[Misión Avanzada - S] Primera Incursión
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Última modificación: 15-03-2023, 04:04 AM por Isshin.
Principios de Enero, 15 D.Y.
Interiores de la antigua Suna.

— ¿De verdad hace falta llegar a esto? — Se quejaba aquella joven pálida y pelirroja mientras, con un esfuerzo considerable para hablar, restregaba un trozo de tela húmeda en una pared ensangrentada. Su intención, aunque buena, no bastaba para hacer de su tarea sencilla. 

— No cuestiones mucho, que justo por eso este terminó como terminó. — Respondió otra voz, esta vez más grave, proveniente de un hombre de mediana edad que ayudaba con el intento de limpieza. 

— Sabes que estoy de paso. Además, ¿Qué van a hacerme estos barbaros? ¿Colgarme de los talones? Habré cruzado el desierto infernal antes de que se den cuenta. — Agregó la fémina mientras lanzaba al suelo aquella tela que ya había robado algo del carmesí de la pared. 

El hombre se detuvo unos segundos a mirarla con cierta compasión, y sin mediar palabra continuó con su tarea. En aquella plaza donde las ejecuciones públicas eran un plato usual para entretenimiento de la Yakuza los habitantes intentaban borrar activamente las pruebas de aquellos actos que -la mayoría- aborrecía. 

Días después, aquel mismo hombre se encargaría de limpiar la misma pared. Esta vez en soledad. Mientras en algún punto de las murallas de la aldea ondeaba un pelaje rojizo cual bandera como trofeo. Una cabeza sin más, una de las tantas vidas cobradas a causa del descuido y la curiosidad excesiva. 



Presente.
4 de Febrero, 15 D.Y.
Afueras de la antigua Suna.
Horas del mediodía, clima soleado y caluroso.

[Imagen: b4a2f02adef9c1aec66172de0d5cb798.jpg?wid...height=564]

Aquello que galantemente otorgaba el nombre a estas tierras desoladas no había cesado nunca. Y es que no había instante en el que los granos de arena no temiesen ser azotados por aquel furioso viento que había sido testigo las catástrofes del pasado y parecía esperar por las futuras. Algunos incluso se atrevían a venerarlo como un Dios, pidiéndole que arrastrase consigo las penurias y el dolor que en los últimos tiempos habían teñido de rojo las dunas.

Pero la realidad era un corriente y frío opuesto. O lo que es más; el único Dios que aparentemente quería inmiscuirse en asuntos de mortales era quien, en un principio, había traído desgracia a aquellas tierras. Y el viento parecía llevarse consigo todo rastro de identidad, todo rastro de civismo, de creencia, cultura y buenas costumbres. Dejando tras de sí a la peor -según a quien preguntes- de las calañas haciendo de las suyas con lo que en otrora resultó ser un magnífico bastión del mundo shinobi.

Entre aquellos callejones se respiraba una paz frágil y momentánea, que había crecido como planta ponzoñosa regada por la sangre de inocentes -y no tan inocentes-. La tensión era tal que andar por sus calles era el equivalente a nadar en un mar de lodo, y la siguiente crisis parecía estar a la vuelta de la esquina, literalmente. Quien no era parte de la criminal normalidad vivía con miedo, asumiendo un papel secundario y sobreviviendo como bien lo había hecho en cada crisis anterior. Algunos mercaderes, posaderos, vagabundos y artesanos podían declararse víctimas inocentes, pero el grueso de la población tenía otros antecedentes. 

Y para el resto del mundo aquello era una mancha en cualquier plan a futuro. Todos los bandos que pudiesen pensar más allá del día de mañana tenían algo que opinar sobre lo que ocurría entre aquellas cálidas fronteras. De alguna forma u otra, todos temían que la influencia de los llamados “Yakuza” se decantase hacia el lado contrario al suyo, y de ahí el nacimiento de ciertas iniciativas cuestionables. 

En los últimos meses la afluencia de extranjeros había tenido un repunte. Algunos iban de paso sin más, como normalmente ocurría, mientras otros hacían vida entre las dunas con distintos y variopintos motivos. Algunos más convincentes que otros, por fortuna, pues los últimos se encontraban con la horca tarde o temprano. Los rumores corrían hacia todos lados, siendo unos más atractivos que otros. Y como si de tejer una tela de araña se tratase, los interesados debían ir hilo a hilo hasta conseguir el premio gordo. Pero con todo el cuidado que un nido de depredadores merecía. Con intenciones tan distintas como sus personalidades, cada uno debía cuidar sus pasos, trabajar en conjunto o en solitario. Empezar una lucha en silencio o alzar la voz. Las posibilidades eran infinitas, y estaba en manos de cada quien explotarlas. 

Por lo pronto, y en las afueras de la aldea, un grupo de extranjeros esperaba para ser víctimas de una suerte de revisión de seguridad previo a entrar. En aquel mediodía particularmente caluroso abundaban las casualidades. Un grupo de mercaderes, por ejemplo, se preparaba para entrar a los dominios de la Yakuza con un permiso especial de estos. Otro grupo de mercenarios se disponía a lo mismo. Formas de entrar abundaban, incluso fuera de las mencionadas, y cada alma aventurera podía elegir la suya.

OFF
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Era primera vez que la pareja se adentraba en un terreno tan peligroso, su búsqueda de aliados había funcionado a medias, pero todavía necesitaban más cosas, información, poder, cualquier grano de arena que pudiera tildar la balanza a su favor en batallas futuras, y todo aquello lo terminó trayendo aquí, a lo que fácilmente podría haber sido su hogar si la guerra no se hubiera desatado en el mundo.

La ciudad que tenía frente a él era su patrimonio, realmente por lo que luchaba día a día, y por lo que creo a Zeon, ver el estado de ella le causaba náuseas, un grupo con el nombre de Yakuza había tomado control desde hace tiempo, pero el control no había sido bueno, el terror, la muerte y las traiciones eran algo común por culpa de ellos. De no ser por la información que había escuchado, no se hubiese atrevido a visitar tal lugar, pero lastimosamente, la jugosa recompensa que podían sacar de la visita lograban hacer el contrapeso perfecto para los riesgos a los que se someterían, mismos que no estaban por debajo de la muerte.

La vestimenta para ese día era una menos llamativa, la gabardina negra aún permanecía cubriéndolo, pero su ropa había cambiado de aquel uniforme extraño a una ropa un poco más neutra, casual, que le daba el aspecto de un comerciante, cuando sumabas su gran mochila y el enorme pergamino en su espalda, ciertamente no pasaría completamente desapercibido, pero el uso de pergaminos para guardar infinidad de cosas, especialmente armas, podría ser usado como excusa para su visita a la ciudad.

Pero había un problema, no contaban con alguna invitación o permiso como con el que contaban la mayoría de personas esperando por pasar. —Probablemente, necesitemos de tus habilidades, amigo… —Le comentó a Adan, esperando que quizás él, con sus habilidades de clan, pudiese de alguna manera facilitarles la entrada, ya sea tomando control de la mente de uno de los guardias, o mejor aún, haciendo que uno de esos comerciantes les regalasen el permiso de manera “voluntaria”.

Quien sabe, incluso podrían contar con la suerte de encontrarse aliados temporales que se encuentren en la misma situación, después de todo, es común que entre ladrones se reconozcan, a menos que, por supuesto, sus rostros ya no sean los mismos.

Personaje


Contenido Oculto

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La Torre
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-Ya era hora de comenzar a movernos, de ir buscando información, adentrarnos a un mundo totalmente desconocidos para muchos pero sobre todo, de volvernos un grupo, asi fuéramos 2 ahora mismo, era importante saber que no estábamos solos. Deikum y yo habíamos comenzado una ideología que tal vez no fue creada por nosotros pero si esta siendo ejecutada por ambos. Siempre el primer paso es importante y a veces no se dara con facilidad pero mientras se este dando, se verán resultados. 

Zeon era algo que aun no era conocido por muchos pero a futuro iba a serlos, por ahora, necesitamos un sustento, algo que nos haga respaldar lo que pronto haremos y claramente una de las mejores formas de estar respaldado es tener información. Desde mi punto personal, el conocer las técnicas era algo que lograba superar por mucho las expectativas de los mas fuertes, era mi cúspide de conocimiento. 

Habíamos decidido ir a las ruinas de Suna por una "idea" y esta era-  Solo en las ruinas se encuentra el secreto que debemos saber y no cometer, para no caer en los errores, debemos aprender de los errores de otros ¿No? - Comentaba en voz baja mientras iba haciendo unos sellos con lentitud, finalizada mis movimientos de manos, mis ojos cambiaron por completo, teniendo asi una mejor visión- El problema no será entrar - Dije mientras  detallaba todo lo que estaba a mi paso - Incluso - Le observe de reojo mientras mi mano derecha sacaba una Kunai la cual lanzaba al suelo, esta se enterró en la arena lo suficiente para no ser removida por "movimientos" naturales como lo es el viento, incluso, con el pasar del tiempo estaba seguro que iba a ser "tapada" por la misma arena- Salir....  Es lo que menos me preocupa ahora mismo - Seguíamos nuestro paso con calma- Mi mayor temor es estar ahi y no conseguir lo que buscamos, odio el fracaso, me frustra y alguien frustrado no es alguien claro. 
Taka no Me

Contenido Oculto
-Mi vestimenta era la misma de siempre, un  abrigo negro el cual tenia amarrado en mi cintura por las altas temperatura, un sobretodo de color negro  que cubría mi cuerpo del sol para que este no se insolara,  una franela blanca, unos jeans oscuros y unas botas, no tenia nada que representara a Konoha o al bando rebelde por ahora. Si encontraba algun detalle visual, iba a compartirlo con Deikum - 
 
personaje



Inventario



Resumen
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Al sabes de una tierra que en algún momento fue capaz de presionar a la nación de agua era algo asombroso de escuchar pero al sabes que fue destruida era algo extraño para la joven Onmyōji, en las misiones que ella revisaba a diario encontró una donde pedía a un espía para infiltrarse en esa misma nación y reportar lo que sucede en esa tierra ahora sin ley.

Aiko no dudo en emprender el viaje para conocer los secretos de esa extraña tierra, ella vestía ropas más completas, pantalón negro, blusa blanca pero encima de sus ropas normales una tela de color café claro que cubría todo su cuerpo de brazos hasta sus rodillas al mismo tiempo con una mascada que cubría casi toda su cabeza exepto sus ojos parecía que tratada de cuidar lo mas que podía del sol del desierto.

El calor era sofocante nunca la kunoichi imagino que el sol podía golpear tan fuerte en otros países, la arena era incomoda en la ropa pero poco a poco ella se acostumbra, después de varios días viajando llego a las antiguas ruinas o bueno a sus afueras para ser un lugar con ese nombre había mucha seguridad y parecía que no dejaban entrar a cualquiera. La joven utilizaba binoculares para ver a distancia mientras se escondía entre algunas dunas ella pensaba en como entrar.

-Podria esperar a que anocheciera luego hago llover y así entro o podría generar geiser que atraigan la atención de los guardias esto se pone difícil- la joven trataba de pensar en alguna forma de entrar, rápidamente se tiró pecho tierra creo un clon de sombra, el clon realizó sellos manuales se quedó quieta y de un par de segundos se volvió invisible, luego la clon corrió a una buena velocidad y se incorporó a las pisada de los extranjeros imitando sus forma de caminar para quedar exactamente detrás de ellos pisando las huellas que ellos dejaban así no crear nuevas y no llamar la atención. 

Por su parte la original observaba todo a lo lejos con los binoculares entre ellos también logro ver a un grupo de vendedores y mercenarios si su plan salía bien lo imitaria para entrar -Desearía ser maestra en genjutsu así podría entrar sin tanto esfuerzo- pensaba la joven pecho tierra.

Kage Bunshin no Jutsu

Meisai Gakure no Jutsu

Datos
[Imagen: c8SXohe.jpeg]
Narro/ Pienso/ Hablo
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A lo lejos de las puertas de la antigua Suna, los guardias que hubiesen alli podrian ver la silueta de un hombre caminando sobre las grandes dunas deserticas bajo la fiera mirada del sol, este portaba un pantalon blanco holgado, blanco y de tela fina y calzaba unas sandalias negras que le cubrian los pies, arriba llevaba puesta una camiseta negra de manga corta y ajustada, y  en su cabeza llevaba un turbante que le envolvia aunque algunos mechones de cabello negro sobresalian entre la tela del mismo, tambien portaba una mochila de viaje sujeta a su espalda. El hombre se acercaba caminando tranquilamente hacia la entrada: — Hasta que al fin llegue a esta maldita ciudad en ruinas. — Murmuro para si mismo Toji ¿Pero que hacia alli en primer lugar? Curiosamente el Zennin habia sido convocado para una mision del mas alto rango posible, el rango S, cuyos objetivos eran nada mas y nada menos que dos, uno de reconocimiento y otro la busqueda y obtencion de un pergamino, un pergamino que poseia los conocimientos shinobi de la vieja potencia Sunagakure. Toji no dudo en aceptar dicha mision, pues si bien hacer reconocimiento no era su especialidad o algo de su interes realmente, aquel pergamino si que le presentaba un recurso valioso con el que contar, podria darle acceso a aprender el estilo de taijutsu que los shinobis de suna solian utilizar antaño.

Al acercarse a la entrada el pelinegro vio que habia bastante trafico de gente, desde mercaderes a meros turistas, y al parecer algunos estaban haciendo chequeos de seguridad, no estaba seguro de si esto representaba algun problema, puesto que todo tipo de gente iba y venia en esta ciudad, no era un territorio privado o exclusivo, pero aun asi si lo registraban estaba tranquilo de que no llevaba nada sospechoso, ni equipo shinobi, ni siquiera su bandana de Kumogakure, tan solo su documento particular como ciudadano del Pais del Rayo. Alli se mantuvo a la expectativa esperando que llegara a su turno de pasar y cuando lo llamasen se acercaria a los guardias y dejaria que lo registrasen. En los bolsillos de Toji no encontrarian mas que dinero, su documento de civil y una cajetilla de cigarros, mientras que dentro de la mochila encontrarian una bolsa de dormir, algo de ropa, provisiones y una cantimplora con alcohol.

¿Que tal chicos? Que dia mas mortifero con este calor que hace a estas horas, el SOL nos esta calcinando aqui afuera... — Toji se mostraba cercano y en confianza, pues no tenia nada que ocultar, y con la influencia de un jutsu que habia aprendido en sus primeros años en Kumogakure les haria sentir mas felices a los guardias, un regalo de su parte que podria serle beneficioso. Si aquellos hombres le pedian algun tipo de permiso entonces Toji les explicaria casi rogandoles. — No tengo ningun permiso muchachos, vine de paso a la ciudad porque queria apostar algo de dinero en sus casinos y acostarme con sus mejores mujeres en los famosos burdeles de aqui y pasar una noche de juerga espectacular. Por favor no me envien al desierto ahora, en la radio anunciaron que en la noche habria una fuerte LLUVIA y anunciaron NIEBLA por la mañana. ¡No estaria vivo para mañana si sigo mi camino por el desierto hoy! — Rogaba Toji, fluyendo su chakra hacia sus objetivos al mencionar las palabras magicas, esperando generar las emociones adecuadas para persuadirles y que lo dejen entrar de todas formas haciendo una excepcion.



info
Narro - Hablo - Pienso
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Y por supuesto que los actores principales de aquella obra teatral llegarían. Desde distintos mundos el cuarteto parecía destinado a lo mismo; infiltrarse y conseguir algo. El algo, claro, variaba según la información que los superiores hubiesen decidido revelar o los rumores que ellos mismos habrían escuchado en el camino. Pero todo apuntaba a un terreno en común; conocimiento aparentemente perdido que, en manos capaces, podía cambiar el rumbo de una nación. Ante la expectativa los cuatro se habían encontrado con un mismo obstáculo en forma de murallas y una cuadrilla de seguridad improvisada.



Para el par que parecía trabajar en conjunto (Deikum y Adan) las cosas lucirían de lo más variopintas, especialmente luego de la técnica de aquel proveniente de la tierra del fuego. A su alrededor el mundo se revolvía como uno esperaría en un paso fronterizo a mediodía. Grupos de personas iban y venían mientras quienes se encargaban de permitir el paso inspeccionaban con relativa cautela. Por unos instantes el Yamanaka sería el epicentro de una serie de situaciones que, al menos, le llevarían a estar alerta si quería ganar un pase hacia adentro de las murallas. Hacia uno de sus costados un clon invisible pasaría persiguiendo al grupo de extranjeros con suma gracia y cautela. Momentos más tarde, en aquel mismo grupo de extranjeros podría notar como del oriundo de Kumo surgiría un sutil chakra que envolvería a algunos de los “guardias” que se encargaban de registrar a quien quisiese entrar. Y el Yamanaka podía verlo todo, comunicando lo que él considerase a su compañero.

Si se aventuraba a enfocarse en otra cosa mientras el Zennin hacía lo suyo sería capaz de observar, al costado opuesto y un poco más alejado, al grupo de mercenarios que también buscaba entrar. Estos, siendo siete exactamente, se acercarían a uno de los guardias y con un sutil gesto acercarían un bolso de piel que solo de vista ya lucía pesado y repleto de Ryos. Por supuesto, aquellas prácticas no podían faltar en un pueblo sin ley. O lo que es peor; un pueblo regido bajo la ley Yakuza. El guardia aceptó el soborno como si fuese cosa de todos los días y tras un gesto permitiría la entrada al grupo de mercenarios, que usarían una de las compuertas de las murallas en lugar de la entrada principal. También podía observar que sobre aquellos imponentes muros reposarían vigilantes con artilugios similares a catalejos para vigilar largas distancias aprovechando la altura.



En el caso de Aiko, que había decidido mantener una distancia prudencial y quedar oculta tras alguna duna para idear su entrada, no mucho pasaría. Su clon, por el contrario, si viviría la adrenalina de una infiltración en carne propia. Con la suficiente astucia y agilidad para no dejar huella al andar sobre la caliente arena conseguiría atravesar las murallas sin problema. Aquella podía parecer una seguridad bien pensada, pero los Yakuza más que crueles eran desorganizados, especialmente en los puestos más bajos de la escala de poder. Mucho incluso eran simples criminales y bandidos carentes de capacidad para moldear chakra. Y para suerte de la Kirinin -y el resto-, no habían sensores en aquel cuadrante de las murallas.

Sin embargo, y como la vida misma de impredecible, el viento no había dejado de arreciar en ningún momento. Las dunas siempre cambiantes del desierto iban a hacer honor a su nombre, y si la kunoichi original no hacía su movimiento pronto, alguno de aquellos vigilantes de la muralla iba a poder verle. ¿Su otro problema? El clon había sido el último en pasar por las puertas y la mayoría de los guardias se estaban concentrando en el desenlace de la situación de Toji. Si la kirinin quería repetir la táctica de su clon iba a tener que seguir muy de cerca al shinobi de Kumo, o encontrar otra manera de entrar.



En cuanto a Toji, las cosas marcharían un tanto diferente. Tras su oportuna y astuta infiltración en el grupo de extranjeros -cosa que él también era- hizo un esfuerzo particular por encantar a los guardias que se encargaban de las revisiones. Su técnica fue un éxito, si, pero aún con un intento tan bueno como aquel no lograría domar a un grupo completo, especialmente cuando algunos no podían oír sus palabras. La primera intervención del Kumonin sería recibida por uno de los guardias que le miraría con el ceño fruncido para, segundos después suavizar el rostro y por algún impulso sobrenatural sentir un chute de felicidad espontánea, que demostró asintiendo ante lo que el Zennin decía. — Si, una mierda. Pero después de un tiempo te acostumbras. — Dijo el mismo guardia en lo que se acercaba a Toji a hacer un par de preguntas más. — ¿Tienes permiso de entrada? ¿A qué vienes? —

Las preguntas serían respondidas a la manera que el Kumonin decidió, y en lo que hablaba otros dos guardias más habían pasado por ahí cayendo víctimas de su técnica. Ellos se miraban entre sí y se cuestionaban la manera tan particular de hablar de aquel hombre. Todos tenían una razón para dejarle pasar pero ninguno terminaba por decidir hacerlo, pues a pesar de su poca organización tenían ciertos protocolos que cumplir. — ¿Por qué hacer el viaje por el desierto sin tener un puto permiso para entrar acá? ¿Por quien nos tomas? — Dijo uno de ellos aún cuando, en el fondo, se cuestionaba cada palabra. Tras un instante de silencio tomó de nuevo la palabra. — Darui, avisa a Kenzo. Que venga él a lidiar con esto. — Diría mientras otro de los guardias -el feliz- salía disparado a buscar a su superior. El mismo que había dado la orden echaría un ojo al último grupo de extranjeros que pasaba y alzaría la voz. — ¡Cierren el paso tras el último! —  Mientras lidiaban con la situación de Toji y tomaban un descanso de sus labores, los guardias se mantendrían expectantes.

Tras unos minutos, y en caso de que el Zennin decidiese esperar allí, aparecería un hombre regordete y de bigote poblado, tostado por el inclemente sol, que bebía enérgicamente de una cantimplora. El recién llegado intercambió unas palabras con el guardia llamado Darui, y se dirigió al shinobi de Kumo. — ¿Tú eres el que viene a acostarse con nuestras mujeres? — Bebió otro sorbo de aquel líquido. — Puedes pasar, pero al puto calabozo. Ya luego veremos qué hacer contigo. — Los hombres se miraron entre sí antes de rodear al kumonin esperando que este cooperase sin necesidad de recurrir a la fuerza contra un aparente civil. En caso de hacerlo, podría entrar a la aldea, pero tendría otros problemas de los que ocuparse luego, y sería escoltado a uno de los calabozos de las murallas. 



Con esto, los cuatro habían tomado sus decisiones y tendrían que tomar ahora unas cuantas más. Las consecuencias empezaban a apilarse según el camino que cada uno eligiese.

OFF
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Todo echo visual lo iba narrando en baja voz, observando todo y sacando incluso análisis de lo mismo, hoy era un día "común"  ¿En este lugar? Sea lo que sea, era hora de infiltrarnos - No somos los únicos que tenemos trucos de magia - Le dije a Deikum mientras tomaba la delantera,  haciendo un solo sello y caminando hasta llegar al rango que me permite hacer mi tecnica, esta de inmediato fue hacia aquel hombre que parece ser el que mandaba a los demás,  una vez  enviado aquel pulso, me comunique con su mente - Darás la orden de dejar pasar a los 2 chicos rubios que se están acercando a la puerta sin necesidad de pedirles ningún requisito ni solicitud que impida su entrada - Una vez finalice el mensaje, cerré dicho "canal" pero me comunique con Deikum - Pasaremos, sígueme la corriente y deja que yo hable - No cerre dicho canal por si Deikum se comunicaba conmigo de esa forma. 
Himitsu no Kyosei

Gokei Setsuzoku


Una vez dicho esto, controle el tiempo en el que me iba acercando para que, cuando fuera preciso, el sujeto nos viera y diera la orden, ya para este momento había cancelado la tecnica de mis ojos pues no quería llamar la atención. Si todo salía en orden, iba a seguir hablando con  Deikum mientras camino al interior - Debemos estar bajo perfil ¿Por qué? Vi rastros de chakra en ese sujeto que agarraron ¿Como descartamos que puede ser un caballo de troya? No lo sabemos y  como te mencione antes, vi a una chica entrando de manera invisible..  No se si andan juntos pero sea lo que sea...Hoy fue el día de venir a cumplir misiones ¿Debería ser común ver  "chakra por estos lugares" ¿No verdad? - Mis ojos (normales) estaban atento a todo mientras daba el mensaje, incluso, para actuar con normalidad, saque un cigarrillo de mi  bolsillo y lo encendí con un encendedor que estaba en el mismo lugar.  Una vez fumando, guarde el yesquero en el sobretodo de color negro, haciendo como si no encontrar el bolsillo y tener que quitarlo para "buscar" donde guardar el encendedor pero el objetivo era tapar mis movimientos de las manos para hacer una tanda de sellos y poder activar mi tecnica sensorial.
Yamanaka Kenshutsu


Si todo salía con exito, iba a  captar la información necesaria para saber que destino agarrar, mientras, me colocaba de nuevo mi prenda,   actuando como si ya nada pasara y solo estaba fumando-

Chakra: 900/1025


personaje


Resumen
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Deikum se encontraba en una gran desventaja para el comienzo de esta misión, notar las cosas que su compañero logró se le era imposible, cosa que lo hizo apreciar aun más la compañía del Yamanaka. Probablemente yo hubiese creado alguna distracción un poco más… Detuvo su pensamiento, no tenía sentido ir a esos escenarios de quizás, ya demostraría de lo que estaba hecho una vez entrasen a la ciudad, cosa que de nuevo, gracias a su compañero, podrían hacer de una manera un tanto inconspicua.

—Te sigo entonces. —Fue todo lo que decidió decir, metiendo sus manos en su gabardina, tratando de parecer desinteresado en la situación, pero atento a lo que le habían dicho, la presencia de varios usuarios de chakra no era del todo descabellada, pero lo era cuando se trataba de entrar en la ciudad, alguien había dejado ir los rumores de los posibles secretos dentro de la ciudad, la pregunta ahora sería que tantos de esos individuos estarían visitando y peor, qué tantos de ellos serían aliados.

Contenido Oculto

Continuó caminando entonces, detrás de Adan quien expresaba plena confianza en el plan, esperaba que aquello no fallase, Deikum no era exactamente el que menos atención llamara, por lo que no quería causar problemas sin haber entrado aún en la ciudad.

Resumen
La Torre
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Aiko no sabría si su clon lo había logrado pero no pasó nada después de que desaparecieron las huellas de ella -Bien es mi turno- la original que se ocultaba entre las dunas empezó a realizar los mismos sellos manuales se quedó quieta y se volvió invisible pero ahora ocupaba otra carnada, Rápidamente se puso de pie y empezó a caminar tratando de incorporarse a las pisada de un extranjero imitando sus forma de caminar para quedar exactamente detrás de el pisando las huellas que el dejaba así no crear nuevas lo mismo que hizo su clon.

Llegando al retén nuevamente espero que este joven pudiera entrar a la ciudad pero parecía no tener invitación pero por su forma de hablar esperada lograr entrar al lugar, todo parecía ir mal para la joven se había pegado a un extranjero sin invitación pero un guardia mando traer al superior de todos ellos y otro guardia aparentemente feliz se alejo rápidamente para avisar a su jefe, -Me pegue a al persona con la peor suerte del mundo, veo otra oportunidad- quien envío a traer a su superior revisaba al último grupo de extranjeros en ese momento que terminó de revisarlos se pagó a sus huellas para entrar detrás de ellos aprovechado que ese guardia volvió a ver a aquel extranjero sin papales y parecía que tomaría un descanso y toda la  atención se lo llevaría aquel sujeto.

Si todo salía bien Aiko estaría dentro de la ciudad se ocultaria en algún callejon cómo a quince metros de la entrada aún invisible ella tenía que aún a esa distancia tenía a la vista la entrada como a los guardias ella tenia que esperar a que su clon desaparezca y vuelva su chakra a ella, por su parte la clon vio como un guardia regordete hablada con el extraño extranjero que no traía invitación -Espero y la original no este detrás de ese pobre sujeto sino la van a atrapar- la clon no sabía que la original ya se encontraba dentro de la ciudad pero esperada que la disiparán.
Contenido Oculto

Meisai Gakure no Jutsu

Vida: 420/420

Clon:
Chakra: 415/480

Aiko:
Chakra: 435/480

Datos
[Imagen: c8SXohe.jpeg]
Narro/ Pienso/ Hablo
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Cita:¿Por qué hacer el viaje por el desierto sin tener un puto permiso para entrar acá? ¿Por quien nos tomas?

Toji se encogio de hombros mostrandose desconcertado ante dicha pregunta: — Pues porque no sabia que ahora pedian esos permisos especiales, anteriormente no lo hacian... — Dijo sin mas, y de hecho asi era antes. Lamentablemente su jutsu de persuasion si bien habia surtido efecto en todos los guardias presentes, habia sido muy poco efectivo puesto que Toji habia olvidado que ese jutsu funcionaba correctamente solo con un objetivo, no era para usarse con varios. "Mierda, esto me pasa por no especializarme en el ninjutsu, olvido detalles como estos." Pensaba en lo que uno de los guardias traia a su superior, un hombre de bigotes que parecia duro de roer.

Aquel hombre no tenia pelos en la lengua y se dirigio a Toji con brusquedad, haciendo que el Zennin fingier sonreir nerviosamente: — Bueno si lo dice de esa manera suena un poco mal, pero algo asi jajajaja me interesa tener una noche de juerga en alguno de sus burdeles. — Le comentaria sin mucha verguenza tampoco.


Cita:Puedes pasar, pero al puto calabozo. Ya luego veremos qué hacer contigo.


Oh vamos señor no sea asi, despeje esa NIEBLA que nubla la amabilidad que guarda en su interior y haga una excepcion esta vez por favor. Solo soy un humilde viajero y turista que esta de paso, no ocasionare problema alguno, se lo prometo. — Volvio a intentar persuadir con aquella tecnica, puesto que ahora esta se concentraria solo en aquel hombre de bigote, que al ser el superior de los guardias, si conseguia engañarle entonces ninguno pondria pegas al asunto. En caso contraria y si fallaba, entonces Toji accederia a seguir a los guardias al interior de las murallas.

info
Narro - Hablo - Pienso
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Una reacción en cadena era la forma más simple de describir lo que se desenvolvía frente a aquellos muros y los cuatro focos de todo parecían irse dando cuenta poco a poco de la existencia del resto. Adan y Deikum eran quienes tenían más información y cierta libertad de acción, al igual que Aiko. Toji, por su lado, si empezaba a revolver las arenas más de lo que quizás él mismo quería. De cualquier manera, todos marchaban a pasos regulares hacia su objetivo final; la infiltración.

De momento ninguno había logrado dar con el camino correcto hacia adentro pero no por ello estaban muy lejos. La Aiko original se acercaría al Kumonin y se mantendría oculta en lo que todo su tormento ocurría. Muy a su pesar tenía que apegarse al Zennin de momento, pues nadie más parecía tener permiso para entrar luego de que el grupo perseguido por su clon había cruzado las puertas. Pero cuando el panorama de opciones parecía más cerrado una nueva apareció.

Aquellos dos que habían permanecido a la expectativa hasta ahora habían actuado. O más bien, el Yamanaka lo había hecho de nuevo. Con una técnica temible de aquellas tantas que abundan en su línea sucesoria había tomado el control muy momentáneo y puntual del hombre que lanzaba el juicio contra Toji. El Kumonin, la Kirinin y el resto de guardias y peatones fueron testigos de una orden que parecía más un capricho repentino que algo evaluado con antelación. – A esos dos dejarles pasar, son invitados. – Anunciaría con un rostro neutro mientras señalaba al par y todos los ojos se fijaban en ellos, para luego darse la vuelta y dar un paso hacia las murallas. Aquello de invitados era la manera usual de decir que podían entrar sin ser chequeados ni tener permiso de entrada. Tras un instante la mayoría de los guardias despegaron los ojos del par y se miraron entre sí un tanto extrañados pero nadie iría en contra de una orden de aquel hombre.

Pero el tiempo jugaría en contra de todos. Al instante que la orden fue dada y luego de girarse para volver a las murallas, el corpulento hombre del bigote se detendría en seco. – Qué cojones… – Diría. La técnica de control mental se limitaba a una orden simple, y ya la orden había sido ejecutada. Pero el hombre no les conocía de nada y sabía a ciencia cierta que no tenía razones para dejarles pasar. Volvió a girarse para intentar encontrarse con ellos cuando el Zennin tomaría la palabra de nuevo e intentaría zafar de su destino. El hombre del bigote no podría evitar centrarse en él y sentir compasión, un sentimiento ajeno a su usual cartera.

El tiempo ahí se congeló por un segundo en el que todos los demás debían decidir y aprovechar la distracción que Toji significaba. Aiko debía decidir si quedarse oculta y esperar otra oportunidad, pegarse a Toji lo más que pudiese o pegarse al par que -aparentemente- tenían entrada libre. Estos últimos podían aprovechar la distracción de Toji para ir velozmente a la entrada y pasar sin más, pues los guardias no dirían nada al respecto. O esperar un poco más y terminar teniendo que lidiar con el jefe de los guardias.

En cuanto a Toji, el sujeto regordete le regaló toda su atención por unos segundos. – ¿Ahora resulta que también eres un puto poeta? – Dijo para después escupir sobre la arena caliente. – Vas a venir conmigo quieras o no. Ya luego decidiré si soltarte. – Y esto último, por primera vez y a raíz de la compasión que ahora sentía, podía ser verdad.

Y otra vez la suerte estaba echada para todos, y decisiones debían tomarse. Toji era quien menos opciones tenía más que acceder a entrar escoltado o usar la fuerza para escapar. El dúo dinámico tenía una oportunidad muy fina de entrar pero probablemente esto les traería problemas más adelante. Si, por el contrario, preferían esperar, iban a compartir un destino similar al de Toji, pues este último se había encargado de ablandar el alma de aquel individuo. Si Aiko tomaba la determinación de esperar, terminaría sola a la espera de otra oportunidad que quizás no llegaría. Si decidía seguir a Adan y Deikum debía ser rápida y según lo que el par decidiese estaría posiblemente sujeta al destino de Toji. Y, por supuesto, de seguirlos de cerca Adan notaría su presencia con la técnica que mantenía.

OFF
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Todo iba en orden pero de repente se detuvo el tiempo, lo que iba a ser como una entrada exitosa se volvió un problema lo que me hizo suspirar y negar con el rostro, mis expresiones eran calmadas mientras que  solo buscaba analizar la situación. Debía buscar la forma de entrar sin necesidad de llamar la atencion. Ya el sujeto gordo habia dado la orden pero aun asi se podia notar cierta resistencia por lo que entrar "con normalidad" iba a ser un problema. 

Con movimientos lentos y como si realmente no me interesara "lo que pasaba" saque los brazos del sobretodo, quedando este como una "capa", apoyada sobre mis hombros, una vez estando asi, me acerque al gordo con lentitud, limitando la vision de mis manos por el sobretodo y la corta distancia entre el sujeto y yo. Aprovechaba que estaba distraído con él otro.  Asegurándome de que mis manos no se ven o se dificulta ser observada, hice de nuevo el sello y le dije al oído al gordo - Escóltanos de  manera natural y como si fuéramos conocidos a mi amigo, al sujeto de al frente (Toji)  y a mi hasta la zona comercial en el interior donde se vea mucha gente  -Poco me importaba el otro realmente y es que vi que puede resolver sus problemas pero si el gordo deja todo y simplemente nos escolta asi de la nada, iba a ser sospechoso, lo mejor era seguir con naturalidad.  Luego de decirle esto, le puse la mano en el hombro y afirme con el rostro, dando un paso hacia atrás y observando a Deikum - El desconocimiento de un ser te hace creer que conoces las cualidades de tus superiores ¿No? - Sonrei- Y no saben que los negocios se basan en secretismo pero que vamos a saber nosotros de eso. -Elevo mis hombros y espero que todo pueda salir bien.
Himitsu no Kyosei


Me cruce de brazos, el que me mirara de frente iba a notar esto, ahora, los que me miran de lado solo iban a ver mis mangas caídas. El plan era simple, apenas estuviéramos adentro lleno de mucha gente, íbamos a perdernos entre la multitud, no sin antes hacer "otras" cosas con el gordo  - Cuando te haga la señal, nos perdemos del gordo, tu solo sígueme - Le dije a Deikum, esperando que esta vez si funcionara mi plan - 
Gokei Setsuzoku


Chakra: 830/1025


personaje


Resumen
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Todo iba mal en peor Aiko estaba pegada al extranjero con la peor suerte del mundo y aunque parecía que lo que el decía lo ayudaría a pasar nada calmaba a los guardias y menos a su robusto jefe -Parece que tendré que pensar en algo- la joven se quedó parada cercas de Toji.

-Si pudiera desenvainar mi espada y tirar un flash podría correr hacia dentro de las ciudad pero eso solo alertaría peor a los guardias y fracasaría la misión- la joven junto sus manos iban hacia su katana pero se detuvo ella no miraba la luz al final del camino lo peor de todo era que no podría moverse mucho sino su ropa hacía ruido por la fricción entonces era una tortura esperar de esa manera.

-Al paso que voy tendré que esperar a que se muevan los guardias- por suerte otro par de extranjeros iban llegando y al parecer ellos si podrían pasar aunque se movían rápido pero cuando tuviera la oportunidad Aiko se les pegaría a sus huellas para seguirlos y entrar detrás de ellos a la ciudad.
Contenido Oculto

Meisai Gakure no Jutsu

Vida: 420/420

Clon:
Chakra: 395/480

Aiko:
Chakra: 415/480

Datos
[Imagen: c8SXohe.jpeg]
Narro/ Pienso/ Hablo
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El plan había funcionado, al menos eso pensaba Deikum, quien siguió a Adan luego de que el hombre gordo los dejara pasar, sin embargo, el efecto se disiparía extremadamente rápido, dejando una ventana muy pequeña para poder actuar. El marionetista hubiese esperado por su compañero, pero sentía que podría ganar más ventaja avanzando dentro de la aldea en ese preciso instante, quizás poder explorar un poco y así ganar más terreno en una misión de la cual no sabían prácticamente nada.

—Me adelantaré, te dejo el resto. —Le diría al rubio, avanzando entonces velozmente hacia el frente e intentando aprovechar el tiempo muerto que se había creado. Si lograba pasar, buscaría inmediatamente una calle apartada donde pudiese escalar y observar los alrededores desde el techo, siempre teniendo cuidado de no ser visto, también trataría de no alejarse mucho de su acompañante, volteando quizás de vez en cuando para observar su progreso.

Había que empezar a tomar riesgos, y aquello era exactamente lo que había hecho, si esto le salía mal, siempre podría forzar su escape, herramientas para hacerlo no le faltaban, pero no quería usarlas aún. —Espero no tener que usarte hoy. —Dijo, tocando el pergamino en su espalda con un poco de recelo.

Resumen
La Torre
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La manipulacion habia surtido cierto efecto, o algo asi... Aun asi Toji se mostraba muy calmado, confiaba en que todo saldria bien. Noto que una joven se coloco detras de el, muy cerca, ladeo la cabeza para verla y parecia atenta a la situacion del pelinegro, se la veia muy tensa aunque a simple vista parecia una civil como cualquier otra. Toji le guiño un ojo por un momento y le sonrio, para luego volver a voltear a ver al hombre robusto en lo que este estaba dejando pasar a otros dos sujetos.



Cita:Vas a venir conmigo quieras o no. Ya luego decidiré si soltarte



¡Claro, como usted diga oficial! Muchas gracias por su amabilidad. — Le contesto Toji haciendo una reverencia hacia adelante, y se dispondria a seguir al hombre al interior de las murallas, alli donde le llevase. Durante el camino Toji observaria los alrededores, tanto la gente como los edificios y el ambiente, pero sobretodo miraba posibles rutas de escape de ser necesario utilizarlas para quitarse del medio a aquel bigoton. — Y digame ¿Desde hace cuanto tiempo estan pidiendo permisos para entrar a la ciudad? ¿Sucedio algo malo? — Preguntaria Toji de forma casual para sacar algo de informacion y ponerse en contexto. Durante el camino noto que dos jovenes mas les acompañaban sin embargo no les dirigio la palabra por ahora, fingiendo que les ignoraba, segun el guardia estos eran invitados pero ¿que clase de invitados? era algo que Toji querria averiguar mas tarde.


Resumen
Narro - Hablo - Pienso
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Si algo podía decirse de aquel cuarteto que parecía hacer hasta lo imposible por superar las murallas de la arena es que recursos no les faltaban. Todos, a su manera, buscaban sacar provecho de sus habilidades y seguir triunfantes su camino. Y, aparentemente, ya la primera de las barreras había caído gracias al ingenio. Tras ciertos percances y resbalones que todos supieron sortear, el cuarteto empezaba a atravesar las murallas. Algunos escoltados, otros en libertad total de movimiento, pero la infiltración no hacía sino comenzar.

Deikum sería quien tomaría el mayor de los riesgos. Quizás por impaciencia o capaz por pura iniciativa, pero había aprovechado el anuncio del jefe de los guardias para tomar la delantera, indicándoselo a su compañero de equipo. De entre los cuatro, sería el primero en pasar por el último punto de control y, por consecuencia, atravesar las murallas. El jefe de los guardias no tendría tiempo suficiente para reaccionar a aquella maniobra o cualquier otra pues el Yamanaka volvía a tomar el control momentáneo de la mente del pobre diablo. Toji se vería beneficiado de la buena voluntad del rubio mentalista, pero no lo sabría hasta más tarde.

Aiko, por su parte y muy habilidosamente, seguiría al grupo muy de cerca para no ser dejada atrás. Los últimos tres ninjas, junto con el jefe de guardias y algunos guardias que servían de escolta, atravesarían las murallas algunos momentos después que Deikum. Una vez dentro de la aldea -si es que así podía llamársele- el destino de Aiko estaba completamente en sus manos. Podía decidir si seguir al grupo conformado por Toji, Adan y el resto, o aprovechar su invisibilidad para tomar su propio rumbo como, aparentemente, quería hacer Deikum.

El grupo pasaría por una especie de pasillo o callejón que atravesaba la muralla transversalmente cuando el jefe de guardias se dignaba a responder a la pregunta de Toji. — No sé qué han escuchado más allá del desierto, pero aunque no lo parezca aquí queremos llevar las cosas a nuestra manera. El imperio, los rebeldes y toda esa mierda nos tiene sin cuidado mientras no vengan a joder donde no son llamados. — Aquello sonaba más como una conversación de bar que como algo que diría el jefe de guardias de un destacamento, pero al fin y al cabo, durante aquel instante, eran “amigos” gracias al Yamanaka. — Por eso intentamos mantener un control estricto de quien entra y quién sale. Los curiosos acá terminan colgados en los muros, especialmente estos días con esa desgraciada pelirroja. — Agregaría casi al terminar el trayecto y no respondería absolutamente nada más al respecto.

El pasillo terminaba abriéndose a sus anchas en lo que parecía una calle principal. Había transeúntes andando en una danza caótica desde y hacia todas las direcciones en lo que parecía un mercado improvisado. Además del grupo de guardias que escoltaban a los ninjas habían otras células armadas que se mantenían en grupos por aquí y por allá prestando una especie de vigilancia poco disciplinada, pero era obvio que solo estaban ahí para amedrentar con sus armas oxidadas, pues era imposible controlar aquel desorden. El jefe de guardias habría seguido con la mirada a Deikum hasta que este último se le perdió de vista. Pero su función todavía estaba; escoltar al resto hasta un lugar más poblado. Y así lo había hecho. Llegado al punto se rascaba la nuca gruñía para sí mismo sin decir palabra alguna. Tras un par de segundos escupiría el suelo y se dirigiría a quienes siguieran ahí, en caso de haber alguno. — Voy a volver a mi puesto. No quiero más distracciones por hoy. — Y se iría tambaleando de vuelta a la muralla.

De ahí en más el grupo estaría en total libertad de hacer lo que quisiese. Esta vez, y más que nunca, cada acción tendría su consecuencia. Y dentro de la caótica inmensidad de una aldea en ruinas donde los criminales reinaban, debían encontrar el hilo que los llevase a su objetivo. La avenida principal atravesaba diametralmente toda la aldea y estaba llena de comerciantes, locales (bares, prostíbulos, restaurantes, posadas y similares.), y desde los tejados Deikum (y quienquiera se dedicase a escalar) vería las construcciones de barro y adoquín llegar hasta la otra punta de la muralla. Prestando la atención suficiente podría notar algunas torres de vigilancia, estando la más cercana a, aproximadamente, 800 metros.

OFF
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Había logrado superar el primer obstaculo, el cual, de manera irónica, había sido bastante complicado y merecedor de varias pruebas y errores, en este momento el rubio se encontraba en un tejado, observando aparentemente la ciudad entera, con edificaciones de tamaños similares hasta donde le alcanzaba la vista, la cual, desde su punto, le permitía escanear casi la ciudad entera de muralla a muralla.

Desde su altura pudo también observar torres de vigilancia esparcidas a lo largo de las paredes que encerraban el terreno, la más cercana estando a unos ochocientos metros de él, más o menos, era bueno conocer ese detalle, pero no esperaba que los que estuviesen en esas torres observaran dentro de la ciudad, sino más bien, las afueras. Al menos logramos entrar por la puerta principal, por muy estúpido que haya sido. Pensó, comenzando a ver hacia las calles, especialmente por donde había entrado, esperando divisar a su compañero victorioso en su estrategia de entrada.

Ciertamente, fue lo que vio, observando a Adan no solo con el guardia de la puerta, sino con el otro sujeto, aquel por quién gran parte de sus planes funcionó; al verlos, dos opciones aparecieron en su mente, por un lado, podría continuar por su cuenta y así cubrir más camino, pero por el otro, no quería alejarse mucho de su acompañante, mismo que ya había plantado una ruta de escape sencilla en caso tal de que lo necesitasen. —Hmm, supongo que ya me toca a mí —dijo en voz baja, sacando de su bolsillo un pequeño pergamino, del cual, y con un simple sello, salió una marioneta, la más básica que tenía en su arsenal, luego, y con ella frente a él, hizo una tanda de sellos, dotando a su marioneta con una apariencia similar a la de él mismo, al terminar, tomó control de ella, enviándola de manera sigilosa a las calles y junto a Adan, contaba con un rango de cincuenta metros, por lo que la distancia no le preocupaba mucho.

Una vez llegase junto al rubio, le hablaría en susurro. —Estoy en los techos, pero no quiero alejarme mucho, avanzaré contigo y así podríamos cubrir más zona, recuerda que solo venimos a buscar información, podemos comenzar con él o en algún lugar más “tranquilo” —La marioneta hablaba con tranquilidad, probablemente sería imposible saber que era una marioneta a menos que un gran sensor la analizase, pero algo le decía al rubio que los gastos de chakra dentro de la ciudad eran bastante comunes como para ser notado.

Usos
La Torre
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Después de pensar que se quedaría en la entrada y nunca lograría pasar por suerte un duo lograría conseguir entrar no solo eso sí no también llevarían consigo al extranjero sin suerte y escolta del mismísimo jefe de los guardias.

-Me quedaré junto a ellos talvez pueden tener más información que me podría ayudar- la joven se logro infiltrar simplemente caminando detrás del grupo siguiendo al joven de cabellera rubia, al extranjero y al robusto jefe.

Las murallas eran más grandes de lo que esperaba Aiko aprovechado su invisibilidad logro escuchar la conversación que tenían los presentes, había una gran seguridad para evitar que el imperio metiera sus narices en este lugar como también comento algo sobre una pelirroja, al salir entraron a un bazar improvisado aunque lleno de personas que iban y venían, el guardia les dió una advertencia al grupo después se retiro de regreso a su puesto.

Aiko disipó su clon quien aún seguía en la entrada claro del otro lado de los muros pero sin ninguna orden, la kunoichi se quedó detrás del pequeño grupo esperado alguna respuesta ingeniosa, uno de sus compañeros que se alejo y regreso se acercó a su compañero, Aiko también se acercó para escuchar su conversación, el comento que se encontraba en el techo no muy lejos pero eso no le importaba a la joven pero al comentar que solo venía a buscar información rápidamente cambio de lado para fingir una voz masculina y hablar en medio entre Toji y Adan

-¿Ustedes también buscan información?- una pregunta simple aún no sabía si su voz falsa masculina ayudaría a confundirlos pero esperaba que eso ayudará a abrir más la conversación entre los extranjeros o en el peor de los casos descubrierian que estaba parada detrás de ellos.

Meisai Gakure no Jutsu

Vida: 420/420

Aiko:
Chakra: 790/960

Datos
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Narro/ Pienso/ Hablo
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Logre entrar con el otro chico, como había pensado antes: Poco me importaba  eso ahora mismo, necesitaba pasar y lo logre, tal vez con un exceso mas de chakra pero mi plan no ha sido la violencia, por eso, solo me preocupaba quedarme con el chakra suficiente para lograr escapar por si algo pasa. Estuve con el gordo hasta el final del trayecto donde decide marcharse, justo escuche la voz de Deikum quien me comento cual era "mas o menos" su plan pero justo cuando iba a contestar escuche a alguien diciendo si "también" buscábamos información a lo que solo me mantuve inmóvil   como si no hubiese escuchado nada y es que realmente todo se volvió confuso para mi. Podía activar técnicas que me ayuden a detectar todo mi entorno pero en este momento no era conveniente o asi lo veia yo. 

En completo silencio solo seguía con mi vista cada acción y cada movimiento- Debo activar mi vista de agila de nuevo- Pensé mientras seguia con mi vista, ubicando cada punto de mi interés pero el motivo real de quedarme ahí inmóvil era el hecho de seguir escuchando  sobre "esa información" que buscan los demas. Para aparentar ser "alguien" que no  esta tratando de buscar algo, prendí un cigarrillo y lo lleve a mi labio,  fumando de este con total calma, comunicarme con Deikum no me preocupaba, se que lo iba a encontrar en cualquier momento, por ahora no iba a hacer gasto de chakra pues esa pregunta puede ser una trampa incluso, al final dice el dicho: No hay quien de mas información de uno mismo que uno mismo.- 

Chakra: 863/1025

Estadísticas de Adan Yamanaka
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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Para suerte de Toji, el hombre de bigotes no le ignoro y respondio casualmente sus preguntas, aunque no le pudo sosacar practicamente nada de informacion mas alla de un detalle interesante que a ese hombre se le escapo.


Cita:Los curiosos acá terminan colgados en los muros, especialmente estos días con esa desgraciada pelirroja.


¿Pelirroja? — Se pregunto el pelinegro, pero el hombre no parecia dispuesto a decir ni una palabra mas. Una vez que este tipo les dejo dentro de la ciudad, procedio a retirarse dejandoles solos ¿Que seguia ahora? Por una parte ambos sujetos que le seguian detras comenzaron a moverse y actuar por su cuenta, Toji podria haberles seguido o interrogado para saber que hacian aqui y porque eran invitados, sin embargo no era algo prioritario para él, asique se enfoco en seguir con su tarea y rapidamente marcho por la avenida principal, perdiendose entre la multitud y mirando los edificios a su alrededor. Su objetivo era ubicar bares, posadas, prostibulos,  restaurantes, tiendas y sitios en los que pudiese circular gente a diario. Asi seguiria hasta cruzarse con un prostibulo que pareciera de calidad, y se adentraria en el mismo con una sonrisa en su rostro. — ¡Bien, es hora de trabajar. Dare mi maximo esfuerzo para cumplir con mi mision jajajajaja! — Exclamo con sarcasmo, puesto que investigar en burdeles o prostibulos era su parte favorita de recolectar informacion al llegar a una ciudad. Algo que solo aquellos shinobis que viajan recurrentemente por el mundo saben, es que los burdeles son una de las mejores fuentes de informacion y de placer, pocas cosas se escapan de los oidos de las mujeres que trabajan como acompañantes del placer, y a la mayoria les encanta chismosear y compartir lo que saben, claro... dependiendo de la calidad del tiempo que el cliente pase con ellas.

Toji ingresaria dentro del prostibulo y observaria su alrededor, si habian mujeres a la vista las examinaria rapidamente con un vistazo rapido mientras caminaba con las manos en los bolsillos de su pantalon, en una de ellas sostendria una billetera con dinero. Su intencion primeramente seria llegar a la recepcion para preguntar por los servicios y que chicas estaban disponibles, tambien si habia alguna zona de "relax" donde pudiese pedir comida, bebida y llevar a su o sus acompañantes, puesto que era muy temprano para ordenar una habitacion.



resumen
Narro - Hablo - Pienso
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