Melessar
Aunque algo decepcionadas ante el evidente rechazo y habiendo sopesado las múltiples opciones a la hora de vengarse de aquel que había osado negarlas, las dos jóvenes parecerían relajarse a los pocos segundos, recuperando su sonrisa inicial para, casi al unísono, volver a tomar cada una de un brazo al joven albino, retomando su camino al exterior con relativa y extraña tranquilidad.
- Es una pena... No me habría importado compartir, no si es con A - Mencionaría Marie, a la izquierda de Melessar, haciendo que incluso la propia Asha girara de golpe el rostro, permitiéndose ruborizarse ante las palabras de su amiga, aunque inmediatamente sonreiría a esta, emitiendo una suave risa - No sé cómo no se me había ocurrido... A veces me sorprendes M; pero creo que habría aceptado.
Si las jóvenes aristócratas estaban jugando nuevamente con el shinobi o hablaban en serio era algo que solo podría llegar a especularse. Después de todo a lo largo de la noche habían ido resolviendo sus problemas hasta sencillamente llegar a dintonizarse alrededor de su "presa", pero ahora, una vez rechazadas, solo les quedaba el juego.
Con aquella connotación tratada de manera tan "casual" pese a lo importante que parecía ser, las hermanas saldrían al exterior, en donde el clon de Sayuri quizás siguiera esperando. En cualquier caso, las jóvenes guiarían a Melessar hacia su nuevo destino, una tienda de ropa elegante y de marca, en donde juguetearían entre las opciones ofrecidas por el comercio y los vestidores hasta encontrar algo que se adecuara a sus gustos, acabando ambas vestidas con una falda corta de similar corte y blusas cercanas en aspecto, pero de distintas tonalidades.
Finalmente y tras pagar esta ropa y otros cuantos accesorios, se los entregarían al joven escolta para que, habiendo pasado ya la tarde/noche de compras, este les guiara de vuelta a la plaza en la que las había recogido, para entregarlas así sanas y salvas tal y como la misión dictaminaba que debía ocurrir...
Sayuri
La escena ocurriría más rápido de lo esperado y pese a la rápida reacción de Sayuri, Aka-ichi lograría esquivar el golpe lanzado con relativa facilidad; a fin de cuentas se trataba de una kunoichi con mucho más entrenamiento. La escena se desenvolvería con relativa fluidez, mientras la clon daba un breve discurso y para nada explicaciones de sus actos antes de desaparecer en una explosión de niebla y humo otorgando a la Akami original y por tanto a Yuta toda la información recibida de las conversaciones anteriores.
Pasarían un par de segundos, en los que todos los presentes permanecerían congelados en el sitio mientras procesaban lo que acababa de ocurrir, pero finalmente todo volvería a la normalidad y el dueño de la tienda pasaría a disculparse muy efusivamente por la falta de profesionalidad de sus propios guardias, quienes habían sido incapaces de hacer nada durante toda la escena -Tampoco es que fuera exactamente posible para unos civiles intervenir, pero... Un par de familias podrían pasar hambre esta navidad- Finalmente, el dueño y costurero principal desaparecería, encaminándose a dar los últimos retoques del traje preparado para Duke (Principalmente en bajos y largo de mangas), dejando nuevamente solos al noble y su guardiana durante unos cinco minutos, en los que el joven no sabía bien a donde mirar o que decir al respecto de lo anteriormente vivido ¿Debía siquiera decir algo o sería más incómodo para Sayuri al remover la escena? Remover... Aquella palabra produciría un escalofrío a través de la espalda del muchacho, quien al menos y por todo lo ocurrido lograría sacarse de la cabeza sus propios problemas durante unos minutos.
- Gracias y perdón. Aunque ha sido sorpresivo, reconozco que ha sido inesperadamente divertido. Disculpa mi atrevimiento - Diría con un gesto bastante más sosegado, como si la extraña actuación de su guardiana y la pelirroja hubieran roto un techo invisible que le permitía relajarse y mostrarse un poco más como el mismo - Y discúlpame el haberte expuesto anteriormente mis problemas. Sería comprensible si pudierais ayudar, pero por desgracia dudo que sea el caso... Olvida lo dicho.
Para aquel momento, el costurero volvería a salir, indicando al joven que le siguiera para acomodarse su traje. Durante los minutos en los que ambos desaparecerían, una muchacha de unos treinta años aparecería ante Sayuri, indicándola que la siguiera a la sección femenina, en donde la permitiría elegir un vestido que, nuevamente, el propio Duke había indicado que deberían permitir comprar a su guardiana. Fortuna propia o ajena, parecía ser un muchacho de palabra.
Para cuando todo aquello acabara, Duke estaría esperando a la salida del negocio, habiendo pagado ya los servicios recibidos mientras esperaban a que su guardiana volviera a hacer acto de aparición, pues la hora de marcharse acababa y en menos de media hora deberían volver a la plaza en la que inicialmente habían sido recogidos. Al parecer, el muchacho había comprado una vestimenta algo más acorde al temporal exterior, con capote incluido, a parte del traje que le hubieran hecho en el interior.
Una vez reunidos -indiferentemente de que Sayuri llevara puesta su ropa habitual o el vestido comprado, que posiblemente sería buena idea no exponer al clima nevado- podrían marchar de vuelta a la plaza central.
Akami & Yuta
Negando previamente cualquier tipo de parentesco o conocimiento previo con el resto de jóvenes implicados -contratar guardianes en ese tipo de días era una costumbre más bien común- Arselia continuaría claramente alterada durante su espera. Aunque algo dubitativa por abrirse para con sus guardianas, finalmente la joven juguetearía con los escasos mechones de cabello que sobresalían entre el gorro invernal y su bufanda, visiblemente nerviosa mientras seguían esperando en el exterior. Estaba claro que algo la afectaba, pero no tanto así si estaba dispuesta a compartirlo o guardar noble silencio sobre los problemas que la atenazaban...
Pero el inicial intento de Yuta de calmarla, así como el abrazo recibido por parte de su guardiana, terminarían de romper la mente de la que, a fin de cuentas, era únicamente una joven que aún no sabía cómo gestionar adecuadamente sus sentimientos. Y ante un nuevo impulso de romper en llanto, acabaría hablando con voz algo quebrada.
- Soy... - Buscó palabras para definir su condición, pero finalmente solo un término que acuchillaba sus entrañas llegó a ser mencionado - Soy un objeto... Mi familia tiene problemas... económicos. Solo nuestro título tiene valor, así que necesitamos comprometerme con algún heredero adinerado. Y como se acerca la fecha en la que podré comprometerme oficialmente... - No terminaría aquellas palabras, mientras su mirada se clavaba en la residencia ante la que se encontraban en aquel momento - Este lugar da miedo... Conozco a esta familia y son... - Nuevamente cortaría lo que estaba diciendo, pero con los conocimientos nobiliarios de la pelirroja y el apellido que aparecía grabado en el muro de aquella residencia "Sburnded" podría hacerse una idea del temor. Se trataba de una familia con clara afiliación no solo Imperial, si no Criminal, siempre metidos en algún tipo de guerra o trapicheo y conocidos a partes iguales por su crueldad y frialdad en todos los aspectos de su vida. La familia de Arselia debía estar o bien desesperada o serle indiferente e destino de su hija para siguiera barajar una unión con alguien de dicha familia.
Mientras tanto la noble no diría nada más, pero agacharía la cabeza, tomando aire profundamente y volviendo a elevar el rostro, ahora sereno y sin ningún tipo de sentimiento que permitiera siquiera intuir la desesperación anteriormente mostrada. Debía guardar para si misma sus emociones, o el trato y aquella presentación podrían verse truncados, afectando negativamente a su familia.