Grupo Uno (Samuru, Denji y Aoi) - 07:10 a 10:00 AM (aprox.)
Samuru logró regalar satisfactoriamente y ganarse una sonrisa y una bienvenida amable de la chica de la puerta. El trío avanzó hasta una calle donde el comerciante comenzó a ofrecer diversos productos. Distintos científicos, aldeanos y médicos de la zona que se movían a su trabajo o tareas diarias se frenaron a inspeccionar precios y comprar algunas cosas. Se podría decir que, hasta ahora, la venta era productiva. Pese a su procedencia shinobi, el grupo no levantó mayores sospechas. Sabían que estaban siendo observados por el sistema de cámaras, así que fueron precavidos.
En el bar, comieron con suma normalidad. Ningún suceso extraño o peculiar. Pudieron notar que muchas personas que allí desayunaban o pasaban a retirar comida, vestían batas blancas, con credenciales especiales. Otros tenían vestimenta de médicos, y un par de shinobis con sus uniformes hicieron lo propio. De todos modos, no repararon demasiado en ellos, y los dejaron comer en paz.
Aoi tuvo éxito infiltrándose en los cuarteles, y tras una travesía bastante cotidiana, realizando una tarea que para cualquiera sería aburrida, se coló en los baños de un bar del sur de Kusagakure y escondió con éxito una docena de uniformes blancos, con algunas manchitas algunos, y quizá con no muy buen olor, pero uniformes al fin. Blair, su invocación, por su parte, logró encontrar a Samuru y Denji y darles la ubicación de los uniformes muy discretamente.
Grupo Dos (Fujitora, Adan, Kaname y Kaito) - 09 a 11 AM (aprox.)
Kaito llegó a la plaza objetivo, tras unos largos minutos de recorrer las calles sin un aparente rumbo. El sujeto se mostraba perdido, pero cauteloso, por lo que no quedó desubicado en ningún momento. Allí la gente era muy profesional y estructurada, por lo que no solían pararse a ayudar a nadie: cada uno tenía clara su tarea, y evitaban meterse en la vida de los demás. Además de lo que ya habían notado (que era una aldea muy vigilada y con un sistema de cámaras excepcional), notó que la tecnología era parte de la vida cotidiana de las personas, además de varios edificios que parecían ser droguerías, laboratorios y diferentes centros de investigación, con puertas automáticas y tableros electrónicos desperdigados entre sus instalaciones. Sumado a ello, la electricidad era clave para mantener un sistema tan complejo, por lo que los postes de luz y cables conectaban todo Kusagakure en un entramado que marearía a cualquiera. De hecho, desde las alturas o los tejados, múltiples cables de alta tensión recorrían los cielos de la Hierba.
Fujitora quizá había sido de los que menos habían llamado la atención. Quizá por su discapacidad, los guardias sintieron hasta un poco de pena, y no informaron su ingreso para ser monitoreado especialmente. Sumado a ello uno de los shinobis fue enviado a acompañarlo, y muy amablemente y con excesivo cuidado, muy nervioso él, logró guiarlo hasta la plaza indicada.
— ¿De cabello azul? Hmmmm... — comenzó a buscar entre las personas que pasaban por allí. Fujitora se sentó en un banco, y el joven se alejó un par de metros, intentando identificar al objetivo.
— Allí, creo... ¡¡OYE, EL DE PELO AZUL!! — gritó el chunin, levantando los brazos e intentando llamar la atención de
Kaito. Luego, señaló a Fujitora.
— Bien, señor, lo dejaré en buenas manos, ¿no? Espero que ande bien. No dude en pedir ayuda sino. — realizó una reverencia. Tras asegurarse de que se reunía con Kaito, el joven volvió a las puertas a sus labores cotidianas.
Kaname logró adentrarse en las calles de la Aldea Oculta de la Hierba con éxito, bajo su personalidad falsa y una apariencia modificada mediante un Henge. Ella era un rostro conocido en las calles, por lo que tampoco levantó sospechas ni recibió especial atención de las cámaras. El centro de vigilancia tenía mucho trabajo constantemente, por lo que debían distribuir bien los esfuerzos para no terminar fusilados. Llegó a la plaza, y luego localizó el baño de un local de semillas conocido para su alter-ego.
— ¡Adelante, Kana-san! — le dio la bienvenida el dependiente.
Adan tampoco tuvo problemas con el acceso, y tras pasar por un bar, solicitó una cerveza y bebió tranquilamente.
— Mire, existen un par de alojamientos especiales para académicos e investigadores, los cuáles les otorgan beneficios e incluso los dejan hospedarse gratis si son miembros de la Asociación de Científicos de la Hierba. Sino, puede chequear por el noreste, pasando la zona administrativa, donde está la torre del Kusakage. — suspiró lavando una jarra para luego volverse hacia Adan.
— Allí hay unos hosteles donde puede alojarse. No hay demasiada oferta para civiles, así que los precios son medios, fijados por el gobierno. —. Por lo que había visto y oído hasta ahora allí dentro, Adan pudo notar que Kusagakure tenía rasgos estatistas y con tintes autoritarios: vigilancia excesiva, control de precios, mucha actividad estatal y de profesionales, tecnología de punta financiada por el gobierno, etc. Sin embargo, el ambiente no era hostil, sino demasiado correcto y ordenado. No había suciedad, y nadie se metía mucho en los asuntos de los demás.
Por ello mismo, se le dificultó localizar la plaza, porque varias personas a las que consultó en la calle argumentaron estar apurados y lo ignoraron. Finalmente, un simple aldeano, que no parecía ser un investigador ni shinobi, se acercó a él y le hizo un paneo general.
— Hay una plaza aquí al sur, a unos 200 metros, bastante comercial. En el noreste hay otra, le llaman la Plaza del Progreso, porque allí están los principales edificios de agencias de científicos y académicos, además de la universidad. Y al norte, entrando por la puerta uno, está la plaza desde la que se puede acceder a las zonas con más hospitales y estructuras médicas. Si vienes a atenderte, allí debes ir. — dijo observándolo de arriba a abajo, insinuando que el joven se veía enfermo. Tras aquél encuentro e ingresar sin inconvenientes a un baño, llegó a la plaza con
Fujitora.
Grupo Tres (Arata, Khal y Renji) - 11:00 AM (aprox.)
Arata se encontraría con que, los comercios o locales, parecían bastante ordenados y ocupados, pero sin sobresaltos. Sin embargo, pese a la negativa amable de la mayoría a quien ofreció ayuda, un joven un tanto atareado, en las afueras de la oficina de correos, titubeó ante la duda, y finalmente lo observó esperanzado.
— ¿Serías tan amable? — comentó mientras rebuscaba entre un matorral de cartas y sacaba del fondo de la cesta de su bicicleta una carta con algunos peculiares sellos, entre los que Arata reconocería el del Imperio y el sello de Kusagakure.
— ¿Podría entregar esto por mí en la recepción de Laboratorios Sokotsuchi? Me dijeron que si no entregaba esta documentación antes del mediodía me metería en problemas, ¡y tengo unas diligencias muy importantes que hacer en el registro civil! — se acercó a él y le comentó por lo bajo algo más.
— ¡Perdí mi identificación, y mi jefe amenaza con reportarme ante la policía como un inmigrante ilegal! — su rostro denotaba preocupación, y sin dudas era un joven despistado. De hecho, ni había reparado en que Arata lucía y a todas luces era un extranjero.
— Oh, Sokotsuchi está en la Plaza del Progreso, frente a la universidad.
Mientras continuaba andando, localizó un mapa que le serviría bastante. En él pudo tener un paneo general y vista panorámica de Kusagakure, donde se identificaba la Plaza del Progreso que el joven había mencionado, siendo el cruce noreste de la aldea. También señalizaba la plaza comercial del sur y la plaza de los médicos, al norte e ingresando desde la puerta 1. Sumado a ello, en el centro se veía (igual que podía verse a simple vista si se levantaba la cabeza), la Torre del Kusakage, imponente y señalizada. Junto a ella, algunos edificios administrativos, oficinas y demás sitios burocráticos de la Administración de la Villa Oculta de la Hierba.
Tras llegar a la tienda de suministros indicada, en el sureste de la aldea, Arata ofrecería sus servicios. Un hombre que cargaba unas cajas hacia el exterior suspiró aliviado al verlo llegar.
— ¡Ufff! Al fin nos envían a alguien con ganas de trabajar. Puro estudioso en este lugar, no hay gente que sepa ganarse el pan como el Kami-sama manda: CON SUDOR Y LÁGRIMAS. — determinado, el hombre golpeó su palma con el puño. Un obrero nato, nacido para los trabajos manuales. Señaló con la mirada un carro, cargado hasta arriba de cajas en la puerta.
— Un cargamento completo de té en hebras, proveniente del País del Viento, ¿qué te parece? — carcajeó. — En la Torre del Kusakage están muy ocupados trabajando, y al parecer necesitan más té. — ladeó la cabeza, y claramente sonaba irónico en su comentario.
— ¿Puedes dejarla en la puerta de servicio de la torre? Es la que está viendo hacia el Oeste. Seguro habrá un shinobi cuidando allí, dile que es de parte de Korko. — se apuntó al pecho con el pulgar y guiñó un ojo, orgulloso.
— ¿La vida por aquí? Es muy tranquilo, pero obviamente no es el lugar más atractivo. Si vienes a estudiar o a trabajar, progresarás, pero no existe mucho entretenimiento ni turismo. De hecho, con todo ese asunto de terroristas y la rebelión, las autoridades están más sensibles que nunca. Si la vigilancia ya era cansina, ahora es peor. Pero... ¿qué se puede hacer? Es por el bien de todos nosotros los habitantes de Kusa. Ellos nos protegen. — se limpió con un trapo húmedo sus empolvadas manos.
— Hay muchos intereses en juego. A nadie le conviene que la ciencia muera.
A
Renji le indicaron donde estaba el hospital, y también pudo consultar un mapa al igual que Arata.
Killua - 11:20 AM (aprox.)
El más complicado del grupo había sido el
Yotsuki, quien hizo sonar las alertas dentro del sector de vigilancia. Sin embargo, estuvo astuto y logró resolver, como buen hombre y mentiroso que era. Con un poco de verdad, reveló su identidad, exponiéndose al peligro. Pero su técnica, típica de los shinobis de la Nube más perspicaces, logró disuadir al sensor, aunque sea por unos momentos. Se sintió triste por haberlo expuesto, y luego sintió pena por él, compadeciéndose de que fracasó.
— Yo... Lo siento, señor Yotsuki. — dijo apenado, mientras tartamudeaba y miraba los documentos reales de
Killua. No estaba mintiendo, por lo que no detectó ningún engaño. A su compañero algo no le cerraba del todo, y de hecho ya estaba anotando el nombre y los datos del joven peliblanco para informarlo a la sección de inteligencia de la villa. Tras unos segundos, Killua encontraría el blanco para escapar, una vez sus documentos le fueron devueltos. Así, para cuando el sensor reaccionó y notó que el Kumonin había usado una técnica para aplacar sus emociones, ya era tarde. Con su velocidad, el Jounin se fue por donde vino, y la tarea de aquel dúo de guardias era controlar los ingresos, no seguir a los espías que venían a la aldea. Sin duda, ahora estarían más a la expectativa, pues un ninja de Kumo había revelado que intentaba infiltrarse. La alarma sería levantada, al cabo de unas horas. Eso sí, recordarían la apariencia de Killua y sus datos, y ese sensor en específico recordaría su huella de chakra.
— Hijo de puta, ese Killua nos la coló. No pasará por aquí otra vez.
Grupo Cuatro (Kuma y Karai) - 13:30 PM (aprox.)
Killua los habría localizado, puesto que tuvo ventaja de unas dos horas tras huir de la Puerta 4. Así,
Kuma y
Karai lograron tener un encuentro con el de Kumo, donde podría contarles lo sucedido y podría planear otra cosa para entrar a la aldea. Este encuentro sería a kilómetros de la Puerta 5, por lo que las cámaras de las afueras no lo captarían. Killua, que había estado cerca de la muralla y visto un poco Kusa, notaría que donde estaban no había cámaras visibles.
Una vez en las puertas, el dúo de animalescos shinobis montó una obra teatral digna de admiración, tanto que podría agotar entradas en plena temporada marplatense. Por ello, Dogo logró ingresar sin sobresaltos, como un perro callejero normal, tras morder a la exagerada e insoportable Karai. Ambos guardias se vieron agobiados y sobrepasados.
— Yo... ¡Todos calmémonos! — dijo uno de ellos. Su compañero, un poco menos novato, se acercó a la kunoichi y revisó su tobillo.
— Bueno, diría que no es para tanto, pero no lo sé. — se rascó la nuca.
— Somos shinobis, pero si fuésemos médicos estaríamos en la División Médica o de Investigación, no aquí como vigías. — chasqueó la lengua, fastidiado.
Desde la casilla, su compañero recibió una comunicación.
— Ah, Shinji, la alarma se desactivó. Déjalos pasar, y guíalos hasta el hospital. — dijo saliendo de la caseta y haciendo señales de "pasen".
Kuma y Karai se salieron con la suya.
Shinji, el shinobi que los acompañaba, llevaba insignias de ser un chunin de Kusa.
— El hospital está al norte, cruzando toda la villa. ¿Puedes cargarla, amigo? — dijo a Kuma.
— Sino buscaré a una compañera mujer que lo haga. Puede ser un tanto incómodo que yo lo haga. — se mostró apenado. Si Kuma accedía a cargarla o Karai se movía sola, el llamado Shinji los guiaría hasta el hospital. A menos que el actoral dueto tuviese un nuevo número que hacer para zafar de ese viaje, tendrían una escolta inesperada.
NOTAS
Como saben, hubo un cambio de narrador para esta trama, por lo que yo me haré cargo a partir de esta ronda. Intentaré llevar un buen ritmo, y espero que podamos disfrutar de este tema, pese a tener intereses contrapuestos. Para hacerlo más sencillo, dejaré un par de reglas OBLIGATORIAS:
- El plazo de respuesta será de 48 horas globales para ustedes, y luego 48 horas para narrador. Este plazo será improrrogable, pero no aplicaré sanciones a quien postee fuera de él o no lo haga. Sin embargo, sepan que las acciones en su contra serán tomadas como válidas, así que sean responsables.
- Es obligatorio colocar un resumen al final de cada post. Somos una decena de usuarios, y sino se me hace imposible llevar la cuenta de sus acciones.
Y como aclaraciones, para ordenar la trama, les pediría que unifiquen un horario común a partir de la siguiente ronda, a fin de que no nos encontremos atados a condicionales o cosas que on-rol ya habrían ocurrido. Los últimos en entrar son Kuma y Karai a las 13, por lo que elijan un horario posterior a ese y lo tomaremos como el presente actual.
De acuerdo a su formación y ubicaciones a partir de la siguiente ronda, evaluaré dividir la trama en dos o más temas separados, para llevar una organización más óptima. Al final de su respuesta, coloquen su ubicación aproximada dentro de la aldea, de ser posible. Si no lo hacen, los ubicaré a piacere.
Killua ha sido identificado como una amenaza, y de ser visto nuevamente por las cercanías o detectado por ese sensor en específico, se dará la voz de alarma. Sin embargo, el estado de alerta y los accesos volvieron a abrirse, por considerarse que ya no existe peligro.
MAPA CRONOLÓGICO
Intentaré hacerles llegar un mapa más señalizado a la brevedad, pero no quería aplazar más su respuesta en algo que es un poco extra. Cualquier duda respecto a ubicaciones o alguna información pueden consultarme por privado o donde deseen.
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