[Misión Simple B] - Huevos Imposibles
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Última modificación: 27-08-2023, 02:22 PM por Matteyo Miroku.
Se dice que en la cima de una de las montañas más altas del País del Rayo se encuentran unas aves muy peculiares que vuelan incluso entre las tormentas eléctricas, dichas aves hacen sus nidos en la cima de esa montaña la cual esta casi siempre en una constante tormenta siendo un sitio de difícil y peligroso acceso, manteniendo así sus huevos y crías seguros de forma natural. Precisamente esos huevos eran un manjar muy codiciado entre gourmets y entendidos de la cocina de todo el continente, pero muy pocos habian logrado probarlos dada la dificultad de encontrar y alcanzar esos nidos.

Un aficionado a la gastronomía de cierto estatus y renombre en el País de los Fideos empezó a tener el antojo de probar dichos huevos y con el tiempo dicho antojo se volvió obsesión. Así que envió un encargo para reunir a shinobis que fueran a conseguirle alguno de estos huevos a toda costa. Envió la misión a casi todos los países cercanos con el fin de que acudieran al País del Rayo a obtener dicho ingrediente.

En la solicitud de la misión se indicaba una ubicación a la que se convocaba a todos los interesados. Se trataba una taberna en la aldea Foosha a los pies de la montaña Tempest, donde en su cima deberían encontrarse los huevos. Las casas de la aldea estaban construidas en el estilo tradicional, con techos de paja y paredes de madera. Cada casa tenía un jardín meticulosamente cuidado, lleno de flores coloridas y pequeños estanques con peces dorados que nadaban tranquilamente. Un lugar francamente encantador para una visita.

Allí aguardarían a los shinobis que buscaran completar el encargo una pareja conformada por un hombre bien vestido, de cabellos rubios y mediana edad; junto a una joven sacerdotisa de cabellos platino descansando en las mesas exteriores de una taberna, con una tetera en el centro de la mesa y algunos vasos, como si esperaran por la llegada de invitados.

Misión
Notas

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Konohagakure
Era un día soleado en Konohagakure, la Aldea Oculta del País del Fuego, ese día, un joven alto y bastante enérgico se encontraba caminando a prisa con dirección a la Zona Residencial de la Aldea, en su mano llevaba un pequeño pergamino, aquel joven siguió su camino hasta que llegó a una casa un tanto grande, un patio pequeño y algunos árboles a los lados, el chico se acercó y tocó la puerta, luego esperó algunos minutos. Exactamente 3 minutos después alguien abriría la puerta, se trataba de Kin, quien acababa casi de despertar, este tallaba sus ojos y bostezaba un poco y quien había tocado la puerta era Saki, su amigo? Se podría decir, en cuanto Kin abrió la puerta Saki sonrió y habló

- Buenos Días Kin, ya deberías haberte despertado desde antes, pero eso no importa ahora, tengo algo para ti -

Terminó Saki mostrando el Pergamino en su mano y entregándole éste a Kin, el Uchiha tomó el Pergamino y lo abrió comenzando a leer detenidamente su contenido, pasados algunos minutos, Kin alzó la mirada para hablar con Saki

- Una misión B? La acepto, pero porqué vienes a entregármela tú? -

- Bueno, en si la Misión era para mí, pero creo que a ti te hace más falta, ya sabes no?, agarrar experiencia y todo eso así que, Suerte con eso!! -

Saki inmediatamente pegó un salto hacia atrás alejándose del patio principal de la casa de Kin y posteriormente comenzó a correr alejándose ahora de la casa de Kin, el Uchiha solo vería como se alejaba su amigo Saki, entraría de nuevo a su casa y se prepararía para salir de la Aldea y asistir a la misión.

Kin iría inmediatamente a preparar sus cosas para el viaje hacía el País del Rayo, era la primera vez que el joven Uchiha visitaría este País así que le emocionaba este nuevo viaje, la misión parecía simple, encontrar unos huevos raros para que uno de los nobles del rayo pudiera disfrutarlos haciéndolos su comida. Cuando Kin terminó de preparar su mochila otra el viaje, salió de su hogar y se dirigió a las puertas de Konohagakure para emprender su viaje…

País del Rayo
Luego de un largo viaje desde el País del Fuego hasta el País del Rayo, Kin finalmente se encontraba en la Aldea Foosha, una Aldea con un estilo rústico, madera y paja, además de un bonito jardín con muchas flores bien cuidadas y pequeños estanques, sin duda era un lugar bonito para vivir, ahora solo tenía que buscar una taberna en dicha aldea pues ahí era el lugar de reunión para los convocados de la Misión, luego de algunos minutos, el Uchiha a la lejanía pudo ver la taberna por lo que se encaminó hacía el lugar, mientras caminaba le daba otra leída al Pergamino para no olvidar los detalles.

Una vez cerca de la taberna puedo visualizar una pequeña mesa en la que descansaban dos personas, un hombre bien vestido de cabello rubio y su acompañante, una chica de cabello plateado la cual tenía pinta de ser una Sacerdotisa o algo por el estilo, pero no había nadie más, por lo que supuso que sus compañeros de Misión aún no habían llegado y él era el primero, Kin suspiró y se acercó a la mesa mientras retiraba su capucha y daba una pequeña sonrisa

- Buenas Tardes, supongo que con ustedes debo reunirme para la misión de unos huevos raros no?, Soy Kin, Genin de Konohagakure -

Dijo el Uchiha mientras sacaba una de las sillas de la mesa y tomaba asiento colocando sus manos en la mesa…

Resumen
Pasivas

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La pareja sentada en la mesa eran dos personas contratadas por el noble ricachón para coordinar y asistir en la misión de obtención de su preciado manjar. El primero era un hombre de mediana edad de cabellos rubios llamado Kenichi, un sirviente del noble encargado de recibir el paquete con los huevos y llevarlo hasta el País de los Fideos. Y la sacerdotisa habia sido designada como guía para llevar a los shinobi hasta el lugar donde se podrían obtener los huevos.

La pareja estaba simplemente aguardando a los shinobis que se habia notificado que habian tomado el encargo en un principio esperaban 3 de ellos. Aunque el tiempo empezaba a avanzar y aun no aparecía ninguno. O eso parecía, porque finalmente uno de ellos apareció. Un joven de cabellos castaños oscuros con una mirada seria pero esbozando una leve sonrisa con la que se presentaría - En efecto, mi nombre es Kenihci, fui designado para llevar los huevos hasta mi señor una vez los consigan y ella es... - Haría un adema con la mano para señalar a la joven sacerdotisa dándole el pie para que se presentara - Mi nombre es Matteyo, me han pedido actuar de guía hasta la cima del monte - La sacerdotisa procesaría una sonrisa amable mientras inclinaba la cabeza hacia el chico.

- Bueno parece que los otros miembros de la comitiva se están retrasando un poco, como íbamos de tiempo Matteyo-san? - Le preguntaría el hombre revisando un reloj de bolsillo para estar seguro de que no fueran ha hacer muy tarde los demás - Pues... - Matteyo miraría hacia el sol unos momentos y luego la montaña - Pues tenemos algunos minutos más, como media hora antes de que se nos empiece ha hacer demasiado tarde para la hora baja de las nubes - El hombre se quedaría reflexivo por unos momentos y observo al joven - Bueno, si el resto no han llegado para dentro de media hora, tendréis que partir vosotros dos solos, sino cuando volvía a ser un buen día para ir? - Volvería a preguntar a la sacerdotisa - En un ciclo lunar entero - Diría la mujer con toda la calma del mundo como si aquello no fuera del todo con ella, aunque el hombre suspiraba sabiendo como se pondría su señor si tenían que esperar todo ese tiempo.

Misión
Notas

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Última modificación: 29-08-2023, 10:11 PM por Ulti Ryū.
Ulti, te has retrasado - Narrador, no me molestes ahora - diría la joven, corriendo desesperada - a cállate, debo llegar - oh si… ¿sabes por que te retrasaste no? - hey, debía pasar a turistear antes y lo sabes - estúpida, es porque te perdiste de nuevo. Apuesto que ni sabes en qué país estamos - es el del fuego y lo sé bien- … dios… ¿porqué cree esta personaje? - no lo sé dime tu.

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La joven Ulti había recién llegado al pueblo, con un nada elegante retraso, esta mujer se pondría a correr por la calle mientras seguía despotricando contra mi - hey narrador, ¿no te recuerda esto a algo que hemos visto? - a que te refieres Ulti-chan… - pues, se parece al examen del cazador, esa parte que viste a una mano de la sensual muchacha esa gourmet que te gustaba, la que casi fue tu pj “main” - oh… si… ¿pero esos no eran huevos de águila araña? - puede ser que sea lo mismo - me diría la irreverente Ulti.

Si, narrador de misión, pido disculpas por mi personaje, es un poco… especial… ella viajo desde el país del té en busca de aventuras, fue criada en la isla de la Luna y no sabe que en el continente los PJ no interactúan con sus escritores… perdónala, aun es una recién creada… - ¿sabes que te leo? - diría el producto de mi imaginación.

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Luego de perderse un par de calles, la irrelevante Ulti llegaría a su destino, ingresando por la puerta ancha a toda marcha, jadeando y azotándola con fuerza, esta, sin descubrir su rostro de su máscara diría enervante ante los presentes - uff… eh… eh… llegue… llegue dios, no me dejen atrás
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El hombre rubio y la Sacerdotisa de pelo plateado se presentaron en cuanto el Uchiha anunció su llegada, el rubio de nombre Kenichi era el encargado de llevar los huevos raros hasta su señor y la Sacerdotisa de nombre Matteyo sería la que dirigiría al grupo de la Misión hasta la cima del monte

- Un gusto Kenichi y Matteyo -

Dijo el Uchiha con una sonrisa luego de que ambos se presentaran, el rato pasó y ningún otro Ninja se hacía presente en el lugar por lo que a palabras de Kenichi, Matteyo y el Uchiha tendrían que partir solos debido a la falta de tiempo, o eso era lo que creían ya que otro Ninja apareció, una chica de cabellos morados y de buen físico. Al verla, Kin la recordó de algún lado, sabía que la había visto antes… El Coliseo Sabakugami, el Uchiha había estado en un combate con ella y el chico velocista de Kumogakure

- Bueno, al menos ya no iremos nosotros dos solos a cumplir la misión… -

Dijo con un ligero tono bromista a Matteyo. Sin más, el Uchiha esperó a que Matteyo les indicara el momento de partir, de mientras, el joven estaría revisando su equipo para que todo estuviera en orden y llegar preparado…

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Finalmente una segunda shinobi apareció por el lugar, era una joven que parecía desprender energía por todo su cuerpo y se mostraba muy apurada por haber llegado justa de tiempo. Eso agrado a Kenichi, puesto que significaba que de verdad habia tenido algun apuro pero estaba interesada en la ejecución de la misión, otros habrían llegado tranquilamente caminando y con un aura de pereza y pasotismo. Ya habia pasado algunas veces se encontró con shinobis así que le daban poca importancia a misiones de recolección de alimentos que su señor emitía.

- Un placer señorita, mi nombre es Kenichi - Diría el hombre saludando en pie ya con una leve reverencia a la joven - Y el mío es Matteyo - Prosigue despues la sacerdotisa dejando un momento para que el compañero de la recién llegada y la misma se presentaran. Pero ya estaban en pie preparándose para partir, así que habia llegado justo a tiempo la ultimo miembro.

- Me gustaría explayarme un poco más, pero el tiempo es escaso ya, esta joven sacerdotisa os guiara hacia el lugar donde se puede encontrar el objetivo de la misión de forma relativamente segura, yo aguardare aquí y estaré pendiente de si aparecer el tercer candidato - Conforme hablaba señalaba de forma sutil con sus manos a Matteyo presentándola como la guía y la montaña que seria el objetivo final de la búsqueda - Si, estábamos ya por partir para poder llegar a la montaña antes de que el clima empeore - Comentaría Matteyo que se habia girado hacia la montaña observando las nubes de tormenta de la misma - Confió en que lograran completar el cometido, mucha suerte.

- Bien, vámonos - Diría Matteyo mientras comenzaba a caminar con un paso algo ligero pero sin llegar a correr como tal, mostrándose alegre durante mientras abandonaban el pueblo aguardando a los otros dos shinobi para que la siguieran. Aunque no iba a un paso muy acelerado iba observando las montañas y las nubes de tormenta que cubrían gran parte de la cima - Si tenéis alguna pregunta es el mejor momento, ahora aun estamos tranquilos y podemos ir con tranquilidad aun falta para estar listo el camino - Diría la joven sin girarse hacia los dos mientras iba tarareando alguna canción o incluso podía ser una oración sintoísta.

Misión
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El Uchiha tomó la mochila donde tenía preparadas sus cosas, se cercioró que su equipo ninja estuviera en orden y a la orden de Matteyo comenzó a caminar detrás de ella. El joven nuevamente miraba a sus alrededores mientras se alejaban cada vez más y más de aquel pequeño poblado, las montañas y las nubes de tormenta se hacían visibles a la lejanía y el Uchiha se encontraba impresionado, aunque éste no lo demostraba abiertamente, era difícil ver montañas tan altas y nubes de tormenta en el País del Fuego rodeado de bosques y que, en la mayoría de las estaciones, siempre tenía días soleados llenos de vida
Matteyo indicó que de tener alguna duda respecto a la misión se le podría hacer saber a ella y el joven Uchiha fue el primero en expresar sus dudas sobre la misión

- La misión consiste en obtener y llevar los huevos raros al tipo rico, pero de qué forma vamos a obtenerlos?, no creo que las Aves de la Tormenta simplemente nos dejen tomarlos, supongo que tendremos que tomarlos de forma sigilosa o algo similar… y otra cosa, que tan peligrosa es la montaña a donde nos dirigimos?, o más bien, que tan peligrosos son los criminales que la aguardan, el pergamino de misión decía que era posible encontrarnos con criminales custodiando la montaña… -

En sí, la peligrosidad de la montaña no era algo que dejara sin sueño a Kin, pero el Uchiha quería estar seguro sobre la situación de la montaña e ir preparado para lo que se venga. El Uchiha hablaba mientras se acomodaba el cinturón en donde portaba sus Wakizashis en el lado derecho de su cintura, así como su porta utensilios y su porta kunais, cada uno ubicados en cada lado de la espalda baja del joven de esta forma, tendría acceso rápido a ellos en caso de necesitarlo.

Si bien el Uchiha no solía ser muy hablador y menos con los extraños, esta vez necesitaba saciar su curiosidad sobre la misión o más bien, conocer más detalles sobre ésta después de todo, un buen Ninja siempre debía conocer a la perfección los detalles de una misión para cumplirla de la forma más efectiva posible o al menos eso le habían enseñado al joven Uchiha…

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Un placer kenichi, matteyo – diría Ulti haciendo un gesto con los dedos sobre su frente, como una especie de saludo extraño mientras seguía jadeando por haber corrido bastante. Ulti, ¿eres una mal educada? “tú me narras, tú decides” pensaría la jovenzuela que saluda tan casual a sus patrones… huuuy me enervas mujer…

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Ante las palabras de Kenichi, este indico que la joven Matteyo sería su guía en esta travesía, algo bastante simple a la hora de presentarla, sin embargo, al verla más detallada, Ulti miraría con esa mirada desafiante que suele tener, observaría su cuerpo de arriba abajo, vería ese precioso kimono abierto hasta debajo de los hombros, sus caderas sutilmente abiertas por los lados y ese pecho rebosante… si, era una mirada de desafío la que mostraba Ulti, pero era una mirada con ojitos de “co-ge-me” a tal punto que casi ni escucho las palabras de esta joven al indicarles la partida que realizarían.

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A penas Matteyo indico que se irían, Ulti se pondría nerviosa, miraría a todos lados y correría a buscar un vaso de agua o algo, lo primero que encontrara sobre alguna mesa o algo, pero no se decidió a nada y simplemente siguió muerta de sed a Matteyo por la puerta cuando esta indico que se irían – si… tengo varias preguntas… pero primero… ¿alguien tiene agua?... y segundo… ¿te gustan los hombres o mujeres? ¿tienes novio? ¿quieres ser mi novia? – diría desganada mientras seguía a la muchacha y luego de las preguntas de aquel joven que aún no se presentaba ante Ulti – y como se llama este tipo raro – diría señalándolo con el dedo – hey pelos locos, ¿traes agua en tu mochilita? – diría mientras intentaba revolverle la mochila en busca de aquel liquido preciado… ella no traía nada más que sus ganas de pelear y su sensual minifalda más tacones rojos para subir aquella montaña… bakka Ulti…
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Como se habia hecho evidente ya no vendría nadie, el tercer integrante se habia ausentado de la misión. Era una verdadera lastima pero este problema principalmente recaería en la administración de Kirigakure que confirmo la asistencia de un miembro que no pudo presentarse, ya caerá en sus manos investigar un poco lo sucedido.

Por otro lado la ultima miembro de la comitiva en presentarse resultaba ser una chica muy enérgica y peculiar que Matteyo pudo notar al momento como su mirada se clavaba en ella notando algo de enemistad y desafío en una primera instancia que le resultaban desconcertantes. Pero al final la mirada de Ulti cambio a una bastante diferente que resultaba casi como una insinuación o invitación a dar algun tipo de paso; ante lo cual con total discreción para el resto pero muy directamente para Ulti, la joven sacerdotisa le giño el ojo siguiéndole el juego.

Y con el grupo reunido la comitiva partiría hacia las montañas, aunque Ulti casi se queda por unos momentos atrás buscando algo por las mesas de la posada, la sacerdotisa no le dio importancia puesto que el ritmo no era tan elevado como para no poder ser alcanzados cuando la chica los pillo el joven que aun no se habia presentado ante ella habia lanzado una pregunta a la sacerdotisa - Bueno lo cierto es que claro si nos ven intentar robar en sus nidos se pondrán violentos, aunque no dejan de ser aves no deberían suponeros una mayor molestia - Comentaría en respecto a las aves que habitan el lugar, tampoco es que fuera una especie super peligrosa ni nada parecido aunque tenían sus peculiaridades - Y si el lugar es lo más peligroso, normalmente la tormenta cubre el pico y es casi imposible entrar ahi sin morir frito por la electricidad que circula por las nubes, es como una niebla eléctrica - Se notaba evidentemente desde allí como la tormenta rodeada completamente el pico y descendían sus negras nubes y algunos rayos por la cordillera de la montaña - Pero precisamente cada cierto tiempo como es hoy, las nubes se alzan y elevan por encima de la montaña un breve periodo de tiempo, dejando al descubierto el pico y los nidos, al igual que nosotros pretendemos aprovechar este momento muchos traficantes y bandidos tambien aguardan por esto para vender los huevos al mercado negro - El camino empezaba a transicionar lentamente de uno verde y bonito a uno cada vez más rocoso y donde la hierba se tornaba escasa.

La siguiente que dispararía sus preguntas seria Ulti cuyas preguntas eran muy extrañas y completamente fuera de contexto ante las cuales Matteyo solo soltó una pequeña risa y con total naturalidad respondió de corrido todas ellas - No traigo Agua, pero tenemos un arrollo no mucho más lejos que baja de la montaña; ambos me gustan, no tengo ninguno y no estoy interesada en atarme con el noviazgo por ahora lo siento - Una metralleta de respuestas tan rápidas y sinceras como la de la propia Ulti. Aunque ahora el balón pasaba en manos del otro miembro de la comitiva, el cual aun no se presento a Ulto. Matteyo podría haber hecho de intermediaria pero prfirio dejarlos hablar.

Un poco más adelante la sacerdotisa extendió la mano señalando un arroyo - Mira ahí tienes el agua, podemos hacer un pequeño alto en el camino, luego nos tocara seguir el rio por el camino que lo bordea hasta su nacimiento en la montaña, tendremos que intentar llegar al mismo tiempo que las nubes se eleven así tendremos el mejor tiempo - Diría mientras sus manos alcanzaban el riachuelo, puesto que no paro ningun momento mientras daba el aviso y sencillamente la sacerdotisa esperaría al lado de la fuente de agua a que quien quisiera bebiera y se refrescara, ella que habia bebido té hace no tanto estaba bien.

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El Uchiha escuchaba atentamente las respuestas dadas por la sacerdotisa peli plateada a sus preguntas mientras caminaba tranquilamente detrás de ella, siguiendo sus pasos pues era la guía de la Misión. Cuando todas sus preguntas fueron contestadas, el Uchiha solo asintió con la cabeza y dio un pequeño suspiro, el joven parecía algo aliviado con las respuestas de la sacerdotisa en cuanto al ave pues tenía razón, al ser ninjas no debería ser un problema muy grande el tomar por la fuerza sus preciados huevos, aunque el peligro inminente de traficantes y ladrones aún estaba presente.

La siguiente en realizar preguntas fue la chica enérgica de cabellos azules y mechones rosas, sus preguntas fueron un tanto extrañas para el joven Uchiha, normalmente se esperaría otra clase de preguntas como las que él realizó, pero esto no fue así, Kin solo sonrió un poco a la situación tan cómica que se había generado entre la Ulti y Matteyo. Luego de las respuestas de la joven sacerdotisa la atención cayó en el Uchiha luego de que la joven de cabellos azules lo señalara con el dedo preguntando su nombre para después referirse a él como “Pelos Locos” e intentar hurgar en la pequeña mochila que él cargaba en sus viajes

(Pelos Locos?, tan mal se ve mi cabello?, talvez debería empezar a darle cuidados cuandk regrese a Konohagakure...)

- Soy Kin, rango Genin y vengo de Konohagakure, un gusto?... -

Diría el Uchiha con una sonrisa nerviosa, éste dejó que Ulti rebuscara en su mochila, para suerte de la chica, esta encontraría una botella de agua llena, nueva y lista para beber. Cuando el Uchiha escuchó las palabras de la sacerdotisa sobre el pequeño río que se encontraba a algunos pasos de ellos suspiró y giró su cabeza para mirar a Ulti

- Puedes quedarte con la botella… -

Diría mientras aceleraba el paso hasta el pequeño arroyo y se plantaba en el borde de éste. El Uchiha se agachó y bebió un poco de agua de ese pequeño río, también aprovechó para lavar un poco su cara con aquella agua pues no había tenido el tiempo para darse un aseo completo debido, solo una rápida enjuagada como dicen por ahí.

Por último, el joven se levantó y comenzó a caminar hasta donde se encontraba la sacerdotisa mientras secaba su cara del agua usando la manga de su chaqueta, el Uchiha estaba listo para seguir con el camino a la cima de la montaña cuando se le diera la orden…

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Una sonrisa rondaba el rostro de Ulti de oreja a oreja, tal vez la muchacha fue algo esquiva con ella, sin embargo… le hizo entender de que no estaban todas las puertas cerradas, tal vez no podía ser su novia, pero quizás si su esposa, su amante o incluso su mundo entero – te amo – diría disimuladamente mientras intentaba replicar un “atch” y lo disimulaba con un par de tosidos. Mirándole entonces con solo un ojo y riendo pícaramente.

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Claro, Ulti es tan tonta que se olvidó que lleva siempre puesta una máscara facial, esa sonrisa simplemente se ve como una mueca poco agradable, pero que se le va a hacer. Las palabras de Matteyo sobre un claro donde poder beber y refrescarse fue bastante alentador, aunque para ese entonces ya se estaba bebiendo la cantimplora entera de Kin sin pensar que podrían necesitarla para el viaje, al terminarla, la joven le revolvió el pelo al konohiano y le dijo amistosamente – gracias pelos, me has salvado la vida – para luego darle un pequeño toque de cabezas y seguir el camino.

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Mantenía el paso firme y de vez en cuando corría a un lado de Matteyo durante todo el trayecto, a veces trayéndole flores y otras simplemente para coquetearla o golpearle con el brazo a modo de jugarreta, una mocosa enamorada se podría decir, pero al llegar al arrollo, Ulti se quedó estupefacta ante la belleza de esta para beber de esa agua, estupefacta hasta claro, ese momento en el que se quitó la blusa, sandalias y minifalda y se arrojó al arrollo para disfrutar del agua. La kunoichi se zambullo con felicidad y alegría en estas claras aguas, más que pensar en beber de ella pensaba en revivir añoranzas antiguas y buenos momentos mientras veía a sus compañeros al borde, invitándolos con la mirada. Sabía que probablemente recibiría un reto de Matteyo… pero bueno… hay cosas que valen la pena – y como dice esa película que te gusta, “enjoy the little thinks” – pensaría Ulti mientras nadaba de espaldas sobre el agua.

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El grupo avanzaría de forma bastante animada y jovial. Al parecer no habia más preguntas que hacer por el momento, así que la comitiva marchaba tranquilamente por el camino con Ulti hidratándose gracias a Kin - El placer es mutuo Kin, muy amable por compartir tu agua - Por otro lado Ulti tras poder beber un poco de agua al fin, o mucha, estaba como con una hiperactividad muy entusiasta y adorable trayendo flores y jugando poco alrededor de Matteyo - Ohh muchas gracias, son muy bonitas - Matteyo tomaría la flor más bonita de las que le trajo Ulti y se la colocaría en el cabello como un pasa pelo, tras lo cual le acariciaría a Ulti su cabeza.

El grupo llegaría al arroyo que Matteyo habia avisado y bueno la postura de ambos fue rápidamente ir a beber un poco, por lo menos eso era lo que hacia Kin para refrescarse y lavarse la cara un poco para terminar de despejarse y acicalarse un poco. Por otro lado Ulti se puso en ropa interior de una forma extremadamente rápida para darse un chapuzón. Lo cual al verlo hizo reír un poco a Matteyo, la cual estaba comenzando a encontrar muy graciosa y divertida a la jovencita.

Pero el tiempo les pisaría pronto los talones, así que Matteyo se acerco al arroyo comenzando a caminar sobre la superficie del agua hasta llegar a donde Ulti estaba jugando y se agacharía haciendo una sentadilla hasta quedar en cuclillas apoyada de puntillas sobre el agua - Ulti-chan, se que te lo estas pasando muy bien, pero recuerda que tenemos que alcanzar la cima de la montaña a una hora concreta, si quieres podemos ir remontando el rio dentro del agua para que te diviertas, pero deberíamos movernos - La sacerdotisa extendería su mano con una amplia sonrisa acariciando la cabeza de Ulti para que se sintiera un poco a gusto y ver si así le hacia un poco de caso. Aunque independientemente de si Ulti respondía de forma juguetona o de forma obediente, no pasarían apenas cinco minutos hasta que el cuerpo de un hombre pasaría cerca de ellas descendiendo desde lo alto del rio.

Matteyo al momento se fijaría en él y pondría un semblante de preocupación - Vaya, parece que ya hay algunos bandidos peleándose a la espera de que suba la tormenta - Indicaría viendo el cuerpo que si nadie lo detenía pasaría pronto de largo rio abajo.

Misión
Notas

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El Uchiha estaba de pie a unos centímetros de Matteyo esperando a moverse y continuar con el camino, Ulti por su parte, había decidido darse un chapuzón en aquel pequeño arroyo, sin duda alguna, la chica se estaba divirtiendo en el camino, Kin solo sonrió un poco al ver las acciones de la chica con cuernos, el Uchiha sentía ganas de hacer lo mismo y lanzarse al agua como lo había echo la peli morada pero al final decidió no hacerlo y esperar.

Kin solo se quedaría en su misma posición viendo como la sacerdotisa peli plateada caminaba por la superficie del agua hasta Ulti, después de eso, el Uchiha se acercaría a la orilla del río y esperaría a que Ulti y Matteyo salieran del arroyo para seguir con la misión pues a palabras de la propia Matteyo, tenían poco tiempo y debían partir.

Mientras el Uchiha analizaba la zona con su mirada pudo ver algo descendiendo desde lo alto del río y al enfocarse más pudo saber que era, era un cuerpo sin vida y gracias a la sacerdotisa supo que talvez se trataba de algún bandido, parecía que los ladrones ya se encontraban luchando entre ellos para llevarse los huevos

(Suerte que bebí agua y me refresqué un poco antes de que pasara aquel cuerpo…)

Pensó el joven mientras imitaba la acción de Matteyo y comenzaba a caminar por la superficie del agua luego de concentrar algo de Chakra en sus pies, el Uchiha caminó hasta posicionarse en medio de la trayectoria que seguía aquel desvivido, con uno de sus pies detuvo su avance evitando que el cuerpo cayera río abajo, Kin se agachó un poco y tomó el cuerpo por las axilas jalándolo hasta la orilla del río

- Sería una pena que quedaras perdido en medio del río… hasta los ladrones como tú merecen un entierro digno, pero antes… -

El Uchiha hablaba un poco con el cuerpo, claramente este no le respondería, pero eso no le interesaba, al finalizar con sus palabras comenzó a rebuscar entre las ropas y bolsillos del cuerpo del ladrón en busca de algún arma u otra cosa que pudiera serle de utilidad a él o a sus compañeras.

Sin importar si encontraba algo o no, nuevamente jalaría el cuerpo, esta vez, para recargarlo en el tronco de un árbol cercano esperando que alguien pudiera encontrarlo y le diera un entierro digno…

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La bella sacerdotisa de generoso escote y bella mirada se posaba frente a ella, pudo ver su entrepiernas y casi por un segundo, el sonrojo le llevaba a olvidar que se encontraba nadando en aquel rio y hundirse como roca bajo el rio de la seducción… sin embargo, cuando ella le extendió la mano, Ulti volvió a la realidad… se despabilo un poco y cerrando los ojos acepto tomar su mano y así, como si una escalera fuese, subir hasta la superficie del agua – ya ya… tienes razón ma chère, estando contigo olvido que estamos en una misión… - dijo para luego abrir los ojos sosamente y mirar a su alrededor, la vista era preciosa, el rio parecía jugar mientras avanzaba, aquel cuerpo que flotaba a la deriva, las plantas, los pájaros, el rojo de la sangre, si… era un ambiente muy bello y agradable…


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Espera Ulti, ¿acabas de decir que hay un cuerpo y sangre? “si… y bueno, tú lo leíste de mi bella Matteyo, no se para que actúas sorprendido” Ulti, no es una escena bonita, es una escena de asesinato… debe ser un bandido “nah, no sabemos si está muerto, en una de esas está tomando una siesta” mientras la irrespetuosa de Ulti conversaba conmigo por interno, el joven Kin actuó como una persona civilizada y se acercó al cuerpo, al tiempo, Ulti se acercaba a él con una cara de curiosidad, viendo como lo llevaba a la orilla del rio y decía lo que decía, sin embargo, esta última en vez de prestar atención a la conversación se acercó al cuerpo y le pego un par de bofetadas – hey desvivido, despiertaaaa, bandido genérico, no es hora de la siesta – decía, palabras poco coherentes para los lectores, pero para el mundo donde vivían, un bandido genérico era eso… algo genérico, que se encontraba fácilmente en las montañas.

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Kin era una persona extraña ¿Quién revisa un cadáver? Y bueno… no era una mala idea del todo, luego de eso lo llevo a la falda de un árbol y lo recostó ahí, todo mientras Ulti se ponía sus ropas nuevamente, sin secarse, algo estúpido tal vez, pero por donde provenía, Ulti prefería estar con su cuerpo húmedo y sentir la rica brisa del viento en todo su cuerpo… - Matteyo-chan, sigamos camino… ¿podemos ir de la mano? – diría guiñándole un ojo y levantando una pierna mientras hacia un gesto de corazón con sus manos… si… a veces un pequeño chiste puede mejorar el ánimo del grupo ante situaciones como estas…
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