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10 de Junio del 15 D.K
Isla Madre Nanpou
Ubicación Desconocida
Luego de unas horas de descanso Satoru había reconfortado sus energías. En cuanto se despertó le dedico un momento a su meditación para luego salir afuera de la casa donde lo esperaba sentado su amigo Kenta quien se encontraba bebiendo Té y dibujando con su pincel uno de los arboles del patio. Kenta estaba inmerso en su arte, concentrado en dibujar con su pincel uno de los majestuosos árboles...Satoru se acercó a Kenta con una sonrisa admirando la destreza y la paz que emanaban de él. Se sentó a su lado sintiendo la calidez del sol acariciar su rostro mientras se sumergía en un ambiente sereno y armonioso. Observó con curiosidad el dibujo en proceso quedó maravillado por la habilidad artística de Kenta. Cada trazo del pincel parecía capturar la esencia misma del árbol, transmitiendo su majestuosidad y fortaleza en el papel. Era como si Kenta pudiera comunicarse con la naturaleza a través de sus trazos creando una conexión profunda con el mundo que los rodeaba.
Satoru aprovechó el momento para sumergirse en su propia meditación, cerrando los ojos y dejando que la tranquilidad del entorno lo envolviera. Inhaló profundamente llenando sus pulmones con el aire puro y fresco del bosque. Exhaló lentamente, liberando cualquier tensión o preocupación que pudiera haber llevado consigo. Aquél lugar era distinto en muchos sentidos tanto el aire como la atmosfera, como una sensación de calma constante, a pesar de los constantes ruidos de las bestias uno podía descansar en paz. Mientras meditaba, Satoru sentía cómo su mente se despejaba y su espíritu se renovaba. La naturaleza le ofrecía su energía y sabiduría, El se abría para recibir esos regalos. En ese estado de calma, Satoru se sentía conectado con todo lo que lo rodeaba, los árboles, los animales, el viento susurrante y la tierra bajo sus pies. Después de unos momentos de silencio y reflexión, Satoru abrió los ojos y volvió su mirada hacia Kenta. Una sensación de gratitud y amistad lo invadió mientras observaba a su compañero en ese momento de paz y creatividad.
Kenta, tus habilidades artísticas son realmente impresionantes. Puedo sentir la vida y la energía de la naturaleza en cada trazo de tu pincel - comentó Satoru
Gracias, Satoru. El arte es otra forma de conectarnos con el mundo que nos rodea. A través de los trazos del pincel, puedo expresar mi amor y respeto por la naturaleza. Además, me ayuda a encontrar la armonía en mi interior- respondió Kenta
Al cabo de una hora Kenta le ofreció a Satoru continuar con su bienvenida, pues quedaba mucho por recorrer. Esta vez tocaba visitar el Lago Profundo ubicado en el centro de la Isla, sus costas solían ser un lugar de entrenamiento y combates para fortalecer el espíritu, suelen frecuentarlo los simios mas jóvenes, aunque rara vez aparecer algún jefe para demostrar quien manda. Siguiendo un estrecho sendero rodeado de árboles majestuosos y frondosos encaminaron rumbo al Lago. Kenta, con su agilidad y conocimiento del terreno lideraba el camino. Saltaba de una rama a otra con gracia y destreza guiando a Satoru a través de los rincones secretos del bosque. Satoru empezaba a simpatizar con aquel estado salvaje. De un momento a otro se dio cuenta que estaba imitando a su compañero de forma inconsciente, la sintonía era clara y su camino estaba decidido, a partir de ahora se convertiría en uno de Ellos, otro Saru.