Una verdad y un adiós [Priv Ukiso y Kaito]
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Rõgu había conocido a un chico con un objetivo que compartía, "regresar a Sunagakure a su máximo esplendor nuevamente". Por ende se unió a su organización que a pesar de apenas ser fundada ya tenía algunos miembros. 

Ya habían pasado unas semanas desde que Rõgu se unió a la organización y había salido innumerables veces a reclutar más gente aunque sin mucho éxito tristemente. El muchacho creía en el propósito de la organización y por ello trabajaba para ser útil a la causa. Pero se había enterado de algo lamentable, la aldea de Hoshigakure había sido atacada recientemente y sus pobladores habían perdido no solo sus hogares sino a gente querida también.

A Rõgu le dolía ese sufrimiento ajeno así que decidió buscar a su jefe, Ukiso estaba hablando con Kaito en el comedor de la base de la organización así que los encontró ahí-¡Chicos! ¡Chicos! ¿Se enteraron? Una aldea ninja fue atacada brutalmente y hubieron muchas bajas-Rõgu había regresado de una misión y por ello no conocía la verdad tras todo esto y mucho menos tendría siquiera sorpresa-Yo opino que deberíamos ayudarles. Sería bueno darle la mano a quienes la necesitan. Además Hoshigakure podrá ser una aldea pequeña pero de seguro podríamos reclutar a gente. Quien sabe, quizás la Kage esté en deuda con nosotros y nos preste su ayuda personalmente-así es, positividad al máximo, la gente puede ser amable y más cuando la ayudan por eso Rõgu sentía que era un buen plan.
Pasivas
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Kaito escuchó las palabras de Rõgu con una frialdad que reflejaba su determinación. La noticia del ataque a Hoshigakure no le movió ni un ápice, casi era complicado esconder la alegria que el recuerdo de aquel ataque dibujó en su mente. Para él, la aldea ninja merecía su destino por haber sido aliada de la Yakuza, un error que pagaban con creces.

—¿Hoshigakure? Se merecen lo que les pasó. Eran aliados de la Yakuza, ¿no lo sabías? —respondió con desdén, sin mostrar la más mínima pizca de compasión.

No había espacio para la misericordia en su corazón. Su lealtad a su causa era inquebrantable y no permitiría que los lazos de la aldea con sus enemigos influyeran en su decisión.

No vamos a desperdiciar recursos y tiempo en ayudar a una aldea que ha sido cómplice de nuestros enemigos. Además, ¿qué ganaríamos ayudándolos? No tenemos nada que buscar en Hoshigakure, me alegra que la gente que hizo tanto daño a suna esté comenzando a recibir su merecido —sentenció, su voz resonando con determinación.

Para Kaito, cada acción debía tener un propósito claro y beneficiar a su causa. No había espacio para la compasión o la bondad hacia aquellos que consideraba enemigos. Su mente estaba fija en sus objetivos, sin desviarse por los sufrimientos ajenos.

Kaito clavó su mirada en Rõgu, evaluándolo con una mezcla de extrañeza y desconfianza.

—¿Acaso estás sugiriendo que debemos desperdiciar nuestros recursos y arriesgar nuestras vidas por aquellos que han colaborado con nuestros enemigos? —inquirió, su tono áspero y desafiante.

Sus palabras estaban cargadas de resentimiento hacia la Yakuza, una organización que había sembrado el caos y la desesperación en su tierra natal, el País del Viento. Recordó las historias de horror que había presenciado y los sufrimientos que había vivido a manos de esos criminales despiadados.

No olvides lo que la Yakuza ha hecho en nuestro país. ¿Olvidas las familias que han destrozado, los niños que han dejado huérfanos? —su voz resonó con un eco de amargura y dolor.

Para Kaito, la lealtad hacia su causa y el deseo de venganza contra la Yakuza eran inquebrantables. No podía entender cómo alguien podría sugerir ayudar a quienes habían colaborado con sus opresores.
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Rõgu había ido a hablar con Ukiso para convencerlo de ayudar a la aldea de Hoshigakure no sato pero no estaba, el que se encontraba era Kaito y bueno, también servía hablar con él pues era bueno hablar entre todos antes de hacer algo.

Rõgu le explicó a Kaito lo que pensaba y el Chikamatsu pareció molestarse en gran medida-¿Aliados de la Yakuza? ¿No están algo lejos? Yo... visité ese lugar más de una vez...-Rõgu no sabía que decir, nunca imaginó que aquella aldea fuese ayudante de la Yakuza aunque a decir verdad Rõgu no sabe nada sobre temas políticos.

Kaito aseguró que gastar tiempo y recursos en ayudar a la aldea de la Estrella era contraproducente ya que no ganarían nada y era lo que la aldea merecía-Quizás sean aliados como tú dices pero ellos no fueron lo que hicieron caer a Suna ¡Si cada aliado de la Yakuza fuese culpable Konoha sería nuestro enemigo también!-a Rõgu le estaba molestando las palabras del Chikamatsu, Ukiso era de Konoha y por eso la mencionó pero a decir verdad aldeas imperiales como Kiri e Iwa también entraba en la ecuación y aun así la organización a intentado reclutar gente de esos paises.

Kaito continuó siendo un idiota, mencionando que ayudar a la Estrella sería un riesgo contra sus vidas-¿Por qué arriesgaríamos nuestras vidas al ayudar en unas construcción? ¡No entiendo tu desprecio!-quizas Rõgu veía las cosas muy rosas o Kaito las cosas muy oscuras pero estaba claro que no estaban en la misma sintonía.

Kaito de pronto tocó un tema muy sensible y pequeñas lágrimas de formaron en los ojos de Rõgu por la rabia que estaba sintiendo-¡Por supuesto que no lo olvido! ¡¿Por qué crees que busco ayudar a Hoshigakure?! ¡He estado en esa aldea! ¡Conocí gente buena! ¡Gente que quizás murió por aquel ataque! ¡Amigos que tal vez ya no vuelva a ver! ¡Tengo padres! ¡Padres amorosos! ¡Yo me pongo en sus zapatos y me duele pensar en como se siente tras perder a sus padres!-el muchacho soltaba algunas lágrimas al pensar en sus padres fallecidos, llevaba un tiempo sin verlos y en tan solo pensar que ellos pudieron estar en Hoshigakure el dia del ataque le daba un gran dolor en su pecho.
Pasivas
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Última modificación: 21-03-2024, 11:24 PM por Kaito.
Kaito observó con frialdad la reacción emocional de Rõgu ante sus palabras. No había espacio en su corazón para la compasión o la empatía hacia aquellos que consideraba cómplices de sus enemigos. Sus ojos, endurecidos por el dolor y el resentimiento, reflejaban la determinación de un hombre que había sufrido las consecuencias de la guerra y estaba decidido a vengarse.

— ¡Crees que no entiendo tu perdida?, Rõgu, pero debes entender que en tiempos de guerra, no hay lugar para la compasión, yo tambiéni lo perdí todo, yo tuve que cruzar el maldito desierto por años a merced de es agente, y tu crees que cualquiera de sus aliados merece una pizca de compasión?—respondió Kaito con voz firme, su tono impregnado de desdén hacia la vulnerabilidad que mostraba su compañero.

Para Kaito, la aldea de Hoshigakure no merecía la simpatía de nadie. Habían sido aliados de la Yakuza, una organización que había sembrado el caos y la destrucción en su país natal. El recuerdo de las atrocidades cometidas por los yakuza aún estaba fresco en su mente, y no podía permitirse olvidar el dolor que habían infligido a su gente.

Si realmente crees que Hoshigakure merece nuestra ayuda, estás cegado por la ingenuidad —continuó Kaito, su voz resonando con una mezcla de desprecio y desafío—. La aldea ha sido cómplice de los mismos criminales que han destrozado nuestras vidas. No merecen nuestra compasión, sino nuestro desprecio.

Para Kaito, cada acción debía estar motivada por un propósito claro y beneficiar a su causa. No podía permitirse ser arrastrado por las emociones o la simpatía hacia aquellos que consideraba enemigos. Su mente estaba fija en sus objetivos, en la destrucción de la Yakuza y la restauración del honor de su tierra natal.

—No olvides lo que la Yakuza ha hecho en nuestro país, Rõgu —añadió Kaito, su voz resonando con un eco de amargura y dolor—. No podemos permitirnos ser indulgentes con aquellos que han colaborado con nuestros opresores. La justicia debe ser implacable, mujeres niños, no existen inocentes, solo así entenderán lo que nos han hecho pasar-

Con sus palabras, Kaito dejó en claro su posición: la venganza era su única motivación, y no podía permitirse mostrar piedad hacia aquellos que consideraba enemigos de su causa. Su determinación era inquebrantable, y no permitiría que nada ni nadie se interpusiera en su camino hacia la justicia.


—No esperes nuestra ayuda, yo mismo fui uno de los perpetradores de ese acto de justicia que llamas tragedia —añadió Kaito, su voz resonando con un eco de amargura y orgullo—. Siempre que se presente la oportunidad de cobrar venganza contra la Yakuza y sus aliados, lo volveré a hacer. No descansaré hasta que cada uno de esos criminales pague por lo que han hecho.
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Última modificación: 28-03-2024, 04:22 PM por Rõgu Midoriya.
Kaito estaba siendo severo, no era capaz de tenerle piedad a la gente que sufría por culpa del odio en su corazón. Pero Rõgu si, era frágil en ese aspecto y eso lo hacía más humano que otros.

Si, yo creo que sí. Demostrarle compasión a otros te hace humano-y eso era lo que debía diferenciar a ambas organizaciones, si ambas tienen un corazón frío la guerra de la que habla Kaito nunca acabaría.

¡Me niego a demostrar desprecio a aquellos que una vez me tendieron la mano!-Rõgu ya lo había dicho antes, él había pasado tiempo en esa aldea varias veces y no la veía como un lugar dónde la gente hiciera tanto mal como decretaba Kaito.

Las palabras de Kaito eran cada vez más crueles, seguía recalcando que Hoshigakure y todos sus habitantes debían pagar por los crímenes de la Yakuza contra Sunagakure sin importar si habían sido parte o no de aquellos días-¡Estás hablando incoherencias! Nuestro enemigo es la Yakuza, los miembros de la Yakuza, la gente podrida de este mundo ¡No la gente inocente!-Rõgu cada vez estaba más molesto, no le cabía en la cabeza como el odio de alguien podía cegarlo tanto.

De pronto la verdad apareció, Kaito había sido parte del ataque de Hoshigakure y por ello defendía a espada y escudo su decisión de venganza-¡¿Que hiciste que?! ¡Ustedes no tenían el derecho de matar a tanto inocentes!-son notarlo su cuerpo explotó en ira, su chakra abrió las válvulas de contención y dejarían a la vista la inmponente técnica de la séptima puerta.
Kyōmon

¡Se han convertido en lo que juraron derrotar! ¡Son iguales a la Yakuza! ¡No! ¡Son peores! ¡Y tendré que detenerlos aquí y ahora!-Rõgu recortó esos 2 metros de un salto con su pierna estirada, para impactar el pecho del Chikamatsu.
Hīrōentorī

Estadísticas de Rõgu Midoriya

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Con una mirada ardiente, Kaito respondió a las palabras de Rõgu con una determinación férrea. Sus ojos destellaban con una intensidad que reflejaba la profundidad de su convicción.

-¡Nadie que haya permanecido indiferente ante las acciones de la Yakuza puede llamarse inocente!-, exclamó Kaito con una voz firme que resonó en el aire cargado de tensión. Sus palabras eran un eco de su propio resentimiento, alimentado por años de sufrimiento y pérdida a manos de aquellos que ahora consideraba sus enemigos. -Ellos no se levantaron, nadie hizo nada, ahora son tan culpables como el propio cabeza de dragón-

Cuando Rõgu activó su técnica Kyōmon, El cambió en el aura fue extremadamente visible. Kaito apenas tuvo tiempo de reaccionar. Con una calma casi sobrenatural, el joven Chikamatsu realizó un sello de manos con su mano derecha aun dentro de su larga manga, desencadenando una poderosa ola de energía invisible hacía él.

La presencia de Kaito comenzó a crecer, envolviendo el área circundante con una aura imponente y opresiva. Cada pequeño latido que daba el corazón de Rogu parecía resonar con el peso de la determinación del Chikamatsu, Quien de mirada amenazante se centraba en Rogu mientras su figura se elevaba como una sombra amenazadora sobre Rõgu. El efecto del genjutsu era abrumador; el aire se volvió denso y cargado, y Rõgu sintió cómo el miedo se apoderaba de él, como si estuviera siendo aplastado por la presencia abrumadora de Kaito antes de siquiera poder acercarse un metro

Incapaz de resistir el poder del genjutsu, Rõgu retrocedió instintivamente, sus movimientos obstaculizados por el miedo paralizante que lo invadía. Cada paso hacia atrás era una lucha contra la opresión, una lucha desesperada por escapar de la imponente figura de su adversario. La tensión en el aire era palpable, y el silencio que siguió al estallido inicial del enfrentamiento solo servía para amplificar la sensación de peligro inminente.

Finalmente, cuando el genjutsu alcanzó su máximo poder, Rõgu se vio obligado a retroceder cinco metros más, quedando contra uno de los muros de la pequeña sala, incapaz de resistir la presión abrumadora que lo rodeaba. Sus manos temblaban ligeramente mientras Kaito aun estático en su posición lanzaba con cada una de sus manos 4 shuriken atados a un pequeño papel bomba cada uno. Todos pensados para clavarse en el suelo a pocos centímetros al rededor de los pies del joven Jinsoku.


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Última modificación: 04-04-2024, 10:06 AM por Rõgu Midoriya.
¡Entonces para ti todo el planeta es tú enemigo!-respondió harto de las palabras de Kaito, era obvio, aquel hombre no era alguien con la cabeza pegada al cuello y lo mejor era que Rõgu lo detuviera antes que atacara mas aldeas ninja, pues según Kaito, todo ayudante de la Yakuza era su enemigo eso incluye las 5 grandes naciones mas que cualquier otra.

Pero hubo algo raro, Kaito juntaría sus manos y su presencia pasó a ser gigante e intimidante, Rõgu no había activado su jutsu sensorial pero aún así podía ver lo imponente que era el Chikamatsu. Empezó a dar pasos hacia atrás por mero reflejo, Rõgu normalmente se emociona a ver gente fuerte y se anima aún más a la hora de pelear pero no hoy... ¿Sería la diferencia de seriedad? Digo, los combates en el coliseo son muy serios pero se hacen por diversión y nadie se muere pero esto, esto era distinto.

Rõgu temblaba, y negaba con la cabeza ¿Cómo podía estar dudando en pelear contra Kaito? ¿Enserio le daba miedo luchar contra un asesino de sangre fría? ¿Le daba miedo perder y no proteger a quienes lo necesitan?

Si mi miedo no me deja pelear contra ti...-su espalda tocó la pared y apretó sus puños concentrado chakra en su diestra-¡ENTONCES BUSCARÉ OTRA FORMA DE GANAR!-golpeó el muro y lo destruyó sin mucha dificultad para luego salir corriendo por toda la base con una velocidad envidiable, su objetivo era claro: destruir los pilares e intentar derrumbar la base de operaciones de la organización para mermar ligeramente su peligrosidad.
Oukashou

Doteki Shunshin

Kaito también ayudaría con algunos papeles bomba, nada que Rõgu no pudiera resistir mientras seguía ocasionando daños.
Kyōmon

Shunshin no Jutsu

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El Chikamatsu observó con calma la furia desatada de su rival, Rogu, mientras este hacía añicos la pared a sus espaldas con un golpe desesperado. La expresión de Kaito se endureció, sus ojos destellando con determinación mientras respondía con voz firme: -Todo aquel que estuvo dispuesto a ignorar el dolor que nuestra gente sufrió es mi enemigo-.

Mientras hablaba, Kaito comenzó a formar sellos de manos con una precisión metódica. Rogu, sin embargo, permanecía inmóvil en su lugar, ajeno al hecho de que cada uno de sus movimientos estaba siendo manipulado por el genjutsu de Kaito. Para cuando se diera cuenta de su situación, sería demasiado tarde.

Con una rapidez silenciosa, Kaito lanzó un único haz de rayo en dirección a Rogu. El destello del ataque se camufló entre el polvo levantado por las explosiones de kunai y el derrumbe de la pared, ocultándolo a la vista del joven Jinsoku. Para él, por el genjutsu parecería como si el rayo hubiera sido lanzado lejos de su posición allá donde estuvo antes, sin ser consciente de que seguía parado en el mismo lugar donde había destrozado la pared.



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Última modificación: 06-04-2024, 07:33 PM por Rõgu Midoriya.
Rõgu destruyó la pared y buscó irse, quería correr y usar su miedo parar sentir coraje y destruir los pilares del edificio pero había algo extraño, su shushin no parecía activarse y los muros seguían tan lejos... Rõgu miró a Kaito confuso y este disparó un jutsu eléctrico, Rõgu preparó su puño para atacar pero ¿El jutsu de Kaito no avanzaba?

Su cuerpo sintió el daño eléctrico-¡Aaaah! Grr... ¿Cuando?-el joven Jinsoku por fin entendió que estaba siendo influenciado por una técnica ilusoria: Genjutsu, por qué si, unque Rõgu solo usa Taijutsu conoce sobre genjutsu. Y para el genjutsu solo se puede escapar usando la siguiente técnica:
Joshi Kai

Tras el sello el genjutsu se despejó y Rõgu suspiró sintiéndose algo mareado, además había sido víctima de explosiones de papel bomba así que su ropa se encontraba rasgada y quemada por varias zonas.

Mierda... genjutsu... eso es problemático-murmuró mientras freccionaba las piernas-Debo ser rápido-así de un salto recortó la distancia con Kaito y estiró su pierna para intentar atacarlo con gran potencia 
Hīrōentorī

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Última modificación: 08-04-2024, 04:30 AM por Kaito.
Rogu, finalmente, se dio cuenta de que estaba atrapado en el genjutsu de Kaito. Con determinación, intentó liberarse de la ilusión, pero Kaito no tenía intención de dejarlo escapar tan fácilmente. Con una sonrisa en el rostro, el marionetista realizó un sello de manos, preparándose para su contraataque.

Mientras libre de las ataduras mentales del maestro salamandra Rogu se lanzaba con una imponente patada, Kaito desencadenó en un rapido sello de manos sus sanguijuelas paralizantes, las cuales se aferraron al cuerpo de Rogu en el aire mordiéndolo en el acto. A pesar de recibir el impacto de la patada, Kaito logró ignorar el dolor gracias a su habilidad en las artes médicas oscuras. La patada dejó un enorme hueco en el pecho de Kaito dejando ver entre jirones de carne y hueso aplastado el otro lado de la sala, pero su herida se cerró rápidamente mientras Rogu caía al suelo, totalmente paralizado.

Con su oponente inmovilizado, Kaito lanzó cuatro pergaminos de color rojo profundo, cada uno liberando una marioneta de madera, similar a un delgado y tétrico hombre. Conectando rápidamente los hilos invisibles a sus dedos, Kaito controló a los entes de madera, los cuales desplegaron gigantescas sierras de acero de sus brazos y se lanzaron a despedazar el torso de Rogu, quien yacía indefenso en el suelo. Kaito se aseguró de infligir suficiente daño en un solo al joven Midoriya para dejarlo inconsciente sin necesidad de matarlo, pronunciando unas palabras de advertencia: -Tú no eres mi enemigo, no te conviertas en uno-. diría el chikamatsu mientras de su bolsillo tomaba un puñado de pildoras de soldado para recobrar algunas fuerzas


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Última modificación: 09-04-2024, 10:47 PM por Rõgu Midoriya.
Rõgu se lanzó al ataque contra su rival, en el aire unas cosas se pegaron a su cuerpo y sintió como su cuerpo de paralizaba. Aún así la fuerza de su salto lo ayudó a impactar contra Kaito el cuál logró resistir su ataque al regenerar su cuerpo.

Rõgu cayó en el suelo, no podía hacer nada más que ver cómo aparecían marionetas dignas de un Chikamatsu como su rival. Estás marionetas sacaron unas cierras y se abalazaron contra él...

Las siguientes imágenes y descripciones son para un público mayor a 18 años y ningún niño debería imaginar lo que sucedió. Pero en resumidas cuentas había un poco de Rõgu en todo el suelo de la organización. Su sangre se esparció por todo el lugar y quedó impregnada en esas marionetas.

El joven Jinsoku vio su fin de una forma dolorosa y que ojalá a nadie de los aquí leyendo les suceda. Pero con su muerte todas sus metas se borraron al igual que su futuro.
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Kaito observó con horror y pesar el resultado de su ataque. La mirada fría y sin vida de Rogu lo confrontaba, recordándole el precio de su error. Un nudo se formó en su garganta mientras el peso de la responsabilidad se hacía evidente en su corazón. Había acabado con la vida de alguien que, en otro contexto, podría haber sido un aliado valioso.

El conflicto interno de Kaito se agudizó mientras luchaba por reconciliar sus acciones con sus convicciones. Por un lado, lamentaba profundamente la pérdida de una vida inocente y se arrepentía de haber causado tanto sufrimiento. Rogu, aunque enemigo en ese momento, representaba algo más que un simple adversario. Compartían tierra natal, aspiraciones, ideales de cambio y justicia, y Kaito no podía evitar sentir una punzada de remordimiento por haberlo eliminado.

Sin embargo, en medio de su pesar, una sensación de alivio se abrió paso en su mente. La muerte de Rogu significaba que la organización, sus planes y, en última instancia, su ataque a Hoshigakure estaban a salvo. Era un sacrificio que había sido necesario para proteger a aquellos a quienes se había comprometido a liderar y defender.

Además, la mente inquisitiva de Kaito comenzó a divagar por terrenos más oscuros. El cuerpo inerte de Rogu representaba ahora una oportunidad única para la investigación. El ADN Jinsoku de Rogu era excepcionalmente peculiar, ofreciendo un potencial sin explotar para experimentos y análisis. Aunque esta línea de pensamiento era perturbadora incluso para él mismo, Kaito no pudo evitar sentir una chispa de anticipación ante las posibilidades que se abrían ante él.

Con un suspiro pesado y cargado de conflicto, Kaito se obligó a apartar esos pensamientos por el momento. A pesar de su malestar y dudas, debía enfrentar las consecuencias de sus acciones y tomar decisiones sobre cómo proceder a partir de ese momento. Observó el cuerpo inerte de Rogu con una mezcla de determinación y renuencia. Sabía que necesitaba aprovechar esta oportunidad única para obtener más poder y conocimiento, aunque el método fuera oscuro y peligroso.



Con paso firme, Kaito se acercó al cuerpo de Rogu y comenzó a desplegar los sellos de manos necesarios para activar el extraño ninjutsu, Ichijishin. Era una técnica avanzada, reservada para situaciones extremas como esta, donde la muerte de su oponente presentaba una oportunidad para obtener sus habilidades.

Con cuidado y solemnidad, Kaito levantó el cuerpo inerte de Rogu, sintiendo el peso de sus acciones sobre sus hombros. A pesar de las circunstancias, trató al cuerpo con respeto, consciente de que había sido un aliado en otro tiempo y que ahora se convertía en una fuente de poder y conocimiento.

Con paso firme pero cauteloso, Kaito atravesó los pasillos de la base de aquel grupo de patriotas que había sido refugio de ambos, llevando consigo el peso de su carga. 

Finalmente, llegó a sus aposentos, un lugar tranquilo y apartado dentro de la base. Con delicadeza, depositó el cuerpo de Rogu en una cama improvisada, cubriéndolo con una manta con reverencia. A pesar de las circunstancias sombrías, Kaito no podía evitar sentir un peso en su corazón por lo que había hecho.

Se tomó un momento para reflexionar sobre las consecuencias de sus acciones, sintiendo un conflicto interno entre la necesidad de obtener más poder y la pérdida de un aliado. Pero en el fondo de su mente, persistía la certeza de que había hecho lo que era necesario para proteger a su organización y avanzar en su búsqueda de conocimiento.

Con una última mirada al cuerpo de Rogu, Kaito miró sus herramientas de embalsamado junto a las piezas de sus marionetas sin acabar. De pronto la macabra luz de una idea iluminó su mente dejando atrás la oscuridad de la noche para enfrentar el nuevo día con determinación y resolución. Aunque el camino que había elegido era difícil y lleno de peligros, estaba decidido a seguir adelante, sin importar las consecuencias.



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Vida: 350/350

Chakra: 297/937
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Última modificación: 10-04-2024, 12:10 AM por Staff.
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