[Kakusei] Entrenamiento Mejora D, Marzo.
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funcionamiento



Shunshin no Jutsu


En las plantas más inferiores de la base de Kakusei, se encontraban diferentes salas espaciosas donde los miembros podrían entrenar y no desmejorar sus capacidades físicas. Eran salas cuadradas de 50x50, de estructura férrea que garantizaba con holgura cualquier tipo de entrenamiento que los usuarios quisieran realizar.

Me interné en ella y me coloqué en una de sus esquinas, llevaba tiempo premeditando sobre el gasto de recursos que generaban las técnicas de mi repertorio, y pretendía al menos, rebajar dicho gasto y que mis reservas de chakra no se vieran tan mermadas tras el consumo.

- Bien, todo es repetir y practicar para pulir la optimización de chakra, solo así podré conseguir que mi desplazamiento mejore sin que me suponga tanto gasto -

Me dije para concienciarme de cuál sería el guion a seguir, y tras ello, concentré chakra en mis pies e inicié el desplazamiento hasta la esquina contraria, aprovechando todo el espacio en diagonal de la sala, aunque no llegase hasta la otra punta. Repetí el proceso una y otra vez, solo era al fin y al cabo el inicio.

Después de algunas horas, y fatigado por el desgaste a nivel físico como a nivel de chakra, empecé a vislumbrar los frutos del trabajo, aunque estuviera cansado, notaba que la realización del shunshin ya no repercutía de la misma forma en mí.

- Es por aquí, debo de continuar para pulirlo al 100% -

Me dije mientras me costaba respirar, pues notaba una aceleración de los pulmones debido a la exigencia del entrenamiento, pero no iba a parar, no se quedaría ahí. Pero así fue como tras decenas y decenas de intentos después, logré finalmente darme por satisfecho. Había perdido la cuenta de las veces ejecutadas y la distancia total que había recorrido, sin embargo, estaba satisfecho, pues las últimas ejecuciones habían optimizado el gasto de chakra en mis pies sin apartar ni la velocidad ni el alcance del desplazamiento, finalmente lo había conseguido.
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pasivas
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Última modificación: 03-04-2024, 07:25 PM por Renji Tanaka.
— Creo que deberían optimizar un poco toda la estructura de la base. — Comentó el rubio mientras descendía piso tras piso. Era una total odisea, quizás para el resto, pero para él era una aventura más. Le tomó alrededor de 20 a 30 minutos poder siquiera aproximarse al punto de encuentro, donde encontraría a Fujitora, el encargado de guiar la reunión de hoy.

Renji meditó al respecto y creó cierta incertidumbre en su pensar. ¿Quién era realmente el líder de todo este movimiento? ¿Kaito o Fujitora? Ambos parecían tener la misma relevancia, pero el hecho de que se turnaran para estas actividades le hacía dudar seriamente.

El rubio optó por no interrumpir el proceso de aprendizaje del anciano, pero lo que sí no pudo evitar fue integrar el crujido de sus típicas frituras en el silencio de la caja de metal que encerraba a los allí presentes. — Interesante. — Era una técnica un tanto básica. La aprendías justo después de registrarte y crear tu documentación, de hecho, costaba muy pocos puntos entrenarla, pero su beneficio en combate era excepcional, especialmente si era utilizada por especialistas.

A lo largo de su educación, Renji había escuchado intrépidas historias de valientes shinobis que habían dominado el Shunshin no Jutsu a niveles extraordinarios. Primero, un shinobi de la hoja, precisamente de la élite de la aldea, utilizó el Shunshin no jutsu para cruzar de un edificio a otro. Solo de pensarlo, la piel de Renji se erizaba, y claro, no podíamos dejar atrás a aquel anciano experimentado. Un veterano de guerra realizó un Shunshin con un árbol como base y a media altura, una total locura si lo intentabas llevar al plano real...

— ¡Fujitora! — Exclamó. Renji ondeó su mano para saludar al anciano y se acercó poco a poco para no ser engullido por la trayectoria del mayor. Se detuvo a un par de metros y quiso aportar un poco a la enseñanza. — Es una técnica un tanto básica, creo que mejorarla es muy difícil. — Allí se plantó, cruzado de brazos, e intentaba pensar en maneras "objetivas" y "prudentes" de mejorar la técnica. — ¿En qué te estás enfocando exactamente? — Lanzó la pregunta, esperando poder recibir un poco del panorama que buscaba explorar el shinobi sensorial.

Fuese cual fuese la respuesta, posterior a un tiempo indeterminado, Renji se pondría a practicar en compañía del anciano. Precisamente, una técnica distinta  al que este buscaba mejorar en principio. 

Quizá sin un rumbo claro, pero con una intención firme, muchas cosas podrían lograrse. El ejercicio era el mismo, repetir y repetir hasta mejorar, aunque claro, el rubio intentaría buscar ciertos factores que le llevaran a mejorar la técnica en concreto. El rubio en principio decidió concentrarse en el proceso de moldeo de chakra que conllevaba la técnica, sin embargo, cayó en el hecho de que quizá, sería más eficiente que la técnica fuese ejecutada con mayor velocidad, por ende, experimentó con los Sellos de manos en base a su especialidad y maestría en el Ninjutsu, logrando una reducción significativa de la técnica en sí.

Técnica a Mejorar
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Técnica a mejorar


Sin duda los aportes económicos que se han dado a Kakusei lograron grandes adiciones a la infraestructura de su guarida. La cantidad de cuartos y recursos que posee le hacen ver a Samuru que pronto, muy pronto, podrán comenzar a generar esos cambios que tanto quiere en el mundo. Pero, por ahora, hay que trabajar desde las sombras y mejorar de a poco. En la parte baja del edificio se ubican cuartos de 50 metros cuadrados para entrenar. Ha visto por ahí que otros los usan y él no quiere ser la excepción. Claro, a la vista de todos, no puede mostrarse como si quisiese entrenar habilidades ninja. Después de todo, su discurso es que solo sabe lo básico para defensar personal frente a bandidos o ladrones que pueda encontrar en sus viajes.

Es un lugar perfecto para dormir sin que nadie moleste. Que nadie venga a interrumpir. — Es lo que siempre dice antes de ingresar, en caso de que alguien le pregunte el motivo de su ingreso.

Su plan es simple, lograr realizar de manera más eficiente sus técnicas. Con su capacidad actual, buscar fortalecer demasiado las bases del Kujaku Myoho es complejo, pero puede empezar de a poco, desde abajo. No es necesario avanzar demasiados escalones a la vez, uno por uno es más que suficiente.

Lo primero que hace al entrar y asegurarse de estar solo, es activar aquel chakra especial radioactivo que rodea todo su cuerpo. Hasta hace poco, le causaba dolor constante a su cuerpo el usarlo, pero en base al tiempo y a la costumbre ha logrado llevarlo al límite en donde es soportable. Aquellas plumas de energía adornan su espalda, pareciendo ser un híbrido entre humano y animal. — Debo utilizarla hasta llegar al punto en que sea casi como respirar. — Esa es la respuesta a la que llegó luego de horas de meditación sobre cómo mejorar aquella técnica.

Para empezar, realiza una secuencia de sellos manuales, espera un poco, y acto seguido, el proyectil de energía Kujaku es disparado hacia una posición específica, demarcado con un lápiz en la pared. No consume demasiada energía, pero sí le pide demasiada concentración. En un combate de alta velocidad y en donde cada segundo cuente para proteger su vida, aquella tardanza puede mandarlo con un boleto solo de idea al reino de la muerte.

Durante dos días, Samuru se encargó de utilizar la técnica una y otra vez. Cuando llegaba el momento de quedarse sin chakra, se tomaba un merecido descanso y comía bastante para recuperar energía. Al no tratarse de un jutsu demasiado complejo, el entrenamiento constante le ha permitido poder crear el proyectil en un tiempo inferior al de antes. Quizás no sea el ataque más rápido del mundo, pero los avances siempre son positivos.

Como dice el dicho, “no te compares con otros, sino contigo mismo”.
[Imagen: ZDUyefv.gif]
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Entre sus pasos y andadas, el perderse normalmente resultaba una oportunidad más que un percance. Todavía le costaba discernir si ya había completado el mapa mental que llevaba de aquella inmensa guarida. Además, el hecho de conseguir cuartos y ubicaciones nuevas le entusiasmaba un poco muy en lo profundo de su mente consciente. A veces, y con algo de fortuna, se encontraba con bienes olvidados por quienquiera que hubiese construido aquel aquelarre. Otras tantas veces, con bolsas de patatas a medio comer, olvidadas por su compañero de labores y coterráneo.

Aquel día, sin embargo, tomó un rumbo diferente al decidir cruzar por un umbral donde había visto a Renji y Samuru entrar en otras ocasiones. Fujitora también se había paseado por ahí, aunque el ojicarmesí aún se cuestionaba si por decisión propia o simple azar en sus pasos carentes de visión.

Al cruzar aquellas puertas, hipotéticas y literales, se encontraría en una zona destinada a pulir sus habilidades. Lo sabría por las marcas dejadas por otros, y la distribución de la zona en general. Observaría tanto como su vista se lo permitiese, buscando algún alma en pena con el mismo destino que él, pero se encontraba completamente solo. Lanzó un pequeño suspiro cuyo proceder desconocía hasta él mismo, y se dignó a dar una vuelta sobre sí mismo para salir del sitio.

Pero antes de dar el último paso cerró los ojos y sonrió. — Supongo que nunca está demás repasar lo básico. — murmuró, al tiempo que volvía a girar para terminar adentrándose en el campo de entrenamiento.

De ahí en adelante el enfoque se centraría en un jutsu en particular. Uno de sus favoritos en tiempos de crecimiento, cabía destacar. Con un sello de manos de por medio usaría sus habilidades de moldeo de chakra para crear un pequeño ratoncillo de fuego, que direccionaría contra diversos objetivos repitiendo una y otra vez el sello y la creación. De vez en cuando aprovechaba la soledad para crear clones y utilizar la técnica en ellos -con su obvio consentimiento- para enfocarse en golpear objetivos en movimiento.

Hinezumi


Le tomaría un par de días conseguir una mejora perceptible de su técnica, que aunque básica y simple, le había resultado útil tantas veces que muchas veces se preguntaba por qué no la usaba más seguido. Con el trabajo hecho, abandonaría momentáneamente el entrenamiento, pero con la intención de volver a perfeccionar algunas otras técnicas.
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Última modificación: 17-04-2024, 09:18 PM por Kaname.
Técnica a mejorar


Varios días había pasado desde que la fémina, líder del clan Senju, había sido reclutada por Kakusei. Poco a poco, su conocimiento de la base había estado incrementando y aunque conocía varios lugares de estos, lo cierto es que aún sentía que podía llegar a perderse. Sólo uno de estos lugares habían sido claros para la que dominaba el Mokuton: El salón de entrenamiento.

No precisamente porque fuera fácil, sino porque era lo único que había en la planta baja de la base. Solo debía bajar, bajar y bajar a lo último para dar con aquel sitio de gran envergadura. Así, medio de lo que había sido su estancia allí, ahora parecía dar con la sala cada que podía. Llevaba días frecuentando aquel espacio nada más que con el fin de mejorar sus técnicas de clan. ¿Por qué? Porque era la líder y sentía que no había mejor forma, actualmente, que seguir mejorando en “esas” habilidades.

El control del Mokuton no era del todo sencillo, de hecho, requería una cantidad de sellos y de flujo de chakra constante que le impedían de alguna forma realizar ciertos movimientos o poder tener otras ventajas en batalla, por lo que había decidido enfocarse en la mejora de una de las técnicas básicas del clan, la misma que permitía mover ramas de cualquier grosor a una distancia específica.

Estando pro primera vez en la sala de entrenamiento realizó una secuencia de sellos —¡Mokuton: Ibara no eda!— dijo al tiempo que su chakra expandido por el ambiente le permitía, aún estando a veinticinco o más metros, controlar ramas o raíces de la zona y poder moverlas a su antojo.

Lo primero, era conocer como podía canalizar el chakra y ubicarlo en un solo sello, dado que aquella cantidad absurda de sellos le demandaban tanto tiempo que podía ser empleado para otras acciones. No tenía de momento más intención que esa y por más que lo intentaba le resultaba imposible de cierta forma canalizar el chakra empleado en cada sello para reducirlo. Sin embargo, poco a poco, pasando los días, la cantidad de sellos fue disminuyendo uno a uno. Pasarían de ser seis a cinco, de cinco a cuatro, de cuatro a tres y aunque fuera impreciso y faltara pulirlo, llegaría a un solo sello.

El último día, y tras haberlo conseguido varias veces, la fémina, una vez llegó a la sala de entrenamiento notó a varios de sus compañeros ahí. Los saludaría nada más con un movimiento de su mano derecha y se movería a una de las esquinas de la sala, la que estaba justo en diagonal a la de Fujitora y estando ahí, con solo un sello, sin que requiriera mayor esfuerzo, ramas empezarían a moverse por el centro de la sala sin molestar a ninguno de los presentes.

Lo tenía, la técnica había sido mejorada a un nivel que quizá ningún otro Senju había logrado.
[Imagen: Firma-Kaname.jpg]

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