[Rango C] Veo gente muerta
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Misión


Normas


[Imagen: O2zdAFfZIMxbOmsgmW_bmoAP2ItipYGt3QZTFV0K...Nc11BLbRBE]


Cada uno de los implicados en la misión recibió de un modo u otro los documentos necesarios relacionados, estos documentos especificaba un punto de encuentro frente al hospital en cuestión, una hora de llegada que sería las 10:00 am, así como el nombre y la descripción de la persona de contacto.


27 de junio del 15 DK
9:00 am
Kirigakure, Entrada principal del hospital

El clima regular de la aldea no estaba ausente el día de hoy, estaba nublado y caía una molesta llovizna a la que los nativos de la isla seguramente ya estaban más que acostumbrados, en el horizonte a simple vista entre los edificios de la aldea sobresalía el gran hospital general, a este centro médico acuden cientos de personas diariamente en busca de soluciones a sus malestares y dolencias, también es el hospital con la morgue más antigua y amplia se cree que fue construida hace más de cincuenta años, al irse acercando al hospital podrán notar gran movimiento en la zona, generado por pacientes esperando atención y curiosos, ya más cerca podrán ver un cordón de seguridad con cinta amarilla que mantiene a raya a los curiosos y regula el paso de pacientes, también se podrán ver enfermeros y doctores afuera del hospital corriendo y atendiendo pacientes en improvisadas tiendas de campaña, a un costado de la puerta principal se pueden ver grandes contenedores que sirven de morgue improvisada después de todo la muerte es cosa de todos los días y no toma vacaciones.

Doctor Aku



Frente a la entrada principal del centro de salud se podía ver a un pequeño hombre algo encorvado, el hombre denotaba llevar ya algunos años encima por su escaso y canoso cabello, el viejo miraba sin cesar su reloj casi con desesperación –Vamos… cuanto mas tardarán en llegar–, murmuraba el anciano caminando de un lado para otro en un inútil intento de que los minutos se acortaran, el anciano en cuestión es el doctor Aku, administrador del hospital y la persona que los shinobis asignados a la misión deberían contactar, el doctor fue informado más temprano de la llegada de los ninjas que le ayudaran a resolver la situación así que esperará a la llegada de todos ellos antes de iniciar las explicaciones.

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Última modificación: 20-10-2023, 02:22 PM por Fujitora.
La abrupta mañana del martes se alzaba raramente, como un mal pálpito. Disfrutaba del último sorbo del té recorriendo mi paladar, mientras terminaba de leer el último informe de misión que la villa me hizo llegar hasta mi propio buzón, en él, figuraban los típicos datos sobre la ubicación, el contacto y la descripción más extraña que había leído de todas las misiones hasta entonces. Muertos vivientes.

- ¡¡PFFFF!!! -

Cual aspersor, de mi boca escupí incrédulo los restos de té para mi desgracia, pues su delicado aroma y sabor, además de su precio, eras puro deleite para mí. El informe quedó algo salpicado por la infusión, y mis ojos releían y releían de nuevo cada línea del papel buscando algún tipo de errata o un juego de mal gusto que mi mente hizo, pero no, estaba en lo cierto cuando veía una y otra vez las mismas palabras.

Recuperando poco a poco la cordura, recoloqué mi yukata y me estaba empezando a preparar para salir. El reloj indicaba las 9 en punto de la mañana, tenía tiempo de sobra como para llegar al punto de encuentro en el que se me citaba para la tarea, a no más de 20 minutos andando me separaban del centro sanitario. Agarré mi bastón de hueso pintado, y con él, partí hacia la calle rumbo a dios sabe que. Ya en ella, percibía una agitación extraña de los viandantes, si de casualidad era por los sucesos del hospital, cosa que desconocía, debía de ser algo de gravedad o según mi parecer algo profundamente de mal augurio. Cruzaba pasivamente cada una de las calles cruzando esquinas hasta que dí con una avenida abierta bastante poblada de gente, justo en frente el hospital, por lo que crucé la anchura de la calle hasta internarme en los dominios del centro de salud de la villa. Una vez en él, pude cerciorarme de que algo anómalo estaba ocurriendo, ya que un precinto amarillo rodeaba un perímetro de seguridad alrededor del edificio, lo que provocó que empezase a alertarme de la seriedad del asunto.

- Maldita sea, que carajo es todo esto -

Me preguntaba mientras avanzaba hasta el cordón, sorteándolo desde abajo hasta continuar hacia delante. Comencé a sacar el informe de la misión con la mano restante al bastón para enseñarlo en el caso de que fuera necesario y me pidieran identificarme, pues había bastante gente corriendo de arriba a bajo con unas prisas extrañas y unos rostros desencajados. Más al fondo, la ancha puerta de entrada junto con sus anchas escaleras esperaba a recibirme, y era tal y como se apuntaba en el informe, el punto de reunión con el contacto de la misión. No tardé mucho más hasta alcanzar la posición de un hombre algo apurado y nervioso que andaba sin parar, un médico según sus vestimentas de alta edad y espalda curva.

- Buenos días, ¿es usted Aku?, mi nombre es Fujitora -

Le pregunté para iniciar un primer contacto, ya que desconocía certeramente que fuera la persona que nos pondría al corriente de la situación, pero, pensé que de no serlo podría darme indicaciones sobre como o donde encontrarlo.
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Última modificación: 20-10-2023, 09:54 PM por Kaito.
25 de junio del 15 DK

7:00 pm
Una posada en el sur del País del Agua

Los débiles rayos del sol del atardecer teñían de tonos dorados el horizonte propios de los últimos segundos de luz solar del día , sumergiendo el entorno en una cálida penumbra. Kaito, con su capa ondeando ligeramente, cruzó el umbral de una modesta posada en el sur del País del Agua. El aroma a comida recién preparada y el bullicio de los clientes llenaban el aire, creando un ambiente acogedor que contrastaba con la aridez de las tierras que solía recorrer.
Justo cuando se disponía a buscar un asiento, su aguda percepción captó la inusual agitación en un rincón de la posada. Dos hombres de porte imperial, con túnicas que delataban su estatus shinobi, se esmeraban en colocar un aviso de reclutamiento en una de las paredes del fondo. Kaito, conocedor de que este tipo de situaciones solían representar oportunidades lucrativas, no dudó en acercarse con su típica curiosidad.
-Si están reclutando o si hay algún problema en el horizonte, estaría dispuesto a ayudar en lo que sea necesario -anunció Kaito con su voz serena y mirada aguda, dirigiéndose a los dos shinobi. Ambos examinaron su identificación, y, satisfechos con lo que vieron, le entregaron un pequeño pergamino con información antes de retirarse, dejando tras de sí una pizca de intriga.
El contenido del pergamino sonaba, cuanto menos, absurdo, pero la insaciable curiosidad de Kaito, así como su interés en un posible enriquecimiento, lo impulsaban a investigar más a fondo.
25 de junio del 15 DK
10:00 am
Kirigakure, entrada del hospital

Tal como lo indicaba el pergamino, el reloj marcó las 10 de la mañana con precisión en el reloj de Kaito. El marco pintoresco de Kirigakure se erguía ante él, dominado por el eterno rumor de las aguas. El hospital, un edificio imponente en comparación con las construcciones que solía encontrar en sus viajes por el desierto, se alzaba en la distancia. Era la primera vez que el Chikamatsu se encontraba frente a una estructura de tal magnitud dedicada a la atención médica.
Mientras se aproximaba, el bullicio del exterior del hospital no pasó desapercibido para sus ojos entrenados. Decenas de personas, algunas apresuradas y otras en camillas, se movían en todas direcciones. La escena era un trasfondo impresionante que, a ojos de Kaito, contrastaba con su árido hogar en el desierto.
Finalmente, entre la multitud, avistó a un hombre que, de manera vaga, coincidía con la descripción proporcionada en el pergamino. Un individuo de baja estatura, ligeramente encorvado por la edad, con lentes redondos y delgados sobre su rostro, y una calvicie que denotaba la huella de los años, acompañado d eun joven más alto, y con una vestimenta que destacaba entre los médicos, sin duda se trataba de un shinobi. El medico anciano estaba visiblemente ansioso, observando su reloj de bolsillo con inquietud y haciendo gestos con las manos al joven que se encontraba a su lado.
Kaito se aproximó a ellos con una casi absoluta y molesta despreocupación. -Entonces...- comenzó, su tono mezclando un toque de incredulidad interrumpiendo la conversación de los dos hombres -¿Quien de los dos asegura que los muertos caminan?-. Sus ojos, rojos carmesí alternaban con calma entre los rostros de ambos hombres.
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El viejo doctor vio como la ayuda empezaba a llegar y rápidamente se emocionó, – Oh si! por fin, por fin!– dijo llevando las manos al primer shinobi que llegó y tocando sus brazos sobre la ropa, –Eres fuerte chico, nos hará falta para lidiar con lo que tenemos aquí dentro– dijo con un tono de voz algo serio, mientra el doctor seguía toqueteando a Fujitora se acercó otro de los shinobi, un chico de cabello llamativo que rápidamente empezó con las preguntas –En efecto yo soy el doctor Aku– respondió algo tarde al cuestionamiento de Fujitora, –Y si, los muertos caminan se levantan de sus cavas y andan por toda la morgue es horripilante–  contestó al chico de cabello llamativo mirándolo de lado totalmente serio.

El viejo se alejó por fin de Fujitora y recuperó su postura frente a los dos ninjas, –Es terrible por suerte llegaron para ayudar… pero se supone que serían más– comentó mientras con la miraba escaneaba las cercanías en busca de algún otro indicio de ayuda, –Bueno…– suspiró –Supongo que el resto llegará después, nos conformamos con ustedes de momento– concluyó en un tono de decepción mirando de arriba a abajo a ambos ninjas.

–Como dije es algo terrible, pero vengan salgamos de este frío antes de explicarles– dijo el viejo que con su mano derecha invitaba a los shinobis a seguirlo, el anciano guió al pequeño grupo por la puerta principal del hospital, al cruzar las puertas podrían ver una recepción completamente vacía, unos metros al frente un amplio escritorio circular que servía para recibir a los pacientes entrantes, más atrás a los lados sillas de espera que estaban llenas con cajas y lo que parecían expedientes, a la derecha unas escaleras que bajaban y a la izquierda unas que subían, el edificio estaba en muy buen estado parecía que esta parte del hospital no tenía mucho de haber sido estrenada.

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  Una vez dentro el anciano dio la espalda al gran mostrador y de frente a los shinobis procedió a explicar, –Se que es extraño, yo no lo hubiera creído si no lo hubiera visto con mis propios ojos, personas que llevaban días en la morgue caminando por el lugar, cuerpos regados… bueno ya lo verán– dijo el anciano su mirada reflejaba una angustia increíble, el viejo suspiró intentando recuperar el aliento y continuó –El forense dijo que había escuchado ruidos extraños y luego esa tarde vio al primero– hizo una pausa, –Caminantes… los llamamos caminantes, el pobre sujeto salió corriendo de la morgue como cualquier persona cuerda, al día siguiente el resto del personal vio a otros más, yo no lo creí hasta que los pude ver, fue impactante mi viejo corazón se quiere salir del pecho de tan solo recordarlo– explicó el doctor mientras su mano derecha temblaba un poco, –Sellamos el hospital ese mismo día– comento con mirada triste para luego quitarse sus lentes y comenzar a limpiarlos con un pañuelito, – Desde entonces trabajamos como ya pudieron ver, pero bueno ahora lo importante, a mi izquierda está la escalera que baja al sótano donde se encuentra la morgue y a mi derecha la escalera que sube al segundo y luego tercer piso donde se encuentran las oficinas administrativas, pueden ir directo a la morgue si eso quieren o ir a los archivos del tercer piso, en esos archivos tenemos cosas que les podrían servir como mapas del hospital, el reporte que realizo el forense sobre los extraños ruidos que escucho y cosas de ese estilo– concluyo volviendo a ponerse los anteojos, –No se si algo de eso les es de utilidad o si quieren preguntar alguna cosa, después de todo soy un viejo hablare sin parar hasta que alguno me haga callar– comento con una media sonrisa mirando interesado a los dos shinobis.


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Plantado allí esperando la reacción del doctor, no tardó en aparecer por mis espaldas un tercero para la ocasión. Un joven veinteañero de finos rasgos se aproximó hasta nuestra situación, y con una sutil frase rápidamente se integró en la conversación. El doctor, seguía ansioso y viendo que ya tenía a dos shinobis con los que comenzar la evaluación del caso, no tardó en dar rienda suelta a su lengua para largarnos todo lo relativo al asunto, mientras ello, manoseaba mis brazos incomodándome a la par que agradecía que estuviera ahí.

- Por favor suélteme de una vez, no me toque -

Pensaba mientras sentía sus huesudas manos por los hombros, se me hacía que había algo más en aquel inocente toqueteo. El anciano también lamentó la ausencia de algún que otro integrante al grupo, pues al parecer pediría más refuerzos para tal tarea, sin embargo, resignado continuó y nos condujo hacia el interior del hospital, por delante de nosotros el viejo hablaba sin parar poniéndonos al día de la situación, algo que personalmente valoraba para entrar en contexto. En mi cabeza, ya se empezaban a fraguar las primeras incógnitas, no obstante, tenía ya cierta experiencia y opté por dejar de ahogarme en suposiciones tempranas y dejar que toda la información posible me llegase, pues solo así se podrían tomar decisiones razonables.

Tras contarnos con todo lujo de detalles su proceder desde el momento en el que vieron a esos "caminantes", el doctor Aku se paró en un cruce del pasillo por el que íbamos, indicándonos los destinos a los que estábamos expuestos según el camino que tomásemos, hacia bajo la morgue, y hacia arriba oficinas con documentos. Tras recolectar todos esos datos de la boca del viejo, aparentemente no encontraba algún tipo de respuesta relacionada, pero desde las opciones que teníamos, veía más consecuente revisar los archivos para ver si podíamos encontrar algo útil para resolver ese extraño caso.

- Creo que sería idóneo revisar antes esa documentación de la tercera planta en mi opinión, no sé qué opinará el compañero... por cierto joven, no nos han presentado, mi nombre es Fujitora -

Dije tomando la iniciativa con la palabra tras el cierre del doctor Aku, y extendiéndole la mano al chico para hacer convenientemente una presentación entre ambos, y de paso iniciar un primer contacto con el joven shinobi como era debido

- Si así queréis los dos, comenzar sabiendo algo más de lo que tenemos podría ser útil, echar un vistazo a esos papeles quizá resulte revelador -
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Tras su comentario, Kaito notó el profundo disgusto del médico. En su rostro, el ceño fruncido y la mirada intensa dejaban en claro cuán convencido estaba de lo que había presenciado. 

Sin decir una palabra más y sintiéndose un tanto incómodo, el Chikamatsu siguió los pasos del médico a través de un breve recorrido dentro del hospital. Mientras el médico explicaba su perspectiva, Kaito escudriñaba con la vista cada detalle a su alrededor en busca de algún indicio de lo que estaba ocurriendo. Era complicado para él mantener una expresión imperturbable mientras escuchaba a un compañero, versado en medicina, hablar de entidades sobrenaturales y aún más cuando decidió llamaras "Caminantes".

Sin embargo, Kaito compartía la idea del doctor de que investigar más a fondo era la mejor opción. Esperaba, aunque con cierta incredulidad, encontrar algo que respaldara o desacreditara las historias de cuerpos reanimados.

El fornido Shinobi que les acompañaba, tomó la iniciativa en la conversación y estuvo de acuerdo con Kaito, destacando la necesidad de una investigación más profunda. Luego, se presentó y extendió su mano, un gesto que Kaito correspondió amablemente, estrechándola.

—Puedes llamarme Kaito, un placer conocerte, Fujitora —dijo Kaito con una sonrisa, tratando de establecer un ambiente más relajado. Luego, continuó—. Estoy de acuerdo. Por más absurdas que puedan parecer las historias del doctor—., Dijo Kaito haciendo lo posible por no sonar ofensivo —si hay alguna forma de explicar lo que sucede aquí, seguramente la encontraremos en los registros. No creo que debamos perder más tiempo—.

El joven de ojos rojos hizo un gesto hacia el doctor, indicándole amablemente que los guiara por el laberinto de pasillos del inmenso hospital en su búsqueda de la sala de registros. Con cada paso, Kaito mantenía su mente alerta a cualquier apice de información.
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–Parece que ya tomaron una decisión, excelente, yo me quedaré aquí por si acaso por suerte llega algún otro ninja a ayudar– dijo el anciano con poca fe en los dos shinobis frente a él, –En cualquier caso no voy mucho al tercer piso ya saben a esta edad cuesta un poco subir tantas escalera, pero supongo que no les costará mucho encontrar los archivos hace como dos meses contratamos a un hombre… siempre olvido su nombre, él tenía su propio negocio en la zona comercial algo con comida… verduras creo, en su *curriculum decía que era muy ordenado así que era la persona perfecta para los archivos– comentó el anciano mientras levantaba la mano derecha como indicando a los shinobis que siguieran con confianza.


Al subir las escaleras en el segundo piso podrían encontrar frente a ellos las escaleras que daban al tercer piso, si desviaban la mirada a la derecha verán un pasillo con habitaciones cerradas y sillas a los lados, nada fuera de lo normal de un hospital.


Segundo Piso


Al subir al llegar al tercer piso se econtrarian con la zona más administrativa, un pasillo largo con puertas cerradas, cada puerta con una rotulación que les podía dar una idea de lo que encontraron detrás, Contabilidad, RRHH, Salud Ocupacional, etc…, si se avanza por el frente de todas estas puertas podrán encontrar la puerta de los Archivos, al abrir la puerta podrán ver que el doctor Aku estaba completamente equivocado sobre las capacidades de este hombre que había contratado.


Cuarto Archivos


La habitación era un completo caos, archivos tirados por el suelo sin ninguna clase de organización, hojas sueltas por todos lados, al parecer la persona encargada solo tomaba los documentos y los iba apilando en inmensas torres de papel que luego caían y se desparramaban por el lugar, cómo podría un ser humano trabajar en esas condiciones quién sabe, lo que sí quedaba claro era que ordenar el lugar tomaría mas de un día tiempo que los ninjas no se podían dar el lujo de perder. 


OFF

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Tras la agradable presentación de Kaito, ambos concordamos de comenzar el caso investigando los archivos de los que hablaba el doctor Aku, los cuales se hallaban en el tercer piso como detalló. Sin embargo, había algo que no me cuadraba del todo en las indicaciones del viejo doctor.

- ¿Verduras?, nah... imposible -

Parecía que los viejos fantasmas se me arremolinaron en una fugaz suposición tras la descripción del encargado de ordenar los archivos que buscábamos, pero era imposible, ¿cómo iban a contratar a un verdulero para ordenar archivos de la sanidad de la aldea?, el viejo seguramente desentonaría con la razón y le perdió alguna laguna de memoria por su avanzada edad. Tras ello, inicié la marcha para que de manera conjunta Kaito y yo comenzásemos a subir las escaleras, las cuales se presentaban bajo una luz fría que parpadeaba lastimosamente. Escalón tras escalón había que ir subiendo los niveles de las plantas hasta llegar a la planta indicada, y en ella, empezar a buscar la habitación que contenía la información que necesitábamos para el caso.

- Debe de estar por aquí... -

Dije mientras paseaba la mirada por los rótulos de cada puerta a la par que se avanzaba por el pasillo, el cual se presentaba vulgarmente repetitivo en cuanto a distribución, algo muy presente en los hospitales, no obstante, también garantizaba una fácil organización de departamentos y habitaciones. El rótulo que coincidía con las indicaciones del doctor se dejaba ver al fin entre tantos, "ARCHIVOS", que era como rezaba, tendría alguna de las respuestas que tanto necesitábamos para comenzar a vislumbrar los primeros datos que aguardaban dentro. Sin miramientos, aticé levemente la cabeza en dirección hacia la puerta para señalarle al joven compañero que era la correcta, y sin tiempo que perder inicié la entrada en el cuarto que aguardaba al otro lado.

- ME CAGO EN SU PUTA MADRE.... sí que era él -

Literalmente, fue lo que de forma impulsiva salió de mi boca tras ver todo aquel estropicio que había formado en aquel despacho, si es que lo era, pues la catástrofe de organizativa de todos los documentos era latente en cada palmo del habitáculo.

- Vamos a tener que pensar algo respecto a esto, nos puede llevar días entre los dos organizar todo esto y luego encontrar algo que quizá ni nos sirva... pensemos en algo... es eso o lanzarnos al mismo barro a ver si hay suerte y damos con algo útil, ¿cómo lo ves Kaito? -

Era evidente que el estado de los archivos no ayudaría a la misión en absoluto, peor tampoco debíamos de obviarlos totalmente si necesitábamos sacar algo de todo ello y no dar palos de ciego en la misión. Lo que parecía algo inquietante ahora se volvió tedioso, y si ya teníamos dudas sobre el origen de esos caminantes, este obstáculo en el registro no haría más que entorpecer el ritmo del caso.
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El comentario del doctor Aku, mencionando a un verdulero como el encargado de ordenar los archivos, había generado cierta incredulidad en Kaito. 

Sus pensamientos se agitaban brevemente mientras él y Fujitora avanzaban por los pasillos del hospital. La idea de que un verdulero fuese responsable de mantener la información médica y administrativa en orden parecía absurda, incluso para alguien con la mente abierta como Kaito. Sin embargo, la misión requería que investigaran lo que había allí, y el Marionetista estaba decidido a descubrir la verdad.

A medida que ascendían por las escaleras, Kaito observaba las luces que arrojaban destellos intermitentes sobre las frías superficies de los pasillos. La atmósfera del hospital parecía cargada de inquietud y misterio, acentuada por la penumbra y los ruidos distantes de las actividades hospitalarias. El joven shinobi estaba determinado a encontrar respuestas, incluso en medio de la desconcertante situación en la que se encontraban.

Finalmente, cuando llegaron al tercer piso, Kaito observó las puertas rotuladas que indicaban distintos departamentos. Siguió a Fujitora por el pasillo, sus ojos recorriendo las etiquetas de las habitaciones, buscando la que decía "ARCHIVOS". Una vez que la encontraron, no perdió tiempo y siguió a su compañero hacia la habitación caótica.

El desorden en el cuarto de archivos era aún más sorprendente de lo que se habían imaginado. Kaito exhaló una leve suspiro de incredulidad mientras se adentraban en ese maremágnum de documentos desordenados. La situación no era precisamente la que habían esperado, pero estaban decididos a encontrar pistas que los llevaran al fondo del misterio que envolvía a la aldea.


Kaito examinó la desastrosa escena en la habitación de archivos. Los papeles esparcidos y la falta de organización dejaban claro que el encargado de esta tarea había fracasado estrepitosamente. Fujitora había expresado su frustración y preocupación acerca de cómo abordar esta situación, y ahora Kaito tenía que aportar su perspectiva.

El joven Marionetista se rascó la cabeza, tratando de pensar en una solución que les permitiera avanzar en la misión. La idea de perder días en la organización de esos papeles caóticos no parecía muy prometedora. Sin embargo, también sabía que lanzarse al azar en busca de pistas en ese caos no sería eficiente.

Después de un momento de reflexión, Kaito respondió a Fujitora con una expresión pensativa en su rostro. - Tienes razón, Fujitora. Ordenar todo esto nos llevaría demasiado tiempo, y no hay garantía de que encontremos algo útil. Pero lanzarnos al azar tampoco es una buena opción. Sugiero que dividamos el trabajo. Uno de nosotros se encarga de intentar organizar y buscar información relevante aquí, mientras que el otro podría investigar en otros lugares del hospital. Tal vez podamos entrevistar al personal o buscar pistas en otros departamentos. Si uno de nosotros encuentra algo, podríamos reunirnos y evaluar si es relevante o no. ¿Qué te parece? - propuso Kaito.

Esperó la opinión de Fujitora, consciente de que debían tomar una decisión y avanzar en su misión. La habitación caótica parecía desafiar su determinación, pero estaban dispuestos a encontrar respuestas en medio de aquel desorden.




off
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Última modificación: 02-11-2023, 04:12 AM por Horaime.
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Bueno como seguimos en el segundo piso les daré una ronda para que puedan desarrollar sus acciones, si quieren buscar entre los documentos como había propuesto solo roleen como lo hacen y hacemos las tiradas por discord a ver que encuentran, por otro lado si quieren que tiremos antes y luego rolear como buscan también podemos hacerlo, también si quieren ir a otro lado dentro o fuera o investigar otra cosa siéntanse libres de ir a donde quieran y en la próxima ronda les podré narrar las consecuencias.

El reporte del forense se encuentra en una carpeta de varios compartimientos, cada sección tiene el nombre de diferentes partes del edificio el reporte se encuentra en la sección de morgue, es una pequeña ficha color amarilla con un texto escrito a mano.


Reporte



Por su parte la única hoja del inventario de los difuntos que encuentran está dentro de un archivador manual (AMPO), solo queda esa hoja dentro del archivador.


Hoja suelta de inventario de pertenencias
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Fue tal mi impresión al ver todo aquel estropicio, y la atada de cabos con el maldito vendedor de verduras tras la descripción de viejo, que me resultó inevitable acordarme de la madre ambos. Aquella habitación la verdad que transmitía un desconcierto y una pereza por ordenarla, que ni el mejor en su profesión se lanzaría a hacerlo, pues la pila de papeles y polvo se acumulaba por doquier sin orden, allí tan solo había caos.

- Respecto a buscar por otros lados del hospital, puede que sea tarea tan tediosa como esta y para colmo, no tenemos la certeza de encontrar nada útil fuera de estas cochambrosas paredes, por lo que ir a investigar otros departamentos puede que hasta nos retrase más que nos ayude... -

Dije mientras me agachaba acabando de cuclillas, para perder la mirada y recorrer con ella mucho más de cerca una pila de archivos que caía en dominó que tenía justo debajo.

- Habrá que resignarse y ver cuanta suerte podemos tener al dar con información para el caso aquí, y no es que sea mala tu idea, si no que una sola persona aquí buscando y otra vagando sin seguridad de encontrar algo por todo el hospital, puede que no sea lo más óptimo en estos momentos.... démosle una oportunidad a todo este estropicio, ¿te parece? -

Acompañé la pregunta levantando una de los archivadores que había entremetido de uno de los múltiples montones, sin datos relevantes pero con una fecha que se aproximaba a la de hoy.

- ¿Quizá si tiro de este hilo? -

Me pregunté, pues el archivador databa del 20 de junio, 15 D.K., unos días antes de los extraños sucesos que acontecieron y que a día de hoy siguen, por lo que archivadores más arriba o más abajo podría haber alguna referencia a los caminantes. Esparcí aun de cuclillas con los dedos las hojas superiores e inferiores de la anterior, fijándome en su esquina superior derecha para guiarme según la fecha que aparecía. 21, 22, 23, 24, 25, y bingo. Tiré de una hoja cuya fecha era de ayer, el archivador se desprendió y me quedé con ella entre los dedos.

- Mira, a la primera y parece que es de ayer... 00 ryus, caja extraña que no pudimos abrir... curioso ¿no?, igualmente, estaría bien saber también acerca del bolso del primer sujeto -

Le pregunté al joven, mientras releía varias veces esa misma línea del inventario de pertenencias. ¿Cómo era una caja que nadie en un hospital pudiera abrir? o más bien ¿Cómo sería la gente del hospital que no podían abrir una caja? Sin duda parecía que habíamos dado con algo que podría servirnos, pero tan solo era el principio, necesitábamos encontrar algo más entre todo ese desorden.
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El maduro shinobi que acompañaba a Kaito no solo destacaba por su experiencia, sino también por su prudencia y perspicacia.

Kaito aún revisando algunos de los documentos a su alcance asintió en señal de acuerdo con Fujitora, consciente de que debían ser cuidadosos en su búsqueda.

- Tienes razón, algo valioso podría estar oculto en este caos. - Pronunció Kaito mientras se inclinaba hacia uno de los montones de desordenadas hojas, sus largos dedos se movían rápidamente, explorando los documentos en busca de pistas.

Sin embargo, a medida que sus dedos se deslizaban entre los montones de papeles, nada parecía destacar como una pista útil. El caos en la habitación solo parecía intensificarse, y encontrar respuestas resultaba más difícil de lo que Kaito había anticipado.


Fujitora había hecho preguntas clave, cuestionando la naturaleza de una caja que nadie en el hospital podía abrir y la competencia de su personal. Era evidente que habían dado con algo intrigante. Kaito, mientras seguía buscando pistas entre los documentos, respondió:

- Es ciertamente extraño que no pudieran abrir una simple caja. ¿Qué podría haber en su interior que justificara tal precaución? ¿Crees aún nos sea posible dar con sus pertenencias?. - Kaito continuó revisando los documentos que su compañero había encontrado consciente de que necesitaban desentrañar más secretos en medio de ese desorden abrumador. 

- No hay mucho más que podamos encontrar aquí, sin importar cuánto busquemos estaríamos dando palos a ciegas, pero tenemos ya al menos un hilo del cuál girar, creo deberíamos ir a la morgue y revisar esa caja. - Concluyó el muchacho de ojos rojos mientras se levantaba dejando los múltiples documentos que tenía en las manos sobre la pila enorme de otros papeles sugiriendo que era hora de cambiar de enfoque y buscar pistas de una manera más activa.
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Lo que ambos shinobis encontraron en la tercera planta fue totalmente opuesto a las esperanzadoras palabras del doctor Aku, el preocupado doctor les aseguro que podrían encontrar fácilmente varias pistas para desentrañar el misterio en el que se encontraban, pero al contrario a duras penas dieron con dos piezas de información que talvez podrían ser de utilidad, en este punto si los ninjas querían podían quedarse donde estaban y dedicar más tiempo a seguir buscando pistas, pero esto implicaba que si no encontraban nada más de utilidad solo estarían desperdiciando valioso tiempo.

A los shinobis entretenidos en el segundo piso se les abría un abanico de posibilidades, por un lado podían continuar lo que estaban haciendo mientras los muertos vivientes presuntamente continuaban su avance por el sótano y la morgue, por otro también podían tomar la información que ya habían obtenido y decidir cuál sería su siguiente destino dentro del amplio hospital, una tercera opción sería si se decidían por volver a la primera planta, allí podrían encontrarse al doctor Aku discutiendo acaloradamente con dos hombres justo en la puerta principal del hospital, –Entiendo totalmente que quieran retirar el cuerpo y sus pertenencias pero como les dije desde el primer dia entiendan que es imposible, en este momento tenemos un equipo especializado encargándose del tema– les diría en un tono cansado el doctor a los claramente molestos hombres que tenía enfrente, los dos hombres frente al doctor estaban bien vestidos, mostraban dos trajes enteros cafés idénticos con visibles adornos de oro,  –Entiendo pero es imperativo que nos permita acceder al cuerpo de nuestro colega, debemos de rec… debemos darle una apropiada sepultura– intentó replicar en un tono algo altanero uno de los dos hombres, –Lo siento mucho pero por ahora es imposible, por favor retirsense a la zona de espera junto con los otros familiares– les diria el doctor antes de ser escoltados lejos de la puerta por los oficiales que se esforzaban por mantener la paz.
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Siguiendo en la búsqueda de más material útil para el caso de los misteriosos muertos andantes, aún seguía formulándome diversas preguntas acerca del entorno de la presunta caja imposible de abrir. El joven Kaito, tan intrigado como yo por la pista que encontramos, se mostraba igualmente extrañado por el contenido de esta, y sabía que en su interior aguardaría algo de valor de ámbitos desconocidos.

- Buena cuestión esa, tantas precauciones se tomaron para guardar… ¿El qué? -

Le contesté, pues era un gran motivo a tantear. Sin embargo, mi mirada perdida y aleatoria en todo aquel desorden que nos enfrentaba, se detuvo de nuevo en una especie de caja forrada en cuero negro, frunciendo con extrañeza levemente el ceño, y la curiosidad me hizo dar dos pasos hacia aquello y estirar el brazo libre que tenía para cogerla. No parecía contener por su superficie ningún tipo de etiqueta en la que clasificar su contenido ni informar de su función. Era alargada y estrecha, con un broche accionador en su centro y unas pequeñas bisagras metálicas en la parte opuesta a este. La deposité en lo alto de un montón de papeles y accioné su broche, su cubierta se desbloqueó y la levanté, dejando ver una serie de cintas catalogadas por fecha.

- ¡Ey! espera mira esto... y hay una con la misma fecha que la hoja -

Le contesté ante su intención de que acudiéramos ya a la morgue. Rápidamente, volví a redirigir la mirada por la zona donde cogí aquella caja, pues si ahí encontré las cintas, su reproductor no debía de andar mucho más lejos. Coloqué la cinta en la mano que sostenía el informe con la ayuda del mismo pulgar para sujetar ambos, y con la restante comencé a quitar más papeles de en medio, hasta que di entre tanto con algo más pesado y metálico. Una especie de reproductor pequeño, con la cavidad de la cinta en su parte superior, y las teclas de reproducción en la inferior se dejó ver entre el alboroto. Menuda potra.

- Parece que estamos de suerte Kaito, vamos a escucharla -

Sorprendido, coloqué la cinta en su lugar, y tras cerrar la tapa la misma emitió un sonido mecánico rebobinándose, acto seguido presioné el botón de play, y desde un altavoz en la parte anterior del aparato, una voz comenzó a personificarse.

- "El turno de ayer fue un total infierno, en medio de la noche empecé a escuchar ruidos y casi me infarto, estaba en medio de una autopsia, al seguir el sonido puede determinar que los ruidos venían de detrás de las cavas, creo que el problema de ratas volvió y será mejor que lo arreglen antes de que suceda lo mismo que la última vez, no estoy dispuesto explicarle nuevamente a otra familia por que le faltan dedos a su abuelo que murió de un infarto." -

La grabación nos reveló aún más si cabe más interrogantes acerca del caso, a simple vista, y sin ahondar detenidamente en el contenido de la grabación, podría decir que un caso como este tan antinatural podría ser hasta responsabilidad del imperio, y pronto se me ocurrió dar la alarma a competencias superiores a la nuestras, sin embargo, por mera curiosidad y reto personal, necesitaba llegar más al fondo de todo esto.

- Ahora creo que sí que deberíamos irnos de aquí, y con lo que tenemos comenzar a tirar ya del hilo en lo que sea que encontremos ahí abajo... ¿Qué te sugiere todo esto a simple vista?, creo que primero deberíamos de volver con el viejo y mostrarle esto -

Le pregunté al compañero mientras me incorporaba, y recuperada la verticalidad me dirigía a la puerta. Parecía que arrojar algo de luz, por muy misteriosa que fuera, también ayudaba anímicamente a ir por un camino más esperanzador en aras de llegar al fondo del asunto, pues de tener las manos vacías la paciencia decaería y dar palos de ciego en algo tan extraño sería frustrante; sin embargo, no era el caso.

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Nuevamente, Fujitora sorprendió a Kaito con su aguda capacidad de observación. Mientras Kaito, un tanto hastiado por el desorden, se disponía a marcharse, su compañero hizo un hallazgo crucial: un reproductor de audio. Ambos se esforzaron por encontrar material para poner en funcionamiento el dispositivo entre los desordenados documentos. Fujitora finalmente encontró algunas cintas de audio, y de inmediato se dispusieron a escucharlas.

- "El turno de ayer fue un total infierno. En medio de la noche empecé a escuchar ruidos y casi me infarto. Estaba en medio de una autopsia, al seguir el sonido pude determinar que los ruidos venían de detrás de las cavas. Creo que el problema de ratas volvió, y será mejor que lo arreglen antes de que suceda lo mismo que la última vez. No estoy dispuesto a explicarle nuevamente a otra familia por qué le faltan dedos a su abuelo que murió de un infarto." -

Ante la revelación de la caja y la grabación, Kaito miró a Fujitora con una mezcla de asombro y determinación. La extraña conexión entre los ruidos detrás de las cavas, la autopsia y lo que parecían ratas comenzaba a dictar un claro camino a seguir.

- ¿El problema de ratas? Me parece sorprendente que la gente del hospital pasara algo tan obvio por alto; claramente, eso no son ratas - Kaito comentó con seriedad mientras Fujitora sugería volver al anciano para compartir sus hallazgos.

Tomando la cinta y el reproductor, por si su compañero no los llevaba, y acompañado del reporte de las pertenencias de los cuerpos, Kaito siguió a su compañero hacia la puerta, pensando en la siguiente fase de la investigación.

- Volver con el anciano parece una buena idea. Tal vez él tenga más información que nos ayude a atar cabos sueltos. Además, podríamos considerar informar a instancias superiores sobre lo que hemos descubierto hasta ahora. Este asunto es mas confuso de lo que yo esperaba- Kaito expresó sus pensamientos mientras salían de la sala de archivos y se dirigían hacia el anciano.

Al llegar a la primera planta, se toparon con una escena inusual. El doctor Aku discutía acaloradamente con dos hombres bien vestidos cerca de la puerta principal del hospital.

- Entiendo totalmente que quieran retirar el cuerpo y sus pertenencias, pero como les dije desde el primer día, entiendan que es imposible. En este momento, tenemos un equipo especializado encargándose del tema - les dijo el doctor en tono cansado, intentando mantener la calma.

Los dos hombres, visiblemente molestos, insistían en acceder al cuerpo de su colega.

- Lo siento mucho, pero por ahora es imposible. Por favor, retírense a la zona de espera junto con los otros familiares - les indicó el doctor antes de ser escoltado lejos de la puerta por los oficiales que se esforzaban por mantener la paz.

Kaito dirigió una mirada hacía su compañero, y se dispondria a caminar hacia el doctor Aku tan pronto como los hombres se retiraran.  -Esa sala de archivos no era para nada lo que nos prometiste, pero Fujitora parece que encontró algo-. Mencionó algo molesto Kaito en dirección al doctor, mientras señalaba los hallazgos de su compañero
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El viejo doctor se daría media vuelta con una gran sonrisa limpiando de nuevo sus lentes al escuchar la voz de Kaito, –¿No?– preguntó el anciano claramente afligido, –Que extraño ese hombre me aseguró que era el más ordenado y limpio de la aldea, vamos que hasta tenía un negocio exitoso que tuvo que cerrar por culpa de unos imperiales mal intencionados que solo querían sacarle un soborno, o… bueno eso fue lo que él dijo– respondió mirando un segundo al piso pensativo ante las acusaciones del joven frente a él, –En cualquier caso– continuó mientras se acomodaba de nuevo los lentes, –Pudieron encontrar algo útil en los archivos?– preguntó intrigado el anciano ante la noticia de que el más alto de los shinobis había encontrado algo.

Pasados unos minutos donde los ninjas pudieron hacer sus preguntas o mostrar los hallazgos al doctor, este les comentó –Bueno, como pudieron ver el tiempo está en nuestra contra, los enfermos se acumulan afuera del hospital y como es lógico los familiares reclaman a sus fallecidos, síganme por favor– el anciano sin perder mucho tiempo se encaminó a las escaleras que bajaban al sótano.

Si el dúo decidió seguirlo, al bajar las escaleras encontrarán un gran sótano, frente a ellos unas puertas blancas abatibles cerradas por una cadena y un candado, detrás de ellos pasando junto a las escaleras podrían observar algunas oficinas que parecían abandonadas hace tiempo y ahora servían de bodega para viejos escritorios y documentos, el viejo doctor temblaba al meter sus manos entre la ropa para sacar un juego de llaves, el sótano estaba en total silencio solo se escuchaban los pasos del anciano y sonido de las llaves chocando unas con otras.

–Aquí vamos, ¿Están listos?– preguntó el viejo dando una mirada al dúo y metiendo las llaves en el viejo candado, CLAK, CLAK el sonido del candado al abrirse rompía el silencio que reinaba en el oscuro sótano, CLACKCLAKCLAKCLAKCLAKCLAK fue lo que pudieron escuchar todos a continuación cuando la cadena de la puerta se resbaló haciendo un escándalo que podría matar del susto a cualquiera,-- LO SIENTO– dijo el doctor totalmente pálido mientras hacía una reverencia. Por fin las blancas puertas de la morgue se abrieron y lo primero que golpeó a los presentes fue el terrible hedor de carne en descomposición, acto seguido tal vez por el olor tal vez por la imagen frente a él el anciano doctor cayó desmayado antes los presentes. 

Al mirar a través de las puertas podrían ver un pasillo de unos veinte metros de largo con una escena totalmente dantesca, alrededor de veinte cadáveres de todo tipo y en todo estado de descomposición se encontraban desperdigados por el lugar, unos encima de otros, otros a medio camino entre las puertas de las distintas oficinas a los lados del pasillo, era algo increíble de ver y de oler, al fondo se podían ver otras puertas blancas con un rótulo que decía CAVAS, a los lados cada puerta que daba al gran pasillo tenían al igual que en el tercer piso una rotulación indicando que función cumplían, Conserje, Cuarto de descanso, Bodega de Pertenencias, Cuarto de lavado.
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Última modificación: 15-11-2023, 11:21 PM por Fujitora.
Tras salir de aquella desastrosa oficina desorganizada, acudimos a las plantas inferiores para el reencuentro con el doctor. Debíamos de llevar las dos pruebas para que pudiéramos encontrar algo útil que nos ayudase en el caso, sin embargo, el anciano pareció no darles tanta importancia o no encontró ningún punto conector con la investigación que debiera comunicarnos, por lo que intuí que aquel hueco del puzzle en el que debieran encajar las piezas que teníamos debían de estar en la morgue.

Seguí al viejo para continuar bajando por las plantas de aquel hospital, con cada nivel que descendíamos, se podía apreciar como las zonas eran mucho más silenciosas y solitarias hasta llegar al sótano, que además de ser la zona más silenciosa y la más solitaria, también gozaba de oscuridad y una humedad incómoda, toda una experiencia para los sentidos. Nos internamos en él hasta toparnos una puerta asegurada con una cadena y un candado, cuando el tintineo de las llaves del anciano se hizo eco, intenté hacer un amago para asomarme a través del translúcido cristal que tenía la puerta a la altura de la vista, aunque no identificaría nada relevante. Tras accionar el cansado, y liberar la puerta de las cadenas las cuales hicieron un estruendo ensordecedor, la puerta se abrió para nuestra desgracia, pues un tufo sumamente desagradable me abrazó la nariz e hizo que frunciera el ceño intensamente. Para colmo, y desconociendo el porqué, el médico se desmayó a nuestros pies.

- Qué coño... no pienso cargar con el Kaito, tampoco correrá peligro aquí ¿no?, total, no pasa mucha gente -

Compartí con el joven, con cierto tono risorio por la escena del desmayo del abuelo. Alcé una pierna sorteando el cuerpo en el suelo del doctor Aku, para avanzar por la morgue la cual la conducía un largo pasillo. En él, no se apreciaba nada bueno, pues como dos decenas de cadáveres se amontonaban arbitrariamente aquí y allá, algo espeluznante que azotaba el cuerpo, el sentido, la vista y sobre todo el olfato, pues en algunos ya era visible que empezaban a descomponerse y no irradiaban más que un hedor vomitivo. 

- Sigamos avanzando, quizá podamos encontrar algo donde encajen las cosas que encontramos en el cuartucho de arriba -

Cuanto más me adentraba por aquel pasillo, más rechazo tenía hacia aquel sitio, he intentando ponerle mente fría al caso, hice el esfuerzo de apartarme de los pútridos cuerpos y centrarme en hallar respuestas, adaptarse o morir. Finalmente, al tope del pasillo, de nuevo unas puertas dobles rezaban en su letrero CAVAS, y compartiendo la misma organización que los pasillos superiores, estancias laterales destinadas a una determinada función y que estaban clasificadas también con rótulos.

- Ey Kaito, mira eso... CONSERJE, BODEGA DE PERTENENCIAS... ¿crees que alguna de estas nos pueda revelar algo? seguro que podremos encontrar aquí abajo algo que nos acerque más a desentramar esto, por donde empezar... -

Dije valorando los cuartos que nos rodeaban, pero por cuál decidirse era todo una incógnita, ¿sería lo mejor separarse para avanzar más rápido en aras de dar con algo útil?, ¿estábamos llegando al fondo de todo esto y no porque estuviéramos precisamente en el sótano?, y lo más importante de todo, ¿cómo estaría el doctor Aku?, al menos, tenía la sensación de que comenzábamos a encaminar la misión por el buen camino, era cuestión de seguir nuestro olfato al fin y al cabo.
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Los tres, Kaito, Fujitora y el anciano doctor Aku, descendieron por las escaleras hacia los niveles inferiores del hospital. Con cada paso, el entorno se volvía más silencioso y desolado. Las luces parpadeantes de los pasillos apenas iluminaban el camino, creando sombras inquietantes en las paredes.

La morgue se reveló ante ellos, con una escena macabra que impactó los sentidos. Cadáveres apilados, algunos en avanzado estado de descomposición, llenaban el lugar con un hedor nauseabundo. Kaito observó la desagradable escena, preguntándose cómo un hospital podía albergar tal horror. 

El doctor a su izquierda se desplomó en un instante ante el espectáculo, a lo que Kaito trató de detenerlo evitando que su cabeza golpeara el suelo. Fujitora avanzaba con su característica actitud despreocupada, sorteando el cuerpo desmayado del doctor Aku con cierta ironía. Kaito, siempre alerta, observaba el entorno con ojos agudos, preguntándose qué oscuros secretos albergaban los niveles inferiores de aquel hospital.

La atmósfera pesada y el hedor nauseabundo no eran impedimento para su determinación. "Esto es mucho peor de lo que imaginaba. ¿Cómo puede haber algo así en un hospital?", pensó Kaito mientras avanzaban hacia el final del pasillo, donde se encontraban las puertas de las cavas.

- ¿Qué coño... no pienso cargar con el Kaito, tampoco correrá peligro aquí ¿no?, total, no pasa mucha gente - comentó Fujitora de manera sarcástica, alzando una pierna para evitar el cuerpo del desmayado doctor.

Kaito asintió con una mirada despreocupada y encogiendo los hombros ante la observación de su compañero y avanzó junto a él. La escena en la morgue era dantesca, pero la necesidad de encontrar respuestas los impulsaba a seguir explorando. -No exageraba el viejo cuando nos habló de aquí abajo. Tenemos que llegar al fondo de esto y detener lo que sea que esté sucediendo-, reflexionó Kaito, mientras hacia lo posible por caminar sin tocar los numerosos cadaveres en el suelo. 

Al llegar al tope del pasillo, Fujitora señaló las puertas de las estancias laterales, sugiriendo explorarlas en busca de pistas valiosas. Kaito evaluó las opciones y, ante la incertidumbre, consideró la posibilidad de dividirse para cubrir más terreno. Sin embargo, también comprendió la importancia de mantenerse unidos en ese entorno desconocido y peligros.

- No creo que se buena idea separarnos aquí abajo, que dices si entramos a la bodega, despues de todo tenemos una pequeña idea de que buscar- sugirió Kaito mientras ondeaba la hoja con anotaciones de las pertenencias que habían encontrado en los pisos superiores.



La bodega de pertenencias parecía un lugar prometedor. Kaito estaba convencido de que podrían descubrir información valiosa que los llevara más cerca de la verdad. "Tenemos que seguir las pistas que tenemos. Si algo encaja, podremos entender mejor la situación", pensó Kaito mientras se dirigían hacia la entrada de la bodega, preparado para enfrentar lo que pudieran encontrar en el camino.
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Los genins se enfrentaban a la recta final de aquel extraño caso al internarse en una morgue en la que los cadáveres de los moribundos seres abundaban por doquier. Sé internaron en las extrañas de esta, y llegaron hasta la sala de pertenencias siguiendo como pista llegar hasta los materiales encontrados en la destartalada oficina de los pisos superiores. En esa sala verían tanto en las paredes laterales como en la del fondo estantes metálicos fragmentados en cajones numerados, una chapa pequeña en el centro de todos indicaría las pertenencias de los difuntos asociados al número de esta. 1, 13, 22, 29, 35, 44... todos los cajones albergaban los objetos que los muertos portaban en el momento en el que se metieron a la morgue.

Los genins podrán seguir su información ganada para ver cómo el cajón nº29 se presentaba forzado y tirado en el suelo. Además de un rastro embarrado que salía de la sala y se perdía hasta una de las cavas, que junto con la grabación que posee, podrán ir tejiendo sus propias reflexiones. La sucesión de estos eventos sería suficiente como para que los genins puedan seguir el hilo y llegar hasta el fondo de todo, de manera que también puedan aclarar la situación del hospital tras llegar a la conclusión que encuentren en este tramo final de la misión.
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Una vez llegamos a la bodega de pertenencias, pude cerciorarme de que había algo en ella que despuntaba de la normalidad. La sala estaba dividida en decenas de compartimentos a lo largo de sus paredes, en ellos andarían guardados todos los enseres personales de los difuntos almacenados en aquella ala del hospital. Todos los compartimentos estaban numerados por una pequeña placa, y fui caminando hasta dar con los que empezaban por la veintena, ya que la pista que teníamos Kaito y yo refería a esa numeración. Pocos segundos tardé en ver y relacionar, que en la franja donde estaba buscando había un faltante que quedaba tirado en el suelo, y si el conteo no fallaba, el hueco al que pertenecía el número 29 correspondía al ausente.

- Ey Kaito mira, este de aquí es el 29... el que tenemos también marcado en la hoja por tener una caja extraña -

Me agaché para recoger aquel cajón, pudiendo ver como en la parte frontal mostraba muescas y señales de un forcejeo en su cerradura, fruncí el ceño mientras se lo enseñaba en silencio al pelinegro. Destapé con cuidado su tapa, la cual estaba libre y colgante, mientras la sostenía y tras levantarla, también me dí cuenta que en su interior no sonaba nada, cuando tras su apertura, la evidencia de vacío mostró que no albergaba más que aire. La volví a dejar correctamente en su hueco y acto seguido me fui a aquella hoja del informe que encontramos.

- Huummm... aquí se indica algunas pertenencias de valor, seguramente el muerto fuera alguien pudiente mira, reloj y anillo de oro, ryus y la caja misteriosa... ¿no te huele a robo? los otros cajones no parecen que tengan marcas, porque seguro que no tendrían objetos de valor como también indica el informe -

Levanté la mirada pensativo, divisando todos los demás cajones para asegurarme acerca de esa suposición y repasando todo lo que nos rodeaba a los dos en aquella sala. Bajé la cabeza al suelo tras no ver nada más que surtiera revelador, cuando me fijé en el suelo, este presentaba algunas marcas marrones restregadas por el azulejo, algo sumamente impensable para un sitio lejos de cualquier indicio relacionado con ello, pues tras agudizar los ojos pude ver que aquello era barro seco y que se perdía por la puerta por la que habíamos entrado hasta la bodega.

- ¿Y esto?... es muy tenue, pero parece un rastro, mira -

Le indiqué con el índice al joven, incitándolo con la cabeza para que lo siguiéramos. Nos condujo a salir como era de esperar de aquella bodega y giraba hasta las cavas, y andando con cautela sin saber que nos podríamos encontrar, asentí la cabeza y abrí lentamente la puerta, dejando salir su característico frío con el que mantenían a los cuerpos que albergarían. Nos internamos en ella con pies de plomo, su silencio era abrumador y su baja temperatura no ayudaba a estar más tiempo del debido, producía unos escalofríos incómodos que azotaban el cuerpo de arriba a abajo. Pero ya que la intención era seguir aquel rastro, lo seguimos hasta que nos condujo hacia una de las columnas en las que se levantaban cinco cámaras apiladas una tras otra, accedí a ponerme de cuclillas para alcanzar la manilla que accionaba la cámara más inferior, que se hallaba cerca del medio metro del suelo, y tras abrir su puerta se podía ver que no se divisaban por defecto los pies de nadie muerto.

- Sé que hay muchos cuerpos fuera y muchas estarán vacías, ¿pero es casualidad que la que nos indica el rastro también lo esté? -

Me agaché algo más, hasta poderme asomar para ver completamente todo el interior de su espacio, y cuando pude divisar su fondo, algo anómalo apareció. 

- Pensaba que aquí debería de haber muertos... no un agujero en la cámara y en la pared de detrás, cada vez veo esto más claro Kaito... comienzan a encajar las pistas, recuerda la grabación "ruido detrás de las cavas" -

Le dije al muchacho mientras recuperaba la verticalidad y limpiaba mis manos sacudiéndolas entre sí, esperando ver también su reacción con esta serie de revelaciones. Sin duda, lo que hubiera al otro lado del agujero conectaba con otro lado de la pared que podría ser tan peligro como revelador, pero sentía que al fin la razón invadía y cancelaba todas las incógnitas que tenía respecto al caso.
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