Reuniendo a las sombras. [Priv. Kakusei]
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Última modificación: 05-03-2024, 02:08 AM por Renji Tanaka.
Las sombras danzaban en las salas interiores de Kakusei. La base iluminada solo por la suave luz de las velas estratégicamente colocadas. Kaito Chikamatsu, en su característica máscara de parca, se encontraba en el centro de la sala central, lugar donde alguna vez Rhooh le había dado más de un buen momento, rodeado por mapas desplegados y pantallas parpadeantes que mostraban informes en tiempo real. La atmósfera estaba impregnada de un aire tenso y expectante, y Kaito sabía que era el momento adecuado para convocar a los miembros de su organización.

En un rincón oscuro de la sala, una grupo de pequeñas salamandras rojizas, se deslizaban entre las sombras con agilidad. Kaito, con su conexión única con estas criaturas, había decidido utilizarlas como mensajeras para convocar a los miembros seleccionados de Kakusei. En la mesa central, Kaito preparó las invitaciones, cada una sellada con el emblema distintivo de la organización.

Las invitaciones eran pequeños pergaminos cuidadosamente enrollados y atados con un hilo rojo, un sello de cera con la inscripción de Kakusei marcaba el cierre. Kaito, con manos hábiles y precisas, escribió un mensaje breve pero cargado de significado en cada uno de los pergaminos. La tinta negra contrastaba con la pureza del papel, y las palabras resonaban con la autoridad de su emisor.

Una vez que cada invitación estuvo lista, Kaito convocó a las criaturas qeu reptaban al rededor de los rincones oscuros con un simple gesto. Las pequeñas salamandras, con sus ojos ardientes y con ondeantes colas que parecían una llama en constante movimiento, se acercaron a su maestro. Kaito depositó las invitaciones sobre los lomos de las pequeñas criaturas, y con un leve asentimiento, cada una tomaron reptantes su rumbo..

Las sombras envolvieron a los mensajeros mientras se deslizaban fuera de la sala de mando, sigilosas como una llama que danza en la oscuridad. Cada miembro de Kakusei recibiría su invitación de esta misteriosa manera, una elección que no solo confería un toque de teatralidad, sino que también enfatizaba la conexión entre el líder y sus pequeños amigos rojos.

La sala de mando resonaba con la anticipación mientras Kaito esperaba a que cada miembro recibiera su llamado. La estrategia estaba en marcha, y el líder de Kakusei aguardaba con la certeza de que cada pieza se estaba moviendo hacia la reunion convocada. Y Kaito, estaba listo para recibir al resto de sus miembros.

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¿Quién dice que el sencho no tiene día libre? Realmente no lo tengo pero me daba igual, me tomaba mi tiempo y hacia de mi lo que quisiera. Justamente estaba bajo un arbol en uno de eso lugares que la gente solo llega por objetivos y no por casualidad.  De la nada vi una extraña criatura acercándose  a mi con un mensaje, reconocía el emblema por lo que eleve una ceja y una vez recibí la carta empecé a leerla - Interesante -  Pense mientras guardaba el mensaje y me colocaba de pie, estirando mi cuello de lado a lado .

Hice una tanda de sellos e invoque a mi ave,  me monte en ella y me dirigi hasta donde me citaron. Para la gente que me conoce, sabe que soy la persona mas "oculta" o misteriosa que pueden conocer, por eso, aparte de volar muy alto, hice invisible a mi invocación y a mi para asi pasar desapercibido ¿Qué hice en todo el viaje? Dormir. Estuve acostado disfrutando del aire, arriba hace mas frio, irónicamente aunque estemos mas cerca del sol ¿No?. 

Estando a 1km del lugar donde se me  habia citado, aterrizamos y me baje de mi transporte, haciendo que esta regrese a su ciudad y yo empezar a caminar ¿Iba a llegar tarde? Si. Encendí un cigarrillo y camine con una tranquilidad, tomándome mi tiempo. Luego de haber recorrido aquel kilometro faltante,  llegue hasta donde era la base, entre y observe a las personas (o la persona) que estaba ahi, le salude subiendo y bajando mi rostro para luego sacar otro cigarrillo y encenderlo ¿Creen que fumo demasiado? Por favor,  fume hace 1 kilometro, eso significa.... ¿Hace unos 40 minutos? Igual pienso dejarlo pero baah, por ahora ¿Que pierdo? Aparte de mis pulmones  -No traje maletas - Dije para romper el hielo
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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El tiempo había pasado quizá inclemente desde los últimos días. La llegada de Kaname a Konoha había sido cuanto menos, caótica: Enterarse que uno de sus mejores amigos había muerto, saber que su otro mejor amigo ahora era Sencho del bando criminal y luego, que este mismo le mostrara los horrores que suponían perder a alguien y que en esa misma vía ese alguien fuera la líder del clan Senju, misma responsabilidad que ella asumía y no contentos con todo esto, que su primera tarea, hubiera sido buscar indicios de la fallecida y fuera, en el proceso, reclutada por una organización llamada: Kakusei.

Si bien la Senju jamás pensó verse inmersas en temas de dominación mundial, de conquistas y de organizaciones con ideales para “salvar el mundo”, Kakusei le había aportado dos cosas importantes que había estado buscando desenfrenadamente a lo largo de los años: la primera, poder estar cerca de Adán y su mejor amigo con vida. Los demás habían estado desapareciendo con el tiempo por consecuencias normales del mundo shinobi; y la segunda, la idea de liberación del pueblo, la misma que suponía que los esquemas actuales cambiaran para llevar a las naciones a un mundo diferente.

Aquella transformación requería tiempo, y aunque nada aseguraba que su paso por esa organización fuera a ser permanente, por ahora se había abierto a la posibilidad de estar allí. Su reclutamiento había sido, por demás, bastante sencillo, dado que Adán había dado los componentes básicos y más importantes para que ella hubiera aceptado cooperar sin ningún miramiento. De hecho, había bastado con que Adán le propusiera unirse para que ella accediera casi que de forma inmediata sin llegar a conocer a los integrantes de la organización y sus alineamientos.

Por aquellos días, en búsqueda de más información, Kaname estaba por fuera de Konoha, autorizada por el mismo clan Senju a que pudiera empezar la recopilación que los llevaría a saber que había pasado con Matsuko y con Bishamon, líderes del clan Senju que habían sido asesinadas sin pasar seis meses una muerte de la otra. Aquello tenía en alerta al clan completo, se pregonaba que posiblemente habían sido ataques conscientes para debilitarles y ahora, eran hechos que si o si querían esclarecer. La Senju tenía los datos más importantes: La última vez que se le había visto, quien, haciendo qué… y desafortunadamente, la forma en que había muerto.

Por todo lo anterior, la fémina no estaba ahora en donde debía, sus pies la habían llevado a Kusagakure no sato desde hacía días. El recorrido desde Konoha hasta Kusagakure había sido un viaje fascinante a través de exuberantes paisajes y hermosos campos florecidos. Comenzando en Konoha, se había inmerso en un bosque repleto de cerezos en flor. El suave aroma de las estas llenaba el aire, creando un ambiente tranquilo y sereno mientras más se adentraba en el camino. A medida que avanzaba, se iba encontrando con prados verdes salpicados de flores silvestres de colores brillantes. El canto de los pájaros y el murmullo suave del viento la acompañaron en tu travesía, creando una sensación de paz y armonía con la naturaleza.

Sin embargo, en medio de su camino, una lagartija un tanto peculiar había hecho aparición, tenía un pergamino el cual Kaname se acercó a recoger sin pensarlo. Se agachó y posteriormente se enteró que una reunión se llevaría a cabo en la base de la organización. Conocía de nombre a la mayoría de sus integrantes y por desgracia a otros de cara.

Que suerte que estoy yendo hacia allá…— suspiró antes de tomar el pergamino e incendiarlo haciendo que desapareciera cualquier rastro de traición a los principios que decía portar dentro de las paredes de Konoha. A medida que te se acercaba a Kusagakure, la aldea oculta entre la hierba, notaba que los campos se extendían hasta donde alcanza la vista, cubiertos de flores multicolores que bailaban con la brisa. Las suaves colinas y valles ofrecerían vistas impresionantes a medida que se avecinaba a su destino.

Finalmente, no solo llegó a Kusagakure, donde sería recibida por la cálida hospitalidad de sus habitantes y la belleza de su entorno natural, sino que rápidamente había salido de la misma para entrar en lo que era la base secreta de aquella organización. Si, el recorrido desde Konoha hasta Kusagakure en había sido una experiencia mágica que le permitió apreciar la belleza de la naturaleza en su máximo esplendor, mientras se sumergía en la serenidad y la alegría de la temporada, pero todo aquello había acabado, era hora de trabajar, así que, una vez entró y vio a su amigo de infancia, le saludó.

No creí que fueras a llegar primero que yo— sonrió. —Pasamos de vernos cada tantos años a vernos cada quince días— bromeó.

Y luego, posó su mirada en la otra persona que estaba ahí. Kaito era un joven que se veía bastante mayor para la edad que creía Kaname que tenía realmente, parecía estar todo el tiempo centrado y pensando con detenimiento sus movimientos. La Senju empezó a caminar bordeando aquella sala y se ubicó cerca al Yamaka

¿Tardarán los demás en llegar?— indagó justo después de saludar con una leve reverencia, tal y como acostumbraba.

Resumen
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Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

Bonus

Inventario
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Los límites de su existencia se escurrían con el ambiente que le rodeaba, mimetizándose entre aquellos matorrales verdes que tanto abundaban por aquellas latitudes. Procuraba ser más silencioso que una sombra, aún cuando su aspecto le dibujase tan contrastante como un oásis en medio del desierto. Con cada movimiento relativamente torpe aquellos arbustos que le rodeaban se sacudían soltando algunas hojas y ramas, pero él lo ignoraba por completo en pro a completar su misión; conseguir comida.

— Tanto verde y tan poca comida… — murmuraba, refunfuñando. Sus palabras iban en consonancia casi perfecta con el rugir de su estómago. Estaba realmente hambriento, y casi toda la culpa era propia. En sus bolsillos pesaban monedas suficientes para no uno sino unos quince banquetes. Pero estando en aquellas tierras que, según él, estaban repletas de vida y por tanto de comida. ¿Qué clase de desquiciado iba a pagar por algo que estaba ahí al alcance de una shuriken bien apuntada?

Sin embargo el cazador inexperto no podía sino cuestionarse, al menos subconscientemente, cuando sus presas se la hacían esquivas. No porque escapasen de su agarre, sino porque simplemente parecían no existir. No había muestras de vida en metros a la redonda. No importaba qué tanto buscase, ni un solo animal se dejaba ver por las esferas carmesí del oriundo del desierto. Ya había considerado incluso comer hojas a falta de frutas, o incluso insectos a falta de animales. Pagar por comida estaba en la lista de posibilidades, por supuesto, pero solo por encima de morir de hambre.

— Quizás deba volver a la base. Probablemente pueda robarse una bolsa de patatas a Renji mientras no esté. — volvió a murmurar. El pobre y ultrajado arbusto en el que descansaba vibraba con el repiqueteo de su voz. Y la posibilidad era real. No estaba del todo lejos de la base, y sus compañeros de confianza estaban fuera. Solo tendría que lidiar con algunos otros si es que estos requerían explicación, pero esto también le tenía sin cuidado. Cuando el hambre se comía incluso al tiempo, la incógnita del próximo paso ardía. Y la decisión casi era tomada cuando la hierba del suelo delataba compañía. El sonido era tan pequeño que solo serviría de abrebocas, pero lo que sea iba a servir. Alcanzó la estrella ninja que tenía más cerca en el compartimiento pertinente, y giró la cabeza hasta ubicar a la pobre existencia que sería víctima de la mala suerte.

Pero la salamandra tenía una maldita nota.

Tras casi dejarse llevar por la situación y soltar la shuriken hacia el pequeño anfibio que solo servía de mensajero, pero la curiosidad se abrió paso y le ganó la pulseada al hambre y la impaciencia. Si tenía una nota, era seguro asumir que esperaba ser leída, y como tal el Jiki se acercaría al anfibio para tomar la nota, saliendo del arbusto y parándose erguido para estirar cada músculo de su cuerpo que siguiese atrapado en la anterior posición.

Un par de segundos más tarde, la máxima de “toma una decisión o la vida la tomará por ti” se hacía evidente. — A la base, entonces. — soltó un suspiro, dió media vuelta, y emprendió marcha. Se tomaría su tiempo, pues las energías no estaban al máximo después de aquella patética sesión de cacería infructífera, pero eventualmente llegaría.



La base ya la conocía bastante bien. Pasearse por los pasillos era relativamente fácil dada su capacidad para ubicarse. Además, no hace mucho había sido recibido por la organización oficialmente y tanto Samuru como Renji se habían encargado de hacerle sentir como en casa. Sabía, sin embargo, los pequeños recovecos que estos últimos dos usaban para sus excentricidades. Lo más interesante para el ojicarmesí de aquel instante era el escondite de las patatas de Renji, hacia donde se dirigió antes de la ordenada reunión. Una vez las patatas estuviesen en su poder y sin ningún tipo de reparo por el sabor, tomaría camino hacia el punto de encuentro. Sabía que había tardado y quizás fuese el último en llegar, pero las prioridades de él siempre estaban claras.

Con la bolsa de patatas en mano, y con el escándalo literal que eso conllevaba, entró a la sala donde se le había indicado. Los presentes resultaban más o menos conocidos, pues ya había memorizado rostros y nombres de todos los que había podido conocer ya. Kaname era la diferencia acá, pues ella y el Jiki se habían conocido tiempo antes. Si alguno atravesaba miradas con él, sonreiría amablemente con rastros de patatas fritas en el rostro. Su destino final sería una silla un poco alejada del dúo de Konoha, pero a una distancia relativamente equivalente del Chikamatsu. Pondría la bolsa de patatas sobre la mesa, más hacia el medio de lo que le gustaría, e invitaría al resto a comer. — Si alguno quiere sírvase. Considérenlo una donación involuntaria de Renji. — diría con algo de jocosidad.

Independiente del resto, estaría atento a cualquier avance en la reunión. Sabía que Renji y Samuru estaban lo suficientemente lejos como para escapar de aquella formalidad, pero desconocía quién más podía cruzar aquella puerta en cualquier momento.

Resumen
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Era una de esas pocas veces, en la que su labor consistía en crear un anillo de seguridad, a algunos kilómetros de la base. Habían algunos que otros bandidos, vigilando con comunicadores de chakra. Es fácil conseguirlos. Venderían a sus madres por una buena cantidad de Ryō, y esa es la clase de personas a las cuales Denji suele utilizar, para manejar a su antojo. La vida de estos desgraciados no podría importar menos, lo importante es que cumplan con avisar a tiempo el alistamiento de algún enemigo o alguien que se haya perdido, y metido en donde no debe. En lo que escuchaba las conversaciones de los bandidos y renegados, Denji descansaba acostado en el tronco de un gran árbol, unos veinte metros de altura lo separaban del suelo. Sus ojos, permanecían cerrados y el cálido sol se filtraba entre las hojas de alto volumen y hacían brillar su pálida piel, contrastando con aquel peculiar brillo cian en sus ojos y los pequeños relámpagos púrpura debajo de sus párpados.

— Cierren la boca, imbéciles. —
Los esbirros del chico de cabellos cian, asintieron, maldiciendolo entre dientes. Conocen de lo que es capaz y no es para nada sabio revelarse contra el amo Denji.  — Hace tiempo superé la barrera entre la vida y la muerte. No son detalles que pueda mencionar a la ligera, crearía desconfianza. — Entre esos bandidos, existía uno cuyos globos oculares eran negro y la iris y córnea azules. Su piel desprendía cenizas y actuaba con total normalidad, socializando con los otros bandidos. ¿Porqué fue víctima de la Resurrección del Mundo Impuro? No quiso aceptar el dinero de Denji, así que lo mató y obligó a trabajar para toda la eternidad. Sin oportunidad de volver a ver su familia y demás lazos que comparte. Un cruel destino, que llena de regocijo a nuestro antagonista. Un ejército de muertos, no suena tan mal, llegará el día en que muestre la auténtica desesperación, hacia personas incapaces de herir a un ser querido.

Entonces, mientras estaba perdido en sus más oscuros ideales y objetivos. Escucha el ligero golpeteo de la madera, que con unos oídos tan agudos como los suyos, le resultó fácil. El reptil reptaba el árbol hacia arriba, hasta llegar hasta al de ojos cian y situarse en el hombro. Abrió los ojos con desinterés y un bufido fue emitido, sabe a quien le pertenece la  pequeña invocación. Tomó la nota que esta traía  y al leerla, se sentó, viendo la garita donde se encuentran los vigilantes. — Voy a regresar pronto. Notifiquen cualquier anomalía en el perímetro. Maten a todo aquel que los descubran y entierren sus cuerpos. Yomitsu posee Doton.— Era el momento de regresar, y veloz como un rayo, desapareció del tronco y de salto en salto continuó marchando rumbo a la base de Kakusei.

Luego de un largo viaje (se encontraba a varios kilómetros) llega y entra por la base, siguiendo el pasillo cuya orientación lo llevaría hacia donde la reunión está a punto de comenzar, si es que ya no ha dado inicio ya. Continuó el andar, un suave caminar caracterizado por su estilo perezoso, como si le tuviera que pedir permiso a una pierna para mover otra. Así es él y no por eso es alguien descuidado. Pasado unos minutos, llegaría a la sala donde su presencia fue solicitada al igual que la de sus compañeros y compañera. Cualquiera que cruce miradas con el pelician, notarían una cara de recién parado combinada con su expresión seria.

Él tomaría asiento, cruzando los brazos y esperando que todo de inicio — Diablos, Arata, me debes topear ese escondite. — El estómago ruge y se acerca a tomar algunas patatas, dejando la bolsa casi por la mitad. Sus manos estaban llenas y apoyó la espalda con la silla. — ¡Vaya! Aquí está la señorita Kaname. Puntual como siempre. — Sonreía comiendo patatas.
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Renji solía perder el tiempo como de costumbre, rodeado de numerosas bolsas de frituras, golosinas y demás. Había de todo: sabores, texturas y presentaciones distintas, era el paraíso para él. Nuestro rubio se encontraba en un pequeño asentamiento que había construido él mismo. Sus habilidades para la Geo-Botánica no podían esperar, y la evolución continua era totalmente necesaria, pero claro, no en medio de su descanso.

— Las pruebas estarán listas dentro de un buen par de horas, quizá deba ir a pasear un poco. —Comentó a la soledad que le acompañaba. Kusa era sin duda un lugar espléndido para obtener muestras; sin embargo, la poca fauna y la existencia de otros entes que no fueran parte de la flora parecían ser casi inexistentes. — ¿Acaso el olor no los atrae? —Se preguntó el rubio en voz alta, antes de reincorporarse y echarse a andar en dirección a la base. —Ojalá que esté Arata. —Sonrió ligeramente. Arata era su más allegado, después de todo habían invertido algo de tiempo de calidad cuando aún eran parte de Iwagakure. Al menos, "oficialmente" aún lo eran, pero sus actividades últimamente los mantenían lejos de casa, o al menos de la de Renji, considerando que el arenoso no era precisamente de Iwagakure.

—Bien, me llevaré otra bolsa para el camino. —El Sin Clan estiró su diestra para tomar una pequeña bolsa de papas en ajo antes de retirarse de su asentamiento, no sin antes ordenar a las plantas adyacentes ocultar la estructura en sí. Al abrir la bolsa y retirar una pieza de fritura, se percataría de que estaba un poco más "húmeda" de lo que debería, y es que, en efecto, no se trataba de una patata, sino más bien de una pequeña salamandra, la cual poseía una nota adherida a su cuerpo. —¿Qué sabor tan peculiar podrías tener? —Se preguntó en voz baja, a lo cual la salamandra no tardó en sobresaltarse ligeramente.

La nota era clara. Una reunión de imprevisto, una convocatoria a la cancha por nada más ni nada menos que el Director Técnico del Club de Tryhards. Sin duda, sería interesante ver lo que se cuece entre los altos mandos de la organización, aunque curiosamente, Renji estaba invitado…



Los pasos del rubio resonaban en el pasillo, y seguramente también lo hacía el crujir de la bolsa. Sin embargo, algo llamó la atención de Renji en aquel instante, algo tan drástico que lo haría sobresaltarse al escuchar una voz conocida. —¡Alto allí, ladrón! —El rubio cruzó la sala de un solo salto para arrebatar lo que quedaba de las frituras en medio de la mesa, no sin antes caer de cara justo después de llegar al borde del inmueble. —¡¿Qué crees que haces?! Recriminó tanto a Arata como a Kashimo por la dicha de tomar de sus provisiones. —No tengo nada en contra de donarles, pero este sabor es muy exclusivo. Para la próxima pueden pedirme algunas bolsas y les daré de las menos importantes, lo siento, pero así funciona. —Aclaró.

Sin duda alguna, el rubio acabaría llamando la atención de los que ya estaban en la sala, sin embargo, poco o nada le importaba al intrépido Renji. —Ahora, si me disculpan, tomaré asiento. —Todos eran rostros desconocidos para él. Desde el rubio de ojos cansados, hasta el hombre femenino con moños en la cabeza, y ni hablar de la chica de muslos aterradores. —Bueno, creo que es la primera vez que me topo con ustedes, más allá de haber escuchado un poco de cada uno. Me llamo Renji, un placer. —Sonrió levemente antes de retomar su postura y continuar disfrutando de los menesteres que llevaba sobre él.

Resumen
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Kaito observó a cada miembro con atención mientras la conversación inicial se disipaba. Después de las presentaciones y saludos, el marionetista decidió compartir más sobre sí mismo antes de abordar el propósito principal de la reunión. Se puso de pie con gracia, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Bien, miembros de Kakusei, algunos de ustedes ya me conocen, pero para aquellos que aún no lo hacen, mi nombre es Kaito Chikamatsu. Estoy aquí como alguien que comparte sus ideales en esta búsqueda común. Los he convocado por una razón específica —anunció Kaito, su voz manteniendo la calma y la autoridad que le caracterizaban.

Dirigió su mirada a cada miembro presente, evaluando sus reacciones antes de abordar el tema central de la reunión.

—Todos compartimos un ideal, y todos son shinobis sumamente capaces, muchos quizá más capaces que yo, pero como representante actual de la voluntad de esta organización, es mi responsabilidad conocer sus habilidades y fortalezas a fin de poder mejorar nuestro desempeño cuando llegue el momento. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de la práctica. Estoy seguro de que muchos de ustedes están ansiosos por demostrar lo que son capaces de hacer en un combate real —añadió Kaito, su tono revelando su confianza en el potencial de los miembros de Kakusei.

Luego de sus palabras introductorias, Kaito se centró en la siguiente fase de la reunión.

Nos dirigiremos a la sala de entrenamiento de esta base, la cual fue construida por los anteriores miembros de Kakusei. Es un lugar diseñado específicamente para pruebas y prácticas intensivas. Allí, cada uno de ustedes podrá demostrar de lo que es capaz. Por favor, no se contengan. Se formarán equipos y se enfrentarán en un combate simultáneo entre todos los presentes. Esto nos permitirá evaluar sus habilidades tácticas, adaptabilidad y capacidad para trabajar juntos en situaciones de combate real —explicó Kaito, dando el paso siguiente hacia la práctica.

Con gestos precisos, indicó a los miembros de Kakusei que lo siguieran mientras se dirigían hacia la sala de entrenamiento. Los pasillos de la base estaban iluminados de manera tenue, revelando solo lo necesario. La tecnología avanzada se mezclaba con la estética tradicional, creando un ambiente misterioso.

Finalmente, llegaron a la entrada de la sala de entrenamiento. Kaito abrió las enormes puertas negras que hacían de antesala, revelando un espacio impresionante. La sala era una estructura cuadrada, hecha de una roca imponente, con dimensiones de aproximadamente 100 metros de largo por 30 de alto.

La Zona de Combate estaba estratégicamente ubicada, permitiendo a los participantes tener una visión completa del espacio, mientras que los muros circundantes de la sala proporcionaban un telón de fondo sólido. La iluminación, aunque tenue, estaba enfocada de manera que resaltara cada detalle de la confrontación.

Dos enormes canaletas cruzaban la Zona de Combate en direcciones opuestas, dividiendo virtualmente el espacio en cuatro cuadrantes. Estas canaletas, además de añadir un elemento estético, tenían una función táctica. El agua que fluía constantemente por ellas no solo creaba un sonido ambiental, sino que también permitía a los combatientes utilizarla estratégicamente en sus tácticas, ya sea para obstaculizar el movimiento del oponente o para realizar técnicas específicas.

El límite de la Zona de Combate estaba marcado por un sutil resplandor, apenas visible pero definido. Este límite era crucial, ya que cualquier participante que lo cruzara sería considerado fuera de combate. Era una barrera invisible pero impenetrable, asegurando que la confrontación se mantuviera dentro de los límites establecidos.

Además, en cada esquina de la Zona de Combate, se ubicaban pedestales con símbolos de Kakusei, destacando la importancia de la lealtad y el compromiso con la organización. Estos pedestales también servían como puntos estratégicos, ofreciendo a los combatientes la posibilidad de elevarse y ganar una perspectiva táctica elevada sobre el campo de batalla.

La disposición de la Zona de Combate no solo ofrecía un escenario visualmente impresionante, sino que también proporcionaba un terreno de juego dinámico que desafiaba la destreza y la adaptabilidad de los shinobis de Kakusei. Los participantes se prepararon, conscientes de que cada detalle de este espacio tendría un impacto directo en su estrategia y desempeño durante los combates. Con determinación en sus ojos, los equipos se colocaron estratégicamente en la Zona de Combate, listos para demostrar sus habilidades en esta prueba intensiva.
—Bienvenidos a la sala de entrenamiento de Kakusei. Aquí podrán demostrar sus habilidades al máximo. Las paredes son resistentes. Debemos formarnos por equipos, y los combates comenzarán simultáneamente. Recuerden, esto no es solo una prueba de fuerza individual, sino también una oportunidad para aprender y mejorar. Prepárense y seleccionen una posición en el área de combate.  —declaró Kaito, su voz resonando en la sala mientras los miembros se preparaban para los enfrentamientos.

—Dada la diversidad de habilidades presentes aquí, creo que la mejor manera de aprovechar al máximo esta prueba es formar equipos que promuevan la colaboración y la adaptabilidad. Tenemos a dos miembros destacados en el manejo de la naturaleza, Renji y Denji, sería beneficioso distribuir esas habilidades de manera equitativa. Adán, con tu experiencia táctica, sería un activo clave para liderar uno de los equipos. —Kaito pausó mientras evaluaba las reacciones de los presentes.

—En base a eso, propongo los siguiente, Adan, Renji, ustedes dos conmigo, del otro lado, Denji, Kaname y Arata,

Kaito observó las expresiones de cada miembro, asegurándose de que estuvieran de acuerdo con la propuesta antes de continuar.

—Estos equipos se han formado considerando sus habilidades individuales y cómo pueden complementarse entre sí. Recuerden, el objetivo no es solo ganar, sino aprender y crecer como equipo. ¿Alguna objeción o sugerencia antes de comenzar? —preguntó, permitiendo que los miembros expresaran cualquier comentario o preferencia sobre la formación propuesta.
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Observe a los miembros, saludando a los que conocía. Aparecio Kaito, era quien iba a tener el control del momento, quien iba a dar las instrucciones. En completo silencio escuche sus palabras hasta que nos guio hasta una sala donde iba a hacer el entrenamiento. Era un lugar  bastante amplio, de esos donde te daban ganas de poder explotar todo tu poder sabiendo que no iba a pasar nada pero a la misma vez tambien era un lugar que daba "calma" por el sonido, ese del agua fluyendo, podia hacer muchas cosas en este lugar, incluso, puede ser bueno para meditar  aunque en principio ese no fuera su objetivo. 

Kaito me puso como lider del grupo, afirme con el rostro mientras observaba al par de chicos que iba a estar conmigo, entre esos, el vocero de la voluntad y quien parece tener mayor conocimiento de este grupo ¿Era emocionante? Claro que lo era aunque mi rostro no lo expresara, por dentro estaba ansioso por empezar ya el combate - Por mi parte, podemos comenzar - Dije mientras observaba a Kaname, siendo mi enemiga en este momento - Veamos que sorpresas tienen los demas - No iba a lanzar ningun ataque, no aun, iba a esperar la señal de "go", de: Que comience el duelo.

Me posicione atrás del par de chicos, dando en principio una apariencia de que mis ataques son a distancia ¿Pero realmente era asi? Tal vez no, pero si iba a ser el ataque aereo y mientras mis alas iban saliendo, iba a necesitar estar a la defensiva para tomar el tiempo necesario y asi poder estar en el aire. No queria hacer trampa, no queria adelantar nada por eso mi unico movimiento fue  ese, posicionarme a 5 metros de mis compañeros. Pense en prender un cigarrillo pero ¿Era necesario? Tal vez iba a verme como alguien soberbio si lo hacia pues ellos pueden pensar que yo estoy subestimándolos y que puedo ganarles "con una mano"
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Última modificación: 08-03-2024, 09:17 PM por Kaito.
Kaito, con su característica sonrisa confiada, dio un paso al frente, desplazándose con una elegancia que solo los maestros marionetistas poseen. A su lado, Adán, el seleccionado lider de equipo, se posicionó hábilmente, observando con atención cada movimiento. A escasos metros de la canaleta de agua y a una distancia estratégica de 20 metros de sus oponentes, el escenario estaba listo para el enfrentamiento.


La voz de Kaito resonó en el campo de entrenamiento. -Hagamos esto-, declaró con calma, y en un gesto fluido, lanzó tres pergaminos al aire. Los pergaminos desplegaron su contenido en un destello de chakra, dando vida a tres impresionantes marionetas: Purotutaipu, Saiko y Sanshou.

Saiko, una marioneta con aspecto felino y afiladas cuchillas en sus extremidades, se posicionó a la derecha de Kaito. Sus ojos mecánicos brillaban con una intensidad inusual, listos para rastrear cualquier movimiento enemigo. Por otro lado, Sanshou, de aspecto más humanoide pero igualmente intimidante, tomó su lugar en el lado izquierdo del maestro marionetista. Con brazos articulados y un diseño que evocaba una presencia fantasmagórica, Sanshou emanaba un aura inquietante.

Purotutaipu, la marioneta voladora, se elevó a una altura de 3 metros sobre Kaito. Sus alas mecánicas extendidas le conferían una apariencia majestuosa y amenazante. Desde esa posición elevada, Purotutaipu podría proporcionar una visión estratégica adicional y atacar desde ángulos inesperados.

Simultáneamente, un chakra oscuro y violáceo comenzó a emerger de Kaito, indicando la presencia dentro de él. Era un espectáculo impresionante, un recordatorio constante de la fuerza adicional que poseía y que podía desatar en cualquier momento.

Los hilos de chakra de Kaito se activaron con maestría, conectándose con las marionetas y otorgándoles vida. Cada movimiento de los dedos de Kaito se traducía en una danza precisa de sus creaciones. Los hilos de chakra se entrelazaban con las articulaciones de las marionetas, permitiéndoles moverse con una gracia casi orgánica.

Saiko y Sanshou avanzaron en sincronía con Kaito, desplazándose con una coordinación perfecta. Saiko deslizaba sus patas mecánicas por el suelo, dejando una serie de líneas marcadas en la tierra como testimonio de su presencia. Sanshou, por otro lado, se deslizaba con pasos sigilosos, creando una sensación de inminente peligro.

Mientras tanto, Purotutaipu mantenía su posición en el aire, sus extremidades vibraban ligeramente, listas para un rápido movimiento. Kaito, con los ojos centelleando con determinación, observaba a sus oponentes con una atención aguda. Su mente analítica evaluaba cada posible movimiento y contraataque, preparado para desatar el poder de sus marionetas en un instante.

Los oponentes, observando la exhibición inicial, se encontraban ahora frente a un equipo formidable. Kaito y sus marionetas formaban una sinfonía de movimiento, una danza letal que prometía hacer temblar el campo de entrenamiento. El combate apenas comenzaba, y el equipo de Kaito estaba listo para demostrarse.

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Mi paso por la base se hacía cómoda y llevadera, a pesar del cambio, reconfortaba las instalaciones de las que gozábamos, así como el ambiente humano presente. Dentro de la convivencia me resultaba curioso como las conductas de cada uno se revelaban dependiendo de las circunstancias, y por mi mano corría cierta responsabilidad con todos ellos así como de los objetivos del grupo. Mi caminar se mostraba con parsimonia por los múltiples pasillos de la org, pues tenía ya el destino marcado de estos hacia lo que si la memoria no me fallaba, sería la primera toma de contacto de habilidades de algunos de los integrantes de la org.

Con el tintineo de Teitoku, al compás de mi andar, vi al final del pasillo. Había evitado la reunión previa ya que conocía el objetivo de esta, y simplemente quería llegar hasta la puerta de la arena para contemplar lo que tenían que ofrecer los muchachos de la banda. Al fondo ya se contemplaban tanto como resplandores internos de la arena así como algunas voces que me resultaban familiares, pues el eco las hacía resonar.

- Parece que todo fluye bien... si no te importa vas a tener a un espectador por aquí, necesito matar el tiempo y seguro que aprendo algo de vosotros, ¿Cuándo viene el resto? -

HANASU KAIZEN

Mi voz resonaría solo para los oídos del joven Kaito una vez me encontré en los límites del perímetro del espacio de entrenamiento, el cual presentaba un aspecto muy óptimo, mis labios se moverían pero una brisa de aire llevaría estas palabras al que era el precursor de todo esto. Mi voluminosa figura se mantendría sobre una de las paredes de la puerta, imponente y grande como una bestia apacible, se me vería tanto desde dentro como fuera, manteniéndome neutral ante todos los que fueran pasando pero cordial. Activé la monitorización de chakra y por una vez abrí los ojos, tanto como por un medio como por otro, no quería perder detalle alguno de lo que estaba a punto de acontecer.

Kanchi No Jutsu

Memorización de Chakra
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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¿Aún no terminaba de hablar? Para Renji este tipo de cosas eran agonizantes. No era un tipo muy formal, por ende, las reuniones de este tipo, tan formales, generalmente eran una odisea para el chico, que no podía quedarse quieto por mucho tiempo. Además, el líder de la organización no paraba de hablar y hablar, con más parafernalia y comentarios excéntricos que buscaban adular y reforzar la ideología de todos los presentes. Pero había algo curioso; Renji solo buscaba aventuras, no le interesaba participar activamente en las actividades de una organización. Sus metas estaban en escalas menores, quizá dentro de Iwagakure, pero por razones obvias eso había quedado atrás…

El rubio no pudo evitar bostezar unas cuantas veces durante el discurso de Kaito, incluso, su cabeza se balanceaba de un lado a otro, evidenciando su aburrimiento. Para su suerte, el discurso culminó antes de lo que imaginaba y la acción parecía asomarse sobre la mesa. ¿Un combate grupal? Sonaba a un poco de acción y eso era razón de agrado para Renji, aunque había algo que no lo impulsaba del todo a esa decisión…

¿Combatir? ¿Leer? ¿Estudiar? El rubio debería leer todas esas guías de combate resguardadas en una pequeña zona de la biblioteca de la base. De hecho, muchos de esos libros estaban tan trastocados que su contenido era ilegible, tanto que los autores más recientes de esas obras probablemente no sabrían ni lo que intentaban explicar. Una locura total, ni hablar de aquellos relatos que mencionaban una herramienta o algo similar. Renji podría ser muy tonto, pero estaba completamente seguro de que si una guía te pedía usar una herramienta, sin duda no era un buen augurio…

Todo aquello se arremolinó en la cabeza del rubio, quien se sacudió ligeramente para quitarse un “peso” de encima. El tipo era un holgazán, aceptémoslo, a menos que las cosas fueran realmente de su interés. Pero en esta ocasión decidió ceder un poco para ver qué se traía Kaito entre manos.



La entrada fue bastante épica. La zona sin duda parecía haber sido construida con mucho esmero y detalle, no obstante, para Renji era un poco contraproducente tener un sitio tan hermoso para realizar combates de alto calibre. — ¿Combates por equipos? — Susurró.

La idea no sonaba tan mal, pero ciertamente, le causaba algo de pereza tener que combatir en las condiciones actuales del sistema. El oriundo de Iwagakure suspiró y dio un par de pasos hacia el costado; allí esperaban Kaito y quien él creía era Adán, ambos parecían ya estar posicionados respectivamente para el combate. Sin más que añadir, Renji ejecutó una pequeña cadena de sellos mientras daba unos cuantos pasos más hacia atrás y a su costado derecho, quedando lateralmente en la misma línea que Adán.


Los sellos terminarían dando nacimiento a una gran concentración de chakra en la palma izquierda de Renji, una forma muy similar a la de una semilla. El rubio guardaría esta semilla por lo pronto a espera del inicio del combate como tal.
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El siguiente en entrar a la sala fue Arata, el chico de Iwa que había tenido el placer de conocer hace algunos meses atrás. Kaname como saludo solo le guiñó el ojo y le sonrió, sin embargo, le pareció curioso eso de “involuntaria” —No esperaba menos, las tomó sin permiso…— negó aun con su sonrisa en la boca y cerrando los ojos. En parte, se había empezado a llevar bien con el moreno y le hacía gracia su comportamiento, definitivamente no iba a cambiar. Sin pasar mucho tiempo, aparecería Denji, con quién había tenido hacia poco una misión en el país del fuego.

Así es Denji.— contestó tranquila mientras notaba como agarraba comida y dejaba el paquete de frituras casi por la mitad.

Gritos llamaron su atención después de aquello, el dueño de las frituras había aparecido a reclamarlas. Inicialmente Kaname se sorprendió, pero luego solo pudo soltar la risa. Parecía que no llegaría nadie más, así que procedió a presentarse

Mi nombre es Kaname, vengo de la hoja. —Esto era casi para Renji y Kaito, porque a los demás ya los conocía.

Kaito tomaría la palabra y la reunión en si daría inicio. —Así que… un entrenamiento— pensó para justo afirmar a las palabras del líder de la organización. El tema parecía ser serio y según había entendido, no había razón para contenerse, así que, les estaba pidiendo directamente que demostraran todas sus habilidades. Posteriormente a esto y sin mucho más que decir se movieron a la sala donde estarían las próximas horas.

Kaito, imagino que la idea de esto no es matarnos… A pesar de usar nuestras habilidades al punto máximo, deberemos declarar un ganador al final de la contienda ¿cómo sabremos cuando el combate habrá acabado?— preguntó la Senju. —y Adan, recuerda que tienes prohibido usar… “eso”— esbozó una sonrisa para dejar claro que aquella ventaja que tenía, el Yamanaka sobre la fémina no debía usarse, dado que nunca se esperó que fueran contrincantes.

Ubicados, a veinte metros un equipo del otro, el Chikamatsu inició dando aparición a sus marionetas mientras que Adán parecía empezar a sacar sus alas. Ella por tu parte, aunque sabía que Adan podría seguir sus movimientos, dadas sus habilidades sensoriales, creyó que lo mejor era ambientar un poco más la zona pero eso vendría después, así que, tras realizar un sello sonrió.

¡MOKUTON: MOKU BUNSHIN NO JUTSU!— de inmediato, dos Kaname posicionadas detrás de la original habían surgido justo del cuerpo de esta. Si se fijaban, estas tenían en el cuerpo algunos vestigios de la madera. Una de ellas, se sentó en el piso y empezó a meditar mientras la otra solo hizo un par de sellos.

¡MOKUTON HIJUTSU: JUKAI KŌTAN!— en todo área de combate empezarían a crecer no menos de cien árboles que se entrelazaban entre si con sus ramas, hojas y troncos, buscando varias de estas atrapar a los rivales. Si estos no se movían o si no empezaban a moverse esquivando las diversas ramas que salían una tras otra en lo que la técnica terminaba por completarse, serían presos de la técnica de la Senju. Mientras, la Kaname real desenvainó su espada y se preparó montada en una de esas ramas a diez metros del suelo elevando con ella a su equipo y atenta a lo que pudiera pasar.

Si su plan era quedarse abajo, lo lamento…Esto va a estar en movimiento por un rato más.— comentó con cierta tranquilidad a Arata y Denji. El terreno ahora estaba completamente alterado. Las ramas, los troncos de los árboles y las hojas de estos habían hecho del lugar una especie de bosque extraño en movimiento que seguía creciendo con el pasar de cada momento, por lo que era difícil estar quieto y quedarse en un mismo punto.

Datos
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Hablo - Pienso - Narro
Creaciones - Cronología - Id. falsa

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Ya sabía con quien iba a formar equipo, el impulsivo de Denji. No conocía de que era capaz cada ser presente, a lo mucho, escuchó rumores y exclusivamente de personas que viven en la Hoja, y aún así, no ha visto del todo que pueden hacer en realidad. ¿Era necesario esto? Lo es totalmente, la formación del equipo y combinaciones es importante de cara a futuras operaciones de la organización. Denji continúa comiendo patatas y le sonríe amigable a Kaname, una de las mayores sorpresas del día, fue encontrarla aquí al igual que el Yamanaka.


Ahora, situado en el campo de batalla, con sus compañeros de equipo. En lo que la zona comienza a ser alterada y poblada por un extenso bosque, el usuario de Bōjutsu realiza el sello carnero y procede a tomar su bastón negro, aquel que se hace llamar "Sora". Sentía como su peso fue incrementado  hasta alcanzar el peso ideal, pero eso no estaba cerca de ser todo. Un brillante chakra imbuye el arma completamente, dándole una apariencia etérea y espectral. — Heh. — La sonrisa desafiante, llena de locura y emoción se hizo presente. 


Okina Kinryou

Kenja Sao



Tenía que maniobrar, de modo que dejó que su cuerpo fuera elevado por una de esas raíces y saltó hacia un árbol que estaba a su costado, quedándose quieto en la rama de este, sin subirse a la copa, sería un blanco fácil. Denji, ya tomó su posición estratégica.


Estadísticas de Denji




Chakra: 1030/1060
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Última modificación: 09-03-2024, 10:32 PM por Arata.
A medida que los actores seguían llegando el Jiki se limitaba a saludar a quienes le saludaban. Ya lo peor había pasado, y con el estómago “lleno” de patatas fritas estaba dispuesto a echarse a dormir en cualquier momento. Por fortuna o desgracia el discurso del líder iba a ser de los típicos, y se permitió dormir con los ojos abiertos en algunos instantes. Al final del día su única motivación para estar enfilado en aquel aquelarre era conocida para la mayoría, siempre que el ojicarmesí no fuese un completo extraño.

La presencia de Renji y Kaname hacían del sitio algo más ameno. Hubiese sido un suplicio completo si le tocaba lidiar con aquello rodeado de desconocidos. Sin embargo, cuando la mención al combate en equipos llegó, el arenoso no pudo sino suspirar para sus adentros. No tenía las ganas ni la energía para lidiar con algo como aquello y mucho menos si su vida no dependía de ello. El crédito tampoco era positivo para tal despliegue de poder, pues no confiaba del todo en aquellos desconocidos aún cuando estuviesen bajo la misma bandera.

Pero su suerte estaba echada. No iba a quedarse como mero espectador cuando podía entretenerse de otra forma. Miró a Renji y a Kaname, asumiendo que probablemente tuviese que luchar contra cualquiera de los dos. Hizo lo mismo con el resto de presentes, incluyendo al locutor, y soltó los hombros. Independientemente de lo que el azar le traiga consigo, lo aprovecharía.



Sin intercambiar palabras ni gestos avanzaría hasta la zona de entrenamiento. De cierta forma sentía que sabía navegar por aquella base como si la conociera a la perfección. Casi como si, en otra vida, estuviese recorriendo aquellos pasillos de arriba a abajo. Y sin embargo, el campo de entrenamientos no dejaba de sorprenderle al punto de hacerle alzar ambas cejas. — ¿Esta mierda es más grande por dentro que por fuera? — pensó.

Al poco tiempo, cuando ya sus compañeros de equipo estaban anunciados, se acercaría a ambos con un puñado de arena plateada en las manos y una sonrisa dibujada en el rostro. — Eh, Kaname, Denji. — alzaría un puño hacia cada uno. — Tomen un poco de arena de la suerte. Confíen. — no dejaba de mostrar una sonrisa, pero ya quedaba en el resto de sus compañeros aceptarla o no. No iba a explicar nada más allá.

Habiendo repartido su arena o no, se movería a unos 25 metros del otro equipo, quedando a 5 detrás de la línea frontal que marcaba Kaname, actuaría en cuanto notó que Kaito lanzaba los pergaminos al aire. Una tanda de sellos que sería seguida por un fuerte pisotón en el suelo lo haría vibrar mientras Kaname creaba su clon. Dos unidades de satetsu seguían bajo su ropa, pero debajo del suelo otras dos fueron creadas. Cuando el bosque empezaba a nacer, un gesto de ambas manos haría que bajo el suelo empezasen a gestarse otro par de unidades más, como estaba acostumbrado a hacer, utilizando una de las recién creadas para moler roca y minerales.

Dejándose alzar por uno de los árboles que nacía y saltando hacia otro una vez en la copa, quedó oculto sobre las ramas, a 5 metros de su posición inicial y unos 5 metros de alto. Ejecutó un último sello de manos y guardó concentración mientras se mantenía entre las ramas.

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Última modificación: 10-03-2024, 06:58 AM por Renji Tanaka.
Renji no había prestado mucha atención a la presentación de los demás, y ahora se encontraba en medio de un bosque que se extendía rápidamente. Al ver cómo los árboles se entrelazaban y avanzaban hacia ellos, advirtió al equipo que se cubrieran.

— Esos árboles no parecen detenerse. Cúbranse. — Alertó, consciente de la amenaza que representaba la ofensiva forestal.
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El rubio junto sus manos y las coloco sobre el suelo, creando una raíz de gran tamaño que buscaría bloquear el daño que se venía para su equipo, con un poco de suerte, el resto solo tendría que aportar su parte.
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Chikyuton: Nekidan
Coste de Chakra(45) - Especialidad(5) - Estilo(5) - Maestría(-5) = 30 CK | Resistencia(30) + Especialidad(15) = 45.
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El rubio sabía que sería difícil combatir en las condiciones actuales, pero ya iba teniendo alguna que otra idea para el combate. Confiaba en que el resto del equipo tendría algo que aportar, así que decidió mantener la posición por el momento. Las palmas del rubio se mantienen cercanas por si debía ejecutar una maniobra de emergencia.

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Con las fichas en el tablero colocadas, uno a uno, los compañeros se fueron adentrándose hasta la enorme área que tomaría como una arena de batalla exclusiva, alejados de toda intercepción, sin duda un sitio idóneo.

Estaba maravillado por las habilidades que mostraban los miembros de kakusei, habilidades tan sorprendentes como poderosas, tanto que, en un abrir y cerrar de ojos, el terreno se convirtió en un verdadero bosque a mis ojos. Por suerte, mi monitorización, me permitiría seguir todo aquello que podría estar ocurriendo dentro de los árboles. Denji por otro lado, fortalecería su bo, aquel poderoso bastón que blandía en nuestra batalla anterior en el coliseo y que lo convertían en un verdadero oponente a temer en las distancias cortas, y por último, la extrañeza de un chakra no conocido para mí surgió de ese equipo.

- Eso si que es interesante -

Dije sorprendido por lo que sentía hacia la zona derecha de la arena, una especie de manipulación que nunca había visto y que pareció afectar a todo el rango de aquel espacio. En el bando contrario tampoco se quedarían quietos, y tanto Kaito como Adan como Renji no dudarían en responder, cuando por lo pronto este último, lanzaría contra sus 3 adversarios una tremenda raíz. El combate no había hecho más que comenzar.
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
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Denji había seguido los movimientos de la rubia, ahora estaban el uno del otro al menos a cinco metros, estando Denji adelantado en su posición. Kaname afirmó y una vez estuvo creado el bosque, empezaría, si Denji la seguía, un recorrido por el bosque hacia donde se suponía estaban sus contrincantes, esto, no sin antes recibir de Arata, aquel puñado de arena metálica que decidió poner en uno de los compartimentos de sus cosas ninja.

Por otro lado, su clon había detenido la técnica y posteriormente, sabiendo su trabajo realizado, se mimetizó con uno de los troncos de gran envergadura. Si bien había sensores, no sería fácil dar con la localización de este, dado que todo el bosque en sí había sido nacido y estaba hecho de chakra. No sabían del todo hasta qué punto se volvía indetectable, pero por si era como se creía, su plan era perfecto. El otro, por su parte, seguía inmóvil en aquel terreno, oculto a la vista de todos, dado que había quedado con el bosque arropándolo, un enorme tronco por encima, y otros por los lados haciéndole una especie de escondite perfecto.

Momentos antes, las raíces salieron del piso brotando en miles de direcciones, cada una de ellas impredecible y claro, todo parecía indicar que los movimientos de Adan y de Kaito no habían sido suficientes para evitarlas. Las ramas los habían alcanzado sujetando de ellos sus extremidades, cada pierna, cada mano y para el caso del Chicamatsu, la red de raíces se había enfocado en sus manos, inhabilitando por completo el mínimo movimiento en sus dedos, así como también se vieron envueltas sus marionetas en todo el verde y café del bosque. Habían quedado suspendidos en el aire, con raíces incluso en el cuello y sujetos a dos árboles inmensos.

El caso de Renji había sido diferente, pues este había erguido una raíz de considerable tamaño tratando de empujar el bosque de Kaname sin tener la suficiente fuerza como para contenerlo, razón por la que el bosque también acabaría arremetiendo contra él y como sus pies habían estado quietos, las ramas pasarían a hacer lo mismo, a tomarlo preso para posteriormente impedir sus movimientos.

Los tenemos...— dijo Kaname a Denji.

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Última modificación: 12-03-2024, 08:50 PM por Kaito.
Las raíces se extendieron con una voracidad impredecible, serpenteando y enredándose alrededor de Adán, Renji y Kaito, atrapándolos sin piedad. Las extremidades de los guerreros quedaron sujetas, cada pierna, cada mano, mientras las raíces se enroscaban firmemente. Incluso las marionetas de Kaito no fueron inmunes, quedando envueltas en el verde y café del bosque creado por Kaname. La red de raíces enfocándose incluso en las manos de Kaito, inmovilizándolas por completo, junto con las manos de las marionetas.

En el caso de Renji, su intento de erguir una raíz de considerable tamaño para resistir el embate del bosque de Kaname no tuvo el éxito esperado. La fuerza del bosque era abrumadora, y las raíces se movieron con agresividad, tomando a Renji prisionero alrededor de sus piernas y limitando sus movimientos.

Kaito y sus creaciones quedaron suspendidos en el aire, las raíces apretando sus extremidades y sujetándolos a dos árboles inmensos. La captura fue completa, dejándolos en una posición vulnerable y completamente inmovilizados. Mientras tanto, Kaname señaló el éxito de su estrategia a Denji, confirmando que habían logrado atrapar a sus oponentes.

Kaito, sintiendo la presión de las raíces y la imposibilidad de moverse, comenzó a evaluar la situación. Su mente trabajaba rápidamente, buscando una solución a esta inesperada captura. La adversidad planteada por Kaname exigiría una respuesta astuta y rápida para cambiar el curso del combate.

Kaito, atrapado entre las raíces, sintió la presión en sus extremidades y la incapacidad de moverse con libertad. A pesar de la situación desfavorable, su mente maestra buscaba soluciones. Una vez que Kaname afirmó el éxito de su estrategia, Kaito aprovechó la breve pausa para evaluar el estado de sus marionetas y su propio cuerpo. La batalla estaba lejos de haber terminado.

Con determinación, Kaito canalizó chakra a través de su cuerpo, aliviando los efectos del daño y preparándose para resistir lo que estaba por venir. Aunque sus marionetas originales estaban fuera de juego, el habilidoso marionetista estaba listo para mostrar su verdadero repertorio.

Con un ágil movimiento en cuanto las raices aflojaron, Kaito ejecutó un rapido lanzamiento y, en un destello de chakra, cuatro nuevas marionetas tomaron forma. Purututaipu, la marioneta más pequeña, y las dos Kodomo no Ningyu, las entrañables marionetas de niños que muchos ninjas desechaban al crecer, se materializaron para reforzar las filas de Kaito.

Además, Kaito invocó a su temible marioneta Kumo Kyōfushō, una figura que recordaba vagamente a una araña, con extremidades dispuestas alrededor de su torso y un rostro deformado. Esta marioneta mediana, de 180 cm de altura, estaba equipada con puntas metálicas móviles en todas sus extremidades, una visión intimidante para cualquier oponente y salió despedida en a ultmia ubicación donde vió a Kaname.

Las dos Kodomo no Ningyu y Purututaipu recibieron instrucciones de atacar junto a la marioneta más grande. Kaito, aunque dañado, se levantó con determinación, listo para cambiar el curso de la batalla con su nuevo contingente de marionetas. La estrategia de Kaname podría haberles dado la ventaja momentánea, pero Kaito estaba decidido a contraatacar con fuerza renovada.



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[align=justify]Como era de esperarse, Denji no se quedaría de brazos cruzados y dejaría de holgazanear. Analizando el entorno y la situación, sólo conoce la última posición de sus contrincantes. La visión del de ojos cian se veía perturbada por el inmenso bosque — Interesante situación. — Posicionado en la rama del árbol, con su calma imperturbable, coloca el Bō en su espalda y desde su bolsa toma el pergamino de sellado que contiene su arsenal. Un giro en su propio eje, haría que el papel se expandiera revelando los Kanji, sólo un Kanji brilló. Trayendo una fūma shuriken, luego de un estallido de humo. El objeto cortante de gran tamaño, con sus hojas desplegadas, se mantiene en movimiento alrededor del Jōnin.

Suiran Reppū


Ahora, aprovechando la situación. Une las manos trazando sellos, convocando un clon de sombras a su costado derecho. El clon asiente con la cabeza, y ante la detección ajena o aliada, se vislumbra como el bastón colgado en su espalda, tiene ese mismo aspecto etéreo que el de Denji. Los dos asienten mutuamente y se separan, con la intención de ganar más terreno, yendo en direcciones opuestas. El clon, saltando a alta velocidad, se sitúa en la copa de un árbol. Mientras que Denji, entre saltos acrobáticos y veloces, sorteaba las ramas y raíces, hasta detenerse en una raíz que salía de un árbol alto. Sus sentidos permanecían agudizados, y estaba atento ante el mínimo ruido o perturbación en su zona de "ataque, muy bien cubierto entre las hojas.

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Ante aquellos metafóricos ojos de sensor a través de los cuales el Jiki analizaba el campo de batalla se hacía más y más evidente que estaba rodeado de completos desquiciados. Ya partiendo del hecho de utilizar una técnica tan dantesca como aquella de los árboles en un espacio cerrado daba indicios que sus similares en la organización eran personalidades de las cuales cuidarse. Pero, por fortuna, en este caso la más desquiciada de todas parecía estar de su lado.

Oculto entre los árboles (H15) mientras evaluaba el panorama, detectó la “explosión de chakra” proveniente del lugar donde, en teoría, estaba Kaito. Era curioso analizar a aquel sujeto pues su alrededor parecía repleto de cantidades pequeñas de chakra similares a hilos. Adan y Renji parecían no haber actuado aún, y ese era el punto de partida perfecto para el movimiento del arenoso.

Deshaciendo la concentración del kanchi hizo un sello de manos para emular a sus otros dos compañeros y crear un clon en el acto. No hizo falta mediar palabra cuando este otro Jiki salió disparado hasta quedar en otro sector del mapa (aprox L16), no sin antes hacer un gesto con ambas manos hacia el suelo para continuar con el ritual de siempre. Una vez hubiese partido, iría haciendo sellos de manos en el camino. Su destino, entre ramas, era la copa de un árbol desde donde -en teoría- tendría visión el marionetista.

Culminados los sellos de manos justo antes de llegar, evocaría un dragón eléctrico que iría en dirección al titiritero quien para ese punto ya había ordenado a sus marionetas atacar. En el peor de los casos en el que el Chikamatsu no estuviese allí, el dragón sería redirigido a la última ubicación conocida de Adan.

Luego de crear el clon, el Arata original se dejaría caer al suelo desde donde se encontraba mientras mantenía el kanchi, para evitar sorpresas. En cuanto tocase el suelo saldría disparado con destino a la zona aproximada a O11, trazando un semicírculo hacia el norte del mapa, lejos del resto y buscando mantenerse oculto entre la vegetación.

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