[Evento Navidad] Su Navidad particular.
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Última modificación: 07-01-2024, 10:43 PM por Fujitora.
~31 de diciembre ~


Me había estado trabajando durante tantos años que no me había quedado más remedio que aprender a convivir con el vacío más insondable de mi interior. Aquel vacío que nada podía llenar ni sustituir, ya que la familia es totalmente irremplazable. Daba gracias a mi trabajo interior, a sobrellevar las ausencias y a convivir con el silencio, que aunque a veces fuera un gran aliado, otras era una tremenda lápida incapaz de quitarme de encima, pero la verdad que lo adoraba.

Y sí, otro año más me quería dar el gusto de organizar mi particular banquete. Bajé rápido por la mañana, muy a primera hora para comprarme los ingredientes en la temprana entrada de los víveres del comercio, ya que todo estaba más fresco y en mejor estado. Por las calles de Kirigakure ya se iba disipando levemente la niebla que por la noche se asienta, y aunque fuera un fenómeno perenne en la zona, había días en los que se hacía más liviana y aparentemente inexistente, algo que parecía tomar ese camino durante la mañana, pues cualquier habitante de la villa que se precie, sabía perfectamente qué transcurso llevarían la niebla ese día con tan solo verla por la mañana.

El mercado estaba agitado con los comerciantes y los transportistas de las mercancías, siempre había un jaleo nervioso durante estas fechas navideñas en las que las ventas y los precios siempre subían, había mucho en juego y eran días importantes para las próximas semanas. Paseaba sin prisa por los puestos que empezaban a colocar su género, espera encontrar unos langostinos frescos y grandes, ya que por la cena de fin de año era algo que suele agotarse con mucha rapidez, y no estaba equivocado tras ver que los más y las más madrugadoras de la villa se acercaban hasta los puestos de pescado y marisco.

- Ah mierda, y mira que madrugué... pues solo quiero un puñado, espero no quedarme sin langostinos -

Me dije mientras aceleraba el paso, alcanzando la pescadería de confianza a la que solía acudir para comprar lo mejor del mar.

- ¡Señora Tsuhiro! Soy yo, Fujitora... tan solo quiero un puñado de langostinos, no más... cuando pueda -
- Oooh Fuji, te guardaré no te preocupes, pásate luego más tarde si quieres, yo te los aparto, no te quedarás sin ellos -

Con algo de picardía, alcé la voz a pesar de la cola que había para ser atendido, y ganándome algunas miradas asesinas por parte de la gente de esta, y con razón, pude llegar hasta la conocida mujer que regentaba el puesto, lo sentía por ellos y sobre todo por los últimos, pero era una de las ventajas de ser un conocido cliente habitual, además de no tener nada a deber, como muchos hacían. Ahora solo quedaba ir a por el resto, esencialmente el otro ingrediente principal del plato estrella, panceta y hueso de cerdo, obviamente tocaba ramen. ¿Qué mejor manera de empezar el año con ramen?
[Imagen: 20231127_013118.gif?ex=664f3727&is=664de...813aae68f&]

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pasivas
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Última modificación: 08-01-2024, 01:17 PM por Fujitora.
Ahora, había que irse también con premura hasta el puesto del señor Iroshi, otro gran referente en el mercado de la niebla, y para mi suerte, amigo desde hace bastantes años. Y no solo tenía para mi gusto el mejor género cárnico de la villa, sino que también era toda una fuente de sabiduría culinaria, y la mayoría de mis cocinados estrella respondían a su saber en la cocina y a una cocción milimétrica en todos los sentidos por parte del viejo carnicero.

Con el paso acelerado, me dirigí directamente hacia su puesto, el cual, de la misma forma en la que me encontré el de la señora Tsuhiro comenzaba a llenarse en su mostrador, había ya como casi 10 personas, formando una cola contigua y portando bolsas y cestos donde depositar su compra navideña. ¿Debía de tentar a la suerte de nuevo arriesgándome a que alguien de la cola me pegue por colarme? No era del todo correcto y evitaba hacer ese tipo de cosas, pero todo sea por el ramen, no podía quedarme sin la panceta y mucho menos sin los huesos, ¿qué clase de ramen haría sin ellos? De manera furtiva, di un gran rodeo para evitar miradas de los que esperaban su turno, y me colé por detrás de los puestos en fila que se continuaban en el perímetro del mercado, salvando cada uno de estos puestos hasta llegar por detrás del puesto del bueno del señor Iroshi. Me interné entre sus lonas, las cuales separaban sus pertenencias de afuera, cualquiera pensaría que le estaba robando, sin embargo, sabía que tenía la confianza necesaria como para hacerlo, por lo que no me preocupaba que me vieran o que el mismo se internase en ese espacio donde almacenaba la venta para ese día.

- Psst, ey señor Iroshi soy yo, Fuji -

El anciano de tan excitado que estaba con las ventas y concentrado en su trabajo ni me vió cuando fue a buscar lo que le hubiera pedido.

- Oh, ¡ay! joven Fujitora, ¿qué haces por aquí? ¿necesitas algo? -
- Si señor, para esta noche se viene ramen antológico, a si que lo de siempre, hueso y un buen trozo selecto de panceta para hacer chasiu -
- ¡Aaaahh! te vas a volver todo un maestro de ramen chico, deberías de dejar eso de ser shinobi y abrirte un respetado negocio de ramen, pero en fin... yo te busco ahora una buena pieza, pásate dentro de un rato -
- ¡Mil gracias señor Iroshi! -
- Te veo luego Fuji -

Y agradecido, me escurrí por donde vine, ahora tenía que ir en buscar a por el resto de ingredientes tanto del ramen como de los rollitos fríos de entrante, y aunque tenía algunos de ellos en casa, otros frescos como las hiervas me eran muy necesarios. La plaza pareció llenarse por momentos, la gente empezaba a acudir en masa asaltando los puestos de comida de los vendedores. O me daba prisa, o algo habría que no pudiera comprar.
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Última modificación: 31-01-2024, 12:42 AM por Fujitora.
No menos importante para ambas recetas eran tanto los fideos de arroz como los de trigo para los rollitos como para el ramen respectivamente. Cada uno daba su peculiar particularidad tanto al entrante como al plato, y eran primordiales para lo que se iba a disponer.

Recorría los puestos agudizando la vista hacia cada maestro artesano que cuidaba su producto con la destreza que le caracterizaba, era un verdadero gusto, y que además atraía a los viandantes, como con las mismas manos estiraban una masa milimétricamente realizada e iban sacando los primeros fideos. Doblar y estirar, doblar y estirar, doblar y estirar... Y así hasta que alcanzaban el grosor idóneo. Los obradores estaban repletos por todo tipo de nudos que realizaban para su posterior venta, así los fideos no se desperdigaban y además conservaban su forma así como su humedad natural.

- Oh dios... me pirra un buen caldo calentito y estos fideos artesanales -

Dije en voz alta babeando, paseando con el cuello orientado hacia los mostradores de cristal. 

- Oiga buenos días, ¿me alcanza estos 2 nudos? quiero estos sí... ¿qué precio tienen? -
- Son 10 Ryus buen mozo, toma este manojo de cilantro de paso, hoy lo regalamos -
- Ay qué amable, muchas gracias... le daré feedback cuando los pruebe, pero por la pinta seguro que son deliciosos -

Le contesté mientras me despedía y recogía el cambio. Ahora ya solo faltaban los de arroz, aunque esos eran más complicados de encontrar artesanales, o al menos eran excesivamente caros y daban unas calidades muy similares a los exportados, pero hacían tanta falta como los de trigo.
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