[Avanzada] Emergencia en el Nivel 5
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Última modificación: 07-07-2024, 01:01 AM por Kyoshiro.
Emergencia en el Nivel 5

Contenido Oculto



Capítulo 1: El Último Refugio
La Fundación sin Nombre había visto mejores días. El Doctor Shun, un hombre de mediana edad con el cabello salpicado de canas y un rostro surcado por las marcas del tiempo y el estrés, se encuentra en el centro de este infierno. Viste una bata de laboratorio arrugada y manchada por el sudor de la desesperación. Sus ojos, agudos y calculadores, reflejan la fría determinación de un hombre que sabe que el tiempo es su enemigo más mortal.

—¡Karen! —ordena con firmeza mientras observa el panel de control en el centro de la sala—. ¡Que la puerta esté completamente bloqueada!
Karen, con el cabello recogido en un mal moño y unas gafas que rebotaban queriendo deslizarse por su nariz, se arrodilla frente al panel de control de seguridad. Sus manos, temblorosas pero decididas, ajustan los mecanismos mientras las luces parpadean frenéticamente. El panel, normalmente pulcro y ordenado, ahora está cubierto de cables desconectados y luces intermitentes que parpadean en un rojo ominoso.

¡Las cámaras! ¡Las perdemos! ¡Están perdiendo señal una a una! —exclama ella, su voz apenas audible sobre el caos que la rodea. Su mirada se desplaza rápidamente de la pantalla a las alarmas que parpadean, tratando de mantener la calma mientras su rostro refleja un pálido terror.
El Doctor Shun se dirige a John, otro asistente con el cabello rizado y una expresión de pánico contenida. John, quien juraba que su final estaría ligado al nivel de azúcar en su sangre y no a esto, está sentado frente a un viejo sistema de comunicación, sus manos moviéndose frenéticamente mientras intenta establecer una conexión con el exterior. La desesperación en su rostro es evidente mientras observa la pantalla parpadeante, intentando superar la interferencia y el ruido blanco que ahoga su voz.

¡Doctor, estamos perdiendo la señal! —grita John, mientras los cables de la consola chisporrotean peligrosamente.
¡No podemos permitirnos fallar ahora! —responde el Doctor Shun con una voz cargada de urgencia—. Si no conseguimos comunicar nuestra posición, estaremos condenados. Debemos encontrar una manera de mantener la puerta sellada y esperar ayuda.

El Doctor Shun se acerca a un antiguo sistema de radiocomunicaciones, una reliquia tecnológica en medio de un laboratorio de vanguardia. Es un dispositivo voluminoso, con diales mecánicos y una antena de metal que al igual que el resto del laboratorio subterráneo, parece haber visto mejores días. Con una determinación fría, el Doctor Shun gira los diales y ajusta la frecuencia, tratando de encontrar una señal de comunicación.
Aquí el Doctor Shun de la Fundación sin Nombre. Solicito asistencia urgente. —Su voz, aunque firme, lleva el peso de la desesperación—. Hemos sufrido una brecha de seguridad. Las criaturas anómalas contenidas en el laboratorio han sido liberadas. Estamos atrapados en el Piso 5, y solo quedamos nosotros cuatro. Necesitamos ayuda inmediata.

En la penumbra de la sala de control, posible tumba para ellos, las luces parpadeantes lanzan sombras inquietantes que bailan en las paredes de metal frío. El sonido de pasos rápidos y crujidos provenientes de los corredores cercanos hace temblar el suelo, señalando la aproximación de las criaturas. La puerta de acceso al vestíbulo, reforzada con múltiples cerraduras y sistemas de seguridad, es la última línea de defensa contra el caos que se desata fuera de su alcance.
El Doctor Shun, sudoroso y agitado, observa el sistema de radiocomunicaciones con una mezcla de esperanza y temor. Cada segundo que pasa sin respuesta aumenta la sensación de urgencia. Las criaturas, ahora claramente audibles, se acercan cada vez más, sus movimientos resonando con una intensidad creciente en los pasillos.



Doce horas han pasado desde aquel mensaje. La noche ha descendido como una capa de terciopelo negro sobre la isla, envolviendo el paisaje en una oscuridad densa y opresiva que parece engullirlo todo. La costa norte, un desierto de rocas afiladas y arena oscura, se extiende en un escenario desolado al borde de una vegetación exuberante y salvaje. El rugido implacable de las olas rompiendo contra las rocas es el único sonido que rompe el silencio nocturno, un constante recordatorio del vasto e inabarcable océano que rodea la isla.
Las antiguas ruinas, el punto de partida de esta historia, una vez orgullosos monumentos de una civilización perdida, ahora se encuentran encubiertas por un manto de musgo y enredaderas que se han adueñado de su estructura. Los pilares y arcos de piedra, desgastados por siglos de intemperie, se alzan como espectros en la oscuridad, sus sombras proyectadas en las piedras caídas y el suelo cubierto de hojas. Los restos de lo que en otro tiempo fueron grandiosos templos y edificaciones, ahora son solo ecos de un pasado distante, enredados en la vegetación que ha crecido sin control.

Ruinas
[Imagen: Ruins-of-Xibalba-Jungle-Night-22x16-Prev...C555&ssl=1]

En la entrada de estas ruinas, el Doctor Weaver, un hombre de mediana edad, se encuentra en una vigilia solitaria. Su cabello, canoso y desordenado, refleja las primeras luces del atardecer que aún se resisten a desaparecer completamente. El rostro del Doctor Weaver, surcado por profundas líneas de preocupación y cansancio, está bañado en la luz tenue que emite la lámpara de gas que parpadea débilmente a su lado. Dos antorchas a espalda suyas, colocadas con cuidado a ambos lados de una cabeza de león de piedra le ayudan contra la oscuridad. Su chaqueta de laboratorio, una prenda una vez impecable ahora desgastada y manchada por el uso y la desesperación, ondea ligeramente con la brisa marina que trae consigo un aire frío y húmedo.

La entrada a la base secreta se encuentra oculta en el interior de estas ruinas, una estructura de piedra que una vez fue majestuosa y ahora sirve como un refugio sombrío y precario. La vegetación ha reclamado parcialmente la entrada, escondiendo el acceso entre enredaderas densas y rocas caídas. El Doctor Weaver y la fundación han hecho todo lo posible para mantener esta entrada en secreto, un esfuerzo que se ha visto frustrado por la urgencia de la situación ¿Cuánto han de perder ahora que han dejado de ser solo un rumor? ¿Cuánto más hubieran perdido si no lo hubieran hecho? A pesar de sus esfuerzos para camuflar la ubicación, la entrada debe ser conocida por aquellos que podrían ayudar, una paradoja desesperada en una crisis desesperante.

—¿Dónde están? —murmura el Doctor Weaver para sí mismo, sus palabras flotando en el aire frío y húmedo mientras el viento se arrastra a través de las ramas de los árboles cercanos. El sonido de las olas rompiendo contra las rocas se mezcla con su desesperanza, creando una sinfonía inquietante de la espera prolongada.
Durante las últimas horas, el Doctor Weaver ha estado en contacto constante con sus informantes y contactos en la isla, buscando desesperadamente a cualquier persona que pueda ofrecer ayuda. La noticia del incidente en la Fundación sin Nombre se ha esparcido rápidamente, como un incendio en un campo seco, y los rumores han llegado a oídos atentos en bares y locales clandestinos. La tensión es palpable en cada rincón, con cada sombra en el paisaje y cada sonido en el ambiente intensificando la angustia de la espera. Han pasado ya doce horas desde el momento en que su mundo se hizo público; doce horas ya muy tarde.
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Issei estaba en Kirigakure, caminando por las callejuelas de la aldea, disfrutando de un raro momento de tranquilidad. El ambiente húmedo y brumoso se mezclaba con los murmullos de los comerciantes y el sonido lejano del agua que rodeaba la villa. De repente, un mensajero de la aldea se le acercó con urgencia, visiblemente agitado y con la respiración entrecortada.

¡Señor Kenju! —jadeó el joven, casi tropezando mientras se acercaba. Extendió un pergamino lacrado hacia él con manos temblorosas—. Es de la Fundación sin Nombre. Solicitan asistencia inmediata. Debe marchar cuanto antes. La situación es crítica.

El Kenju, sintiendo un nudo formarse en su estómago, tomó el pergamino y lo desenrolló rápidamente. Sus ojos se movieron velozmente a través del mensaje, captando cada palabra. La gravedad del contenido lo hizo fruncir el ceño.

¿Dónde es esto? —preguntó mientras sus ojos afilados se enfocaban en el mensajero.

En la Isla del Norte, señor —respondió, todavía tratando de recuperar el aliento—. El Doctor Shun mencionó que las criaturas contenidas en el laboratorio han sido liberadas. Están atrapados en el Piso 5 y necesitan ayuda urgente. La embarcación está lista en el puerto para llevarlo allí.

El espadachín asintió y, sin decir más, giró sobre sus talones y se dirigió a toda prisa hacia el puerto. Mientras se movía con agilidad entre los estrechos callejones, su mente ya estaba planeando los próximos pasos. La situación era extremadamente delicada y requería una respuesta rápida y eficiente.

Llegó al puerto en cuestión de minutos, donde una embarcación rápida lo esperaba. Con movimientos ágiles, subió a bordo y dio la señal para partir. El barco cortó las aguas oscuras y brumosas de la noche, avanzando con velocidad hacia la Isla del Norte. Durante el viaje, se mantuvo en silencio, observando el horizonte con una expresión de concentración.

Su apariencia imponente reflejaba su naturaleza resolutiva: vestía una chaqueta negra con detalles rojos, que cubría parcialmente su cuerpo musculoso, y unos pantalones oscuros ajustados. Su cabello negro y desordenado caía sobre su rostro, enmarcando una mirada aguda y penetrante. Llevaba su katana en la espalda, siempre preparada para cualquier eventualidad.

Cuando la embarcación llegó a la costa norte de la isla, saltó ágilmente a las rocas afiladas. Sin perder tiempo, se dirigió hacia las antiguas ruinas, con su objetivo claro en mente. La noche había caído, y la oscuridad envolvía el paisaje, pero la determinación del hombre brillaba con fuerza.

Al acercarse a las ruinas, vislumbró al Doctor Weaver, cuya figura iluminada por antorchas destacaba en la penumbra. Avanzó con paso firme—. Soy Kenju Issei, Chuunin de Kirigakure —se presentó con voz firme y autoritaria, cortando el aire nocturno—. He recibido su llamado de auxilio. ¿Cuál es la situación actual y cómo puedo ayudar?

Estadísticas de Kenju Issei
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Pasivas
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La peculiar Isla del Norte, aquella en donde tiempo atrás se reencontró con Asahi y descubrieron una cueva interesante que guardaba información desde hacía tiempo. Quién iba a decir que hay más de esos lugares escondidos. El hecho de que Mei se vea envuelta en esta misión es mera coincidencia por estar en los alrededores. Mientras caminaba tras dejar todo en orden dentro de su guarida, le llega un mensaje a través de un pequeño animalito. Aparentemente, su maestro estaba al tanto de su ubicación y se enteró de cierto problema grave muy cerca de ahí. Le pide que vaya de refuerzo inmediatamente para salvar a un profesor y su equipo. La carta no tiene mucho más, solo que tenga cuidado con las criaturas que deberá enfrentar.

Primero Noa y sus yokais, ahora criaturas desconocidas. Sin duda este mundo aún tiene mucho que desconozco. — Sigue como puede el mapa que se le hizo llegar. No es muy explicativo, menos para ella que se caracteriza por tener problemas de orientación, pero le sirve para guiarse. Tarda un poco más de lo que haría cualquier otro ninja, pero debido a la cercanía de la ubicación, logra llegar apenas unos segundos después que Issei.

El Kenju es un viejo conocido con el cual podemos decir la misión no terminó del todo bien, habiendo algo de tensión por cierta “insubordinación”, si podemos llamarle así, de Mei. Esta última espera que todo vaya bien en esta nueva oportunidad de coincidir juntos, pues no se ve como una situación en donde deban preocuparse del pasado. A priori, la vida de muchas personas se encuentra en juego y no hay tiempo que perder.

Además de él, lo que parece ser un investigador (por su vestimenta) se ubica en la posible entrada al laboratorio. Mei desciende desde un árbol. — Espero haber llegado a tiempo. Mei, kunoichi de Kirigakure. — Hasta el momento, solo dos ninjas hacen acto de presencia. Por lo que entendió del aviso, el problema parece ser peligroso, por lo que espera lleguen más refuerzos, aunque si terminan siendo solo dos, no pueden huirle al desafío. Ya sabemos cómo es la Suzume con su ideología de ser una ninja, jamás dejaría a otros a la deriva independiente de que deba colocar su vida en riesgo.

Asegurémonos de también completar esta misión, Issei. — A pesar del problemilla final, aquella vez pudieron retirarse con la labor exitosa.

Decide unirse en lo que a solicitar información se refiere. Todo ha surgido de forma muy repentina. De hecho, se puede ver en Mei rastros de suciedad tanto en su cuerpo como ropa. Lleva largas horas de entrenamiento a solas, lo cual puede afectar en su rendimiento de ahora en adelante, pero es imposible que ponga alguna excusa. Ella siempre se pone al servicio de su país.

¿Qué información hay de esas supuestas criaturas? ¿De verdad son tan peligrosas como para que el doctor Shun y su equipo deban recurrir a encerrarse así? — Mientras habla, empuña ambas manos. Por muy tranquila y serena que se le vea por la expresión que siempre lleva en el rostro, tiene cierto gusto con la violencia cuando debe impartirla en favor de la justicia. Si el enemigo resulta fuerte, significa que no deberá contenerse.
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Unos par de días antes en Kumogakure, la nación del Rayo.
 
La cantina clandestina del Rayo siempre era un buen lugar para pasar las penas, nunca sabías que podrías encontrarte una vez dentro, supongo que era la magia de aquel lugar. Habían personas de todo tipo, desde los idealistas arraigados al pensamiento del Imperio del Rayo, hasta los pobres diablos que intentaban ahogar penas en sustancias. Entre tanta clientela destacaba uno que otro; sin embargo, para está historia nos centraremos en un joven espadachín descendiente del conocido clan Tajuken.
 
Sazaki, una joven promesa del Rayo se encontraba inundado en alcohol. Últimamente su vida era bastante borrosa debido a los excesos y aquella adicción principalmente al alcohol, la mayor parte del día se la pasaba tomando hasta desmayarse sobre las mesas provocando que los entrenamientos fuesen de por si escasos. — ¡¿Dónde mierda está ese bastardo?! — Entró un hombre fornido y bien parecido portando el símbolo del Imperio del Rayo sobre su hombro diestro.
 
El joven camino hasta un Sazaki dormitado, producto de la bebida que consumió desde aquella mañana. — Oye mírate, eres un maldito desastre. — Su confesión estaba cargada de lastima y desánimo, era increíble ver cómo terminaría aquella joven promesa del Rayo por los excesos y traumas sufridos a lo largo de su vida, el espadachín volteo a ver al joven con una mirada lo suficiente perdida pero increíblemente aún consiente. — El imperio te designó una misión extra oficial, no se con certeza los detalles pero en este pergamino está toda la información. — El joven entrego aquel pergamino protegido por un sello especial. — Es la última oportunidad de hacer las cosas bien, no vuelvas a fallar… Sazaki. — Dijo esperanzado antes de marcharse.
 
Aquel día llegó y el espadachín se preparó para la misión, no terminaba de entender la posición del Imperio del Rayo pero últimamente su cabeza no era la más certera por lo que prefirió obviar sus preguntas e intentar realizar la misión a la perfección como buen shinobi, durante el camino aprovecharía para afilar y darle mantenimiento a su armamento shinobi. Entre aeronaves y embarcaciones por fin llegaría a la aclamada isla del norte, un sitio nunca antes explorado por el espadachín de la nube.
 
Si vestimenta era más la de un mercenario o vago que la de un shinobi con aquella ropa holgada y algo descuidada, como buen shinobi decidió saltar entre los árboles haciendo un recorrido de reconocimiento para dar con el punto de encuentro, el tercer ninja llegó al punto de encuentro bajando del árbol para posicionarse cerca de ambos ninjas, sorprendentemente uno de los ninjas presentes era un viejo conocido. — Sazaki Ryo, ninja de la nube. — No era muy social, aquella habilidad la estaba perdiendo constantemente por el aislamiento y consumo de la bebida.
 
Issei y Mei continuaron con comentarios buscando recaudar la mayor información posible antes de continuar con la tarea; por su parte, el espadachín de la nube solo atestiguaría en silencio el área donde se encontraban ubicados, buscando los puntos ciegos de su actual posición. Algo que solo hacía para prevenir ataques sorpresa. — Peligrosas o no, nuestra prioridad es el doctor Shun…. Si hay que dejar a alguien atrás no importa con tal de salvaguardar los intereses y vida del doctor, ¿No? — El último comentario que haría, un poco antipático pero dejando su posición en la misión bastante definida, no perdería esta última oportunidad que le brindo la nación del Rayo.
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Última modificación: 08-07-2024, 09:22 AM por Kin.
Y con un poderoso tajo, la hoja de la Katana personal de Kin rebanó el cuello de aquel ladrón, haciendo que la sangre brotara de su cuello y cayera directamente al suelo, ahogándose en su propio líquido carmesí y con la vista borrosa, poco a poco empezó a descender hasta que finalmente su vida se apagó. Con un hábil movimiento de mano, la espada del Uchiha cortó levemente el viento mientras las gotas del exceso de sangre salpicaban los árboles cercanos.

— No vuelvo a transitar por estos bosques a pie… No hay nada de seguridad... —. Pensaba el Uchiha mientras suspiraba y usaba un pequeño pedazo de tela para limpiar la hoja de su espada de la sangre que quedaba impregnada en ella. Era ya la segunda vez que un ladrón o intentaba asaltarlo, obviamente atacándolo a muerte. Esto solo hacía que se retrasara en su llegada a la Isla del Norte. Al parecer, un mensaje de ayuda de un científico ubicado en la Isla ya mencionada, se había escuchado por algunos intercomunicadores.

Parecía que el hombre estaba en peligro y necesitaba ayuda, y el Uchiha decidió acudir a ese llamado. El no pertenecía a Kirigakure, pero ya que se encontraba cerca de aquella aldea, era buen momento para prestar sus servicios y salvar alguna vida. Sin perder más el tiempo, Kin solo acomodó el cuerpo del fallecido mercenario a un lado de algunos árboles antes de comenzar a correr con la máxima velocidad que sus pies llegaban a alcanzar.

Su gran carrera finalmente culminó cuando pudo visualizar unas ruinas levemente ocultas entre los árboles, ese era el lugar de donde aparentemente se había mandado aquel mensaje de ayuda. Era obvio que había perdido algo de tiempo con los ladrones, pues en el lugar ya se encontraban tres ninjas, ninguno conocido para el Uchiha. Éste se acercó a paso lento al lugar para dar a notar su presencia, su vestimenta consistía en una camisa negra de manga larga, cubierta por el Chaleco Táctico de Konoha, pantalones negros y dos Katanas enfundadas en su cintura, listas para ser usadas. Adicional a esto, una capa con capucha que solía llevar siempre cuando viajaba.

Lentamente se despojó de aquella capucha para dejar ver su rostro y presentarse — Kin, Chunin de Konohagakure… Un gusto conocerlos —. Fue lo único que salió de su boca, pies al igual que el ninja de la nube, éste no era tan social, aunque siempre trataba de ser amable con los desconocidos. Mei e Issei solicitaron inmediatamente información sobre la situación y que tipo de peligros ponían al Doctor Shun y a su equipo en extremo peligro. Seguido de Sazaki, quien parecía algo desesperado por ayudar al Doctor, y Kin lo entendía, era una vida, al fin y al cabo. El Uchiha se limitaría a escuchar la respuesta del Doctor Weaver y esperar en caso de que más compañeros llegaran a ayudar.
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Aquella tarde llovia a cantaros, podia escucharse incluso desde el segundo nivel de Iwagakure. Kaizen observaba el cielo divisandose lentamente a medida que el gran elevador que separaba los niveles, subia lentamente hacia el primer nivel de la aldea. Era raro que lo llamaran del primer nivel, de hecho diria que era casi imposible que esto sucediera, Kaizen era un recien "rehabilitado" ex convicto, los altos mandos nobles de este nivel jamas tendrian cerca, no, ni siquiera querrian respirar el mismo aire que alguien proveniente del tercer nivel como el Amagiri. Era extraño, y Kaizen no podia evitar sentirse inquieto incluso para alguien como él que todo le resbalaba o le importaba poco si provenia del imperio. Algo andaba mal. Habia sido citado al edificio principal del emperador de la tierra, por supuesto que ese nombre era mera formalidad, el emperador no se encontraba alli normalmente, pero todas las tareas y trabajos importantes que requerian de la atencion del emperador, involucraban directamente a la ciudad o al imperio a nivel internacional se administraban alli. Entonces ¿Que querrian sujetos como esos de alguien como él? Esperaba problemas, por supuesto.

Al llegar al nivel uno de la aldea, Kaizen se dirigio hacia la entrada que daba a la calle principal, observo los grandes edificios y la arquitectura de la ciudad, casi nunca tenia la oportunidad de verlas, habia que admitir que a pesar de lo imbeciles, dictadores y pretenciosos que eran los nobles, el pelirrosa debia admitir que tenian buen gusto para la arquitectura, la ciudad era ostentosa, elegante, llamativa, incluso innovadora a nivel tecnologico.

De pronto Kaizen escucho un silbato, y automaticamente dirigio su mirada hacia el frente, notando que habia un hombre de traje, muy mayor pero que sabia mantener la postura y la elegancia, estaba de pie junto a un carro negro conducido por cuatro caballos. El hombre de voluminoso bigote canoso y bien peinado sostenia el silbato con el que habia soplado, miraba en direccion a Kaizen y al ver este ultimo a su alrededor y notar que no habia nadie mas, claramente se dio cuenta que lo estaba llamando. Kaizen se acerco a él y entonces el hombre le saludo con una reverencia muy formal y respetuosa. — Buenas tardes señor Kaizen, espero que haya tenido un agradable viaje hasta aqui. Por favor suba al carruaje, me ocupare de llevarlo a su destino cuanto antes. — Expreso manteniendo la cabeza agachada en señal de total respeto. Era la primera vez en toda su vida que alguien del primer nivel lo trataba asi, el pelirrosa estaba anonadado, incluso para alguien tan altanero y arrogante como él, alguien que disfruta tanto de demostrar su superioridad, esta actitud tan repentina lo dejaba descolocado. Kaizen tan solo lo miro sorprendido unos dos segundos y luego recobro la compostura mostrandose indiferente como siempre pero subiendo al carruaje tal y como lo indico aquel hombre. — Bien, dese prisa. — Ordeno el Amagiri.

El viaje fue realmente rapido, no porque estuviesen cerca del edificio principal, sino que aquel hombre realmente llevo el carruaje lo mas rapido que pudo ¿Porque tantas prisas? Tal vez la nobleza era estúpidamente exigente con los tiempos. Como sea, no tardo mas de quince minutos el viaje, quince minutos que Kaizen aprovecho para observar la ciudad y sus habitantes. — Finalmente llegamos, por favor acompañeme, no tenemos tiempo. — El hombre le abrio la puerta a Kaizen y lo guio dentro del edificio principal, iba tan deprisa que casi no le dio tiempo a Kaizen de ver nada del edificio. Lo que si podia decir Kaizen era que aquel edificio era increiblemente grande, estaba repleto de oficinas, salas de todos los tamaños y gente yendo y viniendo por doquier. De pronto el hombre se frena en seco frente a la puerta de una gran oficina y da unos golpes con su mano. — Adelante. — Se escucha la voz de otro hombre al otro lado. El viejo que trajo al Amagiri entonces abrio la puerta y le pidio a Kaizen que entrase, para acto seguido presentar al hombre que estaba frente a ellos sentado detras de su escritorio.

Su nombre era Hisashi Tomigaoka, un hombre de unos tal vez cincuenta años, tenia el cuerpo de un guerrero ya retirado, ahora vestia traje militar pero se notaba en su mirada y su expresion las decadas de experiencia en batalla. — Tome asiento, no tenemos tiempo que perder.

Kaizen se mantuvo serio y no expreso palabra alguna, la inquietud lo carcomía por dentro, tan solo se sento y se quedo expectante, al mismo tiempo el anciano que lo trajo hasta aqui se marcho y les dejo solos. — Sere breve, necesitamos que vayas a la isla del norte y ayudes en el rescate de un equipo de cientificos. — Dijo en seco aquel hombre mirandole directamente a los ojos carmesíes de Kaizen. — ¿Hmm? ¿Que extraño, solo me llamaron para eso? Normalmente no se gastarian en traerme hasta aqui para algo tan rutinario como esto, aqui hay gato encerrado, ya dime de que se trata todo esto en realidad, no me gusta que me manden porque sí. — Exclamo Kaizen altanero e irrespetuoso como siempre, a lo cual Kamogawa fruncio el ceño y apreto los puños molesto, pero conteniendose pues lo necesitaban para este trabajo. Finalmente suspiro y comenzo a explicarle. — Uno de los laboratorios secretos del imperio ha sufrido un accidente y ahora el equipo cientifico se encuentra aprisionado en sus propias instalaciones. Hace unas horas recibimos este mensaje desde el laboratorio. — Explicaba para acto seguido tomar una radio y reproducir el mensaje grabado que fue transmitido.


Cita:Aquí el Doctor Shun de la Fundación sin Nombre. Solicito asistencia urgenteHemos sufrido una brecha de seguridad. Las criaturas anómalas contenidas en el laboratorio han sido liberadas. Estamos atrapados en el Piso 5, y solo quedamos nosotros cuatro. Necesitamos ayuda inmediata.


¿Criaturas anomalas? — Pregunto Kaizen, al parecer el imperio estaba haciendo experimentos con seres vivos ¿Porque no le sorprendia? — Esta mision es de rango A, necesitamos a alguien capaz para esta tarea. Es una mision especialmente secreta, nadie puede saber de esto, confiamos en tu cooperacion para este caso y cambio en agradecimiento borraremos tus causas penales ¿Es un buen trato no te parece? — Hisashi no le explico de que se trataban estas criaturas, y al escuchar todo lo demas Kaizen entendio todo y solto una carcajada. — Jajajajajajajajaja ya veo, ya veo. Ahora entiendo todo, me envian a mi porque saben que lo mas probable es que vaya a morir alli. Mejor perder un ex convicto que un miembro valioso de sus filas ¿No es verdad? — Dijo con cinismo. 

No pudiste haberlo expresado mejor. — Respondio en seco el hombre sin esconder sus intenciones en lo mas minimo. — No sabemos el tipo de criaturas hay alli sueltas ni que tan poderosas son. El imperio no puede arriesgarse a perder un recurso valioso de su ejercito por esto, sin embargo tu eres fuerte, nos consta ello, lo suficiente como para creer que puedes hacerte cargo de la situacion, y en caso contrario pues al menos sabemos contra que estamos tratando. Pero ve esto como una oportunidad... como una oportunidad de empezar de cero en la aldea, si tienes exito seras aceptado como un ciudadano mas del imperio, ya no seras un exconvicto y tus conexiones con el tercer nivel seran borrados de tu expediente, seras un shinobi imperial con todas las de la ley. Es mas, te propongo algo... cumple con exito la mision y vuelve con vida y seras reasignado al primer nivel de la aldea, trabajaras directamente con nosotros. — Al escuchar estas palabras una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en la arrogante cara de Kaizen, lleno de satisfaccion. Parecia mentira pero poco a poco el pelirrosa comenzaba a escalar a la cima, tal y como le habia prometido a sus viejos amigos. — Acepto el reto, vayan mudando mis cosas. — Dijo el creido, y se dispuso a marcharse a toda prisa hacia la Isla del Norte.

El viaje por suerte no fue muy largo, hubo buen clima y el barco que lo llevo tenia instrucciones claras de que debia ir a toda marcha hacia alli. Al llegar, Kaizen tomo un mapa que Hisashi le habia entregado, uno con las coordenadas marcadas de la ubicacion del laboratorio. Al dirigirse alli no tardo en vislumbrar las ruinas ocultas, y en la entrada a un hombre vestido con una bata blanca, claramente un cientifico y junto al mismo se encontraban otros cuatro shinobis. Esto no le gustaba a Kaizen, todos se veian fuertes y profesionales, y para colmo era un grupo muy grande, que tan peligrosas eran esas criaturas para que el imperio formara un equipo de tal magnitud y variopinto. — Vaya, parece que todo el mundo vino a disfrutar de la fiesta. Kaizen de Iwagakure reportandose para... esto. — Dijo arrogante acercandose al grupo y peinandose el cabello hacia atras con su diestra.
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Última modificación: 08-07-2024, 03:00 PM por Ren Uchiha.

 Un ultimo golpe penetrante acabaría con la vida de aquel shinobi que se habia interpuesto en su camino, el sonido de un millar de aves se hizo presente en la escena mientras la mano de la albina salía lentamente del pecho de un shinobi de la hoja, alguien habia venido a darle caza como ya era normal en las ultimas semanas- Que lastima...- murmuro antes de seguir su rombo al lugar donde habia sido citada, algo llamado "La Fundación Sin Nombre" según un reporte que tuvo de un asentamiento rebelde, las criaturas de aquella fundación habían escapado pero... ¿Qué era esa fundación? Nunca habia escuchado o incluso leído algo de ella, así que sin dudarlo, y pensando que encontraría algo de utilidad para ella allí, decidió embarcar camino a la "Fundación Sin Nombre".

 Pero algo mas le decía que tenia que ir, seguramente algo que le sorprendía... Esperaba encontrarse con el, por eso en lugar de ir como si nada, utilizaba una capucha que cubría todo su cuerpo, avanzando rápidamente por aquel sendero en dirección a su destino- Se que estarás aquí... estas cosas... estas misiones son las que sueles acudir primero...- Pensaba la Uchiha mientras suspiraba y usaba un pequeño pedazo de tela para secar sus manos después de haber lavado la sangre que quedaba impregnada en ellas. Era ya la decima o decimoprimera vez que un shinobi intentaba darle de baja, obviamente atacándola a muerte. Esto solo hacía que se retrasara en su llegada a la Isla del Norte. Al parecer, un mensaje de ayuda de un científico ubicado en la Isla ya mencionada, se había escuchado por algunos intercomunicadores.

 Su gran carrera finalmente culminó cuando pudo visualizar unas ruinas levemente ocultas entre los árboles, ese era el lugar de donde aparentemente se había mandado aquel mensaje de ayuda. E ingresaría al lugar para percatarse de la presencia de varias persones, entre esas... Estaba justo quien ella buscaba...

 Flashback

**
 Entre sollozos silentes y poco visibles, Ren se despidió en silencio de su aldea y de Kin, con el corazón roto pero con la determinación de seguir adelante. Los recuerdos de su pasado y las promesas no cumplidas resonaban en su mente, pero sabía que era momento de volar lejos y encontrar su propio destino. Sin embargo... poco a poco aquellas lagrimas se iban agotando y comenzaba a acostumbrarse a la soledad de nuevo... aunque no llorara, seguía cargando aquella inmensa tristeza consigo...

 Saliendo por las puertas de la aldea, sintiendo la gran presión en su pecho de saber que estaba traicionando la confianza de la familia que le habia acogido después de abandonar su hogar... no queria dar un paso mas... sin embargo debía hacerlo- Kin... perdóname...- murmuraría mientras recordaba aquella carta que habia dejado en la mesa de la habitación del Uchiha mientras el dormía...

 Sin embargo... recordó las palabras de Miko antes de irse... "No voy detenerte... tampoco dejare que él lo haga... pero al menos... vuelve algún día... siempre... siempre tendrás un hogar aquí..." aquellas palabras le trizaban el corazón... era curioso, nunca habia sentido este dolor...

**
Fin del Flashback

 Cuando diviso la presencia del contrario, decidió bajar aun mas la capucha de su tónica para cubrir mas su rostro, dejando únicamente a la vista la parte baja de su rostro, un poco mas a bajo de la nariz-  Tomoko, Genin de los demonios, un gusto- diría inventando un seudónimo de ultimo minuto- De los demonios?.- Cállate Shantay...- Como digas niña je-je-je...- ...- Bueno, cositas de estos dos...

[Imagen: 589a5af3393901565f26ce3b315a7ab8.jpg]
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Última modificación: 08-07-2024, 05:11 PM por Kyoshiro.
Desde su posición estratégica, el Doctor Weaver observaba la llegada de cada uno de los convocados. Los veía desfilar, uno tras otro, cada cual con una expresión que oscilaba entre la determinación y la curiosidad. Weaver, un hombre de ciencia y prudencia, no pudo evitar cuestionarse en silencio si este grupo sería suficiente para la tarea titánica que tenían por delante. No dudaba de sus habilidades, ni de la destreza que los precedía; aún sin conocerlos sabía que habían seres extraordinarios y no dudaba que ellos fueran de estos, sin embargo, el hecho de que la Fundación hubiera tenido que recurrir a un protocolo de emergencia y hacer pública su existencia era señal de que la situación era mucho más grave de lo que cualquiera de ellos pudiera imaginar. La amenaza que enfrentaban no solo era tangible, sino también una abominación contra la naturaleza misma.

Esperó con paciencia, observando cómo cada miembro del grupo tomaba su lugar. A pesar de su porte tranquilo, una sombra de duda cruzó su mente. ¿Serían capaces de enfrentar lo que les esperaba en las profundidades de la Fundación? Cada segundo que pasaba reforzaba la gravedad de la situación. Necesitaban a los mejores, y aunque estos individuos eran lo más destacado de sus respectivas aldeas, Weaver sabía que el verdadero desafío aún estaba por delante. La llegada de cada uno de ellos ofrecía una nueva capa de complejidad a la misión. Primero llegó Kenju Issei. Weaver lo observó aparecer con un paso decidido y una mirada de intensa concentración. La forma en que el espadachín se presentó con una actitud autoritaria y una presencia imponente mostró que estaba listo para enfrentarse a cualquier desafío ¿Pero lo estaba realmente?  ¿Cuál es la situación actual y cómo puedo ayudar? - Preguntó al llegar.

Es mejor si esperamos que lleguen todos - Replicó Weaver.

 Casi como si se hubieran puesto de acuerdo, Mei llegó al lugar poco después. Weaver pudo ver la determinación en sus ojos y la seriedad en su rostro a pesar del rastro de suciedad en su ropa. Se le notaba una disposición clara para colaborar, esperaba que esto no desapareciera. Preguntó sobre las creaturas, pero Weaver solo asintió. No quería perder tiempo repitiéndose cada que llegara un nuevo colaborador. Con ellos dos, la representación del país estaba ahí. De todas formas, alguien respondería por él. Segundos después, apareció Sazaki Ryo. Weaver observó al joven espadachín con un ojo crítico, que sin saludar se unió a la conversación. A pesar de su aspecto descuidado, Sazaki parecía decidido a cumplir con la misión. Aunque su presentación fue breve, la actitud de Sazaki demostró un enfoque firme en proteger al Doctor Shun y cumplir con la misión sin importar las circunstancias. Weaver percibió una mezcla de desesperación y determinación en su actitud, ¿Quién habla así? - Se pensó mirándolo. Aquello le daba una sensación suicida. Pero tal vez eso era lo que ocupaba y tal vez eso era lo que todo esto era. 

Finalmente, Kin hizo su entrada. Weaver vio al Uchiha con una mezcla de curiosidad y evaluación. La presencia del ninja de Konoha fue menos llamativa en comparación con los otros, pero su comportamiento reservado y su disposición a escuchar revelaron una seriedad que no pasaba desapercibida.  Weaver apreció la calma y la profesionalidad de Kin, así como su interés en entender la situación antes de actuar.  Tiempo después. Iwagakure hizo su participación por parte de Kaizen quien con su comentario arrogante hizo que en Weaver volviera la preocupación al máximo.  La última ayuda en llegar vendría de una encapuchada que parecía no querer llamar la atención. Tomoko era su nombre y esto era todo lo que reportó, y sinceramente, entre menos supiera Weaver de cada uno de ellos, mejor.  


El equipo estaba completo
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Con un aire de determinación, el Doctor Weaver asintió a todos, se giró hacia la enorme estatua de un león de piedra que dominaba la sala.  Tras tocar algo escondido en sus adentros, la boca del león de piedra se abrió por completo con un ruido sordo, una luz se iluminó dentro de su mandíbula. Sin perder tiempo, metió la mano más adentro en la boca del león manipulando un dispositivo oculto entre los dientes de la bestia. Lo hizo con una confianza que solo podía provenir de años de experiencia, consciente de que cualquier error activaría el mecanismo de seguridad, cerrando la boca del león y llevándose su brazo con ella.  Mientras sus dedos se movían con precisión entre los dientes del león, Weaver comenzó a explicar la situación. "Les agradezco haber acudido con tan poco tiempo de aviso," dijo, su voz resonando con una mezcla de gratitud y preocupación. "Parece que el mundo ninja ha decidido reunirse hoy," agregó con un toque de sarcasmo en su tono, intentando aliviar la tensión palpable en el aire. "Espero que sean lo mejor de lo mejor de sus aldeas, porque vamos a necesitar cada gramo de habilidad que poseen."

El nerviosismo se reflejaba en sus ojos, a pesar de la fachada de calma. Un sonido mecánico comenzó a llenar la sala, creciendo en intensidad con cada segundo que pasaba. Weaver sabía que no tenían tiempo que perder. "La situación es grave, y no podemos permitirnos ningún error," añadió, mirando a cada uno de los presentes, intentando medir sus reacciones.

Entrada
[Imagen: Ruins-of-Xibalba-battle-map-Cropped-Prev...C555&ssl=1]
Finalmente, el círculo en el suelo en medio de todos comenzó a vibrar. Weaver se apartó, sacando al fin su mano del león petrificado. Una luz brillaba del suelo, indicando la entrada secreta.  "Esta es nuestra entrada," dijo, en lo que se agachaba y retiraba la tapa en el suelo. Ahora un pasadizo vertical se revelaba ante ellos. Unas escaleras verticales descendían hacia la oscuridad, conduciendo unos cinco o seis metros más abajo por un estrecho túnel al ascensor que los llevaría a las profundidades del laboratorio. "Lo que hayan escuchado de la Fundación, es real. Lo que no hayan escuchado es porque hicimos bien en esconderlo," comentó mientras sacaba una mascarilla y se la colocaba en su rostro. Algo que hizo sin pensarlo, siguiendo el protocolo que ya a estas alturas no importaba. Les miró y comenzó a bajar las escaleras, su voz llena de una mezcla de orgullo y pesar. "Síganme y manténganse alerta," añadió antes de desaparecer en la penumbra, esperando que le siguieran. 

Una vez que todos estuvieran dentro del medio iluminado ascensor, Weaver usó una tableta montada en el costado derecho para activar el mecanismo. El elevador comenzó a descender con un zumbido bajo y constante. "Nuestra misión es clara," comenzó a explicar, su voz reverberando en el pequeño espacio. "Debemos localizar y rescatar al Doctor Shun en el último piso subterráneo del laboratorio. La supervivencia del doctor y su equipo es nuestra prioridad absoluta." - Dijo mirando a Sazaki, como respondiendo al fin su comentario. 

Su mirada pasó ahora a enfocarse sobre Mei "Si pueden, contengan o neutralicen las anomalías que han sido liberadas. Y si es posible, reactiven las medidas de seguridad para contener las amenazas restantes y prevenir futuras brechas. Pero recuerden, lo principal es el Doctor Shun," subrayó, su tono dejando claro la importancia de la misión. Cada palabra que decía añadía una capa de gravedad a la situación, preparándolos para el desafío monumental que les esperaba en las profundidades de la Fundación sin Nombre.

El ascensor se detuvo con un brusco temblor. Las puertas solo se abrieron unos cinco centímetros. La luz del elevador era más fuerte que la del primer piso al que habían llegado. Weaver frunció el ceño y, tras un rápido análisis, concluyó que el problema probablemente se debía a una falta de energía en las reservas lo cuál comentó a sus compañeros - A ver si no nos quedamos también sin luz del todo- Dijo acercándose a las puertas. Sin pensarlo dos veces, se quitó la chaqueta de laboratorio que llevaba puesta. Se acercó a las puertas con determinación, tratando de forzarlas con ambas manos. Al principio, sus esfuerzos parecían en vano, y cuando finalmente consiguió mover un poco las puertas, un dolor agudo recorrió sus manos. Las puertas estaban ligeramente afiladas ¿Porqué rayos?, y una pequeña cortadura sangrante apareció en su palma. Weaver se quejó en voz baja ¿Esto era siempre tan filoso? Ciertamente nunca había tenido que abrir aquello a la fuerza así que no podía descartarlo, pero no se dejó vencer por el dolor. Con una mueca de concentración, volvió a colocar sus manos en el mecanismo, decidido a abrir las puertas de una vez por todas mientras hablaba -  Sin el Doctor Shun, no llegaremos a salvo a abajo. Este lugar es un laberinto, y yo nunca he pasado del primer piso,” dijo Weaver con urgencia, su voz resonando en el pequeño espacio del ascensor. Continuó forzando las puertas, sabiendo que el tiempo no estaba a su favor. En el primer piso hay unos radios comunicadores. Ocupamos contactarlos para saber como bajar. 

Después de unos momentos de intenso esfuerzo, Weaver consiguió abrir las puertas del ascensor unos 40 centímetros más. El ascensor pareció responder y comenzó a abrirse automáticamente. Weaver sonrió. Las puertas se abrían finalmente. La luz del primer piso parpadeaba y la muerte llegó. De la nada, como si les esperara desde hace horas, una gran araña de aproximadamente 50 centímetros hizo su aparición con un salto sorprendente. La criatura se deslizó rápidamente a través de la abertura y, antes de que alguien pudiera reaccionar, golpeó el rostro de Weaver, haciéndolo caer de espaldas con un grito ahogado. 


¡El impacto!
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Kin y Tomoko, con su aguda observación, serían los únicos que notarían a tiempo que la araña estaba compuesta únicamente de hilos entrelazados, con una pequeña máscara en su rostro. Para los demás, aquello nunca fue araña. Cuando se percataran, verían solo hilos negros que habían deshecho la forma arácnida y penetraron el cuerpo de Weaver, entrando por sus orificios: boca, nariz y ojos, destruyendo sus lentes, su máscara quirúrgica, su vida.. La máscara de la araña (que los hilos abandonaron) cayó al suelo con un sonido metálico, y Weaver convulsionó brevemente al lado suyo. No gritó, no le dio tiempo. Su vida se extinguió rápidamente. En su lóbulo derecho frontal, una hinchazón similar a una bomba se infló de golpe como resultado de una explosión interna.  Sus ojos se tornaron de un rojo intenso. La hinchazón disminuyó de golpe, como globo desinflado, dejando una profunda abolladura en su cabeza. Los hilos, ahora desprovistos de vida, abandonaron al doctor e intentaron regresar a la máscara, pero no lograron hacerlo, y cayeron muertos al suelo junto al cuerpo inerte de Weaver mientras el ascensor terminaba de abrirse, revelando su interior.

Weaver
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Off
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Rápidamente incrementa el número de ninjas para la misión, la sorpresa radica es que pertenecen a distintas naciones. ¿El País del Agua estará enterado de que ninjas de otras villas andan merodeando por los alrededores? Aquello no es importante ahora, pero tampoco se puede ignorar del todo. Lo positivo de esto es que, finalmente, el doctor ahí presente comienza a hablar. Algo en concreto llama la atención de Mei, pero no lo expresa abiertamente. — Será mejor que no diga que solo soy una simple genin o quizás no me dejen ayudar. — Para nada ella se acerca a ser una de las mejores ninjas de Kirigakure, no se encuentra ni cerca. Claro, si nos referimos a voluntad y determinación, posiblemente se encuentre en un top altísimo. Eso no se le puede cuestionar.

El camino los lleva a un ascensor lo bastante amplio como para que todos quepan, el cual desciende lentamente. A la vez, el científico sigue hablando y explicando. Tal como todos deben saber, la tarea es ir hasta lo más profundo del laboratorio secreto y dar con el doctor Shun y su equipo. Traerlos a la superficie con vida es más prioritario que devolverle la seguridad al lugar. Enfocarse en una sola tarea simplifica todo, aunque el doctor demuestra lo contrario. El ascensor no puede seguir y él se encarga, aparentemente con mucho dolor, de crearles un camino. Mei opta por no ayudarle, pues como se dijo, aquel sitio está lleno de sorpresas. Mejor dejarle esa labor a un experto, pero le molesta bastante solo ver como el hombre aguanta el sufrimiento.

Una vez llegan al primer piso, la sorpresa llega antes de que todos lo esperen. Sin saber cómo reaccionar, la Suzume observa al doctor ser asesinado de una forma grotesca. De hecho, incluso se ve obligada a cubrir su boca con la mano diestra, producto de cierto asco que le produce la escena. A pesar de ser una kunoichi y haber presencia la muerte en reiteradas ocasiones, esto fue muy repentino y a una nula distancia. Opta por no moverse en un principio, pues ella fue capaz de ver que la responsable de todo fue una araña. Por lo mismo, dar un paso al frente significa enfrentar una muerte desconocida que la aceche a ella misma.

¿Alguien vio algo? — Pregunta una vez ya ha superado el shock y apartado la mano de su boca. Puede observar los hilos en el piso, e incluso se coloca de cuclillas para estirar la diestra y tocar huno, para así intentar saber de qué está compuesto. Eso no estaba ahí cuando recién ingresaron al elevador, por lo que es muy probable que esté involucrado con la muerte de su único posible guía. No hay que ser muy astuta para llegar a esa conclusión.

¿Alguno posee conocimientos médicos para examinar el cuerpo? Aún es desconocido a qué nos enfrentamos. No nos dijo mucho. — Todo buen ninja sabe que la información es clave en las misiones, sobre todo en estas de índole de secreta. Además, servía para darles la misión de examinar el terrorífico cuerpo a otro y así ella desentenderse del tema, al menos por ahora.

En cuestión de dos segundos, se arma se valor y abandona el ascensor. — Debemos dar con los comunicadores. Si esto realmente es un laberinto, tal vez nos sea imposible volver a la superficie por nuestra cuenta. — Y menos seguir bajando, pues supuestamente solo el doctor Shun podrá indicarles cómo seguir el camino.

Un ligero suspiro escapa de sus labios, sintiendo que se está complicando mucho todo y de forma muy repentina. Mira a su alrededor por si alguien más sale con ella, pues quizás no es seguro ir sola. En caso de que nadie quiera ir a buscar, decide seguir caminando hacia el laboratorio, queriendo buscar principalmente en escritorios las supuestas radios. Cajones pueden ser el objetivo ideal para investigar.

¿Con qué dará nuestra kunoichi favorita?
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Última modificación: 10-07-2024, 02:53 AM por Kyoshiro.
Respuesta a interacción de Mei:
Con el cuerpo muerto dejado atrás y la función de revisión post-mortem desechada, Mei fue la primera en adentrarse en lo desconocido. Un sensor de movimiento se activó con su presencia, y las tenues luces se volvieron brillantes, tal vez incluso demasiado después de tanta oscuridad. La vista se le adaptaría lentamente, revelando el horror que la esperaba. Este era el primer piso subterráneo de un edificio de investigación clandestino.

La puerta del elevador les dejó al norte de todo. Además de aquella arácnida sorpresa, Mei se encontraría con un pasillo estrecho y mal iluminado de unos 13 metros de largo y apenas 2 de ancho. Las paredes de concreto gris, cubiertas de manchas oscuras y humedad, estaban apenas iluminadas por luces intermitentes que colgaban del techo, proyectando sombras inquietantes que parecían moverse por sí solas. Algo acechaba. Al final de aquel pasillo, una puerta roja cerrada marcaba el final, su pintura desconchada y oxidada, un ominoso preludio de lo que vendría.


Primera Habitación

[Imagen: Primer-Room.jpg]


Apenas a dos metros del elevador,  Mei podría notar desde su posición hacia su izquierda (al este) cuatro grandes puertas de cristal, empañadas y sucias, que daban acceso a lo que parecía ser una sala de conferencias a oscuras. La oscuridad dentro era casi impenetrable, como si escondiera secretos que no querían ser revelados. Atravesar estas puertas la llevaría a la salas administrativas del primer piso. La primera sería una sala de reuniones con una mesa larga y sillas cómodas alrededor. Un proyector colgaba del techo, y una gran pantalla en la pared sugería que aquí se discutían los planes más importantes. Las plantas decorativas y una única alfombra azul descolorida ofrecían un contraste irónico al ambiente clínico y estéril del laboratorio.

Cualquiera que decidiera explorar esta sala de juntas, encontraría en la oscuridad varias puertas que llevaban a una serie de oficinas privadas destinadas al personal de alto rango. Cada oficina estaba llena de estantes con libros y carpetas., Los escritorios estaban en un estado perpetuo de desorden, con papeles y tazas de café fríos distribuidos al azar. Los asientos ergonómicos, desgastados y sucios, indicaban largas horas de trabajo en un ambiente opresivo. 

Mei, al haber salido primera del elevador, podría ver también el resto del pasillo hacia el sur.  A unos 4 o 5 metros desde el elevador, vería desde su posición a mano derecha (al oeste) una pequeña computadora incrustada en la pared. La pantalla estaba apagada, pero una luz pequeña bajo el monitor indicaba que aún había corriente, una chispa de vida en medio de la desolación.

En aquel largo pasillo, no encontraría otra bifurcación si no hasta hasta 10 metros adelante, donde una puerta abierta a mano izquierda (al este) daba acceso a los baños. Así podría identificarlo por el cartel de señalización brillando a lo lejos. De ellos, un hedor a descomposición y químicos se intensificaba en este tramo, un recordatorio constante del horror que se ocultaba en cada rincón.

Mei
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Finalmente, su mirada solo llegaría hasta al fondo del pasillo, chocando con una enorme puerta roja, repleta de manchas oscuras, como si la sangre hubiera sido derramada allí.  Su mirada no le llegaría más allá, pero cualquiera que decidiera caminar hasta el final del pasillo, vería al oeste de la puerta roja, dos puertas más. Una llevaba a un armario de suministros, la otra a un cuarto de descontaminación. Atravesar por este último le permitiría a cualquiera ingresar a una gran sala de laboratorio que se extendía con filas de máquinas y equipos de alta tecnología.

Al norte de esta gran sala, la zona con mayor nivel de precaución, al menos antes de que todo se fuera al carajo. Una habitación enorme llena de contenedores y máquinas, alineadas meticulosamente, conectadas por cables gruesos que serpenteaban por el suelo como serpientes acechando. Las luces parpadeantes y la atmósfera estéril daban a este espacio un aire de misterio y peligro, como si cada experimento realizado allí tuviera implicaciones significativas y aterradoras.
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Al equipo se unieron dos Ninjas más, uno proveniente de Iwagakure, de cabellos rosados y con una personalidad un tanto arrogante, o al menos eso aparentaba. Y el segundo ninja, una Kunoichi, presuntamente Genin del País de los Demonios. El Uchiha alzó una ceja al escuchar eso, desconocía por completo que aquel país tuviera una aldea ninja, pero si intuición le decía algo sobre la tal Tomoko, además de que su voz se le hacía muy familiar. ¿Podría ser ella? Investigaría luego, por ahora todos debían concentrarse en seguir al Doctor Weaver al interior de las Ruinas y empezar con la misión.

Weaver empezó a guiar a todo el equipo al interior de las ruinas mientras respondía a las interrogantes que los de Kiri le habían hecho momentos atrás, a la par que explicaba con más detalle cual era el objetivo de la misión. El grupo fue llevado hasta un elevador un poco estrecho y cuando las puertas se abrieron para revelar la primera planta, un ser de hilos con la forma de una araña enmascarada atacó al Doctor Weaver, haciendo que sus hilos ingresaran al cuerpo del hombre por todos los lugares posibles, entregándole un final bastante grotesco.

Kin estaba sorprendido por lo que sus ojos habían presenciado, aquellas criaturas parecían mucho más peligrosas de lo que se podría pensar. La primera en cuestionar lo sucedido fue Mei, quien preguntaba si alguien había visto algo. El Uchiha se confundió un poco en ese instante, la Kunoichi de la Niebla aparentemente no pudo ver a la terrorífica araña. — ¿No lo viste? Era una araña, llevaba aquella máscara y estaba hecha enteramente de esos extraños hilos —. Pronunció el Chunin mientras señalaba con el índice de su derecha hacia la máscara y luego hacia los hilos que Mei estaba tocando.

Con sumo cuidado, el Uchiha colocó uno de sus pies fuera del elevador, aquel incidente con el Doctor Weaver le dejó muy en claro a él, y posiblemente a todo el grupo, que debían estar preparados y muy atentos de sus alrededores. Cuando nada sucedió, el Uchiha abandonó el elevador después de la Suzume. Kin no creyó necesario responder a la pregunta de Mei, pues él no conocía nada de medicina, salvo lo básico para otorgar primeros auxilios, así que no iba a servir de mucho en caso de querer recopilar información del cadáver de Weaver.

Los pasos lentos y precavidos de Kin lo llevaron hasta aquellas enormes puertas de cristal, visiblemente sucias y empañadas. El espadachín entre cerró sus ojos para poder visualizar algo dentro de aquella sala, pero la oscuridad era tanta que no podía apreciar mucho desde afuera. — En momentos como estos desearía tener un Byakugan… —. Pensó mientras daba un leve suspiro al no poder descifrar que era lo que había dentro de aquella sala. — ¿Alguno quiere acompañarme por acá? Propongo que vayamos en grupo, así evitamos tener que saludar de nuevo al Doctor Weaver —. El tono del Uchiha fue firme, no era alguien que precisamente tuviera dotes de liderazgo, pero de vez en cuando daba buenas ideas.

Acompañado o no, el espadachín de Konohagakure decidiría buscar la forma de ingresar a aquella sala, y en caso de no encontrarla, no quedaría de otra más que romper los cristales a la fuerza de una patada. Una vez dentro, buscaría entre la oscuridad algún escritorio para rebuscar en sus cajones algún mapa o cualquier tipo de información que pudiera ser de ayuda para el grupo.
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Última modificación: 10-07-2024, 02:54 AM por Kyoshiro.
RESPUESTA A INTERACCIÓN DE KIN

Al posarse sobre el cristal, Kin notaría que las puertas no estaban cerradas y estas se abrieron al sentir su peso sobre ellas. La oscuridad persistía, pero no tenía que ser así. En la oscuridad de la habitación, era fácil notar la luz, por pequeña que fuera. Notaría Kin pequeños botones iluminados del proyector y de la pantalla, lo que revelaba que había corriente. Era cuestión de encender el interruptor para darle vida a la sala, el cual por cierto se hallaba en la puerta al norte de la pantalla.

Cuando Kin dijo: "¿Alguno quiere acompañarme por acá? Propongo que vayamos en grupo, así evitamos tener que saludar de nuevo al Doctor Weaver," el tono firme del Uchiha provocó una reacción inesperada. En aquel silencio absoluto, hasta un alfiler podría escucharse por todo el primer piso. Al hablar con fuerza, algo en una de las tantas oficinas privadas destinadas al personal de alto rango se alertó y se movió, saltó e hizo caer uno de los estantes con libros y carpetas,  creando un estruendo que resonó en el pasillo entero. El ruido fue tan fuerte que hizo eco en las paredes.

Acompañado o no, el espadachín de Konohagakure decidió buscar la forma de ingresar a la sala. Al no encontrar ningún obstáculo, no necesitaría romper los cristales. Las puertas estaban abiertas. 

Kin entra
[Imagen: 2222.png]

 Una vez dentro, su búsqueda a oscuras no sería muy exitosa. Los papeles en la mesa hablaban de la Anomalía 157. 
Sin embargo, en aquella oscuridad solo podría distinguir unas cuantas palabras: apoplejía, costuras, corazón. También, en la oscuridad y sobre el sillón de la sala de juntas, encontraría un mapa del primer piso, pero la falta de luz solo le permitía distinguir vagamente algunas secciones del edificio.

Mapa del primer piso
[Imagen: image.jpg]

El mapa, aunque borroso, parecía mostrar varios laboratorios y oficinas, pero realmente en aquella oscuridad era algo casi imposible de detallar. Con el mapa frente suyo, el espadachín debía decidir si encender las luces y arriesgarse a alertar a cualquier posible amenaza o continuar en la penumbra, confiando en su instinto y habilidad para navegar en la oscuridad. Cada paso que daba resonaba en el silencio, cada sombra parecía moverse, y la sensación de ser observado se hacía más intensa con cada minuto que pasaba.
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Ok, primero que nada un pequeño resumen:

"Desde su posición estratégica, el Doctor Weaver observaba la llegada de los convocados, cuestionándose en silencio si serían suficientes para la tarea. Con la llegada de cada miembro del grupo, se incrementaba la complejidad de la misión. Tras explicar la situación y bajar a las profundidades de la Fundación, se presentó un problema con las puertas del ascensor. Al abrirse finalmente, una araña atacó a Weaver, resultando ser una criatura hecha de hilos que lo mató de forma repentina. Los hilos abandonaron su cuerpo, dejando su vida extinta."

 Ahora si, aquí mi post:

 En la penumbra de un lugar oscuro del Pais del Agua, la figura esbelta de la albina encapuchada se deslizaba con sigilo, caminando con una elegancia felina que contrastaba con la siniestra capucha que cubría su rostro pálido y de ojos enigmáticos. Ella quien se habia presentado como Tomoko, un seudónimo que le confería un aura de misterio y poder. Tomoko había sido contratada para seguir al grupo de científicos rebeldes o al menos esa fue su excusa para ingresar a esta misión, la verdad es que Ren (Tomoko) solamente queria descubrir por su propia mano lo que aquella fundación ocultaba, quizás le ayudaría con su investigación de técnicas oscuras y malditas. Había algo que la intrigaba, algo que le decía que este encargo no era solo otro trabajo más. Y pronto, sus instintos se verían confirmados.

La albina encapuchada siguió al grupo hasta el interior del edificio, donde un antiguo ascensor los esperaba en silencio. Todos subieron esperando llegar a su destino, excepto el Doctor Weaver, quien parecía presentir el peligro que les aguardaba en lo alto. Y no se equivocaba. En cuanto el ascensor comenzó a ascender, una sombra siniestra se deslizó por las paredes, revelando su presencia en forma de una araña gigantesca, hecha de hilos retorcidos y resplandecientes. El Doctor Weaver fue el primero en ser atacado, su cuerpo envuelto en una maraña de hilos que lo aprisionaron sin piedad. Aparentemente Ren y Kin habían sido los únicos capaces de ver aquella escena, al menos eso dio a entender la pregunta de la pelimorada.

- Una araña... o al menos eso creo...- Fue entonces cuando la verdad quedó al descubierto. Aquella araña no era una criatura común, sino una creación de un ser oscuro y malévolo que había escapado para acabar con los intrusos en aquel lugar prohibido. Los hilos cortaron la vida del Doctor Weaver de forma repentina, dejando su cuerpo inerte y sin vida en el suelo del ascensor- Creo que debemos escapar rápido de aquí- murmuraría la albina con un gesto de desdén, la albina encapuchada observó la escena con fría indiferencia. Sabía que aquel no sería el único peligro al que tendría que enfrentarse en aquella noche. - Necesitamos un mapa del lugar...- murmuro mientras ponía su mano en el mentón, como si estuviera pensando.

 - Además de que debemos rescatar al supuesto doctor...- diría la albina mientras veía el cuerpo de Weaver- este sujeto debería tener algo de interés- fueron sus palabras antes de revisar el cuerpo del doctor en busca de algo útil o de valor, también de cualquier que pudiera servir para sus investigaciones, pues la misión de Ren era conseguir registros o documentos que le ayudaran con eso, y parecía que esa araña era de su interés- Los demás... demonios que estresante...- Ren no era el tipo de persona que le gustara apelar por otras personas pues era alguien que veía mas por si misma que por el resto, así que tener que salvar a alguien no era el tipo de cosas que ella haría normalmente.

 - Okami no Mimi- murmuro mientras hacia un sello manual, específicamente el sello Inu del clan de los lobos, poco después de su cabeza se formaron un par de orejas de lobo las cuales mejorarían su capacidad de audición en un área bastante favorable, unos 70 metros de diámetro, 35 de radio teniendo de centro a la albina- No puedo dejar que el vea mi rostro...- diría sacando una mascara y poniéndosela en la cara en el momento justo que Kin ya no estaba con ellos, luego de ello se quitaría la capucha para liberar las orejas. - Chakra no Kaori- diría haciendo otro sello de mano, esta vez lo que seria mejorado era su sentido del olfato, pudiendo identificar olores e incluso el mismo chakra en un área de 180 metros de diámetro, 90 de radio tomándola como centro- Bien... con esto estaré al tanto de todo...- fueron sus palabras mientras salía del elevador y tiraba la vista a varios lados. Off: La foto de la mascara la paso después.

- Si supiera como es la estructura de este edificio, podría generar una salida...- murmuro mientras suspiraba. La albina cerraría los ojos por un momento antes de abrirlos de nuevo, parecía estar meditando un poco

Cosas


Off
[Imagen: 8Dus9lA.png]
Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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Cita:"Espero que sean lo mejor de lo mejor de sus aldeas, porque vamos a necesitar cada gramo de habilidad que poseen."


Kaizen esperaba lo mismo, pues no tenia planes de morir en este laboratorio de mala muerte. El dr Weaver entonces toco un boton y de pronto el circulo en el centro del lugar donde se encontraban comenzó a moverse a un lado revelando que era una especie de puerta secreta. Kaizen comenzo a seguirlo junto al grupo y descendio por las escaleras.

Cita:Lo que hayan escuchado de la Fundación, es real. Lo que no hayan escuchado es porque hicimos bien en esconderlo

Escuche que trabajan con experimentos biológicos, anomalias... ¿Que clase de anomalías? — Le pregunto al cientifico, pues queria contar con tanta informacion como fuera posible.

Cita:Debemos localizar y rescatar al Doctor Shun en el último piso subterráneo del laboratorio. La supervivencia del doctor y su equipo es nuestra prioridad absoluta.

¿Que le hace pensar que no estan descuartizados ya? — Volveria a cuestionarle mientras lo seguia. Finalmente llegarian a un ascensor y alli esperaria pacientemente hasta que este ultimo se detuvo de manera algo brusca. Kaizen se quedo observando al doctor quien intentaba abrir la puerta, tal vez era mejor que uno de ellos se ocupase, probablemente cualquiera del grupo era mas fuerte que ese tipo, pero Kaizen no tomo iniciativa alguna, aunque algo le llamo la atencion y eso fue que el cientifico se cortara la mano al intentar abrir la puerta. ¿Las puertas de este ascensor eran filosas? Dificil saberlo ahora y el pelirrosa no le presto atencion a ello cuando ingreso.

Cita:En el primer piso hay unos radios comunicadores. Ocupamos contactarlos para saber como bajar.

Sobre eso, yo puedo darles una idea de como hacerlo. Puedo hacer un mapa preciso de toda la instalacion... — Comento sin mas, de forma casual. Finalmente el cientifico logro abrir la puerta, pero entre los parpadeos de las luces y lo rapido que se dio todo, Kaizen no pudo evitar que una cosa que practicamente ni forma podia distinguírsele se abalanzo del techo del ascensor y arremetio contra el dr Weaver asesinandolo desde dentro. — ¡Que caraj-! — Kaizen comenzo una tanda de sellos pero no llego ni a terminarla que ya el doctor estaba muerto en el suelo... Esto era nuevo para el pelirrosa asique no disimulo ni escondio la sorpresa en su rostro. Una experiencia nueva en su vida sin duda.

Mei pregunto si alguien vio algo y si tenian conocimiento medico, a lo que Kaizen nego con la cabeza, ahora tomandose mas en serio la situacion, no por la mision en si, sino porque ya estaba atrapado en esto y sabia lo que pasaria si volvia con las manos vacias.... si es que volvia. 

Cita:Debemos dar con los comunicadores. Si esto realmente es un laberinto, tal vez nos sea imposible volver a la superficie por nuestra cuenta.
Cita:¿No lo viste? Era una araña, llevaba aquella máscara y estaba hecha enteramente de esos extraños hilos


¿Una araña hecha de hilos? Definitivamente era algo nuevo para él. — Espera, sera mejor que no nos separemos. Busquemos un sitio seguro, una sala o lo que sea y organicemos un plan. — Sugirio el Amagiri y dicho esto salio del ascensor junto con la dama y los demas que les siguieran detras. Acto seguido propondria entrar en una de las salas, asegurandose de que no haya ningun peligro, y en cuanto no hubieran moros en la costa realizaria una tanda de sellos. — Muy bien veamos como esta compuesto este sitio de mierda. — Diria para acto seguido apoyar las manos en el suelo y del mismo se formaria una maqueta tridimensional completa del laboratorio.

Hinagata Seken

Chakra: 690/780


Esta es la instalacion completa. — Diria esperando que conclusiones podrian sacar analizandola.


Favor de leerme
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Última modificación: 10-07-2024, 10:42 AM por Sazaki Ryo.
El equipo finalmente estaba reunido, pero para el profesor weave tal vez no era el mas indicado para la tarea; bien o mal, ahora este equipo tenía una labor en específico y todos parecían querer cumplirla. Las instrucciones del profesor comenzaron a ser dictadas junto a un pequeño resumen de los acontecimientos, entre entradas secretas y mecanismos muy bien cuidados por fin se adentrarían a las entrañas de aquella edificación sub suelo.
 
Los ninjas bajaban por un ascensor bastante amplio para llevar a todos de un solo viaje, repentinamente este parecía atascarse y el doctor intentó liberar al grupo por sus propios métodos. Sus manos fueron cortadas y sus fuerzas insuficientes pero logró abrir parte de la puerta, lo suficiente para que una especie de sombra se escabullese para arremeter con la vida del doctor y finalmente terminando con su vida, el espadachín de la nube no entendió lo que sucedió. Fue hasta después de los comentarios de sus compañeros que logró darse una idea de lo ocurrido. — Menos mal que ese no era el doctor Shun… —
 
El cuerpo inerte de Weaver yacía en el suelo y tras ser revisado por aquella Kunoichi de los demonios el espadachín de la nube solo tuvo una solución. Desenfundó una de sus shirsayas con su diestra +Kanasaibō+ tras un segundo el filo de su arma emano rayos incrementando el daño de la misma, Sazaki se agachó y con rápido movimiento busco degollar al difunto profesor, en el peor de los casos cortar su garganta con bastante profundidad. — No sabemos a lo que nos enfrentamos, odiaría que esas anomalías fuesen algo contagioso como un virus… — Se justificó, para incorporarse, detener la técnica y continuar con el equipo.
 
Descendió del elevador acompañando a la pelimorada junto a los 3 primeros ni jas que partieron de la última ubicación, mientras caminaba escuchando los planes del equipo Sazaki comenzó a realizar una tanda de sellos; tal vez, una nunca antes vista por sus compañeros pues se trataba de una técnica originaria de Kumogakure destinada para la recolección de información de manera auditiva. +Chōkakku kanpei+ Su sentido auditivo del ninja de la nube se agudizó brindando un área auditiva de 50 metros, escuchando ruidos y conversaciones en tono normal, y un extra de 2km en caso de explosiones o sonidos de guerra. 
 
Data
[Imagen: be41903c0f314e3fef9d85112fb7b5ec.jpg]
Hablo - Narro - +Pienso+
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Última modificación: 11-07-2024, 05:19 PM por Kyoshiro.
Post General.


Mei y Kin fueron los primeros en explorar el primer piso subterráneo del edificio de investigación clandestino tras la muerte del Doctor Weaver. 
Mei, encuentra un pasillo oscuro con una puerta roja al final, y descubre un área de oficinas y laboratorios. Kin por su parte recorre el pasillo y explora la sala de conferencias a oscuras, y su voz fuerte parece alertar a algo o a alguien en las salas cercanas. Encuentra papeles y un mapa borroso del primer piso, pero la falta de luz limita su visión. Ahora debe decidir si arriesgarse a encender las luces o seguir explorando en la oscuridad.


Mapa
[Imagen: Primer-Room.jpg]
En la penumbra de un lugar oscuro del País del Agua, Ren, bajo su alias Tomoko, revisó el cuerpo inerte del Doctor Weaver. Su mirada fría y calculadora se enfocó en cada bolsillo, cada pliegue de la ropa del doctor, buscando algo de valor, cualquier pista que pudiera ayudar en su investigación de técnicas oscuras y malditas. Finalmente, encontró una tarjeta del laboratorio. Esta tarjeta indicaba acceso al piso 1 y llevaba el nombre completo de Emmet Weaver Hyuga. Esto capturaría la su atención de cualquiera de inmediato, pues el doctor no mostraba ninguna de las características típicas del clan Hyuga. Probablemente el "Hyuga" debía ser un apellido adoptado. La tarjeta tenía un código de barras y una foto de un Weaver mucho más joven que el hombre caído ante ella.
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Mientras la investigación post-mórtem ocurría, Kaizen fue el tercero en salir del elevador, después de Mei y Kin. Al pisar el suelo del primer piso, escuchó un estruendo cercano. Kin, con su poderosa voz, parecía haber alertado a algo o alguien en una de las habitaciones cercanas. Se oyó lo que parecía ser un estante cayendo. Siguiendo a Kin, Kaizen entraría con él a la sala de juntas a oscuras, donde encontrarían una gran mesa rodeada de sillas, un proyector apagado y un mapa a oscuras en la pared. Sobre la alfombra azul, entre el sillón y la mesa de juntas, Kaizen se arrodilló y apoyó sus manos en el suelo. Utilizando la tierra de las macetas circundantes, comenzó a formar una maqueta tridimensional del laboratorio.
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Primer piso, oscuras
[Imagen: image.jpg]
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La maqueta, incluso en la oscuridad de la sala reveló una representación precisa de todo el primer piso. Junto con el mapa que Kin había encontrado, lograron tener una visión completa y detallada del lugar. Mientras Kaizen trabajaba, Tomoko (ahora enmascarada) salió del elevador. Kin seguía examinando los papeles encontrados, y Kaizen finalizaba su maqueta. A espaldas de todos, Sazaki abrió el cuello del Doctor Weaver, asegurándose de que este estuviera completamente muerto. Kenju permanecía aún en el elevador.
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Una vez fuera del elevador, Tomoko y Sazaki, ahora con sus sentidos auditivos y olfativos agudizados por sus técnicas especiales, se sumergieron en un plano perceptivo diferente al de sus compañeros. El Okami no Mimi de Tomoko complementó al Chōkakku kanpei de Sazaki, permitiéndoles escuchar cada sonido a su alrededor. A su derecha, a través de una extensa pared de acero en lo que la maqueta de tierra consideraría el oeste del primer piso, escucharon máquinas encendidas, respiradores artificiales, pitidos de varios tonos, y burbujeos constantes. También oyeron respiraciones, aunque era difícil determinar cuántas. Pero había alguien con vida. Gotas de líquido caían rítmicamente al suelo, y pequeños pasos rápidos y múltiples resonaban por todo el lugar. Las fuentes de sonido más cercanas venían de las salas al noreste y sur de donde se encontraban Kin y Kaizen. Los pasos eran demasiados para ser humanos, sugiriendo la presencia de criaturas pequeñas.
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También escucharían lo que Mei pronto podría ver. Al asomarse al final del pasillo, a unos diez metros del elevador, algo emergía desde la puerta de los baños. Tomoko no solo lo escucharía, sino que también lo olería. Un hedor a sangre y descomposición invadía el pasillo cuando la puerta se abrió, una peste abrumadora que confirmaba la presencia de varios cuerpos en descomposición. El aire se llenó de una mezcla nauseabunda, un recordatorio perturbador de que la muerte nunca huele bien. Mei, con la mirada fija al final del pasillo, vio lo que Tomoko ya había olido y Sazaki escuchado. De la oscuridad emergieron cuatro enormes arácnidos, similares al que había acabado con Weaver. 
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Las arañas, emergiendo de la oscuridad, eran grotescas abominaciones. Sus cuerpos estaban cubiertos de hilos rígidos y negros, retorcidos como alambres oxidados, y llevaban en todo su cuerpo parches de carne ajena colgando flácidamente. De sus mandíbulas goteaba un líquido espeso y rojo. El sonido de sus patas al golpear el suelo era un repiqueteo constante y desesperante, como uñas largas raspando una pizarra, mientras avanzaban con una rapidez antinatural. La luz parpadeante del pasillo jugaba trucos macabros, creando sombras que parecían moverse por sí solas, figuras retorcidas que danzaban en las paredes, aumentando la sensación de que el lugar estaba vivo con una maldad antigua. Las máscaras que llevaban las criaturas eran aún más perturbadoras, caras blancas y sin expresión, una de ellas con detalles rojos que goteaban como si fueran lágrimas de sangre.
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Las criaturas, aunque por el momento parecían ignorar a los militares, emanaban una amenaza inminente que hacía que el aire se tornara denso y opresivo. El pasillo se llenó de una tensión sofocante, cada segundo parecía estirarse, prolongando el terror. Los sonidos, desde el repiqueteo de las patas peludas de las arañas hasta los chirridos de sus mandíbulas, resonaban como ecos de muerte inminente. El hedor a putrefacción se intensificaba, cada respiración era una lucha contra el impulso de vomitar.
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De repente, un fuerte golpe resonó detrás de una de las puertas de la sala de conferencias, captando la atención de todos de inmediato. Era la puerta que conectaba la sala donde se encontraban Kin y Kaizen con otra al noreste. El sonido era inquietante y ominoso, sugiriendo que algo poderoso y despiadado intentaba abrirse paso. Antes de que pudieran reaccionar, un segundo golpe retumbó desde la otra puerta de la sala de conferencias, más al sur, que también comenzó a ser golpeada con una furia implacable. Ahora ambas puertas estaban bajo un ataque implacable.
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Estos golpes alteraron a las cuatro arañas del pasillo, que hasta ese momento habían estado ignorando a los humanos. Al oír el estruendo, un chirrido espeluznante se deslizó de sus mandíbulas, una nota inquietante en una sinfonía de horror, mientras comenzaban a correr hacia sus nuevas presas con una rapidez alarmante. Sus patas largas de hilo negro hacían un sonido escalofriante al arrastrarse sobre el suelo de mármol, como garras afiladas sobre una superficie dura. La luz parpadeante del pasillo apenas iluminaba sus cuerpos deformes, proyectando sombras grotescas que danzaban en las paredes y aumentaban la sensación de terror palpable en el ambiente.
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En ese preciso momento, las dos grandes puertas que daban acceso a la sala de conferencias cayeron al suelo con un estruendo ensordecedor. La caída levantó una nube de polvo que se disipó lentamente, revelando una nueva oleada de terror. Detrás de las puertas caídas surgieron más amenazas: dos arañas emergieron de cada una, sus cuerpos grotescos y amenazantes como pesadillas hechas realidad. Las máscaras de dos de estas arañas eran de un blanco inmaculado, un contraste perturbador con los tonos oscuros y malditos del entorno. Las de las otras dos estaban teñidas de matices amarillos. Pero todas, emanando una intención asesina que helaba la sangre.
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Las arañas del pasillo comenzaron a avanzar con determinación. La primera en moverse fue la araña con la máscara de tonos rojos, sus ojos centelleando con una ferocidad casi palpable. Detrás de ella, las otras tres arañas de máscaras blancas. Estas se detuvieron y parecieron entrar en un estado de mutación constante, convulsionando de una manera grotesca y antinatural. La distancia entre los humanos y las arañas era de apenas diez metros desde la entrada del elevador. La araña de tonos rojos se detuvo repentinamente a siete metros de ellos, su cuerpo temblando con una energía oscura. Giró sobre sí misma, fijando sus múltiples ojos en Mei, Tomoko, Saizen y Kenju. De la parte superior de su abdomen, expulsó una ola de calor abrasador, un ataque inesperado. 
Las otras tres arañas convulsionantes dieron luz a su creación. En cuestión de segundos, de cada una de ellas emergieron otras dos arañas, duplicándose en número. Ahora, en lugar de cuatro arañas en el pasillo, eran 10 arañas avanzando con una velocidad aterradora. Algunas comenzaron a escalar las paredes, otras atravesaron rápidamente el espacio alrededor de la araña de tonos rojos, y otras más se desplazaron por el techo, todas convergiendo hacia los cuatro humanos con una sincronización mortal.
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Dentro de la sala de conferencias, la escena era igual de aterradora. Las dos arañas blancas comenzaron a convulsionar, sus cuerpos torciéndose y expandiéndose de manera grotesca. Mientras tanto, las arañas con máscara de tono amarillo se movían con una locura frenética por las paredes, sus patas golpeando el suelo y las superficies con un ritmo constante y amenazante. Cada una se posicionó estratégicamente a dos metros de Kaizen y de Kin, sus ojos fijos en ellos con una intención letal. De sus abdómenes, se extendieron látigos eléctricos de dos metros, chispas de electricidad chisporroteando en el aire mientras buscaban atrapar a sus objetivos.
Las dos arañas blancas restantes, que habían quedado bajo las puertas caídas, también comenzaron a multiplicarse. De cada una surgió otra araña, aumentando su número a cuatro. Estas nuevas criaturas se dispersaron rápidamente, rodeando la oscura sala de conferencias con una precisión metódica y aterradora. Sus movimientos eran casi imperceptibles en la penumbra, lo que aumentaba la sensación de estar rodeados por amenazas invisibles.
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El ambiente se llenó de una tensión palpable, el aire denso con la anticipación del combate. El sonido de las patas de las arañas, el zumbido de los látigos eléctricos y el chirrido siniestro de sus mandíbulas creaban una cacofonía de terror que resonaba en los oídos de Mei, Tomoko, Saizen y Kenju. Cada segundo que pasaba parecía estirarse en una eternidad. El pasillo y la sala de conferencias se habían transformado en un campo de batalla infernal, cada rincón ocultando una posible amenaza.
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Ronda 1
Enlace: Mapa. Ronda 1
Números y estadísticas


Posibles daños


Stats restantes de las arañas

Técnicas Usadas
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Uno a uno comienzan a salir del elevador, siendo Mei la primera. Algunos optan por ingresar a las salas de los costados, pero Mei se envalentona y sigue de frente. El pasillo no es muy largo y la iluminación se puede considerar precaria, por lo que para ver necesita no estar demasiado lejos. Sus pasos son más lentos tras cada metro que recorre. Según se da cuenta nadie más la sigue, por lo que, en caso de verse en peligro, deberá reaccionar por su cuenta. Llega el momento en que descubre la última puerta, cuya principal característica es el color rojo. Y no solo eso, sino que a un costado se ubica un nuevo lugar, pero del cual proviene un olor horrible. — Qué desagradable... — Aprieta su nariz con los dedos índice y pulgar de la mano derecha. No llega a adentrarse en la fuente del hedor, sino que decide retroceder.

Podría ir más allá, atravesar la puerta roja, pero separarme del grupo es peligroso… para mí. — No se confía. A pesar de tener en alta estima su habilidad, siempre su toma de decisiones se centra en lo que es mejor para la misión. Jamás permite que su ego ponga en riesgo el trabajo, su labor como ninja se esfuerza por ser impecable.

Si bien no ha ocurrido nada raro luego de la muerte del doctor, la tensión se siente en el ambiente, casi como si pudiera tocarse. Los hombros de nuestra protagonista están pesados, además de que le cuesta concentrarse con tanta pesadez de olor. Sin embargo, no debe estar muy atenta para que sus ojos observen lo que comienza a emerger desde el baño. Menos mal que no entró, pues pudo ser devorada viva en ese lugar. Su retroceso es tranquilo, solo caminando, pero nunca volteándose. Se asegura de estar todo el tiempo dándole la cara a esos monstruos que, por el momento, no muestran una actitud agresiva. — No parecen haberme visto, o quizás no soy lo suficientemente atractiva para ellas.

Puede intentar atacarlas y exterminarlas por su cuenta. Asume que ellas son las causantes del asesinato de antes, pero no desea confiarse. El acto de matar sucedido fue brutal, pues la escena del cadáver fue grotesca. Si tienen la capacidad para realizar algo así, quizás lo mejor sea combatir en equipo. O también realizar un ataque a gran escala que acabe con todas las bestias, pero lo que hay en ese laboratorio es desconocido para ellos. Sería tomar un riesgo demasiado grande en donde puedan salir mal parados en cuanto a la misión. No pueden olvidarlo, deben seguir descendiendo en el escondite y dar con aquellos que solicitaron ayuda urgente.

Cuando Mei piensa que ya podrá reagruparse con todos, un fuerte ruido de hace presente en algún cuarto que ella no ha visitado, y las arañas se vuelven agresivas. Aquí es cuando la Suzume abandona su plan pasivo y utiliza velocidad. En vez de simples pasos hacia atrás, da un salto que le permite ubicarse entre medio de Sazaki y Ren. — ¡Vienen hacia nosotros! — Exclama con fuerza. No tiene para preguntarse en dónde está el resto, pero seguramente también en peligro. La advertencia fue dada desde el inicio, ahí se corre peligro de muerte.

Ojo a este importante dato. Mientras Mei dio el salto en forma de retroceso, sin la necesidad de realizar un sello manual, ambas manos se potencian. Con fuerza van hacia el frente, en sentido contrario a su cuerpo. No importa, no está realizando taijutsu, sino ninjutsu. De sus puños se crea una onda expansiva de dos metros, la cual defiende a los que están ahí del terrorífico ataque ajeno. Además, les crea una abertura a sus compañeros para contraatacar, podemos decir que es un 2x1.

Son peligrosas, ya vimos lo que le pasó al profesor. No se acerquen demasiado, menos ahora… — Un pequeño aviso al resto. Lo último que dice tiene como justificación la aparición de clones, incrementando el número de bestias.

¿En dónde diablos se ha metido? Parece una odisea salir de ahí ilesa, o con vida.

Información
[Imagen: ache.gif]
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Nuestra renegada de la hoja Ren, quien ahora se hacía llamar Tomoko, estaba en estado de shock. El profesor Weaver, yacía inerte ante ella, víctima de un monstruo araña hecho de hilos negros. Ren sabía que tenía que mantener la compostura, tenía que encontrar respuestas y seguir adelante, pero la escena que se desarrollaba delante de sus ojos la golpeaba con una fuerza inimaginable.

Tras un momento de vacilación, Tomoko decidió buscar en el cadáver del profesor Weaver en busca de pistas que pudieran ayudarla a entender lo que estaba sucediendo. Fue entonces cuando se topó con una tarjeta del laboratorio. Esta tarjeta indicaba acceso al piso 1 y llevaba el nombre completo de Emmet Weaver Hyuga. El nombre capturó su atención de inmediato, pues el doctor no mostraba ninguna de las características típicas del clan Hyuga. Probablemente el "Hyuga" debía ser un apellido adoptado, lo cual le resultaba intrigante.

La tarjeta también tenía un código de barras y una foto de un Weaver mucho más joven que el hombre caído ante ella.  Pero no había tiempo para perder. El hedor a putrefacción proveniente de la penumbra vacía de aquella fundación la dejó asqueada, con idea un plan para escapar. Activó un ninjutsu del clan de los lobos para aumentar su sentido olfativo, y se adentró en el edificio en busca de respuestas. Las luces parpadeaban intermitentemente, llenando el lugar de sombras y silencio. Tomoko observaba la maqueta de Kaizen con cautela mientras generaba un plan para escapar, atenta a cualquier sonido o movimiento sospechoso. Sabía que no estaban solos en aquel lugar, que el monstruo araña seguía acechando en las sombras, listo para atacar en cualquier momento.

Después de varios momentos de concentración intensa, finalmente logró de cierta forma tener un plan de escape.  Ren sintió que se le helaba la sangre en las venas. ¿Qué clase de experimento era ese? ¿Por qué el profesor Weaver había estado llevando a cabo algo tan peligroso y aberrante en secreto? Las preguntas se amontonaban en su mente, sin respuestas a la vista. Decidió seguir investigando, explorando las diferentes habitaciones del laboratorio en busca de más pistas. Pero antes de siquiera poder moverse el grito de Mei le distrajo de sus pensamientos, la movida de la contraria termino por anular la ofensiva del contrario o mejor dicho, contrarios.

 Pues mas de esas arañas se habían azumado a atacar, empezaron siendo pocas pero tras el primer ataque terminaron multiplicándose- ¿Clones? ¿acaso también son capaces de usar Ninjutsu?- la verdad no habia tiempo para preguntar lo obvio por lo que instintivamente avanzo un paso a la par que extendía sus manos- Muchas gracias... chica...- quizás tenían la misma edad, quien sabe. - No es tan inexperta...- se dijo la albina a si misma antes de vociferar algo- Demonios del viento (Fuuton) Gran Ruptura (Daitoppa)- de pronto, una poderosa ráfaga de viento fue expulsada con fuerza de sus palmas, Ren ya habia hecho esto incontables veces, por lo que sabia que la estructura no debería verse afectada, el golpe de viento se acomodaría por la estructura del pasillo para golpear hasta el final, arrasando con todo a su paso, menos las habitaciones a los alrededores del pasillo.

 Últimamente no habia usado el Fuuton, pese a dominarlo siempre recurría al katon o Raiton ya que poseían mas poder ofensivo pero esta vez el fuuton era perfecto- Todos estén pendientes, debemos escapar de aquí lo antes posible...- vocifero al grupo- Creo que el Doctor Shun esta cerca, escucho a alguien con vida...- Necesito concentrarme para saber donde esta...- diría cerrando los ojos, intentando enfocarse en el sonido, queria saber exactamente donde estaba.

Información


 Off: En resumen, ataco a todas las arañas de un solo golpe haciéndoles un daño de 182 PV en total, no pueden chocar ni reaccionar ya que es en el mismo momento que están haciendo los clones, por lo que mi reacción es antes de que comiencen a avanzar. Conservo los mismos jutsus del turno pasado y estoy en espera de saber el origen exacto de ese ruido. Dato: Dudo que la estructura se vea afectadas siendo que si contienen bestias un viento no debería ser la gran cosa XD.
[Imagen: 8Dus9lA.png]
Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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El Uchiha ingresó a la sala de conferencias acompañado del Ninja de Iwagakure de cabellos rosados, quien una vez dentro comenzó a realizar sellos manuales y una pequeña maqueta del recinto empezó a surgir del suelo, indicando a detalle la composición del lugar. Todo ello mientras el pelinegro recorría la sala en busca de algún mapa o información que pudiera ser de utilidad para el equipo, fue cuando su búsqueda en medio de la penumbra lo llevó hasta un pequeño mapa, bastante detallado, pero los ojos de Kin no alcanzaban a ver de todo por la oscuridad de la sala.

De pronto, un fuerte golpe resonó detrás de una de las puertas que estaban dentro de la sala de conferencias, los sentidos del Chunin se pusieron en alerta, pues un segundo golpe sonó detrás de otra puerta. Dentro de la sala de conferencias, el escenario no era muy amigable para los dos Shinobi ubicados ahí, pues ahora estaban rodeados por aquellas bestias de hilos, pues estas se habían multiplicado de alguna forma. Rápidamente, el Uchiha arrugó el mapa en su mano y lo llevó hasta su porta utensilios que se encontraba en su espalda baja, cercano al costado derecho de su cuerpo.

Pero apenas terminó de guardar el mapa, una de las arañas se posicionó a una distancia peligrosamente cerca de Kin, alzando su cuerpo para lanzar algo parecido a un látigo de rayos con intenciones mortales. Gracias a sus buenos reflejos, el Uchiha logró moverse levemente para esquivar por completo aquel ataque de rayos, pero mientras lo hacía, los cristales que servían como puertas para la sala de conferencias se vieron dañados por un ataque de viento. Pero eso no fue lo realmente peligroso para el Uchiha, puesto que después de aquel ataque, una ofensiva de igual forma Fuuton, entró por el lugar donde los cristales de habían dañado, esta ofensiva parecía muchísimo más fuerte y devastadora que la anterior.

Nuevamente haciendo uso de sus increíbles reflejos y de su gran velocidad, el ninja de Konoha se movió hacía uno de sus lados, exactamente hacía el lugar en donde se encontraba el ninja integrante del Clan Amagiri, evitando así todo el posible daño de aquel ataque de viento. — ¿Qué carajos está sucediendo allá?... —. Para su suerte, las arañas también habían sido afectadas por el Fuuton lanzado por Tomoko, así que probablemente ya no serían un problema para el equipo. Pero no todas las bestias de hilo habían sido afectadas por el viento devastador.

La araña que anteriormente había atacado a Kin aún seguía en pie. La diestra del Uchiha se movió rápidamente hacía la tsuka de su arma más confiable, desenvainando a la par que su chakra empezaba a recorrer toda la estructura de la espada, convirtiéndola en una extensión de su propio cuerpo. Con la Amaterasu No Ha ya fuera de la saya y cubierta por chakra, el espadachín se lanzaría contra la araña que lo había atacado anteriormente, buscando hacerle un corte de lado a lado en todo su cuerpo.

Off
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Después de salir del elevador y activar su técnica auditiva cayó en cuenta que no estaban solos en ese piso, principalmente el sonido de máquinas y una ambientación sonora de a lo que un laboratorio se refiere. La luz del lugar tampoco ayudaba mucho a la perspectiva del espadachín de la nube por lo que aquella técnica auditiva sería la principal guia de sus acciones, los pasos que escuchó con su jutsu comenzaron a recortar distancia de forma apresurada, casi como si supiesen que habían intrusos en la zona.
 
Cuando la puerta roja termino por abrir expidió un hedor bastante fuerte y grotesco, un aroma que cualquier ninja ya habría saboreado con anterioridad, dejando a algunos mas traumado que otros. El peliverde no contuvo su mirada fija de dónde provenía tan repugnante olor, encontrando unas criaturas de apariencia arácnida. Rápidamente llevo sus manos a la empuñaduras de sus armas en su cintura; sin embargo, la pelimorada se adelantó con una ofensiva muy práctica elemental seguido solo de una monstruosa y abrazadora técnicas del mismo elemento. Tomoko expulsó una técnica de tal magnitud que inclusive el pasillo se daño considerablemente. — No vayas a matar, creo que aún hay gente con vida en este sitio y en caso de dañar lo suficiente la estructura, podríamos morir enterrados.... Recuerda que estamos en subsuelo.— Avisó lo poco que habría logrado escuchar con su técnica.
 
La ofensiva quedó resulta por lo que el espadachín aprovecho la ayuda del equipo creando un sello de manos, pero está vez era completamente diferente. +Gogyō Kain+ Colocando una técnica de sellado sobre si mismo ayudando a estabilizar su chakra de forma más eficaz. Cerro su puño izquierdo por un segundo concentrando considerablemente su chakra en su puño, cargando parte de su energía. — Parece que no hay mucho en ese piso, lo mejor será bajar de una buena vez. — +Oukashou+ Colapso el golpe en el suelo donde estaba justo parado haciendo que este se dañará significativamente de un solo golpe, precaviendo de igual manera no hacer un gran desastre en la edificación para mantener insectos las vigas y soportes del mismo.
 
Data
[Imagen: be41903c0f314e3fef9d85112fb7b5ec.jpg]
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