El Uchiha caminó por los puentes de madera de los muelles del País del Agua una vez logró desembarcar luego de tomar un pequeño crucero que, obviamente, tuviera como destino aquella enorme isla rodeada de mares. Kin vestía con su vestimenta de siempre, pero acompañado de una capucha con capa que solía usar cuando salía de viaje, aquella capucha le era de utilidad en muchas ocasiones y momentos, ya fuera que quisiera pasar desapercibido como un mercader o civil más o directamente, que la capa cubriera el logo de su clan y la placa metálica de su bandana, ambos, “bordados” en las mangas de su camisa.
Una vez el espadachín llegó a las puertas de Kirigakure, fue recibido por los guardias de las puertas quienes ya conocían a Kin de algo así que solo revisaron por encima sus documentos para verificar que todo estuviera en orden antes de dejarlo ingresar a la villa. Kin como siempre, hizo una reverencia respetuosa hacia los guardias y siguió su camino a paso lento para adentrarse en Kirigakure.
¿Cuál era el objetivo de visitar Kirigakure ahora? Era muy simple, aquella misión en donde el Uchiha, junto a una chica Onikuma de nombre Yuta y una de sus actuales discípulos, se enfrascaron en la búsqueda de una seta para ganar un concurso que solía festejar se cercano a las fechas navideñas en el País de la Hierba. Justo en ese concurso, había conocido a Melessar, un chico de cabellos blancos y de personalidad amable que había ganado el concurso luego de lograr arrebatarle la seta a uno de los concursantes. Kin compartió algunas palabras con el albino durante la fiesta que se hizo al término de la competencia y se interesó en él, en su aldea y en las habilidades que podría tener aquel chico, ¿Pertenecería a algún clan de Kirigakure?, eso no lo sabía, pero quería descubrirlo y llenarse de conocimiento como siempre había querido.
(Supongo podré verlo en la plaza, sería una suerte que logre verlo justo ahora en mi primer día de visita aquí)
Pensaba Kin mientras caminaba por las calles de la aldea para dirigirse a la plaza principal, ahí, siempre era muy concurrido por los aldeanos de la villa, igual y tenía suerte para encontrar a Melessar rápidamente ese mismo día, de lo contrario, tendría que comenzar a crear clones y preguntar por el chico a todo aquel que viera para poder encontrarlo y conocerlo más