12 de enero 16 D.K
La Calamidad, País del Rayo.
Como buen samaritano continuaba su expedición dentro de la Calamidad, buscando respuestas y colaborando con los afectados, una zona completamente devastada en sus alrededores y centro, formando un inmenso cráter circular como si se tratara del impacto de un meteorito, pero en este caso de una explosión, será recordada por los que allí observaron el ascenso de la Colosal Bestia y su posterior caída. Parte de este área circular había sido completamente inundada, especialmente su centro y cara Oeste, la que limitaba con gran parte de la costa del Mar del Norte, en cambio el medio circulo posterior englobaba parte de lo que había sido una vez una playa y en los extremos lo que quedaba de un viejo Bosque con sus arboles muertos.
De afuera hacía adentro comenzaría la búsqueda, en el sentido opuesto que le habían enseñado sus maestros, cruzaría aquel devastado bosque, inclusive, días atrás había conseguido formar una pequeña guarnición con algunos civiles que se auto convocaron en pos de ayudar a los heridos y proveer víveres.
En su recorrido no se contuvo a la hora de analizar el terreno, notaba como en ciertos lugares había indicios de otras explosiones, incluso profundos cortes en la tierra, esto confirmaría la posibilidad de un combate previo a la explosión. Sin dudas un mar de dudas y especulaciones que con paciencia y calculo podría determinar. Su avance era un descenso constante hasta llegar un punto donde el agua de Mar marcaba limite con tierra y el horizonte aun conservaba cierta bruma, inclusive se formaría una inmensa cascada proveniente del Océano, el estadillo provocó un cambio total en la infraestructura de la naturaleza, demoraría algunos años en recomponerse pero volvería a su armonía, por suerte no consiguió dar con ningún tipo de residuo tóxico, solo la naturaleza caótica de una explosión.
Al llegar al centro del círculo, donde el área se dividía entre tierra y agua, decidió hacer un pequeño campamento en aquella nueva playa. Mientras repasaba sus víveres y leía un poco, observaba como restos de madera y vegetación iban a parar a la costa. A la mañana siguiente todo el borde había sido cubierto por vegetación traído por la misma marea. Luego de un calórico desayuno continuo su viaje hacia el norte, bordeando la costa y tomando anotaciones del terreno.