éxito. Al cabo de unos instantes, Renji volvería a pasar retirar las cargas malditas de sus cuerpos y retribuirle el chakra gastado al sellador, como quien pasa a cobrar después del servicio, mientras Fujitora preguntaba si había algo más que debiesen saber sobre el sello maldito.
-Hablo-
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La voz de Renji cortó el aire, advirtiendo sobre el riesgo extremo del proceso. Kaito asintió, aceptando las posibles consecuencias mientras se preparaba para lo que venía.

A medida que Renji realizaba los sellos y los Kanjis recorrían sus cuerpos, Kaito sintió el dolor, intenso y penetrante. Su cuerpo se retorció involuntariamente, pero su determinación lo mantuvo en su lugar. Era consciente de que sufriría más que los demás debido a las diferencias en sus cuerpos, pero estaba decidido a superarlo.

Cuando finalmente la explosión de chakra marcó el final del proceso, Kaito se sintió exhausto pero satisfecho. Miró a sus compañeros, preocupado por su estado, pero al ver que parecían estar bien, suspiró aliviado.

—¿Están bien? —preguntó, mirando a Fujitora y Killua con atención. Luego, dirigió su mirada a Renji, esperando cualquier consejo o instrucción adicional sobre el sello maldito que ahora portaban. Estaba listo para enfrentar los desafíos que se le presentaran con su nuevo poder, pero también quería asegurarse de comprender completamente lo que había adquirido.
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— Bien, parece que todo ha salido a la perfección. — Dijo Renji con una pequeña libreta en mano donde realizó algunos apuntes. Poco o nada tenía para añadir más allá de las aparentes restricciones que hasta el momento había conseguido. Para ello, tomó asiento en el centro de la sala, donde estuviese a la vista de aquellos tres y los observó individualmente. — Les comentaré algo. — Ajustó un poco su voz, aclaró su garganta y procedió a explicar — Aún es muy experimental. Tengo pruebas refutadas de los beneficios que el sello les dará a cada uno, son distintos en la mayoría de casos, sin embargo, han de tener cuidado con algo, y esto va para todos. — Señaló a los tres, aunque especialmente a Killua, que era el más errático de todos.

— El sello parece acumular una carga de cansancio o chakra que debo retirar cada cierto tiempo, sin embargo, mediante esta cadena de sellos — Dejó la tabla en la mesa más cercana y ejecutó una cadena de sellos en particular — pueden enviar el chakra para que les sea retirado. ¿Entienden? — Nuevamente tomó la tabla y tachó algo de su lista. — Por último, y bajo ningún concepto, lleven al límite las capacidades del sello. A pesar de tener muchos beneficios, parecen representar una fatiga y daño constantes al cuerpo si se utiliza demasiado. — Allí, en ese punto, hizo una ligera pausa y negó.

— No sé si pueda llevarlos a la ruina de una forma o varias, pero probablemente haya daños irreversibles. No me arriesgo a descartar la propia muerte. ¿Entienden? —
Renji dio media vuelta en aquella pequeña silla y dejó la lista sobre la mesa, eran garabatos más que nada, probablemente nada era fácilmente legible.

— Eso es todo. Quedarán en observación por las próximas 72 horas. Sean cautos y si sienten algo que no deben, acudan a mí. — Agradeció la presencia de todos con una reverencia y se marchó hacia los bastidores del laboratorio, precisamente al cuarto frío donde se guardaban alguna que otras muestras.
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Parecía que todo aquello era ya irreversible, y como si estuviéramos predestinados a estar a merced de algo, de aquel poder o incluso del propio Renji, lo cual no es que fuera de mi gusto estar bajo cierta condición, pues que cancelen parte de tu libertad nunca sería bien acogido por nadie. De igual forma, era también plenamente consciente gracias al chico de a lo que me exponía y en conjunto nos exponíamos, por lo que quizá, a cambio de obtener este nuevo poder debía de dar algo de mí.

- Vaya... sí que parece que existen varias contraindicaciones -

Me pronuncié tras las palabras del joven, que presentando una actitud metódica, nos fue informando de todos los pareceres acerca de ese sello oscuro que nos implantó. No obstante, los beneficios parecían mostrarse de forma diferente entre cada uno de los usuarios, lo que generó en mi interior una curiosidad por querer ver como afloraría aquella nueva adquisición. Sin embargo, un extraño inconveniente se originaba con el uso indiscriminado del sello, generando lo que Renji denominaba como unas cargas, pero que las mismas podían ser retiradas por nosotros mismos tras ejecutar una cadena de sellos que nos dejó a la vista sobre la mesa. Me acerqué lo suficiente como para ver cuáles eran los sellos y poder recordarlos cuando llegase el momento.

- Esta bien, jugar con fuego a veces puede resultar fatal, habrá que tener cuidado como usamos esto, gracias por el gesto Renji -

Le agradecí al chico aquello, ya que por otro lado, era totalmente una ayuda directa al fortalecimiento de la organización, y era también de considerar.

- Si noto algún tipo de desvariación desagradable, acudiré a tí sin dudar, te mantendré al tanto, espero que Kaito y Killua también permanezcan atentos... igualmente, seamos responsables con ello en el momento en el que lo usemos, hay que evitar todo inconveniente - 

Dije sentenciando, mientras recobraba la verticalidad en la silla para echar a andar mis piernas y salir de aquella sala. En ese momento, pude notar como un leve vértigo azotó mi visión, aunque gracias a Teitoku, afiancé el apoyo para no perder el equilibrio, sin duda, me llevaría algunos días asimilar los efectos del sello. 

- Nos veremos pronto compañeros, hasta entonces... -

Concluí mientras tomaba camino de la puerta y me despedía de los 3 en aquella sala. Tocaba prepararse para lo que estaba a punto de ocurrir, y la puesta a punto pasaba también por recuperarse del shock vivido.
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