[Rango C] Veo gente muerta
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Kaito observó la sala de pertenencias de la morgue con un aire serio, siguiendo los pasos de Fujitora mientras analizaban cada detalle. La numeración de los cajones y la ausencia del número 29 llamaron la atención del marionetista. Fujitora señaló el cajón forzado en el suelo y le informó sobre la situación.



—Entiendo. Parece que el 29 está en el lugar correcto, pero hay algo extraño. Vamos a echar un vistazo más de cerca —respondió Kaito, preparándose para investigar el cajón en cuestión.

Al acercarse al cajón 29, Kaito examinó las marcas de forcejeo y la cerradura forzada. La idea de un robo en la morgue le parecía desconcertante. Sus ojos se posaron en el cajón vacío, y su mente empezó a dar vueltas.

—Un robo aquí no tiene sentido. Este lugar no es el típico objetivo para ladrones. Pero esa caja... esa caja misteriosa podría ser la clave de todo esto. ¿Qué podría contener que valga la pena arriesgarse? —se preguntó a sí mismo Kaito, sintiendo que había más en juego de lo que sus ojos podían ver.

Cuando Fujitora mencionó el rastro de barro, Kaito asintió, listo para seguirlo. El frío de la morgue no hizo más que aumentar la tensión en el ambiente. La puerta de las cavas se abrió, y Kaito se adentró en el pasillo oscuro, manteniendo sus sentidos alerta.

—El barro parece ser una pista crucial. ¿Será que alguien entró por aquí? Vamos a seguir el rastro y ver a dónde nos lleva. — propuso Kaito, sus ojos examinando cada marca en el suelo, intentando descifrar la historia que contaban.

Al llegar a una de las columnas de cámaras, Kaito observó cómo Fujitora abría una de las puertas, revelando un agujero en la pared y una cámara vacía. La conexión con la grabación del "ruido detrás de las cavas" empezó a cobrar más sentido en la mente del marionetista.

—Eso no es casualidad. El agujero parece ser la clave, y esta cámara vacía... algo está pasando aquí. Fujitora, creo que estamos cerca de descubrir lo que realmente sucede en este hospital. ¿Estás listo para explorar al otro lado del agujero? porque no planeo quedarme con las ganas de entrar —inquirió Kaito, su mirada firme revelando una inconfundible de curiosidad por lo que podrían encontrar.



Kaito avanzó entrando en el agujero, adentrándose en lo desconocido. El frío de la cava se desvaneció a medida que se alejaban de las cámaras y se sumergían en la penumbra.

—Espero que estemos preparados para lo que sea que encontremos. Esta situación está empezando a tener más capas de las que imaginaba —comentó Kaito en voz baja, con un matiz de intriga en su tono.


A medida que avanzaban por el pasaje detrás del agujero, Kaito mantenía su guardia alta. La tenue luz que se filtraba a sus espaldas revelaba un túnel estrecho que se bifurcaba en varias direcciones. 

—Tenemos que decidir nuestro próximo movimiento con cuidado. No sabemos qué nos espera, pero estoy seguro de que estamos cerca de desentrañar este misterio. ¿Alguna intuición, Fujitora? — preguntó Kaito, buscando la opinión de su compañero que debería poder escucharlo dentro o fuera del tunel por la poca distancia antes de adentrarse más en la oscuridad.

os susurros de sus pasos resonaban en el estrecho pasillo. A medida que se adentraba, una tenue luz se filtraba como si algo más hubiera de frente.
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Los inspectores genins llegarían ya casi al fondo de todo este misterio, tirando del hilo de las pistas que encontraron, pudieron dar con reveladores signos de lo que parecía ser un robo en la morgue del hospital, aunque todavía no tenían todas consigo y necesitaban más pistas para concretar todo este amasijo de incógnitas. En las frías cavas, dieron con un agujero tapado tras una de ellas al seguir un rastro de barro que encontraron en la sala anterior de bodegas de pertenencias, por el agujero tendrían que gatear hasta llegar a la otra parte que conecta con una zona abandonada del hospital, que es también por la que entraron aprovechando la nula vigilancia y la ausencia del personal. Dicha zona se presenta como una gran cámara que servía de almacén general, una estantería por allí, una caja por allá, algún mueble que otro también en mal estado, pero al fin y al cabo desmantelado en su totalidad tras el cambio de todo el contenido que albergaba hacia unas nuevas zonas de mejor acceso. En dicha zona encontrarían una escotilla en una pared, con su puerta metálica forzada y una nota pegada sobre ella que penduleaba junto con la chapa en la que yacía.

la nota


Los genins deberían de explorar aun así la zona para dar con ello, y de esta forma solventar toda la enigmática que rodeaba ese caso tan extraño de los muertos caminantes. Para aclarar lo ocurrido y pasar correctamente esta tarea, tienen que reportar todo lo que han cosechado al doctor Aku el cual ya estará incorporado y recobrando poco a poco el conocimiento en el mismo sitio donde lo dejaron, principalmente, aclarar que pasaba con los caminantes y el verdadero porqué de todo el asunto. Deberán de ser claros y sobre todo concisos porque el pobre hombre sigue algo desorientado y está mayor, tras ello, pueden salir del hospital habiendo cumplido satisfactoriamente los objetivos.
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Ambos nos internamos en aquel túnel con el fin de llegar al fondo de todo esto, era estrecho, algo cargado de humedad y como era de esperar bastante embarrado, por lo que las evidencias del barro ya quedaban 100% definidas, estábamos en el camino correcto. La oscuridad nos cubría allí abajo, pero el aire no estaba excesivamente cargado, por lo que descartaba la opción de que fuera excesivamente subterráneo o largo, sobre su estrechez, el joven Kaito iba delante de mí, y arrastrándonos por allí de la misma forma en la que lo harían los ladrones en su debido momento, el chico parecía ver que el camino se bifurcaba.

- Aaahh buff... creo que no estamos en condición para decidir que opción podría ser la más adecuada, tomemos la derecha y vamos viendo que nos depara a la salida -

Y así fue como avanzamos por aquel túnel hasta que al cabo de pocos minutos, unos rayos de claridad penetraban en la oscuridad, dando a entender que el agujero hermano por el que entramos estaba más próximo, y siguiendo gateando finalmente lo alcanzamos, salimos y nos hayamos en un costado de una enorme sala. Estábamos bastante embarrados, los ropajes se nos veían algo raídos y manchados de gatear por el tedioso túnel, algo que me cabreó profundamente ya que para mí, mi yukata era algo a lo que le tenía bastante aprecio y me gustaba portar, y aunque tuviese más, me fastidiaba lidiar luego con jabón y frote para sacar las manchas de los roces en las rodillas, los codos y especialmente, enmendar, todas aquellas zonas que estuvieran dañadas. Gajes del oficio supongo.

Tras sacudirnos las ropas, comenzamos a mirar a nuestro alrededor, nos hallábamos en una gran sala abandonada que, por las características que mostraba, era una antigua parte del hospital, pues estaba más que abandonada y todo lo que albergaba ya parecía viejo y dejado. Estanterías caídas, algún que otro escritorio, cajas de cartón podrido y sobre todo mucho polvo. Miré hacia todos lados extrañado, porque si el túnel nos condujo hasta aquí, es que de alguna forma los ladrones también habrían pasado o en el peor de los casos, podrían estar esperándonos.

- Kaito, juntos... podrían estar esperándonos, busquemos con cuidado -

Le susurré al pelinegro bajo, mientras me cercioraba de que nada ni nadie nos acechaba. Aparentemente, en aquel lugar estábamos solos, pero nunca estaba de más extremar precauciones para mantener el culo a salvo, doblé las rodillas para cuidar mis pasos y estar preparado para cualquier altercado, afilando mis ojos y mis oídos, comenzamos a avanzar por el lugar para comprobar principalmente de que estuviera despejado. Con pasos silenciosos y movimientos calculados peinamos la zona en busca de los ladrones, pero todo parecía indicar a que los únicos que estábamos en aquel gran almacén éramos el chico y yo, ya que de un momento a otro, deberían de haberse descubierto, pero todo empezaba a apuntar que no iba a ser así. Cansado de tanta tensión, visualicé en una de las esquinas un respiradero con algunos signos poco normales, cuya escotilla pendía rota de esta portando algo blanco en ella, algo anormal teniendo en cuenta que esa tapa metálica no debería de ser más que metal. Aticé en su dirección con la cabeza ligeramente, indicándole a Kaito que nos dirigiéramos hacia allí, manteniendo el silencio y la atención a lo que nos rodeaba y sin descartar de que aquello podría ser una trampa. En breves alcanzamos aquella escotilla, y con cuidado para asegurarme de que estaba fuera de todo peligro, alcancé la nota pegada a aquella chapa.

- Con mucho gusto, sentimos el susto con los muertos, pero ya cogimos lo que necesitábamos de ese tipejo joyero insulso... ni volveremos a molestar y seguro que ni nos volverán a ver... Ciao!


"La marionetista blanca" -

Fruncí el ceño con extrañeza y acto seguido miré a Kaito a la par que le entregaba la nota tras leerla, para ver si él también podría sacar algo de aquello.

- Parece que escaparon exitosamente con el botín de la bodega, me han cuadrado bastantes detalles pero.... ¿Y lo de los muertos?, ¿podrían estar bajo algún jutsu usado por los ladrones como distracción?... aunque desconozco que clase de jutsu sería, ¿lo relacionas con algo Kaito? -

Le pregunté a la desesperada al joven, ya que me hallaba algo perdido intentando de relacionar ese punto o de buscar una explicación conectada con los elementos que teníamos entre manos para comprender aún lo de los muertos. No obstante, dada ya la situación, habíamos llegado al fondo de todo y deberíamos de reportar toda la información del caso, compartiendo con detalles lo sucedido pues ahí donde nos encontrábamos no había más provecho que sacar.
[Imagen: 20231127_013118.gif?ex=664f3727&is=664de...813aae68f&]

~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Kaito asintió al escuchar la sugerencia de Fujitora, compartiendo el mismo sentimiento de cautela mientras avanzaban por el antiguo almacén abandonado. La nota que hallaron arrojaba luz sobre la situación, pero el enigma de los muertos caminantes aún persistía en la mente del joven marionetista.

Tomando la nota entre sus manos, Kaito examinó las palabras escritas y la mencionada "marionetista blanca". La mención de la palabra marionetista de inmediato hizo luz en la mente del Chikamatsu, pues el propio Kaito sabía de un jutsu que podría estar relacionado con los sucesos que habían atormentado al hospital, pero no tenía información suficiente para formular una respuesta clara. Miró a Fujitora con sinceridad.

- La "marionetista blanca" es un misterio para mí, no tengo idea de quién es o cuáles podrían ser sus intenciones. - Explicó Kaito con una expresión reflexiva. Tras detenerse unos segundos a analizar, decidió revelar a su compañero la información que tenía. - Pero lo que sí sé es el cómo... - Mientras hablaba, Kaito extendió su mano derecha en dirección a un montón de rocas que yacían ahí. De sus largos dedos, decenas de hilos brillantes de chakra surgieron, tomando las rocas y haciéndolas danzar en complicados patrones. - Verás, aquellos más versados que yo en las artes de mi clan pueden usar este mismo jutsu para mover no solo objetos sino también personas o cadáveres. Creo que eso es lo que sucedió aquí. - Terminó Kaito.

Al notar la frustración en el rostro de Fujitora por no tener respuestas claras sobre el responsable, Kaito agregó con un tono más alentador: - Pero hey, mira el lado bueno hemos llegado al fondo de este asunto. Ahora, como dices debemos informar al doctor Aku sobre lo que hemos descubierto. Con suerte, él podrá arrojar más luz sobre este enigma y así podrán retomar actividades en el hospital

Con cautela, se dirigieron hacia la salida del antiguo almacén, manteniendo la vigilancia por si los ladrones aún estuvieran cerca. Sabían que su misión había concluido. Mientras avanzaban, Kaito reflexionó sobre las palabras escritas en la nota y las posibles implicaciones de la "marionetista blanca". La incertidumbre y la curiosidad tejían una red intrigante sobre los eventos que acababan de descubrir.


La luz del día se filtraba por las rendijas de las ventanas del hospital cuando Kaito y Fujitora llegaron finalmente al despacho del doctor Aku. Con la información recabada y la nota en mano, relataron con detalle los eventos que habían descubierto en las entrañas del hospital. Explicaron las conexiones entre la "marionetista blanca", el jutsu de manipulación de cadáveres y los misteriosos muertos caminantes.

El rostro del doctor Aku mostraba una mezcla de asombro y preocupación a medida que escuchaba el relato. Tomando la nota entre sus manos, la examinó detenidamente. Después de unos momentos de silencio reflexivo, el anciano médico habló.

- Esto es más complicado de lo que pensaba. La "marionetista blanca"... es un nombre que no había escuchado. Pero parece que sus planes están lejos de culminar aquí. Deberemos tomar medidas precautorias y estar alerta. Agradezco su valentía al descubrir todo esto, jóvenes genins. -

Con una mezcla de agradecimiento y preocupación, el doctor Aku les indicó que habían cumplido con éxito su misión. Aunque el misterio de la "marionetista blanca" persistía, al menos ahora la aldea estaba al tanto de esta amenaza. Kaito y Fujitora, tras dar su informe, salieron del despacho con la certeza de que habían enfrentado un desafío único, pero también con la confianza de que habían contribuido a proteger a Kirigakure no Sato de una oscura sombra que acechaba entre las marionetas de la noche.
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MISIÓN FINALIZADA
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