¿Qué la niña tiene 20 días de vida? ¿Qué Akami le fue infiel? ¿Qué el fantasma estaba observándolas? Espera… qué diablos está pasando aquí… por más que intentara conservar la calma, nada iba a funcionar, nada le podía hacer entender realmente lo que pasaba aca… simplemente su incultura y su locura le llevaban a matices extremos de lo que la realidad era… no, hasta que ella hablo…
La joven y bella pelirroja de cuerpo esbelto y tersa piel hablaba y hablaba, explicaba una y otra vez… hasta que dijo las palabras precisas… algo que le hizo entender lo que Samuru le dijo previamente…
- tu… te hiciste cargo de esta niña… - dijo la joven marionetista, mientras la toalla sobre su cuerpo terminaba de deslizarse por su piel morena… la joven sacerdotisa se acercaba paso a paso, explicando lo que ya sabía –
pensé que me fuiste infiel… y por eso no me hablabas… - decía en voz baja, demostrando su inseguridad, sus ojos se tornaron cristalinos, su palpitar de aceleraba, la joven se acercó otro poco más a ella y termino de decirle lo que en teoría… era importante… Akami solo ha estado con Saito, hace meses que él está desaparecido para Muki, además, entre hombres y mujeres… no existe posibilidad de concebir un hijo entre mujeres… no… pero luego, ella se sentó sobre su regazo… o mejor dicho, sobre sus piernas, que estaban flectadas sobre el suelo, para girarse momentáneamente y pegar un último grito que hizo reir a Muki –
jajaja… pequeña mocosa – diría en un tono sensual y atrevido, mientras agarraba con fuerza y decisión el muslo de su amada, recorría con brutalidad hasta su nalga y abrazaba su espalda, soltando sin importar aquella toalla del cuerpo de Akami, dejándola caer a un lado y sosteniendo con su mano izquierda, luego de atravesar por sus costillas a su espina, entre sus omoplatos y su cuello, luego de acariciar todas estas zonas en un movimiento rápido y sensual, tomar la nuca de la joven pelirroja e impulsarla sobre ella, para besarla con fuerza y pasión, uniendo sus labios carnosos con los elegantes labios de Akami, uniendo ese par de almas mientras que la llevaba más sobre si… más cerca de su alma… dejándose caer de espaldas y empujándola a ella consigo misma, colando una de sus piernas por entremedio de las de Akami y posando la otra por su costado, uniendo levemente sus pelvis en un beso imprevisto… afirmando la piel de la blancura que tenía encima, estirando el muslo y abriendo levemente la puerta de lo prohibido donde solía jugar ella… todo mientras el baile de cabelleras largas, el de la pelirroja y la pelinegra se unían en ese beso escandaloso, generando una cortina de complicidad entre ambas muchachas…
Su cuerpo reposo en el suelo, sus pechos oscuros se aposaron cada uno por su lado, sus muslos chocaban con la piel de su amada y sus ojos se conectaron levemente tras separarse sus labios… en ese momento… unas palabras salieron de su boca… -
Muki te está esperando… desearía ser yo quien se case contigo… pero creo… que estoy preparada para morir a tu lado – diría sonriente, mientras una lagrima recorría su mejilla… el amor de Muki por Akami era sincero… y esta clon no podía soportar vivir tal mentira, estar ante ella siendo solo un ser etéreo… y así como ese fugaz beso fue concebido, la vida de esta Muki había acabado, desapareciendo en una nube de humo blanco y tristeza que solo ella sabía realmente su razón de ser…
Mientras tanto, en aquel hostal donde estaban quedándose las muchachas, la joven marionetista terminaba de arreglar los últimos detalles de su ramo… un pensamiento llego a su mente, fue raudo y agresivo… una lagrima callo por su mejilla y simplemente sonrió a Kumoko –
creo… que ya no necesitaremos el otro vestido – diría, para acercarse a la puerta, mientras secaba aquella lagrima… se iría de la habitación con, lo que podría decirse… un sabor amargo en la boca.
Al salir de la habitación, Kumoko se quedaría expectante, mirándola algo preocupada, pero finalmente se decidiría a partir junto a ella, dejando sobre la cama aquello por lo que habían trabajado tanto… era su cuerpo original, vestido con un traje de novia negro, idéntico al blanco, con un ramo de flores negras y maquillada para la ocasión… lacia como un cadáver sobre la cama, con piernas juntas y sus brazos al pecho… parecía un funeral… lo que en algún momento fue una buena idea, solo era el presagio de cosas malas…
- Master of puppets, I'm pulling your strings -