[Evento] ¡Feliz Navidad!
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Última modificación: 29-12-2023, 01:21 AM por Namida.
[Imagen: Sin_arbol.jpg?ex=65932c30&is=6580b730&hm...ormat=webp]

El árbol de Navidad, imponente en su esplendor, se yergue alto, frondoso, deslumbrante. Sus ramas de pino están cuidadosamente vestidas con guirnaldas rojas, envueltas en luces parpadeantes que lo recorren de arriba a abajo. Cuelgan por doquier relucientes ornamentos navideños; cintas y moños, bolas de distintos colores y motivos, y hasta nostálgicas decoraciones hechas a mano. En la punta resplandece una gran estrella, que destaca como el faro de la celebración irradiando su cálida luz. Pero lo mejor de todo, sin duda, se encuentra a los pies del gran árbol. Bajo sus ramas tupidas se amontonan regalos envueltos con esmero en papeles vistosos, todos de diferentes formas y tamaños, todos esperando pacientemente por ser abiertos, dispuestos allí para que las personas puedan acercarse y tomar uno. Ese día, ningún shinobi o kunoichi se quedaría sin obsequio.


 
¡Atención, estimados usuarios!

La Navidad llegó a Shinobi Gaiden y en estas fiestas no queremos que nadie se quede sin regalo, por eso ¡este año hay obsequios para todos! ❤️

En este tema podrán rolear brevemente como sus personajes se acercan al árbol y reciben un regalo, y también podrán revelar su contenido misterioso utilizando el código [regalo_navidad ] (sin el espacio al final). 

Recuerden que solo se puede coger un (1) regalo por personaje, por ende aquellos que tengan más de una cuenta deberán postear con cada uno de sus personajes. Habrá tiempo para reclamar regalos hasta el final del evento, el 31 de enero de 2024. 

¡Desde el Staff, le deseamos a todos Felices Fiestas!
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Riku Ashira se acerca tranquilamente al árbol de navidad, que estaba iluminado de forma muy bonita, y sus adornos brillaban suavemente en la oscura y fría noche navideña.
Riku Ashira va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Última modificación: 25-12-2023, 11:56 PM por Shin.
Había llegado a oídos de Shin que aquel año era especial, pues todos los shinobi tendrían un regalo con motivo de celebración de aquellas festividades. Había sido una iniciativa inesperada, pero estaba completamente convencido de que sería recibida de buen modo por todos aquellos que fuesen conocedores de la noticia.

El árbol era impresionante. Hacía mucho tiempo que no veía una decoración realizada con tanto esmero. Daba la impresión de que se habían dejado una gran cantidad de dinero en ser ostentosos y demostrar de que pasta estaban hechos, no obstante, ¿a quién no le gustaría fardar de poderío económico a la vez que se ganaba el aplauso del público? Observó los paquetes de diferentes colores y tamaños que estaban alrededor del tronco, reparando la presencia de un misterioso paquete de color negro, con el lazo de color plateado. Lo tomó entre sus dedos y se marchó, no sin antes soltar unas palabras al aire.

Muchas gracias por el aguinaldo. 

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Shin va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Toji camina desnudo por las calles hasta llegar a una plaza donde en el centro se encuentra un arbol gigante de navidad repleto de luces y colores junto a una montaña de regalos. Una señora le agarra el paquete e intenta llevarselo pero Toji le dice: — No señora ese no es un regalo de navidad. — Pero la señora no queria soltarlo y jalaba del mismo, al final Toji tuvo que sacarsela de encima 

[Imagen: ae91b41dd9c3f799f4d59c839de0bec766f221fe.gifv]

Luego de sacarsela de encima tomo uno de los paquetes y lo abrio. Acto seguido sonrio y se fue de alli para no volver hasta el año que viene.
Toji Zennin va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Narro - Hablo - Pienso
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Última modificación: 26-12-2023, 12:18 AM por Ichimonji Hachigen.
―¡Jo, jo, jo! ―exclamó Ichimonji ante la enternecedora y espectacular vista que era el esplenderoso e imponente árbol navideño que se levantaba poderoso. Pero lo que realmente llamaba la atención del monumental hombre eran los regalos acumulados a los pies del árbol. ―¡Finalmente se me reconoce y premia con todos estos regalos! ¡Parece que la gente no es tan tonta como yo pensaba! ¡Jo, jo, jo!

―D-Disculpe señor, solo se puede reclamar un regalo por persona...

―¿Eh? Oh...

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Gojo disfrutaba del evento navideño visitando los locales de la ciudad, hasta que decidio pasarse por la plaza central donde le esperaba un enorme arbol de navidad lleno de regalos. Alli simplemente se limito a ver como una anciana acosaba a un hombre desnudo, luego este se encargo de ella, tomo un regalo y se marcho. Gojo simplemente se encogió de hombros pues no iba a entrometerse, a ver si ese depravado le apuñalaba repetidas veces hasta dejarlo tirado en el suelo... En fin como uno mas del monton Gojo se limito a tomar un regalo y seguir su camino.



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Juri observaba todo el espectaculo desde lo alto del arbol navideño colgada como King Kong en aquel rascacielo, observaba como el resto de pobres diablos tomaban un regalo para si mismos, malditos egoistas ¿No pensaban darle ningun regalo a sus cercanos? Pero Juri no era asi no señor, ella era muy caritativa, por ello tomo tantos regalos como pudo e intento llevarselos todos, pero un guardia la freno en seco, no se iba a tragar el cuento de la caridad por lo que Juri le sonrio amigablemente y salio huyendo de alli. Al final todos los regalos se le cayeron en el camino excepto uno. El proximo año sera Juri.... el proximo año sera.


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Kaizen se acerco al arbol, se limito a tomar un regalo y marcharse, cualquiera que se interpusiese en su camino lo empujaria violentamente sea quien sea, eso o le cortaria la cabeza.


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No era su fecha favorita. Pero aún así, trataba de pasar una buena noche en solitario. Sentado, bajo la luz de la luna asando a un pato. El movimiento de los mercaderes y demás gentes en la localización captaron la atención del misterioso hombre cuyas artes culinarias no están para nada mal — Le falta algo... ¿Hmmm? ¿A dónde van todos? — Mordería un trozo de carne para soltar un escupitajo hacia un lado — No me sirve de mucho ser un buen cazador, si no se cocinar. — 

Una gran fuente de luz iluminó los ojos del albino, aquel que fue invadido por la curiosidad, y de lada, dos alas de cuervo brotaron desde su espalda. Él se alzó en vuelo en marcha hacia aquel gran árbol para descender grácil y adelantarsele a varios — A ustedes aún le quedan varios años para recibir regalos. Si me disculpan... —

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[Imagen: sephiroth.gif]
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Andaría por allí sabiendo que miembros de la organización estarían cerca, simplemente no le interesaba el regalo, quería irse a su antigua casa y visitar a su hermano y esposa un momento en aquellas tumbas pero primero debía traer algo útil como tributo, en cuanto llego vio a Toji a unos pocos metros de el completamente desnudo lo que hizo que Senshi le mirara a la cara. -Toji cuando te dije que podías venir al natural no me refería a esto-. Dijo mientras se iba viendo como una anciana acosadora se quedaba con el Zennin.

Tomaría su regalo, abriría la caja un poco y vería el regalo, con la intención de posteriormente retirarse sin nada más que decir.

Senshi va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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La kunoichi había perdido a su hermano gemelo por culpa de sus actos desmedidos y por jugar con su suerte pero en vez de tirarse en el abismo de la desesperación Aiko trataba de vivir más para el día que se encuentre con su querío hermano pueda contarle su vida y talvez reír juntos nuevamente.

[Imagen: YXHxZlP.jpeg]

Aiko vestía ropajes negro y blanco con algunas correas dónde cargaba sus katanas también un capa negra con peluche en el cuello con capucha, ella festejaba con sus compañeros pero aquel árbol de navidad llamo su atención.

Rápidamente la Kunoichi de lentes se arrodilló frente a los obsequios levantó uno regalos y lo sacudió como si de una niña se tratara, rápidamente cambio de caja sacudiendolo tratando de adivinar su contenido pero al final escogió uno azul recordando a su hermano -Me llevaré este- respondió la joven para luego abrirlo.

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''¡Hey, Sayuri, rápido!'' Gritaba Hana desde fuera del departamento, algo testaruda, la verdad. Le he dicho mil veces que podía esperar dentro mientras me cambiaba, pero la muy terca siempre se quedaba afuera, esperando a que terminara de alistarme.

''¡Ya voy, un segundo, te lo prometo!'' Le respondí también a gritos. La Navidad estaba a la vuelta de la esquina, esa época del año en la que todo el mundo es feliz y los seres queridos se reúnen en celebraciones y demás. Por un momento, recordé cómo eran mis días antes de ingresar a la academia y convertirme en una shinobi. En la residencia con mis padres, mi madre preparaba todo y adornaba la casa para el gran día, mientras que mi padre, casi siempre fuera cumpliendo misiones, llegaba justo a tiempo para la comida. Esos eran días del pasado que extrañaba, pero sabía que debía centrarme en el futuro y en cómo encontrarlos.

Recorrimos las calles de la aldea, ahora cubiertas de blanco por la nieve que caía en grandes copos. La noticia se extendió por todas partes y era conocido por casi todos que habían colocado un enorme árbol en la plaza principal de la villa, así que no lo dudamos y corrimos en esa dirección. Y sí, era gigantesco. Pero aún más enormes eran los regalos dispuestos bajo sus ramas, una cantidad casi infinita. Creo que incluso podríamos agarrar más de dos cada una y aun así sobraría para todos los aldeanos.

Hana y yo agarramos nuestras respectivas cajas de regalos; la suya era más grande y pesada, abusando como siempre. Sin embargo, el espíritu navideño y la emoción de compartir este momento especial con una amiga me llenaban de alegría. Juntas, nos dirigimos hacia el bullicio de la plaza, donde la aldea celebraba la temporada festiva con luces brillantes y risas contagiosas.

Sayuri va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Pasivas
[Imagen: uaGWsi6.png]
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Ryota observó detenidamente aquel enorme árbol. Le causaba curiosidad como un pino adornado con luces y colores pudiese llamar la atención de tanta gente, aunque en cierto modo podía comprender el por qué: Era un espectáculo maravilloso. Era como si el árbol pudiese hipnotizar a cualquiera que lo viese. Era como si el árbol estuviese llamándolo a él.

- ¡Por aquí, joven! - se escuchó exclamar a una amable jovencita, quien hacia un gesto con su diestra invitando al ninja a que se acercara. Ryota miró hacia los lados pensando que no era a él, pero cuando miró a la chica y se apuntó a sí mismo con el índice, vio que ella asintió con amabilidad, por lo que decidió acercarse con curiosidad. - Venga joven, acérquese al árbol y tome un regalo - le indicó al albino.

Ryota la quedó mirando con un rostro curioso. La chica dejó caer una gota de sudor por su sien, extrañada de no ver reacción alguna del muchacho, hasta que finalmente inclinó la cabeza un poco hacia la izquierda como un niño pequeño que no entiende que le están diciendo. - ¿De verdad puedo? - preguntó el chico.

- Cla-Claro que si. Hay regalos para todos en el árbol, no se quede sin el suyo - respondió ella con la misma amabilidad, pero también muy curiosa por la extraña personalidad del chico.

- Oh... Bueno, si de verdad hay regalos para todos, supongo que no está mal tomar uno - comentó Ryota con tranquilidad, dirigiéndose al árbol para tomar un regalo al azar. Pudo notar que había un niño pequeño que lo observaba tímidamente desde la distancia, escondido tras su madre. El joven lo vio con curiosidad durante un par de segundos, hasta que al final le dedicó una hermosa sonrisa que iluminó los ojos del chiquillo. Ryota se dirigió hacia el niño y le dio el regalo que había tomado, causando que tanto la madre como la chica que se había encontrado antes esbozaran una sonrisa de ternura. La segunda entonces tomó un regalo del árbol y lo ofreció a Ryota.

- ¿Mmm? Pero yo ya tomé el mío - dijo el albino con algo de sorpresa.

- Dije que habían regalos para todos ¿No? No puedes irte sin el tuyo -

Ryota no reaccionó de buenas a primeras, se quedó pasmado durante un par de segundos hasta que la chica puso el regalo en sus manos. Ambos se dedicaron una sonrisa.

Ryota Asano va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Las luces recubrían aquel árbol de forma majestuosa iluminando la fría noche de invierno mientras los copos de nieve se precipitaban encendiéndose en llamas de colores al ser bañados por la luz de aquella imponente figura que representaba la natividad. Un ostentoso tributo a las fiestas y en concreto a este periodo de paz y harmonía que se caracterizaba por la generosidad y el compartir con los demás. Aunque algunos no lo tenían del todo claro y solo eran unos acaparadores. 

Pero en eso no se fijaba la joven Yuta, la cual miraba con ojos incrédulos aquella belleza cautivadora que el tintineo de las luces junto al danzar de la nieve procesaban frente a sus ojos. No obstante aunque la estrella que coronaba aquel esplendido abeto era un faro digno de admirar por horas y horas, había un gran foco de atención al que se desviaba la mirada de la pequeña; y de más gente.

Se trataban de los regalos, aquellos presentes que se encontraban al pie del imponente guardián vegetal. Una cantidad considerable de ellos, pero solo uno aguardaba a cada uno de los presentes. Yuta tenia la vista fijada en uno muy concreto, era como que el mismo le llamaba. Su padre adoptivo le enseño a no ostentar ni acaparar, siguiendo las enseñanzas sintoístas, pero aquellos presentes no estaban siendo acaparados, estaban siendo ofrecidos y ese concretamente a ella. Y encima la emoción era doble, no solo era el día de Navidad para la chica, hoy tambien era su cumpleaños. Así que no pudo evitar avanzar hacia ese regalo, como si todo su entorno se desdibujara a su alrededor  quedando en un limbo blanco en el que solo existían ella, el árbol y ese regalo en concreto.

La chica tomaría la caja perfectamente envuelta entre sus manos con una sonrisa pura y sincera, mientras recordaba las palabras de su padre.

— El pasado es historia por eso debemos aprender de él, el futuro es un misterio por eso no debemos preocuparnos por él, pero el ahora es un regalo maravilloso, por eso se llama presente — Cita del Monje Depravado y mejor padre del mundo.

Shiga Yuta va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Desde hace tiempo que no salía Kenny por la aldea con su madre para disfrutar de las festividades, su madre Yui vestía una Yukata blanca con árboles de Sakura siendo una de las mujeres más elegantes del lugar o mínimo ante los ojos de Kenny era así.

El joven vestía ropas normales de invierno su madre lo invito a acercarse al árbol y escoger un regalo, sin perder el tiempo el muchacho tomo un obsequio para el y su madre, tenía que aprovechar el momento que pasaba con su madre y sentirse orgulloso de ser imperial porque algún día sería un anciano y estos momentos solo serán un recuerdo para el joven.

-cualquier cosa que me toque será bueno mamá, lo importante es pasar tiempo contigo-

Kenpachi Saruto va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Ukiso vería un árbol el cual estaba lleno de regalos, algo dentro de el quería ir a sacar uno, al ver como varias personas lo hacían algo dentro de el también hizo de que a la larga aquel espíritu navideño se hiciera mucho mas evidente y con una leve sonrisa se dirigía al árbol.

Ukiso al ver un regalo lo abriría con todas sus fuerzas para ver que era...

Ukiso va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Sora, después de un largo tiempo de observación en el tranquilo bosque, se encontró ante un árbol gigante adornado con una profusión de regalos. Cada uno de ellos era un testimonio de la generosidad y el respeto que flotaban en el aire. La escena era como un cuadro mágico, donde los colores brillantes de los envoltorios contrastaban con el verdor del follaje circundante.

El joven shinobi se aproximó al árbol con una calma serena, impregnada de respeto por el gesto compartido entre los presentes. La multitud que se congregaba bajo la sombra del árbol susurraba palabras de agradecimiento y compartía sonrisas cómplices, creando un ambiente cálido y acogedor.

Sora, entre la multitud, expresó su gratitud por el regalo con una reverencia respetuosa. Apreciaba el simbolismo de la ocasión y se dejaba llevar por el espíritu festivo que lo envolvía. Los obsequios, cuidadosamente dispuestos, eran como mensajes de buenos deseos, y la atmósfera reflejaba la unión de aquellos presentes en ese momento.

Al recibir su propio regalo, Sora lo sostenía entre las manos con delicadeza. La envoltura, adornada con motivos festivos, contenía la promesa de algo especial. La expectación brillaba en sus ojos mientras contemplaba el presente. Sin embargo, el contenido del paquete aún permanecía oculto, una incógnita que aguardaba su revelación.

En ese momento, el bullicio amistoso y los murmullos festivos se mezclaban en el aire, pero en el silencio interno de Sora, resonaba una profunda apreciación por la conexión compartida y los gestos amables.

Y, en un giro inesperado, después de sopesar la naturaleza significativa de su obsequio, Sora, sin decir palabra, se retiró del bullicio festivo. Su partida fue sutil, como una brisa que se desliza sin ser notada. Dejó atrás la escena alegre del árbol adornado y la multitud agradecida, llevándose consigo la esencia del regalo que ahora descansaba en sus manos. La razón de su retirada quedó suspendida en el aire, un enigma que solo él conocía, y caminó hacia la lejanía del bosque, llevando consigo la melancolía de lo insondable.

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Cuando Karai se enteró de que había un hombre desnudo y musculoso rondando por ahí, llegó corriendo. Agitada, se tomó un momento para reincorporarse y con la mirada recorrió el lugar. Había llegado tarde, pero una grata sorpresa la esperaba...

El gigantesco árbol se desbordaba de regalos, adornos y colores. La morena lo contempló por un momento, fascinada. Las luces parpadeantes se reflejaban en sus ojos de oro, que brillaban intensamente ante semejante despliegue deslumbrante. 

La morena se acercó al árbol y una amable jovencita la recibió poniendo un paquete en sus manos. Una sonrisa le surcó el rostro, de oreja a oreja. Era su primera Navidad en soledad, y, en realidad, era también la primera vez que tenía oportunidad de celebrar las fiestas con absoluta libertad. Agradeció el gesto y se apresuró a retirarse para seguir buscando al hombre desnudo darle lugar a otras personas, y mientras caminaba comenzó a deshacer el lazo que envolvía su regalo. Estaba impaciente por descubrir lo que contenía.

Karai va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
Carbón. Por portarse muy mal y solo hacerle caso a la Karai diablita.
¡Por suerte, la Karai angelical recibe 1 Boleto para el Sorteo y 5000 Ryos! ¡Feliz Navidad!
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Era finalmente su día de descanso tras tanto laburar, no podía permitirse llegar a overtime, no valía la pena. Prefería ir a su casa y ponerse a escribir su próxima novela: "El Rubio y la Morena en aguas calientes". Pero no rechazaría la oportunidad al verse frente a un árbol de navidad con un montón de regalos.

Caminaría hacia el árbol, un poco dudoso de si verdad los regalos eran gratis. No quería robar a nadie, pero al acercarse al árbol y coger un regalo, nadie le diría nada. Miraría a los lados, desconfiado. Al parecer esto puedo hacerlo. No está mal. Se retiraría del lugar con una mueca que simulaba ser una pequeña sonrisa, podía apreciar la generosidad de quién fuese le hubiera brindado ese regalo.

Espero sea una nueva corbata.

Yagami va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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Luego de una larga caminata, finalmente el joven Uchiha se había encontrado frente a frente con aquel imponente árbol, sus ramas envueltas con hermosas decoraciones como luces, esferas, entre otros adornos navideños. Obviamente, Kin no perdería la oportunidad de obtener algún regalo bajo las ramas de aquel hermoso árbol, parecía que Santa Claus si se había acordado de él...

Kin va al arbolito a buscar su regalo de navidad. Lo recoge, abre el lazo y lo destapa, y su regalo es...
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