[Simple C] ¡Mis coles!
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–¡Dejaste comida aquí atrás!--  reaccionó el genin claramente exaltado a los comentarios del comerciante, –Es seguro que lo vas arreglar porque me voy a quedar aquí sentado mirándote recoger esto… o prenderle fuego… lo que prefieras– replicó mientras negaba con la cabeza y se manoseaba el tabique claramente estresado por la situación.

Horaime se giro a sus compañeros y comentó –Si nos firma la misión habremos acabado… pero les aseguro que esto solo se pondrá peor, digo que tenemos que quedarnos hasta que que lo solucione, ya sea que tenga que llamar a un servicio de limpieza para lograrlo–, el genin escucho unos sonidos y volteo, –Parece que quiere iniciar pronto– pensó mirando extrañado la actitud del mercader que se movía por todo el terreno baldío pero no ordenaba ni recogía nada, solo tiraba la basura de un lado a otro.

–E-e-escucha viejo… se que dije que no me irá per…– decía el genin cuando fue interrumpido por una bolsa de basura que voló por el aire, el chico apenas tuvo tiempo de agacharse y esquivar sino seguramente hubiera quedado cubierto de basura de pies a cabeza, –Maldito viejo…– comentó el genin entre dientes recuperando la compostura y remangando su yukata claramente alterado, –PEDAZO DE MIER…– grito el genin al tiempo que otra bolsa volaba en su dirección interrumpiéndolo y golpeándolo de lleno en el pecho, la bolsa se abrió al golpear y “baño” de basura al joven genin que con los ojos cerrados se quedó en silencio unos segundo con las dos manos levantadas a la altura del pecho.

Aun con los ojos cerrado el chico escupió algo de basura, –Por favor díganme que estoy soñando, que este hombre no me aventó una bolsa de basura y que no estoy cubierto de quien sabe que mierda– comento Horaime en un tono terriblemente calmado, –Porque les prometo…– continuo mientras con sus manos limpiaba lentamente la basura de su rostro para recuperar visibilidad, –No... les juro, que si esto NO ES UN PUTO SUEÑO ESE VIEJO DE MIERDA NOS VA TENER QUE FIRMAR LA MISIÓN DESDE EL HOSPITAL– grito totalmente fuera de si, en este punto si sus compañero deciden no detenerlo el genin podría lastimar al comerciante de gravedad.
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La atmósfera del ambiente se había crispado tras ver lo que guardaba el comerciante detrás de su tienda. Mi pulcritud aplacaba aquel esperpento y atentado contra la sanidad, porque era más que obvio que aquel lugar infesto no traería si no malas consecuencias a todo aquel que consumiera el género de la tienda. ¿En qué cabeza cabe tener aquello así? porque estaba claro que cualquier persona cuerda y racional no.

El reproche que lancé al hombre potenció aún más su nerviosismo ante la situación, y cual niño chico al que habían pillado con su cuarto desordenado, titubeaba y hacía las cosas erráticamente. Al verse inmerso en una tesitura vergonzosa, que si bien yo pensaba que hasta que punto no la veía venir, se adentró en aquel patio para en aras de demostrar que se ponía manos a la obra también se relajara el ambiente, aunque la consecuencia de sus actos fueron más bien en la posición contraria. Mis dos semejantes, Riku, que parecía no conmoverle ni un ápice aquel infortunio no aportó ni un ápice y se mantenía callado al respecto, pero Horaime fue totalmente la reacción inversa. Si bien el joven se encendió tanto o más como yo al ver toda la porquería y sobre todo la actitud pasiva del hombre, sinceramente no lo vi venir hasta el punto en el que se empezó a mostrar, aunque era algo totalmente plausible.

- ¿Que coño hace? -

Pensé del torpe comerciante mientras fruncía más el ceño, pues empezaba a transmitirme si tenía algún tipo de minusvalía cognitiva y no se daba cuenta de que estaba tirándole mierda al pobre muchacho de Kirigakure. Me acerqué algo más hasta la posición del alargado chico, volviéndome a internar en la orilla de aquel inmundo patio hasta que la vi venir.

- ¡Cuid...! -

Le grité tarde a Horaime, pues si la anterior bolsa le sobrevoló la cabeza, una nueva chocó estrepitosamente contra él. Al chaval no lo conocía en absoluto y desconocía también que tipo de temperamento tendría, pero de una cosa estaba seguro y es que, que te tiren una bolsa de basura no era en absoluta un plato de buen gusto. Y como era de esperar, el chico se encendió y comenzó a lanzarle improperios al hombre que seguía erre que erre removiendo mierda tras mierda. Alcancé un poco más al chico, cuando justo terminó de hablar alargué el brazo hasta alcanzar con la mano su hombro derecho, con la intenció de transmitirle serenidad y presencia ante su desconcierto y enfado contra el hombre.

- ¡Oiga ya! ¡Estese quieto de una vez y salga de ahí! -

Le grité al hombre, que empezaba a plantearme si de verdad tenía alguna disfunción cognitiva o si intentaba aparentarlo, y con ello, hacernos engañar para que nos apiedásemos de él por la que se le podía venir encima. Olía tan raro como su tienda y su bochornoso patio.

- Créeme... tengo las mismas ganas que tu de quemar esto e irme... pero tranquilo Horaime, demos parte de todo este estropicio para que se hagan cargo la administración, seguro que le meten un buen paquete -

Le dije al joven intentando calmarlo, con la mano en su hombro y retirándola después, me aparté hacia un lado levemente para volver a dirigirme al vendedor.

- ¡Eh! Salga de ahí de una vez y firme esto, no tenemos porque seguir ahondando más aquí -

Saqué al unísono el pergamino de la misión enseñándoselo, sugiriéndoselo para que lo firmara de una vez por todas para acabar todo esto. Al tipo sinceramente poca personas hubiera en el mundo que pudieran entenderlo, pero de nada serviría seguir frustrándose al respecto por una batalla perdida desde antes de comenzarla, porque era claro que desde que pusimos el primer pie en la tienda algo raro olía allí además de los escrementos de rata y el patio trasero.
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~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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El natural de Iwa observó toda la situación que habían vivenciado sus compañeros y su paciencia era algo mayor que la de ellos, pero se vio tentado a hacer volar ese nido de plagas con sus otras plagas, las de arcilla explosiva. 

Por algún motivo, el mercader arrojaba bolsas que ensuciaban a los genin que había contratado él mismo, en un intento de vengarse o algo similar, parecía una tontería reaccionar así con shinobis que tranquilamente podían arruinarle la existencia en segundos, o directamente terminar con ella en algunos segundos más. Parecía una reacción completamente inexplicable.

La basura volando sólo intensificaba el aroma pútrido del lugar, haciendo que el estómago de Riku no parara de revolverse.

—Madre santa, no me estoy sintiendo muy bien...

Dijo, tomándose el estómago y revolviéndose un poco, aunque rápidamente se incorporó hacia donde está el mercader y tomó su pergamino, y lo puso lo más cerca de la cara del mismo sin alcanzar a tocarlo.

—Firme esto ya mismo y su problema se limitará a una multa y una inhabilitación. Demore tan sólo unos segundos y tendrá que pedirle por favor a los soldados imperiales que lo protejan.

Los ojos del shinobi estaban como nunca lo habían visto sus compañeros de misión, una mezcla de lágrimas de malestar estomacal e ira por la situación que estaba viviendo. Quería salir de allí cuanto antes, y el espiral de decadencia del lugar no hacía más que intensificarse.

~A estas alturas hubiera preferido que fuera una red de bandidos robando sus verduras por túneles o algo así...~

Pensó el Ashira, que poco a poco recuperaba el aire, la compostura y las náuseas abandonaban su sistema reproductivo, ya un poco acostumbrado del olor, pero veía la escena deplorable que tenía que padecer Horaime, que casi estaba metido en un riesgo biológico.
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~ NARRADOR ~


Casi como si hubiera sido poseído por fuerzas ajenas a él, el mercader recuperó el juicio y se dio cuenta de que lo que estaba haciendo era deplorable. Si su control de higiene en el local era nefasto, debía asumirlo y ya, no echarle la culpa a un grupo de ninjas rasos, ni asumir que ellos debían limpiar semejante paraíso de la mugre.

Sin decir nada se sentó en un viejo cajón de madera, algo aflijido por la situación, aunque los shinobis seguían molestos con justa razón. Ante la impetuosa solicitud de ambos, se despertó de su pesar y procedió a firmar los pergaminos.

—Sí, lo siento... Hagan lo que consideren pertinente.

Casi con una total depresión repentina, el mercader se puso a ver su jardín del anti-edén y pensar cómo haría para resolver esa situación, y si eso acaso realmente importaba, ya que seguramente el Imperio echaría 7 candados a su negocio y tiraría las llaves al mar. Empezó a silbar una canción bastante popular para los naturales de Kirigakure, pero que al natural de Iwa le sonaría completamente ajena.

Los shinobis, con sus pergaminos ya firmados, salieron del patio de esa roñosa tienda y llegaron nuevamente a la entrada, que había quedado desprotegida con toda la situación. Finalmente, los shinobis se asomaron a la calle comercial, fuera de la tienda, y ya eran libres de llevar sus encargos finalizados al jefe de misiones en la aldea y volver a sus rutinarias vidas, sin dejar de lado, un nuevo aprecio por las normas de salubridad en los próximos sitios que comiesen o comprasen vegetales.
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Horaime estaba como perro rabioso, no era algo propio de él perder los cabales pero cuando una bolsa de basura explota contra tu pecho es muy difícil seguir siendo el chico tranquilo de siempre, un hecho como ese debería estar incluido en la triada Macdonald. 

Para la buena suerte y salud del comerciante uno de los compañeros del joven intentó calmarlo, –Como voy a estar tranquilo– respondió el genin ante las palabras de Fujitora, –Lleno de mierda…– continuo refunfuñando mientras con sus manos comenzaba a remover pañuelos sucios y toda clase de basura de su cuerpo, –Viejo de mierda, con su desorden de mierda, en su local de mierda, donde solo vend…– murmuraba el chico dando la espalda al mercader y a sus compañeros en un gran intento de no mandar al viejo al hospital.

Luego de unos minutos de casi inútilmente quedar algo limpio el genin se resignó, sacudiendo su mano en el aire y seguramente pringando a sus compañeros de un líquido extraño busco entre sus ropas los documentos de las misión, abrió el pergamino y comenzó a leer murmurando improperios, luego de algunos minutos más levantó la mirada a sus compañeros –Supongo que podemos concluir que las ratas eran las que robaban la comida, por mi esta bien que ese… nos firme para largarnos de aquí lo más rápido posible– luego de esto el genin camino directo al mercader con su peor cara y extendió la mano sin mediar palabra, una vez con el documento fue firmado el chico se agacho levemente como para decirle algo al oído a su nuevo enemigo mortal –Voy a dedicar mi vida a que cierren este vertedero y le prenda fuego a todas sus posesiones materiales– susurro entregando su mejor sonrisa al mercader.

Cuando por fin el infierno que vivieron dentro de aquella tienda concluyó, el genin salió por la puerta principal de aquel terrible lugar lo más rápido posible, solo se detuvo algunos minutos frente al local intentando de nuevo sin éxito limpiarse un poco los restos de basura que aún quedaban en su ropa, la suerte del genin parecía que no cambiaría no era solo la basura sobre él sino también ya empezaba a apestar.
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Las tensiones sin lograr que se desaparecieran del todo parece que se relajaron levemente y no dio lugar a mayores. El mercader rendido y hasta en cierta medida intimidado por el espigado genin de Kirigakure, dejó su actividad rebuscando entre la mierda del patio y amedrentado accedió finalmente a firmar los pergaminos de las misiones. Tanto el joven Riku como Horaime acercaron sus pergaminos y posteriormente yo, la gran mole de cabellos negros y yukata morado, estirando mi grueso brazo hasta las temblorosas y sudadas manos del hombre.

- Le insisto que ha tenido suerte con nosotros con toda la que tiene aquí descuidada, y esto no va a quedar impune, no sé que clase de experiencia tendrá como vendedor o que educación habrá recibido, pero, reconsidere todo este estercolero y deje de ser un vago que prefiere mirar hacia otro lado y no limpiar su propia mierda -

Mi ceño fruncido poco a poco se iba destensando y dedicaba una mirada a los muchachos para ver sus reacciones. La misión, o más bien, aquel rato perdido que malgastamos los 3, pasaría a la repisa de momentos para olvidar pues fue de todo menos fructífero, lo que me dio pie a pensar sobre que tipo de control tenían en la villa para este tipo de casos, en el que el rigor de formación shinobi pasa por desmantelar negocios comerciales en el que su descuidado dueño no le gusta limpiar su antro. Una lástima.

Tan pronto como nos iba siendo posible, fuimos dejando el comercio, no sin antes fijarme en el último acercamiento entre Horaime y el hombre, del que suponía que nada bueno saldría. Pero ya en el exterior, esperé a la salida de este, pues en el tintero se me había quedado un detalle nombrado por el joven durante nuestra llegada al comercio, y es que, cuando Riku encontró el trozo de mierda de rata, el de Kiri hizo mención a una librería que poseía con terceros, lo que me hizo unir cabos en un segundo plano respecto a los sucesos de mi clan, ya que consideraba aquella librería como una buena oportunidad en la búsqueda de información relevante, información perdida, concluyente o ya después de tanto tiempo sin encontrar nada información fuese la que fuese, por eso, una vez los 3 estábamos fuera y las despedidas se palpaban ya para cada uno, tomé la palabra antes de que aquel chico se fuera.

- Vaya impresión te llevarás a Iwa de los vendedores de la niebla Riku... lamento la imagen que da el maltrecho antro este, pero no todos son así, te lo aseguro.... cuídate -

Seguidamente, me dirigí hacia Horaime, que seguía limpiándose ineficazmente el yukata manchado por la basura que le lanzó aquel indeseable. Una verdadera pena pues a título personal me parecía una prenda con bastante buen gusto que ahora tenía unas manchas difíciles de sacar, además de un pestilente olor agarrado que parecía intensificarse por momentos.

- No insitas mucho más y frota eso en agua caliente y jabón... si lo haces a mano saldrá la mierda, el olor y no dañarás la prenda, te lo digo por experiencia -

Dije para romper el hielo con el frustrado chico, pues no hacía más que maldecir al hombre y limpiarse las manchas del pecho. Me coloqué a una distancia cercana y prudente de él y seguí tirando del hilo.

- Horaime, antes en la tienda te referiste a una librería, no sé del todo si es tuya propia o tienes mano para acceder a ella sin inconvenientes pero... me gustaría preguntarte, ¿sabes de algún volumen o libro referido a los Kaguya que puedan tener en esa librería? me gustaría consultarlo por pura curiosidad e interés personal, no sé si lo ves apropiado -

Le pregunté directamente pues el joven parecía una persona directa que no se andaba con rodeos, y para qué perder más el tiempo después del suceso anterior.

Off para Horaime
[Imagen: 20231127_013118.gif?ex=664f3727&is=664de...813aae68f&]

~ Narro ~ Hablo ~ Pienso ~
pasivas
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Última modificación: 18-10-2023, 02:24 PM por Riku Ashira.
Riku se limitó a esperar que el señor en cuestión firmara su pergamino y ya. Por alguna razón, tenía la intuición de que el tipo era un inepto y no una mala persona, y simplemente había confrontado con una dura realidad sobre el cuidado de su mercancía o su negocio en sí.

Salió de la tienda y vio las palabras que traían cierta vergüenza ajena de Fujitora:

—Habrá alguno así en Iwa que seguro ni estoy enterado. Al fin y al cabo, ustedes mismos no sospechaban absolutamente nada del estado deplorable de este lugar.

Escuchó luego la palabra entre los naturales del País del Agua y miró al horizonte, tapado por la urbanización característica de la villa, y simplemente saludó con un ademán y un diálogo genérico. Comenzó a dirigirse hacia el lugar donde estaba de nuevo el sujeto encargado de controlar las misiones, como todo el día, e incluso toda la nocha había alguien de guardia, para esperar a aquellos que habían tomado un encargo y se habían atrasado un poco, o simplemente era algo que llevaba mucho tiempo en completar.

Mientras caminaba, veía otras tiendas y no podía evitar pensar en qué secretos guardarían los demás tenderos. ¿Serían tan asquerosos, repulsivos e ilegales como el que guardaba el tendero que acababan de conocer y padecer? Quizás sí, quizás no. A veces la ignorancia es una virtud. A veces.


MISIÓN FINALIZADA
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Mision Rango C completada!
Recompensas:

RIKU ASHIRA: 750 Ryos, 15 Reputación y 10PE 
FUJITORA 750 Ryos, 15 Reputación y 10PE 
HORAIME 750 Ryos, 15 Reputación y 10PE 

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