[Invasión] Las semillas del Caos
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Última modificación: 15-06-2024, 10:14 PM por Kaname. Razón: Descuento de acumulación de ck pasivo
El anfibio, oculto cerca de Karai y expectante de toda la pelea, sabía que le quedaba poco tiempo. Había logrado ver como Karai combatía y limpiaba el terreno ella sola con su clase magistral de taijutsu. La chica, cual bailarina, danzó como una diosa haciendo paso en aquel sitio mientras aquellos gennin intentaban proteger su nación. Tras acabar con ellos, un nuevo rayo se haría presente en varios lugares del campo de batalla incluyendo a Kumonin ya libre de enemigos a la vista. Sin embargo, el sapo que aprovecharía sus últimos momentos volvería a escena con un salto hacia la chica, pero en ese momento acabaría el tiempo de estancia de él en ese mundo.

Una estela de humo dejaría claro que era una invocación y contrario a la desaparición del sapo, aparecería Kaname. Tenía puesta la capa de Kakusei, la misma con terminaciones naranja y en su espalda la palabra “resurrección”. Su aspecto físico también era diferente, alrededor de sus ojos en la parte superior, una sombra naranja y sus pupilas ahora parecían a las del sapo que acababa de irse. Estaba a unos cinco metros de Karai.

Parece que han estado divirtiéndose por aquí sin mi...

Lo primero que notó, fue aquellos diez ninjas a los pies de la morena, lo cual sacó de ella una sonrisa. No se esperaba menos, aunque sabía que la trayectoria de Karai no era demasiado extensa. Posteriormente, sus ojos se enfocaron el norte, justo hacia donde estaba la torre del Kage. “¿Estarán ahí todavía?” pensó notando que la barrera que les había aprisionado cerca de la central eléctrica ya no estaba. Así mismo, sabía bien que Fujitora y Kaito habían huido de ese mismo lugar dejando a Adan “solo”. Era mejor para ella ir hacia él e intentar buscarle si es que aún seguí por ahí, sino, se movería rumbo a la torre del Kage.

Iré hacia la central eléctrica… ¿Vendrás conmigo?— preguntó a Karai —¿Hay además de este revuelo algo que deba saber?— indagó.

Esperaría respuesta de Karai y justo después un sello —¡Bushin no jutsu!— haría que un clon ordinario apareciera y este, de inmediato buscaría esconderse en uno de los lugares que estaba abierto y sin personas de la aldea presetentes y ahí, empezaría a almacenar un par de puntos de chakra natural para entregarlos a Kaname. Luego de esto, y tras morder su pulgar, Kaname haría dos tantas de sellos adicionales para invocar a sus dos más grandes aliados.

¡Kuchiyose no jutsu!

La estela de humo dejaría a sus pies dos sapos ambos con una capa acorde al tamaño de los mismos de color gris: uno de ellos; verde, con un poco de pelo blanco en la cabeza y barba, ojos de color amarillo y una sonrisa apacible, la misma que se desdibujó al ver todo el caos que la organización estaba provocando. El otro anfibio, un poco más grisáceo, tenía una especie de aspecto violeta y a diferencia del otro, su rostro no parecía tan confiado.

Mi niña… ¿Ha empezado la revolución?— dijo Shima al tiempo que ella y Fukasaku, con un salto, se paraban en cada uno de los hombros de Kaname. —Es hora de hacer nuestro aporte ma... Hagámoslo bien— dijo pa con la voz un tanto nostálgica. Estar ahí seguro le traía muchos recuerdos de antaño —¿Qué sabes de todo esto Kana?— agregó el viejo.

Karai, estos son Shima y Fukasaku, grandes amigos y aliados.— dijo inicialmente —Estaba dentro de Gamagakure, almacenando chakra natural. No sé qué esté pasando, pero nos moveremos a la zona en dónde estuve con Adan por última vez… Si no está ahí, nos moveremos hacia dónde está la torre del Kage. Ahí seguro daremos con uno o varios de los chicos.— Le respondió al sapo.

La voz de Kaname, aunque tranquila, parecía un tanto tajante, su concentración parecía estar al máximo en ese momento. Calculaba cada paso que daría desde ahora. No podía cometer el mismo error que había cometido justo antes de que su clon se esfumara. Finalmente, un par de sellos más y dejando este último sostenido, Kaname realizó un leve salto y chocó sus pies para que una barrera le indicara en un radio de veinte metros quien estaba cerca. Cualquier presencia y/o movimiento de chakra sería detectado por la Senju que tras una seña a Karai, empezaría a correr hacia la planta bordando el río del lado de la torre del Kage. Pasarían casualmente evitando las confrontaciones existentes sin quererlo para llegar a la planta tan pronto como podía sin dejar atrás a Karai.

Art. Concept

Anotaciones del post
[Imagen: Firma-Kaname.jpg]

Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

Bonus

Inventario
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Última modificación: 15-06-2024, 10:21 PM por Karai.
Después de dar unas clases de baile bajo la lluvia, la morena notó que había perdido la compañía del anfibio gris y naranja. Se disponía a continuar con su camino pero, ese momento, otro rayó le partió la cabeza y sacudió su cuerpo, haciéndole sacar chispas.

¡Carajo, nojoda! —protestó, ya irritada. 

La joven se resintió a la intensa electrocución mientras frotaba su hombro izquierdo, con un ojo cerrado y una expresión de molestia—. Esos estúpidos rayos siguen cayendo sobre mí —murmuró, desviando la vista hacia el cielo lluvioso.

Fue entonces cuando el sapo, que no había visto, desapareció en una nube de humo antes de alcanzarla. Ella se asustó y dio un respingo, y plantándole cara a lo inesperado reaccionó adoptando una pose defensiva y preparándose para enfrentar cualquier peligro. Sin embargo, cuando el humo se disipó, no encontró una figura hostil.

¿K-Kaname? —Los ojos se entrecerraron, haciendo foco. 

La figura de aquella hermosa mujer se manifestaba ante la confundida morena. ¿Se trataba de un henge? ¿El sapo se transformó en Kaname, o Kaname se transformó en el sapo? Bueno, aunque se veía un poco diferente, sí era ella. Karai no sabía que todo el tiempo la joven Senju había permanecido oculta en el interior del anfibio.

Hacia la central me dirigía —comenzó a explicar, al mismo tiempo que buscaba entre sus pertenencias una píldora de soldado—. Quise reagruparme con los demás en la plaza sur, pero no quedaba nadie ahí. Desde la distancia llegué a ver que se levantó una especie de barrera en la zona de la central, aunque ya no está. Entonces me incorporé a este grupo, y los detuve aquí para que no llegaran más lejos. Había otro grupo que tomó el camino contrario —señaló, indicando la dirección con el brazo extendido, antes de tragarse la píldora— pero desconozco hacia donde iban. Es todo lo que sé. Ah, y esta tormenta... creo que no es natural, ha surgido repentinamente y de la nada. Algo o alguien ha de estar provocándola, no paran de caerme rayos. 

Tras oír con atención, Kaname realizaría un jutsu de invocación ante la mirada expectante de Karai. Dos sapos, completamente diferentes al anterior, harían aparición en la escena. Cuando los escuchó hablar, la Yotsuki pensó que los impactos eléctricos le habían alborotado el cerebro y la dejaron estúpida. A pesar de que ella convivía con un gato parlante, elocuente y malvado (sobre todo malvado), no paraba de sorprenderle cada vez que un animal verbalizaba. Y ahora se preguntaba, ¿por qué el perro de Kuma no hablaba?

Fue entonces que la Senju presentó a los anfibios y, luego de que la morena saludara cordialmente con una reverencia, explicó a todos su situación. Ella había permanecido dentro del sapo todo el tiempo. La Yotsuki no ocultó la expresión de sorpresa que se manifestó en su rostro al conocer tal información.

Bueno —asintió Karai, ante las indicaciones de Kaname—. Allá vamos. Por favor, tengan cuidado con los rayos.

Tras la ejecución de un nuevo jutsu, la azabache hizo un gesto de invitación a la morena y ella la siguió. Volverían a la central eléctrica a buscar a sus compañeros y brindarles apoyo.

Estadísticas de Karai Yotsuki

Pasivas / Kosei


técnicas y gastos

resumen
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Última modificación: 18-06-2024, 04:48 PM por Kaito.
El cielo sobre Kusagakure se oscurecía cada vez más, la tormenta alcanzaba una intensidad casi apocalíptica. Los rayos caían en intervalos irregulares, iluminando el campo de batalla con destellos cegadores y truenos ensordecedores. El agua comenzaba a acumularse, transformando el terreno en un pantano resbaladizo y peligroso  mientras los truenos resonaban como el tambor de guerra de los dioses. La lluvia, cada vez más intensa, golpeaba los tejados y el suelo, creando un ritmo constante y perturbador, un rayo había conseguido golpear al Shiin y a sus creaciones, sin embargo, mas allá de las cenizas en sus ropajes, no era visible mucho daño.



En medio de este caos, Kaito, el joven de cabello azul, mantuvo una calma sobrenatural. Sus ojos demoníacos brillaban con una intensidad oscura mientras observaba el entorno, calculando cada movimiento. De repente, un nuevo rayo descendió del cielo, dirigido directamente hacia él. Con una agilidad y precisión impecables, Kaito dio un salto hacia adelante, el rayo pasó peligrosamente cerca, pero él se movió con una gracia casi sobrehumana, evadiendo la descarga letal.



Al aterrizar, Kaito continuó avanzando sin perder el ritmo, acortando la distancia con su rival hasta quedar a unos 20 metros. A su alrededor, la tormenta parecía enfurecerse aún más, pero el flautista se mantenía impasible. Sin embargo, sus demonios Doki no fueron tan afortunados. El segundo rayo los alcanzó antes de que pudieran reaccionar. Con un destello cegador y un estruendo ensordecedor, los tres demonios desaparecieron, consumidos por la energía eléctrica y dejando tras de sí nubes de humo blanco que se desvanecieron rápidamente bajo la lluvia torrencial.



Kaito observó la desaparición de sus oscuros acompañantes sin mostrar señal de perturbación. En cambio, una risa oscura y escalofriante escapó de sus labios monstruosos y deformados dejando ver sus brillantes colmillos. Sus ojos brillaban con una demencia sádica mientras se dirigía a su oponente, cuya figura se recortaba a través del velo de la tormenta.



— ¡Jajaja! Pues definitivamente eres más divertido que los civiles. Dime, ¿cómo quieres que te ponga a bailar ahora? — Su voz resonó en la tormenta, cargada de burla y malicia.



Sin esperar respuesta, Kaito alzó la flauta de nuevo hacia sus labios, su expresión transformándose en una máscara de concentración perversa. El sonido de la lluvia golpeando los tejados y el rugido distante de los truenos parecieron disminuir momentáneamente mientras preparaba su próxima melodía. Los dedos de Kaito se movieron con una precisión casi hipnótica sobre los agujeros de la flauta, cada movimiento medido y calculado para producir una canción que emanaría una oscura y temible energía.



La atmósfera se cargaba de tensión, el aire mismo parecía vibrar con la expectación de lo que estaba por venir. Kaito, imperturbable y seguro de su poder, estaba listo para desatar su siguiente ataque, una melodía que no sólo controlaría el campo de batalla, sino que también sembraría el terror en el corazón de su enemigo.









Rogu



El poder del demonio Rõgu parecía no tener comparación, no tenía frenos y ni Adan o la naturaleza tormentosa podía detener su objetivo de acabar con todo aquel que se le cruza encima. Los truenos cayeron nuevamente pero no siquiera la velocidad de aquella fuerza elemental se comparaba con el demonio que esquivó fácilmente el relámpago. Rõgu observó la llegada de un nuevo contrincante, su figura alta y sonrisa egocéntrica significaba que estaba confiado. Claramente Rõgu no le daría tiempo para nada y apretando su puño se preparó para atacar, flexionó sus piernas mientras su rival activaba la octava puerta y se posicionaba en carrera. Para la gente normal, solo verían el aura del dragón y luego el como ambos shinobis desaparecían en un pestañeo. El choque entre el puño del demonio contra la patada del shinobi de Kusa creó una explosión de viento devastadora, por primera vez Rõgu sería detenido y acabaría recibiendo un buen daño. El demonio perdería su brazo derecho por el uso de su propia técnica y el daño de su rival, pero, su rival tendría que recibir las consecuencias de su propia técnica perdiendo la movilidad de sus piernas y pronto, la vida












Off


Edo Rogu


Resumen
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Última modificación: 17-06-2024, 09:22 PM por Adan Yamanaka.
Estadísticas de Adan Yamanaka

Entrenamiento Intensivo

Dos en Uno

Experto en sellos de una mano

Ninjutsu - Estilo Cauteloso

Bunpu


Seidō Fūjin


Adan hace un sello para  para absorver chakra mientras que Albert ve como un rayo va a caer, gracias a la velocidad, agilidad, este logra esquivarlo como si se hubiese teletransportado pero no, solo fue un movimiento veloz, logro ver como aparece un enemigo mas en el campo de batalla pero este se mantuvo tranquilo, sin demostrar  ser hostil ni nada por el estilo, solo alguien tranquilo que mantuvo la distancia, una distancia bastante prudencial y segura, observando aquel choque entre bestias y elevando una ceja, se mantuvo atento, activo, precavido ante cualquier actitud de los defensores de la aldea, todo mientras se movia en un rango corto (Distancia menor a la de una tecnica B) buscando refugio, un lugar seguro para los proximos rayos que iba an a caer PERO a su vez, sin perder la vision del campo de batalla, no era un ninja tonto, no iba a lanzarse al fuego  pero tampoco iba a evitar la forma de defenderse, por eso, buscaba como protegerse, ya sea en techos o escombros que eviten que el rayo le alcance y a la vez que pueda reaccionar. 

Aunque sus movimientos fueron defensivos, no desmotraba que se estaba "rindiendo" o tan si quiera huyendo, al contrario, si los otros atacaban, iba a atacarle con todos, se contuvo y aun lo hace, el objetivo no era acabar con la vida de todos y es que para Adan, nadie ha muerto pues el no sabe que en la explocion se habia perdido vidas, por eso su discurso de paz y su actitud NO hostil, sin embargo entre sus planes estaba llevarse a uno de los cuerpos para un "futuro" proyecto o mas que proyecto: Experimento a base de la maestria fuinjutsu, una que pudiera ayudarle en su futuro y en su camino

resumen

Chakra: 963/1345

Vida: 287/580
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Un rayo cayó sobre todos los miembros de Kakusei: Adan, Rogu, Fujitora, el corazón de Nakia, Kaname, Kaito y Karai.

Kikou: Arashi

Kishoujouhou

Durante el desplazamiento de Fujitora, el comandante llegó a poner la mano en la vaina, y en un segundo momento, al lanzar su corte el ninja no-vidente, en la siguiente fracción de tiempo, Shirou desenvainó, chocando con el filo de su katana imbuido en Raiton. Tras el choque, recibió un poco de daño en forma de cortes, pero de inmediato debió voltearse. Había sentido el relámpago caer en su retaguardia, por lo que no le costó prevenir que el corazón de Fujitora lo atacaría buscando flanquearlo. Desde que los vio corriendo a la par y luego separarse, estaba esperando el momento, y el segundo relámpago lo delató aún más.

Chakura Ha

Daño: 108
Al voltearse, blandió con rapidez su espada y lanzó una andada de chakra hacia los cortes de Nakia. Este tajo proveniente de la katana estaba también beneficiado por el Raiton, por lo que venció la ofensiva y logró impactar en el cuerpo de aquél corazón. De inmediato, tras lanzar la katana hacia el aire, para arriba, realizó un sello, y en un segundo había descargado su chakra con el Atsukau no Jutsu en aquél tejado, expandiendo una onda en 5 metros de radio.

Issen

Atsukau no Jutsu

Daño Issen: 156 | Coste: 65
Daño Atsukau: 175 | Coste: 65 | Velocidad: 90


Rogu recibió íntegro el Yagai, quedando insconsciente y fuera de combate, saliendo despedido mientras su pecho era completamente destrozado por la patada.

Adan presenció la escena, y pese a que intentó esconderse bajo un techo, sería alcanzado de todas formas por un próximo rayo, pues seguía en el exterior, y los rayos no necesariamente caían de manera vertical (es decir, podían caer en diagonal). Si Adan quería protegerse debía entrar en un interior, y perdería completamente la visión de lo que pasaba fuera.

— ¡Capitán Dakar! ¡NOOOOOO! — gritó Ryu mientras cubría su rostro con la palma, achinando los ojos y afirmando las piernas ante la gran onda expansiva que azotó la zona, producto del poder enorme del Yagai. La pierna del comandante quedó completamente destrozada, y el rubio acudió a él. — C-Capitán... ¿Está bien? — dijo mientras lo cargaba, como podía. Él también estaba herido, después de todo. El cuerpo de Rogu ultra-destrozado estaba tirado a varios metros. El joven de marcas en el rostro levantó la mirada para verlo. Su piel dejó de ser rojiza, pues desactivó el Gourai Rensa ante la falta de chakra que acabaría con él en cualquier momento. Entre el daño recibido y el agotamiento, estaba muy débil como para intentar algo: debía irse y procurar que traten al cuasi-destrozado Dakar, con su pierna partida en trocitos y su piel despidiendo vapor rojo. — No te preocupes... Lucha, hijo.

— Aguante, capitán Dakar. No me deje ahora. — dijo mientras empezaba a marcharse, rumbo al norte y bordeando el Río Zukiho. Pero mientras corría con Dakar a cuestas, una voz en el intercomunicador lo sorprendió. El gesto del rubio fue de total sorpresa. Atinó a frenarse, pero instintivamente siguió corriendo. "Kuroro-sama ha caído", habían pronunciado los labios de Kara.



Kaname y Karai, tras intercambiar palabras luego de que la Senju saliese de su escondite, se dirigirían al Distrito Nº 5, bordeando el canal que conectaba con el río Zukiho. Tras unos minutos, finalmente llegarían donde Rogu había sido derrotado y Adan permanecía robando chakra. ¿Qué harían ahora? Ya sin enemigos a la vista en esa zona. La única con vida era Koizumi, quien estaba al borde de morir desangrada por su traumatismo y el derrame que le había producido, pero a quien el Yamanaka seguía drenándole chakra por un sello.

Notas

Personajes

Mapa

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Estadísticas de Fujitora Kaguya

Sello Maldito - Fase 1

activas (-70 de chakra)



~ Alfil por reina.


Se empezaba a palpar en el ambiente la tensión y agresividad particular que generaba la confrontación entre 2 filos. Cualquiera que se precie sabía que, un choque de estos, significaba algo más allá que uno entre jutsus, por eso, aunque parecía haber perdido el primero, los insignificantes estragos que generaron en mí no fueron más allá, y la fortaleza que me caracterizaba persuadió las perdidas chispas de la katana del shinobi de Kusagakure. La contienda no había hecho nada más que empezar, y mi ojo avizor ya se había percatado de un par de detalles con los que intentar sacar ventaja o sentenciar el duelo.

El rayo cayó de nuevo, encontrándome preparando mi siguiente acometida tras perder el primer choque, con las piernas ligeramente flexionadas, en ese preciso momento el enemigo se encontraba repeliendo a el corazón de Nakia, sin embargo, caería en el fatal error de dar la espalda a un contrincante que no había rematado ni mucho menos.

Se propagó un flash cegador por el rayo que dada la cercanía, estremecería a todos los párpados para protegerse del gran torrente de luz, y aprovechando tal deslumbrante suceso a mi favor, junto a la cercanía del joven y sumado a que el mismo se volteó dándome la espalda para defenderse del ente jiongu, proyecté mi cuerpo hacia él desenvainando de nuevo a Teitoku hacia la parte media de su columna, donde impactarían 3 veloces cortes a la velocidad de un parpadeo, justo en el momento en el que se protegía del otro flanco.

Y no podría, o más bien, no debería poder protegerse simultáneamente de un ataque escalado desde 2 flancos, algo que pude aprender en mis combates del coliseo del País del Viento, ya que, a falta de conocer una técnica shinobi capaz de hacerlo, realizar 2 ofensivas una tras otra, te daba la posibilidad a que cuando la primera fuera rechazada, al tener que repeler el segundo kenjutsu, el primero quedaba dispuesto para contraatacar en el espacio del segundo, una estrategia fatal y efectiva que los maestros del arte del combate solían utilizar.
Contenido Oculto

- Fin -

Samidare

El corazón de Nakia acabaría repelido, metros y metros atrás dando vueltas sobre el tejado, tras ello, correría dolido hacia las cercanías, ocultándose entre los bajos del tejado para voltear la zona y buscar de nuevo otro flanco con el que posicionarse. Yo por otro lado, seguiría reposicionándome, y aguardaría la distancia tras mi último impacto, manteniéndome a un rango de 3 metros sobre su costado derecho trasero. No era inteligente aumentar la separación, aunque el también podría ser un gran peligro en las distancias cortas, yo lucharía por serlo más aún.

resumen

daños y costes
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Sus orbes estaban puestos sobre la morena. Era perfecto que sus intenciones también eran las mismas que las de la Senju, podría apoyarse en caso de necesitarlo y seguramente harían una muy buena dupla. Afirmó y procedió a escucharla.

Si la barrera no está quiere decir que alguien se encargó de ella o de quién la ejecutó, los de Kusa estaban decididos a eliminarnos en ese lugar.— comentó justo antes de alzar la vista —Si, efectivamente si están cayendo rayos alguien está provocándolo… Lo mejor sería dar con él, pero salvo contemos con suerte, dudo que esté a la vista, a lo mejor está oculto en algún sitio.— sentenció justo antes de que empezaran su movimiento hacia la central.

En el trayecto, ya usando la técnica de detección de los sapos la azabache pudo sentir como se formaba el chakra que daría origen a los rayos.

Ahí viene, prepárate... ¡Ahora!

Gritó dijo a Karai y justo en ese segundo el rayo caería buscando darles. Kaname lo esquivaría moviéndose un poco a la derecha justo antes del impacto. Sus ojos se posarían en la kumonin, le preocupaba que su suerte no fuera la misma. El caos aún podría sentirse, pero algo le decía a la Senju que pronto terminaría todo. La rendición de Kusa era el fin de los de Kakusei y una vez desde las altas esferas notificaran la caída del más alto representante, no tendrían más opción que rendirse a quienes habían logrado la invasión. Pasaron un par de minutos antes de que la Senju llegara a la central. Lo único que pudo ver fue un par de destrozos, el cuerpo de un viejo conocido hecho polvo y su amigo, ahí junto a la chica que les había atacado.

¡Adan!— Le gritó mientras se acercaban y notaba como la chica lucía con muy mal aspecto. —Acabó la tarea aquí, ¿qué ha pasado?— La Senju abrió los ojos impactada sin deshacer el sello de rastreo —deberías dejarla ir ya... No se le ve muy bien. ¿Quién la dejó así?— indagó al Yamanaka y pondría los ojos en Karai.

¿Sabes ninjutsu médico?. Si puedes, lleva a Adan dentro de un lugar seguro y vela por estabilizarlo y ayúdale con lo que necesite, yo me moveré a la torre del Kage a dar apoyo si es que hace falta. Aquí no tenemos mucho por hacer, volveré pronto.— dijo un tanto tranquila.

Adan estaba vivo, era en parte de las cosas que más le preocupaban y aunque no estaba del todo ileso, ahora ellas podrían encargarse de lo que siguiera en adelante. Por otro lado, justo antes de moverse hacia la torre del Kage, Kaname vería a Rogu, el chico que había conocido en el estanque, hijo de comerciantes y un chico que a simple vista se le notaba tranquilo —¿Qué le sucedió?— pensó mientras fruncia el ceño. No tenía mucho sentido quedarse ahí, el tiempo del senjutsu seguía sobre su cabeza y lo mejor que podía hacer era aprovecharlo. Ma y pa, por su lado, seguirían proveyendo chakra natural a la dueña del pacto de sapos mientras ella se ayudaba de forma pasiva un poco más, no emitieron palabra, no era la primera vez que veían lo que era capaz de hacer la crueldad humana. El clon, por su parte, tendría el lugar perfecto, alejados de todos y de todo peligro mientras almacenaba chakra natural adicional. Sus pies empezaron a moverse de nuevo, esta vez, a toda velocidad, puesto que Karai ya no le acompañaría.

Anotaciones del post
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Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

Bonus

Inventario
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Última modificación: 25-06-2024, 05:01 PM por Kaito.
La tormenta seguía rugiendo en el cielo, y los rayos caían implacables sobre el campo de batalla. Kaito observaba el caos que se desarrollaba a su alrededor. El combate entre Fujitora y Shirou era una danza mortal de acero y electricidad. Cada movimiento, cada impacto, era una obra maestra de habilidad y estrategia. Sin embargo, la situación se tornaba cada vez más desesperada. Los rayos no cesaban, y caían uno tras otro.

Al sentir su conección con rogu desparecer, un sentimiento de urgencia se apoderó de Kaito. No podía permitir que más de sus compañeros sucumbieran. La determinación brilló en sus ojos mientras buscaba una oportunidad para intervenir.

Los rayos que caían podían ser una bendición disfrazada para los sentidos de Kaito. Sabía que podía usar ese caos a su favor. La energía del sello maldito corría por sus venas, amplificando sus habilidades y sentidos. Un rayo cayó cerca de él, iluminando su figura monstruosa por un breve instante. Con un movimiento ágil y fluido, esquivó el impacto con una gracia casi sobrenatural, una sonrisa recorria sus labios mientras veía al almirante chocar de igual a igual con su enemigo..

Uno de los relampagos fue lanzado contra Kaito, quien en un parpadeo saltó hacía delante cortando en algunos metros más la distancia con su oponente. Mientras el rayo impactaba el suelo, sin dejar de moverse ágilmente tan rápido como podía en dirección a su enemigo Kaito llevó su flauta a los labios y comenzó a tocar una melodía inquietante. Las notas resonaron en el aire, cargadas de un poder oscuro y seductor. El sonido se extendió como una ola, envolviendo a su objetivo en un manto de ilusiones.

El genjutsu auditivo comenzaría a hacer efecto casi de inmediato. El mundo alrededor del objetivo se desvanecería reemplazado por un paraje desolado y sombrío. La única realidad para el objetivo sería el sonido de la flauta de Kaito y s, cargada de burla y orgullo.

Kaito seguía en su forma monstruosa, una figura aterradora en medio de la tormenta. La melodía de su flauta era un canto de condena, y el genjutsu era su arma definitiva. Mientras la batalla continuaba alrededor de él, Kaito se mantenía enfocado en su objetivo, decidido a llevar su mente al borde de la locura y más allá.





Off
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En cuanto logró repeler a Nakia, un ataque por la espalda sorprendió a Shirou. El mismo lo empujó 3 metros, haciéndolo toser del dolor. Se irguió apretando con fuerza su katana, y con un gran dolor, aprovechó el impulso para voltearse y dejar de ofrecerle la espalda a Fujitora. Empuñó la katana hacia el frente con la diestra, en un reflejo defensivo, mientras elevaba la zurda hacia Fujitora, lanzando un haz de Raiton a una velocidad ligeramente superior a su habitual canalización. El rayo buscaría atravesar por el abdomen al Kaguya.

Chidori Eisou

Daño: 118 | Coste: 70 | Velocidad: 95CCK

Para suerte del resto de invasores de Kakusei, aunque para desgracia de ahora los shinobis de Kusa, el daño recibido por el Otenki fue suficiente para anular la activación de su técnica que hacía caer relámpagos sobre todos los enemigos, por lo que no pudo mantener su canalización de chakra allí.

Sin embargo, luego de lanzar el Chidori Eisou, todo se apagó para Shirou, que empezó a oír el sonido del flautista y un paraje desolado fue lo único que vislumbró. El miedo ingresó por sus cuencas auditivas y nubló por completo sus sentidos, solo oyendo la fúnebre melodía y entrando en un estado de terror que casi lo paralizó. ¿Qué mierda estaba sucediendo ahí?


Adan y Karai recibieron íntegro el rayo que cayó anteriormente, sin tener chance a reaccionar a él. La buena Kumonin, probablemente no podría esquivarlo aún ante el aviso de Kaname, que no la ayudó físicamente sino que simplemente la advirtió de algo que, la morena, probablemente ya había notado. El oficial rebelde se confió de su "refugio" bajo aquél saliente, pero el relámpago lo alcanzó igualmente.

Dakar logró huir en brazos de Ryu, que lo llevó hasta la zona de hospitales del norte, alejándose del peligro de los invasores con facilidad. Kaname llegó, y tras intercambiar unas palabras con Adan, que todavía estaba sentido del impacto del rayo y los daños recibidos con anterioridad, partió rumbo a la zona del centro. Para ello debería salir del distrito 5 e intentar ingresar cruzando el río de alguna forma, pues Karai había derrumbado el puente. Esto atrasaría aún más su llegada al conflicto del distrito de la Torre.

Notas

Personajes

Mapa

El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

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Última modificación: 28-06-2024, 02:27 PM por Fujitora. Razón: He añadido la imagen de la calculadora de reacción
Estadísticas de Fujitora Kaguya

Sello Maldito - Fase 1

activas (-70 de chakra)



~ Últimos compases.


Las 3 estocadas impactaron de lleno en el shinobi de cabellos dorados, la acción azotó su cuerpo, su sombrero militar cayó y acabó perdiéndose por la cornisa del tejado mientras rodaba verticalmente entre las tejas. Sus pelos enmarañaban un rostro dolido, pues la sangre brotaría de su torso dejando ver los 3 haces de la mordida de Teitoku, y perduraría un tiempo debilitándolo.

No obstante, el enemigo se mostraba inquebrantable al dolor, y presentando una determinante ofensiva cargó su mano restante en un abrir y cerrar de ojos de chisporroteante raiton, las chispas iluminaron levemente la zona, y lanzó desde su posición contra mí un filo de luz a una altura media, sin embargo, yo ya estaba preparado.

Teitoku de nuevo fue desenvainada, y aunque era un ataque lento, buscaba transmitir una perfecta lectura del combate a mi oponente, demostrándole que estaba anticipado a sus movimientos para declararle una superioridad plena, y con ello, minarle la moral. Por eso, blandí una vez más la blanca shikomizue, y su hoja apareció envuelta en un aire cortante, que chocaría contra aquel filo y con la ayuda del brazo, se extendería hasta impactar contra él hasta volver de nuevo a mí.

Revelo hide del turno anterior, preparaba un golpe armado defensivo + Chakura Ha con chakra fuuton.
Chakura Ha

Jiongu: Neji no jumyō

- Hasta aquí llegaste -

Le dije sentenciando, viendo como tras el impacto además parecía quedar conmocionado y desorientado por algo. Desconocía exactamente qué problema le estaría ocurriendo, sin embargo, parecía haber perdido la concentración, transmitía un raro estado de quietud para un combate y no presentaba más guardia. Dudé, pero debía de ceñirme a la misión, no podía permitirme el lujo de presentar compasión por un enemigo en tales circunstancias, pues podía ser un error garrafal para mí y para todos.

Con el enemigo aparentemente abstraído, y sin una pizca de compasión, concentraría mis aptitudes en un último desenvainado, atento a él por si tuviera que reaccionar y abortar la técnica. Pues la que estaba a punto de realizar, de llegar a impactar, daría por acabado todo. Tras una leve concentración, desenvainé una vez más, un desenvaine mortal contra el rubio, aprovechando el inexplicable estado por el que estaba pasando, Teitoku se deslizó alargando el brazo una vez más, y a la altura de su cuello sesgaría sin obstáculo previo separando la cabeza de los hombros, dando lugar a un abrumador chorro de sangre cuando esta entró de nuevo en su respectiva vaina.

- ... -

Iaigiri

Jiongu: Neji no jumyō

¿Habría llegado el combate a su fin? No estaba seguro hasta que aquel shinobi hincase las rodillas de una vez por todas, y tras una cauta evaluación darlo por muerto, pero permanecía desde los 6 metros respecto a su posición, atento y preventivo.

resumen

gastos y daños
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La mision hasta ahora ha sido un exito, Kaname llego a resguardarme pero igual el daño del rayo llego hasta a mi, todo eso se mezclaba con un sentimiento de debilidad pues había recibido mucho daño, el campo se llenaba de agua y eso iba a empeorar la situacion, por ahora lo unico que se me ocurría era cargar chakra en mis pies para montarme encima de esta mientras que llevaba mi mano a mi cerebro, tocando  mi frente y enviando una señal a todos, tenia un objetivo y no lo habia cumplido, por eso, lo mejor era obtener la ayuda de mi equipo. Intentaba de igual forma resguardarme para  evitar cualquier otro daño. Mis tecnicas estaban desactivadas ya por lo que no tenia ventaja alguna o cosa que me quitara chakra. -Chicos, necesito un cuerpo con vida y que tenga suficiente chakra...(Un S o S+) Quiero intentar algo pero estoy débil en estos momentos para tan si quiera enfrentarme a alguno de los sujetos que aun este por ahi rondando - Tras enviarle el mensaje a todo mi grupo, solo quedaba esperar a que se pudiera lograr el objetivo para, de esa forma, poder cumplir con mi meta personal. 
Gokei Setsuzoku


Sin embargo, agarre a la chica herida e intente curarle la herida con intentos tontos, lo máximo que pude hacer fue detener el sangrado con un poco de tela, todo mientras intentaba salvarle, realmente no quería que muriera y aunque ella no fuera parte de mi objetivo, tampoco se debia perder vidas "innecesarias" por eso, mi forma de actuar era "correcta". Esperaba poder salvarle, e incluso, de forma tonta e intuitiva, trate de llevarla a donde creo que sea el hospital (Dejo a Narrador la decision de mi movimiento hacia cualquier zona), tratando de poder llegar a tiempo y que ella sea salvada

Chakra: 928/1345


Vida: 237/580


resumen
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Última modificación: 02-07-2024, 01:44 AM por Narrador R.
Pese a que intentó contraatacar, la ilusión sonora fue demasiado para él. Totalmente ciego y con su Chidori superado por los dotes del espadachín "ciego", Shirou Tatsuki cayó ante uno de los mejores. El Kaguya se concentró y aprovechó el temple que lo caracterizaba para, aún en una situación tensa y límite, dar valor al movimiento de Kaito y ejecutar de un corte limpio al Comandante de las fuerzas de Kusagakure. Su cabeza rodó por el tejado, pero la tormenta siguió. El legado de un Otenki era más fuerte que su vida, incluso. Sus obras perdurarían durante mucho tiempo, de hecho.

Adan, el buen oficial rebelde, si bien pudo haber hecho un poco más, sus intentos por atender primitivamente a las heridas de Koizumi fueron inútiles. De hecho, ya había permanecido un buen rato inconsciente y con un derrame, e incluso si la hubiese salvado en ese momento, las secuelas hubiesen sido irreversibles. Quizá el muchacho no llevaba un botiquín o kit médico, encima, contrario a lo que muchos shinobis solían hacer. De cualquier forma, cargó a la rubia, intentando llevarla hacia la zona norte, donde sabía que estaban los hospitales, para que fuera atendida.

Sin embargo, tanto a Adan, Karai, Kaito y Fujitora, algo los sorprendería.

Desde el cielo, unos portales se abrieron encima de cada uno de los miembros de Kakusei. Kaname y Adan, por un lado, recibieron en 25 metros a su alrededor una lluvia masiva de unas shuriken de 2 metros de diámetro que destruirían todo en el área, excepto a los aliados. Por lo tanto, estas armas evitarían dañar a Koizumi, a civiles o a cualquier shinobi de Kusa, para solo enfocarse en los enemigos.

Lo mismo le pasaría a Kaito, por su parte, y a Fujitora, por otra. Desde el cielo, para cuando pudieron notarlo, les caerían estas gigantes armas de chakra en un área circundante de 25 metros de radio. La ofensiva era de armas gigantes y cortantes, por lo que incluso cercenarían alguna extremidad de impactarles, o eran capaces de asesinarlos si no lograban evitar que les diera en la cabeza o una zona crítica.

Bishamonten no Tobira

Daño: 230 | Velocidad: 100CCK


Tras la gran ofensiva aérea, todo se sumió en un silencio, y el caos del centro dejó de oírse. Pronto todas las radios de onda de los shinobis de Kusagakure recibirían un mensaje, una directiva de una de las personas más queridas y respetadas por todos allí en la Hierba.

El grandísimo Dendé lo comunicó a todo el mundo, e inclusive los shinobis de Kakusei pudieron oírlo, por una extraña razón. Las habilidades comunicativas del pequeño jovencito verde trascendían barreras tecnológicas: una absoluta leyenda. — Kuroro-sama ha caído. El Comandante Shirou igual, y hemos tenido numerosas bajas. Como consejero del Kusakage y asesor de nuestro príncipe de la Hierba, yo Dendé, anuncio que Kusagakure ha sido vencida. Solicito un alto al fuego de todos nuestros hombres, y espero que el enemigo esté dispuesto a dialogar. Nos han doblegado, solo les imploro que ya no corra más sangre.

Notas

Personajes

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Última modificación: 02-07-2024, 05:48 PM por Fujitora. Razón: Aclaración de ubicación en el punto 6 del resumen
Estadísticas de Fujitora Kaguya

Sello Maldito - Fase 1

activas (-70 de chakra)



~ Fin del duelo.


Y con las negras pupilas clavadas en su cuerpo, este se desvaneció de forma inerte, cediendo frontalmente mientras las rodillas cedían y doblegaban la verticalidad del cuerpo del enemigo, embadurnado en una fuente sangrienta, hasta poco a poco se fue mezclando y aclarando con la potente lluvia de la tormenta que seguía azotando la zona.


Apreté a Teitoku, consumido por la frenética sensación de dar muerte, y reviviendo viejos fantasmas del fondo del mar. El corazón de Nakia apareció oportunamente con la cabeza del joven, desde el borde del tejado, sosteniéndola por sus cabellos rubios, tirándola hasta donde yacía el cuerpo de su dueño, y en el murmullo inquebrantable de la tormenta y su lluvia, le dirigí una orden.

- Ve a por el otro cuerpo del primer enemigo que cayó, el de las espadas explosivas, aumentaremos la familia -

Le dije, y de inmediato, su oscura figura sin siquiera asentir, fue en busca del primer adversario derrotado, sabía su ubicación, a medio camino entre el incidente de la central y este último.

Suimen Hokou no Gyou

Mientras el ente se perdía entre las anegadas calles de la villa para llevar a cabo su mandato, la obscena escena de aquel cuerpo decapitado embelesó mis más profundas inquietudes, sin embargo, el vago recuerdo de ellos 5 me trajo de nuevo a una realidad que distaba mucho de aquel oscuro ensimismamiento. Aún no era el momento, y mucho menos el lugar.

Las palabras de Adan resonaron en mi mente distrayéndome, las habilidades mentales de aquel joven aún me abrumaban, no obstante su petición quedaría vacía, al menos por mi parte para su desgracia.

- Lástima Adan, no hago prisioneros -

Le dediqué lamentando sinceramente, hablándole al aire sin saber si podría oírme o recibir la respuesta, pues los 2 contrincantes con los que me había batido yacían ya sin vida antes de su mensaje. Viendo el cadáver del último, y siendo consciente de la importancia y los secretos que guardan los cuerpos de los shinobis, me dirigí a Kaito, el cual, se encontraba a unas pocas decenas de metros, en un tejado contiguo al que me encontraba.

- ¡Eh Kaito!, dejo este a tu cargo, fue un digno oponente... -

Le dije, haciéndole saber que el shinobi de Kusagakure tendido allí podría ser requisado por el joven de pelo azul oscuro. Me encontraba terminando de coser su cabeza al cuello para dignificar su muerte y recomponerlo, con la utilidad de los hilos negros que recorrían mi cuerpo para empalmar una parte con otra, cuando de repente desde el cielo volvería a brotar una nueva ofensiva con un poder aniquilador.

Entré en guardia rápidamente, ¿Acaso no estaba muerto? ¿Habría alguien más?, sin embargo, no había tiempo para más interrogaciones evaluativas, pues se precipitaron hacia el tejado con una enorme cadencia de decenas de armas de enorme tamaño, nunca vi nada igual. Aunque en número fuera abultado, y las mismas se clavaban por toda superficie como un cuchillo que corta la mantequilla, mis capacidades me daban la maniobrabilidad suficiente como para esquivar las acometidas.

[Imagen: 094cdbd7195c974d70d489e9038898f7.gif]

Retrocediendo, casi en dirección a Kaito, fue esquivando una tras otra, con la vista puesta en la enorme forma que escupía desde el cielo todas aquellas armas, hasta que después de unos momentos mientras seguía y seguía reculando hacia atrás, parecía haber salido de aquel infierno. Contemplé que al ir esquivando todas y me iba alejando de mi primera posición, había salido de lo que parecía la zona de acción.

En mi radar, nadie ni nada parecía encontrarse, ¿Que era exactamente eso? Cuando para colmo, un nuevo mensaje resonaría en la tormenta, su voz no me era reconocida, pero imploraba un alto el fuego declarando la rendición de la villa.

- ¿Y con esa salvajada de ahí delante pretendes que me crea eso? -

Le contesté, sin tener la certeza de si me escucharía aquel desconocido, pero era contradictorio cumplir lo que pedía con sus palabras cuando hace un momento, estaba en medio de una vorágine armamentística que se precipitaba contra mí.

- ¡Kaito que hacemos! -

Le exclamé al joven líder, pues desconfiaba de aquel aviso, al menos hasta que viera evidentes signos de rendición y no otra ofensiva más que nos costase el cuello. Todas mis alarmas seguían encendidas.

resumen y gastos
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Última modificación: 03-07-2024, 11:24 AM por Adan Yamanaka.
Suimen Hokou no Gyou

-Alber necesito tu ayuda, debemos curarla - Le comentaba al gemelo al tiempo que seguia corriendo a donde creía yo que era el lugar donde debía ser el hospital. Las manos  de Albert se paseaban por mi cuerpo  agarrando el kit medico para empezar a curar a la chica mientras yo me concentraba en seguir corriendo a toda velocidad pero justo en ese momento, un portal apareció encima de mi, es obvio ¿O debo decirlo? Mejor lo digo: Si algo aparece encima de ti mientras tienes a una chica, en una invasión, obvio es daño, no son refuerzos ¿Que es esto? ¿Los vengadores shinobis? No lo creo.

シールシールド Shīrushīrudo

El sello en mi cuello se activo de inmediato, cubriendo las manos de albert y a la chica mientras mi manto verde me "salvaba" de aquel gran daño mientras seguia corriendo. Aun asi esa cantidad de armas lograron romper mi barrera, logrando hacer que varias armas  se clavaran en mi cuerpo pero sin llegar a ser profundas, gruñí de dolor sin detenerme, debía llegar hasta el hospital para que esta chica se salvará -¿Estas bien?- Pregunto Albert mientras que yo me mantenía callado, siguiendo con el rumbo, pendiente de mas ataques, para mi hasta ahora era una simple defensa que habian activado por verme, saber que soy ninja y que tengo a la chica que es parte de la aldea.


Mientras mi paso sigue, escuche la voz, habíamos ganado, ibamos a negociar ¿En serio ibamos a negociar? Si, parece que si, eso era evidente pero aquel ataque me daba a entender que no, aun así, aun mi acto de presencia no se iba a hacer notar, mi objetivo era salvar a la chica y lo iba a lograr.

Chakra: 848/1345

Vida: 222/580


resumen
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Kaito alzó la vista mientras enormes portales se abrían sobre él. De ellos, decenas de gigantescas shuriken de chakra puro descendían con intenciones asesinas. Las armas brillaban con una intensidad mortal, cortando el aire a una velocidad que ningún ser humano podría evitar. Kaito, sin embargo, permaneció imperturbable, una sonrisa torcida asomando en su demoniaco rostro.

Las primeras shuriken lo alcanzaron, partiendo su cuerpo en pedazos. Sus extremidades fueron seccionadas y cayeron al suelo, esparciendo sangre y fragmentos de su ser por el campo de batalla. Pero Kaito no mostró miedo ni desesperación. En lugar de eso, algo oscuro y siniestro comenzó a ocurrir.

Los mismos trozos que habían sido derribados empezaron a moverse, atraídos por una fuerza invisible. Un chakra oscuro e impío envolvió los pedazos de Kaito, iniciando un ritual grotesco y asqueroso. Sus extremidades, su torso y su casi totalmente cercenada cabeza comenzaron a unirse de nuevo, como si estuvieran siendo controlados por un poder demoníaco.

—Fujitora, necesitamos neutralizar al usuario de esta técnica. ¡Debemos encontrarlo y acabar con él antes de que nos sobrepase! —exclamó Kaito, su voz resonando con autoridad y confianza renovada mientras su cuerpo se regeneraba completamente.

Las palabras de Dendé resonaron a penas un segundo despues en los aires al rededor de los shinobis de Kusagakure y Kakusei. El anuncio de la derrota y la solicitud de alto al fuego llenaron el aire con una sensación de finalización inminente. Pero Kaito no se dejó distraer por las palabras; su enfoque estaba en sobrevivir y cumplir su misión.

—Si Kusagakure está dispuesto a rendirse, que así sea. Derramar sangre inútilmente no es nuestro objetivo —declaró Kaito, su voz firme y decidida, mientras sus ojos buscaban al almirante Fujitora.

—¡Muéstrate, usuario de shurikenjutsu, y podremos comenzar diálogos! —gritó Kaito, su voz llena de desafío—. De lo contrario, me aseguraré de que hasta el último capaz de sostener un arma se convierta en ceniza.

Kaito, ahora completamente restaurado, se mantuvo erguido y desafiante. La regeneración de su cuerpo había sido una exhibición de su oscuro arte, un recordatorio de que él no era un enemigo fácil de vencer. Mientras buscaba a Fujitora y al responsable de la ofensiva aérea, su determinación y poder oscuro emanaban de él, infundiendo miedo y respeto en quienes lo observaban.


Off
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Cada cual sorteó las dificultades presentadas por las armas gigantes como pudo. Fujitora, haciendo gala de unos reflejos asombrosos, fue esquivando las mismas con una gran precisión, evitando cualquier tipo de rasguño y saliendo de la zona de afectación de los portales. Mientras tanto, se comunicó a los gritos con el líder de Kakusei.

Kaito parecía haber sido vencido, pero sus dotes en la medicina oscura le permitieron seguir con vida y resistir la embestida de los shuriken gigantes. Pronto se había regenerado al completo, pese a que el dolor fue inevitable. Seguramente el peliazul estaba acostumbrado a ello.

Quien más cara la sacó fue Adan, que pese a intentar cubrirse con su armadura, no logró neutralizar la ofensiva y recibió algo de daño. Pero la peor parte no se la llevó él, sino quienes iban con él. Sin embargo, Koizumi no fue quien la pasó mal. Las armas parecieron esquivarla a ella, como si quien las lanzaba pudiese controlar las zonas de impacto y evitara dañarla. La armadura personal del Yamanaka lo cubrió casi por completo, pero de no haber controlado la usuaria de Shurikenjutsu sus armas, habría asesinado a Koizumi por la impericia del rubio. Pero su otra acompañante, Karai, no tenía ni los reflejos ni las capacidades suficientes para zafar por su cuenta, y su compañero la abandonó a su suerte. Las armas cayeron sobre ella, hiriéndola de gravedad, aunque sin dejar amputaciones de por medio.

Tras unos segundos desde que la ofensiva acabó, todos tuvieron tiempo de pensar qué hacer. Adan finalmente llegaría a la zona de los hospitales. Estaba todo señalizado, así que no le costaría encontrar uno, pero lógicamente no sería bien visto allí donde se dirigiese.

El líder de Kakusei gritó, pero al parecer sus palabras no llegaban a oídos de su objetivo. — ¿Quién es el líder? Identifíquese con mis hombres y me dirigiré hacia allí para negociar nuestra rendición indeclinable. Desde ya decir que no intentaré ninguna artimaña. — pronunció el hombre verde nuevamente.

Los portales en el cielo desaparecieron, y la ofensiva había finalizado. Solo bullicio de las personas se escuchaba por las calles más alejadas del epicentro del caos. El fuego del Distrito 5 y la zona central, la torre sobre-elevada y destruida casi por completo, el puente caído que conectaba la zona sur con el distrito central y un sinnúmero de bajas militares y daños colaterales de edificios aledaños, eran sólo algunos de los rastros que Kakusei había dejado con su llegada a la Villa Oculta de la Hierba.

Todos los shinobis allí presentes se quedaron estáticos, y algunos incluso tiraron sus armas al suelo. ¿Qué decidirían hacer los miembros de la organización invasora? ¿Darían cese a la violencia perpetrada hasta el momento? ¿O arremeterían hasta pisotear por completo el espíritu de un pueblo ya rendido?

Notas


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Era posible para Kaname detectar y anticipar la caída de los rayos, útil habilidad que le salvaría de sufrir aquellas molestas y frecuentes electrocuciones. Considerada y amable, quiso ayudar a la morena y advertirle para que tomara sus recaudos, pero Karai no llegaría a reaccionar con suficiente velocidad aún a sabiendas de que un rayo caería. Tan rápidas eran las descargas que la Yotsuki nunca pudo hacer más que recibirlas.

Cuando llegaron a la zona de la central eléctrica ambas mujeres pudieron contemplar el desastre que el incendio y los disturbios habían dejado. Y en ese lugar encontraron a Adan, a quien Kaname se acercaría rápidamente para asistirle. Había una muchacha junto a él, una joven de Kusagakure que se veía terriblemente herida, si acaso no estaba ya muerta. 

Karai observó con seria preocupación, pero se volvió hacia Kaname cuando ella le preguntó si sabía ninjutsu médico. La morena respondió negando con la cabeza, sintiéndose impotente. Entonces la Senju procedió a brindar algunas instrucciones e indicó que se movería hacia la torre del Kage para brindar apoyo en ese lugar. Y aunque la Yotsuki también quería ir hacia allá, pensó que lo correcto era acatar las ordenes de Kaname y no dejar solo a Adan. Abandonar a un compañero que no estaba en condiciones no era algo que ella haría.

Sin embargo, el señor Yamanaka no se encontraba tan mal como parecía, o quizá era la ferviente motivación por salvar la vida de esa muchacha. Karai observaba como intentaba detener el sangrado de sus heridas en vano, pero no se atrevió a decirle que no valía la pena tanto esfuerzo. Esa joven ya tenía un pie del otro lado. 

Y Adan nunca se dirigió a ella directamente, tal vez ni siquiera la miró, pero si envió un mensaje que por su forma de hablar parecía destinado a todos los miembros de Kakusei. El mismo resonó en las paredes de su mente, y casi de inmediato la expresión de Karai se torció en una mueca de sospecha. Sus cejas y sus labios se curvaron con un deje de desconfianza. ¿Para qué demonios quería él un cuerpo? 

La tormenta aún no se despejaba y el agua ya pasaba por encima de los tobillos de la morena, que se echó a correr detrás de Adan cuando él tomó a la rubia entre sus brazos y encaró sin titubear una ruta desconocida. Parecía muy empeñado en salvar a esa muchacha local, y Karai no podía comprenderlo. ¿Sería una persona importante?

En el trayecto, para sorpresa del grupo, misteriosos portales se abrieron sobre ellos desde la mismísima nada. Lo último que vio Karai fue una lluvia masiva de gigantescas shuriken que cayeron sobre ella y en todo el perímetro, sin darle tiempo suficiente para protegerse o reaccionar de cualquier forma. Solo llegaría a encogerse y cubrir su cabeza con los brazos, evitando con mágica suerte ser ensartada y asesinada por el filo de aquellas armas, pero recibiendo cortes profundos que hirieron todo su cuerpo de gravedad, aunque sin dejar, gracias a dios, amputaciones de por medio.

Súbitamente, tras aquella repentina ofensiva aérea, todo se sumió en un silencio. Karai se desplomó en la calle inundada, descansando bruscamente espalda y cabeza contra la pared de un edificio. La sangre caliente brotaba de cada herida, desde la más superficial hasta la más profunda, y a borbotones teñía de carmesí el agua a su alrededor. Los cortes limpios ardían y el intenso dolor la mantenía casi paralizada. 

Los portales en el cielo habían desaparecido. Adan había continuado con su trayecto, alejándose sin mirar atrás. ¿Tan importante era la vida de esa muchacha de Kusa? ¿Más que la de un compañero? Tal vez él tenía otro tipo de intereses. Después de lo que había dicho respecto a que necesitaba un cuerpo, nada sorprendía.

En el silencio se oyó una voz. Karai buscó al emisor con la mirada, pero no había nadie allí. La voz anunciaba que tanto el Kusakage como el comandante habían caído, y que Kusagakure había sido vencida. Se solicitó un alto al fuego, y también se emitió un pedido para dialogar con el líder de Kakusei. 

La morena bufó y sonrió con sorna y alivio, contemplando el cielo tormentoso. La visión comenzaba a nublarse, y se sentía mareada.

Supongo... que moriré aquí —susurró al viento. 
      
Solo esperaba que el conflicto realmente hubiera llegado a su fin, que las bajas civiles fueran pocas y que su equipo fuera salvo y victorioso. Solo así sentiría que dejar la vida ahí valdría un poquito más la pena. Ni siquiera había podido ser de mayor utilidad para sus compañeros. 

Quisiera, al menos, verte una vez más... 

Los ojos dorados se cerraron despacio y reinó una calma que despejaría todo el alboroto que había en su mente, dándole lugar a cálidos recuerdos que se presentarían cruzándose fugaces, como fotos. Y vio los colores del otoño, tintes de fuego, incendio vivo, y se dejó llevar.

...

Sin embargo, cuando todo comenzaba a tornarse negro, cuando el frío arropó su cuerpo tembloroso mientras la vitalidad la abandonaba con la sangre que brotaba a cada débil latido de su exhausto corazón, los oros volvieron a abrirse. La voluntad de vivir se impuso ante la gélida muerte y se abrió paso, inyectando en la Yotsuki una dosis de adrenalina que despertó su espíritu indomable.

Con las manos ensangrentadas Karai formó sellos lentos, y junto a ella estalló una nube de humo blanco que no tardaría en disiparse. 

Satoru...

¿Qué ha pasado? —Inquirió el gato con gafas, sin comprender. Alarmado, inspeccionó rápidamente a la morena y su siempre impecable pelaje blanco se manchó de sangre, sin que eso le importara en absoluto. Jamás había visto a la joven así—. Tus heridas son graves.

Tranquilo, creo que... aguantaré un poco más —respondió la Yotsuki, moviendo con dolor su brazo izquierdo para alcanzar el kit médico que llevaba entre sus pertenencias—. Parece que Kusagakure ha caído, acaban de pedir un alto al fuego. Y... no sé donde están mis compañeros. 

Buscaré ayuda.

El gato salió corriendo a toda velocidad, con la intención de seguir algún rastro. Su objetivo era encontrar a cualquier miembro de Kakusei.

Karai gemía de dolor con cada movimiento, mas lograría hacer uso de los elementos de emergencia para tratar de aliviar su complicada situación. Aún podía aguantar, pero ¿por cuánto tiempo? Era cuestión urgente que recibiera asistencia médica.

Estadísticas de Karai Yotsuki

Pasivas / Kosei


técnicas y gastos

resumen
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Estadísticas de Fujitora Kaguya

Sello Maldito - Fase 1



~ La rendición de Kusagakure.


Aun con la duda acerca de la procedencia de aquellos vórtices que arrojaban armas, me frustró no encontrar una respuesta convincente ante tal circunstancia, ¿Era una técnica definitiva del rubio para arrastrar con el al infierno a aquel que acabase con él? Seguía sin desconocer la procedencia, pero lo que si que parecía seguro era que, esa técnica era sumamente peligrosa.

- No he logrado verificar la fuente de la técnica, pero por suerte se acabó -

La desolada escena transmitía pavor, había zonas ennegrecidas de los múltiples impactos de los rayos que cayeron, mis ojos podían discernir entre el miedo y la curiosidad de algunos civiles que se asomaban entre esquinas, ventanas y puertas cuál era el desenlace de todo el alboroto que había montado allí.

- Creo que todo ha cesado Kaito, pero esa petición... ¿Debemos de fiarnos? -

Discrepaba de la seguridad de aquella maltrecha voz que resonó por la aldea, pidiendo el alto el fuego y el inicio del diálogo, y aunque pudiera no tener una mala intención más allá de la clemencia que pedía, si que sabía por experiencia que en la guerra todo era válido, por ello, adoptaría una postura expectante y en guardia ante tal proposición de quien quiera que fuera el emisor de la supuesta tregua.

Mientras tanto, el corazón de Nakia volvía cargando con un bulto bajo una manta grisacea. Bajo ella, el cuerpo sin vida de Murata yacía, el ente lo colocó cerca mía, sobre el tejado en el que me hallaba, a mi costado derecho. Me agaché hasta hincar mi rodilla derecha sobre las tejas, e introduje un amasijo de hilos negros brotantes de mi espalda, que se deslizaron bajo la gabardina blanca de Kakusei, alcanzando el cuerpo bajo la manta, ahí, se descompuso en decenas de hilos negros que abordarían la caja torácica de aquel joven, abriéndola hasta llegar al corazón, el cual sería extraído como tesoro de guerra.

Jiongu:Kanki Kurutta kokoro

- Te voy a dar un hermano, ¿No estás contenta?... Vigila el perímetro -

Le dije con sorna al corazón de nakia, que tiempo atrás pasó por lo mismo. Un tiempo en el que la sucia perra hoshigaki que era traicionó mi confianza, y halló el destino que hoy la constituye, una esclava a mi merced que debe de pagar por todo el mal que causó. Con la vigilancia de esta, aguardaría hasta que el proceso finalizase.

De nuevo, la voz del mismo individuo desconocido resonó, insistiendo en la negociación tras darse por rendido. Su tono no varió lo más mínimo, un rasgo que me alertaba. Aunque parecía que habíamos resultado airosos de todos los encuentros contra las fuerzas militares Kusagakure, aquella voz era una prueba viva de que aún quedaban efectivos que podrían suponer un contratiempo, sin embargo, había que evaluar su propuesta.

Intensifiqué mis instintos de percepción, por un breve momento hasta cerré los ojos para concentrarme y ejecuté un sello, expandí toda el área de monitorización que abarcaban mis capacidades sensoriales, pudiendo identificar al grueso de la organización en la zona central de la villa, pero por un lado, Karai, la joven que se unió en una última instancia, parecía encontrarse aislada y poco vibrante. Supuse que la joven podría haber tenido un peor desenlace que nosotros.

Kagura Shingan

- Kaito... el resto está en la zona central de la aldea, quizá sea idóneo reunirse allí mismo con el que nos habla para la tregua, yo me uniré en cuanto acabe con lo que tengo entre manos, e iré a echar un vistazo donde está Karai -

Informé al joven peliazul para que evaluase la situación, yo debía de permanecer allí algo de más tiempo, pero me uniría al grupo una vez acabara y encontrase a Karai.

resumen y gastos
[Imagen: 20231127_013118.gif?ex=664f3727&is=664de...813aae68f&]

~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Kaito se levantó, ignorando el dolor punzante de sus heridas recién regeneradas. Sus ojos rojos brillaban con una intensidad fría y calculadora en el medio de su demoniaca y deformada cara mientras observaba la devastación a su alrededor. La Villa Oculta de la Hierba había sucumbido al caos, y los civiles se asomaban con miedo y curiosidad, esperando ver el desenlace de la invasión de Kakusei.

La voz de Fujitora resonó, sus palabras cargadas de incertidumbre y cautela. La propuesta de rendición del líder enemigo era tentadora, pero Kaito sabía que en la guerra, la traición era una posibilidad constante.

—Fujitora, entiendo tus reservas —respondió Kaito, su voz firme—.No bajemos la Guardia, si ves el mas mínimo síntoma de conflicto haz que el infierno arda.  Si ecuentras a Karai y Adan, informales la situación y nos reuniremos con el resto en la zona central. Una cosa más-  Dijo Kaito mirando a su compañero quien tenía al recíen abatido a su merced. -El cuerpo de ese hombre, de ser posible presérvalo, nos será de mucha utilidad -.
Kaito hizo una señal a uno de los múltiples shinobi de Kusa que se encontraban por la aldea alerta. Era el momento de reagruparse y evaluar la situación. Mientras avanzaba, su mente analizaba rápidamente las posibles rutas y estrategias para evitar emboscadas. La situación era delicada, y cualquier error podría ser fatal. En un abrir y cerrad de ojos, el demoniaco Kaito se encontraba frente a aquel joven casi paralizado del miedo. -Tu radio-. Mencionó de forma seca con los ojos clavados en el hombre. Tan pronto como el ninja le entregó el comunicador comenzó a hablar.

—Soy el que tiene autoridad para hablar, líder de Kakusei —dijo, su voz resonando con autoridad—. Aquel con autoridad para discutir sobre la aldea y su futuro, reúnete conmigo al centro de la aldea. Nos reuniremos allí para discutir los términos de tu rendición. Cualquier señal de traición y tus hombres pagarán el precio.-. Sin Soltar aún la radio, continuó hablando pero en un tono más burlesco. -Miembros de Kakusei, manténganse alerta es momento de reagruparnos, aquellos que hayan terminado sus labores reúnanse conmigo en el centro-. 

Mientras esperaba la respuesta del líder enemigo, Kaito extendió su percepción , buscando cualquier indicio de peligro. La tensión era palpable, y cada segundo se sentía eterno. Sin embargo, sabía que este momento podría definir el futuro de la batalla y la organización de Kakusei. La rendición del enemigo podría ser una victoria estratégica crucial, pero solo si manejaban la situación con la precisión y la cautela necesarias.

El viento soplaba suavemente,  consigo el olor a humo y destrucción. Los ojos de Kaito permanecían fijos en el horizonte mientras se ponía en marcha hacia la Zona acordada. La rendición podría ser una posibilidad, pero en el campo de batalla, la confianza era un lujo que no podían permitirse.
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Karai tuvo un intercambio con su peculiar invocación, un gato blanco de graciosos lentes redondos y un pelaje blanco deslumbrante. El felino salió disparado en busca de ayuda, intentando encontrar al primer miembro de la organización que se cruzase con él para que socorra a una muy malherida Karai, que quizá por saber que habían triunfado, quizá por instinto natural, quizá por el anhelo de ver a alguien por última vez, continuaba respirando y buscando escapar de la muerte.

Para su suerte, mientras la visión volvía a hacérsele borrosa, y el buen Satoru se alejaba, un ángel para ella apareció. Todos tenemos un ángel, pese a que siempre anuncia con retirarse de nuestro equipo, siempre está ahí. Unos crujidos se oyeron por la calle, tras el sonido de una correteada alejarse en dirección al norte. Una sombra tapó la claridad que antes los renacientes rayos de sol daban al bello rostro de la morena. Pronto, tenía frente a ella a un hombrecillo, con un pañuelo blanco tipo balaclava que solo dejaba sus ojos al descubierto, y un atuendo completamente negro con detalles en verde, sumado a la cinta de Kusagakure en su hombro. Pronto un resplandor verde se vio en los ojos de la Yotsuki, y como si de un videojuego se tratase, el blureado de sus ojos se aclaró un poco, permitiéndole ver a su socorrista un poco mejor. Sus manos y la porción de rostro que se veía, apenas alrededor de sus ojos, eran verdes.

Shousen no Jutsu

— ¡Ey! ¡Chica! ¿Me oyes? Mueve la cabeza si puedes escucharme. — le preguntó viéndola de reojo, sin despegar sus palmas con el Shosen no Jutsu del abdomen de la muchacha, cerca del bazo. Una zona clave en donde parar el sangrado y sanar los tejidos más superficiales para evitar que la hemorragia terminara por matar a la joven. — Estarás bien, aguanta. Ya todo pasó. — dijo negando mientras terminaba de sanar aquellas heridas del torso, sacando unas compresas de un bolso para hacer presión en otros cortes profundos y detener los sangrados.


Mientras Fujitora comenzaba con un ritual extraño junto a su tétrico aliado hecho de hilos negros, Kaito se encargaba de amedrentar a un joven para coaccionarlo a prestarle colaboración. El joven encendió el radio, aunque no se lo entregó al líder de Kakusei, que debió acercarse a su rostro para hablar y transmitir su mensaje. Tras el mismo, envió una indicación al resto de su organización, aunque lógicamente no fue oída, pues nadie tenía una radio con la frecuencia de las fuerzas de Kusagakure más que los shinobis de esa aldea. Esas radios no eran el medio que Dendé estaba usando para comunicarse con los invasores, claramente.

El joven no dijo más nada, y tragó saliva. Asintió tras unos segundos. — Dendé dice que se reunirá contigo en el centro. Te espera allí, de hecho. — comentó con un tono de temor.

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