Reino de Marfil - Frontera con el país del viento.
126DVF, 24 de Rokugatsu. 7:35 hrs ((apróximadamente)).
126DVF, 24 de Rokugatsu. 7:35 hrs ((apróximadamente)).
Negó tranquila a las palabras de Amaya, nada tenía que disculpar. No era nadie para decir que sí y qué no. Su punto de vista ya estaba sobre la mesa y podía ser tomado en cuenta así como podrían resultar cosas mejores, total, para eso estaban ahí. —Con tanque me refiero a los que no son dados al soporte en combate, pero tienes razón, debemos enfocarnos en espionaje. Digamos que mi distribución se basó más que todo en las habilidades fuertes de quienes menciono, pero no tengo problemas en organizarnos diferente, total cumplir las tres partes de la misión es lo que buscamos todos acá— dijo dejando clara su postura y claro, haciendo fuerza en que lo dicho no era definitivo.
Su mirada se posó después en el chico de Kiri. Le pareció simpático verle, así que sonrió un poco, su pensamiento había sido certero frente a él y bueno, en alguna que otra ocasión ya se habían cruzado. Mako interrumpió con un discurso también acertado, visto desde el enfoque que la misma Amaya proponía o al menos eso sintió. Se acercó a la rubia —...— afirmó tras sonreírle. El vínculo entre ellos se mantenía a pesar de los años y muy a pesar de que no todo el tiempo estuvieran juntos. De hecho, sus caminos en medicina eran totalmente diferentes, pero la conexión de ambos era entrañable. Terminó por escuchas las palabras del Hyuga y volver a afirmar —No tengo problema con esa distribución, realmente...— puso sus ojos en Ojur esperando que él mismo aceptara ir con la rubia.
Por otro lado, las interrupciones del Khan habían sido precisas y muy certeras. —Muchas gracias, hasta pronto.— terminó antes de ver que les diera la espalda y desaparecía tras una de las cortinas de las yurtas del palacio. —Estoy a su disposición, chicos. Realmente me considero versátil en combate aunque mis habilidades médicas superen a las demás… Como dije antes, estoy muy de acuerdo con la distribución de Mako— puso sus orbes en el peliplata y afirmó desde donde estaba. Solo restaba que los demás finiquitaran el tema y luego de eso podrían ir a reponer energías para el encuentro antes de partir.
Todo pareció quedar perfecto según la conformación indicada por Mako. Shain era el primero en aprovechar que su meta se había cumplido, aunque Bishamon desconoció la razón, capaz era solo un tema físico. Lo demás fue ofrecerse a guiarlos a lo que Bishamon nuevamente afirmaría permitiendo que quien era “local” en aquella zona pudiera lucirse. Adan, por su parte, había permanecido callado, no era a quien conocía de antes o al menos eso sentía. Solía ser intempestivo, y soltaba lo que sentía de buenas a primeras. ¿Estaba bien?¿Le había cambiado tanto la guerra? Tampoco quiso acercarse demasiado a preguntarle, ciertamente la rubia estaba más interesada en saber mucho más de Ojur, el rubio que la acompañaría en su travesía. ¿O era al revés?
Miró a Amaya ir a guardar sus cosas y claro, ellos debían hacerlo si la meta era infiltrarse, pero no aún, no dejaría sus cosas tan lejos. Les faltaba un largo camino. En su caso con Ojur debían ir a Suna, luego pasar por Yoshira y justo ahí buscarían un lugar donde guardar las cosas, en una especie de hostal en el que pudieran alojarse, descansar antes de seguir camino al reino de Marfil y claro, comprar ropa idónea de la región. El pueblo no resultó ser complicado y siendo así, buscó obtener de libros un poco de información del Reino al que se dirigían. Dejó en su bolso comida, agua, uno que otro harapo y claro, sus cuadernos de medicina.
Supo por medio de sus investigaciones que hacia donde iba podía intentar ser de utilidad en temas médicos, puesto que en el reino del Marfil solían crearse buenos medicamentos dada la flora que se conocía del lugar, que las tierras eran muy fértiles, perfectas para todo tipo de cultivo durante todo el año, y que de dichos huesos fabricaban extractos y brebajes curativos y reconfortantes ¿Qué mejor forma de adentrarse a un lugar que llevar a un cartógrafo que tomara dibujo de las plantas y una médico con los elementos para tomar muestras de las mismas? Podían decir incluso que venían del país del té y que venían haciendo investigación desde el congreso que apenas había tenido lugar en Kusagakure.
—No sé qué pienses tú de todo esto, capaz sea un buen plan, capaz no tanto, pero como sea, quiero saber que opinas o si tienes una mejor idea...— dio su punto de vista al rubio que la acompañaba. La incursión la harían de día, no tenía sentido atravesar las fronteras de noche y tampoco entrar por la frontera normal del lugar si sus fines eran meramente investigativos. Tenían quizá, la excusa perfecta. Serían sobre las siete y treinta de la mañana, cuando el par de chicos empezaron a cruzar la frontera del país del viento con el Reino del Marfil.
Su mirada se posó después en el chico de Kiri. Le pareció simpático verle, así que sonrió un poco, su pensamiento había sido certero frente a él y bueno, en alguna que otra ocasión ya se habían cruzado. Mako interrumpió con un discurso también acertado, visto desde el enfoque que la misma Amaya proponía o al menos eso sintió. Se acercó a la rubia —...— afirmó tras sonreírle. El vínculo entre ellos se mantenía a pesar de los años y muy a pesar de que no todo el tiempo estuvieran juntos. De hecho, sus caminos en medicina eran totalmente diferentes, pero la conexión de ambos era entrañable. Terminó por escuchas las palabras del Hyuga y volver a afirmar —No tengo problema con esa distribución, realmente...— puso sus ojos en Ojur esperando que él mismo aceptara ir con la rubia.
Por otro lado, las interrupciones del Khan habían sido precisas y muy certeras. —Muchas gracias, hasta pronto.— terminó antes de ver que les diera la espalda y desaparecía tras una de las cortinas de las yurtas del palacio. —Estoy a su disposición, chicos. Realmente me considero versátil en combate aunque mis habilidades médicas superen a las demás… Como dije antes, estoy muy de acuerdo con la distribución de Mako— puso sus orbes en el peliplata y afirmó desde donde estaba. Solo restaba que los demás finiquitaran el tema y luego de eso podrían ir a reponer energías para el encuentro antes de partir.
Todo pareció quedar perfecto según la conformación indicada por Mako. Shain era el primero en aprovechar que su meta se había cumplido, aunque Bishamon desconoció la razón, capaz era solo un tema físico. Lo demás fue ofrecerse a guiarlos a lo que Bishamon nuevamente afirmaría permitiendo que quien era “local” en aquella zona pudiera lucirse. Adan, por su parte, había permanecido callado, no era a quien conocía de antes o al menos eso sentía. Solía ser intempestivo, y soltaba lo que sentía de buenas a primeras. ¿Estaba bien?¿Le había cambiado tanto la guerra? Tampoco quiso acercarse demasiado a preguntarle, ciertamente la rubia estaba más interesada en saber mucho más de Ojur, el rubio que la acompañaría en su travesía. ¿O era al revés?
Miró a Amaya ir a guardar sus cosas y claro, ellos debían hacerlo si la meta era infiltrarse, pero no aún, no dejaría sus cosas tan lejos. Les faltaba un largo camino. En su caso con Ojur debían ir a Suna, luego pasar por Yoshira y justo ahí buscarían un lugar donde guardar las cosas, en una especie de hostal en el que pudieran alojarse, descansar antes de seguir camino al reino de Marfil y claro, comprar ropa idónea de la región. El pueblo no resultó ser complicado y siendo así, buscó obtener de libros un poco de información del Reino al que se dirigían. Dejó en su bolso comida, agua, uno que otro harapo y claro, sus cuadernos de medicina.
Supo por medio de sus investigaciones que hacia donde iba podía intentar ser de utilidad en temas médicos, puesto que en el reino del Marfil solían crearse buenos medicamentos dada la flora que se conocía del lugar, que las tierras eran muy fértiles, perfectas para todo tipo de cultivo durante todo el año, y que de dichos huesos fabricaban extractos y brebajes curativos y reconfortantes ¿Qué mejor forma de adentrarse a un lugar que llevar a un cartógrafo que tomara dibujo de las plantas y una médico con los elementos para tomar muestras de las mismas? Podían decir incluso que venían del país del té y que venían haciendo investigación desde el congreso que apenas había tenido lugar en Kusagakure.
—No sé qué pienses tú de todo esto, capaz sea un buen plan, capaz no tanto, pero como sea, quiero saber que opinas o si tienes una mejor idea...— dio su punto de vista al rubio que la acompañaba. La incursión la harían de día, no tenía sentido atravesar las fronteras de noche y tampoco entrar por la frontera normal del lugar si sus fines eran meramente investigativos. Tenían quizá, la excusa perfecta. Serían sobre las siete y treinta de la mañana, cuando el par de chicos empezaron a cruzar la frontera del país del viento con el Reino del Marfil.