[Avanzada] Emergencia en el Nivel 5
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Última modificación: 13-07-2024, 07:31 PM por Kyoshiro.
Mei avanzó su mirada por el angosto pasillo, que se extendía débilmente iluminado ante ella. Fue la primera en verlo. Desde el final del pasillo emergieron las criaturas que habían estado ocultas, unas arañas de hilos negros que comenzaron a deslizarse y a acercarse con intenciones ominosas. Fue la primera en percatarse, fue la primera en actuar. La presencia de estas monstruosidades y la repentina agresividad de las arañas la obligaron a tomar medidas drásticas. Sin tiempo para contemplaciones, Mei ejecutó un salto rápido hacia atrás, aterrizando entre Sazaki y Ren, justo en el momento en que el pasillo se llenó de caos. Con una determinación feroz, desató un vendaval devastador. El viento giratorio no solo les protegió de aquella onda de calor que se aproximaba por el pasillo, si no que también desintegró dos de las monstruosidades en un torbellino de hilos oscuros, y las máscaras de las criaturas se esparcieron en el suelo, desmoronándose en pedazos inútiles. Las puertas de vidrio que daban acceso a la sala de juntas estallaron con un estruendo ensordecedor, producto del ataque de viento, enviando fragmentos de vidrio volando por el aire. La separación entre pasillo y sala de juntas ahora era inexistente. El caos se desató en el pasillo, con escombros y fragmentos de cristal esparcidos por doquier. 

Ren, observando el impacto de Mei y el caos que se les acercaba al frente, decidió que era su turno de actuar. Con un movimiento decidido, Ren desató su Daitopa. El vendaval generado por aquella técnica se expandió con una furia incontenible, arrastrando todo a su paso. Las sobras de las puertas de vidrio que daban acceso a la sala de juntas terminaron de ser destrozadas por la implacable fuerza del viento. El sonido de la corriente de aire se volvió ensordecedor. La poderosa ráfaga de viento arrasó con todo a su paso. En la sala de juntas, los papeles que Kin había encontrado se convirtieron en fragmentos volátiles, la mesa y las sillas fueron proyectadas como astillas en todas direcciones, y el proyector que estaba sobre la mesa se hizo añicos, esparciendo componentes electrónicos por el suelo. El vendaval no se detuvo allí; su furia se expandió hacia la oficina al sur. Las puertas que las arañas habían derribado yacían en el suelo, permitiendo que el torbellino de viento entrara sin obstáculos. La oficina fue devastada con la misma violencia: muebles, archivos y equipos fueron arrastrados y destruidos, sumiendo el espacio en un desorden absoluto. Las paredes se agrietaron bajo la presión del viento y los cristales se rompieron en mil pedazos, añadiendo un toque de desolación al panorama.

En el pasillo, la computadora que estaba montada en la pared, resistió al principio, pero pronto sucumbió ante la furia del viento. El aparato se desmoronó, arrastrado por el aire hasta quedar reducido a escombros dispersos por el suelo. Los cables sueltos comenzaron a chispear y a emitir chispas en la pared, creando un espectáculo de luces efímeras en la oscuridad. Mientras tanto y a modo de consecuencia, en el laboratorio al otro lado de la pared, el sonido de los pitidos que anteriormente llenaban el aire comenzó a desvanecerse. El ambiente en el laboratorio inexplorado se llenó de un sonido preocupante, como si algo estuviera perdiendo presión, y los burbujeos y el estallido de cristal comenzaron a llenar el espacio. La respiración que antes habían escuchado ahora se volvió agitada, y múltiple. La presión acumulada y el caos se manifestaron en un bullicio ensordecedor, pero de esto solo dos de ellos se darían cuenta. En el laboratorio inexplorado, ahora una luz roja palpitaba y las alarmas comenzaron a sonar, añadiendo una nueva capa de caos a la escena ya desbordante.


Laboratorio
[Imagen: Lab.gif]


A medida que el vendaval se desvanecía y la tormenta de viento se disipaba, la puerta roja al final del pasillo cedió con facilidad, siendo arrojada hacia adelante con una fuerza inesperada. El pasillo revelado más allá era aún más extenso de lo que habían imaginado, y la aparición de la puerta desmoronada reveló una escena de desorden y caos. El impacto de la ráfaga de viento se hizo sentir en todo el pasillo, reduciendo a las arañas restantes a una masa de hilos deshechos y esparcidos. Solo dos de ellas sobrevivieron al hallarse fuera de la zona de peligro, aquellas que habían dado luz a los lazos eléctricos.  

Kin sería quien sintiera aquella destrucción más cerca de su rostro.  El primer testigo y casi víctima número uno del caos. Vería ahora, incluso en la oscuridad,  como la sala de juntas, antes ordenada y relativamente intacta, se convirtió en un caos total. Solo dos arañas quedaban con vida y esto Kin lo sabía. Desde la perspectiva de la araña, el momento de su muerte fue tan repentino como brutal.  Había sobrevivido al viento, pero el verdadero golpe mortal vino cuando Kin, con determinación letal, utilizó su habilidad para desatar un ataque devastador. En un instante, la araña sintió un ardor infernal al ser alcanzada por la energía de Kin. Fue como si el viento mismo hubiera cobrado vida y se hubiera lanzado contra ella, convirtiéndola en un mero objetivo de destrucción. La única araña viva, liberó a Kaizen de su lazo y escapó por la habitación al norte de la sala de conferencias.

En ese momento, las luces del edificio parpadearon y se apagaron brevemente, sumiendo el lugar en la oscuridad. Luego, las luces de emergencia se encendieron, pero en lugar del blanco habitual, ahora brillaban en un intenso color rojo.  Habían sobrevivido con facilidad a su primer encuentro con las anomalías , y causando un caos que habría terminado de matar a Weaver si el destino no le hubiera llegado momentos atrás. El caos se detuvo, la alarma distante continuaba, la presencia de las arañas ahora era cosa del pasado.
Fin del capítulo 1

Piso 1
[Imagen: Lab.gif]



Capítulo 2: El Caos Desencadenado

Tomoko, con los ojos cerrados en un intento de concentrarse, trataba de discernir la fuente de la alarma, los latidos, la respiración, el laboratorio. La maqueta que había visto le daría una idea aproximada de la ubicación del laboratorio, pero el caos a su alrededor complicaba su percepción. Además de la alarma, escuchaba las respiraciones aceleradas, el crujido del burbujeo y el sonido del cristal roto. De repente, ¡Un impacto brutal!  Pero no del laboratorio que escuchaba, si no a centímetros de ella, haciendo que el suelo temblara y se sacudiera con fuerza.

En ese preciso instante, Sazaki ejecutó su movimiento decisivo con una furia incontrolable. Con una determinación implacable, desató su ataque Oukashou. La tierra tembló y el suelo cedió bajo la presión descomunal de su poder. El impacto de su golpe fue tan devastador que el suelo bajo sus pies se desintegró, creando una fractura que se extendió en un radio de diez metros. La ruptura fue como el estallido de una bomba: fragmentos de concreto y escombros se lanzaron violentamente hacia el aire, como metralla en un campo de batalla. Los escombros caían con furia, un peligro inminente para Tomoko, Mei y Kenju, quienes de evitar el torrente de destrucción que los envolvía serían considerados dioses del destino y la suerte.

Aquel impacto sería suficiente para enviar a una Tomoko de ojos cerrados, que segundos atrás había sido la fuente del caos, y ahora su víctima. Tal impacto bastaría para lanzarla contra la pared con una fuerza brutal, su cuerpo se estrellaría contra el sólido concreto, haciéndola caer al suelo. A Mei quien por su cercanía y dándole la espalda, perfectamente se vería atrapada en la vorágine de escombros, lanzada al suelo, aturdida y herida, su cuerpo dolorido por los impactos. Kenju, el único que vería el golpe de frente e intentando encontrar refugio, sería arrojado contra la pared del elevador que nadie quiso utilizar. El impacto sería tan severo que la estructura del elevador se deformaría y colapsaría con el militar dentro, precipitando el cuerpo del doctor y de él hacia abajo a través de los pisos, atrapado entre las ruinas que se derrumbaban.

Para Kin y Kaizen, el caos no llegaría de inmediato por sus metros extra , pero sería igual de devastador. El vendaval creado momentos atrás y la explosión del suelo por el violento impacto del golpe formarían un torbellino de escombros y destrucción. Desde sus pies, a sus alrededores y encima. La fuerza del ataque convirtió el que una vez fue un sitio para hablar de estadísticas y políticas de la fundación en un escenario apocalíptico. Aquella sección del edificio, que antes se alzaba con dignidad, pasillo, oficinas, sala de conferencia, ahora todo se desmoronaba en una cascada de ruinas en una caída unos diez metros hacia abajo. Los escombros, lanzados por el aire como fragmentos de un gigantesco rompecabezas roto, caían sin piedad. La caída de escombros y el colapso de la estructura principal transformaron la escena en un campo de guerra, donde salir sin derramar sangre parecía una cuestión de pura suerte.

Hueco
[Imagen: hueco.gif]

El primer piso del edificio, alguna vez bullicioso y vibrante, ahora se había transformado en un abismo de caos y desolación. La estructura, que antes era el corazón palpitante de la vida diaria, se desmoronó de manera dramática, como si el propio edificio estuviera sucumbiendo a su propio colapso interno. Los fragmentos de concreto y escombros descendían en una lluvia interminable, sus trayectorias erráticas iluminadas de forma esporádica por la débil luz roja que emanaba del agujero.

En el segundo piso, justamente debajo de donde una vez combatieron las arañas, la oscuridad los seguiría. En el recibidor del segundo piso, apenas iluminado por unas dos luces temblorosas provenientes de las puertas al sur, ahora llovería caos. 

El techo del segundo piso, es decir, el suelo del primero, se abrió y dejó entrar la luz roja de arriba. Cada estruendoso impacto de los escombros que caían se mezclaba con los crujidos agudos y angustiosos de la estructura que se desplomaba. El sonido era abrumador, una sinfonía discordante de destrucción y caos, que resonaba como una sentencia de muerte para el edificio y sus ocupantes. La entrada al segundo piso, antes un lugar de orden y estructura, ahora se había convertido en un campo de ruinas, donde la devastación era tan completa que cada rincón parecía gritar desesperadamente por ayuda.

Lugar de caída
[Imagen: Lugar-de-ca-da.jpg]

Los escombros del primer piso ahora cubrían el suelo de aquella habitación del segundo piso en una capa impenetrable., Los escritorios, antes firmes y resistentes, los estantes, ficheros, computadoras e incluso la misma entrada del elevador estaban ahora todas agrietadas y sepultadas bajo las ruinas.  El caos era total; cada rincón de aquel nuevo piso donde caerían estaba invadido por fragmentos de concreto y metal retorcido, que se habían convertido en un laberinto peligroso e implacable. Las rutas de escape eran casi inexistentes, y los caminos, ahora transformados en trampas mortales, ofrecían pocos lugares seguros para refugiarse.

En medio de esta tormenta de escombros y la creciente oscuridad, sobrevivir se había convertido en una hazaña casi sobrehumana. Cada segundo que pasaba parecía aumentar la intensidad del peligro. Esa sección del edificio se había convertido en una trampa mortal, un lugar donde la esperanza de escapar intacto se desvanecía con cada ráfaga de escombros y cada temblor de la estructura en descomposición. La desesperación y el caos dominaban el lugar, y la supervivencia en medio de tal devastación parecía un objetivo cada vez más inalcanzable.


Segundo Piso - Primera Sección
[Imagen: ronda-2.jpg]
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Última modificación: 14-07-2024, 01:30 AM por Bosenmori Mei.
El movimiento de Mei fue efectivo para defender a todos los que estaban en el pasillo, y ahora llega el momento de Tomoko para actuar. La técnica que utiliza posee una potencia sin igual, dejando en shock a nuestra genin. — Qué poder. — Tanto es el daño que ocasiona a la estructura, ya sea paredes o vidrios, que se ve obligada a cubrir el rostro con ambos antebrazos, además de concentrar chakra en la planta de los pies para adherirse al piso y no salir volando por la onda de viento que invade la escena. Sin embargo, no todo es malo. Las arañas son destrozadas y podemos decir que la vida del equipo se encuentra a salvo. — Bien hecho, supongo. — La felicita, aunque no hay tiempo para hablar.

Oye, ¿qué estás…? — No alcanza a terminar. Solo alcanza a ver a Sazaki por el rabillo del ojo y su movimiento es veloz. Aquel golpe al piso que los sostiene destruya todo. Y no solo eso, sino que las piernas de Mei también se ven afectadas por el dolor. ¿Es que acaso el ninja de Kumogakure tiene la intención de lastimar a todos sus compañeros? Ya pronto se podrá aclarar eso.

La caída no es muy alta, solo de 10 metros, pero de todos modos recibe uno que otro golpe producto de los escombros que también caen. Pasados los segundos, nuestros ninjas se encuentran en un piso inferior, pero la Suzume experimenta un dolor molesto en las extremidades inferiores de su cuerpo. Además, muestra rasguños manchados con sangre, y un leve dolor de cabeza. — Ese tonto… — Muy pocas veces se deja llevar por sus emociones, pero en esta oportunidad sí se le ve molesta. Se atreve a tomar un kunai de su bolsillo y lanzarlo directamente hacia el de Kumogakure. Eso sí, solo busca que roce la piel de su mejilla. Una pequeña amenaza, podemos llamarle.

¿Qué se supone que intentaste? Pudimos caer más abajo aún, y tal vez haber aplastado al doctor Shun. Ten más cuidado. — Su tono de voz expresa molestia. No solo lastima a compañeros, sino que también coloca en riesgo el éxito de la misión, lo que para ella es todo. No tiene problema alguno con salir lastimada, independiente de la gravedad, con tal de poder decir que el trabajo fue fructífero. En caso de fallar… ahí es donde se puede crear un verdadero lío con ella.

De todos modos, respira profundo y se calma, volteándose para dar la espalda al resto. De su equipaje extrae un pequeño botiquín médico y se toma el tiempo necesario para aplicarlo. Lo principal es limpiar la sangre de sus piernas y luego vendarlas. A pesar de que el ver la fuerza del resto le da tranquilidad, aún saben muy poco de las arañas esas. Aquel fue solo el primer piso, mientras más desciendan, la situación puede verse peor.

Una vez se encuentra en mejor estado, se pone de pie y estira un poco las piernas. Siente molestia, pero en menor intensidad que antes. Puede seguir. Y aunque no pudiera, se obligaría a hacerlo. — Posiblemente los comunicadores que debíamos buscar se hayan hecho añicos, así que deberemos seguir bajando sin ningún tipo de guía. — Ahí es donde se fija en Tomoko. — Arriba dijiste que escuchaste a alguien, ¿aún puedes?

Información
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Como era de esperarse, el mortal filo del espadachín cortó profundamente lado a lado el cuerpo de aquella araña que lo había atacado y que había sobrevivido al poderoso viento que alguien había tirado desde el pasillo principal. Cuando el cadáver de aquella bestia de hilos cayó al suelo, los sentidos de Kin pudieron captar las consecuencias de haber desatado una técnica tan poderosa como el Daitoppa. Las luces se volvieron rojas y empezaron a parpadear a modo de alarma, el agarre en la tsuka de Amaterasu No Ha se intensificó mientras se preparaba para otra posible aparición de los extraños seres.

Pero aquello no sucedió, en su lugar, un fuerte golpe se escuchó al otro lado de la sala de conferencias, acompañado de un fuerte temblor en el suelo. Kin trató de mantenerse en pie como pudo ante la fuerza del terremoto artificial, sus ojos rápidamente se clavaron como agujas en las puertas de cristal rotas, su intención era salir de la sala de conferencias y reunirse con el resto del equipo. Y si se reuniría con ellos, pero de otra forma más agresiva.

El suelo bajo sus pies empezó a desquebrajarse y de forma violenta, este sucumbió ante la fuerza de aquel terremoto, haciendo que tanto el, como Kaizen cayeran al vacío a una altura de diez metros. El Uchiha haría algunos movimientos con su cuerpo durante su caída para asegurar caer de la mejor forma posible, sus pies chocaron de forma veloz con el suelo del segundo piso del laboratorio, pero gracias a su entrenamiento, este no recibió daño de caída alguno, pero su cuerpo aún sentía levemente lo agitado de aquella fuerza que destruyó el suelo.

Algunos rasguños habían aparecido en su piel producto de los escombros que chocaron con él durante la caída, pero nada grave, mientras el Chunin exploraba su piel con sus propios ojos, el chakra en la hoja de su espada se desvanecía, manteniendola en su mano diestra, y una Mei furiosa arremetía contra Sazaki. Normalmente él era de los que trataban de solucionar cualquier disputa entre los compañeros de una misión, pero esta vez concordaba totalmente con la Kunoichi de Kirigakure. Un leve suspiro escapó de la nariz del pelinegro a la par que su mirada ámbar exploraba su nueva posición, aquellas dos luces al sur de su posición era lo único que el equipo poseía como iluminación.

La misión empezaba a complicarse cada vez más, y sin una guía del lugar, les iba a costar progresar. Los oídos de Kin escucharon las palabras de Mei hacia la supuesta Genin del País de los Demonios, aparentemente ella había podido escuchar a alguien en el piso de arriba, talvez con alguna técnica, o eso suponía Kin, pues si no fuese el caso, el también habría podido escuchar a la persona que Tomoko escuchó. Antes de movilizarse, el Uchiha esperó la respuesta de la enmascarada, pero algo dentro de él le hacía sospechar más sobre la identidad de la tal Tomoko.

Off
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Todo paso muy rapido, primero Kaizen habia conseguido gracias a la tierra de unas macetas crear un mapa del primer piso del laboratorio, él queria la de toda la instalacion pero que mas da. Lo siguiente no se hizo esperar y es que ocultas en distintas salas, incluyendo donde se encontraban Kaizen y Kin, se mantenian ocultas varias criaturas aracnidas similares a la primera que se habian encontrado, pero debido a la oscuridad el pelirrosa no las habria notado. De pronto unos violentos golpes se oyeron provenientes de detras de una puerta al fondo del pasillo principal, parecia como si una criatura furiosa intentase salir de all, y alli fue cuando todo se volvio un escandalo. Ante tales golpes violentos las criaturas se descontrolaron y todo se salio de contro, de pronto las dos arañas cerca de Kaizen lo rodearon y una de ellas le amarro con un latigo electrico, basicamente raiton, increible que pudieran crear tecnicas de ese estilo. Kaizen bien pudo haberlas esquivado, sin embargo se dejo atrapar por ella, pues queria ver de que eran capaces, cuan dañinas eran y por sobretodo la habilidad de sus compañeros, pues el podia safarse en cualquier momento de necesitarlo, por lo que se dejo dañar por aquel latigo de momento.

Vida: 244/280


Cita:¿Qué carajos está sucediendo allá?...

No tengo idea, pero parece que tendremos diversion para rato en este maldito laboratorio. — Respondio Kaizen a la vez que observaba a su compañero en accion. Una de las arañas que los acosaba murio rapidamente a manos de Kin y la que mantenia atrapado a Kaizen simplemente huyo del temor, liberandole. Kaizen simplemente se puso de pie y se sacudio los hombros y la ropa como si le hubiese ensuciado, sin importarle mucho los daños que recibio. De pronto las luces del sitio comenzaron a parpadear en un intenso rojo carmesi, tipico de una alerta, por lo que el Amagiri esperaba mas y peores problemas. — No parecen muy resistentes pero hacen un daño considerable, sera mejor tener cuidado. —

Acto seguido otro de sus compañeros buscando un atajo ejecuto un taijutsu lo suficientemente potente para destruir el suelo dejando un agujero y un area de destruccion mas que considerable. Todo habia quedado hecho un desastre e incluso la estructura de aquel piso parecia estar perdiendo fuerzas por lo que rapidamente Kaizen salto hacia el gran agujero con gracil agilidad.



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Última modificación: 15-07-2024, 08:57 PM por Kyoshiro.

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Segundo Piso:

El polvo poco a poco se fue disipando. Una corriente al oeste de la sala pareció ser su ruta de escape. Mei, aunque hábil, no había podido evitar el impacto. Al aterrizar, sintió un agudo dolor en las piernas, rasguños sangrantes cubrían su piel y un leve dolor de cabeza palpitaba en su sien. Durante la caída, Kin logró aterrizar con cierta gracia, aunque no pudo evitar sufrir algunos rasguños menores provocados por los escombros. Kaizen, mostrando gran agilidad, saltó hacia el agujero con destreza, pero no sin sufrir heridas superficiales en sus brazos y mejillas semejantes a las que Kin había experimentado. Ren, al estar más cerca del epicentro del ataque, fue arrojada violentamente contra una pared. Experimentó un breve momento de inconsciencia en su caída y despertaría en el segundo piso, rodeada de escombros y con un hilo de sangre corriendo por su espalda baja y piernas. Despertaría justo a tiempo para escuchar a Mei regañando al samurái, quien había caído sin mayor problema. Ren, aún desorientada, se perdería solo por segundos el momento en que el kunai de Mei rozó la mejilla de Sazaki.

En aquella oscuridad casi absoluta, donde solo tres fuentes tenues de luz ofrecían algo de visibilidad—la luz roja que se colaba débilmente desde el agujero en el techo y las dos puertas al sur, que apenas dejaban filtrar una débil claridad—el tiempo para disputas entre camaradas era prácticamente inexistente. La situación era de tal gravedad que no permitía distracciones ni conflictos internos. Sin que ellos lo supieran, se habían vuelto invasores de una ambiciosa pelea. Ahora ellos cinco, en medio de una zona de guerra, interrumpían y cambiaban estrepitosamente el rumbo de una batalla que iba más allá de lo que cualquiera de ellos podría haber imaginado. Lo que bajo sus pies estaba ocurriendo mucho antes de bajar por el elevador con Weaver no era simplemente un conflicto físico, sino una cacería implacable en la que ahora estaban atrapados, una guerra entre cazadores y sus presas ¿Pero quién era quién? ¿Qué estaban interrumpiendo?

En ese instante, producto del cuándo y dónde habían ido a parar, sentirían una sensación de ardor intenso apoderase de sus heridas. Antes de poder atender a sus daños, Mei sentiría cómo el dolor en su rodilla se transformaría en una quemazón insostenible; Ren, con el espanto recorriéndole la espalda, notaría cómo la sangre brotaría con fuerza de su herida; Kaizen, con los tríceps latiendo de dolor, le sería difícil contener un gemido; Kin vería la sangre fluir de manera casi antinatural; y Sazaki, con el corte en su mejilla ardiendo como fuego, comprendería que algo siniestro estaba ocurriendo. La sangre de cada uno de ellos emergería a toda velocidad de sus pieles, convergiendo hacia el oeste de la habitación.

Entre los escombros y sombras, lo que parecería ser una puerta tipo bóveda de banco medio abierta se perfilaría en la oscuridad. La única iluminación que les ayudaría provendría de la intermitente luz roja de un piso superior, que parpadearía como una advertencia ominosa. La escena sería surrealista, con la penumbra cediendo apenas lo suficiente para revelar detalles espeluznantes. El suelo estaría cubierto de restos de escombros y manchas de sangre fresca, y el aire se llenaría de una tensión palpable. A medida que sus ojos se adaptaran a la oscuridad, la visión se volvería más clara, pero también más inquietante. En la penumbra, los detalles comenzarían a tomar forma: de la puerta tipo bóveda, varias manos delgadas y pálidas emergerían, como si esperaran ansiosas. Esas manos parecerían ser los receptores de la sangre que fluiría de sus cuerpos, cada gota siendo absorbida con una avidez perturbadora.

La escena sería macabra y casi imposible de comprender. La sangre fluiría como si tuviera vida propia, moviéndose en el aire, siguiendo un camino invisible hasta las manos espectrales que aguardarían en la puerta. Aquellas manos, iluminadas ocasionalmente por el parpadeo rojo, parecerían formar un remolino de sangre casi imperceptible por la oscuridad. Los dedos largos y huesudos se moverían lentamente, con una delicadeza grotesca, mientras recibirían el tributo de sangre con una especie de hambre insaciable. La sensación de inquietud se intensificaría con cada momento. Sería como si un poder antiguo y desconocido estuviera despertando en las profundidades del laboratorio. La mezcla de la sangre, la penumbra y las manos espectrales crearía una atmósfera de terror palpable, sugiriendo que lo que habrían encontrado sería mucho más que una simple anomalía. Estarían frente a algo verdaderamente peligroso, un misterio que demandaría respuestas, y cuyo desenlace aún estaría por revelarse.


Sangre
[Imagen: Blood.jpg]


En ese entonces, el ambiente en la habitación, cargado de una tensión palpable, se congeló de repente, como si el tiempo mismo se hubiera detenido en el instante más crucial. La atmósfera, antes vibrante con el zumbido de la sangre volando a toda velocidad en el aire, se tornó abruptamente en un silencio sepulcral.  Una de las puertas al sur, la que estaba más al este, se abrió de golpe con un estruendoso chirrido, rompiendo el silencio de manera abrupta. La puerta, antigua y desgastada, parecía resistirse a abrirse, pero finalmente cedió con un gemido metálico que resonó por toda la habitación. De esa apertura emergió una figura inquietante, una mujer delgada y demacrada, casi en los huesos, que avanzaba con pasos rápidos. Sus ojos, completamente blancos como dos perlas opacas, no mostraban rastro de vida ni emoción, y su piel, tan pálida que parecía casi translúcida bajo la fría luz que se filtraba de la puerta a sus espaldas, acentuaba su aspecto espectral. La luz, filtrada a través de la puerta proyectaba sombras largas y temblorosas que danzaban sobre el suelo, realzando aún más la presencia fantasmal de la mujer. Su aparición, silenciosa y ominosa, parecía absorber el aire de la habitación.

La sangre brotaba de sus heridas, añadiendo un contraste perturbador a su piel inmaculadamente blanca. A pesar de que no podía ver desde ya hace una década, tenía sus métodos para ubicarse a precisión y con esto a otros más, la mujer parecía tener un agudo sentido del olfato. Y hablando de olfato, el olor a sangre en el aire era evidente para ella, y con cada inhalación, se percibía el rastro de sus presas. La mujer se movía con una gracia espectral, olfateando el aire con una precisión inquietante. No les vio, pero sus sentidos agudizados le permitieron detectar su presencia ¿Pero quiénes eran estos cinco que ahora estaban frente suyo? No era el mismo olor a sangre que perseguía desde ya hace unas horas. ¿Entonces, era ella la cazadora? Tal vez, o tal vez era la presa ¿Y si fuera así, quién le cazaba? Las manos que salían de la puerta bóveda al oeste podrían ser buenas opciones. No importaba, pues su comportamiento indicaba que en este juego de cazadores y presas, las reglas estaban por cambiar.


Anomalía 359
[Imagen: ezgif-5-1a0e7e771a.gif]



La figura se inclinó hacia adelante, poniendo sus manos huesudas en el suelo. La luz roja en el hueco del techo no paraba de parpadear. En un acto grotesco, su quijada pareció expandirse grotescamente, creciendo hasta tres veces su tamaño normal. Su garganta pareció inflarse, vibrar y casi explotar. Un sonido horrible, una mezcla entre rugido y chirrido que parecía resonar desde lo más profundo de su ser, emergió de su boca. El eco del rugido se expandió como ondas de chakra, extendiéndose a su alrededor en un alcance de 20 metros. Los cinco presentes en la sala sentirían un agudo dolor en sus cabezas, más doloroso que la sangre hirviendo, sería como si fueran pinchados por miles de agujas invisibles. Las ondas de chakra, cargadas de una energía perturbadora, atravesaron la habitación, rompiendo las puertas de cristal que estaban en su camino.

Mientras la intensidad del sonido se disipaba, las manos  huesudas en la puerta tipo bóveda, que antes recibían ansiosamente la sangre, se detuvieron en su movimiento frenético de absorción. En lugar de continuar con su grotesca tarea, comenzaron a retroceder, huyendo en lo profundo de dónde fuera que llevara aquella puerta tipo bóveda ¿A dónde llevaba aquel camino? El ambiente estaba lleno de una confusión espesa, el espacio entre cazador y presa se desdibujaba. ¿Acaso la mujer y ellos compartían el rol de cazadores y presas en este siniestro teatro? 

La autora del grito tampoco perdió tiempo en quedarse. Tras emitir su terrorífico rugido, se dio la vuelta y huyó rápidamente hacia la habitación de la que había salido, una área que los cinco aún no habían explorado. La mujer se movía con agilidad, su cuerpo delgado se desvanecía entre las sombras mientras se dirigía hacia la sala desconocida. Allí, se colocó en medio de la habitación, adoptando una postura de cacería, posicionándose sobre la mesa en un acto de espera expectante. Con sus manos y piernas apoyadas en el suelo, su postura reflejaba una preparación para lo que estaba por venir, un desafío para los intrusos que ahora tenían que decidir si avanzar o retroceder en el laberinto del peligro.

Segundo Piso
[Imagen: ronda-2.jpg]

En ese tenso momento, los presentes se encontraban frente a una encrucijada aterradora, confrontando no una, sino dos anomalías que se habían estado cazando implacablemente durante horas. Ahora, la pregunta se cernía sobre ellos como una sombra oscura: ¿Cuál era realmente la presa en esta cacería sin fin? ¿A quién debían temer más, a la entidad inhumana que aguardaba en la siguiente habitación, o a aquellos que, con manos ensangrentadas, habían sido responsables de hacerse con su sangre? ¿Qué decisión era la más sensata en este escenario de incertidumbre y pánico? ¿Deberían enfrentarse a la ominosa presencia que parecía esperar pacientemente en la oscuridad, o redoblar sus esfuerzos para dar caza a los seres cuyas huellas sangrientas aún manchaban el suelo?

Stats Enemigo #1
Stats enemigos #2 al #6
Posibles daños




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La mirada ámbar del espadachín continuaba recorriendo la oscura sala apenas iluminada por dos fuentes de luz provenientes de dos pasillos al sur de su posición. Todo parecía tranquilo y sin peligro, pero en un lugar donde las anomalías estaban sueltas y al acecho, ningún lugar se le podría considerar seguro o tranquilo. De pronto, el equipo se vio azotado por un ardor en sus heridas. Los ojos de Kin se enfocaron rápidamente en los pequeños raspones en sus brazos, su sangre se movía de forma anormal, como queriendo escaparse de su propio cuerpo, sus ojos rápidamente se enfocaron en el túnel a un lado de él, pues su sangre quería ir hacia ese lugar.

Era obvio que aquello era peligroso y nadie del equipo, en caso de poder, debía quedarse pasmado sin hacer nada. Con un ágil movimiento, el Uchiha dio un pequeño salto hacia el lado opuesto del túnel que atraía peligrosamente el líquido vital del grupo de Ninjas, al caer, su sangre dejó de sentirse atraída por las extrañas y tétricas manos que eran apenas visibles por la poca luz de la sala. Al parecer, se había alejado lo suficiente del alcance de la técnica de aquellas manos.

La travesía del grupo de ninjas empezaba a ponerse peligrosa, y eso Kin lo sabía muy bien, es por eso que decidió cerrar sus ojos y abrirlos de golpe, sus pupilas habían cambiado de color, cambiando ese bonito color ámbar por un rojo carmesí, con un diseño circular y tres pequeños tomoes alrededor del punto de la pupila. Pero aquella entidad de las manos no era la única que se haría presente frente al grupo, de uno de los pasillos al sur, específicamente el que estaba al este, una figura humanoide con la complexión se una mujer delgada apreció.

La mirada del Uchiha se enfocó en aquella nueva bestia, quien se colocaba en una posición extraña, colocando sus manos en el suelo y abriendo su mandíbula de una forma grotesca y completamente anormal pata un ser humano común y corriente, parecía que se estaba preparando para lanzar una ofensiva en contra del grupo de rescate. Y así fue, un potente grito similar al de un chirrido salió de las cuerdas bucales de la mujer, avanzando velozmente con la intención de generar daño en los Shinobi que ahí se encontraban.

El espacio no era suficiente para evitar de un simple salto o movimiento el grito de ondas de chakra de la extraña figura, por lo que al Uchiha y al resto no les quedaba de otra más que buscar protegerse como pudieran. Kin por su parte, prepararía su cuerpo para lanzar una patada alta frontal contra las ondas de chakra del grito, chocando con una fuerza implacable pero que apenas fue suficiente para disipar la ofensiva de la mujer con habilidades del Clan Suzume. Luego de aquel movimiento, el Chunin pudo visualizar como la entidad abandonaba el pasillo de forma veloz, introduciéndose en aquella sala que era conectada por esos mismos pasillos, una sala que el grupo aún no había explorado y que necesitaban hacerlo pata continuar con las labores de rescate del Doctor Shun y su equipo.

Aún faltaba la respuesta de Tomoko, sus habilidades de exploración aparentemente eran superiores y podrían ser de gran ayuda pata el equipo, por lo que, luego de eso, Kin no se movió más, esperando las acciones del resto de sus compañeros de misión.

Off
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Cuando ya piensa que puede relajarse respecto a las heridas producidas por el ataque de Sazaki, algo nuevo ocurre. De una herida que posee su pierna, la sangre se extrae de manera automática, generando un ardor molesto. — Alguien nos ataca… creo. — Es lo que intuye al ver que no es la única afectada. La sangre se dirige a un sitio en particular. La zona no se encuentra muy iluminada, pero es capaz de visualizar apenas las terroríficas manos que ejercen de uno de los caminos que tienen al frente. Intenta de inmediato ponerse de pie y retroceder un par de metros. No hay tiempo para descansar, el peligro acecha. — No es lo más seguro, pero no es una opción quedarnos aquí esperando un milagro.

Es ahí cuando una nueva apariencia surge, y esta vez es igual de terrorífica. ¿Cuántos secretos inimaginables habitan en ese laboratorio subterráneo? No deja de ver cosas que ni su imaginación ha creado, pero esta vez la situación se vuelve un poco más personal. Mei se encuentra en guardia cuando la onda de sonido los ataque. Queda estupefacta, pero reacciona controlando su propio cabello y, casualmente, creando la misma técnica que la bestia utiliza, logrando neutralizar el daño rival. Eso sí, por muy poco, la técnica de la Suzume se alza con la victoria, debiendo generar cierto daño en el monstruo aquel.

Un momento, eso fue… — Traga saliva. No es tonta, es inteligente. Entiende que se trata de una técnica propia de su clan. Debido a la infancia que tuvo, nunca conoció a alguien de su linaje aparte de su propia madre. Por tal motivo es que esto es impactante para ella, ocasionando un leve temblor en su cuerpo. Los nervios la invaden y se muerde el labio inferior. ¿Qué diablos sucede en ese lugar? Jamás pasó por su cabeza la idea de encontrarse con algo así, por lo que es normal que no sepa cómo reaccionar.

Está un poco alterada, pero sabe controlar sus emociones. Es buena en ello.

Mira a su alrededor, queriendo percatarse del estado de sus compañeros. Le preocupa el hecho de haberse separado de Issei, más aún viendo el peligro al que se debe enfrentar por su cuenta. — Tomoko, ¿qué esperas? Dinos qué es lo que oíste arriba. — Entiende que recibió un duro impacto anteriormente por culpa del espadachín, pero ya ha tenido tiempo de sobra para recomponerse.

No podemos ignorar que Issei se quedó en el elevador. Quizás llegue antes con el doctor Shun, pero no es algo que me tranquilice. — No confía del todo en que sea capaz de proteger a los investigadores por su cuenta. ¿Cuántos pisos más quedan debajo de ellos? Ojalá la planta superior no hubiera sido destruida tan pronto para seguir obteniendo información. Claro, Mei no es consciente del mapa que presenciaron Kaizen y Kin. Ojalá compartieran dicha información.

Me preocupa que el doctor ya esté muerto si debe sobrevivir a estos monstruos, pero si tiene algo que ver con su creación, debe tener un plan para contrarrestarlas. — Considera que es lo más lógico. Sin embargo, tiene bien claro cuál de los caminos es el que quiere seguir. El índice de su mano derecha apunta al frente, aquel camino por el que se fue aquel que utilizó la onda sonora. — Si logramos atrapar esa cosa, quizás pueda obtener información que nos ayude. Utiliza el mismo jutsu que yo. — Su tono de voz expresa seguridad y determinación. El resto debe entender de buenas a primeras, ella no está consultando si puede ir. Ya sea con ellos o sin, avanza en esa dirección.

Eso sí, ya tiene desenfundada su Wakizashi y sostenida en su mano derecha. Quién sabe con lo que puede encontrarse más allá, por lo que no se confía.
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Al caer, Kaizen se encontraba ahora en un nuevo piso junto al resto de sus compañeros, todos parecian confundidos entre encontrarse en un sitio nuevo sin saber que esperar y la poca luminosidad parpadeante. — ¿Quien carajos hizo eso? La proxima que avise... — Se quejo el pelirrosa rascandose detras de la cabeza. De pronto Kaizen comenzo a sentir un ardor intenso e inusual en las zonas donde apenas estaba herido, heridas superficiales por lo que le llamo la atencion tal sensacion. "Que extraño" Penso, pero de pronto noto que un hilo de su sangre comenzaba a brotar de sus heridas y se dirigia hacia algun lado. — Ugh... — Sus triceps ardian y mas hilos de sangre se hacian ver, pero no era algo que le pasara a él solamente, todos sus compañeros estaban en la misma situacion. Observando la direccion hacia la que se dirigia la sangre, percibio como poco a poco su vista se adaptaba a la oscuridad y al hacerlo, unas manos y brazos se hacian ver sobresaliendo de lo que parecia ser una entrada circular, como un tunel aun mas oscuro que donde estaban.

Kin se alejo de ellos casi de forma instintiva, pero Kaizen estaba tranquilo a pesar del dolor y esto era por una sencilla razon, si esa cosa fuera lo que fuere tocaba su sangre, estaba muerta. Kaizen se acerco a aquella criatura que absorbia su sangre y habilmente saco seis shurikens y los lanzo contra la criatura, shurikens que al tocarlos con su piel impregno de su veneno, añadiendo una carga de oniketsuryu en todos ellos. De dar en el objetivo sea lo que sea dicha criatura tendria los segundos contados.

Oniketsuryū


Fuera de eso la cosa no terminaria alli, pues de repente se escucho el ruido estruendoso de una puerta abriendose violentamente y alguien mas aparecio desde otra entrada, una mujer, su apariencia era demacrada pero su silueta era claramente el de una mujer aunque sus dedos parecian mas largos de lo normal, como cuchillas. — ¿Que mierda hicieron en este lugar? — Se preguntó el Amagiri. De pronto la mujer parecio tomar aire, su garganta se hincho como una pelota casi a punto de estallar, y deliberadamente expulso una onda de sonido que Kaizen pudo percibir como un claro ataque. Rapidamente Kaizen hizo un sello de mano y estuvo a punto de apoyar sus manos sobre el suelo para crear una lamina de tierra y protegerse, pero su compañera de cabello purpura proveniente de Kirigakure se ocupo de protegerles usando la misma habilidad que aquella criatura habia utilizado. "Interesante"

Para cuando el peligro hubiera pasado, la criatura ya no estaria alli, por lo que el grupo comenzo a organizarse, por un lado Mei queria perseguir a esa mujer, pero por otro Kaizen tenia decidido ir por aquel camino oscuro de donde venian esas manos tan raras. — Yo seguire el otro camino, si hay mas criaturas como la que intento absorber nuestra sangre puedo hacerles frente sin mucho problema. Al parecer le atrae la sangre y la mia particularmente es venenosa, soy el perfecto cazador disfrazado de presa para esas cosas. — Diria con una sonrisa desafiante, para acto seguido comenzar a marchar hacia alli. — Podemos volver a encontrarnos en este mismo lugar. Nos vemos luego. — Comento sin mas, y poco a poco desapareceria en la oscuridad, ciertamente le daba curiosidad saber adonde conducia dicho camino.

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Última modificación: 18-07-2024, 03:04 PM por Ren Uchiha.
La albina se encontraba en el primer piso de aquel edificio oscuro y lúgubre, con su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Estaba sola, rodeada de sombras y silencio, y de repente, sin previo aviso, se vio envuelta en una vorágine de oscuridad y caos. El descenso imprevisto al segundo piso la dejó aturdida, confundida, sin saber cómo ni por qué había llegado allí.

Cuando abrió los ojos, el mundo parecía dar vueltas a su alrededor. Se encontraba tirada en el suelo del segundo piso, rodeada de escombros y con un intenso dolor recorriendo su cuerpo. Intentó recordar lo que había sucedido, pero todo era difuso, borroso, como si hubiera sido arrancado de su mente por una fuerza invisible y maligna.

 Al estar más cerca del epicentro del ataque, fue arrojada violentamente contra una pared, sintiendo cómo su cuerpo se estrellaba contra la fría superficie con un estruendo sordo. Experimentó un breve momento de inconsciencia en su caída, un instante de oscuridad total, antes de despertar en el segundo piso, con la cabeza zumbando y el pulso acelerado.

La visión que se encontraron al despertar era desoladora. El segundo piso estaba en ruinas, con trozos de paredes y techos caídos por doquier. El polvo flotaba en el aire, haciéndoles toser y entrecerrar los ojos. Un hilo de sangre corría por la espalda baja y las piernas de Ren, marcando su camino en medio de la destrucción.

 No sabía quién o qué había causado aquel caos, ni cómo había logrado sobrevivir al terrible ataque. Solo sabía una cosa: estaban atrapados en ese lugar sombrío, sin ninguna salida a la vista, rodeadas de peligro y misterio.

Con un esfuerzo vacilante, se levanto del suelo del segundo piso. El miedo la acompañaba en cada rincón, en cada sombra, en cada susurro siniestro que parecía surgir de la misma oscuridad, espera ¿miedo? Suisei Ren, Tomoko de los Demonios o Uchiha Ren, si si si como quieran decirle, ¿tenia miedo?. No era miedo era mas una sensación de muerte y calamidad que la mantenía alerta, mas cuando comenzó a ver como su sangre parecía levantarse y parecía estar siendo atraída a una fosa vacía- Eh?- su cuerpo, pese al dolor, reaccionaria por instinto y daría un salto de unos cuantos metros hacia atrás para salir del rango de efecto (3 metros).

 - Shantay... ¿Qué es lo que pasa aquí?- Lo siento Ren, no tengo conocimiento de estas cosas, no son demonios parecen mas bien... anomalías...- Que útil... gran sabio no?- Soy el demonio del desierto sellado en un grimorio, no un genio sabio en una lampara, mocosa- Bien bien como digas...- fueron sus ultimas con aquel ente en su grimorio antes hacer una tanda de sellos manuales mientras avanzaba dirección al túnel para quedar en la entrada de este justo después de la ofensiva de Kaizen- Demonios de Tierra (Doton) Bala Dragon de Lodo- en ese preciso instante una cabeza de lobo en forma de dragón se formo delante de ella- Feur (fuego, disparo en Frances XD)- en ese instante el dragón disparo una bala de lodo contra las criaturas de sangre, buscando impedir su escape.

 - Sobre lo que me preguntaron antes... ya no sigo escuchando los ruidos del piso de arriba o el olor a muerte...- menciono la albina mientras suspiraba pesadamente, sin darse cuenta su mascara se rompió a la mitad cayendo a ambos lados del piso- Que lata...- suspiro antes de darse la vuelta sin ánimos- Las cosas que residen aquí... son peligrosas...- murmuro pensativamente.

Off: Cuando usa el dragón de tierra, desactiva el Okami no mimi y la otra tecnica también.

Cosas


Off2: Puede esquivar el ataque de la extracción de sangre por su bajo Stat ofensivo y mi elevada presencia y agilidad.
Off3: Pido alguna pista del paradero del profesor Shun :akami:
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Última modificación: 18-07-2024, 05:55 PM por Kyoshiro.

El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.



Kin y Ren, conscientes del peligro inminente, se prepararon para saltar lejos de la fuente donde la sangre era extraída. Con un movimiento ágil, Kin se impulsó hacia un lado, alejándose de las manos espectrales que ansiosamente esperaban su sustento. Ren, con un dolor agudo en la espalda, hizo un esfuerzo sobrehumano y siguió el ejemplo de Kin, lanzándose en una dirección opuesta. Mientras volaban por el aire, solo un pequeño chorro de sangre, insignificante en comparación, se desprendió de sus cuerpos. La sangre, en su último momento, viajó en el aire sin causarles más daño. La sangre de los cinco fue rápidamente capturada por las entidades ansiosas que esperaban en la penumbra.

Un gemido de placer retumbó en aquella estrecha entrada cuando las creaturas recibieron el líquido que tanto anhelaban. Aquellas sangres, aunque mayormente fueron absorbidas por las manos que las atraían, fueron compartidas entre las creaturas ya que estas se peleaban de manera grotesca por cada gota que lograban atrapar. Cada una de estas de piel verde: con una mano absorbían la sangre directamente de aquel a quién apuntaban, mientras que con la otra se robaban el líquido en el aire que sus compañeros absorbían, llevándosela a sus bocas tratando de saborear y llenarse con lo que pudieran. La escena era repugnante, se movían con un deseo casi sexual.

De repente, dos de ellos sufrieron un inmediato malestar al interactuar con la sangre de Kaizen. Uno de ellos, que había absorbido directamente la sangre en sus manos, empezó a temblar violentamente, sus dedos huesudos contrayéndose en espasmos. El otro, que había robado de la misma sangre solo para saborearla, sintió una quemazón interna que lo hizo retroceder bruscamente. ¡¿Qué era aquella aberración?! Un gruñido gutural emanó de ambos, mezclando dolor y enojo en un sonido que resonó en la oscuridad. Fue en ese momento que seis shurikens volaron a toda velocidad, impactándose en el cuerpo del primero de ellos, uno de los que estaba sufriendo por la venenosa sangre de Kaizen. Los proyectiles se incrustaron profundamente, provocando un estallido de sombras y un chillido agudo que hizo eco en la sala.

Los demás entendieron rápidamente que era hora de huir. Con sus bocas y manos llenas de sangre, se desplazaron por la oscuridad, moviéndose con una agilidad perturbadora a través de los conductos malolientes y abandonados que serpenteaban por el lugar. La prisa por escapar los impulsaba, dejando atrás a su compañero de rodillas en la entrada, aun sufriendo los efectos del veneno y los impactos de los shurikens. La atmósfera se llenó de un silencio tenso, roto solo por los ecos de su huida y los gemidos de dolor del ser dejado atrás.

Ren, recuperándose de su desorientación inicial, avanzaba con determinación hacia el túnel. Observó con atención al ser caído en el suelo, quien luchaba por levantarse, su cuerpo temblando bajo el esfuerzo de resistir las heridas y el veneno que se extendía por sus venas. Sus compañeros ya habían abandonado el campo de batalla, dejando atrás al desafortunado.  En ese entonces, una frase resonó en la oscuridad: "Demonios de Tierra (Doton) Bala Dragón de Lodo” En un abrir y cerrar de ojos, un dragón de lodo y una ráfaga de balas de tierra desde su boca arremetieron contra el cuerpo moribundo del ser en el suelo con una fuerza devastadora. Las balas de lodo impactaron con precisión brutal, enviándolo violentamente hacia atrás. Su cuerpo fue arrojado contra los escombros, y en un instante, quedó sin vida. La escena quedó sumida en un silencio sepulcral, roto solo por el eco de la magia que aún reverberaba en el aire.

Fue en ese momento cuando la figura esquelética emergió de la puerta. Sin in previo aviso lanzó un grito poderoso, una mezcla de rugido y chirrido que resonó en toda la sala. Kin, en un intento desesperado por detener el sonido, trató de patearlo lo cual pudo ser exitoso, afortunadamente, una estrategia defensiva más eficaz surgió para proteger a todos. Mei se puso en guardia cuando la onda de sonido los atacó. En un acto sorprendente, replicó la misma técnica que la bestia utilizaba, logrando neutralizar el daño rival. La mujer, sintiendo el impacto del contraataque, dejó escapar un gruñido de dolor y furia, se giró sobre sus talones y se retiró rápidamente hacia la sala de donde había venido. Su figura espectral se desvaneció en las sombras, moviéndose con agilidad mientras se dirigía hacia la habitación desconocida.

Los militares comenzaron a intercambiar palabras mientras las criaturas huían en diferentes direcciones. La tensión en el aire era palpable, pero la disciplina y el entrenamiento de los soldados mantenían la situación bajo control. Mei, con una mirada determinada, se dirigió a Tomoko, quien parecía haber recuperado la compostura después del impacto que había recibido anteriormente.

Tomoko, ¿qué esperas? Dinos qué es lo que oíste arriba —dijo Mei, impaciente por obtener respuestas. Kin permanecía inmóvil, observando las acciones de sus compañeros de misión y esperando la respuesta de Tomoko. Esta última, aun recuperándose del golpe, suspiró pesadamente antes de hablar. —Sobre lo que me preguntaron antes... ya no sigo escuchando los ruidos del piso de arriba ni el olor a muerte —comentó la albina, su voz cargada de cansancio. Mientras hablaba, su máscara se rompió a la mitad, cayendo al suelo en pedazos. —Que lata... —suspiró antes de darse la vuelta, sin ánimos. —Las cosas que residen aquí... son peligrosas... —murmuró pensativamente.

Kaizen, decidido y seguro de sí mismo, ya había tomado una decisión. —Yo seguiré el otro camino. Si hay más criaturas como la que intentó absorber nuestra sangre, puedo hacerles frente sin mucho problema. Al parecer les atrae la sangre, y la mía particularmente es venenosa. Soy el perfecto cazador disfrazado de presa para esas cosas —dijo con una sonrisa desafiante, dispuesto a enfrentar el peligro.
Sin esperar más, Kaizen comenzó a marchar hacia el camino oscuro de donde provenían aquellas manos tan extrañas. —Podemos volver a encontrarnos en este mismo lugar. Nos vemos luego —comentó antes de desaparecer en la oscuridad, movido por una mezcla de curiosidad y determinación por descubrir adónde conducía aquel siniestro camino. Los demás observaban su partida, conscientes de que cada uno de ellos tenía un papel crucial en la misión que estaban a punto de enfrentar.

Me preocupa que el doctor ya esté muerto si debe sobrevivir a estos monstruos, pero si tiene algo que ver con su creación, debe tener un plan para contrarrestarlas —dijo Mei, su voz firme y analítica. Consideraba que esa era la opción más lógica. Sin embargo, tenía bien claro cuál de los caminos quería seguir. Con el índice de su mano derecha, señaló al frente, en dirección al camino por el que se había ido la criatura que utilizó la onda sonora. —Si logramos atrapar esa cosa, quizás pueda obtener información que nos ayude. Utiliza el mismo jutsu que yo.

Su tono de voz expresaba una seguridad y determinación inquebrantables. Los demás entenderían de inmediato que Mei no estaba consultando si podía ir; ella iba a avanzar en esa dirección, con o sin ellos. Ya tenía desenfundada su wakizashi, sosteniéndola con firmeza en su mano derecha. Mei atravesó la puerta con cautela, adentrándose en un estrecho pasillo iluminado que apenas medía unos metros. Al final del pasillo, le costaría unos segundos acostumbrarse al cambio de iluminación. A diferencia de lo que hasta ahora habían vivido, ahora se hallaba en una sala vasta y abierta, llena de luz, de unos 30 metros de largo por 15 de ancho. La primera impresión era de un lugar de trabajo antiguo y dejado en el tiempo. Cuatro escritorios se alineaban de manera ordenada, desprovistos de tecnología moderna. En su lugar, se acumulaban libros viejos, papeles amarillentos, lapiceros de tinta seca y otros objetos que evocaban un pasado más sencillo y laborioso.El centro de la habitación estaba dominado por una mesa hexagonal, imponente en su simplicidad, repleta de papeles que hablaban de las anomalías del piso, con diagramas detallados, anotaciones apresuradas y reportes de observación. Parecía una acumulación de conocimientos y descubrimientos, caótica pero reveladora, sobre las criaturas y fenómenos extraños que habitaban este lugar.

Al sur de la habitación, dos puertas idénticas a la que Mei acababa de atravesar se destacaban, prometiendo llevar a otra área desconocida. Además (aunque desde su posición inicial no podía verlo) había otras dos puertas a cada lado de la sala principal. Estas puertas conducían a zonas de examinación, donde las anomalías habían sido encadenadas y estudiadas quién sabe por cuánto tiempo. Los olores provenientes de esas áreas eran perturbadores; una sección apestaba a sangre, mientras que la otra despedía un hedor penetrante a orina.

La habitación en sí tenía un aire opresivo, las paredes grises y el techo alto amplificaban la sensación de aislamiento y abandono. Los libros y papeles desordenados contaban historias de investigaciones obsesivas, de esfuerzos por comprender lo incomprensible. No duraría mucho desde haber pisado esta nueva habitación cuando notaría la presencia de la primera criatura. La gritona, que ya los había confrontado previamente, estaba allí de pie sobre la mesa hexagonal, expectante pero no sola.

Habitación #2: Mesa Hexagonal

Desde la puerta oeste de la sala grande, a 21 metros diagonal de Mei apareció otra figura casi idéntica a la gritona, pero de cabello blanco y una apariencia más envejecida. Su presencia añadía una capa de misterio y tensión al ambiente ya cargado de hostilidad. Mientras tanto, otra criatura muy parecida, más robusta y de pelos rojos se balanceaba del techo, suspendida casi completamente al sur de la sala. Su postura grotesca y sus movimientos eran suficientes para perturbar incluso a Mei, quien permanecía firme frente a la situación cada vez más amenazante.

La cuarta entidad era aún más inquietante: De pelos muy parecidos al color y estilo de Mei, e incluso de rasgos faciales muy parecidos caminaba por la pared como si fuera una araña gigante, moviéndose con una agilidad antinatural por la pared del este, a unos ocho metros de Mei. Las cuatro criaturas, cada una con su propia peculiaridad y presencia intimidante, dirigieron su atención hacia Mei casi al unísono. Un silencio tenso llenó la habitación por un breve instante antes de que todas ellas emitieran un grito ensordecedor, desatando el caos y la confrontación inminente.

Ronda 1: Mei

La mujer que se parecía un poco a ella, a unos siete metros de distancia y sobre la pared, se preparaba para atacar. Sin previo aviso, su garganta se tensó y de repente emitió un ultrasonido formado por múltiples ondas de chakra. El sonido se propagó rápidamente desde sus cuerdas vocales, creando una onda expansiva que se extendió en todas direcciones con un alcance impresionante de 20 metros de radio.  Las otras criaturas no tardaron en reaccionar. Gruñendo con ferocidad, sus gargantas se tensaron y comenzaron a moverse de un lado a otro con una agitación nerviosa.

Sanjo no Jutsu



Mientras tanto...
...Kaizen escucharía ese grito a distancia mientras avanzaba decididamente por el oscuro conducto, donde la ausencia total de luz lo envolvía en una atmósfera claustrofóbica y opresiva. Durante los primeros veinte metros, cada paso resonaba metálicamente, sumergiéndolo en un entorno desagradable y desconocido. El suelo bajo sus pies era húmedo y pestilente, un líquido repugnante que le recordaría constantemente la naturaleza sórdida de aquel lugar abandonado y olvidado. Inicialmente, parecía que el conducto no conduciría a ninguna parte significativa, pero finalmente, después de avanzar un poco más, una débil luz comenzó a filtrarse desde el final del conducto. Emergería de entre las sombras para encontrarse en la parte sur de un cuarto tipo drenaje, iluminado por varias lámparas colgantes del techo. Había llegado al cuarto de desagüe y deshechos. Este era el sitio en todo el edificio donde venían a llegar todo el sistema de alcantarillado. Lo vería en las paredes, lo vería del ducto por el que venía, rejillas pequeñas de donde el líquido caía y se juntaba para caer en aquel agujero en el medio.

Alcantarillado

El ambiente era lúgubre y desolado, con un gran hueco en el suelo que descendía hacia un nivel inferior desconocido. Desde su posición, Kaizen no podía ver con claridad qué había en el fondo, solo podría sentir la profundidad ominosa que sugería peligro y ocultamiento. A su alrededor, cazuchas de madera estaban apiladas, llenas de papeles y registros, como si alguna vez hubieran contenido valiosa información científica o experimental. Sin embargo, no había rastro de las criaturas que había seguido hasta allí. La pregunta resonaba en su mente: ¿Se habrían arrojado por el agujero en un intento desesperado por escapar?


Stats Enemigos #1-4
Stats enemigos #5 al #9
Posibles daños




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En cualquier otra oportunidad experimentaría miedo, pero ahora, experimenta curiosidad. Es imposible que no se sienta atraída a ese monstruo luego de comprobar por sí misma que utiliza la habilidad especial de la familia Suzume. Recordemos que Mei solo conoció a su madre con ese poder, a nadie más. Por lo mismo, independiente de que alguien quisiera acompañarla o no, ella avanza. La nueva habitación es espaciosa, mucho. En el centro se ubica una mesa en particular que tiene a quien debe su anterior rival. Pero la información no se detiene aquí, pues en cuestión de nada emergen más figuras muy similares. Claro, Mei jamás pensó que solo habría una criatura presente, ya se vio antes con las arañas.

De acuerdo, terminemos con esto. Necesito a uno de ustedes para verlo de cerca sin que trate de matarme. — No quiere que la entiendan y se entreguen como si nada, sus palabras tienen oculto un evidente mensaje: debe derrotarlas para que no puedan moverse. A pesar de que, por ahora, se ve en inferioridad numérica, confía en su capacidad. El entrenamiento que le dio su maestro no se enfocó en la justicia, en el uno contra uno y con posibilidades de vencer. Le dejó bien claro que, en el mundo ninja, se necesitan muchos aspectos para vencer. No puedes contar siempre con que estarás en la mejor posición.

Qué lugar tan denso, quiero irme pronto. — El ambiente de este nuevo cuarto no termina de agradarle. Si fuese por ella, lo evitaría, pero sabe que ya no hay marcha atrás.

El primer movimiento lo inicia la bestia que se encuentra más cerca. Nuevamente se hace presente el poder de las cuerdas vocales. — Odio que usen mi técnica así como así. — Es el motivo de su curiosidad, pero el hecho de pensar que algo tiene que ver su linaje aquí le molesta. Eso sí, le causa curiosidad percatarse en el entorno, pues la ofensiva tiene tanto alcance que incluso la criatura sobre la mesa y aquella que se encuentra a la derecha del laboratorio se ven afectadas.

La Wakizashi que sostiene en su mano desde hace segundos tiene chakra en ella. Al mismo tiempo que concentra chakra en sus pies para intentar atarse al piso, busca chocar su arma con la onda sonora tras haberla lanzado. La Suzume real pierde y experimenta otro dolor en su figura, pero se esfuerza con no irse hacia atrás, por eso el hecho de concentrar energía en las plantas de sus pies. Inmediatamente después de superado el choque, busca contraatacar.

Sin la necesidad de realizar sellos manuales, la genin utiliza una de sus técnicas más fuertes y, a la vez, más letales. Tras dar una especie de golpe hacia el frente con el brazo derecho, los dedos estirados disparan una estocada de viento que apunta directamente a la clavícula del monstruo enfrente suyo. Sí, Mei busca quitarle la vida a algo que aparenta no ser humano, sino algo a lo que aún no le encuentra explicación.

Cuando finaliza su ataque, se le nota cansada, pues su respiración está agitada. Claro, acaba de realizar una técnica que aprendió hace muy poco y podemos decir no tiene del todo controlada a la hora de calcular sus reservas de chakra. — ¿Quién es el siguiente? — Está concentrada, la determinación se le ve clarísima en la expresión de su rostro. Actualmente siente este asunto un poco personal, pero, aun así, duda. No se cree capaz de derrotar a las cuatro por su cuenta.

¿Pero será realmente necesario? Mei no ha venido sola a este laboratorio. Hay un equipo completo dispuesto a pelear.

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Resumen
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Última modificación: 20-07-2024, 02:28 AM por Kin. Razón: Coloqué mal el daño
La respuesta del grupo era rápida y efectiva ante las amenazas que empezaban a aparecer en su travesía. Tomoko, al igual forma que Kin, saltó lejos del posible alcance de la técnica chupa sangre de las tétricas manos. Diferente a Kaizen, quien simplemente dejó que su sangre saliera de su cuerpo y fuera arrastrada hasta aquellas manos, como si estuviera confiado de que aquello solo le traería beneficios, pues no se vio afectado como si lo hizo Mei, quien también sufrió del ataque de aquellas manos.

Tomoko finalmente respondió a las interrogantes de la Kunoichi de la Niebla, al parecer, el piso de arriba se quedó en un silencio total, cosa que hizo a Kin dudar sobre si había otra posible amenaza además de las arañas de hilo en el primer piso. Pero algo era diferente en Tomoko, su máscara se había roto y había dejado al descubierto su verdadera identidad, verdadera al menos para Kin, pues ya la conocía con anterioridad. Antes de que pudiera decir algo, Kaizen indicó que el seguiría sólo por el conducto de donde venían las manos luego de lanzar varios Shurikens en esa misma dirección, Kin asintió con la cabeza en señal de aprobación mientras seguía mirando de reojo a Ren.

Mei fue la segunda en decidir avanzar, tomando el camino iluminado de los pasillos del sur, siguiendo a aquella aterradora mujer que se había atrevido a atacar al grupo de ninjas. Por un momento, su mirada seguía enfocada en el rostro de Ren, ciertamente estaba sorprendido por encontrarse con ella, en ese lugar, de esa forma y luego de mucho tiempo. Pero el ruido de un combate próximo lo sacó de sus pensamientos, pues Mei ya se estaba enfrentando a la mujer en la otra sala. De forma decidida, Kin decidió dejar el asunto de Ren para más tarde mientras comenzaba a correr en la misma dirección que la Suzume, llegando justo al momento final de las acciones por parte de esta última y posicionándose a un lado de ella.

Con la Amaterasu No Ha sostenida por su mano diestra, el Uchiha haría un movimiento al aire, simulando un corte ascendente con la hoja, una cuchilla de chakra saldría disparada de la hoja a una velocidad enorme con la intención de dañar la integridad de la mujer que estaba frente a Mei. Posteriormente y con la espada aún en alto, el espadachín daría un segundo corte, esta vez descendente, al aire, lanzando una segunda cuchilla de chakra puro con dirección a la mujer que se encontraba encima de la mesa hexagonal.

Off
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La luz tenue de la habitación iluminaba el rostro pálido de la albina, cuyos ojos brillaban con intensidad mientras observaba a Kin con detenimiento. Sus pensamientos se agolpaban en su mente, sabiendo que su identidad como Tomoko había quedado al descubierto en ese preciso momento, cuando la máscara que había conseguido mantener durante tanto tiempo se había quebrado en mil pedazos. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras se giraba hacia la puerta, donde Mei se encontraba preparándose para lo que parecía ser un combate inminente.

Sin embargo, antes de que alguien pudiera decir una palabra, la urgencia los obligó a correr hacia la sala donde Mei se encontraba. Ren, o mejor dicho Tomoko, se quedó unos instantes fuera de la habitación, indecisa sobre si debía entrar o no. Sus manos temblaban ligeramente, sintiendo el peso de las decisiones que debía tomar en ese preciso momento, por lo que tras un leve suspiro haria una tanda de sellos manuales para empezar a concentrar el chakra elemental en su mano, formando una cuchilla de chakra eléctrico.

Finalmente, con un suspiro resignado, la albina decidió entrar en la sala, enfrentando la presencia de las criaturas intimidantes que Mei estaba enfrentando. La tensión en el ambiente era palpable, como una tormenta que amenazaba con desencadenarse en cualquier momento. Tomoko se mantuvo erguida, tratando de ocultar la inquietud que la invadía por dentro considerando que cosas le diría Kin después del combate, por ahora se centraría en el mismo.

La albina observó a Kin de reojo, buscando una señal de complicidad en su mirada. Sabía que él también se encontraba en una situación delicada, con su identidad secretamente revelada. Sin embargo, en ese instante, no había tiempo para lamentaciones o dudas.

El combate estaba a punto de comenzar, y Ren debía estar preparada para lo que se avecinaba. Aunque su fachada como Tomoko había sido descubierta, no podía permitirse flaquear ante el desafío que tenían por delante. Por lo que con un rápido y desvaneciente movimiento se teletransportaría a las espaldas de una de las criaturas específicamente la que se encontraba al fondo de la habitación quedando a 2 m de espalda de esta. De un rápido movimiento se daría la vuelta y da un salto reduciría los 2 m para clavarle el golpe de la cuchilla relámpago en la espalda buscando perforar su corazón, si es que esa cosa tenía corazón. 

 Una ofensiva realizada casi a la par del mismo momento en el que Kin lanzaba sus dos tajos con su katana considerando la gran carencia de habilidad física de aquella criatura y posiblemente de habilidad de reacción sería incapaz de reaccionar a dicho movimiento. 

La albina miraría en dirección al pelinegro antes de retirar la mano del pecho de aquella criatura, si es que en primera instancia le había perforado, y hacer un pequeño gesto como si le dijera que esta vez no se irá, pues ya en su cabeza se hacía algunas escenas de lo que podía pasar pero aún así espabilaría rápidamente para continuar concentrándose en la batalla. 

Estadísticas de Ren Uchiha

Especialización en Ninjutsu

Ninjutsu - Estilo Ofensivo

Ninjutsu - Estilo Cauteloso

Maestría: Ninshu

Chidori

Coste: 50 - 15: 35 ch
Efecto: 70 + 16 + 16 +10: 112 PV y efecto de muerte 
Shunshin no Jutsu
 
Coste: 35 - 5 - 5: 25 ch
[Imagen: 8Dus9lA.png]
Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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Última modificación: 21-07-2024, 06:46 PM por Kyoshiro.
En aquel momento, las creaturas de piel verde se separaban, tomando direcciones distintas. No les gustaba compartir el placer. Se reservaban la intimidad. Finalmente tragaron el líquido rojo que en sus bocas ardía de tentación, afortunados de que no les dieran caza. El sonido de una pelea que no hubieran sobrevivido llegaba casi mudo por los ductos y alcantarillados.  

No habrían sobrevivido a Mei, quien con su wakizashi envuelta en chakra, se preparó para enfrentar la ola de ultrasonido que emanaba de la criatura. El haber concentrado energía en sus pies le sirvió de ancla al suelo para resistir el impacto. Cuando la onda sonora llegó, chocó su arma contra ella en un intento desesperado por disipar el ataque.  La onda sonora afectaría también a las criaturas en el centro y el oeste de la sala, que parecieron resistir dolorosamente (-70PV). Sus cuerpos se retorcieron y sus rostros mostraron una mezcla de sufrimiento y resignación, como si este castigo les fuera familiar. La criatura en el centro, con su cabello blanco y apariencia envejecida, se doblaba de dolor, sus manos apretadas contra sus oídos en un intento vano por bloquear el sonido ensordecedor. La criatura en el oeste, más robusta y de pelos rojos, emitía gruñidos sordos, sus garras arañando el aire con frustración. Aunque ambos estaban claramente afectados, su resistencia (20 reducción pasiva) mostraba una experiencia acumulada y una capacidad para soportar el sufrimiento, reflejando que esta no era la primera vez que tenían que sufrir los daños de su familiar, quien por joven era más imprudente.

El primer choque resultó en derrota para Mei, que se mantuvo firme. Superado el choque, Mei contraatacó con decisión. Sin realizar sellos manuales, lanzó una estocada de viento (82pv) dirigida a la clavícula del monstruo frente a ella, buscando acabar con la vida de esa criatura cuya naturaleza seguía siendo un misterio. La criatura, actuando instintivamente, trazó un movimiento con sus cabellos imbuidos en chakra, cuyo contacto causó una resonancia que se liberó de forma concentrada, abarcando un rango considerable (75pv). 

Iya Naoto

El viento de Mei chocó contra la onda sonora en un enfrentamiento brutal, pero la estocada de viento prevaleció. El segundo choque resultaba ahora victorioso para Mei.

Aunque el daño que llegó residual (7pv) a la criatura fue mínimo, logró hacer que esta reconsiderara su imprudencia. Por un instante, sus instintos cambiaron, quizás dándose cuenta de la temeridad de sus acciones. En ese instante, una serie de acciones iniciaron: Kin decidió dejar el asunto de Ren para más tarde y comenzó a correr en la misma dirección que Suzume, llegando justo en el momento final de las acciones de esta última y posicionándose a su lado. Las otras criaturas, que hasta el momento se habían mantenido sin participar en la pelea, comenzaron a actuar. En ese segundo posterior al choque, justo cuando Kin se posiciona al lado de su aliada, la criatura del oeste se acercó en diagonal unos 2 metros, mientras en sus manos hacía una extraña combinación ¿Quizás sellos? Aunque parecían una versión primitiva de ellos. La criatura en el centro, aún sobre el hexágono, por su parte, tensó su garganta y escupió unas esferas de chakra que se movilizaron a toda velocidad hacia Mei. La del sur, se llenó sus pulmones de chakra y esperó.

Kin, con la Amaterasu No Ha sostenida en su mano diestra, hizo un movimiento al aire, simulando un corte ascendente con la hoja (125pv). Una cuchilla de chakra salió disparada de la espada a una velocidad enorme, con la intención de dañar la integridad de la mujer que estaba frente a Mei. La criatura recibió el golpe de frente, y una línea roja vertical se dibujó perfecta en su cuerpo, de donde sangre comenzó a brotar. La criatura pareció preocupada, pero no por el daño que había recibido; era más por la idea de haber sangrado. No era la primera sangre en aquel cuarto. Mei y Kin notarían eventualmente que, en el suelo, círculos de sangre parecían haber sido borrados no hace mucho. La criatura, sin perder tiempo, comenzó a saltar alejándose unos 4 metros extra de Mei ¿Por qué huía? O mejor dicho ¿Porqué ahora?

En el siguiente segundo, cuatro cosas ocurrieron simultáneamente. Kin, con la espada aún en alto, realizó un segundo corte (125pv), esta vez descendente, al aire, lanzando una segunda cuchilla de chakra puro hacia la mujer que se encontraba encima de la mesa hexagonal, la que había escupido las balas sonoras mientras su familiar sangraba. Ella, la creatura, provocó una onda sonora detonante que hizo explotar todas las esferas en cadena (50pv c/u), liberando una explosión sónica de 10 metros de radio alrededor de cada una . 

Ōbādoraibu Sanjo


Las tres explosiones fueron suficientes para detener la hoja de chakra y causar algo de daño residual a Mei y a Kin (25pv residual). La criatura del este y del oeste, también serían afectadas por el daño residual. La creatura del oeste, enfocada ahora en Mei, provocó un silbido focalizado en su enemiga, liberando lo que para cualquier otro sin ojos especiales hubiera sido una imperceptible ráfaga de sonido. 

Nakigoe

La misma, de alcanzar los oídos de Mei, los haría estallar, causando un leve daño (40pv) y dejándola físicamente sorda por unos segundos. 
Mientras estos tres segundos transcurrían —el primer segundo en que Mei chocó su segundo ataque, el segundo en que Kin entró e hizo su primer ataque, y el tercero en que Kin realizó su segundo ataque—, Tomoko se había quedado fuera de la habitación, indecisa sobre si debía entrar o no. Sus manos temblaban ligeramente, sintiendo el peso de las decisiones que debía tomar en ese preciso momento. Tras un leve suspiro, hizo una tanda de sellos manuales para empezar a concentrar el chakra elemental en su mano, formando una cuchilla de chakra eléctrico. Entró a la sala justo después del choque de la espada con las bolas de sonido, mientras el silbido y su ataque viajaban hacia Kin.
Ella, con un rápido y desvaneciente movimiento, se teletransportó a las espaldas de una de las criaturas, atravesando la mesa hexagonal y directa hacia su objetivo al fondo de la habitación, quedando a 2 metros detrás de esta, chocando levemente con la pared. El cambio en el ambiente, el sonido de la pared, el chispeante sonido eléctrico hizo que la criatura girara rápidamente queriendo visualizar quien había aparecido, pero lo que encontró fue una cuchilla relámpago clavándose en su espalda (112pv). No pudo esquivar, pero al menos el daño lo recibiría en una zona menos letal. La criatura sintió un ardor intenso y dejó escapar un poderoso grito de dolor, enviando ondas sónicas a su alrededor que impactaron con fuerza contra todos los presentes (45pv), empujándolos fuera del perímetro de 15 metros del jutsu. 

Bakuonpa




Tomoko sería arrojada violentamente hacia atrás y contra la pared. Las ondas sónicas sacudirían la estancia con una fuerza abrumadora, desplazando el aire y creando un caos momentáneo en la parte sur. Las puertas de vidrio explotaron, las luces parpadeaban, y el suelo parecía temblar bajo la presión del sonido. En medio de este torbellino de destrucción. La batalla se intensificaba con cada segundo que pasaba, y todos sabían que el próximo movimiento podría ser decisivo.


Fin de Ronda 2- Mapa 2D
Stats Enemigos #1-4
Stats enemigos #5 al #8
Resumen y Análisis
Posibles Daños









El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

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Menos mal Mei no se encuentra sola. Muy pronto, Kin aparece en escena y la apoya en el contraataque. Eso sí, no baja la guardia ni se desconcentra, pues aún siguen en inferioridad numérica. Si en algo ella tiene la ventaja, es que conoce las técnicas Suzume que los monstruos utilizan. Por consiguiente, cuando observa aquellas esferas volar en dirección del dúo shinobi, nuestra protagonista actúa por instinto, no necesita pensar demasiado. Un solo sello es necesario para que una lámina de tierra emerja y proteja tanto a Mei como a Kin. Cuando ocurren las explosiones del jutsu de voz, ambos ninjas se ven totalmente protegidos.

Sus técnicas son rápidas de usar, debemos vencerlos con velocidad. — La regla indica que no debes dar información de tus habilidades, pero, en este caso, también se trata de las del enemigo. Por ahora, Kin es su compañero en esta misión, y para Mei siempre es primero completar la misión. Deben alzarse con la victoria ahí y seguir el camino a través del laboratorio para dar con el paradero del doctor Shun.

Sin embargo, no puede descansar ni relajarse. Aun con la presencia de Tomoko que nuevamente hace gala de su increíble poder, llegando en un instante al fondo de la habitación y utilizando una técnica letal, Mei es víctima de una nueva ofensiva rival. Un peculiar sonido ingresa por sus oídos, estallando directamente dentro. Sus ojos se abren de par en par y sus manos atinan a ir hasta sus orejas, presionando. La rodilla izquierda cae y se apoya en el piso.

No puedo… oír nada… — E incluso experimenta un leve mareo producto del impacto. No tener el sentido de la audición ya es negativo de por sí, pero no olvidemos que Mei realiza jutsus enfocados en el sonido. Si no puede oírse a sí misma, no sabrá si está mandando ruido hacia el exterior o no. Esto le molesta, pero atina a moverse un poco y posicionarse detrás de Kin, utilizándolo temporalmente como escudo.

Una vez su capacidad física vuelve en sí, se levanta y toma de nuevo su Wakizashi. — ¡NO ESCUCHEN SUS SILBIDOS! — Curiosamente, grita, algo que no va para nada con la personalidad que tanto la caracteriza. Ella no tiene la intención de eso, pero al no poder oírse, desconoce cuál es el tono de su voz. Esfuerza de más sus cuerdas vocales con la intención de avisarles a sus compañeros de que tengan precaución con ese jutsu enemigo. Eso sí, desconoce si Tomoko pudo oírla, pues parece vérsela complicada al fondo de la habitación.

Por último, la Suzume opta por dejarle a la criatura frente a ella a Kin. Sus ojos se centran en aquella que tiene en diagonal hacia la derecha.

Información


Resumen
[Imagen: ache.gif]
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La primera cuchilla de chakra surgida de la espada de Kin logró impactar íntegramente en el abdomen de la mujer, generándoles una herida y haciéndola sangrar, pero la segunda cuchilla no tuvo la misma suerte, pues esta fue rápidamente chocada por una serie de esferas de chakra creadas por la que se pretendía era la segunda víctima de los tajos del Uchiha. Para su suerte, Mei conocía muy bien aquellas técnicas, pues éstas últimas pertenecían a su linaje. De forma habilidosa, la peli morada hizo un único sello con sus manos antes de crear un enorme muro de piedra frente a ambos ninjas, protegiéndolos del daño residual provocado por la onda expansiva del choque.

Cuando el muro se resquebrajó, la privilegiada vista de Kin, otorgada por el Sharingan, le permitió ver como unas ondas sonoras avanzaban con velocidad hacía su compañera, comprendiendo inmediatamente cómo funcionaba aquella técnica, Kin quería notificar a la Suzume de lo que se avecinaba, pero no fue lo suficientemente rápido y las ondas llegaron hasta Mei, dañando sus oídos y dejándola sorda por unos momentos. En el momento en el que ella colocó su rodilla en el suelo, la mano izquierda del espadachín comenzó a moverse con destreza, ejecutando una tanda de sellos manuales que, por su habilidad en el Ninjutsu, era capaz de ejecutar con una sola mano.

Una vez su mano izquierda terminó con sus movimientos, fue rápidamente llevada hasta su porta kunais en su espalda baja, tomando un par de shurikens entre sus dedos (6 para ser exactos) y tomando algo de impulso con su brazo, lanzó aquellas estrellas hacia la mujer que estaba frente a ellos, la que anteriormente había saltado intentando alejarse por alguna extraña razón, buscando dañar su pecho ya herido. Los shurikens lanzados por Kin empezaron a rodearse de un aura de Chakra Katon que los hizo prenderse en llamas. A la par que los shurikens eran lanzados, la hoja de la Amaterasu No Ha nuevamente se rodeó de chakra y tomando un leve impulso con sus rodillas, el Uchiha se movería a una gran velocidad hacía la mujer que estaba al oeste de la sala.

La velocidad de los movimientos del Chunin de Konoha era tanta que sería capaz de acortar la distancia con la mujer y buscar golpear, o más bien, cortar, el cuello de la mujer con un movimiento horizontal de lado a lado. Todo mientras la Suzume gritaba a todos los presentes no escuchar los silbidos de las criaturas que copiaban las técnicas del Clan Suzume.

Off
Pasivas

Pienso / Narro / Hablo / Kiro
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Kaizen avanzo solo por aquel tunel oscuro, escuchando solo el sonido de sus pasos haciendo eco en una eterna oscuridad, por lo que el Amagiri cuidaba sus pasos y se movia con cautela. El olor era nauseabundo y Kaizen sentia como sus pisadas eran pegajosas y se sentia que pisaba una especie de liquido aunque no podia asegurar que era. Fue entonces cuando Kaizen realizo un sello de mano y se formo en su mano derecha una espada de fuego la cual usaria como antorcha para alumbrarse y ver a su alrededor, avanzando lentamente hasta llegar al final del tunel. Al principio no parecia que el tunel condujese a ningun lugar en particular, pero luego de unos minutos finalmente una luz comenzo a vislumbrarse al final del tunel. Kaizen avanzo calmado hasta llegar al final y encontrarse con lo que parecia ser una zona donde se conectaban el resto de alcantarillas, pero no era lo unico que habia, pues tambien habian unas casuchas de madera derruidas, vaya uno a saber que se hacia alli, y por ultimo en el centro hacia un gran pozo que parecia dar a un abismo, un pozo sin fondo. Lo primero que hizo Kaizen fue revisar las casuchas en busca de algo util, informacion, alguna pista, lo que sea.

Kaken


Lo siguiente fue hacer desaparecer su espada de fuego para acto seguido acercarse al borde de aquel pozo gigante y apuntar con su dedo hacia el mismo, disparando una bala de fuego hacia el fondo para que ilumine su recorrido y ver que hay al final. Depende lo que vea se decidiria para bajar por alli concentrando chakra en sus pies. "Podria ser un atajo para llegar mas rapido adonde se encuentran los cientificos principales." 

Kadan





Chakra: 740/780
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El silencio precedía al caos en la oscura y tenebrosa habitación, donde el aire estaba impregnado de una tensión palpable. Ren, conocida anteriormente como Tomoko, se encontraba al borde de la batalla, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Había llegado a este punto tras una serie de eventos que la habían dejado al descubierto, pero sabía que no podía permitir que el miedo la dominara. Cada respiración que tomaba parecía eco en la inmensidad del lugar, y cada parpadeo era una invitación a la acción que pronto estallaría.

A su alrededor, la penumbra se cernía sobre una grotesca criatura que se alzaba imponente al fondo de la habitación. Con una piel escamosa y ojos brillantes como brasas, su presencia solo podía describirse como grotesca y aterradora. Ren sabía que debía actuar con rapidez y precisión. Con un movimiento casi imperceptible, se concentró, cerrando los ojos por un breve instante mientras canalizaba su energía. Con la agilidad de un rayo, se teletransportó a dos metros detrás de la criatura, un truco que podía haberle costado la vida en circunstancias normales, pero en ese momento era su única opción.

Cuando se materializó, estaba completamente enfocado. Aprovechando la inercia de su llegada, dio un salto audaz. La distancia que la separaba de la criatura la desafiaba, pero Ren no se detuvo. Su cuchilla relámpago brillaba a la luz tenue que se filtraba a través de las grietas de la pared, su filo sediento de sangre y victoria. Con un movimiento limpio y calculado, giró sobre sí misma, lanzándose hacia adelante para ejecutar un golpe directo a la espalda de la criatura, con la esperanza de que perforara su corazón, si es que tal órgano existía en su ser repugnante.

Al mismo tiempo, Kin, su aliado y guerrero experimentado, aprovechaba la distracción que la maneja del teletransporte había causado. Con destreza, lanzó dos tajos certeros con su katana, ágil y preciso, mientras la criatura, incapaz de reaccionar a la velocidad de sus atacantes, se mantenía por un breve momento inmóvil. Pero el silencio no podría durar mucho; el sonido del movimiento de Kin resonó en la habitación como un eco, alertando a la abominación de la amenaza inminente.

En un instante que pareció eterno, la criatura se giró con rapidez, atraída por el sonido, buscando su nueva amenaza. Sin embargo, lo que encontró fue lo último que esperaba: la cuchilla relámpago de Ren hincándose en su carne, hundiéndose profundamente y causando un estallido de energía en su interior. Aunque no logró esquivar el ataque, la criatura recibió el golpe en una zona menos letal, pero la herida era grave. Un ardor intenso se propagó a través de su cuerpo y, con un grito desgarrador que resonó en toda la habitación, liberó pulsos de sonido que atravesaron el aire como ondas sísmicas. El grito fue un eco aterrador, medio humano, medio bestial, que empujó a todos los presentes fuera del perímetro de quince metros, dejando un rastro de destrucción a su paso.

El impacto del grito resonó tan fuerte que Ren sintió como si todos sus sentidos fueran sacudidos. Se vio abrazada por una fuerza invisible que intento lanzarla hacia atrás, pero su determinación era más fuerte que la oposición del ambiente. Y aunque la criatura había logrado herir a sus aliados, el daño no era suficiente para detenerla. Ren concentró su energía nuevamente, sintiendo cómo la adrenalina disparaba su motivación.

Con un movimiento eficaz, retiró su mano de la herida que había causado, pero no sin antes aplicar nuevamente el daño. Justo en ese momento, comprendió la naturaleza de su poder: debía pagar un precio por ahorro estratégico. La criatura que ya no tenia vida, caería rápidamente al piso.

 - Kin, ¿Cómo esta la chica?- pregunto Ren, ligeramente pendiente del tema, luego miraría a la criatura de la mesa- Kin, ¿Qué tal si nos encargamos de esta cosa? - diría la albina antes de dar un salto a un lado y lanzarse en carrera (+10 de velocidad, son 100 en total 100/10: 10 metros por segundo) recorriendo la distancia de 10 metros en un solo segundo, sin hacer mucho ruido, con la intención de apuñalar en la espalda a la criatura de la mesa con el chidori, ya si Kin le ayudaba a rematarla es otra cosa.

Estadísticas de Ren Uchiha

Vida: 405/420

(Tu tecnica hace 45 PV, mi resistencia pasiva es de 30 PV, por lo que solamente recibo 15 PV, cosa que ni te deja activar el efecto de tu tecnica mas allá de ese poco daño recibido)
Chakra: 725/1040

(-25 ch del chidori)
Chidori

Coste: 25 ch
Efecto: 112 PV
Efecto 2: 112 PV y Efecto de muerte

Resumen: Como narras que la criatura no muere de una, asumo que Ren no saca la mano de su cuerpo luego de apuñalarla, por lo que le genera el mismo a inicio de este turno, por lo que la criatura muere.

 Ren se lanza en carrera contra la criatura que esta en la mesa, dándole la espalda, para apuñalarla con el chidori, dudo que le de tiempo de reaccion segun la calculadora de reacción:

Calculadora de Reacción (Criatura de la mesa y Chidori de Ren)


Off2: Si Mei se retira dennos a Kin y a mi su chakra(?)
[Imagen: 8Dus9lA.png]
Pasivas

Hablar/Pensar/jutsus
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Última modificación: 23-07-2024, 11:08 PM por Kyoshiro.
Que irónica y despiadada puede ser la vida. Cazador y presa por horas, al final no fue ninguno. En el cuarto anterior, al lado de Sazaki, el cuerpo verde que había sido víctima del combo Ren/Kaizen con sus shurikens y dragón de lodo comenzaba a enfriarse, la vida abandonando lentamente sus extremidades. De su boca brotaba un chorro de sangre, una sustancia roja y espesa que contrastaba con el flujo de sangre que aún corría por sus venas antes de su caída. Era sangre, pero no la suya. Había anhelado en vida poder transferir su sufrimiento, una fantasía que ahora se tornaba en amarga realidad mientras su vida se desvanecía en el frío suelo, su deseo de compartir el dolor convertido en una cruel ironía.

En el cuarto adyacente, la pelea continuaba. Mei, conocedora de las técnicas Suzume, creó una barrera de tierra para protegerse a sí misma y a Kin de las explosiones. Al resquebrajarse el muro, Kin, con su Sharingan, vio ondas sonoras dirigirse hacia Mei, debilitándola momentáneamente y dificultando sus jutsus de sonido. Sus ojos se abrieron de par en par y sus manos atinaban a ir hasta sus orejas, presionando con desesperación. La rodilla izquierda de Mei cayó y se apoyó en el piso, mientras la fuerza de las ondas sonoras retumbaba en su cuerpo. La situación se volvía crítica, pero la defensa de una y la determinación del otro les daba una oportunidad para resistir y contraatacar.

En el momento en el que Mei colocó su rodilla en el suelo, la mano izquierda de Kin comenzó a moverse con destreza, ejecutando una tanda de sellos manuales. Aquello fue el gatillo de acción para la mujer al oeste y la del centro, quienes no necesitaron sellos para su siguiente movimiento.

Ōbādoraibu Sanjo


Ambas tensaron la garganta para liberar unas familiares esferas de chakra que se dirigieron a Kin y Mei en lo que el samurai tomaba un par de shurikens entre sus dedos y los clavaba en la mujer que estaba frente a ellos. En su estado de miedo, la criatura no pudo hacer nada y acabó recibiendo el impacto enemigo. Las shurikens se clavaron profundamente, una tras otra, atravesando puntos vitales y acabando con su vida de inmediato. 

En lo que las seis esferas viajaban por el aire y los seis shurikens impactaban a la criatura del este, Tomoko concentró su energía nuevamente. Con un movimiento eficaz, retiró su mano de la herida que había causado, pero no sin antes aplicar nuevamente el daño. Justo en ese momento, la criatura cayó al suelo en silencio. Otra más que había caído al poder de los militares. Las bajas de aquellos habían sido activos en la cacería y que ahora morían a manos de otros que no tenían nada que ver seguía en aumento. La precisión y la determinación de Tomoko fueron evidentes en su acción final, dejando claro que la batalla estaba inclinándose a favor de sus aliados. 

En ese momento, tres eventos tomaron lugar de manera sincrónica:  1) Kin, tomando un leve impulso con sus rodillas, se lanzó hacia la mujer al oeste de la sala con una velocidad impresionante, su figura casi un borrón mientras se desplazaba a través de las esferas de chakra. 2) Tomoko, igual de rápida que su compañero atacante realizó un ágil salto lateral, y sin perder un segundo, se lanzó en una carrera, recorriendo la distancia de diez metros en un abrir y cerrar de ojos. Finalmente, 3) el tercero de los eventos y el más trágiico: En ese mismo instante, las criaturas del centro y oeste, las creadoras de las esferas, las únicas dos en pie, lanzaron una onda sonora para detonar su técnica. Esta vibración detonante salió de sus cuerpos en el instante antes de fallecer ¡Oh injusta realidad! Un concierto dónde los músicos no podrían escuchar su nota final. 

Los cuerpos en cámara lenta iban cayendo al suelo. El chakra ya había sido pagado, la explosión ocurriría y vendría a toda potencia pero ellas no serían testigo de las mismas. Sus vidas ya no estaban enlazadas al chakra en movimiento. Vivas o muertas, ya el chakra había dejado su cuerpo. La explosión sonora resultante fue colosal, una onda expansiva que se propagó con fuerza devastadora.  El estruendo sería ensordecedor, una violenta sacudida que resonó en toda la sala. Los escritorios saldrían volando, las hojas con los datos de estas creaturas volarían por la sala perdiendo el sentido de orden que alguien con mucho cuidado había documentado por meses. La onda de choque golpearía con una fuerza brutal a todos los presentes, haciéndoles tambalear y llevándolos al borde de la resistencia. El suelo tembló bajo sus pies, las paredes vibraron y el aire se llenó de fragmentos y polvo. 

Los últimos dos cuerpos cayeron al suelo sin vida, sus cuerpos desmoronándose con un impacto sordo en el suelo. El cuarto, ahora vacío de amenazas, lentamente se llenó de un silencio inquietante. La batalla había terminado, pero el eco de la violencia aún resonaba en las paredes de la sala devastada. Sin embargo, aunque las amenazas físicas parecían haber cesado, el peligro no se había extinguido por completo.

En la sala anterior, Sazaki caía inconsciente en el suelo, un chorro de sangre fluyendo profusamente desde su frente ¿Quién o qué había causado aquel ataque?. La sangre se le escapaba lentamente, y el silencio que lo rodeaba era un sombrío testimonio de su infortunio. No había nadie alrededor para causarle más daño; aunque tampoco lo hubo para hacerle el daño original.

Por otro lado, Tomoko, a pesar de la aparente calma en la habitación, comenzaría a sentir dos ardores intensos. El primero, en su mano derecha, una fuerte marca se dibujó desde su muñeca hasta su hombro, la piel hinchada y comenzando a sangrar profusamente. La sensación era como si una cadena/látigo la hubiera golpeado con furia, pero al observar el cuarto, encontraría que no había evidencia de que alguien hubiera estado cerca para causarle tal herida ¿Acaso algo de las bestias que había atravesado? En un giro aún más perturbador, un dolor agudo la atravesó desde el hombro izquierdo y en toda la espalda, como si su piel se estuviera abriendo por un segundo latigazo(cadena) invisible, un ataque que parecía autoinfligido. La confusión y el dolor dejarían a cualquiera en un estado de desorientación y angustia, preguntándose si su sufrimiento provenía de una fuente interna o si la realidad había cambiado de una forma que no podía comprender.

Mei, en su aislamiento sonoro, sentiría un latigazo semejante al de Tomoko, un dolor agudo y punzante que atravesó su cuerpo como si una fuerza invisible la golpeara con furia. En su espalda, una marca apareció, casi idéntica a la de Tomoko, una herida que parecía infligida por una mano invisible. La dirección y la forma del latigazo eran idénticas, como si una sombra cruel estuviera replicando el sufrimiento de su compañera en su propio cuerpo. ¿Qué estaba ocurriendo?



Mientras el caos y la confusión reinaban en la sala, Kaizen, con una determinación fría y calculada, lanzó su técnica de fuego hacia abajo. La llamarada se precipitó con una fuerza implacable, formando un descenso perfectamente vertical de unos cinco metros antes de empezar a curvarse. La intensidad del fuego iluminó el área, revelando la forma y el tamaño del conducto que se extendía ante él. Este conducto, un túnel ancho y oscuro, parecía un tobogán en el que Kaizen se aventuraba sin reservas. La decisión de lanzarse por el conducto no era trivial; al hacerlo, Kaizen se arriesgaba a descender por un trayecto que, si bien no era la ruta principal, lo llevaría desde el nivel 2 al nivel 4 del edificio. El trayecto, lleno de aguas sucias y desechos, no ofrecía garantías de una caída controlada, y el tiempo real del descenso era difícil de calcular con precisión. Sin embargo, el riesgo parecía justificado ante la necesidad de escapar del peligro inmediato y encontrar una forma de ganar ventaja en la situación.

Si Kaizen decidía lanzarse por el tobogán, eventualmente se encontraría descendiendo hasta llegar al sur de una zona conocida por los científicos como "Área de Desechos". Este área, un lugar de asco y putrefacción, estaba llena de una poza de aguas sucias que sería el lugar de aterrizaje. Contaminadas con huesos rotos, desechos humanos y elementos de origen no humano que parecían haber sido devorados por la descomposición. La superficie del agua estaba manchada con restos de materiales y huesos, ofreciendo una visión repulsiva de la decadencia que reinaba en ese rincón olvidado del edificio.

El agua en la poza tenía un nivel de acidez notable, una característica peligrosa para la mayoría de anomalías, pero Kaizen no corría riesgo. La razón de esto era la "Sustancia 23", una anomalía que los científicos de la fundación habían descubierto y usado para sus experimentos. Esta sustancia, aplicada a las creaturas capturadas y eliminadas, era extremadamente corrosiva y se encontraba principalmente en el piso 5. Las creaturas bañadas en esta sustancia eran lanzadas por el conducto hacia la poza, donde se disolvían rápidamente al contacto con el agua ácida, dejando no más que una sombra de su existencia. Kaizen, sin contacto previo con la Sustancia 23, no tenía que preocuparse por sus efectos. Así, al caer en la poza, aunque el agua era desagradable y contaminada, no habría un riesgo inmediato para su vida debido a la falta de esta sustancia en su cuerpo. Al norte de la poza, un único pasadillo zigzagueante, cuyas paredes estaban apenas iluminadas por antorchas parpadeantes que proyectaban sombras inquietantes. La tenue luz ofrecía un respiro momentáneo de la oscuridad, revelando una senda angosta que serpenteaba hacia adelante, prometiendo un camino incierto y peligroso.

El pasillo conducía a una puerta al final de su recorrido, una entrada que parecía separar el lugar de la verdadera oscuridad que se encontraba más allá. Al abrir la puerta, se adentraría en una zona que se asemejaba más a un alcantarillado que a un espacio habitable. El área estaba compuesta por un laberinto subterráneo de conductos y pasillos, mal iluminado y atestado de sistemas de desechos que se canalizaban desde diferentes partes del recinto.

El lugar, que debería haber estado impregnado del fétido olor a excrementos y desechos, estaba dominado por un olor mucho más penetrante: la sangre. El aroma metálico y nauseabundo llenaba el aire, eclipsando el hedor habitual de las heces y desechos. El contraste entre el olor de sangre y la asquerosa mezcla de desechos servía como un recordatorio ominoso de que este lugar no solo era un depósito de residuos, sino también el escenario de una violencia y caos inusuales. En algún sitio de este laberinto, cuatro círculos de sangre con sus respectivos artistas. Dos de ellos juntos, golpeando con cadenas al más pequeños de ellos. El más grande le azotaba por el brazo, y él se azotaba a sí mismo por la espalda. Disfrutaban del dolor, gimiendo de placer con cada golpe. En algún otro lugar, uno de ellos en el suelo, con una herida en su cabeza. Se había golpeado fuertemente la frente repetidamente hasta quedar temporalmente inconsciente. Finalmente, el cuarto de ellos, en algún otro lugar, golpeando su espalda repetidamente con otra cadena.

Jashin: gishiki


En este ambiente sombrío, el aroma a sangre y el sonido de los gemidos subrayan la brutalidad de la confrontación, dejando claro que, aunque la batalla ha terminado, sus secuelas continuarán atormentando a quienes sobrevivieron. La ironía de la guerra y la crueldad de la vida se hacen evidentes, mostrando que el verdadero costo del conflicto no siempre se mide en términos de victorias y derrotas, sino en el sufrimiento que deja en su estela.

Mapa Kaizen
Stats enemigos #5 al #8
Resumen y Análisis
Posibles Daños
Edificio Desbloqueado hasta entonces

El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

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Las estrellas ninja rodeadas por su fuego interior impactaron una tras otra en el abdomen de la mujer, causándole una muerte veloz y no muy dolorosa. Los pies del Uchiha acortaron en un parpadeo la distancia que lo separaban de la mujer en la zona oeste de la sala y con un hábil tajo de su espada, el cuello de la mujer fue cortado, la segunda muerte en esa sala a manos del Uchiha. Pero no todo salió como lo planeado, en un instante todo cambió para mal para las fuerzas militares que habían acudido en ayuda del Doctor Shun.

Una combinación de aquellas esferas de chakra causó una enorme explosión sinfónica en el lugar, el Sharingan de Kin pudo visualizar y entender a la perfección lo que iba a ocurrir, pero realmente no tenía tiempo de hacer algo para evitar el daño. Las ondas expansivas ocasionadas por el choque afectaron una gran área del lugar, dañándolo enormemente junto a los Shinobis. En un segundo, todo se volvió negro para el Uchiha, su cuerpo fue fuertemente azotado por las múltiples ondas de chakra de las esferas del linaje Suzume. Su mano soltó aquella espada que tanto había protegido y sus ojos perdieron aquel color carmesí del Sharingan.

Sus ojos se abrieron nuevamente y de forma lenta, realmente no había pasado mucho tiempo, si acaso un par de segundos, sus oídos emitían un leve pitido en su cabeza producto de las múltiples explosiones, el cuerpo le dolía demasiado y su vestimenta estaba visiblemente dañada, ramas específicamente, rasgada, como si se la hubieran querido arrancar. Por suerte, el chaleco Táctico estaba aún en perfecto estado. Lentamente, se levantó del suelo, sintiendo que su peso era mayor por alguna razón. Meneó la cabeza un poco antes de ver la sala nuevamente, dañada, pero al menos todas las mujeres gritonas ya se encontraban sin vida. La Amaterasu No Ha estaba a unos centímetros al lado de su posición, así que solo tuvo que estirar un poco si adolorido cuerpo para tomarla de nuevo.

Sus pies temblaban ligeramente cuando ya estaba de pie, sus ojos rápidamente hicieron un escaneo de la sala y pudo ver a varios metros de él, a aquella albina, una chica que no había visto en mucho tiempo hasta ese momento. En su mente también estaba presente el bienestar de su compañera Suzume, pero sus sentimientos estaban con la Uchiha. Su mano derecha trabajó de forma hábil para volver a envainar la Amaterasu No Ha y como pudo, corrió hasta donde sé encontraba Ren. — Ren… ¿estás bien?... —. Fue lo único que pronunció en ese momento a la par que se arrodillaba y tocaba el cuello pálido de la Uchiha, buscando alguna señal de vida en la Renegada, tras eso se quedaría sentado al lado de Ren, inmóvil tratando de recuperar fuerzas para continuar con su misión de rescate.

Off
Pasivas

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