[Priv. Kin] Petalos de los cerezos (Pasado)
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15 de junio 14 DK- Konohagakure no Sato- Zona residencial- Casa de Kin Uchiha
 Era un nuevo día en la aldea de la hoja y nuestra albina de ojos rojos se encontraba reposando en la sala de estar de la casa de los padres de aquel Uchiha que hace algún tiempo le permitieron quedarse allí. Era un lugar donde ella no podía molestar a nadie y donde su presencia sí era valorada quizás la albina se había vuelto la persona menos sociable o quizás simplemente tenía miedo de las demás personas. 

Todo debido a marcas del mismo pasado que no le permitían superar las horribles escenarios por los que pasó por culpa de su padre ya hace algún tiempo se le dificultaba olvidar esas experiencias y simplemente se había resignado a dejar su antiguo hogar para dejarle hacer una simple molestia para su padre había decidido que tomaría su propia rienda de ahora en adelante y de esa manera ser alguien de valor para alguien más.

Por lo cual en estos momentos ella se encontraba sentada en un cómodo sillón en la sala de estar de aquella casa mientras leía algunos libros diferentes tomos y volúmenes de diversas historias en su mayoría de fantasía o inclusive cosas de bastante interés sobre el mundo ninja también hay uno que otro libro que podría considerarse trivial ese era un pasatiempo que le resultaba bastante agradable pasar horas y horas leyendo era posiblemente algo que le podía sacar una pequeña sonrisa a la albina.

No había pasado mucho desde su último cumpleaños y los padres del peli negro le habían regalado algunos libros extra para leer e incluso haciendo el reconteo de todos los libros que tenía pues se podría comprar con una pequeña biblioteca pero no se cansaba de tener esos libros con ella pues lo consideraba una posición bastante importante eran importantes para ella y aún más aquellos muros que se le habían regalado recientemente principalmente porque para ella era raro recibir obsequios de otras personas.

La vestimenta de la Uchiha consistía en un negligee de color blanco oscuro, casi grisáceo, el cual llegaba un poco más abajo de los muslos aquel neglige era lo suficientemente opaco como para que no se pudiese ver a través de él una vestimenta digna de la misma Ren. Aunque cabe destacar que esa prenda junto a muchas otras también podrían considerarse obsequios por parte de la madre de Kin quién hace algún tiempo la llevó de compras para tener más variedad de ropa para estar.

Lo cierto es que los padres del peli negro poco a poco ella empezó a verlos como sus propios padres también Aunque lo único que ella podríamos decir que le gustaba un poco era que casi siempre estaban ausentes debido a su trabajo sin embargo se había acostumbrado a la compañía del contrario con el paso del tiempo que solía pasar bastantes horas al día entrenando.

En ese momento el peli negro se encontraba en plena sesión de entrenamiento en el patio de aquella casa por lo que la albina decidió tirar la mirada en dirección a él para confirmar que esté bien cerca y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro al ser capaz de observarlo. Cursaba alrededor del atardecer se acercaba la hora de preparar la cena Por lo cual la chica esperaría un poco más a que la madre del Uchiha volviera de sus labores para proceder la preparación de la cena o en caso contrario ser ella aquí en la preparación.

Ren se encontraba semi acostada en aquel sillón en una posición bastante cómoda pues su cabeza reposaba en uno de los posabrazos del sillón individual y sus piernas reposadas en el otro posabrazos. Era una posición que ella solía adoptar cuando leía y se encontraba sola en la casa de vez en cuando tiraba la vista en dirección a la ventana para mirar al Uchiha en espera de que el contrario terminarás su entrenamiento.

Pero aparte de eso también era capaz de contemplar la hermosa y coordinada danza de los pétalos de cerezo quienes bailaban al compás del viento puede ser a la época de primavera Y esa era un escenario bastante normal sin embargo para la albina era un escenario bastante hermoso de ver le encantaba... aunque no lo admitiera abiertamente en su lugar lo negara pues le encantaba y fascinaba ver la danza de los pétalos de flores de cerezos.

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Como de costumbre en sus ratos libres, el aspirante a espadachín se encontraba en el patio trasero de su hogar entrenando arduamente para volverse más fuerte y poder alcanzar sus objetivos y entre ellos estaba mejorar su uso del Sharingan, sus ojos actualmente estaban teñidos por un color rojo sangre y un diseño de dos tomoes alrededor de su pupila, entrenar con él Sharingan activo hacia que las sesiones fueran aún más pesadas pero también hacia que el uso constante del Doujutsu mejorara a la larga y se pudiera mantener por más tiempo, cosa que Kin aún no podía pues al rato de empezar a usarlo, comenzaba a sentir molestia y hasta dolor en sus ojos.

Mientras el Uchiha se encontraba ya en la recta final de su sesión diaria de entrenamiento, por su mente, un breve recuerdo pasaría por su mente mientras sus manos sostenían con fuerza una Katana y hacía movimientos algo torpes con ella al aire

Flashback (Lejos de la Sala)
- ¿Enserió la dejarás quedarse? - Pronunciaría Kin en voz baja, casi susurrando para no ser escuchado por la chica que se encontraba en la sala y que acababa de conocer a Miko, madre de Kin

- Por supuesto que sí, esa chica necesita un hogar en donde pueda sentirse parte de algo... sentirse parte de una familia - Diría de forma amorosa la madre del Uchiha mientras daba un pequeño vistazo hacía atrás para cerciorarse de que no estaban siendo escuchados

- ¿Y papá, que pensará de eso? -

- Estoy segura de que pensará igual que yo y si no, siempre puedo convencerlo, tengo mis métodos… -

- Si tú lo dices… -

- Ahora sal ahí y ayuda a Ren a instalarse en la recámara vacía que está en medio del pasillo del piso de arriba -
Fin del Flashback

(Esa chica lleva viviendo ya algún tiempo con nosotros, me pregunto… ¿Por qué se habrá salido de su casa? Nunca lo mencionó y mi madre no quiso indagar más en el tema)

De pronto, un dolor punzante apareció en los globos oculares del Uchiha haciendo que éste soltara un pequeño quejido a la vez que su mano se abría dejando caer la espada al suelo. Kin llevó su mano derecha hasta sus ojos para cubrirlos mientras se seguía quejando levemente del dolor

(Tengo que mejorar mi uso sobre el Sharingan… de lo contrario no podré alcanzar mi objetivo… Suficiente por hoy… debo tomar un descanso)

Kin destapó sus ojos aún adoloridos dejando ver que éstos ya no poseían el Sharingan activo, habían vuelto a su color ámbar natural, con un suspiro de frustración, recogería aquella Katana del suelo y comenzaría a caminar hacía la puerta trasera que permitía el ingreso a la casa. Mientras caminaba, los ojos del Uchiha podían presenciar la hermosa danza de los pétalos de cerezo, pétalos que caían lentamente desde un árbol cercano al patio hasta el suelo, un paisaje hermoso de ver y que dentro del Distrito Uchiha era algo raro de ver siendo pocos los lugares en donde se podía admirar aquella vista

(Ver los pétalos de cerezo siempre dan una sensación de calma y alegría, una vista bella y digna de presenciar hasta el final)

Sin nada más que hacer en el patio, finalmente ingresaría a su hogar, cerrando la puerta detrás de él a la vez que dejaba la espada en una pequeña mesa a un lado de la puerta, caminó por la cocina y llegaría a la sala de estar, lugar en donde reposaba Ren, acostada en un sillón mientras leía uno de sus tantos libros de su colección, encima del sillón, una ventana con una vista hacia el patio trasero donde Kin pudo ver una vez más los pétalos de cerezo cayendo.

- Hola Ren, ¿Qué tal va todo? -

Dijo el Uchiha mientras usaba una pequeña toalla para limpiarse las gotas de sudor en su frente y a paso lento se dirigía a uno de los sillones que estaba a un lado del sillón grande donde Ren leía tranquilamente.

- ¿Y ahora que lees? Casi nunca hablas de tus libros -

El Uchiha sabía de antemano lo reservada que era la Uchiha frente a él pero sabía que para llevar una buena convivencia al menos podía intentar hablar con ella, cosa que hasta ese día le había funcionado pues no se llevaban mal y tenían una relación cordial, Kin consideraba a Ren una amiga aunque el no estaba seguro de que era lo que ella consideraba a él
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Ya las tardes de lectura se habían convertido en una rutina diaria en la vida de la albina, pues mientras Ren se sumergía en los múltiples e infinitos mundos que cada libro albergaba en su interior, Kin entrenaba por largos periodos de tiempo, los padres del Uchiha siempre se encontraban fuera de casa por trabajo por lo que ambos solían estar solos casi todo el día... Rara vez se dirigían la palabra mutuamente pero no era porque se llevarán mal o algo similar, pues simplemente era la carencia de algún tema que conversar... Mas allá de un "Buenos días" o un "hola" aquellas conversación entre ambos no transcurrían mucho...

 - En aquel mundo singular, donde las estaciones danzan al compás de un clima caprichoso, primavera llegaba envuelta en un manto de frío y nieve. Las flores, valientes y resplandecientes, emergían entre la blancura que cubría el suelo, anunciando la llegada de la vida en medio del gélido abrazo.

Pero cuando el invierno hacía su entrada triunfal, el calor y la suavidad eran sus aliados. Los días helados se desvanecían, dando paso a una brisa cálida y a un sol radiante que acariciaba con ternura la piel. Era en esta estación cuando el invierno, paradójicamente, se vestía de verano, otorgándole a los corazones una dicha inesperada.

Cuando el otoño comenzaba su danza, la vida floral renacía con vigor. Las hojas caían con elegancia para dar lugar a flores de tonos carmesí, dorado y cobrizo, pintando un cuadro de colores ardientes que iluminaban el horizonte. Los parques y los jardines se convertían en obras de arte naturales, un regalo efímero que la madre naturaleza ofrecía antes de su letargo invernal.

Y así, cuando el sol alcanzaba su máximo esplendor en el cielo, el verano estaba a punto de marchitar toda esperanza de verdor. Las hojas se marchitaban, perdiendo su exuberancia y danzando al compás del viento, que susurraba un triste adiós a los vestigios de vida. Los árboles, una vez orgullosos y cubiertos de hojas, se deshojaban lentamente, desnudando su esencia al calor del sol ardiente.

En este mundo de estaciones revolucionadas, el clima impredecible y los encantos naturales suscitaban una elegante cautela en aquellos que sabían contemplar la poesía que se desplegaba ante sus ojos. En cada momento, la naturaleza tejía una melodía angustiosa y hermosa, donde frio y nieve en primavera hallaban su contrapunto en un invierno caluroso y templado, donde el renacer de la vida floral en otoño marchitaba en un verano cargado de despedida.-

 Aquel libro titulado "Un Mundo al Revés" hablaba justamente sobre eso... Un mundo similar pero al mismo tiempo diferente al nuestro... Una primavera blanco, un invierno caluroso, un otoño floral y un verano marchital, esas eran las estaciones de aquel mundo al revés. Las horas pasaban mientras leía pero deteniéndose en una página un pequeño recuerdo paso por su mente, una memoria de hacía algunos años atrás... Era el recuerdo de cuando llegó aquí, a la casa del joven que entrenaba en el patio de la misma...

 **Flashback (Sala de estar, hace 3 años)**

 La Uchiha se seguía preguntando que le deparaba el destino ahora... Pues tras abandonar su hogar y quedar sola alguien le ofreció su mano... Alguien del mismo clan Uchiha... Una persona que se podría decir que fue su salvadora... Uchiha Miko le había ofrecido quedarse a su lado y tener una vida diferente, al principio la Uchiha tuvo sus dudas pero una vez en la casa de aquella Kunoichi esperaría en la sala de casa a qué Miko volviera- Es... Un lugar cálido y acogedor...- murmuraría para sí misma mientras daba un ligero vistazo a la habitación en la que estaba, no pasaría mucho antes de que el hijo de Miko, quien se presentaría como Kin, le pidiera acompañarla hasta el piso de arriba.

 Ren simplemente se limito a asentir antes de seguirle en silencio, quizás un silencio incómodo para el contrario pero para la albina ya era algo común, llegando a una habitación bastante ordenada aunque algo sencilla y vacía... Una cama con sábanas blancas y limpias, una mesa de noche, un estante y un armario... Una vez allí antes de que el Uchiha se retirará un pequeño suspiro escaparía de los labios de la albina antes de mover los labios y pronunciar unas palabras tan delicadas que de no ser por el gran silencio presente nunca se hubieran escuchado- Kin... Gracias...- era la primera vez en tanto tiempo que hablaba por su cuenta... No como una respuesta, no como una orden... Simplemente fue algo que nació de ella.

 Luego de eso le había tocado instalarse, aunque la verdad no era mucho lo que tenía en ese momento, pues se había ido de casa simplemente con un pequeño bolso de mano con algunas prendas de ropa limitadas y algunas cosas pequeñas pero que para ella eran esenciales... Aquello sería el inicio de su nueva vida... Incluso pudiendo cambiarse el apellido a Suisei bajo el permiso de Miko quien despues de ese día se había convertido en la tutora legal de Ren... **Fin del Flashback**

 Aquel recuerdo era quizás un pensamiento algo recurrente pues siempre recordaba lo agradecida que estaba con la familia del Uchiha quienes fueron para ella la familia que siempre quiso o incluso necesito por lo que sabía que en algo debía ayudar, Kin y Miko eran Shinobis y era natural que tuvieran alguna misión o labor que hacer en la aldea o a las afueras de esta, incluso Kin parecía haber conseguido recientemente alguien que le adiestrará en el mundo Shinobi,  mientras que por otro lado el padre del Uchiha era un comerciante bastante activo por lo que también pasaba bastante tiempo fuera de casa. Eso llevaría a la albina a tomar la decisión de que ella también quería ayudar en algo, quizás no como Shinobi o comerciante, por lo que era ella quien se encargaba de las labores del hogar cuando Miko se encontraba fuera.

 Curiosamente aquello había sido escogido por decisión propia, Ren en algún momento le había pedido a Miko que le enseñará a limpiar y cocinar, también a lavar la ropa y demás cosas similares, incluso era posible que la albina mostrase una pequeña sonrisa al hacer dichas tareas puesto a que sentía que... Al final era parte de una familia... Curioso...

 Con el tiempo Ren se acostumbraba cada vez más a vivir con aquella familia, quizás era la vida que ella deseaba cuando niña, un hogar afectuoso y cálido para vivir, incluso cuando se enteraron que ella era alguien incapaz de controlar su propio Kekkei Genkai no hubo burlas... No hubo burlas en absoluto... Además tanto su armario como su colección de libros empezó a llenarse, era casi costumbre que Ren y Miko salieran cuando la contraria tenía un día libre y pues siempre volvían con una que otra bolsa con ropa... Sin embargo el gusto que había desarrollado era la ropa poco llamativa... Curioso, hablamos de ropa cuando la albina está técnicamente en pijama acostada en un sofá individual de modo horizontal.

 Apoyando sus piernas esbeltas y técnicamente desnudas sobre una de los posabrazos del sillón, mientras su cabeza reposaba en el otro posabrazos. Pies descalzos y una respiración calmada... Parecía ser el perfecto retrato de una diosa o deidad, inerte... Callada... Simplemente hermosa... Sin embargo si atención se había desviado del libro cuando el Uchiha entro a la sala y le dirigió la palabra, una tono amable al que quizás no estaba dem todo acostada- Hola... Kin...- respondería fría pero al mismo tiempo serenamente, quizás decir frío estaba de más, para poco despues escuchar la pregunta del contrario.

 - Eh?... - la pregunta la sorprendió un poco en primera instancia... Pues no era del todo normal que el contrario le buscará conversación de la nada, quizás porque nunca se habían esforzado en conseguir uno, sin embargo, era una oportunidad que el pelinegro decidió usar- Es sobre un mundo similar al nuestro pero al mismo tiempo diferente... La nieve cae en primavera... En Verano las flores se marchitan... En otoño las flores renacen... Y en invierno el calor resplandece... Suena... A un mundo interesante... - resumiría aquel libro en pocas palabras - Dime Kin... ¿Cómo... Fue tu entrenamiento... Hoy?- quizas tardo un momento en poder encontrar las palabras correctas o simplemente en formular la pregunta correcta, pero quizás valió la pena... Pues había captado las intenciones del contrario y quería seguirle la corriente.

 Poder ser capaz de tener una conversación...
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Aquel era el momento perfecto para el Uchiha de entablar una conversación más extensa con Ren, anteriormente, solo habían hablado poco y la razón era que simplemente no tenían un tema de conversación y sumado a la personalidad introvertida y reservada de la albina, hacia más difícil la socialización entre ambos Uchiha que de un día para el otro, pasaron a vivir juntos sin esperárselo.

- Vaya… de verdad que aquel mundo que describes suena interesante, es algo que, en lo personal, nunca me hubiera planteado si quiera en pensar que podría existir… El autor del libro sin duda tiene bastante imaginación, aunque, un mundo como ese es “posible” con el Genjutsu adecuado - Dijo Kin para después dar un ligero suspiro.

- ¿Mi entrenamiento?, pesado como siempre, aún no logro dominar enteramente el doujutsu de nuestro Clan y aunque recientemente encontré a una Sensei que me ayuda en mi formación, aún tengo un camino muy largo por seguir - Las palabras del Uchiha eran acompañadas con su clásico tono determinado.

Su uso sobre el Sharingan no era precisamente el mejor, tendía a cansarse rápidamente y a sufrir de dolores oculares cuando mantenía activado el doujutsu por un tiempo prolongado. Aunque su entrenamiento reciente con Akami sólo hacía que mejorara cada vez más y más su uso, siendo que, ahora podía resistir por más tiempo gracias a las enseñanzas y consejos de su nueva Sensei pelirroja.

Sin darse cuenta, Kin había soltado el disparo que necesitaba para poder hablar con Ren sobre el doujutsu y de alguna forma, poder saber la razón por la cual abandonó su casa y a su familia.

- Oye Ren… Podría preguntar… ¿Por qué abandonaste tu hogar? ¿Tiene que ver con tu nulo control sobre el Sharingan? Aunque, entenderé si no quieres hablar de eso conmigo… -

La primera suposición de Kin había sido esa, dentro del clan, aún hay gente demasiado orgullosa y con la necesidad enorme de mantener la reputación de los Uchiha que no dudan un segundo en humillar o denigrar a otros Uchiha cuando estos no son capaces de controlar el doujutsu o ser habilidoso en todas las artes ninja como normalmente se esperaría de un Uchiha. Y la suposición del futuro espadachín tomaba fuerza cuando en un momento, la albina mencionó no poder controlar su Sharingan y lejos de lo que se esperaría, ningún habitante de la casa de Kin se burló.

Por un lado, Miko entendió a Ren totalmente, aunque normalmente, los integrantes de los Uchiha suelen ser prodigios, controlar el Sharingan y cualquier doujutsu en general suele costar su debido entrenamiento. Algo que, en su juventud, la madre de Kin vivió, sufriendo cada día con las duras sesiones de entrenamiento que recibía día a día para controlar el Sharingan. Por su parte, Kan no entendía la dificultad que resultaba usar el Sharingan, pues nunca a tenido uno pero siempre estaba ahí para apoyar moralmente a quien lo necesitara. Y Kin, estaba apenas en un proceso formativo por así decirlo, y era de esperarse que al igual que su madre, entendiera a Ren.
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Algo a lo que aparentemente en ir albina ni el peli negro estaban acostumbrados acababa de pasar pues ambos habían conseguido un tema de conversación después de algún tiempo un libro que Ren estaba leyendo cuyo contenido hablaba sobre un mundo totalmente similar pero completamente diferente al nuestro cuyas estaciones eran inversas teniendo la misma belleza pero un misterio diferente en cada una. Ren hasta la fecha había leído una gran cantidad de libros quizás casi todos los libros que Konoha tenía para ofrecer, sin embargo aún sé quién apareciendo libros que la fascinaban con sus interesantes historias pero casi siempre serás callaba debido a que no quería molestar a los demás.

 - sí... Está bastante interesante en verdad... El autor tuvo que tener bastante inspiración para crear dicho contenido...- diría con una pequeña pero sutil y presente sonrisa Aunque era más bien una sonrisa labial seguía siendo una sonrisa... Aunque al contrario le reveló un detalle que ella había pasado por alto y le resultó bastante interesante, que un mundo así como el que el libro describía podía llegar a ser real se utilizaba aquellas artes shinobi que se basaban en las ilusiones también conocidas en el mundo Ninja como genjutsu... - quizás tengas razón...- diría un poco pensativa sobre el tema.

 - genjutsu... O artes ilusorias... Son las técnicas del mundo Ninja que se centran en crear ilusiones... Dividiéndose entre expansión e ilusión... Las ilusiones entre fantásticas y realistas... Quizás un genjutsu así podría ser catalogado como expansión o incluso realista...- Aunque realmente no le interesaba estudiar a fondo las artes ilusorias, ni las artes shinobi el general, la había picado un poco la curiosidad sobre el tema al mencionar que aquel mundo podría ser replicado... - Aunque quizás simplemente sea una suposición de mi parte...- murmuraría para darle fin aquella conclusión.

 Luego de aquella conversación la albina le haría una pregunta al contrario que quizás nunca se le había hecho pues le preguntó cómo le había ido en su entrenamiento durante el día a lo cual el contrato contestó con bastante ánimo cosa que la albina se esperaba bastante... -  Con qué conseguiste una mentora interesante...- Aunque Ren había abandonado su entrenamiento hace ya un tiempo hace tan solo unos pocos días había vuelto a empezarlo bajo la tutela de la madre del contrario que en la diferencia de su padre en el pasado... Era alguien más amable... 

 - Creo que ambos podemos decir que tenemos buenos senseis...- el contrario no esperaría mucho antes de lanzar una pregunta sobre el pasado de la albina cosa que la hizo guardar silencio por unos leves segundos considerando si debía decirle al contrario o debía mantenerse para sí misma... La duda estaba bastante presente Pues a la única que le había contado todo su pasado fue a Miko... Por lo que había decidido darle una evasiva a esa pregunta- creo que prepararé la cena... Miko llegará tarde hoy también...- diría cerrando aquel libro y poniéndolo a un lado para levantarse cuidadosamente quizás se había sentido un poco incómoda o insegura sobre hablar de dicho tema.

 - mientras deberías ir a tomar una ducha... Sudaste bastante debido a tu entrenamiento...- esas serían las últimas palabras que diría antes de tomar la decisión de abandonar aquella sala de estar para dirigirse a la cocina Aunque antes de cruzar la puerta daría una mirada sutil al contrario antes de mover los labios- Y sí, tienes razón... Abandone mi hogar junto al apellido Uchiha justamente por eso...- aunque no era la verdad tampoco era mentira, simplemente era un fragmento de la realidad...

 - Dime Kin... ¿Quieres comer algo en especial?- esperaré unos segundos para recibir una respuesta por parte del contrario y en caso de no recibirla se retiraría de la habitación rápidamente y en caso de sí recibirla simplemente respondería con - Ya veo...- antes de retirarse a la cocina.
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Las palabras sobre el Genjutsu de Kin no pasaron desapercibidas para la albina, quien, a pesar de no estar interesada en las artes ilusorias de los Shinobi, sabía bastante, mencionando a detalle las clasificaciones pata los Genjutsu y la posible clasificación entre una expansión o un Genjutsu Realista. El Uchiha de ojos ámbar no dudo en aplaudir levemente las palabras de la Uchiha albina, si bien, Kin no era el mejor en el Genjutsu (Y de hecho era la peor rama que manejaba) conocía lo básico y al menos podía decir que Ren estaba en lo correcto - Para ser una persona a la que no le interesan las artes ninja, sabes demasiado. Empiezo a creer que tienes un gusto oculto por el Genjutsu, pero es solo mi suposición - Finalizaría el aspirante a espadachín usando las mismas palabras de Ren.

La conversación seguía su curso, la Uchiha de piel pálida respondió ante las palabras de Kin al mencionarle que recientemente había encontrado a una mentora bastante buena que lo estaba ayudando a mejorar y convertirse en alguien superior a lo que era en ese momento, y claro, Ren también hizo alusión a lo bien que Miko enseñaba, a pesar de que la madre de Kin no era una docente, siempre se esforzaba en enseñar algo a quienes pudieran ser sus aprendices, tal cual como lo era Ren ahora.

Después de eso, Kin hizo una pregunta bastante “profunda” para Ren, una pregunta de la cual pareció mostrarse vacilante e incómoda. En ese momento, el Uchiha entendió que había tocado un punto sensible del pasado de Ren, algo que ella no quería recordar y que le causaba dolor en el alma, algo que solo le había confiado a Miko y que era la razón por la que la Uchiha mayor decidió tomar a la albina bajo su tutela - Eh… Lo siento… no quise incomodarte… - Las palabras de Kin iban acompañadas de un tono de arrepentimiento, obviamente, quería saber más sobre el pasado de Ren, pero al final, si ella no quería contarlo por ahora, no debía presionarla de ningún modo.

Aunque no todo fue malo para el pelinegro, pues al menos Ren había revelado que uno de los motivos para abandonar su hogar y el apellido Uchiha, era efectivamente, por su nulo control sobre aquel Doujutsu tan legendario y al que todos aspiran poseer de alguna u otra forma. Pero antes, casi que fue echado de la sala por la chica albina al decirle que debía darse una ducha por lo sudoroso que estaba el pelinegro gracias a su duro entrenamiento - Ah… sí, supongo que sí debería darme un baño… Je… - Estaba claro que aquellas palabras lo habían puesto nervioso de alguna forma, talvez… ¿quería verse bien para la albina?, posiblemente, muy posiblemente. - Nada en especial, puedes preparar lo que gustes, me acoplo a lo que sea, Ren - Dijo Kin antes de ver con sus ojos como Ren ingresaba a la cocina, abandonando la sala de estar.

El dolor se puede ver en esos ojos carmesí… espero puedas olvidar aquello que te atormenta… y sepas que tienes una familia en esta casa… Fue el pensamiento del Uchiha antes de darse media vuelta y dirigirse al piso superior de la casa, claro, para darse un cálido baño y poder bajar después a disfrutar de la comida de Ren.
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Las palabras sobre el Genjutsu resonaron en la mente de la albina con una intensidad inesperada. A pesar de no estar interesada en las artes ilusorias de los Shinobi, posee notable conocimiento sobre ello debido a sus estudios. Las clasificaciones para los Genjutsu y la posible diferenciación entre una expansión y un Genjutsu Realista fueron expuestas con detalle y simplicidad por la albina sin mucho esfuerzo, mas sabiendo que hace tan solo un par de días tuvo el tiempo para estudiar un poco sobre ellas, aunque no las veía como su fuerte mínimo debía aprenderlas, talvez.

 La albina observaba con atención al Uchiha de ojos ámbar, quien, aunque no era el mejor en el dominio del Genjutsu al menos fue capaz de darle la razón a la Uchiha. La luz de la luna se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando patrones de sombras y luz que bailaban en el suelo. El ambiente en la sala era sereno, como si el tiempo se hubiera detenido para permitir que aquel intercambio de conocimientos fluyera libremente. La albina se sentía atraída por la energía que desprendían Kin y Ren, una energía que irradiaba compromiso y dedicación a su arte.

 - Para nada... solo los estudie un poco con Miko... prefiero el ninjutsu...- dijo suspirando mientras observaba al contrario, luego de ello ambos hablaron un poco sobre sus nuevas sensei's, pues Kin parecía haber encontrado alguien que le ayudase a practicar su manejo del sharingan mientras que Ren encontró alguien que le ayudaba en su entrenamiento general- Aunque no es fácil... pero si interesante...- la pregunta que le trajo amargos recuerdos vino del contrario cuando menos lo esperaba, cosa que la dejo pensando si debía responderla o ignorarla, para al final darle una respuesta un poco rebuscada en un intento de evadir notablemente el tema- Tranquilo... es solo que me tomo por sorpresa...- dijo suspirando antes de verse en un espejo a la par que el contrario se retiraba.

 Justo en el momento en que Kin le dio una mirada a la albina, esta aun mirándose al espejo decidió activar su sharingan, sus ojos se tiñeron de rojo mientras marcas negras similares a nagatamas generaban un patrón único y característico de su clan, el sharingan de tres tomoes- Interesante...- al fijarse en su reflejo noto algo... un pequeño hilo incoloro que se deslizaba por su mejilla, una lagrima causada por la presión generada en sus ojos por el sharingan y también por el peso del pasado.

 No tardaría mucho en desactivar su Dojutsu para limpiarse las lagrimas con delicadeza e ingresar a la cocina- Si yo miro el fondo de tus ojos tiernos, se me borra el mundo y todo su infierno, se me borra el mundo y descubro el cielo, cuando me zambullo en tus ojos tiernos...- murmuraría aquella canción mientras suspiraba, la recordaba de algún lugar... pero sin saber de donde, simplemente la tenia en la mente sin conocer el origen de dicha melodía... algo verdaderamente decepcionante para ella.

 En eso, un pequeño recuerdo inundo su mente, un recuerdo de hace unos días atrás:

 **Flashback, (Cocina, hace unos días)**

 La albina y la madre del Uchiha se encontraban en la cocina preparando el almuerzo mientras la mayor contaba diferentes historias de sus patrullajes y misiones, despertando poco a poco el interés de la albina, incluso hubo un momento preciso en el que empezó a contarle sobre cuando era joven y aun estudiaba en la academia ninja, contándole diferentes cosas sobre el ninjutsu y relatando sucesos y acontecimientos de diferentes misiones- Souka... mmm...- murmuro la albina algo pensativa, como si quisiera pedir algo, pero... tímidamente.

 - Jah?, ¿hay algo que quieras decirme, Ren?- pregunto Miko con una pequeña sonrisa algo picara, como si hubiera conseguido lo que buscaba- N-no... No pasa nada...- era obvio que aquello era una simple mentira para evadir la situación por parte de la albina (esta se cree mediocentro o que? a cada rato evadiendo) y así continuo por un rato aquella conversación entre ambas, hasta que de pronto de un momento a otro...- Miko-san... y-y-yo... yo quisiera volver a... a entrenar... me gustaría retomar mi entrenamiento... Podría... Podría enseñarme?- tras aquella pregunta, la mayor dio una mirada de satisfacción, habia conseguido lo que queria... 

 **Fin del flashback**

 Ren se encontraba en la cocina, preparando ramen como cena para esa noche. Su piel pálida y ojos rojos contrastaban con el vapor que se elevaba de la olla de agua hirviendo. Con movimientos precisos y delicados, comenzó a cortar los vegetales y la carne que agregaría al caldo, creando así una mezcla de sabores y texturas en el plato. Mientras removía el caldo con una cuchara de madera, Ren recordaba los días en los que solía comer ramen cuando vivía sola, pero en ese entonces eran ramens instantáneos.

El olor del caldo de huesos y salsa de soja llenaba la cocina, inundando el espacio con una sensación reconfortante y familiar. Ren sabía que el ramen era mucho más que una simple sopa, era todo un ritual culinario que involucraba paciencia, técnica y amor por los ingredientes, o al menos así se lo habia enseñado Miko cuando le pidió enseñarle a prepararlo. 

Con un suspiro de satisfacción, Ren agregó los fideos al caldo hirviendo y los separó con cuidado para que se cocinaran de manera uniforme. Mientras tanto, preparó los toppings que añadiría al plato: cebolla verde, huevo cocido a la perfección, brotes de bambú y unas rodajas de carne de cerdo marinada en miso. Cada ingrediente aportaba su propio sabor y textura al conjunto, creando así una explosión de sabores en cada bocado.

Finalmente, llegó el momento de servir el ramen. Ren colocó los fideos en unos cuenco hondo y vertió el caldo caliente sobre ellos, asegurándose de que cada bocado estuviera impregnado con el sabor del caldo. Luego añadió los toppings y espolvoreó un poco de furikake por encima, para darle un toque extra de sabor y crujiente al plato. Ya solo faltaba que Kin volviera para empezar a cenar.

 - KIIIIIN LA CENA ESTA LISTA- aviso mientras se quitaba el delantal- Quizás... debería tomar un baño ahora...- se dijo mientras tapaba los dos platos y la olla para evitar que se enfriaran o incluso que les patearan las moscas (expresión venezolana para decir que las moscas cayeron ahí)
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A simple vista, parecía que ambos Uchiha compartían más cosas de las que creían, ambos preferían usar las artes del Ninjutsu antes que los Genjutsus o incluso las artes marciales del Taijutsu. Pero a la vez, también eran diferentes, pies mientras Kin radiaba una luz y confianza en sí mismo, Ren parecía ser alguien más fría, distante e insegura. Pero con lo poco que hablaban, se entendían bien y lograban complementarse, como si el Yin y el Yang se unieran por breves períodos de tiempo.

El pelinegro se retiró de la sala mientras a sus oídos llegaba la voz de Ren, cantando una melodía que nunca había escuchado, una melodía que parecía que expresaba abiertamente los sentimientos de Ren ese momento. Las piernas de Kin empezaron a moverse con el fin de llevarlo al piso de arriba, lugar en donde se encontraba el cuarto de baño. Una vez ahí, el de los ojos ámbar se despojó de toda su vestimenta (ni que estuviera en la edad media para bañarse con la ropa puesta) y sin más, procedió a disfrutar de su cálido baño.

El agua caliente relajaba los músculos cansados del Uchiha, haciéndolo olvidar por pequeños momentos el cansancio y dolor del entrenamiento. A pesar de haber estado entrenando desde que tiene memoria, su cuerpo aún no terminaba de acostumbrarse, y era de esperarse, pues cada vez que avanzaba, su entrenamiento se volvía aún más complicado y duro. Las pruebas a afrontar empezaban a requerir más nivel por parte del aspirante a espadachín, pero eso lejos de desmotivarlo, lo hacía querer seguir creciendo y llegar más lejos.

Luego de algunos minutos de profunda relajación, una de las manos del Uchiha se acercaron a una pequeña ventana del cuarto del baño para abrirla ligeramente, haciendo que el vapor encerrado en el cuarto empezará a escaparse por aquella apertura. Kin era alguien muy precavido y siempre tenía ya listo un cambio de ropa limpia en el baño, lista para ser usada, así que cuando salió de aquel cuarto, ya se encontraba vestido. Su cabello aún seguía húmedo y suelto, en ocasiones el Uchiha quería despojarse de aquella cabellera y facilitar su baño, pues cuidar de ese cabello no era tarea fácil (si, ya lo empezaba a cuidar después de que una chica con cuernos que conoció hace tiempo se burló de su cabello maltratado).

Y para su buena suerte, la voz de la albina resonó en aquella casa acogedora, indicando que la cena estaba lista. Para Kin era un bonito gesto que ella quisiera encargarse de la cena cuando Miko no estaba, eso indicaba que la Uchiha recién llegada empezaba a adaptarse al lugar, como si empezara a aceptarlos como una nueva familia. — Veamos con qué platillo nos asombrarás —. Dijo Kin en un leve murmullo para si mismo mientras la boca se le hacia agua y empezaba a descender por las escaleras de la casa.
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