IMPERIALES
— Wow, wow, tranquilo ahí. — Fue lo primero que dijo el desconocido, antes de dar su presentación ante Isshin. En lugar de llegar saludando, llegó brazos arriba y un poco asustado de que el pelirrojo lo primerease y le clavase el kunai en definitiva. Luego, se presentó con normalidad y comentó su procedencia al muchacho, sin tener muchos sobresaltos. Al menos su tono se notaba creíble. Lo que sí lo había logrado sobresaltar era el comentario sobre la puñalada, y se notó por el modo en que se mostró.
Si el renegado de Konoha decidía acompañar al hombre, este aceptaría asintiendo con la cabeza.
— Dale, si no te molesta... — Comentó dejándole los galones para que él los llevase. Si Isshin los tomaba, el hombre tomaría el cigarrillo de sus labios, daría una última calada provocando que la larga ceniza que estaba acumulando cayese sobre la hierba, y luego lanzaría la colilla a un lado. No sabía si el pelirrojo le haría algo, pero no estaban muy lejos de Ave Mojada, así que decidió confiar pese a que se oyó amenazante en un primer momento. Entendía que, por la noche, no era normal cruzarse a nadie y podía ser peligroso, así que lo tomó como algo perfectamente normal. Sin embargo, la mención a un "kunai" con tanta naturalidad, le daba a entender que aquel podía ser un shinobi. Sólo restaba saber si respondía a la Hangyaku.
— Partí esta tarde, vengo de un poco al norte, llegando a un río bastante conocido, que divide la zona habitada de la desconocida. — Pausó cuando llegaron a su caballo, al que montó, tomando la delantera pero yendo despacio para ir acompañando a su nuevo "amigo".
— Tenemos varias hectáreas y nos dedicamos a cultivar trigo y hacer harina en unos molinos de la familia. — Luego oyó sobre los supuestos "rumores" y demás mitos que el pelirrojo preguntaba a todo el mundo en aquellos días.
— Pues... Lo único que puedo decirte es que no vayas al norte. Nadie vuelve de ahí, nunca. No sé qué haya por allá, pero de seguro no vale la pena como para morir. — Cabeceó hacia el pueblo, del cual se veían sus primeras luces al comenzar a acercarse más.
— ¿Trabajas para la Hangyaku? Ellos intentarán convencerte de que aquí está la supuesta "Tierra Libre". Ya he oído todas esas historias. Pero te veo joven, no mereces morir por perseguir algo así. Yo sinceramente... dudo que la muerte sea libertad.
Al día siguiente, si todo transcurría con normalidad, Mei se lograría hacer con un mapa más o menos general, físico sobre todo, de las locaciones del País de las Montañas. El mismo mostraba Ave Mojada al sur, algunos parajes por la zona suroeste, y luego campos, bosques, praderas y un valle que cruzar hasta llegar al río. Pasando el mismo, una zona con signos de interrogación y numerosos picos montañosos representados. Una cruz cerca de una de las montañas del centro-este, cuya referencia anotaba: 'Kyuren'.
Samuru trabajó con normalidad en la posada, sin levantar muchas miradas curiosas, pero sí exponiéndose a la cercanía nuevamente de miembros notables y capitanes de la Rebelión. Entre ellos un gran y reconocido sensor como Yamanaka Loh, lo que dificultaría acercarse a él sin levantar miradas de sospecha a medida que el tiempo transcurriera. Pero manteniendo su fachada, logró hacerse con la información sobre la excursión rebelde. De todos modos, aquí había un enemigo más grande: el misterio. Ni propios ni ajenos sabían a qué se enfrentarían.
Con una hora de retardo, salieron por la salida que Samuru había detectado como "más cercana". El grupo dos, comandado por Kouiki Suiko y compuesto también por los que había oído eran: Maki Muu, Kenshi Tanaka, Tobi, Jikaro Sarutobi e Izanami. Era uno de los grupos más numerosos, sin duda alguna. Para suerte de ellos, la estrategia fue la adecuada: Mei conocía bien los alrededores y les permitió pasar desapercibidos en su salida, sin ser descubiertos y camuflándose entre herbajes, pequeños parajes de árboles y rocas que seguían cauces de algunos ínfimos ríos muy rocosos.
Su viaje también fue largo. Siguiendo las huellas del grupo de rebeldes, llegaron al mismo río, un poco más tarde cuando ya era completamente de noche. No encontraron a ningún pescador allí, y las huellas parecían perderse un poco o volverse más confusas, pues en el lugar había marcas de animales y demás presencias. El mapa de Mei marcaba una estancia a unos tres kilómetros al oeste.
Pero si prestaban un poco de atención a los alrededores, y sobre todo del otro lado de la orilla, pese a que sólo la luna alumbraba, verían dos ojos brillantes entre la oscuridad, entre unos arbustos. Era lo que parecían ser los orbes de algún animal que los acechaba, pero desde varios metros. No era muy normal que un animal notase presencias a tanta distancia, así que si era uno se trataba de uno muy avispado y atento, pues las figuras de los 2 shinobis se veían bastante tenues. Si el dúo volteaba a la vez a ver hacia allí, los ojos rápidamente se moverían, y una figura similar a una pantera saldría corriendo hacia el interior de la zona roja, perdiéndose entre la vegetación yendo hacia el noreste.
REBELDES
— Debe ser de ahí. — Comentó Suiko, en referencia a la estancia que había mencionado, y respecto de lo cuál Tobias había notado con preferencia a los demás.
— Claro. No es un poblado, jaja, más bien una estancia más humilde, pero sí, soy de allí. De hecho, ustedes deben ser la comitiva rebelde, ¿no? Mi tío ha preparado todo por si decidían visitarnos. — Sonrió viéndolos y se sorprendió al ver al gran ave del Uchiha hablar, pero no emitió comentario al respecto.
— En definitiva, si es de la estancia, debe tener algún dato que nos sea útil. Loh me ha comentado sobre esta familia. Lo mejor será aceptar el alojamiento. — Susurró la líder a Izanami, que había comentado sobre la utilidad de ir con el pescador. Ryu se había acercado a la orilla, por su parte, y Muu ya había abordado a la canoa, con suma confianza.
— Es un placer, Ryu. — Mientras tanto, Jikaro propuso algo que le hizo brillar los ojos al hombre, e Izanami redobló la apuesta y le provocó una sincera sonrisa.
— Por cosas como estas apreciamos tanto a los shinobis aquí. Ustedes son más que bienvenidos, pero sería genial si nos ayudaran a que el agua llegue a nuestra estancia. He visto como quienes manejan el chakra escupen agua y hacen cosas increíbles. — Negó sorprendido.
— Suban, los acercaré hasta la entrada del canal seco.
Si el grupo decidía subirse o seguirlo, unos pies se toparían con un cascabel atado a una banda ninja de Kiri tachada, tirada en el suelo de la canoa. Tras avanzar remando, a unos 3 kilómetros siguiendo el curso del río al oeste, llegarían a una seca entrada, que en realidad se había llenado bastante de malezas y sedimentos provenientes de montaña arriba, que habían provocado una formación rocosa, impidiendo que el agua pasase al canal comunicando con la estancia y sus cultivos.
— Aquí es. Como ven, se ha formado esto luego de una sequía hace unos años, y nunca más pudimos tener agua en la estancia. Y moverse por acá... Bueno, ya sabrán que no es del todo seguro. — Le echó una mirada al norte, a los picos montañosos que ya solo se veían como sombras delante de un cielo que comenzaba a oscurecer más y más a cada instante.
— El tío estará muy contento si logran ayudarnos con esto. Hay varias historias que podríamos contarles si deciden aceptar nuestra invitación. — Se veía a Ryu bastante amable, y al parecer su súplica por agua era muy sincera.
OFF
Imperiales: El hombre desconocido en el bosque interactúa con Isshin y se alarma porque oyó el aviso de la puñalada con claridad. Luego sigue su conversación con normalidad, y luego acepta la compañía hasta Ave Mojada. Si Isshin decide asesinarlo, no otorgará ninguno de los pocos datos que da.
Gracias a un mapa de Mei y sus conocimientos adquiridos, el grupo logra evadir los ojos rebeldes y avanzar una hora por detrás del grupo 2, llegando a la misma orilla donde, una hora exacta antes, habían estado el grupo de Kouiki, Muu, Iza, Tobi, Jikaro e Izuku. La estancia está marcada a 3 kilómetros al oeste en el mapa. Unos ojos los acechan desde la otra orilla en la oscuridad, y luego se pierden cuando los detectan.
Rebeldes: El pescador confirma ser de la estancia mencionada por Kouiki Suiko, y acepta gustoso la propuesta de Jikaro e Izanami. Los invita a subir a la canoa o a seguirlo, y los conduce a la entrada que bloquea el paso de agua al canal. Además, hay un detallito en la canoa.
¡Buena suerte!
Reglas y Notas
Participantes:
Isshin (S),
Samuru (S+),
Jikaro (A+),
Izanami (S),
Tobias (S+),
Izuku (S+).
- Se aplicará, en principio, la regla de 48 horas por ronda. Ustedes tendrán 48 horas para realizar su turno, y luego yo otras 48.
- No se aceptarán prórrogas, pero en principio tampoco se aplicarán strikes. Por lo tanto, de no postear simplemente perderán su turno, y en caso de estar en combate se tendrán por válidas todas las acciones en su contra.
- Estas normas pueden cambiar, así que si no se nota compromiso de parte de los usuarios, pueden comenzar a correr los strikes.
- Es obligatorio adjuntar un resumen al final de cada post, a fin de que Narrador pueda contar con una perspectiva más clara sobre los movimientos de cada personaje y organizar la ronda. En caso de no colocarlo, puede que su turno se tenga por no escrito.
- Deberán fijar sus estadísticas con el código "personaje" en su primer respuesta. Contarán todas las habilidades aprendidas hasta dicho momento.
- Está prohibida la manipulación de oponentes, del entorno/ambientación y similares sin el permiso del narrador.
- La dificultad es Alta (A), y hay riesgo de muerte.
- Al haber dos bandos, el PvP está siempre presente en potencia. Esto quiere decir que, de acuerdo a las acciones de sus jugadores, la misión puede generar combates entre usuarios o no hacerlo.
- Se penalizará cualquier intento de metarol, godrol o falta que realicen los usuarios. La misión está hecha para divertirnos e interpretar correctamente a nuestros personajes, así que intentemos apegarnos a ello.
Misión
Luego de la incursión rebelde en el Templo del Rayo y la obtención de un pergamino con información vital para la búsqueda de la misteriosa "Tierra Libre", Gū Tokage (Segundo Oficial Rebelde del Rayo) ha iniciado una travesía por todo el mundo para reclutar a diferentes referentes y shinobis de élite, buscando conformar un grupo de verdaderos guerreros valientes que estén dispuestos a hacer una excursión a, donde se cree en principio, se encuentra la Tierra Libre.
La pista es el País de las Montañas, ubicado en una isla del Mar del Este. Para formar este grupo, el Tokage se ha valido de algunos referentes rebeldes de otras naciones, como Kouiki Suiko y Luu Maki del Viento, Loh Yamanaka del Fuego, Yatō Hozuki del Agua o Reia Konjiki de la poderosa Hangyaku no Kitsune (Tierra). Solo shinobis de élite han quedado, y diferentes escuadrones intentarán sortear los peligros de la un tanto inexplorada isla.
Por su parte, la Shodai Suijin ha obtenido el dato gracias a sus espías en el Rayo, y busca junto al resto de Imperios enviar algunos shinobis de muy alta categoría a las Montañas para intentar espiar a los rebeldes o desbaratar su plan en la medida de lo posible, aunque lo esencial es evitar la confrontación directa, pues asignar muchos recursos a vigilar a los rebeldes no era prioridad en estos momentos de movimientos políticos.