[Misión Rango A] Junrei: Primera Excursión al Paraíso
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Al pelirrojo empezaban a nublarsele las ideas. Rascando su propia nuca observó el movimiento ofensivo de su compañero, y el posterior sonido metálico le hizo activar la suspicacia que hace instantes había dejado atrás. Mei también sospechó, pero fue más efectiva al ocultarlo. Miró a Isshin, quien miraría a Samuru y decidiría seguir con el improvisado plan de este.

De camino a la fuente del choque se prepararían para lo peor, y entre los dos aprovecharían el vínculo mental para discutir estratégias. El objetivo parecía ser el mismo para los tres, dificultar el plan enemigo si es que había uno. Con la bomba de humo, Samuru daría a entender que aquella simple pero efectiva tarea de generar caos era su norte. Isshin -y por consecuencia Mei- conocían al chico y su manera de pensar, por lo que no fue extraño verle desaparecer de la nada luego de una tanda de sellos de manos.

Los tres estaban dentro de la bomba de humo, lo suficientemente cerca para ser arropados por esta y al mismo tiempo ver, levemente, lo que el otro hacía. — No vayas a quedarte atrás. — Dijo Isshin al aire, con destino obvio al del sombrero. Mei enseguida haría un sello de manos y, trayendo un poco más de humo al campo, tomaría la forma del ahora invisible Samuru.

Henge no Jutsu

Una vez el humo despareciese o el par saliera de este, ojos ajenos podrían observar a Isshin y a Samuru, sin tener rastro alguno de Mei. El par de gemelos apostaban por una maniobra que le daría a Samuru en su invisibilidad un puesto privilegiado para actuar en caso de algún percance.

— Vamos, hay mucho terreno que cubrir. — diría Isshin, de nuevo, en voz alta. Encendería marcha entonces hacia donde el animal había huído aparentemente. Su velocidad no sería la más alta, ni tampoco la de Mei, prefería ir con cuidado antes que dejar atrás a su compañero y terminar en una situación más que desagradable por sus prisas.

De ahí en más todo sería desconocido, y ambos lo sabían. Teóricamente tendrían a su alrededor a un Samuru invisible mientras marchaban en busca de aquél o aquello que les había estado observando. La marcha iba estratégicamente planificada, pues Isshin iría delante y Mei a unos 8 metros detrás. Ante cualquier eventualidad o detalle resaltante, se comunicarían entre sí mentalmente para alertar al otro.

OFF
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El pescador tuvo una historia muy conmovedora, me hizo soltar unas lágrimas. Note todos los ojos centrados en mí, me veían pues pensaban que yo al final compartía algo que ver con esto. Realmente, no tenía ni idea de quién era Kyuren, su nombre raro me daba entender que era un shinobi. Todos los Shinobis que he conocido tenían nombres raros; Renji, Izuku, Shiva, Rudra. En fin, que son nombres raros, uno se termina acostumbrando escuchar nombres así, sonreí mientras sacaba la bandana y la ponía delicadamente en la mano del Pescador. — Lo siento mucho, quizás actúe mal llevándome de mis instintos. Realmente quería hacer algo diferente, perdón. — Tomé un poco de aire, quería que todos se dieran cuenta en la noche donde les diría lo que encontré y a la vez especificar qué fue lo que encontré y como. — Llevaré a Kyuren a casa, haré que vuelva con usted. Lo lamento. — Me sentí un poco mal, había tomado algo de las pertenencias de él y que tanto le importaba. Durante todo el resto del camino fui pensativo, con mi rostro un poco amargado le hablé a Tobias que estaba a mi derecha. — Quería hablarlo con ustedes en un momento más privado, pero gracias por arruinar el momento niño rico. — Estaba molesto, un niño rico había acabado con mi plan, ¿Era fuerte?, Lo dudo, seguro estaba por financiar el proyecto y nada más. 

Al llegar, salté y me puse a un lado, escuché a Izanami con su idea del como evitar el pozo. — Podemos quitar la maleza con Agua hirviendo, es más fácil que usar chakra. Si alguien tiene un Katon y otro un Fuuton podríamos hacerlo. — No termine de hablar e Izanami había destruido por completo la zona, sonreí mi explicación iba a servir para nada. Después de eso hice lo que cualquiera haría. Seguir al Pescador hasta llegar a su estancia, ya en mi mente algo se estaba maquinado; Rescatar a Kyuren.

Resumen
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IMPERIALES

Sin dudas las intenciones de aquel grupo eran avanzar en ese mismo momento hacia el norte y buscar algo en la zona roja, pero algo frustraría sus planes, o cambiaría su rumbo. Samuru tenía razón, e ignorar aquellas señales y esa mirada fija en la maleza era sin duda peligroso. Quién sabe qué podría pasar de estar vagando en una zona que es catalogada como peligrosa, a sabiendas de que hay "algo" vigilándolos. A los problemas era mejor encararlos. Tras unas artimañas, el Kujaku logró hacerse invisible tras una bomba de humo, e Isshin y Mei aprovecharon para continuar con los trucos e intentar algo distinto.

Tras ello, siguieron con el recorrido, ahora persiguiendo al animal. El mismo ya les había sacado más ventaja, pero todavía podían oírlo un poco, y de tanto en tanto se oía una... ¿risa? Era cuanto menos extraño, pero se ubicaba a poco más de 100 metros de los shinobis, y podían seguirle el rastro. De hecho, en un claro pudieron detectarlo un poco mejor visualmente. Si bien no se podía ver con suma claridad por la oscura noche, pudieron ver la silueta de un animal mediano, como si de una pantera o un puma se tratase. Era oscuro y se movía con tal celeridad que impedía a los shinobis recortar distancia. Poco a poco, debido al paso desacelerado que llevaba el grupo, les recortaba distancia, alejándose cada vez más. Pero la risa volvía a oírse, dándoles indicios de la dirección a tomar. Todo parecía indicar que los conducía hacia donde quería.

Tras correr por un par de minutos, el animal se frenó en seco, en un escenario abierto al pie de una montaña. La misma parecía tener una abertura unos metros en la altura, con una luz saliendo de ella. La "pantera" se volteó, con el mismo ímpetu con el que frenó en la tierra y dejó una marca por la maniobra. Sin dudas era una señal de alerta, que finalmente decidiese enfrentarlos.

— Hahahahahaha. ¿Por qué tanta saña en perseguirme? — La figura del animal desapareció en una estela de humo y dio forma a un humano, aunque con rasgos felinos y sobre todo, un aura perturbadora. Medía aproximadamente 1.7 metros, presentaba orejas de gato y unos colmillos bastante notorios, ojeras pronunciadas y cabellos desarreglado. Su vestimenta se veía rasgada, y presentaba un aura oscura, de maldad, rodeándolo. Algo no estaba bien con él. Sus ojos mostraban una pupila roja carmesí, y poseía unas garras en sus manos que estaban manchadas con sangre seca en su interior.

— No deberían haber venido. ¿No saben que a esto le llaman la Zona Roja? — Tosió un poco y escupió lo que parecía ser una bola de pelos con sangre bastante repugnante, hacia un lado. Realizó un sello con sus manos y se quedó solo viendo en la dirección en que debían haber estado siguiéndolo.
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REBELDES

— Sí, no habría problema. Seguro mi primo pueda darles más detalles sobre ese encuentro. — Comentó Ryu hacia Suiko. Observó a Tobias, que ofreció una disculpa, y asintió, haciendo un gesto de buena fe. Luego, Jikaro retornó la bandana a su dueño y el hombre lo miró fijo a los ojos. Tras tomarla, apretó la mano del chico y formó una media sonrisa.

— Listo, sin rencores. Pero no hagas promesas que no podrás cumplir. — Comentó mientras remaba un poco para alejar el bote del obstáculo natural que Izanami se proponía a remover. Era claro que Jikaro prometía traer a Kyuren a casa, pero un compromiso como aquel era mucho decir para un simple grupo de rebeldes exploradores que no sabían ni a dónde se dirigían.

El plan de Izanami fue bastante efectivo. Pese a que no logró barrer todo el obstáculo, si lo dañó lo suficiente como para que, de a poco, el agua del río comience a avanzar por el cauce seco y pantanoso. Sumado a ello, las nubes tormentosas terminaron haciendo caer una leve llovizna que iría intensificándose, contribuyendo de manera pseudo-natural a la crecida del curso de agua. — Muy bien, pues será mejor refugiarnos en la estancia, es cierto. — Atracó la barca el pescador, atándola muy bien a un árbol que se encontraba en la costa sur. Tras descender el grupo, el hombre trotando los condujo hacia la estancia. Apenas a unos dos kilómetros estaba, por lo que les tomó poco más de cinco minutos alcanzarla.

Ya se habían mojado un poco. En la entrada, al pórtico de la casa donde residía la familia, el tío de Ryu y otro hombre lo esperaban. De inmediato los hizo pasar, para que no continuasen empapándose, pues la intensidad de la lluvia había aumentado. — Entren, entren. — El grupo ingresó a la vivienda y fueron recibidos con una sonrisa. — Trae toallas, Dan. — Ordenó el mayor de los hombres al menor. — Tío, esta es la comitiva que la Hangyaku ha enviado a explorar la zona norte. Ellos son... — Estaba un poco agitado, así que simplemente los señaló y dejaría que ellos mismos se presenten.

— Suiko Kouiki, Oficial de la Hangyaku y líder de el escuadrón dos. — Realizó una reverencia mientras se quitaba su casco ornamentado y con forma de ave. — Maki Muu, les agradecemos mucho su hospitalidad. — Sonrió muy enérgica la joven. Mientras tanto, el otro muchacho de nombre Dan, llegó con toallas. — Yo soy Kensuke, bienvenidos a mi estancia. Los esperábamos con ansias, y de verdad es un honor recibirlos aquí en mi hogar. Él es mi hijo Dan, y ya han de conocer a mi sobrino. — Ambos jóvenes sonrieron. El "primo" que Ryu había mencionado en la historia cobraba ahora apariencia visible.

— De golpe todo se encapotó. Es muy extraño, porque no esperábamos lluvias. Este clima es tan impredecible... — Negó un par de veces invitándolos a entrar, luego de que se hubiesen secado un poco. — De hecho... — Muu observó a Izanami conteniendo la risa pero no dijo nada finalmente, haciéndose la tonta tras el comentario y avanzando primera detrás de Kensuke. — Estoy preparando estofado, no será problema poner más para que todos podamos comer. Mientras yo termino con esto, Dan puede conducirlos a las habitaciones y a los baños, así pueden ducharse y evitan enfermarse. — Con una sonrisa, Kensuke los despidió allí en un gran comedor que conectaba con una cocina de la que salía un poco de humo, además de un olor a salsa y un guisado que sin dudas abría el apetito a cualquiera.

— Oh, sí. Tu... ¿ave? Puede descansar en el granero. No hay ningún animal allí ahora, así que estará bien... Supongo. — Ryu se dirigía a Izuku en especial, que había venido acompañado de su alada amiga Takada. Dan se enfiló hacia la parte superior de la casa, subiendo por unas escaleras a la izquierda de la entrada que los conducirían al primer piso, donde las habitaciones de los huéspedes e invitados se ubicaban allá al final de un pasillo que tenía lujosas ventanas hacia el exterior, y permitían ver la lluvia cayendo sobre los terrenos de la estancia, y observando un poco mejor, el cauce del brazo del río elevándose muy despacio.

El grupo pudo notar que Kouiki, la líder, se quedó en la planta baja con Kensuke, por lo que sólo estaban con ellos Ryu, Dan, Maki Muu, Jikaro, Tobias, Izanami e Izuku, si no se había ido a llevar a Takada al granero. Tras enseñarles el lugar y permitirles instalarse compartiendo habitaciones por parejas, aunque en camas separadas, los anfitriones se alejarían y los dejarían ducharse y dialogar entre ellos. Era la primer instancia privada que tenían completamente luego de su encuentro con Ryu, y ahora la líder tampoco se encontraba con ellos. Podían comentar lo ocurrido, compartir información o simplemente charlar, además de darse una ducha para evitar un resfriado.
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Apariencias

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MAPA

Reglas y Notas

Misión
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La dupla de hermanos aprovechó la maniobra de Samuru. La fémina se transformó en el de sombrero, así que a vistas del supuesto vigilante, quien desapareció misteriosamente fue Mei. El creador de Kakusei desconocía qué utilidad querían darle a eso, pero tampoco les cuestionaría la idea. Confiaba en su movimiento.

El animal les sacó ventaja corriendo, pero su risa les indicaba el camino a seguir. Obviamente los guiaba a una trampa. No había que ser un genio incomprendido para darse cuenta, pero simplemente ignorarlo e irse a otro lado tampoco era un buen plan. Desde que fueron encontrados en la oscuridad cayeron en las redes de la misteriosa bestia. Ahora solo les quedaba seguir avanzando e intentar reaccionar de la mejor forma posible cuando el peligro caiga sobre ellos.

Samuru aprovechó que Mei iba más atrás para acercarse, aún en modo invisible. — Si pasa algo, háganse a un lado. — Obviamente esto fue dicho en forma de susurro, queriendo que nada ni nadie lo escuche. Aprovechando la capacidad telepática que tenía con su gemelo, podría traspasarle la información. El oculto a los ojos tenía unos cuantos trucos para moverse reaccionar rápido, pero tampoco quería ver envueltos a sus compañeros en medio de su ofensiva. Luego de la comunicación, se mantendría cinco metros por detrás de la pelirroja transformada.

Luego de tanto tiempo caminando finalmente llegaron al sitio adecuado. Ya tenía los pies agotados de tanto avanzar. La sorpresa para Samuru vino cuando el animal se transformó en… ¿otro animal? — ¿Qué se supone que es eso? ¿Un hombre gato? ¿Un gato hombre? Hubiera preferido no seguirlo. — La montaña detrás suyo con esa abertura llamó su atención. No olvidemos que los de Kakusei estaban buscando esa tal montaña cementerio que indicaba la carta que se les dio. ¿Estarán cerca? Si ese furro los llevó hasta ahí específicamente a ellos y no al gran grupo de rebeldes que pasó antes debía ser por algo. Eso, o simplemente tuvieron mala suerte.

Como sea, Samuru no diría ni haría nada, pues está invisible. Su posición seguiría siendo cinco metros detrás de Mei. Por ahora dejaría que ella e Isshin se encarguen de los diálogos para así él mantener el factor sorpresa. ¿Cómo se dará la reunión?

Qué asco…

Información


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Tenía que ir músculo por músculo pidiendo calma cuando se notaba en sí mismo un aumento de velocidad. Mei, de vez en cuando, también lanzaba el aviso para que Isshin frenase un poco la marcha. Lo último que querían los hermanos, aún cuando pudiesen comunicarse a distancia, era separarse demasiado y terminar perdiendo la única ventaja que tenían de momento; los números. Le frustraba, sin embargo, no poder simplemente acelerar al máximo como acostumbraba y alcanzar el objetivo antes de que este pudiese siquiera reaccionar. Pero lo impulsivo se había quedado enterrado en casa tiempo atrás.

— Lo veo, es una especie de perro grande. — Era el único ejemplo que Isshin, quien servía como punta de lanza para la movilización, podía sacar de su experiencia. El animal no dejaba que la distancia que les separaba se recortase, pero al mismo tiempo no parecía interesado en perder a sus perseguidores. — Nos está llevando a algún lado, asumo. — Diría Mei, reforzando su teoría al escuchar las risas macabras provenientes de la nada. Toda la conversación sería a través de su vínculo mental, sin necesidad de decir una palabra en alto.

Poco después, Isshin conseguiría verle detenerse, cosa que comunicó a Mei junto con los próximos pasos a dar. Mei informó, a su vez, que Samuru les había seguido el paso y estaba cerca. Al menos, los números no se habían perdido. Isshin llegaría al claro con los brazos alzados justo cuando el animal se transformaba en humano. Mei, disfrazada de Samuru, muy poco después.

El esfuerzo de los pelirrojos por no fruncir el ceño con asco al ver tal abominación fue digno de elogio, y el más adelantado de los dos, con los brazos alzados en señal de paz, tomó la palabra. — No sabemos dónde estamos. Mi hermana está perdida en el bosque. No queremos problemas, solo direcciones, y ayuda… — Para ese entonces el animal -ahora humanoide- no había tosido, y ya Mei estaba a unos pasos detrás.

— ¿Cómo volvemos al pueblo? ¿Has visto a una chica pelirroja por aquí? Ayúdanos y no nos cruzaremos nunca más. — Isshin seguía con los brazos alzados, Mei transformada a un par de metros detrás de él observando fijamente al sujeto, y Samuru en algún lugar del posible campo de batalla aún en su condición invisible.

OFF
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Luego de los esfuerzos combinados de varios shinobis del lugar, el campo frente a ellos se fue transformando en uno mucho más habitable, parecía que ya todo empezaría a cambiar para bien en este lugar, aunque Tobias no tendría nada que ver con ello.

Siguió su camino con el resto hasta llegar a la estancia donde se resguardarían y tomarían descanso, allí dentro conocieron al tío de Ryu así como a otro sujeto, el moreno dio un paso al frente, ofreciendo su mano a los nuevos rostros. —Un placer, mi nombre es Tobi. —Su sonrisa era tranquila y serena, llena de amistad, no estaba en su naturaleza ser cruel como algunos de aquí, aunque quizás esto era parte de su inocencia.

Parecía que ellos se quedarían en este sitio por un tiempo, al menos lo suficiente como para comer el estofado que se les estaba siendo preparado. —Ryu, ¿podrías de alguna manera dibujarnos un mapa del lugar? Si puedes agregar el lugar donde tu amigo se perdió, creo que nos ayudaría un poco a saber qué hay dentro de ese misterioso terreno… —En este punto, el Tatsumaki solo estaba diciendo cualquier cosa que los ayudase en líneas generales, la espera lo mataba y más aún cuando estaban tan cerca de una información más importante y palpable.

No solo esto, sino que el anterior comentario de Jikaro lo hizo molestar un poco, ciertamente era un niño rico, pero su personalidad no podía ser definida por ello, más aún sin haber podido demostrar sus habilidades al cien por ciento, algo que esperaba con ansias hacer, no era siempre que podrías probarte ante figuras tan relevantes de los rebeldes. Esperó entonces pacientemente ante cualquier respuesta, así como el supuesto estofado que disfrutarían dentro de poco.

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Sorprendente pero cierto, había declinado la oferta de Jikaro. Sabía que no lo iba a lograr y todo era promesas en vano, Jikaro lo sabía bien. Tragó saliva y bajó su cabeza un poco, estaba triste. Estaba en sus pensamientos mientras estaba en la barca, aún no sabía que tendría que hacer para lograr tener la confianza de Ryu. Miró a Tobias, se veía un gran chico pero su toma de decisiones era mala. Tanto que había dañado mis planes. — Malditos niños ricos, gracias a Dios que nací pobre. — Es verdad, se sentía feliz por haber nacido pobre, no soportaba esa actitud. Todos los ricos que conocía eran igual a Tobias, engreídos que hacían lo que querían. 

Al llegar, Izanami hizo lo que iba a hacer yo, me enoje claro. Pero no lo mostré, simplemente suspiré y puse la palma abierta en son de tomar la lluvia que se había aproximado gracias a las grandes nubes, se notaba desde lejos. Ya las montañas estaban tapadas, era hora de irse. Decidí ir a la par que Ryu, yendo un poco más rápido intentando llegar a tiempo para no mojarse más. Sonreí cuando llegamos, estaba cansado y la lluvia había empapado toda mi ropa. — Suerte que llegamos a tiempo. — Sonrió, había llegado a tiempo y no tenía problemas ahora, me puse tranquilo cuando pase. Saludando de mano al señor que nos había abierto. Tomé las toallas y me sequé, escuché a Suiko presentarse, después la siguió  Maki. — Jikaro Sarutobi, miembro del escuadrón dos. Es un gusto su hospitalidad. — Se inclinó hacia Kensuke, era muy respetuoso con las personas mayores, o eso dicen. 

Entré a la habitación, fui directo a la ducha, me di un buen baño. Al salir, no esperaba a que hubiese alguien en la habitación. Se secó y lamentablemente se tuvo que poner la misma ropa. Me senté en mi cama, por fin pude descansar en una cama cómoda, iba a esperar que llamarán para cenar.


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Izuku se seco con la toalla que le ofrecieron y se presento, ya no había necesidad de ocultar su nombre así que dijo el verdadero.
-Izuku Uchiha, un placer- Expreso este.
Su pedido de albergar a su ave fue tomado de manera satisfactoria por Ryu y fue guiado al granero, donde se aseguro de que Takada, estuviera calentita, con comida y bien resguardada de la lluvia.
-Muchas gracias, por alojarme a mi y a mi ave- Expreso Izuku de manera agradecida, tanto con Dan, como con Kensuke y Ryu.
Luego fue a las habitaciones para darse una ducha rápida y bajaría nuevamente para probar ese delicioso estofado que le había prometido Kensuke, el anfitrión del lugar.
Tobias aprovecho para pedirle a Ryu un mapa detallado de la zona lo cual en efecto era una buena idea, en cambio Izuku estaba más interesado en dialogar con Kensuke.

-Oye kensuke, tu primo nos conto algunas cosas sobre el rebelde Kyuren, se que quizás es un hecho trágico que duele recordar, pero hay algo que me dejo intrigado en su historia, ¿es cierto que hay un laboratorio imperial en la zona roja? De ser cierta esta información, podría ser crucial en la mision que nos convoca, por lo que cualquier detalle que puedas recordar al respecto puede sernos de suma utilidad para estar bien preparados.- Comento Izuku.

El Uchiha sabia que lanzar ese tema agrio en la mesa podía sonar algo irrespetuoso, pero al mismo tiempo sabia que era mejor preguntarlo ahora de primera mano, antes de lamentarse en el campo de batalla. La experiencia le había marcado estar siempre preparado para el peor de los escenarios posibles, estando cerca de perder la vida por lanzarse de manera impulsiva o sin meditar demaciado en sus pasos.

Al igual que Tobias, se quedaría expectante a su respuesta, mientras se saboreaba en tan solo pensar en ese delicioso estofado.

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Izanami no tardo mucho en reparar el destrozo que el dique habia causado, ahora era cuestión que la naturaleza siguiera su curso, al igual que la comitiva seguía el curso del nuevo canal hasta el refugio del buen pescador donde se podrían hospedar esa misma noche.

El lugar resulto ser acogedor y fueron bien recibidos, como les habían avisado ya estaban esperando por su llegada para acogerlos antes de iniciar a primera hora de la mañana la exploración de la zona roja. El lugar no solo era acogedor sino que hacia un espacio para ellos en la cena, les brindaba una ducha y un lugar en el que dormir. Sin duda un pack perfecto para al día siguiente amanecer en optimas condiciones.

Durante la cena se menciono la repentina lluvia, alguna mirada se clavo en Izanami, la cual simplemente seguiría comiendo de forma impasible, ignorando las miradas que se clavaban en su ser. Ella era como un tempano, daba igual la situación, ya podían estar matando a alguien en medio de la cena, que si la cosa no iba con ella seguiría comiendo. Y respecto a la lluvia no tardaría en detener la misma antes de que se acrecentara de forma excesiva, su función ya estaba cumplida.

De cara a la hora de dormir, mientras la líder se encontraba reunida en la planta inferior, Izanami propendía algo al grupo - Aunque todo haya resultado muy acogedor, será mejor descansar por turnos, siempre quedando alguien despierto, no es que desconfié de nuestros anfitriones, pero estamos cerca de una zona peligrosa, podríamos recibir un ataque - Diría y se pondría como voluntaria para el primer turno de guardia, por suerte eran varios y podían alternarse con facilidad y aun así descansar.

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IMPERIALES

— Mentira, mentira... Mentira. — Negó repetidas veces el hombre-felino y apretó los dientes. — ¡¡MENTIRA!! — Resonó en el eco del pequeño valle. Las nubes que cubrían ocasionalmente la luna se movieron, y los rayos del astro nocturno iluminaron un poco la silueta del extraño. Tenía brazos un poco más grandes que la media, especialmente en la zona de sus manos, que eran bastante prominentes y con unas garras naturales crecidas de allí. Sus orbes rojos resaltaban entre el oscuro paisaje.

— Ustedes saben exactamente dónde están. ¡Yo los vi! Vienen de la ciudad, quieren meterse en mi tierra. — Se agazapó, colocándose en posición más bien defensiva, como si temiese por algo. — ¡PERO NO LOS DEJARÉ! Este es mi hogar, mi casa... ¿Saben qué les hice a los últimos que vinieron? — Se relamió los labios y soltó una risa bastante turbia. — Sí, los ayudaré. Los ayudaré para no cruzarnos nunca más en la vida. Y yo seré lo último que se han cruzado. Bastardos hijos de puta, vienen con la mujer de pelo blanco, ¡¿NO?!

Los dos hermanos shinobis se encontraban a unos 50 metros de Kyuren. Pudieron ver como, en cuestión de un par de segundos, su aspecto se transformó en uno más tétrico todavía: sus garras crecieron un poco más, sus dientes sobresalieron de su boca, dos cuernos crecieron de sus orejas, que se agrandaron y formaron un halo encima de su cabeza, de un color dorado y negruzco. Su aura se volvió más oscura, mostrando y sacando a relucir su chakra corrupto, que emanaba de sus poros. Realizó una cadena de sellos, que al finalizar hizo que un espíritu gatuno se meta en su cuerpo. Fue poseído, y rápidamente su tamaño creció, elevando un manto de chakra hasta 20 metros de altura. Un auténtico gato enorme de un chakra oscuro, combinado con un halo dorado en su cabeza.

Jikken T

Neko Iki: Kasha

Neko Iki: Shachihoko

Dio tan solo un paso hacia adelante con su pie derecho, generando una vibración en el terreno, mientras realizaba un único sello, para luego levantar su "pata derecha", de abominable tamaño, y dejarla ligeramente arriba, viendo desde allí al dúo de shinobis, riendo de nuevo extrañamente. — ¡YUPHAHAHAHA!
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OFF


REBELDES


Kensuke estrechó la mano de Tobias que se la ofreció, y luego, ante la reverencia de Jikaro, lo tomó a la fuerza y estrechó su mano entre algunas carcajadas. — Ustedes los shinobis siempre tan formales. Aquí son muy bien recibidos. Los miembros de la Hangyaku son familia. — Guiñó un ojo a los presentes. Dan también estrechó la mano de Tobi, que la había extendido.

Finalmente llegaron a la planta superior. Jikaro primereó al resto y se hizo con una habitación, se pegó una ducha y tuvo tiempo para distenderse un poco y relajarse. Se lo veía un poco consternado o metido en sus pensamientos, tanto que casi no interactuó con sus compañeros.

Tobias aprovechó a pedir indicaciones y, en un inteligente acto, buscó referencias visuales. Dan asintió, entendiendo que Ryu les había contado sobre la historia de Kyuren. Ladeó la cabeza y se volteó, rebuscando en unos cajones de un mueble del pasillo y tomando una hoja en blanco y un bolígrafo. Se lo acercó a Ryu, que asintió un tanto incómodo al principio. — Vengan. — Izuku se estaba dando una ducha y Jikaro descansando, por lo que sólo Tobias e Izanami pudieron seguir al dúo de parientes. Se sentaron junto a una mesilla, al final del pasillo y frente a un ventanal donde las gotas de lluvia pegaban. Allí, Ryu comenzó a dar trazos sobre el papel, señalizando con su voz como guía cuando iba dibujando. — Disculpen mi dibujo, nunca tuve talento para el arte. — Soltó una risa y tosió, aclarándose la garganta. Dibujó un punto grande y varios muñecos de palitos. — Esta es nuestra estancia, la Kensuke's Farm. Estamos a 2 kilómetros del río donde nos cruzamos. — Dibujó el río y el río seco que Izanami estaba ayudando a llenar de agua con Kirime. — Cruzando hacia el norte entramos en la zona roja. Si vamos un poco hacia el este, algunos kilómetros adentro en esta dirección... — Trazó una línea diagonal hacia el noreste y finalizó haciendo un círculo y un símbolo de exclamación (!). — Este es el dichoso "laboratorio" abandonado, donde Kyuren se fue y nunca regresó. — Dan asintió y observó a los dos shinobis.

— Veo que ya les contaste sobre él. Yo volví a verlo un poco más al sur, cerca de la orilla. No conozco la entrada a ese laboratorio tampoco. — Comentó Dan y Ryu lo señaló, dándole razón. — Ni yo, ninguno conocemos el lugar donde fue. Sólo sabemos que era por esa zona. — Y así, los dibujos se terminaron. El mapa era bastante rústico, pero daba una ubicación muy aproximada de los hechos que Ryu relató en el río, y Dan aprovechó a complementar. — No nos gusta demasiado recordar este tema, pero entiendo que ustedes quieren ayudar. La última vez que vi a Kyuren-- — De golpe fue interrumpido en seco por Ryu. — Que creíste verlo. — Dan asintió, haciendo una mueca que Ryu no pudo ver por estar a su lado. — Eso, cuando creí verlo... Era una figura extraña. Parecía más una bestia que él. Kyuren se paseaba por la estancia y esta zona transformado en un gato. Era miembro de un clan bastante raro, y su habilidad le permitía literalmente vivir como un gato. Al principio lo adoptamos como mascota, pero pronto reveló su verdadera identidad. — Ryu rió, rememorando esos viejos tiempos que tan buenos recuerdos le traían.

— Esa vez no era como un gatito. Era más bien como un animal más grande, un puma o algo así. Pero no dejaba de ser él, yo estoy bastante seguro. ¡Tenía parte de la ropa con la que se fue! Su pañuelo al cuello, sus ojos rojos... Yo qué sé. — Intentaba ser lo más claro posible, pese a la vaguedad de información que tenía. — Huí de inmediato. Fue el último avistamiento de algo raro en la zona roja. Hará 2 meses de esto.

Por su parte, pasó como media hora hasta que la comida estuvo lista, y un rato antes, mientras Tobi e Iza estaban escaleras arriba con los hermanos, Izuku se sumó a la reunión de Suiko con Kensuke, el dueño de casa, en la cocina. Había un poco de humo y un aroma exquisito. Kensuke recibió al de Konoha con una sonrisa. — Oh, te estás confundiendo, Izuku. — Comen. — Ryu es mi sobrino, no mi primo. Sé que estoy joven, pero no para tanto. — Carcajeó, tomándose a chiste la situación. — Sí, Kyuren decía que había un laboratorio allí. Nunca pudimos comprobarlo, pero seguramente sea cierto. Antes de que el Imperio declarase el norte como zona roja, shinobis se paseaban por los picos montañosos todo el tiempo. Incluso llegó un dirigible en una ocasión. — Ladeó la cabeza y sacudió la mano, en un gesto de "mas o menos". — No puedo asegurarte nada. Incluso se comenta que hay más de uno. Muchos laboratorios abandonados por el Imperio.

— Oye, si no te incomoda la pregunta... ¿Eres un Uchiha? — Comentó un poco por lo bajo, como si fuese un tema tabú. — De verdad que ustedes son una leyenda. Kyuren siempre hablaba de que sus ojos eran una reliquia. — Los ojos de Kensuke le brillaban, como si estuviese muy ansioso de ver el Sharingan en persona. Pero para no quedar como un interesado, se volteó y fue a revolver el estofado que estaba en la estufa. — Él era muy inteligente, ¿sabes? Pero hay algo que nunca pudo hacer: leer una roca que mi familia ha heredado durante muchísimos años. Dicen que es incluso previa al Kami-Sama. Decía que sólo un Uchiha muy entrenado podría leerla, pues es un idioma que sólo ustedes comprenden. ¿Hablas alguna lengua ancestral o algo así? — Observó a Kouiki buscando aprobación para seguir preguntando. La kunoichi asintió, observando a su aliado de Konoha y asintiendo, como permitiéndole contestar. A ella, de hecho, también le interesaba el tema.

Apariencias

OFF

MAPA

Reglas y Notas

Misión
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La idea de Tobias había sido bien recibida, Ryu logró hacer un mapa en poco tiempo, el mismo era rústico y sin muchos detalles, pero al menos la dirección aproximada así como el resto de información que les brindaron les serviría de ayuda. El moreno observó a la fémina que lo había acompañado, Izanami era el nombre que había dicho, quería ver su expresión cuando la información del posible clan y habilidades de este tal Kyuren fueron expuestas.

—Parece que estamos lidiando con alguien que no logró controlar sus habilidades, ¿quizás fue víctima de algún experimento? —Sus palabras fueron dirigidas específicamente a la peliblanco luego de tomar el mapa y alejarse de los dos hombres. Solo podían crear hipótesis en este momento, pero ciertamente saber lo que les esperaba, así como quizás ir pensando en una manera de detenerlo podría servir de algo.

Cuando ya se estaban acercando a la hora del descanso, Iza dio una idea que era completamente sensata. —Puedo tomar el segundo turno… —El Tatsumaki habló luego de levantar una mano, esperó un par de segundos para ver si los demás se ofrecían y luego informó al resto del grupo sobre lo que Ryu le dijo, mostrándoles el mapa hecho por este mismo, así como las posibles habilidades de Kyuren.

—No sé exactamente que tipo de habilidades sean esas de convertirse en gato, pero de acuerdo a las descripciones podría ser que algo se salió de control, si tratamos con una bestia, deberíamos prepararnos para ello. —La diferencia era mucha entre un ser humano cazando a otro a un depredador con sentidos mejorados cazando humanos.

Si nadie más decía algo, Tobias entonces se dirigiría a alguna habitación con aspecto cómodo y se echaría a dormir, esperando su turno para vigilar la noche.

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Estaba en mis pensamientos, esa dicha fue reconfortante y me ayudó a estar más liviano para la situación. Estaba acostado aún en la cama como si fuese un bebé obeso que se acababa de dormir, pero no estaba durmiendo. Estaba en una profunda meditación, ¿Quién era Kyuren?, Puede que estás personas nos estén mintiendo o nos estén llevando a una muerte segura, no lo sé. Me estiré, mi espalda estaba adolorida. Ser muy alto no me ayudaba mucho. — Ahh, quisiera estar en casa. Bueno, no tengo casa, quizás en esa pequeña choza que construí hace años. — Pasaba por mi mente hasta que decidí levantarme, fui al espejo y frote mis manos en la cuenca de mis ojos. Me veía muy cansado, bajé las escaleras y llegué justo a tiempo para ayudar a terminar la cena. Sonreí, estaba hambriento. Me guarde mis manos en los bolsillos y di un suspiro largo. — Huele perfecto, ¿Necesita ayuda? — Si me dijese que si, o si no entraría a la cocina viendo a Izuku, Kouiki y Kensuke, me recosté sobre una pared escuchando la conversación, llegó un punto dónde escuché cómo él llamó a Izuku. — ¿Uchiha? — Su mente no podía asimilarlo, ¿Era ese Uchiha que me salvó de esos bandidos en aquella misión?, Sí, sí lo era. Me tambalee casi cayendo al piso. Me pude mantener de pie y lo mire fijamente. — Espera, Izuku. ¿Eres el Izuku de la misión Días nevados? — preguntó con pavor en sus ojos, no sabía que estaba frente suya. Tanto tiempo preso y sin nadie le afectó mucho en su memoria, sonrió pues ya sabía con quiénes estaba luchando. — No podía esperar menos de Izuku. — Sonreí y miré a los lados, ví el estofado casi listo. Mi estómago rugió, tenía hambre desde esta mañana y no había comido nada. — Izuku Uchiha, todo un crack en lo que hace. — Pensó mientras esperaba pacientemente la comida.

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Eso significa que los otros no han pasado por esta zona. — Si aquel hombre gato o lo que sea que fuese se empeñó tanto en el equipo Kakusei debido a que se sentía inseguro con su presencia, indicaba que ninguna otra presencia ha aparecido por las cercanías. Por un momento le preocupó que la criatura haga tanto ruido. Si el numeroso ejército rebelde los encontraba, estarían en graves problemas. Pero lo más probable es que solo estén los cuatro actuales en escena.

Dudaba de que las palabras funcionen. Incluso le sorprendía que Isshin intente eso. Lo único que llegaba a su cabeza era pensar que el pelirrojo solo quería ganar tiempo o tenía otro truco bajo la manga, sobre todo, considerando que a poco a poco la apariencia del nuevo amiguito que estaban haciendo se volvía más siniestra y monstruosa. Sus intenciones serían agresivas, acto totalmente opuesto al de Samuru. Este, aprovechando su “invisibilidad”, pasaría totalmente de la supuesta pelea. Sí, le dijo a Mei durante el trayecto que se aparten si sucedía algo, pero ignorará totalmente aquello. Cualquier acción ofensiva que haga el de sombrero anulará su técnica de viento, ocasionando que el truco de la transformación de la gemela no tenga mayor utilidad. Desconocía cuál era el plan de los hermanos, pero confiaría en ellos.

Casi como si no le preocupara en lo más mínimo el peligro que representaba el gato de oscuridad, Samuru comenzó a rodear la zona. Tampoco se dio la vuelta al fin del mundo, pero se aseguró de pasar a unos 25 metros de distancia del enemigo. Esto para que en el caso de ser descubierto y su integridad esté en peligro, pueda reaccionar a tiempo y defenderse. Si no quiso atacar al tal Kyuren, ¿qué es lo que hará? Pues saciar su curiosidad.

Cuando todos llegaron a esta zona del mapa, la detención del gato les daba a entender que algo había ahí. ¿Por qué? Estuvo durante mucho tiempo guiándolos, invitándolos a ir tras él. ¿Por qué no lo hizo antes o después? Pudo ser elegido el sitio al azar, pero sería una forma muy simple de verlo. Además, se podía ver más atrás, ahí al pie de la montaña, una abertura de la cual provenía una luz. Ojalá en esta ocasión la curiosidad no mate al gato.

Cabe aclarar que todos los pasos hechos por Samuru son cuidadosos, aprovechando también su físico delgado para que ni se escuchen sus pisadas. Al llegar cara a cara con la montaña, se estiró un poco y escaló afirmando el pie derecho en una roca para llegar a la abertura y espiar lo que había dentro. Todo esto estando ya en las espaldas del gato gigante a quién sabe cuántos metros. — ¿Quién será esa mujer de pelo blanco de la que habla? — Se preguntó por mientras.

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Isshin dejó escapar un sonoro suspiro ante la actitud del contrario. — Detesto a los putos locos. — Murmuró. Seguía con las manos alzadas, y Mei detrás de él, oculta tras el corpulento Isshin. — Cambio de planes. — Pensó, dirigiéndose a ella para que se diera por enterada. Externamente, sin embargo, el par de hermanos no cambiaría mucho su posición. El sin clan no despegaría la mirada del enemigo ni por un segundo, aún cuando quisiese hacerlo mientras el desgraciado se transformaba. Mei, sin embargo, se habría acercado un par de pasos más cerca de la espalda de Isshin.

— Lo digo en serio, buen señor. — Mentía, naturalmente, sobretodo al llamarle buen señor a aquel desagradable tipo. — No estamos con ninguna mujer de cabello blanco, vinimos aquí en busca de la montaña cementerio y el verdugo de la niebla, pero nos hemos perdido. — Esta vez sí había cierta honestidad en sus palabras, y quizás aquel arrebato de honestidad iba en contra de lo que un ninja debe hacer; engañar. — ¿Sabe algo de eso? Y pregunto de nuevo, ¿Ha visto a mi hermana? — Para cuando las últimas palabras de Isshin salieron de su boca, el animal empezaba a tomar los 20 metros de longitud. Al final del medio discurso, la parte más cercana del gato estaba a 35 metros del par de shinobis.

— Mantengamos la distancia, no debemos precipitarnos sin conocer sus habilidades. — Transmitió Mei a su hermano, con total razón entre aquellas palabras. — Samuru debe estar cerca, y conociéndole, estará aprovechando su camuflaje. — Agregó.

Cuando el contrario realizó el sello y alzó la pata, el pelirrojo se agazapó un poco esperando lo peor. Aunque no actuaría aún. No sin antes confirmar algo. — Por favor, buen señor. Le doy mi palabra de que no estamos en su contra. — Como última súplica, esperaría la reacción del otro.

OFF
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Izanami permaneció atenta a todas las historias e información que los habitantes de aquel lugar pudieran ofrecer. Al fin y al cabo ella sugirió acompañar y ayudar al pescador antes para llegar a este momento en que los habitantes de la zona pudieran ofrecer. Por algo son personas que han vivido cerca de la zona roja y podían conocer algo de la información.

Conforme el mapa era dibujado Izanami se iría fijando en él en cualquier detalle y escuchaba la historia - Y si el aspecto de aquella bestia era mayor y tan diferente al gato que incluso tomasteis como mascota, porque pensaste que era él? El pelaje o algun rasgo era igual aunque el aspecto fuera más grotesco? - Izanami no mostraría cambios en su expresión, ni ninguna clase de empatía o emoción, quería obtener todos los datos posibles.

El joven que permaneció con ella escuchadnos la historia, tambien parecía estar interesado en aquellos hechos - Es probable, el imperio ha trabajo en cosas muy siniestras en algunos centros que era bastante cercanos a núcleos urbanos. Si eso era un laboratorio del imperio no quiero imaginar lo que podían estar investigando en un lugar tan aislado - Se quedo reflexionando un poco más de tiempo y empezó a llegar a conclusiones - La verdad es que muchas de las historias que parecían fantasías que en Ave Mojada me contaron podrían cobrar sentido con pequeñas exageraciones de experimentos peligrosos fugados de múltiples centros de investigación. Eso podría significar que la supuesta tierra prometida aislada del imperio solo es así porque el imperio decidió dejar la zona roja de su fracaso científico como un lugar que evitar y los experimentos desbocados actúan como una barrera artificial entre la tierra libre y el imperio - Le daba igual que le oyeran los residentes, compartía sus teorías e hipótesis con Tobias y los demás compañeros que se prestasen por el lugar - Pero claro eso me deja una gran incógnita. Porque el rio es la frontera natural? Es decir, si por lo que han dicho como mínimo han visto una bestia salvaje de cierto tamaño al otro lado, que la impulsa a no cruzar el rio? Y más si vosotros la habéis visto la bestia tambien debería haberos visto... - Por ahora si nadie más comentaba lo dejaría ahí mientras ella se dedicaba a indagar en las posibilidades.

"Tal vez los experimentos fueron sugestionados para que no pudieran moverse más allá de cierta zona por si se fugaban alguno... Igual alguien aun esta por allí actuando y los utiliza como guardianes o centinelas por eso puede ordenarles una frontera... Y por ultimo si los laboratorios están en ruinas y son experimentos fugados, tal vez alguna sustancia o cosa en el laboratorio les estimula o la requieren y por eso no se alejan de ellos..." Muchas incógnitas, aun más posibilidades y poca información.

Por ahora Izanami se dedicaría cuando pasara la noche a tener el primer turno de guardia por si pasaba algo, hasta ser relevada por Tobias. Para nada más los despertaran a la salida del sol, sugerir de ir a investigar la zona donde estaría ese laboratorio y la bestia misteriosa.

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Última modificación: 15-08-2023, 01:29 AM por Narrador General.
IMPERIALES

Las menciones a Montaña Cementerio le causaron un click al gato espectral de chakra oscuro, plantado frente al dúo. Medía unos 20 metros de largo, y se había medio "parado" sobre sus patas traseras, ocupando más altura y levantando su pata derecha un poco. En ese estado, oyó las palabras de Isshin, que intentaba hacerlo razonar quizá, y aunque era sincero, Kyuren no era de los que dialogaba. Quizá lo hubiese sido en otros tiempos, pero bajo los efectos del Jikken T, como portador del virus, su naturaleza era acabar con el otro. Y especialmente luego de haber sido provocado por una figura de cabello blanco hace unos días. — Montaña Cementerio... Saben demasiado. Señor mío, ¿he de acabar con ellos? — Observó al cielo durante unos instantes. Concentró una gran cantidad de chakra sobre la palma derecha, que un sensor habría sido capaz de detectar.

Sus ojos se desviaron hacia su derecha, y una amplia sonrisa se formó en aquel gato espectral. De un momento a otro, con su gran velocidad, se desplazó hacia su derecha, hacia la posición en que el invisible Samuru había llegado, poniendo un pie sobre la montaña. Ese solo sonido, ese pequeño ruido que hasta intentaba ocultar el Ronin, fue suficiente para que el oído agudo del Izuno resonase en su cerebro y le otorgase una posición aproximada del Kujaku, que había estado oyendo suavemente desde que empezó a rodearlos. En cuanto se desplazó un poco, su amplia longitud no le demandó mucho tiempo, ya que elevó su pata derecha y lanzó un fuerte golpe a la posición donde Samuru invisible habría de estar. Su ataque destrozaría una zona de 2 metros de radio, gracias a su modo gigante. — ¡YUPHAHAHAHAHAHAHA! ¡Ratones! — Sonrió aún más maquiavélicamente tras aquella risa. — Tus palabras pierden valor y demuestran lo traidores que son cuando hacen estas cosas. — Comentó juntando la palma de sus patas delanteras (manos) tras golpear, en un sello manual.
Nikyuu Shineko


OFF

MAPA



REBELDES

En un campamento rebelde improvisado al Este; Grupo 1.

— Tenemos compañía. Al noroeste de aquí. — Comentó un joven de rubia cabellera, con ambas manos juntas. Loh Yamanaka estaba peinando con sus habilidades de sensor la zona a unos kilómetros a su redonda, en un campamento improvisado montado por sus 4 subordinados al sur del río, en la zona más oriental de la isla de las Montañas. — Detecto cuatro presencias. Jocko, alístate. Quizá necesitemos confirmar de qué se trata. No son chakras conocidos. — Pasaron unos 15 minutos, y finalmente las cuatro presencias confluyeron en un punto más común. Al haberse frenado, sus niveles de chakra comenzaron a fluctuar, revelando que probablemente había una trifulca en dicho punto. Loh, sin demorarse para nada, realizó una comunicación telepática con Kouiki Suiko, que estaba a algunos kilómetros de su posición, en la estancia.



— Su misma ropa. Tiene que haber sido él, tenía el mismo pañuelo, su misma ropa pero desgastada y rota, y sobre todo identifiqué sus ojos rojos. — Ryu hizo una mueca y levanto las palmas ante la historia de su primo Dan. — Eso es lo que él cree. — Descreía bastante de aquella historia, y pensaba que quizá su primo fabulaba. Era bastante negacionista y reacio a creer que Kyuren seguía vivo, pues a diferencia del shinobi Izuno, Ryu no tenía la fuerza y coraje suficiente para ir a la Zona Roja a intentar recuperar a su amigo si es que seguía vivo.

Jikaro ayudó a terminar de preparar la cena. Ciertamente el tío Kensuke lo agradeció y lo recibió con una sonrisa, maravillado con la buena voluntad de los shinobis rebeldes. En un momento los interrumpió mientras hablaba a Izuku sobre un extraño idioma, como habiendo reconocido de golpe al Uchiha. Tanto el dueño de casa como Suiko arquearon una ceja, aunque luego la líder carcajeó ante el comentario. — Es pequeño el mundo para la Rebelión. Los mejores tienden a unirse, dicen. — Confiaba en las habilidades del grupo.

La cena fue bastante tranquila y variopinta. Conversaron sobre diversos temas banales, y tras ella el grupo de shinobis se reunió a solas arriba, luego de que Izanami planteara su estrategia de hacer turnos para descansar y vigilar a la vez. Al parecer todos estaban de acuerdo. Lamentablemente, su speach y comentarios sobre la supuesta "frontera natural" del río y sus teorías sobre por qué la bestia no cruzaba ese límite si en verdad existía, no fueron oídas por los residentes de la estancia, que ya se habían ido a ordenar y a dormir. A excepción de Kensuke, que planeaba conversar con Izuku un poco más, ya que el joven no había respondido a sus dudas antes de la cena. — Izuku, ¿me acompañarías al sótano? Tengo algo para mostrarte que quizá pueda interesarte.

Antes de que siquiera el primer turno comenzase, cuando Tobias y Jikaro se encaminaban a dormir en las camas de la planta superior. Kouiki Suiko, su líder, se apareció acelerada. Había recibido una comunicación de Yamanaka Loh, reportando 4 presencias desconocidas al noreste, en la Zona Roja. Izanami fue la primera en enterarse. "Kouiki. Cuatro chakras desconocidos se cruzaron en la Zona Roja. Jocko está en camino, envía a alguno de los tuyos al lugar a echar un vistazo. Puede que tengamos compañía, y no sé qué tan bueno es eso". La líder se preparó a impartir órdenes. — Izanami, Jikaro, arriba. Los necesito en el noreste, cruzando el río por la zona en la que llegamos y yendo hacia el este. Hay cuatro chakras desconocidos. No se arriesguen sin necesidad, sólo necesitamos saber de qué se trata. Loh se comunicará para darles indicaciones, aunque dudo que pueda oírlos a ustedes. — Cabeceó hacia la salida. — Rápido. Montaré guardia mientras Izuku entretiene a Kensuke. Procuremos mantener la calma con ellos. — Comentó a Tobias y Muu, que se quedarían allí, con referencia a los residentes de la estancia.

En cuanto partiesen y se acercasen más al cauce del río, Loh se comunicaría con ellos telepáticamente para indicarles hacia dónde ir. "Izanami. Jikaro. Estoy en sus cabezas, soy Loh. Sigan hacia la Zona Roja, al punto donde llegaron por la tarde. Jocko, de mi grupo, también está yendo al lugar". Sus indicaciones no serían muy precisas hasta que se adentrasen más en la Zona Roja, pero todavía tenían un trayecto de algunos minutos corriendo para llegar. ¿Lo bueno? La lluvia ya había sido detenida por la peliplata de Kiri.

Apariencias

OFF

MAPA

Reglas y Notas

Misión
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Al parecer las apuestas sobre el destino del compañero estaban puestas entre si tuvo alguna alucinación por su obsesión de no aceptar que habia perdido a un buen amigo o si era verdad. Lo cierto es que fuera lo que fuera que vio, tenia esperanza y eso interesaba bastante a Izanami porque significaba que algo vivo se movía por el lugar en las proximidades del rio. 

Pero las rondas de teorías y suposiciones estaban por concluir, tocaba descansar y montar guardia. Pero lo que no imaginaba Izanami era que la alerta de peligro le llegaría tan pronto. Seria la líder quien subiría de su charla con el señor de la casa para informar de urgencia que habia cuatro chakras sospechosos en las inmediaciones. Eso animo mucho a Izanami quien estaba deseando descubrir que era lo que podía haber al otro lado de aquella zona roja. De hecho si no la llegan  elegir para ir a la búsqueda, se habría fugado para investigar por su cuenta.

- No se preocupe, enseguida volvemos - Izanami procedería a moverse por la casa con suma tranquilidad como si nada pasara con la cara de póker que habitualmente tenia. Así de cruzarse con alguno de los residentes del refugio no sospecharían que algo malo pasaba y en el caso de que le preguntaran donde iba simplemente que se iba a poner a patrullar por los alrededores, costumbres de los shinobi durante la noche.

Pero en el mismo momento que saliera al exterior de la casa. La shinobi pondría rumbo directo a la zona especificada a toda velocidad como un rayo. Si Jikaro estaba para seguirle el rumbo bien, pero si no estaba o se retrasaba pues ella seguiría sin parar impulsada por un espíritu curioso.

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Parecía entonces que iban a tomar los turnos en la noche, como Izanami había decidido ser la primera, el moreno decidió irse a la habitación que se le fuese asignada a dormir. No esperó, sin embargo, a que problemas aparecieran de la nada, de repente, uno de los líderes de este grupo llamó a la peliblanco y a Jikaro, mismo que estaba cerca de Tobias, parecía que ambos debían ir un poco lejos de allí a revisar la situación, algo relacionado con cuatro fuentes de chakra desconocidas, definitivamente sospechoso.

El Tatsumaki no pudo hacer más que bajar, tratando de parecer calmado mientras decía: —Cambio de planes, me tocará la primera guardia, ¿alguien quiere la segunda? —Le preguntaba a alguno de los rebeldes que quedaban dentro del establecimiento, con dos menos la cosa sería un poco más apretada, pero al menos si él tomaba la primera guardia podría dormir un largo rato después. Me pregunto que habrá pasado. Pensó mientras observa a través de una ventana y veía a la pareja correr en dirección al río, fuese lo que fuese, la acción se estaba acercando poco a poco.

¿Era eso lo que quería? Una pequeña pregunta apareció en la mente del moreno, quería demostrar su valía, si, ¿pero era lo correcto usar su fuerza? Sus habilidades podían ayudar al grupo, pero no sabía que tan bueno sería junto con el resto, al menos no hasta que los viese combatir. Suspiró, no podía pensar en eso ahorita, solo le tocaría esperar a ver como se desarrollaba la situación y era mejor en este momento concentrarse en la tarea que tenía a la mano, vigilar.

Resumen
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Ryu hizo un mapa detallado de la zona para Tobias e incluso añadió la ubicación del laboratorio imperial, datos que seguramente serian de gran relevancia para la mision que tenían los shinobis entre manos.
Por su parta, Izuku escucho con atención como Dan comentaba los detalles de su encuentro con Kyuren, el rebelde desaparecido. Al parecer era un sujeto bastante peculiar con habilidades para convertirse en felino a voluntad, algo que Izuku nunca había escuchado, pero que sin duda no seria de extrañar de un habilidoso ninja. Lo más curioso de la historia es que un tiempo fue la mascota de la estancia, hasta que descubrieron su verdadera identidad. No obstante hace dos meses se encontraron con una bestia salvaje mucho más grande y peligrosa pero con rastros del que alguna vez fue Kyuren.

Por otro lado, Kensuke le comento a Izuku que el laboratorio nunca pudo ser comprobado, no obstante luego hizo una pregunta que inquieto al joven Uchiha. Este le indico que tenia en posesión una roca viejísima, que solo los Uchihas son capaces de leer y le pregunto si hablaba alguna lengua ancestral.
Izuku se quedo tan sorprendido que se tardo un rato en responder, mientras trataba de recordad si en verdad alguna vez había escuchado sobre una lengua ancestral que solo su clan conocía.
Por su parte, Jikaro justo lo reconoció, de una antigua mision que hicieron en la gran cordillera del oeste, cuando todavía el Uchiha era un simple genin.
-Ohh Jikaro, jeje mira que casualidad, si claro que te recuerdo- Respondió con sinceridad.

En ese momento Izuku respondió lo que antes su sorpresa no le permitió responder.
-Si soy de ese clan, pero nunca escuche sobre algo que solo los Uchihas podemos leer, que curioso. Aunque bueno mi padre murio cuando era joven así que quizás es una de esas historias que no pude llegar a escuchar de el.-

Entonces Kensuke decidió demostrarle que sus palabras no eran solo leyendas invitándolo al sótano.
-Dale vamos, ¿me mostraras esa piedra?- Dijo Izuku emocionado.- Aunque no puedo prometerte nada, a duras penas puedo leer hiragana jaja pero si es una habilidad natural como el kekei genkai será interesante comprobarlo. Dijo Izuku, al tiempo que activaba su sharingan, solo en caso de que eso ayudara en la tarea.

CHAKRA NO YOSEI KAIZEN

(sharingan sensorial)

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Estar tanto tiempo ayudando a el señor a cocinar me hizo reflexionar algunas cosas con respecto a la cocina, ¿Era mejor echar sal antes de qué hierba o después?, En mi mente pasaba lo de esperar y ahí echar la sal, pero me di cuenta que ellos tenían una manera extraña de cocinar guiso. Me encantó y quería aprender más, no pude pues llamaron a comer y no iba a decir que no.

La comida estuvo de lo mejor. Estaba un poco cansado y había comido mucho, tenía que tener energías pues me tocaba acompañar a Izanami a patrullar, le mire y con una sonrisa le hable. — Pues creo que me tocará patrullar contigo. — Comenté casi riéndome a la par que subía las escaleras, tenía una sonrisa de oreja a oreja, miré al frente y noté como Kouiki entró despavorida. Me exalte y me preparé, quería estar listo para cualquier cosa. — Entendido, cualquier cosa intentaré volver lo más sano posible: Izanami, cuento contigo. — No contaba para nada con ella, todo su discurso de paz e intentar dar esperanzas a sus compañeros no se lo creía ni él. Bajé y me quedé esperándola afuera, iba a prender un cigarrillo pero no tenía encendedor. Miré a Izanami. — Recuerda no te arriesgues. — Dije para de un momento a otro tomar carrera, no iba a la par de ella, íbamos parejos. No tanto. Al escuchar a Loh sonreí, estaba en mi mente. — Cuente con eso Señor Loh. — Intenté responder, quizás no escucharía y lo estaba haciendo en vano pero intentar no costaba nada. Seguiría corriendo hasta estar cerca, no tanto pero lo suficiente para ver con claridad. — Cuatro Chakras entraron por la zona roja, quizás sean simples civiles pero como escuchaba Kouiki y lo alertado que se escuchaba Loh, me da miedo. Mucho miedo. — Mis pensamientos eran extraños pero con razón pues no sabía a lo que se iban a encontrar o si quisiera el que nos íbamos a ver las caras.

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