[Imperial] Pactos y tratados
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Última modificación: 25-06-2024, 05:20 PM por Musacus.
No muchos shinobis compartían las políticas Imperiales, aunque no era el caso de Satoru, el hacía un esfuerzo por convivir con ello y además tomar partido en la seguridad de las Aldeas, en ocasiones debía resignarse ante la corrupción y la insensatez de las autoridades, esto nunca lo detuvo sino que era motivo de valor para el ermitaño, con tiempo, esfuerzo y autoridad, algún día lograría cambiar las cosas, arrancar de Raíz todos los males para promover sus ideales de Paz y seguridad en el mundo, incluyendo su formidable pasión por la naturaleza y sus habitantes. 
16 D.K 
País del Fuego
 
 En estos tiempos las disidencias eran moneda corriente, llegando a compartir vínculos con rebeldes y criminales por todo el mundo, el Imperio estaba en decadencia, o eso se rumoreaba, las creencias de su creador poco a poco se desvanecían con el tiempo. Satoru simplemente creía en el bienestar de su aldea y en la paz que esto conllevaba para con el resto, era imprescindible mantener comunicación entre gobiernos para garantizar la continuidad de la Paz y prever posibles ataques terroristas, como lo sucedido tiempo atrás en Hoshigakure. Es gracias a ello que algunas aldeas disponen, de antaño, mensajeros los cuales se encargan de proporcionar información relevante o simplemente para asegurar aliados en tiempo de guerra y propiciar información.

 El esfuerzo de Satoru no pasaba desapercibido en Konohagakure, llegándose a ganar el respeto de su gente e inclusive sus líderes. Hoy día era el encargado de llevar acabo este encuentro, una tarea sumamente particular, la cual debía pasar desapercibida entre los Shinobis y por sobre todo no provocar malentendidos con aldeas aliadas, por lo tanto debía procurar el buen uso de la palabra, lo menos sensato sería ser desconsiderado y faltar el respeto a sus invitados, gracias a su temple y reputación Satoru empeñaría esta misión de Tratados y Acuerdos con completa facilidad.


 -Según lo indicado se trataba de un pequeño refugio militar en las profundidades de los bosques en el País de Fuego, a unos 100 km de la cordillera que limitaba con el País de las Aguas Termales, una construcción en roca maciza completamente oculta de los civiles y Shinobis extranjeros, un lugar completamente estratégico que cumplía su función de Guarida en algunas ocasiones. Las autoridades y senchos de los Imperios contaban con estas ubicaciones siendo utilizadas mayormente para reuniones estratégicas y centro de resguardo-

Como de costumbre emprendía su viaje con varías horas de antelación para así disfrutar del viaje, salió de mañana desde Konoha y según lo previsto llegaría a las 21 hs, justo una hora antes de la cita acordada. Allí los recibiría una pequeña comitiva de un Chuunin y tres civiles que se encargaron, días atrás, de preparar el lugar para las visitas, aprovisionándolo de alimentos y dándole condiciones para hospedarse, en caso de ser necesario, por unos días a sus visitantes extranjeros. Todo bajo el manto discrecional de la seguridad y privacidad de lo que allí pudiera suceder, pocos sabrían detalles de los allí acontecido más que algunos lideres y los shinobis en si.
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El frío se cernía sobre el paisaje nevado de aquel bosque, en el corazón del País del Fuego. Issei, con su túnica negra ondeando al viento, avanzaba con paso seguro a través de la densa arboleda. Su mente estaba ocupada en los preparativos para la reunión que se llevaría a cabo en el refugio militar, un enclave estratégico oculto en lo más profundo de los bosques.

El largo viaje desde Kirigakure le había dado tiempo para reflexionar sobre su nueva función como mensajero. Si bien había pasado la mayor parte de su carrera en las sombras, desempeñando un papel más oscuro como interrogador, ahora se encontraba en un camino diferente, uno que lo llevaba a la luz pública. Era un cambio significativo y desafiante, pero estaba decidido a cumplir con su deber de manera honorable.

Aunque su reputación en Kirigakure no era la más luminosa, siendo conocido principalmente por su habilidad como torturador y por los métodos poco convencionales que empleaba para obtener información, el Kenju confiaba en que su experiencia y habilidades podrían ser valoradas en esta nueva posición. Sabía que debía esforzarse por ser un embajador digno, alguien capaz de establecer y mantener relaciones sólidas con otras aldeas en nombre del Imperio del Agua. Esperaba que su historial como shinobi eficiente y leal pudiera contrarrestar su reputación sombría y ayudarlo a ganar la confianza de sus interlocutores.

A pesar de la firmeza de sus convicciones y su dedicación a la causa, las imágenes de la ejecución de Heizo seguían taladrando su mente. Cada vez que cerraba los ojos, podía ver claramente el rostro del condenado, el brillo de la katana al sol y el sonido sordo de su cabeza al caer al suelo. Era una escena que se había grabado a fuego en su memoria, una que preferiría olvidar, pero que persistía como un eco constante en su conciencia.

Sin embargo, se esforzaba por apartar esos pensamientos de su mente. Sabía que aquella misión era fundamental para mejorar su reputación y ganar reconocimiento dentro del ejército del imperio. Como mensajero de Kirigakure, comprendía que su lealtad estaba firmemente arraigada a su aldea y a las políticas que promovía. Aunque no siempre estuviera de acuerdo con las decisiones de las autoridades, entendía la importancia de mantener la comunicación entre las aldeas y asegurar la paz en tiempos turbulentos.

Por lo tanto, se obligaba a concentrarse en el presente y en la tarea que tenía por delante. Había sido elegido para llevar a cabo una tarea delicada y crucial, y no permitiría que distracciones o remordimientos interfirieran en su desempeño. Respiró hondo, dejando que el aire helado del bosque llenara sus pulmones, y continuó avanzando con determinación hacia el refugio militar.

Al acercarse al lugar de encuentro, divisó la pequeña comitiva que los recibiría, que se habían encargado de la logística de la reunión. Los saludó con un gesto de reconocimiento, apreciando el esfuerzo y la dedicación que habían demostrado al preparar el lugar. Los rostros de la comitiva, tensos pero aliviados al ver su llegada, reflejaban la importancia de este encuentro.

Con paso decidido, se adentró en el refugio militar. Este era un momento crucial, una oportunidad para forjar alianzas y fortalecer los vínculos necesarios para mantener la estabilidad. El Chuunin estaba resuelto a cumplir con su deber con honor y determinación, sabiendo que cada decisión tomada hoy podría tener repercusiones significativas en el futuro.

Apariencia Issei
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Pasivas
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Última modificación: 02-06-2024, 08:09 PM por Musacus.
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Aun faltaban unos treinta minutos para dar comienzo a la Reunión cuando hizo aparición el primer invitado de la noche, Kenju Issei, representante de Kirigakure, quien fue recibido ni más ni menos por Satoru Hyuga, quien se encargaría de representar a Konohagakure. A un costado de la entrada, a pocos metros del acceso, el peliblanco recibe cariñosamente a la primer visita de la noche. 

 Buenas noches, 
eres el primero en llegar,
gracias por atender el llamado... Dijo inclinando su torso en forma de saludo
...

 Bajo el manto de la oscuridad creciente y la incesante nieve se posa el ermitaño, viste una túnica roja con un símbolo de su aldea estampado en su pecho y espalda, debajo de ella su clásico chaleco Chuunin y en su cintura su bandana shinobi, cubriéndolo casi enteramente una piel de oso blanco, útil para conservar el calor.

 Por favor pasa Dijo indicando el ingreso
...

 Inmediatamente ingresaría a la sala principal: separada en dos partes por una inmensa cortina, la primer parte era un sitio para dejar abrigos y ponerse cómodo, luego, atravesando la cortina,  una importante hoguera construida en roca justo en su centro, rodeada por asientos igualmente hechos en barro, a un costado un extenso pasillo que conectaba con tres accesos, una cocina en el fondo y dos dormitorios a los costados.

Mi nombre es Satoru Hyuga,
seré el moderador de este encuentro, le dijo mientras se quitaba su abrigo y calzado
esperaremos a los demás para conversar la Reunion, 
mientras tanto acerquémonos al fuego... sugirió mientras indicaba la ubicación de la hoguera en el interior de la sala
...

 Al cabo de minutos hacia aparición uno de los jovenes encargados del alimento, quien traía consigo una jarra de té y varias tacillas para servirlo, luego de una breve y poco formal presentación, dejo servido el té sobre una de las mesas de madera, luego se retíro con audacía.

 Señores...
...
¿Un poco de té?
 Claro,
gracias tobi...
...
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Última modificación: 09-06-2024, 04:29 PM por Kenju Issei.
Issei avanzó con paso seguro, su figura imponente y algo siniestra destacaba entre el paisaje nevado. Era un hombre alto y musculoso, con una cicatriz que cruzaba su rostro desde la frente hasta la mejilla izquierda, otorgándole un aire intimidante. Sus ojos, de un tono amarillento penetrante, parecían atravesar el alma de quien osara sostenerle la mirada. Llevaba una katana y un wakizashi colgados a su cinturón, y aunque no portaba la bandana ninja de su aldea, el chaleco táctico de Chuunin con el símbolo de la Aldea Oculta de la Niebla dejaba clara su afiliación y rango.

La túnica negra ondeaba suavemente al compás de sus pasos, contrastando con la blancura de la nieve que rodeaba el edificio. A medida que se acercaba, su mirada fría se fijó en Satoru Hyuga, un hombre alto y delgado con ojos azules vibrantes y cabello blanco, quien lo esperaba a un costado. Tras la bienvenida del peliblanco, el Kenju asintió con una leve inclinación de cabeza, evaluando rápidamente al hombre frente a él.

El espadachín siguió al shinobi de la Hoja a través de la sala principal, observando con atención cada detalle del lugar. Dejó su capa a un lado, revelando su chaleco táctico y las armas en su cinturón. Se dirigió hacia la hoguera, sintiendo el calor del fuego mientras escudriñaba el entorno con una mezcla de interés y precaución. Los asientos de barro y la robusta construcción de la hoguera le parecieron tan imponentes como su anfitrión.

Al cabo de unos minutos, un joven encargado del alimento apareció con una jarra de té y varias tacillas. Después de una breve y poco formal presentación, dejó el té sobre una de las mesas de madera. Issei negó con la cabeza, y su voz grave y firme resonó en la sala.

No me gusta el té. Prefiero una cerveza, si no es molestia.

Independientemente de la respuesta del joven, su mirada ámbar, que hasta ahora había estado fija en el fuego, se volvió hacia su anfitrión. Extendiendo una mano, se presentó con formalidad.

Yo soy Kenju Issei, representante de Kirigakure. ¿Cómo ha estado el clima en Konoha últimamente? —preguntó, buscando amenizar la espera con una conversación casual mientras observaba la reacción del contrario.
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Pasivas
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Última modificación: 11-06-2024, 02:05 AM por Musacus.
El gennin Tobi asintió ante la petición de Kenju, pasaron solo dos minutos hasta que trajo consigo un vaso de madera y una jarra de cerámica con cerveza negra en su interior, de igual modo dejo ambas en la mesa esperando que su invitado se sirva de ella. Como era de imaginar, un escenario rustico y sofisticado envolvía el carácter de aquel encuentro, mientras el tiempo pasaba ambos Shinobis compartían su cálido encuentro a un lado de la hoguera.

Kenju Issei, un gusto.

No había escuchado aquel nombre, pero sin duda parecía un Shinobi con experiencia, algo común en gente de su edad. Observó unos momentos el aspecto del sujeto mientras bebía el Té. Luego se sentó frente a El, en los asientos que rodeaban la hoguera, para continuar la conversación.

La calma después de la tormenta! Respondió con ironía y tono de gracia
Por suerte la gente esta bien aprovisionada
para este invierno,  no hemos tenido 
mayores problemas más que con criminales 
y pequeños grupos terroristas, ya sabes,
algún que otro conflicto de intereses
entre facciones y la Aldea...

Hizo una pausa para tomar un sorbo de Té y calentarse las manos en el fuego. 

Aunque debo revelar,
bajo el aspecto de mis propias suposiciones,
que estamos a pocos pasos
de una crisis, y muy posiblemente
un ataque coordinado hacia nuestras instituciones...
...
Este es, en parte, el motivo de esta Reunión
...

Hizo una pausa para continuar con su Té y observar a su compañero, quien poco conocía y quería ver su reacción ante sus propias conclusiones, esperaba no ser avasallante, lo más importante sería la sinceridad y transparencia, no ocultaría detalles pero tampoco sería impredecible.

¿Sabes algo al respecto del conflicto de Hoshigarkure? Pregunto con interés
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Issei observó con interés a Satoru mientras escuchaba su respuesta. Agradeció al joven gennin con una breve inclinación de cabeza cuando le trajo la cerveza negra. Sirviéndose un vaso, notó la robustez del sabor, que contrastaba perfectamente con el frío del invierno y el calor de la hoguera.

El shinobi de Kirigakure asintió ante las palabras del contrario, y una ligera sonrisa irónica asomó en sus labios al escuchar la descripción de la situación en Konoha. La ironía en su expresión denotaba su familiaridad con el caos subyacente que parecía envolver a todas las aldeas, más allá de las apariencias de calma. Sin embargo, cuando mencionó el conflicto en Hoshigakure, el semblante del Kenju cambió. Sus ojos ámbares, normalmente fríos y calculadores, se entrecerraron, reflejando una curiosidad intensa y una percepción aguda. Su mirada se volvió más penetrante, como si tratara de desentrañar los secretos ocultos detrás de las palabras del peliblanco.

El cambio en su expresión fue sutil, pero notable, su rostro cicatrizado parecía aún más imponente bajo la luz fluctuante de la hoguera. Aquella mención había captado toda su atención, despertando un interés que pocos temas lograban. La cicatriz que cruzaba su rostro se tensó ligeramente, acentuando su aire intimidante mientras sus pensamientos se alineaban, preparándose para indagar más profundamente en el asunto.

¿La calma después de la tormenta, eh? —repitió con una leve sonrisa irónica mientras tomaba un sorbo de su cerveza. Luego, se inclinó hacia adelante, dejando el vaso de madera sobre la mesa con un suave golpe, indicativo de la pesada carga de sus pensamientos—. La verdad es que no estoy muy al tanto de lo que sucede fuera de la isla. Paso la mayor parte del tiempo en prisión, cumpliendo mis deberes como interrogador. Las noticias no siempre llegan con claridad hasta allí.

Hizo una pausa, sus orbes amarillentos, afilados como dagas, evaluaban cada matiz en la expresión del shinobi de la Hoja. Su postura y mirada dejaban claro que, a pesar de su aparente relajación, su mente estaba siempre alerta, siempre calculando.

Me intriga lo que mencionas sobre Hoshigakure —continuó, con su tono ahora teñido de una curiosidad genuina y palpable—. He oído rumores vagos, pero nada concreto. ¿Qué sucedió exactamente allí?

Mientras esperaba la respuesta, su expresión se mantuvo seria y enfocada. Comprendía que cualquier dato, por insignificante que pareciera, podía resultar crucial no solo para la misión actual, sino también para sus obligaciones dentro del Imperio del Agua. Su disposición para escuchar era evidente, y su mente ya estaba trabajando en cómo podría utilizar la información obtenida para fortalecer su posición y cumplir con sus deberes de manera más eficiente.
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Pasivas
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Última modificación: 11-06-2024, 11:59 PM por Musacus.
 
Ya veo, cada quien cumple su rol. Respondió
...
Me imagino que no debe ser sencillo
convivir con criminales, sin duda una 
tarea prometedora...
...
No te preocupes, es normal que el resto de Aldeas
tarden en actuar e informar...
...al fin y  al cabo pocas veces
entran en acción...
...

 Mientras conversaban, Satoru se mantenía atento al sonido de la puerta, por si llegase otro visitante y debieses atenderlo, ya marcada la hora prevista y como era de esperarse, no siempre se atendía el llamado. Un invitado era suficiente para el ermitaño, más que suficiente para compartir una noche entre aliados, esto demostraba, en parte, una muestra de fraternidad.

 No tenemos información precisa,
sabemos que fue un ataque coordinado durante 
altas horas de la noche, devastaron
completamente la Aldea y a sus habitantes...
...actualmente Hoshigakure esta bajo la
protección de la orden Yakuza...
...
Entre los atacantes hay un invocador de Serpientes,
probablemente un maestro, también un invocador
de criaturas voladoras... y entre sus filas,
un miembro de Konohagakure...
...

 Tragó saliva y dejo la taza vacía sobre la mesa mientras se acomodaba nuevamente en su asiento. Cruzo miradas con su camarada, para confirmar, con sus propios ojos, la verdad de sus palabras. En estos se notaba cierta preocupación y algo de angustia, lo primordial sería continuar la investigación, quizá, con los datos revelados, ganaría alguna deducción de su acompañante.

...Yo mismo estoy llevando
acabo esta investigación, 
pero los recursos son muy 
limitados, no me queda otra 
opción más que ingeniármelas
por mis propios medios...
...

 Hizo una pausa para contemplar el fuego que ardía dentro de la hoguera y luego servirse un tanto más de té. Al cabo de minutos aparecía un segundo gennin con un primer plato de comida, llevaba consigo una pequeña fuente de quesos y hierbas acompañada de panecillos rellenos de carne, dejo la fuente sobre la mesa y se retiro con un saludo cordial.
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Issei escuchó atentamente las palabras de Satoru, asintiendo de vez en cuando. La mención de convivir con criminales le arrancó una media sonrisa, una expresión que reflejaba tanto las cicatrices físicas como las emocionales que había acumulado a lo largo de los años.

Mientras el peliblanco continuaba con su explicación, Issei entrecerró los ojos, procesando cada detalle con cuidado. La revelación de que un miembro de Konohagakure se encontraba entre los atacantes captó especialmente su interés. Tragó saliva y dejó su jarra vacía sobre la mesa, acomodándose en su asiento con una mirada más intensa y pensativa.

Interesante... —murmuró reflexivo con un matiz de cautela—. Un ataque tan coordinado y devastador no es obra de simples bandidos. Creo que es obvio, pero está claro que estamos tratando con shinobis altamente cualificados y bien organizados, posiblemente respaldados por una fuerza mayor.

Hizo una pausa, y su mirada ámbar se mantuvo fija en el fuego de la hoguera, observando cómo las llamas danzaban y se retorcían, creando sombras inquietantes en las paredes de barro. Cada chispa y crujido del fuego parecía acompañar sus pensamientos, como si las llamas mismas susurraran secretos. Luego, volvió su atención a Satoru, y sus ojos brillaron con una intensidad renovada, reflejando tanto su curiosidad como su preocupación.

¿Y un miembro de Konohagakure entre ellos? —su voz adquirió un tono más grave—. Eso es alarmante. ¿Tienes alguna pista sobre quién podría ser o cuál es su motivación? Cualquier detalle podría ser crucial para entender mejor lo que enfrentamos y anticipar sus próximos movimientos.

Mientras hacía esta pregunta, apareció otro gennin con un plato de comida. Issei observó cómo el joven dejaba una pequeña fuente de quesos y hierbas acompañada de panecillos sobre la mesa antes de retirarse con un saludo cordial. Sin perder la concentración, el kirinense se sirvió un poco de la comida, esperando la respuesta del contrario. Sabía que esta información podría ser crucial no solo para entender la situación en Hoshigakure, sino también para anticipar posibles amenazas futuras. Su expresión seria demostraba su interés y disposición para colaborar en lo que fuera necesario, ya que cualquier dato, por pequeño que fuera, podía marcar la diferencia.
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Pasivas
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Estoy de acuerdo, deben tener buen respaldo...
...
Tengo mis sospechas pero nada concreto... Desde que fui a Hoshigakure mi perspectiva cambió, aunque desde un principio supe que el Imperio Yakuza buscaba expandirse, pareciera que tienen un mecanismo de infiltración más sofisticado, se les ha dado demasiada confianza, en lo personal no veo conveniente seguir colaborando, pero tampoco deseo el descontrol, en este punto temo por la seguridad de Konohagakure y el resto de Aldeas...
...
Como dije, no tengo nombres, solo escasas apariencias, recuerdo perfectamente la apariencia de aquella bestial serpiente, por lo menos veinte metros de altura, arrasó gran parte de Hoshi...
...

Satoru se levanto de su asiento para colocar unos leños en la hoguera de acero y de paso estirar un poco las piernas. Aun parado se acerco a la mesa para prepararse un bocado y servirse más té. A esta altura lo más probable es que solo fueran ellos dos y el resto del equipo de trabajo que estaba en la cocina.

Parece que seremos solo nosotros...
Como Rokudai Sencho valoro la presencia de Kirigakure,
espero que podamos afianzar, una vez más, 
nuestra alianza...

El peliblanco volvió a sentarse a para comer su sandwich y continuar la conversación de " a bocados ". 

Dime... ¿Como llevaban la situación con los rebeldes?
...
Estoy un poco cansado de tantos bandos pero es 
importante oír todas las voces ¿ No crees?
Satoru
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Última modificación: 18-06-2024, 03:45 PM por Kenju Issei.
Escuchó con atención las palabras de Satoru, asintiendo lentamente mientras procesaba la información. La mención de lo sucedido, que arrasó gran parte de Hoshigakure, mantenía su ceño levemente fruncido, ya que estaba impresionado por la magnitud del ataque. Cuando el contrario se levantó para colocar unos leños en la hoguera y prepararse un bocado, aprovechó el momento para reorganizar sus pensamientos.

El título de Rokudai Sencho que mencionó le tomó por sorpresa, ya que no estaba al tanto de su alto rango en Konohagakure. Sin embargo, mantuvo la compostura, ocultando su sorpresa para no molestarle ni parecer desinformado.

Cuando Satoru volvió a sentarse y le preguntó sobre la situación con los rebeldes en el País del Agua, el Kenju se tomó un momento antes de responder. En su mente, tuvo un fugaz recuerdo de la ejecución que él mismo había llevado a cabo contra su antiguo compañero, un traidor que había amenazado la estabilidad del imperio. Aunque la Shodai Suijin, la gobernante del Imperio del Agua, estaba esforzándose por mantener la diplomacia y la calma, esos recuerdos aún le perseguían.

La situación en Kirigakure está relativamente tranquila, gracias a los esfuerzos de la Shodai Suijin —comenzó con voz firme y controlada—. Ella ha estado trabajando arduamente para mantener la paz y fomentar la diplomacia tanto dentro como fuera del imperio. Sin embargo, siempre hay pequeños grupos de rebeldes que intentan desestabilizar el orden. Por fortuna, la mayoría de estos problemas son menores y los erradicamos rápidamente.

Mientras hablaba, el viento afuera parecía intensificarse, haciendo que la estructura del lugar crujiera suavemente bajo la presión—. Entiendo tu cansancio con tantos bandos y conflictos —continuó—. Pero es importante mantenernos vigilantes y preparados. Los rebeldes pueden ser pequeños en número, pero su capacidad para sembrar el caos no debe subestimarse. Aprecio tu franqueza y tu disposición para afianzar nuestra alianza. Es importante que trabajemos juntos para mantener la estabilidad en nuestras tierras.

Hizo una pausa, permitiendo que sus palabras resonaran en el aire cálido del lugar, mientras fuera el viento continuaba su aullido, una constante recordatorio del mundo hostil que les rodeaba.
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 Buenas noticias, sin duda, es grato para mi escuchar el buen desempeño de nuestros líderes, queda en nosotros sopesar el peso de sus decisiones...
...
 Me alegra que lo menciones, debo revelar que el origen de este encuentro también supone otros intereses de mi parte, tengo una propuesta como método de contingencia para este tipo de situaciones que tu mencionas... Si me permites...

 La conversación fluía cual cauce de Río, a suerte de Satoru había dado con alguien en quien confiar, al menos hasta el momento el ambiente conservaba su transparencia y sinceridad, una actitud que le pareció propicia para aquella ocasión y que aparentemente su aliado de facción también compartía, o al menos esto pensaba el ermitaño.

 Sacó un pergamino del interior de sus ropajes, un pergamino distinguido por sobre los otros cinco que llevaba dentro de su Traje. Con total sutileza  y vehemencia pondría dicho pergamino en la mesa que los separaba. Observo a kenju con una mirada sería y de compromiso esperando que este se atreviera a leer el contenido de la misma. Se aseguro también que los cocineros aún estuvieran lejos de la sala y aprovecho para servirse té.



 Como sabrás debo mantener esto en completo secreto, espero puedas entenderlo... 
...
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Issei observó con atención mientras Satoru sacaba un pergamino de sus ropajes y lo colocaba sobre la mesa. La seriedad en el rostro del Sencho y la discreción con la que manejaba el documento indicaban que se trataba de algo de gran importancia. El pelinegro asintió, mostrando que entendía la necesidad de confidencialidad, y tomó el pergamino con manos firmes pero cuidadosas.

Lo desenrolló y comenzó a leer su contenido, mientras sus ojos se movían rápidamente sobre las palabras escritas. Al comprender la naturaleza del contenido y la gravedad del encargo, su corazón latió con fuerza. A pesar de la sorpresa inicial, mantuvo una expresión impasible, adecuada para un ninja experimentado como él.

Mientras leía, el kirinense no podía evitar sentirse abrumado por la magnitud de la tarea. Pero después de unos momentos, levantó la vista del pergamino y se dirigió al contrario con una mezcla de seriedad y curiosidad.

Acepto, Satoru —respondió con voz baja y controlada, aunque cargada de determinación—. Pero debo preguntarte, ¿por qué arriesgarte a confiar en un simple guardia como yo para algo así? ¿Qué te lleva a creer que soy el adecuado para esto?

El Kenju no podía evitar cuestionarse por qué Satoru, el Rokudai Sencho, le confiaba algo de tal envergadura. Sin embargo, sabía que cumplir con esta tarea era una oportunidad única para demostrar su valía y proteger a su familia y a su aldea. La responsabilidad era inmensa, pero también era un camino hacia la redención y el reconocimiento que tanto deseaba.
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Haz venido hasta aquí y eso es suficiente para mi... Respondió
...
Como verás nadie más se presento en este encuentro de Pactos y tratados,
lo mínimo que puedo hacer es demostrar simpatía contigo y tu Aldea,
¿alguien tiene que dar el paso no? Quizá algún día necesites ayuda, 
como la que yo te estoy pidiendo en este momento, es por eso 
que he decidido confiar en mi instinto y solicitar tu apoyo...
...
El mundo Shinobi tiene mucha caras y es importante tener aliados confiables,
puede sonar arriesgado pero el resultado es mucho más valioso, 
un aliado y porque no un amigo... Dijo algo avergonzado
...
Cuando las sombras tomen el mundo será importante diferenciar los bandos, 
como os he dicho anteriormente, temo por la integridad de nuestra aldea, 
y más a sabiendas de la enorme cantidad de impostores que rodean al Imperio...
...

Satoru dejó su tacita vacía sobre la mesa y se volvió a acomodar en su postura de sentado. Hizo una profunda y calma inhalación para continuar con la conversación. Aunque en su mente hubieran dudas estaba seguro de que había hecho lo correcto, el que no arriesga no gana...

Valoro el gesto de confianza Kenju, espero que con el tiempo afinásemos aún más el vinculo entre nuestros Paises,
Por otro lado, me corresponde consultarte, las exigencias de Kirigakure, si es que la hay claro, 
Konoha es todo oídos y estoy aquí para escuchar los reclamos o solicitudes que usted disponga...
...

Continuo la conversación por unos minutos, mientras que de la cocina se empezaba a sentir un aroma a hierbas y carne asada. Al cabo de un tiempo volverían a la sala los dos gennin con el primer plato de la noche.
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Issei mantuvo una expresión serena mientras escuchaba las palabras de Satoru, sintiendo una creciente sensación de camaradería. Las palabras del Sencho resonaban con una sinceridad que le resultaba extrañamente reconfortante en un mundo tan lleno de engaños y traiciones. Tomó un momento para procesar lo que había dicho, permitiéndose una pausa para reflexionar antes de responder.

Agradezco tu confianza —dijo el Kenju con un tono serio y respetuoso, inclinando ligeramente la cabeza en señal de reconocimiento—. Es un honor para mí que veas en mí un posible aliado y amigo. En cuanto a las exigencias de Kirigakure, debo ser sincero contigo: no estoy muy al tanto de lo que desean los altos cargos de mi aldea en este momento. Mi posición no me permite estar en los círculos de poder donde se toman esas decisiones.

Hizo una breve pausa, buscando las palabras adecuadas para expresar sus verdaderos pensamientos y aspiraciones.

Sin embargo —continuó, con una chispa de ambición en sus ojos—, tengo la intención de cambiar eso. Planeo salir de las sombras y ganar el reconocimiento que me permita ascender en la jerarquía. Aspiro a convertirme en un Sencho, y creo que mantener una buena relación contigo y con tu aldea puede ser beneficioso para ambos. Me gustaría ser un puente entre nuestros imperios, fortaleciendo los lazos y creando un frente unido contra nuestros enemigos comunes.

Mientras hablaba, sintió que una nueva claridad y propósito que poco a poco se asentaban en su mente. Este encuentro no solo era una tarea más, sino una oportunidad para forjar alianzas y demostrar su valía. La idea de ser un nexo entre el Imperio del Agua y el del Fuego le otorgaba una perspectiva más amplia de su papel.

Estoy dispuesto a escuchar y aprender, y a actuar como un representante digno en nuestros futuros tratos.

Mientras terminaba de hablar, el aroma a hierbas y carne asada comenzó a llenar la sala. La conversación, aunque intensa y llena de promesas, se suavizó ligeramente ante la expectativa de la comida, permitiendo a ambos shinobis un momento de respiro y reflexión. El primer plato fue colocado frente a ellos, una presentación cuidada de carne jugosa y aromáticas hierbas que parecía prometer una experiencia culinaria memorable. Issei tomó los palillos con una elegancia natural y comenzó a comer, saboreando cada bocado con apreciación. El sabor rico y bien sazonado le recordó por un momento los pequeños placeres que la vida aún podía ofrecer, incluso en medio de la guerra y la incertidumbre.
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