25 de Mayo, 15 DK
07:30, amanecer
Calles de la capital de la Isla del Oeste
Izanami se movía con su habitual tranquilidad y rostro impasible frío como el mismísimo hielo. Cruzaba aquellas calles turbias y cubiertas de maleantes en cualquier esquina donde quisieras mirar como si nada estuviera fuera de lugar, como si ya conociera bien aquel lugar, casi dando unos aires de superioridad ante todos aquellos.
Para esas horas con el sol habiendo emergido hacía apenas minutos su camino la llevaba a las proximidades del centro de eventos de la isla. Era su destino final en el día de hoy al fin y al cabo. Cuando la joven de cabello bicolor giro la esquina hacia el inicio de la concurrida calle principal donde estaba la entrada al centro de eventos, su camino se topo de frente con una mujer de cabellos negros como el ebano, que lucia ropas del mismo color a juego con su katana ligada a su cintura, mientras cargaba una voluminosa maleta como si su peso fuera insignificante. Por unos momentos las miradas de ambas se cruzaron.
La Yondai Sencho al momento de observar la mirada de Izanami percibió algo que le molesto. Su mano libre se deslizó discretamente pero con seguridad hacia la empuñadura de su arma. No obstante Izanami sin reaccionar de ninguna manera ante ella, prosiguió su camino sin más. En ese momento la mujer retiro su mano de la empuñadura. Si Izanami tan solo hubiera vacilado un poco o mostrado el más minimo indicio de reaccionar ante la guardia de la espadachina, un rápido y certero movimiento habria decapitado a la joven shinobi de Kirigakure. Mio no destacaba por ser paciente o dar muchas oportunidades, algo en sus instintos le advirtió de que debía actuar, pero como Izanami no mostro la más mínima reacción sencillamente apago forzosamente ese instinto en ella y prosiguió su camino hacia el Rayo con sus indecentes cantidades de dinero recesión ganadas. Al fin y al cabo iniciar a tan poco tiempo de la subasta una disputa tan cerca de la misma podría no ser muy bueno para el que seria el mejor negocio en mucho tiempo de Tao-chan.
Si tan solo aquella mujer de negro hubiera hecho caso a su instinto más salvaje. Sin tan solo hubiera decidido desenfundar en ese momento la espada. Tal vez habría logrado evitar la tragedia que aquel día se produciría en aquella ciudad. Una tragedia que perseguirá la conciencia y remordimientos de la Yondai del Rayo durante un largo tiempo. Haciendo que sin duda la próxima vez que los caminos de Izanami y Mio se cruzaran, sería un tipo de encuentro muy diferente.
Por su parte Izanami, si que avanzó hasta alcanzar la altura del centro de eventos, pero con toda la naturalidad del mundo entró en el edificio que había frente al lugar de la subasta. Un lugar en el que aguardará hasta alcanzar la hora prometida.
27 de Marzo, 15 DK
11:50, medianoche
Local de alterne de Kirigakure
Dos mujeres se encontraban reunidas en un reservado del local. El lugar en sí era muy refinado, con decoraciones extravagantes de oro y mármol, pero todo camuflado con una luz tenue y natural de lámparas de aceite aromáticas que impregnaban el lugar de un aroma peculiar. Dando una atmósfera muy sensual y apasionada, al mismo tiempo que ostentosa y elegante.
Las dos mujeres allí reunidas se encontraban rodeadas de media docena de hostess que lucían vestidos muy insinuantes y trataban de agradar y alegrar el ambiente de ambas mujeres mientras les servían algunas de las múltiples bebidas de la mesa
- Si lo que querías hablar conmigo era algo importante, no se porque me has traído a este lugar - Diría de forma tajante Izanami, la más fría e impasible de las dos mujeres que estaban allí reunidas. No es tanto que no disfrutara un poco del ambiente o la compañía, no era impasible ni una piedra, pero estaba desconcertada por el contexto con el que había sido llamada.
- Relájate chica, no debes ser tan seria siempre con todo. A parte que mejor que un ambiente como este para hacer algún buen negocio - Le respondería Yuki Shirohime que parecía encontrarse como pez en el agua con ese ambiente
- No se, pero tal vez según lo que hablemos seria mejor que no hubiera nadie con nosotros - Conforme decía eso, Izanami lanzaba una mirada mortal a una de las acompañantes que tenía más próxima a ella, transmitiendo por unos momentos un miedo que helaría la sangre de la joven, pero al mismo tiempo dadas las condiciones con las que muchas veces trabajaba no podía evitar sentir un cosquilleo
- Puedes estar tranquila - Diría la espadachina de la niebla mientras tomaba del mentón a una de las jovencitas a su lado y le brindaba un beso con lengua, para luego dejar a la joven mostrando su lengua mientras la giraba hacia Izanami, revelando que en la lengua de la misma portaba un sello
- Están muy bien entrenadas, no pueden traicionar los secretos del local y sus clientes, de lo contrario… - No terminó la frase, no hacía falta y todas las chicas por unos momentos sintieron un escalofrío al recordar las consecuencias de romper el sello.
- Bien, entonces de que se trata esto? - Concisa y sin rodeos, así era la chica
- Tan directa como había escuchado… Bueno es algo que me agrada de ti desde que nos conocimos con el mismo para este trabajo que estamos a punto de realizar - Entonces la mujer rebuscaba en su escote hasta sacar un papel que lanzará a Izanami, tomándolo esta al vuelo
- Ahora estamos trabajando para el mismo jefe ambas tratando de evitar aquel despropósito de alianza entre el Agua y la Lluvia, pero llego a mis oídos un encargo muy exclusivo y especial que tal vez pueda interesarte de hecho te seleccioné personalmente como candidata para este cometido - Cuando Izanami abrió el mensaje hecho expresamente para que solo ella pudiera abrirlo, leyó todo el informe sobre la clandestina misión de robo, para instantes más tarde arder el papel entre sus manos dejando solo caer cenizas en la mesa que una de sus chicas limpiará rápidamente sin estorbar
- Porque precisamente tu, me estas incitando que robe al crimen organizado del Agua, acaso no son tu gente? - Izanami estaba algo confundida, aunque no lo manifestaba directamente
- Bueno es cierto que trabajo para ellos, pero por ciertas razones requiero de escalar algún puesto en el organigrama y una pariente nuestra, la Godai Senchi, Yuki Tao es un estorbo para mi ahora mismo, pero si esta subasta sale mal sin duda desaparecerá por si sola o la harán desaparecer quedando una vacante - Diría la mujer con una sonrisa en su rostro mientras tomaba una copa de vino. Era cierto que las tres eran Yuki y aunque no compartieran sangre directamente un minimo de conocimiento de odias habían tenido dentro del clan.
Izanami se quedó reflexiva por unos momentos, era algo peculiar y curioso lo que le estaban solicitando
- Bueno, no negaré que la subasta en el viento me resulta tentadora, allí seguro se subastan algunos libros o pergaminos antiguos que no podría encontrar en ningún otro lugar - Entonces se cruzo de brazos al igual sus piernas posando su diestra sobre su rodilla izquierda con elegancia
- ¿Pero te parece suficiente eso por arriesgar mi vida y en el mejor de los casos ponerme a todo el bajo mundo del Agua en contra, así como algunos mandatarios imperiales asociados al crimen organizado? - Sin duda su vida no seria la misma después de este incidente, debía ser cauta con sus decisiones
- Bueno, recuerdas aquello que consultaste a mi superior después de que completamos el trabajito con el pequeño novio? Pues si tu me ayudas con esto, yo podría ayudarte a dejar de forma segura un tiempo el imperio y colarte entre los rebeldes como una traidora del imperio, siendo una actuación perfecta - Cierto era, todos estos pequeños actos de trabajar en la sombra del imperio bajo órdenes de gente con intereses muy personales, pero siempre en pro de la gloria de Kirigakure con el fin de abandonar temporalmente el imperio y poder introducirse entre las filas rebeldes para entender cómo piensan, cómo actúan y que clase de personas son sus líderes. Todo como planearon ella y su senpai Kurosame. Pero abandonar el imperio tenia sus riesgos, aunque solo fuera de forma temporal, y precisamente si no se abandonaba de una forma realista los rebeldes no confiaría en ella y no lograra introducirse bien entre ellos o en el caso de entrar tardaría demasiado tiempo en ganar su confianza. Sin duda se requieren de algunas manos poderosas y con contactos para lograr tal actuación.
Izanami suspiraba ante las últimas declaraciones de la Yuki
- Entonces sin duda alguna me interesa, pero… Porque me eliges a mi? Debe haber gente mucho más capaz para tal misión de robo, yo apenas soy una chunin y no soy alguien precisamente versado en la infiltración y el espionaje - Respondería Izanami con toda la sinceridad del mundo. Ante lo cual la mujer de cabello plateado rio a carcajadas
- Precisamente porque eres una chunin, tu te has esmerado tras un simple error en no destacar, en no progresar, evitar cualquier ascenso, aun cuando te has fortalecido muchísimo, aun cuando no heredaste el factor de linaje del clan y no eres capaz de generar el Hyouton, has logrado obtener un elemento avanzado mucho más complejo y peligroso. Tu perfil es tan bajo que incluso rondando por la zona nadie mal pensara de ti demasiado y tus habilidades están en uno de los niveles más elevados, se que lo puedes lograr - Tal vez era alguna clase de vinculo por formar parte del mismo clan que las conectaba y por eso confiaba así en ella, aunque la realidad eran las redes de contacto que alguien de su posición manejaba y la proximidad que por desgracia tenía a Izanami por estar en el mismo clan y por lo tanto ser parientes.
- Vale está bien, concretemos los detalles, aunque ya te aviso que cualquier cosa que requiera para el trabajo te la voy a reclamar como si tu fueras mi contratante - Le exigiría Izanami
- Bueno, aunque ya te aviso que no expondré a mi persona como tal en todo esto, sería malo para mi ascenso - La mujer buscaba ocupar uno de los cinco asientos, y por lo tanto aunque urdiera todo esto en la sombra, no podría exponerse, de lo contrario se podría despedir de su vida por traición.
13 de Mayo, 15 DK
01:20, mediodia
Centro de Eventos de la capital de la Isla del Oeste
El anfiteatro para la subasta tenía un ambiente animado y bullicioso; aunque no estaban llenas ni la mitad de las butacas. Algo normal y comprensible dada la subasta menor que se estaba llevando a cabo en ese día y que muchos de los pujantes preferían aguardar a la gran subasta de dentro de un par de semanas.
No obstante entre los presentes en el lugar, sentada en una de las sillas, luciendo un elegante y hermoso vestido, se encontraba Izanami sosteniendo uno de los carteles de las pujas alzado
- Ofrezco 20 mil - Diría la propia muchacha ante el asombro del público y el descontento de un hombre que vestía peculiares ropas exóticas de moda por los Reinos del Sur. Pero esa era la realidad para el hombre, había perdido la puja frente a Izanami, aunque ella acababa de sufrir una considerable brecha en sus fondos económicos.
En primer lugar, lo que Izanami acababa de adquirir era precisamente una esclava. No era de extrañar dado que aunque la esclavitud coom tal solo es publica y aceptada de forma gubernamental en los Reinos del Sur. Por todo el continente había casos similares solo que a una escala mucho menor, más privada y elitista. Concretamente ahora mismo en su mayoría en subastas como esas, dado que esclavos comunes se podían obtener por otros medios, se subastaban shinobis capturados por ser criminales o miembros de la rebelión. No es que pasara mucho, pero de vez en cuando alguno era atrapado con vida y terminaba en sitios como este si de parte de la yakuza dependía. Y en este caso concreto Izanami pujó por una joven shinobi de Kumo, cuya apariencia daba la sensación de ser muy joven, casi como recién salida de la academia aunque en principio era una genin ya. De su edad no se podían fiar aunque habían dicho que tenía 16 los subastadores, puesto que suelen mentir. Y nada más vio el rostro y la expresión del hombre del Cobre que inició la subasta por la niña, tenía claro que no permitiría que se la llevara.
Y en segundo lugar y más importante. Los que se pregunten que hacía Izanami pujando en la subasta como una participante más de la misma, la respuesta era bien sencilla. Estaba investigando el lugar donde tendría que robar la túnica del Raikage. Le habían facilitado los planos del lugar, algo fácil para Shirohime dado que era un local de su facción, pero los planos no siempre son correctos y en ocasiones no es lo mismo leer un plano que visualizar el entorno en persona, pero entre ambas cosas se obtiene un control del espacio y entorno perfectos para poder operar.
Este era el segundo día que acudia a la subasta como pujante. No era de extrañar ni le pusieron problemas para ello. Izanami aunque no lo pareciera había trabajado muchísimo toda su vida y pertenecia a un buen clan de Kirigakure, manejaba unas buenas cantidades de dinero como para permitirse estar en aquel lugar y poder incluso pujar un poco para aparentar. Nunca espero terminar comprando una esclava, pero la vida es incierta.
Pero mereció la pena. Conocía el local, las cuatro entradas conducían por un pasadizo hasta el hall principal, salvo algunas salas de trabajadores a lo largo de dichos pasillos, que por algunos pasadizos internos conducían hasta la parte posterior del escenario de subastas donde estaban las escaleras hacia la planta superior, blindada y protegida contra cualquier intento de robo, dado que ahí se guardaban los tesoros, que tras pasar por toda la seguridad de dicha planta, tan solo bajando las escaleras ya se tenía el objeto detrás del escenario listo para ser revelado para la siguiente puja. Las únicas salidas de la sala de subastas eran por la propia parte trasera del teatro que mediante unos pasadizos y salas podría llegar rápidamente a la salida trasera del lugar o por la entrada principal que conectaba con el hall y al mismo tiempo con la calle.
La subasta concluyó e Izanami obtuvo el sello en su mano que la conectaba con la joven esclava, haciendo que la misma no pudiera traicionarla ni desobedecerla. Izanami se retiró con la niña hasta la posada en la que se había establecido en esta ciudad, donde descubrió que como pensaba la niña no tenía 16 años, sino 13, una vulgar táctica para aliviar la imagen de algunos por comprarla, miserables. Aunque la historia de aquella niña será contada en otro momento. Tan solo añadiremos que tras salir de la subasta, en lo que se retiraban Izanami y la niña, el noble del Cobre intentó acorralar a las dos mujeres por la calle muy furioso con uno de sus guardias personales con el fin de forzar a Izanami a cederle la propiedad de la niña. Podemos omitir como el guardaespaldas quedó fuera de combate, para centrarnos en describir como el noble del cobre saldría volando por un golpe certero de Izanami en el que aunque parecía que le golpeaba con su puño estaría liberando de su mano el mango de su guadaña dandole un bastonazo que lo haría ver las estrellas y desfiguraba su rostro dejandolo tirado por el lugar. Era cuestión de tiempo que las ratas y buitres que rondaban por el lugar acudieran a su cuerpo inerte para robarle hasta la ropa interior; aunque ese seria su mejor escenario porque le podían deparar destinos mucho peores por aquella ciudad estando tirado por la calle.
Esa misma noche Izanami contactaría con Shiroyuki una última vez antes de querer dar el golpe
- ¿Pero estas loca, acaso tienes ese dinero? - Diría la espadachina escandalizada
- No, no lo tengo - Respondería Izanami con calma y serenidad
- ¿Entonces? Es estupido, a parte eres consciente de que no puedes comprar el objeto para completar la misión, ni hacer que otros lo roben por ti? - Era imposible para la mujer de cabellos plateados comprender la situación, pero solo debía confiar en Izanami
- Mira, no necesito el dinero porque ninguno lograra obtener la túnica y nunca planee que lo robaran por mi, tan solo necesito que hagas lo siguiente y no tienes ni que implicarte… - Izanami ya había trazado en el día de hoy un buen plan para lograr su cometido.
25 de Mayo, 15 DK
02:59, mediodía
Centro de Eventos de la capital de la Isla del Oeste
Aun siendo mediodía el cielo estaba oscureciendo, las nubes de tormenta negras como la misma noche se estaban cerniendo sobre la ciudad denotando una inminente lluvia. Era el día y era la hora, la subasta de la la túnica del primer raikage iba a suceder ahora, tras tres horas de subastas menores. Izanami había ascendido hasta la azotea del edificio más elevado cerca de la subasta mientras. La mujer portaba una pequeña batuta propia de los directores de los recitales de musica.
Reviso en un reloj de bolsillo la hora y entonces elevó la batuta hacia el cielo, al mismo tiempo que un relámpago resonaba entre las nubes y el propio jutsu que Izanami había convocado comenzaba a liberar una lluvia atroz sobre la ciudad, evidentemente la ciudad estaba preparada para filtrar el agua, algo típico del país del Agua. Pero la lluvia cumplía la finalidad que buscaba. La gente mediocre y normal, desligada de lo que ocurría en el centro se comenzaron a retirar a sus hogares y refugio. Algunos nobles pujantes y empleados que andaban por la puerta del centro de eventos entraron a su interior refugiándose de la lluvia solo dejando fuera a los vigilantes y guardias. Y entonces al mismo tiempo que las manos de Izanami comenzaban a moverse armónicamente dirigidas hacia el cielo, una explosión ensordeció el cielo. Y múltiples explosiones empezaron a suceder a esa mientras las manos de la joven se deslizaban siguiendo un determinado compás y patrón.
El origen de aquellas explosiones procedía de múltiples criminales, ladrones y mercenarios que no desentonaban mucho en el lugar antes de entrar en acción. Pero ahora se habían vuelto locos intentando asaltar el lugar de la subasta en busca de la túnica del Raikage. Pero aquello no era una casualidad, no se trataba de una coincidencia, al parecer la invitación para la misión de la túnica era algo muy exclusivo y pocos seleccionados fueron advertidos. Pero hace apenas unos 3 días un aviso se hizo presente por todos los bajos fondos. El aviso hablaba de como un mandatario del Rayo ofreció una sustanciosa recompensa de 500.000 Ryos a quien le trajera la ilustre túnica del primer Raikage, un tesoro nacional para el rayo que no estaba dispuesto a que unos traficantes del Agua se lucraran con ella.
El sonido del caos y la batalla comenzaban a invadir las calles mezclado con el sonido de la lluvia repicando sobre la ciudad, la armonía de truenos y estallidos comenzaba ha tomar cierto ritmo percutor. Desde las alturas Izanami observaba el caos que se produce a pies del edificio por todo el perímetro de la casa de subastas. Toda esta gente habia acudido a esa absurda recompensa, era tan elevada que seguramente habria sido suficiente para ganar la puja por si solo el magnatario, pero la indignación por subastar una reliquia nacional que robarón del propio país teñian el acto de cierta justicia poetica que causaban que aun algun idiota estuviera allí luchando pesando que lo hacia por una causa justa.
Pero evidentemente no existía tal recompensa, el mandatario sí, pero para cuando se debió enterar de esto no estuvo a tiempo de desmentir antes de que todo estallara; un buen trabajo por parte de Shirohime. Y esto es justo el encargo que le solicito, con sus hilos en los bajos fondos, que extendiera lo más que pudiera esta carta falsa. Evidentemente los mayores criminales del mundo entenderán que se trataba de una misión falsa o certificarán esto antes de actuar. Pero muchos rufianes de poca monta, ladrones de tercera, en general desechos sociales habían acudido como planeaba a la hora de la subasta del objeto, era evidente que sería la hora más asequible para robar el objeto y dado que muchos de los que llegaron no eran especialmente listos optaron por la batalla masiva intentando irrumpir en el lugar. Un pequeño caos que le podría salir muy caro a Izanami cuando se descubriera la verdad de su treta. Pero por ahora ya tenía lo que buscaba.
Mientras en el interior de la subasta el cerda de un millar de nobles, coleccionistas, comerciantes y gente adinerada en general o subordinados de los mismos que mandaron en su lugar llenaban todos los asientos y palcos. Admirando ya a esa hora la Túnica del Raikage que había sido expuesta en el escenario, sin percatarse de que sucedía en el exterior, puesto que la sala estaba insonorizada para evitar que se pudiera espiar desde fuera las ventas.de días vip como el de hoy. Pero los guardias, vigilantes y miembros de la agrupación ya estaban movilizándose por los pasadizos y el hall recibidor siguiendo las instrucciones de Yuki Tao, quien las iba dictando desde su palco vip conforme la informaron del incidente.
En las cuatro puertas al centro de eventos ya se habían agrupado un considerable número de miembros de la yakuza y aspirantes a robar la túnica en una batalla campal, con cada mano alzándose para elevar la puja de la túnica una decena de hombres caían heridos en la batalla, algunos morían directamente, otros agonizaban en el suelo sangrando mientras la lluvia se llevaba su sangre hacia el suelo tiñendo el pavimento.
Igual esto estaba siendo una masacre, una barbaridad. Pero como en su momento Izanami advirtió a Shirohime, ella no era buena en espionaje e infiltración, así que opto por su especialidad… Un asalto frontal con todo lo que tenía. Pero no era tan ingenua como para enfrentar en solitario una quinta parte de la yakuza en el Agua ella sola, buscando uno contra algunos cientos y más de uno bastante poderoso. Así que lo sencillamente manipular a la morralla prescindible para que debilitaran y descoordinaran las fuerzas de seguridad del lugar. Un ataque masivo, desde las 4 entradas, en la hora más clave. Sin duda estaban metidos en el caos, pero Izanami aún aguardaba un movimiento más.
Y finalmente en la puerta principal en el propio hall recibir una explosión se genero desde el interior, esa era la señal que la Yuki esperaba. Sin duda muchos criminales de poca monta se habían reunidos, en especial de los que abundaban por las calles mismas de la ciudad. Pero una recompensa tan jugosa hizo venir desde múltiples países a gente y algunos de ellos relativamente componentes que no se sumaron al ataque contra las puertas sin cabeza topando con el muro de la Yakuza que no los dejaba entrar, sino que se habían logrado infiltrar en el interior del edificio e incluso en el propio anfiteatro de la subasta, los únicos capaces de algo así sin haber sido descubiertos hasta ese momento eran unos pocos. Pero suficientes como para empezar a generar caos dentro del edificio confundiendo más a la Yakuza y obligándolos ya no a concentrarse en las puertas sino que dividirse más aún intentando acabar con las ratas que ya tenían en su hogar incluso alguno comenzó a liarla dentro de la sala de subasta intentando alcanzar la túnica ahora que la guardia había salido en su mayoría al exterior, aun así siendo interceptado por un par de mercenarios dando inicio a un pequeño intercambio inicial de jutsus, que sembro el panico en los civiles que habían venido a pujar dando inicio a un pánico general de gente intentando salir hacia el hall, mientras algunos se mostraban confundidos permaneciendo en sus asientos y algunos vigilantes saturados intentando parar a los postores para que no salieran hacia el hall y la entrada donde una batalla mucho peor estaba sucediendo. Una situación que podría definirse como caos.
Cuando todo había estallado Izanami detuvo sus movimientos de manos dirigiendo la escena y extendió sus brazos hacia los lados para acto seguido dejarse caer hacia delante, rotando por el aire mientras su guadaña salía de su cuerpo, hasta aterrizar amortiguando el impacto al trazar un poderoso golpe descendente con la misma que partió por la mitad a uno de los combatientes. De que facción era no importaba en lo más mínimo para Izanami, ella solo buscaba aprovecharse de la confusión, la batalla y los heridos para abrirse paso con facilidad.
En la entrada al recinto dio inicio a una danza mortal de Izanami con su guadaña segando múltiples vidas en pocos instantes moviéndose frenéticamente entre los combatientes aprovechando su concentración hacia otro rival, un intercambio de golpes perdido que les dejo expuestos, algunos que sencillamente estaban demasiados heridos como para defenderse. Cada victima de su guadaña tenia dos destinos en aquellos momentos. Caer muerta en el suelo o quedar sangrando en el suelo hasta que la muerte los acogiera. Ahora los números en aquella primera puerta estaban bajando a un ritmo vertiginoso, Izanami iba limpiando de forma indiscriminada de los más alejados de la puerta hacia la misma, como si barriera la basura hacia el interior del local. Logrando finalmente irrumpir en el interior del hall dejando tras de si en la calle una pequeña masacre sobre unos ríos de sangre.
Fuera del ahora aislado interior del anfiteatro, aquella masacre comenzó ha hacer gala, trayendo el mayor numero de yakuzas posibles de otros sectores del edificio hacia la entrada para buscar subyugar a los molestos ladrones que estaban aún resistiendo en él y aplacar la genocida. Incrementando un poco la intensidad de la batalla para Izanami al ahora encontrarse con un balance mucho mayor de una misma facción. Comenzando a liberar la verdugo proyecciones cortantes de múltiples elementos al mismo tiempo que cortaba a sus víctimas, alternando entre los 5 elementos, lo cual se traducir en un caos en que todos los jutsus que le lanzaban eran lentos, predecibles y si se atrevían a utilizar elementos frente a ella, simplemente eran contrarrestados por su elemento superior. El número de víctimas en el suelo se acrecentaba. En cuanto el ritmo y numero de combatientes comenzaba a descender Izanami aprovecho para realizar una cadena de sellos, liberando desde su espalda unas siniestras y oscuras extremidades de oscuridad que tomaron y alzaron del suelo a un herido grave que no podría resistirse, aprovechándose de que aun vivía para tenerlo retenido en el aire moviéndose con ella mientras le drenaba el chakra de su cuerpo. La batalla seria larga y usaría mucho chakra, mejor reponer fuerzas incluso en medio de la pelea. Para cuando la situación en el recibidor del edificio solo eran una estela de muertos y heridos, con una nueva decoración caótica y carmesí en la sala, la joven que portaba su cuerpo cubierto de sangre para esos momentos, tenia tras de si a cuatro pobres luchadores caídos sujetos y flotando por múltiples tentáculos de oscuridad. Siendo reducidos a meros recipientes de chakra para Izanami, como baterías sin mayor utilidad o derechos que permanecer ahí hasta morir por sus sangrados.
Izanami caminaría escuchando el chapoteo de la sangre en el suelo tras cada paso que daba hacia la puerta asegurada desde dentro que daba acceso al anfiteatro de la subasta. En ese lugar el público seguía en pánico a pesar de que ya se logró reducir al par de ladrones que habían conseguido entrar hasta allí. Pero no todo eran buenas noticias para la Yakuza, las otras 3 puertas al edificio habían caído al tener que dividir tanto a sus hombres y acudir para cubrir tantos frentes. Haciendo que los supervivientes entre los asaltantes irrumpieron en el edificio, moviéndose por los cuartos privados a puro golpe, encontrando en su camino muchos trabajadores de la Yakuza alejados de las artes ninja que cubrían funciones más contables y administrativas en el lugar, hasta reunirse en la parte posterior del escenario, comenzando a salir por los laterales del mismo alzando un pequeño revuelo en la sala principal saltando rápidamente hacia el escenario los mejores y más poderosos hombres de la Godai Sencho para cubrir la túnica que aun seguía ahí presente en el expositorio de seguridad. Causando que los civiles del público arrollaran aun más a los guardias que buscaban mantener la puerta cerrada hacia el hall central, llegando a producirse algunos aplastamientos entre ellos, hasta que finalmente consiguieron por número aplacar a los vigilantes, que no podían dañar a clientes, y abriendo la puerta para huir de aquel infierno.
Pero para su desgracia nada más abrieron las puertas y trataron de salir de la sala de subastas un destello metálico cruza de lado a lado la entrada cortando de forma visceral a los primeros que buscaron salir
- Ya se retiran… Es de mala educación irse antes de que concluya el evento - Izanami cínica y mortal se abalanzaba sobre los postores haciendo una masacre insalvable puesto que todos aquellos civiles carentes de capacidad de utilizar chakra eran como gelatina frente a la guadaña de Izanami. Alguno igual lo encuentra un acto cruel. Pero por otra parte a ella le encargaron robar la túnica del Raikage, nunca dijeron que fuera discretamente. Y tras asistir a un par de subastas para comprender mejor el lugar llegó a la conclusión de que los postores que acudían a este lugar eran criminales, traficantes, estafadores, extorsionadores, usureros y esclavistas. En general ninguna alma ahí presente era inocente
- El sufrimiento es bien recibido en el camino de la masacre - Un simple tajo circular que liberaría una filosa esfera de fuuton cortaría a muchos presentes casi por la mitad despejando un poco la concurrida entrada y volviendo más caótica la estancia. Civiles buscando huir por cualquier lugar, los últimos saqueadores y vigilantes extendiendo su batalla a lo largo de la gran sala y la verdugo irrumpiendo en la misma.
- Se acabó, claramente has perdido el control de la situación, yo me hare cargo - Proclama Chihiro Kurama, la Yodai Sencho del mundo criminal del Agua a la infante Tao quien había permitido que todo esto sucediera
- ¡Alto ahí! - Proclama la Godai Sencho
- ¡Esta es mi subasta, mi territorio y yo misma resolveré esto - Conforme decia eso, daría un brinco hacia la barandilla del palco vip en el que se encontraban
- Tienes suerte de que Zaruko se marchó hace un rato, sino ante esto ya puedes ir olvidándote de que todo esto es tuyo… - Diría la mujer un escalón por encima de la niña mientras se sentaba de nuevo para observar cómo la niña resolvía la situación. Desde las alturas un sello de manos se formará haciendo que en el aire del anfiteatro hermosas espadas de hielo se formaron y aterrizaron como una lluvia inmisericorde contra todos los rufianes que andaban causando problemas. Apenas unos pocos de los asaltantes habían logrado defenderse de este primer ataque, entre ellos Izanami que eludió ágilmente las cuchillas gélidas empujando a alguno de los postores para que fuera él ensartado
- ¡Ryubei, Ruwakia acabad con esa mujer ya! - Una orden directa y tajante.
Apenas debían estar quedando una docena de guardianes de la Yakuza, junto a unos tres infiltrados contando a Izanami, más las dos cabecillas observando desde las alturas. Y el número de civiles había caído drásticamente. Para cuando dos de los guardianes habían reaccionado a la orden de su jefa. El primero que cruzaría la sala de subastas barriendo con algún cliente y múltiples asientos sería un hombre corpulento que se impulsaba con una especie de vapor a una velocidad vertiginosa conectando un poderoso golpe con su codo en el abdomen de Izanami mandando a la chica a volar contra una pared estampando contra ella. Algunos clientes intentaron aprovechar la situación para escapar por la puerta principal ahora que Izanami no estaba, no obstante del polvo que se alzó donde la chica fue estampada surgió un tajo de agua fino y filoso que recorrió la distancia pasando entre todos aquellos postores como si nada, segando todas sus piernas y haciéndoles caer al suelo como gusanos.
El golpe dolió, pero aun así se estaba alzando, se percato que el hombre contra el que luchaba tenia algún tipo de patrón de sellos o tatuajes por su cuerpo que parecían brotar como llamas desde alguna zona en su cuello. Pero antes de poder analizar más al rival, se percato de un batir de alas alzando su guadaña justo a tiempo para que el filo de la misma conectara con la katana descendente de una mujer con una extraña fisonomía que podría recordara la de un tengu, sobretodo porque incluso volaba. La fuerza directa que ejercía no era tan alta como la de la mole gigante que la placo, pero era respetable. Pero mientras ambas armas conectaban la de Izanami comenzó a brillar mientras su filo grecia y se tornaba exageradamente más inmenso terminando por partir la espada de la joven que caía como una lluvia de cristal al suelo, aunque en ese momento sería más fácil darse cuenta que en realidad era una espada formada con cristal.
Iazanami se alzaría apoyando su guadaña en su hombro, mostrando como el filo de la misma se había vuelto completamente etéreo, como si estuviera formado de puro chakra. Sintiendo Izanami un gran poder a través de él. Y no era para menos, puesto que con la masacre que con su estrategia había logrado el recuento de sangre vil que su querida arma había acumulado hasta ese momento ascendía a una cifra absurda de 183. Aunque muchos más habían caído a manos de las habilidades de Amaya, no todos habían sido por el filo directo de la guadaña por lo que no pudo catar su sangre el arma. Pero todas esas cargas ya eran más que suficientes para montar un alboroto y exprimir el maximo potencial del arma.
Pero solo basto una cosa más para que la mujer tengu formara dos espadas de cristal de un brillo blanco puro y una forma perfecta que parecían espadas totalmente reales. Y que el corpulento hombre terminada de expandir su cuerpo cubriendo totalmente su piel hasta transformar su apariencia a una monstruosa y blindada.
Aquello que los llamó tanto la atención sería la expresión que su rostro reflejaba. Porque en todo el rato que había estado causando una masacre había mantenido su rostro impasible y frío como era característico en ella, como un ser insensible a todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, incapaz de sentir ninguna emoción. Pero ahora una sonrisa pura y genuina se reflejaba en su rostro, volviendo todo su semblante siniestro hasta el punto que los dos guardianes personales de la Godai había sentido un escalofrío.
Un par de espadas heladas trataron de alcanzar a Izanami de nuevo, pero estas serian cortaras y deshechas por un movimiento rápido y preciso de su guadaña
“Muy bien pequeña vástago, ya era hora que empezaras a despertar” Una siniestra voz resonaba por la cabeza de Izanami, pero por alguna razón no la molestaba al contrario. Ruwakia se lanzó con sus alas volando a gran velocidad buscando el encuentro con Izanami, la cual había saltado cortando de refilón por la gran extensión de su filo un par de personas más, hasta que las armas de ambas conectaron dando inicio a una pequeña danza de espadas en la que Izanami se valía de la ventaja de alcance de su arma para mantener las distancias con las afiladas espadas dobles de cristal, hasta que la mujer se separó dando paso a la caída meteórica de Ryubei descendiendo con toda su velocidad y potencia impulsado por vapor, que tras impactar volaría una considerable zona de butacas barriendo con todos en la zona con su vapor, entre ellos la propia Izanami, que aunque logró esquivar el impacto directo, el vapor que se liberó le causó unas intensas quemaduras. Pero eso solo la estaba haciendo divertir más. De entre el vapor emergería Izanami con un rápido y cercenante tajo sobre el fornido hombre, el cual respondería rápidamente con un impacto directo contra la chica, pero la resolución final del cruce, fue un tajo que atravesó la dura coraza del hombre haciendo brotar su sangre, algo que no había ocurrido desde hacía muchos años. No obstante no podría estar satisfecha Izanami puesto que su movimiento iba con toda la intención de cercenar el brazo entero y tan solo logró un corte.
“Haz el primer trazo” Resonó, mientras Izanami lanzaba un tajo vertical de rayos que dejaria tras de si una estela de sangre liberada por la propia guadaña, segando con ella un par de los combatientes que había de fondo aún por el lugar. Tratando de alcanzarla por la espalda el ave tengu se cernirá con espadas por delante como si fueran sus garras, buscando clavarlas a su presa aprovechando el mal angulo que tenia para pararla. Pero un momento a otro la guadaña de Izanami había desaparecido de sus manos y cuando Ruwakia estaba por conectar su golpe el filo de la guadaña emergería desde la espalda de Izanami saliendo de su cuerpo directo en punta hacia la cabeza de la ave. La mujer apenas tuvo tiempo para bloquear el tajo rozando el filo del arma su mejilla dejándole por leve que fuera un sangrado intenso como si fuera producto de una maldición. Pero ella era una profesional y no se dejaria engañar así, de modo que apuntando desde su guardia una de las espadas a Izanami, el filo cristalino de la misma se extendió ensartando el hombro izquierdo la Yuki. Un resentimiento se hizo presente, pero se tornaba deleite y cuando menos lo espero la Kenju, la guadaña de Izanami roto, usando el propio cuerpo de su dueña como eje central del giro mandando a volar a la mujer junto un tajo de pura oscuridad, dejando de nuevo tras de si una estela de sangre conectada con la anterior
“Van dos, busca el tercero” Izanami saltaría hacia Ryubei mientras su guadaña se deslizaba por su cuerpo hasta pasar de la espalda hasta su mano de la cual salía la hoja de la guadaña desde su muñeca como una garra gigante de ciertas armas. Dando un movimiento preciso y visceral hacia la cabeza del blindado, que tras ver como corto su brazo no se fio y se impulso con su vapor hacia atrás, haciendo que el corte segara el suelo de forma limpieza rellenando el corte de la sangre de la propia arma formando un triangulo los tres rastros de sangre.
Una sucesión de repetidas espadas de hielo, hasta 12, irían descendiendo buscando ensartar a Izanami, la cual pudo ir esquivandolas mientras avanzaba gracias ha haber asimilado un poco de chakra natural a la fuerza dejando tras de si un camino de espadas. Esa técnica era algo perjudicial para su cuerpo dado que no estaba canalizando correctamente el chakra natural y no era capaz ni de entrar en modo sabio. Pero le quitaba de algún apuro. Desde su nueva posición la muchacha alzo su guadaña haciendola girar para liberar otro estallido de sangre formando un círculo que cuando aterriza al suelo formará un peculiar patrón.
Pero no termino allí la cosa. Con su arma alzada el ojo que había en el punto de unión del filo con la guadaña se abrió brillando con intensidad
- Es hora del festín - Su arma llamaría a la sangre de todos los heridos en la zona, extendiéndose hilos de sangre desde las heridas de todos los presentes hacia el filo de guadaña engullendo la sangre de todas las víctimas que aun no habían muerto por la zona. Eso incluía tanto a postores como miembros de la yakuza, algunos de los ladrones convocados por el falso anuncio y a los mismos Rybei y Ruwakia
“Ahora es el momento, bebe” Del filo de la guadaña sobre Izanami comienza a caer una pequeña cascada de sangre mezclada que portaba en su interior la sangre de todos los supervivientes hasta el momento salvo la de las dos patronas. La hilera de sangre caería sobre los labios de Izanami la cual bebería la misma mientras mucha más se derramaria por su cuello cubriendo su pecho de un color carmesí. Los dos guardianes tuvieron una mala sensación con todo aquello y el gigantón tomo a la pequeña ave y la lanzo con toda su fuerza y velocidad hacia Izanami
- ¡No, no lo hagáis! - Proclamó Tao desde las alturas al fijarse en la marca que dibujó en el suelo. Pero ya era tarde. Como un latido resonando por todo el lugar. Las espadas de cristal se habrían clavo con precisión en la frente y corazón de Izanami. Pero entonces sería cuando Ruwakia contemplaba el rostro oscurecido de Izanami salvo un patron blanco en forma de esqueleto que mostraba una sonrisa.
Al instante en la frente de la chica pájaro se formará una herida como la producida por una perfecta estocada de espada, comenzando a derramarse la sangre por su rostro al igual que la ropa que cubria su pecho se teñiría de carmesí mientras su vista se desvaneció cayendo al suelo desplomada. Al gigantón de Ryubei le aparecen las mismas heridas, incluso sobre su piel mutada super resistente, comenzando a desvanecerse su forma mientras caia al suelo. Los gritos y lamentos que hasta hacia poco resonaban por el lugar de gente herida suplicando por su vida, los invalidos con piernas amputadas arrastrándose por el suelo intentando huir desesperados, las simples respiraciones de quienes agonizaban aguardando para su final. Todo quedo en silencio más absoluto. Solo filtrandose el sonido de la lluvia que procedía del exterior.
Izanami daría unos pocos pasos saliendo del círculo ritual de sangre que había formado, retornando su aspecto a la normalidad poco a poco. Lo último que escuchó de aquella voz en su cabeza fue un deleite sublime que se transmitió por unos momentos a la misma Izanami, aunque ahora esta se comenzaba a relaja sintiéndose muy bien y aun sonriente. Pero antes de que pudiera seguir caminando toda la superficie del lugar se congelo conforme aterrizaba una niña de apenas 12 años en el centro de la sala, siendo en núcleo de la congelación que ya se expandía por las paredes hasta el techo convirtiendo el anfiteatro en un páramo helado
- Ohhh, querida prima, un placer poder tratar contigo al fin - Le diría Izanami mirando un poco de refilón a la niña
- O igual debería decir, un placer su excelencia Godai Sencho - Ahi si que se le noto el tono condescendiente a la inmortal combatiente
- Tao, ya has visto lo que és, no bastará con sutilezas - Proclamará desde la altura aun la Yondai Sencho justo antes de dejarse caer a la zona de combate helada
- No hace falta que me lo digas… La pienso destrozar hasta que no quede nada de ella - La furia de la Yuki se hacía evidente, espadas de hielo se formarán de nuevo a su alrededor, más grandes y masivas que las anteriores, siendo un total de 6, de las cuales tomaría dos con sus manos empuñando las mismas mientras las otras volaban a su alrededor. Al mismo tiempo que adoptaba una postura Gotay que haría emitir dos auras en particular. La agilidad de Seiryu con la destreza en armas del Kirin.
La batalla estallaría. Izanami notaria como el ambiente gélido ralentizaba sus movimientos y capacidades físicas en general. Una técnica muy molesta que conocía bien por ser del mismo clan aunque ella no dominara el elemento hielo. Lo que la preocupaba de verdad era la mujer que permanencia en la distancia aguardando para actuar. Pero no pudo pararse a mirar mucho tiempo a esa mujer, puesto que en seguida una espada gigante trato de cortarla de arriba hacia abajo por la mitad logrando Izanami evitarla por poco, pero acto seguido dos de las espadas flotantes seguirán el movimiento del anterior golpe siguiéndolo con una pequeña dilatación en el tiempo, viéndose forzada la inmortal a chocar dichas espadas con un tajo ardiente de su guadaña impregnada en chakra Katon. El gran poder que tenía la guadaña con toda la sangre que había drenado le permitía poder igualar las dos espadas por poco, dando el margen a Izanami para retroceder unos metros.
Pero la danza de las espadas de hielo no había hecho más que empezar. Tao perseguía con gran velocidad y movimientos precisos y elegantes de todas sus espadas actuando como una cadena consecutiva entre ellas buscando alcanzar a Izanami. Que por ahora se mantenía completamente a la defensiva buscando a duras penas cubrirse de los tajos de las espadas de hielo. Pero para cuando se quiso dar cuenta la Kurama había realizado unos sellos y de golpe el anfiteatro se vio rodeado de oscuridad, como un sombrío teatro siniestro de sombras que aun emanaba el ambiente gélido. Y al lado de la mujer aparecería un demonio de considerable tamaño cuyo brazo era una filosa espada. El demonio se sumaria a la precesión de tajos que buscaban alcanzar a la joven Izanami, el movimiento estaba siendo muy frenético, era imposible cubrir al 100% todos los golpes y en su cuerpo se comenzaban a manifestar los tajos poco a poco.
El chakra de Izanami ya comenzaba a flojear de forma desmedida. Eso la hacia presentar ciertas flaquezas porque sabía que en el momento que no pudiera sostener la transformación de su arma sería imposible protegerse de esas ofensivas con sus sentidos aletargados por el hielo. Pero ese momento de flaqueza o duda fue percibido por Chihiro quien realizaría Omoikane, el genjutsu más poderoso que conocía con su versada experiencia en ese arte.
Entonces la realidad que Izanami estaba percibiendo en ese momento se veria alterada. El lugar de la batalla era el mismo, pero en cuanto se quiso dar cuenta algo tomo su pie, uno de los muertos que había dejado por el piso, aunque se deshizo de el de una patada justo a tiempo de evadir un tajo de las espadas de hielo, otro muerto del suelo se aferraria a ella, para darse cuenta que todos se estaban arrastrando, desfigurados, carentes de alguna extremidad, cubiertos de sangre, pero exclamando maldiciones hacia Izanami mientras se iban aferrando todos a sus piernas sujetándola para no dejarla mover. Evidentemente se dio cuenta que era un genjutsu aquello. Pero antes de tan siquiera poder pensar en hacer los sellos para el joshikai, aprovechando el amarre mental al que se veía sometida Izanami, una de las espadas de hielo ensarto su torso, para acto seguido las otras 3 espadas que flotaban lo hicieran dejando a Izanami empalada en el suelo brotando los sables de su abdomen. Quedando ahí expuesta en el aire y replegandose de nuevo su guadaña a dentro de su cuerpo.
La vista de Izanami se oscurecía, todo parecía indicar el final. Su chakra estaba por los suelos y era difícil que fuera a salir de esa
- Venga, congelala para que no pueda moverse nunca más, aunque ahora se desmaye seguirá viva - Ordinaria la Kurama a su compañera
- Ya lo se, deja de tratarme como una ignorante, se que debo hacer - Conforme decía eso la pequeña iniciara un jutsu que poco a poco iría enfriando el cuerpo de Izanami para volverlo completamente una estatua de hielo. Aunque todo eso parecía ya el final para Izanami, en su cabeza y mente aun permanencia serena y dibujando sus labios la sonrisa que desde hacía un rato la estaba acompañando
“Vamos, reacciona rápido, no quiero perder a un subordinado que me ha brindado tan abundante alimento” Pero no le hacia caso, no debía hacerlo en ese momento, tampoco sabía de donde venia esa voz y que decía que le había dado ella. Estaba serena porque aún le quedaba un as bajo la manga y en ese momento lo activaría. Aunque sería más correcto decir que lo desharía.
En el edificio justo delante del de las subastas. Cuatro clones de Izanami que se encontraban meditando desaparecen de repente de un estallido regresando todo el chakra con Izanami, aunque tenían un cierto plus con ellos. Antes de su operación la shinobi formó un clon, que luego se dividió en 4 clones con el fin de que Izanami conservará la mayor cantidad de chakra posible y dejo a sus copias meditando. Pero esa falta de chakra fue la que la llevo desde una fase tan temprana de la batalla a robar chakra de los shinobis derrotados que tenia a su alrededor con su habilidad Meiton.
Ahora el chakra regresaba a su cuerpo, haciendo que un latido resonara en el interior de Izanami, seguido de otro, su muerto corazón comenzaba a latir forzosamente a causa del estímulo del chakra natural entrando en su ser mientras se dibujaban unas marcas en su rostro. Este sin duda era el pico de poder de Izanami en esos momentos, su cima con el chakra natural, el modo sanin perfecto.
Desde su pierna izquierda, la más próxima a la pequeña Yuki, la guadaña de seis metros broto rápidamente en punta para ensartar el pequeño pecho de la niña, que dado el tamaño de la hoja el tajo sería certero desde su abdomen hasta su hombro partiendo su corazón por la mitad. Era niña era mucho más débil que Shirohime, aunque era normal por su corta edad, de hecho era monstruoso su nivel para lo pequeña que era, de mayor habría sido un monstruo sin duda. Pero por su corta edad le faltaba experiencia real, la experiencia de múltiples batallas y situaciones de riesgo, eso es lo que le pasó factura. Claramente estaba en su cargo por el gran potencial que albergaba y el carisma que desprende entre la gente.
Muerte Instantánea
La hoja se retirara del cuerpo de la niña dejándolo caer al suelo con su torso separándose al punto de partirse en dos el mismo con una separación en diagonal desde su hombro hasta su cintura. La hoja retrayendo rotaria por el cuerpo de Izanami como si fuera su eje de gravedad rompiendo las espadas de hielo que la ensartaban liberándose de su empalamiento mientras se alzaba con todo el poder que el chakra natural le dejaba. Mahoraga volvería a la ofensiva con toda la furia de la kunoichi Kurama, conforme esta repetía la tanda de sellos creando un segundo general demoníaco que se unirá a la contienda de armas de filo. Pero un segundo Oni no sería suficiente como para iguala la pérdida de Tao en esta contienda; mucho menos con Izanami en su pico de poder.
La joven estaba haciendo brotar por todo su cuerpo la hoja de la guadaña, para responder rápidamente a los movimientos de los dos Oni, mientras con su agilidad se dedicaba a bailar entre ellos. Tras un salto la chica se subiría a la espada de uno de los dos demonios, corriendo a lo largo de ella hacia la cabeza del mismo.Haciendo brotar la guadaña en su brazo placando con el mismo el cuello de la criatura dejándose caer por su espalda pegando su cabeza. Y mientras hacia que la hoja pasara a emerger de su cabeza realizaría una cadena se los en plena caída, aplicando una estocada del general superviviente con la hoja que salia de su frente. Para luego llevar sus manos al suelo para imbuir su chakra senjutsu en él y manipularlo en la zona para sujetar las piernas de la pesadilla y de la Kurama con la tierra elevándose hacia ella Mientras Izanami exteriorizaba del todo su guadaña tomando una postura de guardia. Que la atrapada Chihiro aprovecharía para realizar unos sellos haciendo aparecer a cada lado de Izanami dos ogros algo grotescos que buscaban alcanzar los brazos de la chica para descuartizarla, mientras Mahoraga rompió sus cadenas de tierra liberándose. Pero para cuando quisieron los espíritus alcanzar a Izanami, la increíblemente elevada velocidad que le daba el modo senjutsu la hizo dar un desplazamiento casi instantáneo hacia la espalda de la Sencho ejecutando la técnica más veloz que podría trazar con su guadaña. No pareciendo a simple vista que hubiera cortado a la mujer, pero con un simple giro de la guadaña sobre ambas, la cabeza de la creadora de pesadillas se desprende de sus hombros cayendo rodando al suelo mientras sus pesadillas y domo de oscuridad se desvanecía.
Ya estaba, todo había terminado. Solo Izanami permaneció en pie mientras su guadaña recuperaba su forma natural. Al mismo tiempo que el chakra natural comenzaba a abandonar su cuerpo poco a poco. Ella sabia que estaba muy en su limite, hoy abia forzado las cosas mucho más de lo que debía. Antes de que su chakra natural acabara la mujer se acerco al escenario donde estaba expuesta la túnica del Raikage, ahora bajo una capa de hielo que la chica rompió con un pequeño golpe de su guadaña, por suerte la vitrina que custodiaba la misma era especial y muy resistente. Aunque tuvo que forzarla puesto que no quería perder el tiempo rebuscando en los cuerpos de la gente importante del lugar. Frente a la túnica Izanami abriría un pequeño pergamino para portar armas y objetos varios y sellaría la misma dentro sin tocarla por ahora directamente entre sus manos manchadas de sangre, en general toda ella estaba bañada de carmesí.
La shinobi saldria del recinto con sus ultimas esquirlas de chakra natural observando en la distancia los curiosos que ya se habían reunido sin atreverse a indagar de más a los cuerpos de la batalla en la entrada. Pudiendo ver los mismos perfectamente el rostro y físico de Izanami cubierto de sangre y con las marcas del senjutsu en su rostro, antes de que la misma saltara se perdiera en un parpadeo la mujer convoco una niebla carmesí que buscaba ocultarla completamente en lo que se esfumaba entre callejones.
Aquel día seria recordado como “El Resurgir de Chigiri” La masacre de más de mil personas. La niebla sangrienta al final, el robo de una reliquia valiosa, la muerte de dos eminencias en las fuerzas criminales del Agua. Algo que sin duda no pasaria inadvertido para ninguna de las facciones.
25 de Mayo, 15 DK
05:30, tarde
Afueras de la capital de la Isla del Oeste
Izanami había dejado la ciudad tan rápido como pudo con la túnica sellada y Vesta; la niña que había adquirido como esclava recientemente. En cierta parte de la costa de la isla ya había dejado preparada una barca para partir al país del Fuego desde el cual se moviliza hacia el país del Viento.
Pero cuando llego a la barca encontro a una mujer de cabellos blancos largos recogidos en una gran trenza
- Sin duda has hecho un gran alboroto - Le diría la mujer con serenidad y calma
- Bueno, te dije que el sigilo no era mi punto fuerte - Le respondería de una Izanami sin ningún problema
- Pero igualmente no crees que te excediste un poquito? - La mujer era misteriosa en ese momento, no se podría aprecia si estaba satisfecha o furiosa con el resultado, había adoptado una expresión muy neutra como la que ahora Izanami había recuperado tras perder el frenesí que adquirió luchando
- Puede ser, en un origen no pretendía llegar tan lejos, pero tras espiar un poco el lugar, todo lo que hacían allí y la gente que se reunía, decidí que eran personas que no hacen ningún bien a Kirigakure y el País del Agua - Afirmaria sin ningun pudor
- Tal vez es un poco arrogante de tu parte eso, eres consciente que ahora seras la enemiga publica numero uno de este lugar? - Le iria adviritendo la espadachina de la niebla
- Puede ser, aunque estoy segura que ya sabes algunas cosas de las primeras impresiones que esto ha tenido - Izanami conocia la red de contactos de su socia bien, ante lo cual ella suspiro relajando un poco las tensiones
- Pues la verdad es que me has despejado el camino mucho mejor de lo que esperaba, no es que mancharas la reputación de esa enana enchufada sino que la quitaisite de en medio completamente, lo de Chihiro me da más pena pero era inevitable dada la situación - Su tono volvia a ser más normal, como el del día que se reunieron para empezar toda esta misión
- Y cierto es que en la Yakuza muchos te odian a muerte por el caos que has causado en la organización con tantas bajas, otros te guardan respeto porque podran ascender por esto, algunos rebeldes que conozco te temen tras esto, pero al lidiar con tantos ricachones del imperio te guardan respeto, imperiales te ven como una genocida sin remedio, aunque los que conocian el lugar saben que acabas de hacer una purga muy positiva - Le exclamaria en el hilo de emociones y reacciones tan diferentes que sus actos habian causado
- No me extraña, al fin y al cabo la Yakuza levanta las simpatias que pueda garantizar con sus negocios, y los clientes de ese lugar eran un cancer de usureros, corruptos y… - Miraria por un momento a la niña que habia rescatado de todo aquello
- En general eran una plaga colocada en medio de nuestro organigrama y sociedad por herencias o golpe de talonario. Kiri se fortalecerá tras esto - Concluyo mientras comenzaba a caminar llevando de la mano a la niña hasta la barca.
- Bueno es cierto, pero eso no quita que públicamente serás de las más buscadas - Izanami se subiría en el barco, sabía que dada la situación ya estaba todo hablado
- No pasa nada, al fin y al cabo no me gusta la gente - Comentaba de forma tajante mientras desataba del cabo la pequeña embarcación
- Hasta aquí nuestros contactos, debo ir a completar el encargo y luego desaparecer un tiempo - La misión aun no había concluido, solo lo haria cuando entregara la túnica a los encargados de la otra subasta
- Es cierto, dejo de robarte más tiempo, al fin y al cabo yo ahora también tengo mucho trabajo con la que has armado - Shirohime se despediría de Izanami con un simple gesto mientras comenzaba a caminar hacia la ciudad, sin mediar más palabra, en lo que Izanami y la niña se adentraban en el mar.
30 de Mayo, 15 DK
09:10, mañana
Ciudad Yani
[spoiler=Ost]
El viaje hasta el País del Viento no había sido problemático, puesto que la crisis como tal se dio en el País del Agua, las otras naciones públicamente estaban tranquilas y el mayor problema estaba en algunos perros de la Yakuza que se hubieran enterado de lo ocurrido, cosa que pasaria más pronto o más tarde pero no a todos les llegaba igual de rápido. Pero ninguno con los huevos de parar a Izanami tras la historia que habían escuchado.
Y finalmente había alcanzado una de las sedes de la Yakuza a nivel mundial que controlaban todo el País del Viento ahora que era una tierra sin ley. Y quienes enviaron el encargo de robar dicha túnica, la casa de subastas más grande del mundo, la casa de subastas de ciudad Yani.
Aunque la situación era delicada. Es cierto que Izanami fue un poco más lejos de lo que debía. Y en cierta parte el crimen organizado de Kirigakure formaba parte y alianza con la Yakuza, aunque fueron ellos los primeros en mandar el encargo de forma que era su culpa también. Pero lo más peculiar del asunto era estar ella de nuevo delante de una casa de subastas, tras lo que vivió en la última que piso. Por ahora Izanami solo esperaba poder entregar su pergamino dando por completada la misión y poder relajarse un poco por allí o buscar un refugio.