Al ingresar al edificio luego de ser recibido por una jovencita en la entrada del establecimiento, Gojo observo a su alrededor, notando lo precario del lugar. Si esto fuera un juego diria que este era el primer nivel, las condiciones eran no solo precarias sino que no habia ningun tipo de interes en ser llamativo o atractivo de cara a querer conseguir clientes, de paso el dueño del sitio parecia que tenia tan mala predisposicion como su edificio ¿Acaso siquiera queria estar ahi? Quizas no, pero por algun motivo aun mantenia este lugar y a estas mujeres trabajando alli, que a diferencia de todo lo demas parecian la unica luz de alegria o al menos intentaban reflejar eso. En general todas eran bonitas, al menos con esa capa de maquillaje que llevaban encima, algunas mas agraciadas que otras pero Gojo no las juzgaba, no era el mejor ambiente donde vivir y desarrollarse, si estas mujeres querian un futuro como prostitutas debian apuntar al menos a la zona media o alta del barrio rojo.
"Tal vez estuvo de mas haberme cambiado de ropa... Tampoco me extraña que vengan sujetos conflictivos aqui." Pensaba en lo que era escoltado hacia donde se encontraban las señoritas, entre ellas pudo reconocer a Karai, Ohona y Nero.
Por su parte Kin tomo la iniciativa y eligio a Ohona como dama de compañia, era de esperarse considerando que veniamos con un objetivo en claro. Por otro lado Gojo levanto su mano derecha para señalar a Karai sin embargo esta en un momento abrupto se marcho a uno de los cuartos y se encerro alli, se la veia muy avergonzada pues portaba un atuendo mas que sugerente y revelador, de no ser por los lentes oscuros que Gojo llevaba encima se habria notado la lujuria con la que la miraba, no podia evitarlo si ya con su atuendo formal le habia impresionado, ahora ni se imaginan, ademas.... es un hombre.
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La elijo a ella. — Termino por decir refiriendose a Karai y soltando una risilla incomoda, para luego caminar hacia la habitacion donde Karai ahora ya estaria sentada en la cama. Mientras caminaba hacia alli Gojo intento relajarse, no debia dejarse llevar por todo esto. Si, era la primera vez que debia trabajar infiltrado en un burdel de mala muerte pero no debia perder la compostura por ello, era un shinobi profesional y debia actuar como tal. En comparacion con aquella mision que le envio al hospital este era un juego de niños.
Gojo entro en la habitacion, vio de reojo a Karai sentada en la cama, la notaba muy tensa mientras que el ahora estaba relajado, entonces Gojo cerro la puerta, suspiro y lanzo su mochila sobre un sillon que habia a un costado de la habitacion, asi como tambien lanzo habilmente sus lentes oscuros sobre una mesita de luz junto al sillon. —
Al fin, superamos la primera parte de la mision. — Comento de forma relajada y casual, parecia que se habia quitado un peso de encima, entonces se quito la chaqueta y la dejo tambien en el sillon y camino hacia la cama donde se recostaria dejandose caer justo al lado de Karai, llevando sus manos detras de la nuca sirviendo de soporte. —
No sabemos cuanto tiempo tomara hasta que lleguen esos sujetos y hagan sus cosas primero antes de empezar a causar problemas asique podemos relajarnos por ahora... — Le comento viendo desde su perspectiva la espalda descubierta de Karai, se notaba lo bien entrenada que estaba, era una mujer tonificada y fibrosa pero sin exagerar, con una porcion de grasa corporal justa y ubicada en los mejores lugares, parecia la obra de un artesano. De pronto Gojo se inclinaria hacia adelante quedando sentado junto a Karai, de hecho quedando bastante cerca de ella sin darse cuenta en el momento. —
Tu nombre era Karai ¿cierto? Dime ¿que quieres hacer mientras tanto? — Le pregunto con una sonrisa risueña mirandola a los ojos. Estaba dispuesto a conversar, jugar a las cartas, lo que sea realmente en ese momento, con tal de disfrutar del tiempo libre que tenia con ella. Por supuesto que en el fondo deseaba hacer otras cosas pero a pesar de que el ambiente acompañaba en todo sentido, quizas el contexto no era el mas adecuado ¿Pero quien era él para juzgar dicho contexto? Literalmente era su primera mision de ese tipo y siempre hay una primera vez para todo. Aun asi no contaba realmente con ello, de hecho daba por asumido que nada horny ocurriria.
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No te preocupes por el resto, si ocurre algo tanto Ohona como yo lo sabremos gracias a nuestro Byakugan. — Le comento, activando el mismo para vigilar todo el lugar, pero entonces de pronto su rostro palidecio, toda sonrisa se borro y mas bien parecia haber visto un fantasma. Claro, algo le tomo por sorpresa, un pequeño detallito que se le habia pasado en ese momento y debia haber tenido en cuenta para mentalizarse antes. Estaban en un burdel, casi todas las chicas estaban con algun cliente teniendo relaciones sexuales, incluso algunos gemido llegaban a oirse desde los pasillos hasta la propia habitacion, Gojo en cuanto activo su Byakugan lo vio TODO. Vio cada habitacion, cada rincon del edificio, cada mujer teniendo sexo con su o sus clientes (si, habian algunas que tenian mas de uno a la vez). Su cuerpo no tardo en reaccionar ante tal estimulo, su cara estaba roja como un tomate y en su pantalon comenzo a hacerse notar un bulto de tamaño muy considerable, firme y listo para la accion... o para estallar, era dificil discernir cual de las dos. De los nervios Gojo se puso de pie, no se habia percatado de su ereccion todavia, pero casi como un acto reflejo se volteo hacia Karai de los nervios y entonces la vio, ahora si la habia visto por completo. Una de las caracteristicas principales del Byakugan es la de ser capaz de atravesar su vision traspazando objetos, incluso seres vivos, son ojos que ven no solo dentro sino a traves de ti. Fue entonces que Gojo vio su cuerpo desnudo, cada pliegue, cada detalle de su ser, hasta podia saber lo nerviosa que ella estaba al ver literalmente como latia su corazon. Es cierto, no era la primera vez que Gojo veia una mujer desnuda, de hecho algo que callan los Hyugas es que el hecho de usar el Byakugan en sus vidas cotidianas hacen que vean practicamente a todo el mundo desnudo al usarlo, lo cual se terminan acostumbrando y incorporando como algo normal en sus vidas, pero precisamente por eso, sitios como este eran muy incomodos para el peliblanco, estar rodeado de gente teniendo sexo, pudiendo verlos a todos actuar a su alrededor, escucharlos a lo lejos y encima ver a una chica que le gusto desde el momento en que la conocio, desnuda cerca de él pero tambien vestida asi, en un sitio como este, era demasiado estimulo para un joven de dieciocho años en su primera mision de este tipo.
Gojo se quedo de piedra en mas de un sentido, su Byakugan se desactivo y alli estaba de pie frente a Karai rojo como un tomate y boquiabierto sin saber que decir, con su miembro super marcado bajo su pantalon que era indisimulable y lo sabia perfectamente. —
Ah....este....yo.... —