[Priv] Reencuentro después del pacto
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A lo lejos, poco a poco, las ruedas que un carruaje un tanto desgastado, se empezaron a sentir en las puertas de Konoha. Doce del mediodía, nadie más se acercaba, así que, los chicos que custodiaban la entrada de Konoha en ese horario, con caras somnolientas se dispusieron a tomar sus puestos. El carromato se detuvo a unos metros y de él, bajo una chica absolutamente hermosa, ellos, dada su edad, no reconocieron a la fémina, pero si que quedaron sin palabras en la boca.

Hizo una venia al conductor de aquel medio de transporte y posteriormente el hombre empezó a marcharse. Infló sus pulmones con algo de cansancio y posó sus orbes azules sobre los vigilantes del portón. Dio un medio giro, necesario para poder empezar a caminar en línea recta al puesto de control.

Parece peligrosa…— dijo uno de los dos por lo bajo al otro, mientras que Kaname, sin ningún tipo de expresión en el rostro se acercaba a ellos.

No pierdas los estribos, no demuestres lo tonto que eres tan rápido— replicó el otro sin poder evitar un leve sonrojo en sus mejillas. Entre tanto, la chica de cabello azabache había terminado por acercarse. —Bue…Buen día… CufCufCuf— tosió mientras su compañero veía el nerviosismo del otro.

Disculpe señorita, mi amigo es un estúpido ¿la podemos ayudar en algo?— dijo el primero sin un ápice de nervios, sin poder evitar sentirse intimidado por la chica.

Acto seguido, Kaname extendería lo que parecía ser su registro shinobi a la cara de los otros. Impactado, el chico que se atrevió a hablarle recibió el documento y empezó a buscar la última salida del chico.

Ka…Kaname Senju, hacía más de cinco años que no venías por acá…— se apresuró a actualizar el registro y posteriormente devolvió la identificación a la chica justo antes de dejarla pasar con un ademan en su diestra.

Gracias— sonrió y de inmediato, la sonrisa se borró de su cara al tiempo que caminaba al interior de la aldea. —Que cambiado está esto, no recordaba que fuera así…— suspiró mientras pensaba —No puede ser, mi local de dulces ya no está… Ni el de licor. ¿Y ese que me mira quien es?¿Querrá pelea?— los pensamientos iban y venían mientras sus pies se hacían paso por la calle principal de Konoha.

Pronto, y sin darse cuenta, la Senju habría llegado al bosque de la muerte atravesando la aldea de punta a punta. De repente, una nube de humo de la nada aparecería frente a ella.

Así que es cierto, ¡la enana ha vuelto!— dijo un chico de cabellos castaños pegado a la rama de un árbol boca abajo y viendo invertida a la fémina.

Esta enana no está para juegos, Mat, pronto iré a casa…— esbozó una sonrisa. Justo en ese entonces, el chico se abalanzó hacia ella y con un fuerte abrazo correspondido sonreiría —Me alegra que estés de regreso, te veo al rato.— Se despegó despacio, limpió sus lágrimas y acto seguido hizo un sello que lo haría desaparecer nuevamente dejando de nuevo, una estela de humo en su lugar.

…¿Tardarán en llegar?— pensó mientras se recostaba en uno de los árboles más grandes. En el mismo, sobre su cabeza, había tres letras: A-K-S. Aquel lugar parecía ser mucho más que un simple punto de encuentro. —Si, aquí prometimos vernos ve nuevo, aquí donde empezamos el camino ninja como jounnin de konoha… ¿Qué tanto habrán crecido? — continuó la conversación en sus adentros.
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-Y nos veremos en el arbol- Ese fue el ultimo mensaje que recibi de Kaname, una chica que ha estado en muchos momentos de mi vida, mujer con la que compartí equipo gennin  y libre buenas batallas. Fuimos un equipo muy bueno para la aldea y aun asi, hoy en dia, se que si nos unimos, seremos imparable los 3.  Para ese momento no se me único con un akimichi y un Nara porque notaron que mi forma de "trabajar" era diferente a lo que hace un Yamanaka normalmente, en mi caso, yo era una persona mas "frontal" que iba con estrategia y  de un modo mas asertivo que soporte.  

Estaba en mi hogar, arreglando todo para encontrarme con ella, aproveche el momento y me eche un poco de perfume - ¿En serio? ¿Perfume? - Preguntaba Albert - No tiene nada de malo oler bien- ¿Te gusta? ¿Esta buena? - No lo se, tengo mucho que no la veo, un dia se fue y me parece extraño que haya regresado pero me alegra tenerla - Baah, que aburrido, voy a ir solo para ver lo buena que puede estar - Igual no le vas a hacer nada - Ya empezó don aburrido- Si, don hormonal -  Una vez termine de arreglarme, sali de mi hogar y comence a caminar por la villa con pasos lentos, firmes, con la mirada al frente, saque un cigarrillo y lo lleve a mis labios, encendiendo este. 

Ya comenzaba a llegar al bosque y realmente me encontraba nervioso pero en mi rostro no se notaba dicha emoción. A lo lejos pude verla - ¿Es esa? - Creo que si - Hermano....Esta muy buena ¿Me decias que es senju? Porque ahora mismo me dieron unas ganas de ponerme como un roble para que me talle - Ya basta - Mientras me iba acercando, levante mi mano para saludar mientras el humo subía por mi mejilla,  la idea era que me reconociera aunque dudo que se haya podido olvidar de mi. 

Apenas llegue a ella, sin decir nada solo agarre mi cigarrillo con la zurda mientras la derecha iba a su frente para darle un "pat pat", una leve palmada - Lo único que no ha cambiado de ti es tu rostro - Mira esas tetas -Estás...Más ...¿Grande? - Mi mirada se mantuvo observando su rostro  sin necesidad de fijarme en su cuerpo aunque Albert quisiera. 

Moví mi rostro hacia un lado y vi aquel árbol con nuestras iniciales -A K S-  Dije en baja voz - No es normal que llegue tarde pero...De los 3, el fue el único que siguió el camino ninja, tu te fuiste y yo me quede atendiendo al clan.. A si... Soy lider de mi clan -Guiño el ojo-  No se que tanto puedo comentarte realmente -Suspiro y llevo mi cigarrillo a los labios- ¿Has llegado para quedarte? ¿O solo buscas un lugar donde siempre tuviste un espacio? 
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En medio de sus dudas, lograron pasar unos cuantos minutos. —Qué raro, normalmente Sakul es demasiado puntual…— continuó con sus disertaciones mientras que algo extraño empezaba a pasar por su mente. Lo cierto, era que lo primero sentía debía haber hecho, fue saludar a su familia. Sus padres, abuelos, tíos y primos hacía demasiado tiempo no la veían y aunque las cartas siempre llegaban a la familia por su parte, no suficiente para suplir la ausencia física. Sin embargo, aquello le habría tomado más tiempo y claro, la reunión, años después, había quedado pactada sin saber siquiera en que estaría cada uno de los integrantes del cuerpo jounnin.

Por otro lado, sentía que haber vuelto le generaba cierta tranquilidad. Algo dentro de sí le advertía del desorden en el que podía acabar inmersa, una especie de sexto sentido que le decía que todo podía cambiar en un abrir y cerrar de ojos. —No entiendo la sensación, debería estar cómoda, contenta, o por lo menos más relajada, pero no eso consigo…— volvía a replicarse en medio de la turbulencia mental que la atravesaba. —¿Habrá pasado algo con mi familia? — Su entrecejo se arrugó un poco al tiempo que sus ojos se cerraron por un instante para meditarlo.

Hecho esto un par de segundos, a lo lejos, por el norte y de frente a la chica, la figura del rubio se apareció, lentamente, con un cigarro en la boca y caminando hacia la pelinegra. Ella no cambiaría para nada su forma, ni su postura, hasta que Adan llegara, ella se quedaría ahí, nada más para verle desde el suelo. Lo primero, era el “pat pat” que en absoluto la molestó, de hecho, había cerrado sus ojos ambas veces y esbozando una sonrisa.

Claro que cambió mi rostro, ahora estoy más buena— le guiñó el ojo. Pero el rostro volvió a ponerse inexpresivo —Otra broma sobre mi estatura y empezaremos el entrenamiento sin Sakul— sentenció. Su seriedad, sin embargo, no duró demasiado. —Miento, pero sí, creo que estoy un poco más alta.— diría para apoyarse en el suelo con las manos y ponerse de pies. Al hacerlo, Adan podría ver que ella medía lo mismo que él, incluso un par de centímetros más, dado que usaba zapatos un poco más altos.

Por cierto, Sakul no suele ser impuntual salvo llegue contigo, ¿sabes algo de él?— ladeó la cabeza con la pregunta al tiempo que esbozaba una cara de preocupación, quizá evidente ante el desconocimiento. Definitivamente no haber estado cerca durante tanto tiempo ponía en crisis el conocimiento de las cosas de la Senju. Su derecha se pozó en la cintura y esperó “tranquila” la respuesta de Adán.
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Apenas dijo lo de "mas buena" de una vez alboroto a Albert - ¡Dile que de un vuelta! algo como Upsi, perdón, no se como mi mano llego hasta tu pierna e intento quitar tu pantalón pero ya que estamos aquí ¿Por que no nos desnudamos - De nuevo intentaba ignorar los pensamientos de Albert. Me mantuve con mi rostro nuestro mientras le escuchaba. Tenia razón con Sakul, no suele tardar, solo quería pensar que  se ha quedado dormido por mucho trabajo antes de pensar otra cosa. 

Fume otro poco y solté en humo en dirección contraria, sentía el ambiente tenso pero no quería asustarle -  Si.. Es raro que no haya llegado, la ultima vez que lo vi, me dijo que le habían asignado una misión "simple" y que en un par de días iba a regresar - Sakul me  había comentado eso ya hace varias semanas... Desde esa vez no lo habia visto mas - ¿Crees que aun le gustes? - Sakul tenia cierta atracción por Kaname, nunca lo dijo pero se notaba por como le miraba - No lo digo por que estes mas linda o mas fea, sino por la madurez que hemos tenido a lo largo de nuestra vida... Que triste seria que luego de mucho, a ti te guste Sakul y él por no quedar solo, forma una familia con alguien -Eran casos hipotéticos, claramente - Si Sakul tiene novia, mejor, es tuya, dile :mami dime papi, vamos no seas aburrido - Fume lo ultimo que quedaba de mi cigarro y suelto este el suelo para pisarlo y apagarlo por completo. Suelto el humo y me dispongo a hablar-  Y bueno Mam.. -Aclaro mi garganta- Maldito -Disculpa, Kaname... ¿Te quedaras?  aca en la aldea ¿Tienes algun plan?
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Escuchó la respuesta de Adan, había estado en piloto automático sin prestar atención a las cosas importantes dichas por el rubio, aunque claro, sabía de sobra que debía conversarlas. —¿Dos semanas… Tardando tanto?— arqueó su ceja en medio de sus pensamientos y suspiró un poco antes de verse interrumpida por las palabras de Adan.

¿Ah?— respondió emitiendo un sonido gracioso —Cierto…— su voz se tornó melancólica. —Capaz tengamos tiempo para hablar de eso luego, pero básicamente, las cosas se pusieron raras y… bueno, le dejé claro que lo nuestro no podía ser. Creo que no lo entendió del todo así que, se alejó—. Suspiró —Las cosas son y serán como deban ser, si tiene familia, mejor— sonrió.

Tengo pensado quedarme, si.— puso sus ojos hacia la aldea —Siento que, hay asuntos pendientes por resolver. Por cierto, eso de irme tiene que ver más con una misión en la que estaba, con reportar rebeldes y cosas de esas, ya sabes— comentó sin ánimos de hondar en el tema. —¿Y tú enserio eres líder de clan?— negó decepcionada —vamos de mal en peor— bromeaba, y esperaba que Adán lo supiera.

Nadie más que ella conocía el desarrollo del rubio y claro, confiaba en él más que nadie. —Yo debía hablar con el mío, me dijeron que es una rubia, capaz la conozcas.— comentó —A lo del espacio, deberé decir que… Si tienes un espacio para mí, me lo quedaré.— su mirada se afiló sobre el otro, sabía de sobra que sus ideas y las de Adan estaban alineadas.

Casi que al unísono con la última silaba pronunciada por la rubia, una estela de humo aparecería a unos dos metros a la derecha de ambos. —Por fin…— pensó la rubia mientras la figura de un jounnin, diferente a Sakul se dejaba ver.

Kaname, Adan-sama.— hizo una venia —Me han enviado con una noticia que lamento tener que darles.— bajó la cabeza y antes de continuar, carraspeó la garganta. —Sakul, ha sido dado de baja en misión. Lo lamento por ambos, sabíamos que eran buenos amigos. Si requieren más información, podrán dirigirse a la oficina que designó la misión y conocer más detalles. Perdonen ahora que deba ser tan contundente, pero tengo que avisarle a su familia, con permiso.— un sello bastó para que el chico desapareciera y els dejara solos.

Mientras, Kaname se había quedado quieta, sin siquiera poder decir nada. Su ser completo se enmudeció, nada más se quedó ahí, como en shock, al tiempo que lágrimas empezaban a bajar por sus mejillas y sus manos se empuñaban.
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A llegar el Jounin, sabia claramente varias cosas, primero, era un rebelde que estaba en la aldea "infiltrado", segundo no  es Sakul. Como Sencho he aprendido a diferenciar muy bien quien es y quien no parte de la "causa", Kaname sin necesidad de  que "hablara" mucho, es rebelde, lo se  tanto como se cuando se levanta de buen humor y cuando no, tercero son malas noticias ¿Como sabia esto ultimo? Era un presentimiento, uno el cual he vivido ya muchas veces... Algo que no me gustaba. 

Mi posición estuvo tranquila mientras que aquel sujeto se acercaba para darnos la noticia y hacer del momento, el mas impactando hasta ahora. Cerré mis ojos  y cogí aire, mucho aire y cerré los ojos. Ya estaba comenzando a acostumbrarme a estas noticias ¿Me dolía? Si, mucho pero ya mis lagrimas poco a poco iba desaparecieron. Albert quien estaba haciendo bromas se mantuvo en silencio. 

Luego de unos segundo en silencio, lo mejor era "irnos" de ese lugar, no era momento. Con total autoridad y ser dominante, agarre la mano de Kaname  y tras un destello aparecimos en otro lugar, había utilizado mi hiraishin para irme de ese lugar y llegar hasta mi hogar, como lider Yamanaka, mi casa tenia un campo "extenso" donde había flores y habitaban diferentes aves por mi pacto con dicho animal -Kaname - Dije en baja voz mientras que le ayudaba a tomar asiento en el suelo, sin soltar su mano...  -Yo... -Suspire de nuevo y solo cerre los ojos, haciendo que esta vez saliera una lagrima de mi ojo izquierdo mientras le soltaba lentamente. 

Ella iba a poder notar el olor  a flores y  la tranquilidad que daba aquel campo floreado. Al fondo se podía ver mi hogar. Tal vez no era momento de conversarle lo de Bishamon pues un golpe como el que hemos recibido es suficiente para que ya sean dos. Me quede ahi en silencio con ella, manteniendo la cercanía.  -Solo nos tenemos el uno al otro... - Si ella se fijaba, iba a notar que en el medio de nosotros hay una Kunai clavada en el suelo con  un mago de madera con el sello del hiraishin-
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:::: FlashBack ::::

¡Vamos, rápido! Ya van a decir los nombres de los equipos— decía Kaname mientras tiraba de la mano a Sakul y a Adan. Desde antes de la formación, los tres siempre había sido muy unido y en parte, aquella había sido la razón por la que no lo habían emparejado con un Uchiha, a sabiendas de la combinación y el desarrollo que podrían tener una Senju, un Sarutobi y un Uchiha.

Finalmente, el equipo número 10 estará conformado por Senju, Kaname; Saturobi, Sakul y…— La fémina apretó la mano de su amigo. —Yamanaka, Adán— de inmediato, los tres empezaron con regocijo lo que sería un nuevo equipo de gennins. —Esperamos esta nueva etapa sea de mucho aprendizaje para todos. En breve serán asignados sus jounnin a cargo, o como los conocemos, Sensei’s.

Ha sido como lo esperábamos, seremos el mejor equipo de gennin que haya visto la hoja, lo sé.— grito en medio de la emoción la Senju mientras casi que saltaban de contento. Luego de ese momento, la amistad de los chicos se forjó tanto y tan bien, que había sido imposible dividirles.

:::: Fin FlaskBack ::::

Su desasosiego se transformó en llanto y en ese mismo instante, Kaname tomó con su diestra la espada amarrada en la izquierda de su cintura. La zurda sirvió de soporte para impedir que la funda se moviera y la derecha desenvainó antes de que Adan la tocara, moviendo su brazo con un movimiento circular completo, haciendo que su espada realizara un corte vertical tachando la letra S, de Sakul, tachada en el árbol.

Justo en ese momento, en nada, el paisaje había cambiado por completo. El olor nauseabundo a muerte y a desesperación se difuminó en el aire, al tiempo que un nuevo aroma dulce inundaba las fauces nasales de la Senju. Su cara se quedó impactada al ver la belleza del jardín. Su derecha aún sujetaba la espada y esta apuntaba hacia abajo sin hacer daño a ninguna de las flores.

El hecho de sentir que Adan la llamaba la trajo de regreso. Sus ojos se abrieron y giró a verle. Seguiría callada nada más sintiendo como él la ayudaba a sentarse, no sin antes enfundar su espada. Tragó saliva con esfuerzo mientras se dejaba llevar al piso. Le miró llorar y entonces supo del dolor del otro. Apretó su mano con fuerza justo antes de volver a tragar con esfuerzo.

…¿A esto volví?...— dijo clavando su mirada en el kunai mientras sus lágrimas seguían bajando por sus mejillas. —¿A sufrir, a sentir la desesperación? Este mundo jamás va a cambiar ¿cierto?— un respiro hacia dentro serviría para limpiar sus vías respiratorias. —Somos shinobi, para eso fuimos hechos, pero te diré algo… Tenemos que averiguar que pasó y si es posible… Vengar la muerte de Sakul.— Sentenció con un tono de voz diferente.
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-Últimamente tu agenda de muertes por vengar esta full - Comento Albert por nuestra mente mientras que yo solo observaba a Kaname, ella me quito la palabra de la boca pues justamente iba a comentarle eso: Somos Shinobis  y lamentablemente ese era nuestro mundo, para que iba a repetirle lo que ella ya "sabe"? Claro. 

Seque mi lagrima con un suspiro que acompaño mi gesto - Era Sarotubi...  Nunca supo diferenciar entre el imperio y la Aldea y eso lo unifico a ser leal a una voluntad que no es la que estamos acostumbrados - Con lentitud limpie mi vestimenta y camine hasta una mesa que estaba ahí en el jardín,  en este había una tetera la cual tenia un té de manzanilla, té que me ayudaba a relajarme. Serví dos tazas y  de nuevo me acerque a ella para entregarle una. 

Con mi izquierda hice y la entrega y con la derecha agarre su mentón con delicadeza, utilizando solo mi dedo índice y mi dedo pulgar, subí su rostro lentamente para que me observara, creando así una conexión entre ella y yo por medio de nuestras mirada - El mundo shinobi es así, es verdad pero ahora mismo nos tenemos el uno al otro - Fui bajando mi posición hasta quedar de cuclillas  al frente de ella, manteniendo una corta distancia. Mi pulgar diestro limpiaba la lagrima de sus ojos - Y nos cuidaremos el uno al otro como el equipo que siempre hemos sido y siempre seremos - Ella podía notar mis ojos aun "aguados" pero las lagrimas no caían.

Lentamente mi mano izquierda se poso en su rodilla mientras mi derecha agarraba su hombro- Yo no dejare que nada te pase Kaname, de nosotros, Sakul era un hombre duro de tumbar, fuerte  y firme, siempre pensó en defendernos sin importar lo que pasara... Mantendremos vivos su legado, vengaremos su muerte y seguiremos unidos... -En estos momentos, me tocaba ser alguien duro y no es que lo sea antes pero no podia drenar como lo hacia ella, debia ser la cabeza centrar-
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Seguía sintiendo como un río de emociones estaba desbordado por dentro. Tanta rabia, tanto resentimiento, desconsuelo. Era simplemente imposible hacer a un lado esos sentimientos, además que eran tantos que no podía solo enfocarse en uno. Sin embargo, la Senju poco a poco iría agarrando tranquilidad, la misma que a pesar de sus lágrimas, desprendía Adan. Este, había dicho unas palabras alusivas al amigo que tenían en común y posteriormente se había alejado hacia una mesa que estaba en el jardín.

Lo vio regresar con un par de tazas y de inmediato pensó en café o té. Tomó la taza y acto seguido se dejó llevar despacio por las acciones del Yamanaka. Su derecha la había tomado del mentón haciendo que le mirara, aún entre lágrimas. Afirmó despacio como puso sin soltarse del amarre de la mano de quien parecía mayor. Las palabras del chico, pese a intentar darle fuerzas, lo que conseguían era que el mar de lágrimas volviera a surgir deslizándose por las mejillas calientes de la pelinegra.

Deberíamos ir a su casa, capaz allá les venga bien vernos— se mientió.

No les haría bien, de hecho, ellos dos serían vivo retrato del hijo, del sobrino, del primo, del ser amado que ya no estaba. Sin embargo, era la mejor de las opciones. Aunque doliera, si de verdad eran sus amigos, debían estar allí, acompañando en dolor de la familia que hasta hacía un par de semanas le había tenido.

Nos hará bien, podremos despedirnos

Comentó Kaname mientras buscaba beber un sorbo de la taza que le había entregado Adan. Aquello sí que le tranquilizaría, sentía como todo su cuerpo se desarmaba del estrés que había podido tomar. Y entonces hizo un movimiento leve, como de alguien que va a ponerse de pies, nada más para que Adan le diera el espacio y de ser posible, la ayudara a quedar firme frente a él.

No tenemos mucho tiempo que perder…— sentenció antes de pasarse la mano por la cara y limpiarse un poco.
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Última modificación: 30-09-2023, 06:11 PM por Adan Yamanaka.
Kaname tenia razon, por ese motivo, solo afirme con el rostro mientras comenzaba a colocarme firme - Debemos vestirnos para la ocasion Kaname, ven, pasa a la casa - Le dije mientras caminaba ya hacia la entrada del hogar- Me acomodare y luego buscaremos algo que puedas ponerte... Dudo que tengas  en tu maleta alguna vestimenta para el luto - Abri la puerta y espere a que ella pasara. Ya estando adentro, comence a quitarme la ropa, empezado por mi prenda superior.  No me incomodaba "desnudarme" frente a ella pues como compañeros de equipo, muchas veces por X o Y motivo, tuvimos que ver "mas" que eso debido a las batallas o misiones que atravesamos donde nuestra vestimenta no fue lo suficientemente resistente para no ser "rasgada"

En mi abdomen había una venda la cual tapaba mi herida, esa herida que ya estaba por terminar de cerrar, la herida que me hizo "ser" sencho. Con mi torso desnudo, pase a mi habitación, la principal, un cuarto grande.  Ahi adentro me termine de desvestir, quedando en ropa interior y comenzando a colocarme una vestimenta totalmente negra, para ser específicos, un Kimono negro con el logo del clan Yamanaka en la espalda.  Si ella queria "observar" lo podia hacer pues tenia la puerta abierta. 

Una vez listo, sali de la habitación y me puse al frente de ella - Yo estoy listo ¿Buscamos algo para ti? - Si ella observaba alrededor, iba a notar que el lugar era "muy familiar" mas de lo que normalmente lograba demostrar ¿Por que? Porque este hogar fue "creado" por mis familiares, incluso, había fotos de personas que no conocía. También había una que otra de cuando eramos genins.
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Lo primero que hizo fue afirmar a las palabras del Yamanaka. Claro, debían ponerse ropa adecuada para la situación por lo que siguió los pasos del rubio mientras su mente deambulaba entre recuerdos y momentos del presente una y otra vez. Volvió en sí cuando Adan le habló de nuevo.

Tienes razón, mucho de eso no tengo…— o meditó un momento.

El rubio había empezado a quitarse la ropa sin esperar mucho más, seguía notando su entrenamiento como siempre lo había hecho.

Por lo menos sigues constante con el ejercicio— bromeó para romper el silencio. —Adán ¿qué ha sido de ti por este tiempo?¿En qué cosas estuviste metido? — indagó un poco más centrada —Si van tras de ti, quiero saberlo…— comentó con cierta melancolía. Lo último que quería que el que ahora era su mejor amigo, sufriera sin que ella pudiera hacer nada. —Esa herida, por ejemplo, es reciente, ¿no? — digo sin poder evitar levantar un poco la ceja.

No lo había notado antes, realmente. Había estado tan ensimismada en los peligros que podrían atravesar a Adán, y que ella desconocía, aunados a la tristeza por la pérdida de su amigo, que pasó desapercibido los detalles del lugar en el que estaban, pero entonces dio con ellos uno a uno.

No lo había pensado, esta casa… ¿Quiénes han vivido aquí antes? — mencionó con cierta tranquilidad viendo la cantidad de cosas que podía haber ahí de distintas personas y entre ellas… Una, de ellos tres, en una de las primeras misiones que tuvieron como equipo. —Ha pasado demasiado tiempo…— masculló.
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Una vez me termine de vestir, escuche todo lo que tuvo que decirme, sus dudas, incertidumbres. Di un suspiro mientras iba a otra habitación, dejándola sola en donde estábamos antes - Veras -Dije desde aquella zona - Muchas cosas han pasado últimamente, tanto para ti como para mi - Regreso a ella con un vestido negro - Ten - Le dije mientras estiro mi mano para darle la vestimenta-  Esta casa...Es la casa de mi familia, de mi abuelo, de mi madre y padre y mía - Le doy la espalda para que se vista mientras continuo hablando - Claramente eres una de las pocas personas, por no decir la única, en la que confió... Esta herida fue en mi pelea por el puesto de Sencho y eso te dará respuesta a la siguiente:  ¿Por que no estan acá mis familiares? He decidido que lo mejor es que esten afuera por un tiempo mientras todo se va controlando por la zona, he tomado el liderazgo de los Yamanaka, puesto que tuvo mi abuelo antes - Dudo que Kaname se molestara si volteaba a verle pero aun asi, somos personas ya adultas, nuestras hormonas son diferentes y aunque estamos en un momento donde no se debe sexualizar, de igual forma el cuerpo de una mujer siempre podrá ser un punto diferente. 

-Sencho  rebelde claramente - Dije en baja voz mientras me cruzaba de brazos- Nadie sabe de ese puesto, solo los rebeldes del fuego y ahora tu - Cierro los ojos mientras sigo esperando - Por eso esta casa esta sola, donde vivo yo solamente por ahora - Decido ir a la cocina, dejando a Kaname sola. Caliento algo de agua para hacer una infusión que pueda  calmarnos un poco, aunque estábamos tranquilos, de igual forma lo mejor era mantenernos asi y ese té iba a ayudarnos para lo  que ibamos a ver: El funeral - Ese vestido es de mi madre... Espero te quede pues... Ella no tiene tu cuerpo por razones obvias: Ella no es ninja - Me concentro en la cocina - Tan solo espero que no lo dañe...O que mas que verse de luto, se vea como si fuera a conquistar a un hombre con mucho dinero - ¿Que tal tu viaje? ¿Tu vida? ¿Hay algo nuevo que te guste? ¿Algo que no sepa?
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Adan llamó de inmediato su atención, desde que salió vestido. El color negro en las personas blancas era algo que siempre iba a resaltar y él, con el pasar de los años efectivamente había madurado. Adan lo era, desde antes, pero algo en él había cambiado, era un chico mucho más centrado, mucho más maduro, por imposible que fuera.

Ante la sensación de que el tiempo había pasado, la Senju solo bajó su mirada y la clavó en el piso. Sentía demasiado cierto aquello, se habían alejado y ahora, un sinfín de historias, de vivencias y de sucesos los separaban. Nada que con el tiempo no pudiera recuperarse, pero no iba a ser igual. No eran los niños que fueron de gennin, ni los adolescentes que fueron de chunnin. Ahora eran jounnins experimentados y con más de una responsabilidad encima. Suspiró.

Recibió la ropa al tiempo que recibía los cambios en la vida de Adán como bofetadas una tras otra. Los Sencho eran personas importantes, influyentes, aquello la había movido porque ser la única persona en la que confiaba no era sorpresa. Lo otro es que, ¿ahora era líder del clan Yamanaka y todos estaban fuera mientras… se calmaban las cosas? —¿Qué quiere decir eso?— pensó mientras su mirada afilada se posó sobre el rubio.

Se puso de pies y caminó unos cuantos pasos antes de empezar a quitarse las partes de la ropa de samurai que solía llevar. Con la misma naturalidad con la que él se había desvestido, Kaname se iba a desvestir. No había nada ahí, salvo la parte más íntima, que ellos no se hubieran visto, así que, como si nada, dejó ver sus bragas y su brasier negro, con lo único con lo que se quedaría antes de escuchar a Adan retomar la conversación.

—…¿Re…Rebelde dices?— la cara de la chica cambió, una preocupación evidente se apoderó de ella —Adan, eso que me cuentas…— después de la sorpresa y tras varios segundos en shock frente al otro, recordó que debía vestirse, que llegarían tarde a la despedida con Sakul si no se daban prisa. —Rayos… ¿Quiénes están detrás de tus movimientos, qué enemigos tienes?— quería dejar claro que sus enemigos, eran los suyos y que si alguien quería hacerle daño, tendrían que pasar por encima de ella primero.

Terminaría de vestirse en lo que Adan iba a la cocina y al volver la vería en un vestido elegante y sobrio, confeccionado en un tejido de alta calidad que abraza las curvas de la Senju de manera halagadora. El vestido tenía un escote en V que resaltaba su feminidad, exaltando la silueta con elegancia. Las mangas eran tres cuartos, añadiendo un toque de sofisticación, y el largo del vestido llegaba hasta la rodilla, mostrando una combinación equilibrada entre sensualidad y respeto al luto. La parte trasera del vestido tenía un cierre discreto de cremallera invisible que contribuye a la pulcritud del diseño y que no había logrado subirse, así que, e, cuanto saliera de la cocina y viera a Adan, se giraría para que este le ayudara con el toque final del vestido, no sin antes apartar su cabello para que no entorpeciera el trabajo del Yamanaka. Amaba la confianza que tenía con él, era algo sublime.

Yo no tengo mucho que decir Adan, he estado de un lado a otro ganándome la vida, haciendo trabajos que las personas no quieren hacer… Y bueno, también he apoyado rebeldes. He construido refugios y dado información errada de sus ubicaciones, pero imagino que no te llego a los talones.— sonrió.

¿Qué tal me veo?— dijo ladeándose un poco haciendo que el vestido y su cabello se movieran de un lado a otro. —Ahora, lo que me tiene aquí— se puso seria. —No es solo nuestra reunión… que aparte resultó siendo fatídica.— suspiró ante el recuerdo —Mi clan me ha notificado y citado para una reunión de vital importancia. Se rumora que los Senju perdieron a su líder sin que ella pudiera ejercer. No sé pero… algo me dice que yo seré la nueva encargada de la tarea… querrán nombrarme como líder del clan Senju— sentenció.
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Última modificación: 29-02-2024, 12:16 PM por Adan Yamanaka.
Hiraishin no Jutsu
Estuve en silencio mientras ella hablaba y mientras yo le ayudaba con el vestido. Una vez ella termino su palabra, solo negué con el rostro, caminando por la sala, abriendo uno de los gabinetes y sacando un collar de una flor, una flor con raíz, de nuevo camine hasta ella, colocándome atrás y apartando su cabellera para poder tener su cuello a mi disposición, puse el collar con tranquilidad, tomando el control, demostrándole que realmente no esperaba su opinión pero era todo lo contrario, mis acciones ya eran la de alguien dominante, de alguien que ha tomando decisiones en momentos difíciles y que ha adoptado esa faceta de hacer lo que se sabe que esta bien. Una vez termine de colocar la prenda, baje mi mano hasta su espalda, abriendo el cierro de esta e ingresando mi mano en su abdomen, dejando mi palma en esta mientras le comentaba al odio- Aqui fue la herida - Podía sentir una leve presión de mis manos - Tal vez la peor herida que he sufrido Kaname - Mi voz era seca pero con el tono de darle confianza, de demostrarle que no pensaba hacer algo mas con mi tacto, mas que enseñarle donde fue que me lastimaron y generar empatía en ella- un disparo de Raiton, una tecnica muy famosa de nuestra aldea, un chidori - Luego de unos segundos de haber hecho la suave presión, retiro mi mano. 

Hay había pasado algo y es algo que ella no sabia pero que en cualquier momento lo iba notar. En su abdomen había dejado un sello del Hiraishin, esa fue la intención real de querer tocarle y todo por lo ultimo que ella menciono: La líder de clan senju ..Aquella que no pude salvar. De nuevo le subí el vestido, me asegure de que estuviera todo en orden, tanto el collar como su vestimenta- Ha sido irónicamente la pelea mas corta que he tenido, por ojo izquierdo vi la muerte mientras que por el derecho estaba viendo la cara de mi contrincante caer desmayada - Le di media vuelta y me acerque hasta la ventana para observar el paisaje- Pero ya todo ha pasado. Esa flor que tienes en el cuello es la flor de loto con su raiz, esa flor nace en el pantano, es una forma de decir: En los peores momentos puede nacer algo hermoso... La muerte la vemos como algo terrible y aunque realmente puede serlo, tal vez solo es un cambio de escenografía y la persona que se ha ido de este plano estara en un mejor lugar, siendo la flor de loto. 

-Di media vuelta para observarle de nuevo, acercándome a ella y agarrando su mano derecha mientras cerraba los ojos -  Bishamon Senju - Tal vez no era el mejor dando introducciones y se que parece que el tema ha entrado de raiz pero era la mejor forma o por lo menos asi lo sentia yo en ese momento - Ex lider de los senju, difunta - Suspiro aun con los ojos cerrados - Habíamos pactado tener un encuentro, algo amistoso, tal vez luego tomar un café, intercambiar intereses... Ella ese dia no llego al entrenamiento - Abro mis ojos lentamente - Y yo fui a por ella. Ambos como rebeldes pensamos en el peligro y pactamos que si ese dia alguien faltaba, el otro iba a ir buscarle, en ese caso, fui yo quien fue a su rescate...Y no me equivoque - Mis ojos observaban los de ella de forma seria-  Llegue a ese lugar, no me preguntes como, fue algo ¿Increíble? Si, increíble, peligroso y maldito. La encontré en una lucha contra ... ¿Muertos? No logro descifrar bien que ha pasado pero eran 2 personas y logre salvarla...Se que si, logre apartarla del daño pero justo cuando estábamos en la retirada... - Suelto su mano pero sigo con la mirada en sus ojos - Su cabeza cayo al suelo mientras su cuerpo se iba elevando conmigo para irnos de ese lugar, nunca entendí que sucedió ni como paso...Yo la habia alejado del peligro - Una vez finalizo, camino hasta la cocina para servir la infusión, colocándole una taza al frente y teniendo la mia en la mano derecha -Soy el ultimo que la vio con vida pero aun no se porque estaba luchando ni contra que lo hacia...En este camino...Mas que ninja sino este bando...Me ha hecho ver muertes, mas de las que pense que el mismo camino Shinobi me iba hacer observar - Tomo un poco del té- Y ahora te tengo aqui, irónicamente  un senju hablando con el ultimo que vio con vida a su líder - Tomo otro poco - Toda la información puedo dártela, mas que dartela, enseñártela, puedo hacer que entres en mi mente  -Pongo la taza en la mesa- Pero creo que eso lo debemos hablar despues del funeral, lo mejor es asistir y luego...La noche se hara eterna si lo deseas pero algo te adelantare Kaname - Agarro ambas manos - No pienso perder otra lider Senju - Hice una corta pausa- No pienso perder otra amistad - De nuevo otra pausa- No pienso perderte a ti. 
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Adán no tardó demasiado en ayudar a la Senju. Le siguió con la mirada mientras caminaba y sacaba algo de uno de los gabinetes. Vino nuevamente y sabiendo lo que pretendía, Kaname apartaría parte de su cabello, la que no era apartada por el rubio, para ponerse el collar al tiempo que su derecha tocaba su pecho, justo en el lugar en que reposaba el pendiente. Era demasiado bonito y brillante, parecía como si nunca se hubiera usado. Lo demás, dejaría a Kaname perpleja, de la nada, el Yamanaka había bajado su cremallera y aunque ella no se inmutó, había sentido el escalofrío recorrer su columna vertebral cuando la mano ajena se posó sobre su abdomen.

— Tragó con esfuerzo al sentir la presión del ataque que había sufrido. La mano izquierda de Kaname subió para posarse sobre la de Adan, pero por fuera del vestido, dejando la tela entre mano y mano al tiempo que su derecha bajó y se quedaba colgando.

—Lo lamento, debió ser crítico, el chidori… suele ser una técnica temible, la conozco bien— comentó sabiendo que ella misma era capaz de usarla. De hecho, Kaname conocía actualmente cuatro de las cinco naturalezas de chakra básicas, una avanzada y en proceso de desarrollar una tercera propia y jamás vista en el mundo shinobi. Pocas veces había llegado a usar el chidori, pero quienes habían sufrido tal ataque, no tenían la fortuna de contarlo. Era increíble en parte que Adan aún estuviera vivo, en definitiva, era un shinobi excepcional.

Tras aquel momento de fragilidad, Adan se separó un poco más para dejar el vestido de Kaname nuevamente en orden. Se dispuso a escucharlo, parecía tener guardadas muchas cosas dentro y claro, no iba a cortarlo porque precisamente eso quería, saber de la vida de su amigo y como ella misma ahora podría ser el soporte perfecto para que este no corriera peligros, aunque bien sabía que en el mundo shinobi tal cosa era irrisoria.

Luego hablaría de la muerte, cosa que en principio Kaname relacionaría con la partida de Sakul, pero estaba equivocada. La reflexión sobre la muerte la invitaba a contemplar la transitoriedad de la vida y a valorar cada momento presente. La muerte efectivamente era un recordatorio de nuestra propia finitud y nos instaba a considerar la importancia de vivir con plenitud y consciencia. En este contexto, la flor de loto representaba un símbolo poderoso de la vida y la muerte. Porque tal y como lo comentaba Adan, a pesar de crecer en aguas fangosas, la flor de loto emergía hermosa y pura, simbolizando la capacidad de encontrar la belleza y la iluminación espiritual incluso en medio de la adversidad y el sufrimiento.

De manera similar, la reflexión sobre la muerte la llevaba a buscar la belleza y la trascendencia en medio de la permanencia y la incertidumbre. La flor de loto también simbolizaría el ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento. Esta visión puede brindar consuelo y esperanza en medio del dolor y la pérdida, recordándole que la muerte es parte natural del ciclo de la vida. Sin embargo, las nuevas acciones de Adan volvían a tomarla por sorpresa, sujetaría una de sus manos y puesto frente a ella, parecía decir lo que jamás hizo en su funeral, hablar de Bishamon.

La historia de como había pasado todo era tan fuerte y tan impactante, que los ojos de Kaname se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo. Ese, era el sufrimiento que cargaba el Yamanaka a cuestas. La imposibilidad de poder rescatar a su amiga, la imposibilidad de haber hecho algo para salvar a su mejor amigo y ahora, ante la incertidumbre de si en algún momento, la vida de Kaname era arrebatada y lo que podría o no hacer él para salvarla. Se había alejado nuevamente por su té y tras beber, continuaría. Dejando a Kaname con una sensación horrible en las entrañas. Básicamente acababa de enterarse que su mejor amigo era la última persona que había visto a la líder Senju con vida y le relató el angustioso momento en el que por salvarla, casi pierde la vida. Suspiró justo después de que adán terminara de hablar y soltara sus manos.

Si, debemos irnos, se nos hará más tarde si no salimos ya…— sentenció y caminó hasta la puerta y justo con la mano en la perilla, y tratando de ver a Adan de soslayo, sonrió —No te preocupes, Adan Yamanaka, a mi no vas a perderme— su té había quedado intacto, era claro que volverían ahí a pasar la noche. Abrió la puerta y se dignó a salir con él. De camino, pocas cosas importantes dirían, ciertamente, la chica habría preferido cerrar ahí el tema y hablar un poco del comercio de la aldea, lo cambiado que estaba todo y claro, sin haberse dado cuenta, se habrían hecho paso constante hasta el cementerio de Konoha.

Sus pasos serían tranquilos, silentes y entonces llegaron hasta donde al menos cincuenta personas se habían reunido. Vestidas de negro, llorando, con caras desencajadas. La mano de Kaname estaba sutilmente apoyada sobre el antebrazo de Adan y en ese momento, lo presionó con fuerza. Tragó con esfuerzo y se acercó, junto con el rubio, en donde ahora estaría enterrado el cuerpo de su mejor amigo. Curiosamente, como recuerdo de su infancia, estaría la misma foto que Adan tenía en su casa. Una donde ellos tres habían finalizado su primera misión como genin y se habían compactado perfecto como equipo.

Las lágrimas brotaron de los ojos de la Senju y se deslizaron por sus mejillas cálidas, al tiempo que sus dientes mordían levemente sus labios. El dolor que estaba sintiendo pocas veces lo había experimentado, su alma entera parecía desquebrajarse al tiempo que su nariz se congestionaba y se le hacía vital aspirar con fuerza para despejar las vías nasales. Aquel esfuerzo, sin embargo, no había tenido fruto, tuvo que abrir su boca para poder respirar y entonces, pasó. La mamá del chico reconoció a sus amigos y se acercó a ellos.

Lo… Lo lamento— hizo una reverencia antes de sentir que la mujer se abalanzaba contra ellos y les abrazaba a cada uno de lado y lado. Kaname en respuesta recibió el abrazo con fuerza haciendo que su llanto se incrementara. —No tienen nada que lamentar, ustedes son y serán su más vivo recuerdo… Gracias por estar aquí.— dijo la mujer entre llanto.
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Al igual que yo, a ella se le notaba que había madurado, que habia vivido cosas que otros no, al final, la vida de uno es de uno y solo nosotros sabremos lo que hemos vivido. No era mi intención que este día se convirtiera en algo mas triste, ya era suficiente con la muerte de nuestro amigo para agregarle mas drama al asunto pero realmente ella debía saber eso, no existía momento, hora o fecha sino simplemente verle y contarle, tal vez, sin saberlo, también era bueno que yo hablara con alguien de eso. Salimos de la casa y llegamos hasta el punto de encuentro donde encontraban mas personas, entre varios nos dimos el luto, siempre al lado de Kaname, aunque mi rostro tenia ligeros rasgos de tristezas, aun me mantenía "firme" a diferencia de alguna que otra persona del lugar que soltaba una lagrima como lo era en el caso de mi compañera quien estuvo agarrada de mi antebrazo. 

En todo el funeral estuve en silencio, mis forma de responder por medio de gestos o sonidos onomatopéyicos, en estos momentos era donde mi silencio es el que domina, incluso cuando los familiares se acercaban a nosotros. Observe aquella foto y solo recordaba el comienzo, de nuevo siendo testigo de algo que esta empezando y lamentablemente siendo testigo de cuando termina... No era asi como pense que iba a ser el ciclo de la vida pero me ha demostrado que si, que asi es y no hay forma de "cambiarlo". 

Luego de hacer aquel ritual, poco a poco la gente se fue yendo, cuando Kaname se intento ir o tan si quiera soltarme, le agarre de la cintura para que se detuviera - Creo que lo mejor es ser los últimos en irnos - Dije mientras observaba el cielo, soltando lentamente su cadera. El silencio me gobernaba, era mi forma de pasar este despecho. Ya cuando quedaban menos de 10 personas, comenzó a llover, algo que pense que era tonto o que no era coincidencia pero esta vez paso, paso que el cielo se puso a llorar, soltando las lagrimas que yo aun no habia podido.  Mi rostro se elevo, recibiendo aquella lluvia a la par que cerraba los ojos, empezando a salir las primeras lagrimas que se camuflaron con  el agua que bailaba en mi rostro. Como figura que soy de una facción y de un clan, mi imagen debe ser fuerte, ver a un líder derrotado solo quita la esperanza. 

Abri los ojos nuevamente y puse mi mano en el hombro de Kaname, siendo ya los últimos en irnos - Vamos - Le dije con una ronca voz mientras daba media vuelta, agarrando su muñeca para traerla conmigo, jalándole suavemente.  Llegando a la casa, entre con ella hasta la sala, dejándole ahi a ella para yo ir por unas toallas y empezar a secarnos y a quitarnos la ropa, en mi caso, lo hice en el baño, saliendo con la toalla amarrada a mi cintura mientras iba a colgar las prendas húmedas en la parte trasera de la casa que cuenta con un techo - ¿Tienes muchas preguntas? - Dije sin observarle, terminando de hacer mi labor de lavandería para encender de nuevo el agua y preparar mas té -  Cada pregunta tendra una respuesta- Di media vuelta para verle - Pero  creo que lo mejor sera que te responda con ropa, esto de contestar desnudo no es algo que se me de muy bien - Camine hasta mi cuarto para buscar algo de ropa - ¿Tu necesitas algo de ropa? - Le grite desdela habitación- ¿O eres buena  haciendo preguntas desnuda? 
Pienso/Hablo/Albert
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La vida era en definitiva demasiado corta y a veces, demasiado larga. Para Sakul, había sido solo un instante, y para Kaname y Adan estaba siendo quizá toda una eterna tortura. No era fácil, en absoluto, hacerse a la idea de todo lo que estaba pasando. Y aquel abrazo, justo con la mamá de ese amigo y su amigo, había roto cualquier barrera autoimpuesta por la fémina para contener su llanto. Desde ahí, cada recuerdo, cada pensamiento, cada dibujo creado en su mente, solo traía momentos entre ellos: peleas, risas, misiones, momentos de sufrimiento y peligro, y entonces, la realidad volvía a golpearla como cuando las olas revuelcan en su inmensidad a un pequeño velero dejándolo en naufragio.

El evento continuó, muchos dijeron sus palabras y la madre del chico había entonado una canción antigua. En ese momento, ella había sido ejemplo de fuerza, porque a pesar de ese dolor, había logrado cantar a la perfección aquella sonata. Kaname lloraba y tragaba con esfuerzo. Pronto, en menos de lo que se dieron cuenta, el verdugo empezaría a arrojar sobre el ataúd arena, misma que se fue humedeciendo cuando poco a poco, las nubes empezaron a descargar lo que parecían lágrimas. El cielo estaba llorando.

La Senju movió sus manos, quería hacer una técnica que cubriera a los presentes, pero entonces, el gesto de Adán le permitió darse cuenta que lo mejor era que el agua les purificara. Que se llevara a algunos a sus casas, que espantara a quienes estaban ahí por morbo, y que finalmente lavara los corazones, y los cuerpos de quienes realmente estaba sufriendo una pérdida. Sus padres, sus hermanos, sus abuelos y abuelas, ellos se quedaron hasta el final, incluso después de que Kaname intentara llevarse a Adan y este igual propusiera quedarse más tiempo.

El tiempo que quieras, Adán.

El agua pronto inundó la ropa de la chica y se deslizaba por ella dejando su silueta envuelta en las lágrimas. Finalmente, al cabo de unos minutos, y tras despedirse de la familia de Sakul, Adán propuso que se marcharan, pero antes, la Senju haría un par de sellos y crearía, de madera, una especie de sarcófago que protegería de cualquier fuerte lluvia, la tumba de Sakul. Tragó con esfuerzo y se digo a volver con el Yamanaka a su casa, nuevamente.

Había dejado su ropa ahí, así que no habría mucho problema con llegar mojada. Al entrar, esperaría las acciones de Adán, no quería mojarlo todo, así que, justo después de que él trajo la toalla, procedió a hacer lo mismo pero en la habitación del rubio. Ahí, donde había dejado su ropa, se dispuso a quitarse lo mojado y a ponerse ropa seca. Volvería para ver a la chica vestida, con la toalla en la cabeza secando su cabello y sentada en la sala, aún con los ojos magullados, con la nariz roja y con cara melancólica.

Ve, ve a vestirte… Ya hablaremos— le dijo tranquila esbozando una sonrisa apacible. Esperaría que volviera, pero antes, se había puesto de pies a revisar lo que el Yamanaka estaba haciendo en la cocina. Otra infusión de hierbas que seguro les vendría bastante bien. Tomó lo necesario y en lo que salía, sirvió el té, y lo llevó a la sala donde había estado sentada antes. Era una sala de madera con una pequeña mesa redonda ubicada en el centro. Ahí puso las tasas con el té y luego tomaría el suyo para empezar a beber. Estaba cómoda y aunque a ratos el dolor la invadía por dentro, las lágrimas ya no salían. Adán, al volver, se haría casi que al frente de ella, en una de las dos sillas individuales restantes.

Tienes el poder de hacérmelo ver… ¿cierto? Creo que podrías hacer eso, y después… Haré las preguntas que considere…— pese a todo lo que estaban viviendo, su vida no paraba, debían seguir avanzando, debían seguir moviéndose, enfrentando cada cosa que se les aparecía y claro, esta en particular, también los atropellaba a los dos.
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Una ver termine de vestirme, sali  de aquel lugar y tome un poco de  té mientras le escuchaba - Si te muestro, creo que no habra preguntas - No me molestaba contestar pero enseñarle iba a dejar todo claro, tan claro que incluso iba a ser la segunda vez que le iba a ver llorar.. Cosa que no queria que pasara pero a la vez, tengo un compromiso de hacerlo de enseñarle como ha muerto la lider de su clan, de enseñarle a que se enfrenta, es mi amiga y  no informarle con detalles es dejarla en un hueco - Nos entrenaron para cosas peores que estas...Pero no dejamos de ser humanos y por eso no somos perfectos, porque no somos maquinas de esas que cuando se muere su compañera maquina, esta sigue o incluso agarra las piezas y se vuelve alguien mejor, creo que eso no pasa con nadie, solo con esas...Maquinas. -Tome un poco de mi té para luego acercarme a ella - Cierra los ojos -Le dije en baja voz mientras colocaba mi mano caliente (por el té) en su frente - Esto que te voy a enseñar es lo que ha sucedido, lo veras todo, lo sabras todo. Tal vez sea mucha información de golpe pero.. Es lo mejor - Cerré los ojos igual que ella y gracias a una tecnica de mi clan, comencé a pasarle la información

¿Que iba a ver Kaname? Iba a ver el comienzo de todo, esa pelea entre Bishamon y yo en el bosque oculto,  ese odio por saber que era imperial, el re-encuentro, el pacto de entrenamiento, la union y su muerte , en ningun momento iba a enseñarle a mi gemelo ni nada por el estilo, solo era informacion donde estaba Bishamon y yo

Kanchi Denden


-Era una chica.. De esas que muy pocas veces se ven - Dije apartando mi mano  y tomando la taza de té-  Me hubiese gustado verla con hijos, algun esposo que le aguantara, verla crecer y volverse vieja...Aunque eso no era posible pero aun asi, pense que su muerte tampoco lo era y sucedio -Suspiro-  Hubiese sido el maestro de alguno de sus hijos, eso estoy seguro - Aunque la conexion entre la rubia y yo no fue tan grande, si habia un camino extenso que ibamos a disfrutar recorrer - ¿alguna pregunta Kaname? - Tomo del té. Afuera se podia escuchar la lluvia, era fuerte, con tormenta, todo iba a indicar que lloveria toda la noche - Quedate a dormir hoy - Dije mientras me colocaba de pie para ver que habia para la cena -
Pienso/Hablo/Albert
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No hizo más que tragar saliva con esfuerzo. Lo que Adan decía, lo que haría, era hurgar en su memoria para darle a Kaname la verdad de la verdad. No habría preguntas, era la sentencia del rubio con palabras llenas de dolor por lo que ambos estaban dispuestos a ver. Kaname afirmó despacio sintiendo como su piel se erizaba y como su corazón latía más rápido de lo normal.

Cerró los ojos justo antes de ver como el rubio se acercaba a ella, sintió la mano caliente del otro en su frente y le escuchó atenta. El recuerdo fue tan vívivo, como si ella misma fuera Adan, y lo sintió a tal punto que las lágrimas no pudieron contenerse una vez más. Lo sucedido no solo había marcado a Adan, sino a ella misma. Ahora guardaba rostros como el de Amaya en la tumba, el del Boshoku, el rostro de Bishamon, la difunta líder del clan Senju. Mordió su labio inferior con fuerza enterrando la mirada en sus muslos.

Fue… inclemente. Lo… Lo lamento Adan.— su voz quebrada daba indicios del dolor que sentía y de lo mal que se sentía por su amigo —Lamento que hayas tenido que revivir esto y que justo ahora, nuestro amigo también haya fallecido… Lo… Lo lamento— rompió en llanto, no pudo aguantarlo más. —¿Cómo es que este mundo es así? ¿Por qué no puede simplemente haber paz? ¿Por qué tenemos que seguir matándonos los unos a los otros?— sus lágrimas no cesaban.

Justo en aquel momento, la Senju recordaba los horrores de la guerra. Aquello que precisamente había hecho que hubiera huido lejos de la aldea y de su familia, de los conflictos, de la política que arrasaba ese mundo.

¿Hay forma… Adan, de acabar con todo esto de una vez? Dímela… Moveré cielo y tierra si hace falta, para terminar con todo este odio…— seguía ahogada entre palabras. Y no, no tenía preguntas, todo era tan claro, que necesitaba un par de días para retomar su cordura.
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Kaname habia sido testigo del dolor que pase. Retire mi mano lentamente de su frente para secar sus lagrimas mientras me colocaba de pie, caminando hasta la cocina mientras tomaba un poco del té. La lluvia no paraba, se podía escuchar de forma fuerte, cada gota cayendo en el suelo, techo, en todos lados, todo mientras nosotros estábamos resguardados.   Una vez termino de hablar, solo suspire y negué con el rostro -   Si el mundo tiene actualmente 1.000 años , te puedo asegurar que el humano tiene 1.001 años luchando por acabar con el odio - Mantuve la distancia para que ella pudiera asimilar mejor todo, que ella.. Simplemente no se sintiera agobiada por tenerme cerca  o por lo menos eso es algo que pensaba, era mentir asegurar si sabia o no el saber si ella queria tenerme cerca en ese momento - Lo que si puedes es .... -Mi mirada se posa en ella de forma sera- Vengarla.. Pero esto que esta sucediendo no es fácil. Lo has visto.... Ir a golpear de forma recta no es una opcion ahora mismo - Camino hasta la ventana de la sala con mi taza agarrada con mi derecha, viendo la lluvia- Mi puesto actualmente ha demandado un poco de mi tiempo y las investigaciones ninjas a nivel personal ha demorado... Ahora  se mas, es cierto, pero tambien desconozco mas y es algo irónico.

-Tomo un poco del té y luego me doy media vuelta -  No soy de ocultar cosas, tal vez por eso no sirvo para ser infiel - Elevo mis hombros, realmente no habia sido infiel pero era una referencia- Y se que esto lo vas a notar en cualquier momento.. Hay una tecnica  secreta llamada Hiraishin -Mi mirada baja a su abdomen pero por la posición en la que ambos estamos, parece que le estaba observando los pechos - Con ese sello, en 1 segundo puedo aparecer donde sea. - Mi mirada sube de nuevo a su rostro- Y tu no vas a estar sola, no lo voy a permitir -Antes de que tan si quiera intuyera lo obvio, afirme con el rostro - Te he sellado, esta en tu abdomen y si me lo preguntas: Se te ve bien - Giro mis ojos- A Bishamon también la había sellado...El sello de ella estaba en ... -Trago saliva porque no era facil explicarle que habia colocado un sello en la nalga de la rubia como si fuera mi propiedad o si le estuviera marcando - En otro lugar - Giro mis ojos y tomo del  té- No comencemos con el moralismo, no pienso aparecer al frente de ti si porque si, es solo una medida de seguridad, si en algun momento estas con un chico y van a hacer algo, creeme que no apareceré - Quería. Tal vez romper el hielo con ese tipo de tontearías pero también dejarle claro que mi intención del sello no aparecer mientras se baña, aunque no seria la primera vez que nos vemos desnudo, ya saben, temas de guerras y entrenamientos ninjas, aunque si seria la primera vez que no vieramos desnudo sin involucrar el profesionalismo.... Nah, no creo aparecer mientras se baña -   Al igual que tu, yo tambien tengo secretos, muchos tal vez 

-Me acerco de nuevo a ella- Y tu sabes solo un par - Dejo la taza en la mesa, agarrando sus manos con poca fuerza- Pero solo confiando en mi sabras que todo esta bien y si algun dia te digo que saltes...Hazlo que yo no te dejare caer - Mi indice acaricia su palma, comenzando a entrelazarse nuestros dedos - Porque no acepto perder de nuevo - Mi mirada se mantiene fija en la suya mientras que nos mantenemos cerca, bajo la lluvia, con un dolor compartido y un ambiente  que de no ser por otro contexto, seria romantico.
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