Vuelo sin motor (Privado con Akami y Kin)
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Última modificación: 02-01-2024, 07:22 PM por Shiga Yuta.
El otoño ya estaba quedando atrás como un difuso recuerdo, una transición entre el calor del verano y el frío del invierno de la cual no somos conscientes salvo por las hojas cayendo de los árboles. Hasta el punto de que algunos dicen que pasamos del verano al invierno de un día para otro. Pero la estela de colores anaranjados, marrones y ocres que cubría las montañas era una señal indudable de que la estación otoñal había asolado esas tierras. Pero ahora el escenario de la naturaleza daba pie a una nueva época, a un nuevo acto en el ciclo de la vida.

Las cimas montañosas ya comenzaban a dibujarse con un puro e inmaculado blanco que amenazaba con descender hasta alcanzar la ciudad de la roca. Las oleadas de vientos fríos que descendían como una carga de caballería desde los picos nevados, azotaban sin piedad la zona alta de Iwagakure. Un claro indicio de que se acerca el invierno. Aunque esto solo pasaba por estar en el nivel superior de la ciudad, las zonas más bajas, al introducirse en las entrañas de la tierra, lograban un aislamiento natural del frío y preservaban mejor el calor que se lograba generar por las fábricas y que se desprendía de los hogares.

Normalmente Yuta buscaría el calor de los niveles inferiores, dado que no se llevaba muy bien con el frío. Pero justo había tenido que subir a comprar algunas cosas con el escaso dinero que disponía, concretamente los kits básicos que en la academia le indicaron para poder graduarse bien. Dado que en cuanto acabara las clases y si lograba graduarse el día de mañana dejaría de poder usar la equipación de la academia, ergo necesitaba tener sus propias herramientas.

La joven estudiante estaba regresando de visitar un par de tiendas donde pudo comprar un portakunais básico con un par de kunai y media docena de shurikens, del mismo modo que consiguió un portautensilios con alguna bomba de humo y unos metros de cuerda metálica. A pesar del frío que flotaba en el ambiente, la chica se mostraba abiertamente emocionada por haber conseguido sus propias herramientas por menos de lo que esperaba. Y si algo nos enseña la vida con los años es que por muy contentos que estemos, debemos permanecer atentos a nuestro entorno.

Una lata furtiva aguardaba en el suelo, vacía pero con su forma intacta, sin ser vista por la joven que iba alegremente dando pequeños saltitos. Hasta que finalmente el pie de ella se encontró con el cilindro metálico haciendo que la chica perdiera su equilibrio por unos momentos mientras se deslizaba sobre la lata rodante. No es que le supusiera un esfuerzo aterrizar cuando la lata salió volando desde la suela de sus zapatos, pero el abrupto movimiento causó que uno de los dos paquetes que llevaba entre las manos saliera volando por los aires, con la mala suerte de que cruzó por encima del umbral de una de las barandillas que prevenían de un pronunciado risco que conectaba el nivel superior con el medio, una de aquellas zonas para que el aire circulara. Yuta por instinto dio una zancada, un pequeño salto sobre la barandilla desde la cual se impulsó sin dudarlo hasta alcanzar en pleno vuelo el paquete.

Se reconfortó cuando consiguió tener entre sus brazos ambos paquetes de objetos, habría sido trágico perder la mitad de sus compras a los pocos minutos de obtenerlas. Pero entonces se dio cuenta de que su pequeño cuerpo se encontraba suspendido en el aire y que, como buen ser humano, no sabía volar. Del mismo modo que aún no había aprendido técnicas que le permitieran pegarse a paredes o algo similar. Con lo cual su cuerpo, por ligero que fuera, comenzó a precipitarse hacia abajo.


— ¡¡¡SOCORRO!!!
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Nuevamente el joven Uchiha se encontraba en la Villa Oculta del País de la Tierra, esto en compañía de la que, hasta ahora, había sido su Sensei y una de las personas de las que más pudo aprender, no sólo técnicas, si no también varias lecciones y frases que podrían servir más tarde en su joven vida.

Él y la sacerdotisa pelirroja se encontraban dando una pequeña caminata por los caminos rocosos de la Zona Alta de Iwagakure No Sato, Kin desconocía si la pelirroja conocía Iwagakure tanto como él conocía Konohagakure, pero al menos por su parte, él aún se encontraba sorprendido y admirado por la infraestructura de la Villa, algo nunca antes visto en todos los lugares en los que había puesto un pie. Y claro, el frío que a diferencia de Konohagakure, estaba más “extremo” por decirlo de alguna de forma y obviamente su cuerpo acostumbrado al buen clima e intenso calor del País del Fuego, no aguantaba en plenitud el clima de la Roca, pero, aun así, mantenía la compostura, después de todo, era un Ninja y estaba entrenado para eso ¿No?

Kin y Akami solo caminaban tranquilamente y hablaban de temas triviales, cosas sin mucha importancia cuando de pronto el instinto protector y justiciero del Uchiha se activó en el momento en el que, a unos centímetros de distancia, pudo ver a una pequeña niña apoyándose de la barandilla del borde del camino para saltar y salvar algunas bolsas con objetos que el desconocía completamente cuales eran. Parecía que la niña no pensó mucho en lo que sucedería después de saltar y atrapar sus objetos, o eso pensó el aspirante a espadachín en cuanto escuchó el grito de auxilio de la niña con cuernos, cosa que, cabe destacar que al Uchiha se le hizo extraño y sorprendente a la vez, pero eso no importaba ahora, una niña estaba en peligro y si nadie más lo hacía, él tenía que hacer algo.

Sin dudarlo, comenzó a correr lo más rápido que pudo en dirección a la niña, no iba a permitir que ella se lastimase por no actuar pronto y a sabiendas de que posiblemente, su Velocidad no iba a ser suficiente para llegar y atrapar a la niña, acumuló toda la fuerza que pudo en sus piernas y luego de detenerse por unos pocos milisegundos, las flexionó y pegó un gran salto hacía la pequeña, un gran salto característico de los Shinobis de Iwagakure, un gran salto que lo acercó rápidamente a la niña, tomándola en sus brazos, algo así como si un Príncipe cargara a su Princesa y usando su vista, trató de hacer una seña con sus ojos a su Maestra para que los ayudara con algo para amortiguar la caída. Fue lo primero que pensó en hacer luego de tomar a la niña en brazos, aunque, en caso de necesitarlo, se prepararía para amortiguar el golpe de otra forma buscando hacerse el menos daño posible…
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Habia pasado ya un tiempo desde que la pelirroja se habia asentado en iwagakure con Muki, tomando en cuenta el nacimiento de los gemelos y todo lo que aquello conllevaba consigo... Una nueva vida habia empezado para la pelirroja, pese a que nunca habia sido aceptada desde niña... ahora habia encontrado una familia... incluso se habia enamorado y dentro de poco tendria su boda con la morena... - Usted no puede decidir que no merece... La única que puede tomar esa decisión soy Yo... De igual manera yo no puedo decidir que no la merezco... Eso es algo que usted tiene que decidir...Y que? Si no sabe que es... Yo se lo diré con mucho gusto... Eres la persona que amo... Con quién quiero pasar el resto de mis días...- aquella confesión seguía muy presente en su mente...

 Pero bueno, en este momento el punto era otra, pues su joven alumno habia venido de visita a Iwa después de unos dos meses... esto en compañía de la que, hasta ahora, había sido su Sensei y una de las personas de las que más pudo aprender, no sólo técnicas, si no también varias lecciones y frases que podrían servir más tarde en su joven vida. Kin y Akami solo caminaban tranquilamente y hablaban de temas triviales, cosas sin mucha importancia y comunes, pues solo era una platica tranquila para mantener al tanto uno al otro- Bueno... me gustaría decirte que Muki y yo nos vamos a...- antes de terminar esa frase... antes de poder decirle que dentro de poco su boda con Muki se llevaría acabo en el pais de las aguas termales...

 Pero... las acciones del Uchiha la sorprendieron... el Uchiha habia tomado impulso e incluso acumulado chakra en sus piernas para dar un gran salto al vacío... Al Vacío... AL VACIO... AL VACIOOOOOO el Uchiha se habia lanzado al vacío sin decir ni una sola palabra, cosa que dejo boquiabierta a la pelirroja durante la primera milésima de segundo- K-KIIIIIIIIIN- gritaría antes de acercarse a aquel cercado y mirar como el Uchiha se hacia el héroe...- Este idiota me va a venir dando un infarto un día de estos...- diría tomando impulso propio antes de dar un potente salto al vacío...- Y yo de muy estúpida siguiéndolo...- KIN IDIOTAAAAAAAAAAAA- gritaría mientras descendía y sacaba uno de sus pergaminos.

 Este seria abierto en pleno aire y del mismo un haz de tinta y chakra de color blanco y negro comenzó a surgir y tomar forma en el aire y formar dos majestuosos y detallados halcones gigantes de tinta- Taka-ni, atrapa a ese idiota- murmurio mientras se notaba que su descenso fue detenido por el primer ave gigante, pues la pelirroja estaba de pie sobre la misma- Kin Idiota... debería ponerte un castigo por eso... no vuelvas a saltar al vacío así... por un segundo pensé...- diría desviando la mirada mientras el halcón 2 atrapaba sobre su lomo a los dos jóvenes- No lo hagas de nuevo...- murmuraría algo apenada- Que me preocupas...- murmuro con una voz casi desvanecida- Baka...- los halcones rápidamente descenderían sobre el nivel intermedio de Iwa, aterrizando en el suelo sin muchos problemas y finalmente volver a desvanecerse- Bien... ambos están bien?- preguntaría la sacerdotisa antes de mirar a ambos...

 - O-oe niña... e-e-esos... ¿Son cuernos?- preguntaría un poco impactada, habia visto antes gente de ese clan aquí en Iwa... pero no sabia mucho de ellos- Por cierto... es un gusto... Mi Nombre es Akami Ameryuu y me mude hace poco a esta aldea...- diría mientras le ofrecía la mano en son de paz- Y dime pequeña... ¿Cómo te llamas? - esperaría un momento por una respuesta antes de soltar la siguiente pregunta- ¿Y tus padres o tu tutor? Dime... ¿Dónde están?- le preguntaría con una pequeña sonrisa amable y cordial. Pero claro, no ignoraría al idiota de ojos ámbar a su lado- Y en cuanto a ti... la próxima vez que hagas una estupidez así... saltar al vacío sin pensarlo dos veces... ten por seguro que te hare pasar el peor infierno del que ya hubieras pasado...- diría enojada o bueno... simplemente preocupada por las acciones del contrario- Tu vida es importante para mi... si te pierdo... no se lo haría...- dijo en voz baja...

Referencia visual de Akami:
 [Imagen: 3a51ac06dc92f15b2f5fe499c3f2ed3b.jpg]
Chouju Giga, Kyodaina Taka
[Imagen: Bl8Jqj5.png]
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Saltar había sido una estupidez, de eso nadie podía tener ninguna duda. Que en ese paquete estaba todo el dinero restante de Yuta, era una verdad incuestionable. Además, ese paquete era las herramientas que requería para realizar el examen de ascenso a genin y poder empezar a crear una nueva vida que la sacara de las calles. Forjaría su camino con sus propias manos, cueste lo que cueste. Incluso si eso significaba morir en el camino; aunque eso no tuviera sentido alguno.

Pero su destino parecía aún no estar escrito. Puesto que en cuanto quiso darse cuenta, unas manos fuertes pero amables, estaban sujetando su cuerpo elevándola un poco como si fuera una princesa de cuento, pudiendo ver entonces el rostro de su amable salvador. Era un joven algo atractivo, pensó Yuta, su complexión estaba bien y los ojos eran enigmáticos, eso es que igual guardan algún secreto, pensó.

Aunque menos mal que llegaron los halcones que había dibujado con su titán y pergaminos una pelirroja algo histérica que parecía haber saltado tras su compañero. Pero sin duda alguna, Yuta le debía la vida a esa joven señorita y lo sabía, y al chico que la portaba entre sus brazos. Estaba siendo como un rescate digno de una princesa de cuentos como los que le contaban de pequeña, lo cual hizo que se sonrojara un poquito.

Las dos aves invocadas descendieron hasta el nivel intermedio de Iwa logrando que todos los kamikazes que saltaron al vacío llegaran sanos y salvos al suelo. Sin duda, el poder controlar a esas aves era algo muy sorprendente, aunque cuando Yuta se fijó bien notó que no parecían pájaros normales, que tenían algo raro. Pero no dispondría de mucho tiempo para pensar en ello, dado que desde el segundo halcón se aproximó a toda velocidad la mujer que los salvó, mientras ella seguía suspendida en el aire en brazos del joven de cabellos oscuros, encogida en sus brazos mientras sujetaba firmemente sus kits con armas ninja. Y comenzaría una lluvia de preguntas por parte de la pelirroja hacia Yuta, la cual iría respondiendo algo impactada sin bajarse de los brazos de su otro salvador.

— Ehh, sí son mis cuernos — Le respondería mientras llevaba sus manos hacia las formaciones oseas dejando los paquetes en su regazo.

Entonces la joven pelirroja se presentaría y preguntaría lo mismo a la pequeña oni.

— Un placer, yo soy Shiga Yuta — Diría algo sonrojada y admirada a sus dos salvadores.

Pero la última pregunta apagaría por poco la euforia de la pequeña, aunque ya lo tenía muy aceptado así que no se derrumbó ni nada.

— Me temo que mis padres ya no están entre nosotros... — Dijo sin adornar más el asunto, lo llevaba bien, pero tampoco era cuestión de hurgar.

La pequeña oni dejaría que lo dicho de sus padres se perdiera un poco en el aire para no poner tensa la situación en lo que la chica regañaba al chico. Pero claramente se notaba que le regañaba porque estaba preocupada por él, lo cual era muy bonito de ver.

Una vez el sermón parecía haber concluido y con Yuta muy agradecida con sus salvadores, procedería a incorporarse aún en los brazos del chico, alzándose un poco para dar un beso en la mejilla al mismo y haría lo mismo con la mejilla de Akami aprovechando que se acercó para las preguntas y el sermón.

— Muchas gracias, me habéis salvado la vida — La pequeña se mostraba con un rostro de felicidad y júbilo sin igual.

Mostrando una escena en la que si no estuviera tan crecidita parecería la hija de los otros dos al seguir en brazos del hombre.

— Si gustáis, os puedo invitar a mi casa a tomar algo como agradecimiento, aunque ya sé que no será suficiente para agradeceros que me hayáis salvado la vida, así que si necesitáis o queréis algo podéis pedirme lo que sea — Era una chica muy agradecida con los que se lo habían ganado.

Y aunque no estaba a disgusto precisamente, se preguntaba si en algún momento el joven la soltaría.
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Aquel sentimiento de querer ayudar siempre a las personas era algo que en ocasiones le había pasado factura al joven Uchiha y éste no era un caso aislado, ahora, tratando se hacerse el héroe había cometido una imprudencia saltando al vacío como si el tipo fuera inmortal, aunque logró atrapar a la niña, de nada le serviría si ambos caían y morían. Kin hizo señas con sus ojos directamente a Akami para que ella hiciera algo para amortiguar la caída y así lo hizo, gritándole lo idiota que era por saltar a lo estúpido al vacío mientras desplegaba un par de pergaminos

(¿Chouju Giga? ¡Bien pensado! Quien diría que es una habilidad tan útil)

Pensaba Kin mientras sostenía con fuerza a la chica entre sus brazos aún cayendo, pero no por mucho, pues dos halcones de chakra fueron desplegados en el aire, uno atrapó a la pelirroja y el otro descendería algunos centímetros más para amortiguar la caída del Uchiha y de la Onikuma, cayendo de sentón encima del lomo del enorme halcón. Los animales de tinta llevaron a los tres locos al nivel medio de Iwagakure en donde todos bajarían de las espaldas de los halcones, Kin no bajaría a la niña al hacerlo y aún la mantendría en sus brazos mientras la pelirroja la “interrogaba” y la pequeña respondía a todas sus preguntas, Kin solo miraba a la niña, prestándole atención mientras ella hablaba pero en un momento tendría que desviar su atención hacia Akami quien comenzaría a regañarlo por su acto tan imprudente, pero como siempre, no era un regaño de ira, era un regaño lleno de preocupación por él

- Entendido Akami-Sensei… no volveré a saltar a lo estúpido al vacío, pero si no lo hacía, probablemente Yuta ya no estaría con nosotros... -

Diría el Uchiha tratando de dar una justificación a su salto, pero pensándolo bien, de no ser por Akami, habría dado igual si el saltaba, probablemente habrían caído hasta el fondo de la aldea de la roca y muerto ahí o quien sabe, pero en fin, estaban vivos y ambos, muy agradecidos con la pelirroja. Luego de la regañada, Yuta en un gesto de agradecimiento besaría la mejilla del Uchiha y la de la Emaki, Kin se sorprendería un poco con el acto y un leve sonrojo aparecería en sus mejillas, no sabiendo reaccionar de otro modo, Kin le regalaría una sonrisa a la Onikuma antes de elevarla un poco y acomodarla en su espalda

- Bueno yo tengo bastante hambre así que acepto con mucho gusto tu invitación a comer, solo dame las indicaciones hacia tu hogar y llegamos rápido, supongo también vienes Akami -

Kin esperaría por unos segundos la respuesta de la pelirroja y esperando que aceptara, el Uchiha comenzaría a correr siguiendo las instrucciones de Yuta, hasta parecía un niño pequeño jugando con otro, o, ¿Un padre jugando con su hija?, sin duda, la Onikuma le había dado al Uchiha un aire de confianza así que él, sin conocerla, ya empezaba a mostrarle mucha confianza…
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Haber salvado a Kin y a Yuta de la muerte fue algo de pensar rápido y mas después de haber saltado al vacío también- Por supuesto que lo es... es la habilidad que TU sensei se esforzó en dominar- quizás han pasado tanto tiempo junios que la pelirroja ya sabia lo que el Uchiha habia pensado en ese preciso momento y correspondió ese pensamiento con la mirada o quizás solo fue predecible sabiendo como era Kin... quien sabe-  Este idiota... no quiere tener fundamento... clase S y todo pero es todo un idiota...- pensaría mientras los tres descendían usando las aves de tinta como transporte.

 Una vez en el suelo, las preguntas de la pelirroja no se hicieron esperar, siendo la primera de ellas sobre las formaciones oseas en la cabeza de la contraria- O-ohhh sugoi- diría con una pequeña sonrisa, era la primera vez que veía a alguien tan interesante... esos cuernos eran reales- Es un gusto Yuta-san... por cierto, este tarado que salto para atraparte es Kin, Kin Uchiha- comento mientras suspiraba- Comprendo... lo siento...- murmuraría con un poco de pesadez al escuchar a la oni decir que sus padres ya no se encontraban con nosotros...- Me resulta un poco nostálgico escuchar eso a estas alturas- se dijo para sus adentros...

 Si, Akami se habia criado por su cuenta y habia sido así desde que tiene memoria... y eso era algo que no se lo deseaba a nadie, vagar por el mundo como una huérfana era algo que ella ya habia experimentado de primera mano y no queria que los demás también lo hicieran, justamente por eso habia decidido volver mas fuerte y formar parte de Ichigan- Una huérfana que esta por su cuenta... me recuerdas a mi...- ¿aquel comentario... lo habia pensado? ¿lo habia dicho? Ni ella lo sabia...- Yo también estuve por mi cuenta desde edad temprana...- comento unos microsegundos antes de pasar de modo Deredere a modo Tsuntsun y regañar al Uchiha por su imprudencia.

 - Eso espero... Kin, la vida es solo una... es limitada, por eso debes tener cuidado... además... no quiero perder a nadie mas...- fue su ultimo comentario antes de que la oni hiciera algo que la dejo totalmente estupefacta...  le habia dado un beso a Kin en la mejilla y antes de que la pelirroja pudiera decirle algo también habia recibido un beso en la mejilla por parte de la menor- Eh?... Ah?... Eh?...- se habia quedado sin palabras a la par que se sonrojaba pero habia encontrado un escape rápido ante las acciones del Uchiha- Si muy astuto y todo Kin- murmuro poniéndole la mano en el hombro con una sonrisa un poco sádica...

 - Sabes... de pronto se me antojo comer un Mizu Yokan... y según recuerdo me comentaste que recién te pagaron por algunas misiones... así que... invita la comida- dijo mientras liberaba el hombro del Uchiha y demostraba un tono bastante relajado e irónico- Además, el susto de hace rato no me lo pasaras con una simple disculpa- la pelirroja era astuta con sus jugadas y esta vez tenia una final hability que jugaría en el momento perfecto- Además, seguro Yuta-san también tiene algo de hambre tras esa caída- diría dándole un pequeño guiño a la loli que estaba en la espalda del Uchiha-

 - Por cierto, escuche que hace poco abrieron un restaurant nuevo aquí en la zona media de Iwa y me gustaría invitar a Muki a una cita allí, pero asegurarme de que sea un buen lugar- Mujer latina me salió la pelirroja, le va a sacar la platica al Uchiha como diosito manda... Como extra... el restaurant del que hablaba... no era muy barato tampoco, pero ajam tampoco le costaría un sharingan a Kin, la pelirroja tampoco era tan cruel, ella era consiente de lo que decía y hacia.

 - Por cierto... parecen padre e hija jaja- una linda risa algo nostalgia se escapo de los labios de la pelirroja al mencionar eso- Espero que así mismo cargues a Loki y a Morgana cuando crezcan, después de todo eres como... su tío- dijo con una pequeña sonrisa para el Uchiha, para después tomar la mano del pelinegro- Que mas da, ya parecéis padre e hija, entonces me les sumare al juego- ok, no eran celos, simplemente que vamos, si van a jugar a la familia, que sea bien- Vamos- una pequeña sonrisa se formo en sus labios, tanto por lo cómico de la situación, como por el lugar al que irían.
[Imagen: Bl8Jqj5.png]
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Ambos eran claramente conocidos, tenían una confianza tan grande que podían decir y hacer cualquier cosa sin importar mucho, porque todo quedaba en familia. De hecho, en un momento la pelirroja se referiría al otro como un tío para sus hijos, eso reforzaba mucho su vínculo. Como muchas veces dicen, hay ocasiones en las que se forjan lazos familiares que van más allá de la mera sangre.

Yuta estaba un poco extrañada por la situación, sobre todo porque seguía en los brazos de aquel hombre de oscuros cabellos y ojos rojos como la sangre, justo al lado de aquella hermosa mujer de largos cabellos y profundos ojos que brillaban como el fuego. Sinceramente, si no fuera porque no se parecía a ninguno de ellos más que en el blanco de los ojos, casi parecería una pequeña riña de un matrimonio con la hija en medio.

Pero la situación se había desviado bastante de la tanda inicial de preguntas hacia la pequeña y daba un giro en el que al parecer Akami quería que Kin las invitara a comer, bueno, las invitara a las dos, porque evidentemente incluía a Yuta. En esos momentos, la pequeña y callada oni no sabía si es porque se había apenado de ella o porque quería sangrar más la cartera de Kin para compensar el susto que le dio.

— Bueno... Comer siempre está bien... — Diría algo tímidamente.

Si algo era incapaz de negar Yuta, era una invitación a comer. Se había pasado mucha hambre en su vida y aprendió que no podía desperdiciar la oportunidad de comer algo, y más si podía ser algo caliente, como había insinuado la pelirroja hablando de un sitio que la pequeña oni había observado múltiples veces en la distancia sin tener dinero para ir. Aun así, la pequeña se sentía culpable por la situación.

— Pero me habéis salvado, al menos dejadme invitaros a un té mientras dejo estas cosas en casa — Propondría mientras señalaba los paquetes que llevaba.

Y como el Uchiha se propuso llevarla para ir más rápido, cargándola sobre sus hombros de una forma algo peculiar pero que le resultó graciosa a Yuta, quedó claro que el camino que debían tomar era hacia su hogar.

La oni comenzaría a guiar al Uchiha por las calles del nivel intermedio. Por suerte, su casa estaba en ese nivel. Le fue indicando múltiples veces derecha, izquierda y todo recto, hasta que alcanzaron uno de los muros de la caverna que formaban un acantilado hasta el nivel superior. Por el mismo Yuta indicaría un pequeño camino escapado en la roca que quedaba oculto desde las calles por las estructuras de una fábrica, que permitía subir un poco por el acantilado andando, aunque no era un camino muy afianzado. Hasta que llegarían a una pequeña hendidura en la roca que formaba una estrecha cueva, pero por la que una persona podía pasar.

— ¡Es aquí! — Diría animada Yuta.

La misma daría un brinco desde la espalda de Kin hasta el suelo, avanzando unos pasos por la hendidura como guía hasta alcanzar una especie de cortina azul enganchada a las rocas, la cual apartaría Yuta dejando abierta mientras les ofrecía entrar al resto.

— Adelante — Les diría a sus invitados.

El interior del lugar era una estancia un poco más amplia, de unos cinco metros de largo y otros cinco de ancho. Yuta avanzaría hacia el centro del lugar, tomando una lámpara de aceite que encendería para dar luz al lugar. Entonces se podrían observar dos futones viejos con almohadas plegados en una esquina del lugar, una pequeña hoguera apagada en el centro con una ollita colgando encima. Unas cajas que servían como sillas y para almacenar, como enseñaría guardando en una de ellas los kits que acababa de comprar. Todo se veía muy ordenado, aunque tampoco había mucho que ordenar. Lo más curioso del lugar es que las paredes estaban pintadas, algunos trazos eran muy infantiles como si una niña los hubiera hecho y otros eran un poco más buenos, aunque intentaban representar cosas divertidas. Creando con la luz que la caverna pareciera más divertida y acogedora que simple roca.

— Enseguida os prepararé el té — Les diría ofreciendo asiento.

Yuta tomaría de unas cajas más pequeñas que estaban apiladas como estantes, dos bolsas. Una era una cantimplora con agua, con la que rellenaría la olla del centro, y en la otra había algunas hierbas que claramente habían sido cosechadas a mano, las cuales envolvería en un trapo para que no se escaparan y sumergiría en el agua. Para posteriormente encender el fuego con unas cerillas, calentando el agua y haciendo el té.

— ¿Y ustedes de qué se conocen? — Les preguntaría con una sonrisa.

La chica quería aprovechar ese momento para conocer un poco más de sus salvadores, dado que en esos momentos los admiraba profundamente y les debía la vida. Quería saber todo de ellos. Mientras preparaba las tazas, agrietadas, donde serviría el té.
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Si había algo en lo que el Uchiha ocupaba la mayor parte de su tiempo y la razón por la cual no se encontraba cerca ni de su familia ni de su Sensei, era porqué se encontraba realizando misiones, ya fuera que la misión sea para Konohagakure o no, el siempre estaba al servicio. En cada misión ganaba experiencia y fuerza, y conocía a mucha gente diferente en todo, además de los múltiples lugares que ya conocía, el tipo parecía un viajero con tanto lugar que había pisado y como un extra, también recibía algo de dinero por su trabajo, y claro, desde que empezó a ganar aun más dinero y que sus gastos eran los mismos de siempre, normalmente traía la billetera llena, no es que fuera un millonario o cosas así pero vamos, el tipo podría costearse algo bonito del Mercado Negro si quisiera con el dinero que ya tenía y sí, la pelirroja lo sabía de antemano y ahora proponía visitar un restaurante en el nivel medio de Iwagakure, un restaurante que por la sonrisa sádica de Akami, parecía algo caro

-¿Un Restaurante?... ¡Claro!... ¡Porqué no! -

Estaba claro, el Uchiha estaba nervioso, quien sabe cuanto dinero tendría que desembolsar para pagar una cuenta en aquel restaurante pero ahí estaba la pequeña Onikuma para salvar la cartera de Kin, al menos por un rato más, invitando a ambos a tomar una taza de Té a su casa antes de hacerle una visita al restaurante, algo que Kin agradeció enormemente en sus pensamientos. Sin perder más tiempo, el Uchiha tomaría la mano de la pelirroja con fuerza y saldría corriendo a velocidad siguiendo las instrucciones de Yuta

- Bueno, entonces ¡Juguemos a la familia súper feliz! -

El camino no fue muy largo pues la casa de Yuta se encontraba convenientemente en el mismo nivel de Iwa en el que estaban, pero al llegar Kin notaría que no era el mejor hogar, apartado totalmente de toda la civilización y oculto a los demás, era casi como una cueva pero eso a Yuta parecía no importarle pues ella seguía igual de animada al bajarse de la espalda de Kin para dirigir el camino hacia la “puerta de su hogar”. Kin soltaría la mano de Akami y seguiría a Yuta y haría una pequeña reverencia antes de ingresar a su peculiar hogar. Por dentro, la casa no era tan espaciosa pero eso sí, muy bien arreglada, el Uchiha tomaría asiento y esperaría a que Yuta regresara con el Té

(Y yo que me quejaba de mi casa… ahora estoy agradecido pero de algo estoy seguro… Yuta no tiene porqué vivir aquí…)

- Pues sí, conozco a Akami desde hace ya bastante tiempo, la conocí de una forma… peculiar… en mi Aldea natal, Konohagakure -

Respondería Kin a la interrogante de la Onikuma mientras esperaba, sentado, a que se le entregara aquella prometida, taza de Té. Recordando la forma tan rara en la que conoció a la pelirroja. ¿Los Rebeldes o el Imperio? Y luego un combate en el que simplemente recibió una paliza por parte de Akami
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