[Misión Rango A] Junrei: Primera Excursión al Paraíso
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El pelirrojo se rascaba la cabeza con ahínco en un intento por hacer fluir sus propias ideas mientras la reunión tenía lugar y Mei había tomado la palabra para dar su punto de vista. Todo era demasiado complejo para su propio gusto, y estaba transitando caminos que en otrora buscaba evitar. La incertidumbre y la necesidad de mantenerse encubierto le traían dolores de cabeza, pues no era su manera preferida de actuar aún cuando una gran parte de su entrenamiento en las artes de su profesión iban de eso.

— Iré por ti mañana temprano, antes de que la excursión salga, y evaluaremos si partir o no. — Fue prácticamente lo último que le dijo a Samuru antes de escuchar las pisadas en las cercanías. — Creo que tenemos compañía. — Le susurró al peliazul. — No sé quién ni si ha escuchado algo que no debía. — Aún entre susurros, miró a Mei y esta asintió. La chica se levantó y empezó a caminar hacia el lado contrario a donde venía el ruido de pisadas. Una vez estuvo lo suficientemente lejos como para que Isshin le confirmase con un aviso mental que no podía verla tras atravesar el límite del pequeño bosque -y por ello tentativamente el posible intruso tampoco-, ejecutó una tanda de sellos rápida mientras se concentraba en una técnica.

— Regresa a la aldea como si nada. Si ocurre trataré de avisarte para que vengas lo más rápido posible, si no, nos veremos mañana. Yo me encargo del resto. — Siguió susurrando Isshin con destino a Samuru. El peliazul ya había partido, Mei ya había acabado sus sellos y una gran esfera traslúcida aparecería frente a ella.

Kanchi Suikyū
-20 de chakra (Espe nin aplicada)

— Avísame si hay fuentes de chakra cerca, descartando a Samuru. Y a nosotros. — Indicó Isshin a la chica a través de su conexión mental. — No tienes que explicarme cómo funciona la técnica. — Respondió ella, un tanto frustrada.

Dependiendo de lo que ella le dijese, Isshin actuaría de una manera u otra. De momento, era un simple ayudante de herrero tomando aire fresco, en solitario, alrededor de una fogata. Las incógnitas eran varias, entre ellas quién -o qué- estaba ahí en las cercanías, si era un civil más o un ninja, y si había escuchado algo que no debía.

Una vez Mei le diese algo de información actuaría. Todo con la intención y necesidad de cuidarse el cuello y al mismo tiempo pensando en la posibilidad de partir al día siguiente por la mañana.


off
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IMPERIALES

Isshin decidió tomar medidas ante aquellos sonidos de origen desconocidos, y fue bastante precavido en su estrategia. Tras realizar la detección Mei, pudo observar, además de sus dos aliados (su hermano gemelo y Samuru, alejándose), una fuente de chakra considerablemente más baja a la de ellos. Su chakra era similar al que tendría un civil promedio, por lo que podía inferirse que no se trataba de un shinobi, pero tampoco era tan bajo como para ser un animal. A su vez, se localizó pequeñísimos focos provenientes de animales silvestres de aquel bosque, pero nada de qué preocuparse.

Si finalmente Isshin decidía acercarse, se encontraría a pocos metros a un hombre, que de hecho se dirigía al claro de la fogata. Cargaba consigo dos galones vacíos y venía fumando un cigarro. Si lo veía, le sonreiría y saludaría con el mentón, agachando la cabeza hacia el pelirrojo. — Buenas noches joven, disculpe que lo haya molestado. — Comentó observando las pintas del renegado de la Hoja. — Me dirigía hacia Ave Mojada y me llamó la atención la luz mientras pasaba con mi caballo. ¿Todo bien por acá?

El hombre se veía joven, de unos veintitantos, vestía una camisa a cuadros y unos pantalones típicos de alguien que trabaja la tierra. Parecía un trabajador campestre, y venía de la dirección contraria a la aldea, por lo que sus dichos coincidían con lo que hacía. Eso sí, el horario era un poco extraño. — Vengo a traer unos costales de harina a la panadería, y de paso me llevo unos galones de agua.


REBELDES

La votación sobre el transporte parecía haber sido ganada, aunque faltaba votar la última de los integrantes del grupo que no era la líder. — Pues... A caballo no estaría mal, pero es verdad que llegaremos más rápido a pie. — Muu observó a Izuku invocar a Takada y de inmediato giró a ver a Kouiki, levantando las cejas y mostrando su labio inferior mientras movía la cabeza, en un gesto de "mira qué tal". La líder se sonrió y negó apenas levemente. — Está bien, Izuku Uchiha. Ya que tu compañero te ha delatado, no tiene sentido seguir con tu pseudónimo, o al menos entre nosotros. — Si bien el joven de Konoha se había presentado como Kenshi Tanaka, los superiores ya sabían sobre su identidad, y Yamanaka Loh lo había citado a sabiendas de que era un shinobi perteneciente al clan de ojos rojos.

— Solo intenta no llamar la atención. — Maki Muu se acercó a Takada y le sonrió muy emocionada al ave, inclinándose hacia ella. — Es un placer, Takada-chan. ¡Soy Maki Muu de Sunagakure! Me alegra conocer a otra de ustedes. Seguro tú y Riku deben conocerse. — La joven se mostraba bastante familiarizada con las aves, y en especial las invocaciones, o al menos aquello demostraba con su modo de acercarse a Takada y sus gestos.

— Será a pie entonces. Esperemos la orden de Loh-kun. — La jefa reposó en un poste de madera. Pasaron menos de veinte minutos, el anterior escuadrón ya había salido y la orden de partir cambiando un poco la ruta hacia el oeste llegó. — Muy bien, en marcha. — Y así, el grupo de seis saldría, con la Suiko a la cabeza y el grupo de pintorescos shinobis a sus espaldas, con los cielos cubiertos por Izuku y su ave, abandonando Ave Mojada. ¿Sería aquella la última vez que pasarían por ese lugar?

En el viaje observarían pintorescos paisajes. Conforme avanzaban más y más, los picos montañosos se hacían menos difuminados y se presentaban más cercanos. Poco a poco el terreno iba en pendiente, elevándose, y algunos valles con elevaciones menores eran cruzados. Bosques a los lados, alguna reserva de pinos y poquísimas construcciones. Algunas de esas cosas fueron las que los foráneos pudieron observar en su rápida carrera hacia el río. Para cuando llegaron, ya el sol estaba a punto de desaparecer por completo. El reloj marcaba las 7 pasadas de la tarde.

Se detuvieron justo al pie del río. Desde allí podían ver el inicio de las montañas más altas, que comenzaban a subir desde la orilla del otro lado. — La zona roja. Hasta aquí hemos llegado. Más allá será todo descubrimiento, esperemos llegar lo más lejos posible. — Comentó Kouiki antes de voltear a ver a su grupo. Esperaba que Izuku hubiese bajado con sus compañeros ya. — Bien. Según Loh, me ha dicho que tiene un mapa, y un poco al sudoeste hay una estancia donde podríamos descansar. — Pero Muu, dispersa como siempre, se había alejado unos metros y estaba en la orilla del río levantando los brazos y saludando. — ¡HOLAAAAAAAAAAAA! — Se oyó por la zona el grito de la Maki, que llamó la atención de un hombre que remaba en una canoa, en dirección al oeste y más cercano a la otra orilla, recogiendo unas redes que parecían estar atadas cruzando el río, para atrapar peces. El hombre levantó la mano en forma de saludo, y luego de revisar las redes, si los jovenes esperaban unos minutos, se acercaría a su orilla remando a dar un saludo. — Qué hay, forasteros. ¿Vienen de Ave Mojada? — Traía algunos peces en el piso de su canoa, saltando al estar todavía vivos, y contaba con un cuchillo junto a su asiento.

— Soy Ryu, vivo aquí a unos kilómetros. Nuestra estancia está anegada por una gran sequía, así que ya debo retornar. — Comentó mientras atrapaba a un pez que intentaba saltar de la canoa para regresar al agua. Ryu sonrió y lo devolvió con el grupo de una lanzada.

Apariencias

OFF

Reglas y Notas

Misión
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No escuchó ruido alguno ni nada que le alerte, así que asumió que Isshin no tendría problema manejando aquel asunto. Esto permitió que Samuru siga su curso normal de volver hasta donde dormía y así comenzar temprano el día siguiente. ¿Qué es lo que haría aquí? Bastante simple. Nuevamente haría gala de una técnica simple, pero efectiva. Ya que no era su estilo usarla en combates, al menos en este tipo de situaciones podía ser más respetable de utilizar. Aprovechando la madrugada, creó la réplica y esta sería quien se encargue de hacer todo el trabajo de mesero y trapeador de pisos. Sí, pobre, pero no tenía oportunidad de quejarse.

Fuera, el original activaría el jutsu de transformación tras un simple sello manual. Su observación sería la de un aldeano común y corriente, NPC nivel cero. Este se quedaría paseando por fuera del bar, fingiendo que trabaja cargando madera de un lado para otro. Obviamente no pasaba a cada rato. No se podía olvidar el dato de que había un montón de ninjas ahí, y de alto nivel, por lo que se darían cuenta si alguien pasaba todo el rato por donde ellos tenían su reunión. Así que Samuru se aseguró de sus recorridos sean irregulares, no sigan un patrón. Su concentración estaría ahí.

Regresando al interior del bar, el clon de Samuru sería el protagonista desde nuestro punto de vista. Cuando los rebeldes llegaron, este se encargaría de atenderlos. Ya había dejado el piso brillante, las mesas todas limpias. No podían quejarse de nada. La comida y los tragos también fueron entregados con rapidez y la amabilidad en sus palabras fueron notorios tal como ocurrió el día anterior. Esta vez notó la presencia de individuos diferentes, lo que significaba que seguían llegando tipos a la isla. ¿Es que pensaban traer a un país entero a un pueblito tan humilde? Eso también podía indicar que estaban muy seguros de que harían un gran descubrimiento en este sitio.

Lo mejor de todo es que no se repitió la misma historia del día anterior. No le pidieron retirarse antes de la reunión, por lo que pudo estar presente durante la misma. Mientras tanto se entretuvo lavando vasos y distintos utensilios en un lavamanos que había detrás de la barra. Pero claro, su atención, sobre todo en su capacidad auditiva, estaba en lo que hablaban los queridos invitados. Viajarían pronto y a pie. También se mencionó sobre usar un ave para vigilar desde las alturas. Sin duda seguirlos o adelantarlos no sería fácil.

Cuando se dispusieron a retirarse, Samuru se despidió. — Por favor, cuídense mucho. Estaré aquí para servirles cuando regresen. — Y así fue como el lugar quedaría vacío. Le dijo a su jefe de ir a descansar un rato a su habitación, pues se había encargado de servir a un grupo numeroso. Se alejó hasta que el viejo no pudiera verlo y desapareció. Esto porque el original, desde la distancia, observó salir a todo mundo. Dio unos cuantos segundos de margen para estar seguro e hizo desaparecer a la copia. Ahí es cuando toda la información llegó a su cabeza.

La noche anterior, Isshin le dijo a Samuru que lo encontraría al día siguiente para tomar la decisión final, así que tomaremos como que el pelirrojo ya dio con el sin aldea transformado. — Irán a pie, pero también vigilarán desde el aire. Es mucha gente. Quizás debamos buscar infiltrarnos entre ellos o ir desde muy atrás. Sé más o menos el camino que seguirán. — Aparte, también le dio el resto de detalles que pudo escuchar en la reunión. Les dejaría a los hermanitos carmesí la decisión final, por lo que él haría lo que ellos digan. Si seguirlos de cerca, de lejos, rodear la zona. Había varias opciones, pero lo que sí está claro es que ninguna es del todo segura.

Información


Resumen
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Izuku invoco a su ave para poder hacer el trayecto del viaje por aire y a gran velocidad. Parecía una buena idea, solo que se olvido de un pequeño detalle, decirle a su ave acerca de su seudónimo. Lo que naturalmente daría pie a una escena por demás embarazosa. Además el Uchiha estaba tan centrado en la mision, que no se dio cuenta de su error hasta que sus lideres lo mencionaron.
-Oh no!, tonta me delataste!- Diría Izuku a su ave.
Takada se le quedo mirando con ojos culposos.
-Aunque fue mi culpa, debí decírtelo...-Dijo Izuku acariciando al ave.
-Bakaa Izuku- Le respondería el ave
-Bueno si mi nombre es Izuku, Kenshi es mi apodo, un nombre clave que suelo usar para despistar a los imperiales. Disculpen por eso.- Dijo Izuku inclinando la cabeza a sus compañeros.

Maki Muu se acerco y se presento con el ave, lo cual era un noble gesto y el ave le respondió de igual manera inclinándose.
Menciono a una tal Riku, que Izuku no entendió bien a quien se refería, pero por contexto era asumible que se trataba de otra ave.

Tras resolver el malentendido, el Uchiha monto al ave y pudo disfrutar de un viaje ameno observando con atención al grupo, desde una altura segura, a veces ocultándose entre las nubes para no llamar tanto la atención, pero sin alejarse demaciado para no perder al equipo de vista ante posibles amenazas. El paisaje era variado, desde picos nevados hasta bosques llenos de arboles. Era una gran ventaja contar con Takada para la mision, ya que su velocidad era equiparable a la de los ninjas, pero a su vez podía sortear los obstáculos naturales sin mucha dificultad, mientras Izuku podía darse el lujo de descansar un poco.
Finalmente la comitiva llegaría al pie del rio, por lo que Izuku descendió del ave para escuchar las nuevas instrucciones.
Al parecer, había una cabaña al suroeste donde los shinobis podrían descansar. Entre tanto un amigable pesquero se acerco a saludar. 
-Buenos días- Dijo Izuku saludando a Ryu. Así es, de allí venimos.
Takada aprovecho también para cazarse un pescado en lo que estaba.
-Praark rico pescado, quiere uno Izuku.
-Jeje, no gracias, el sushi me cae mal- Dijo en chiste Izuku.

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Al final los demás tenían razón. Era mucho mejor ir a pie en vez de a caballo pues como ninjas, iban a llegar mucho más rápido. — Maldita sea. Quedé como un tonto. — Pensaba mientras volteaba la mirada hasta el Joven Kenshi quien parecía ser Izuku. El chico con quién se había encontrado Jikaro en una misión hace unos meses atrás. — Con que Izuku… La pasaremos bien. Eso lo tengo por seguro. — Susurré mientras observaba como los demás se preparaban para partir. Escuché como Maki dijo que era mejor ir a pie. Mi cuerpo feliz simplemente susurró. — Por lo menos no soy el único idiota que quiere eso… - Estaba hablando solo, eso creía. Le estaba dirigiendo la palabra a Izanami y a Tobias. O eso creía él. — ¿Loh será tan fuerte cómo dicen? – Mi mente estaba atónita pues Loh Yamanaka podía comunicarse con cada uno, además: Había escuchado rumores de que le podía ganar a Zei Uchiha. — Escuché por ahí que Loh le podría ganar a Zei. — Estaba intentando sacar conversación en ese corto lapso de tiempo.

Mientras recorrían todo. Estaba con sus propios pensamientos y un poco intrigado por lo que podía pasar. ¿Loh Habría entrado a su mente?, no se podía tener nada claro cuando se trataba de la mano derecha del Hokage. Seguro podía simplemente dominar a un país entero. No quisiera pelear contra él, por lo menos ahora. — Entonces para el sudoeste hay una parte que se ha descubierto. Interesante. — Dijo mientras se acercaba un poco a tomar agua del río, se notaba que era puro y que nada podía pasar. —  ¡Sí! — Mientras levantaba el pulgar. Tenía un muy buen humor esté día. — Señor. ¿A qué sequía se refiere?, Podrían crear un canal que cruce hasta su estancia de agua y les sirva para los cultivos y para todo. Es muy fácil de hacer. Si quiere, cuando salgamos le ayudaré a hacer el canal. — Quería ayudar y más si era un pobre hombre que tenía una sequía por su estancia. Nadie debía pasar por esto. O por lo menos yo lo veía así.


Resumensito
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En el cuerpo del de cabellos carmesí la tensión que su mente pudiese acumular se representaba como un tensar en sus músculos. Mientras esperaba la confirmación de su gemela, que estaba concentrada ejecutando una técnica, Isshin empezó a estirar su propio cuello para prepararse para lo que viniese, casi instintivamente. Pero las palabras de Mei alejarían la visión de túnel y relajarían el retumbar de los tambores de guerra que empezaban a escucharse en el pecho del pelirrojo.

— Es un civil, casi seguramente. — Había algo de decepción en su tono, uno que solo Isshin podía discernir por encontrarse en la misma posición. Él sonrió irónicamente mientras bajaba los hombros y dejaba salir un sonoro suspiro. Era hora de actuar, literal y figurativamente. — Igual pienso clavarle un kunai en cuanto me de la espalda. — Murmuró Isshin con el mismo volumen con el que había hablado con Samuru. Mei le escucharía gracias a su vínculo, pero entendería la realidad de esas palabras; una prueba.

Si el intruso reaccionaba con algún nerviosismo o se comportaba a la defensiva, habría razones para suponer que, además de aquella frase, había escuchado más de la conversación. Y habría que hacer algo al respecto, cobrándose la primera baja lamentable de aquella aventura. Si, por el contrario, se mostraba apacible y tranquilo, resultaría ser un buen actor o simplemente no había alcanzado a escuchar nada, y sobreviviría una noche más.

De cualquier forma Isshin se levantaría de su asiento y alzaría la voz ahora sí. — ¿Hay alguien ahí? No tengo nada conmigo si pretendes asaltarme. — Sería lo primero que diría para sentar bases en la interacción. Alzaría los brazos para mostrarse en son de paz y se acercaría lentamente a la fuente del ruido, solo para ser saludado por el extraño. — ¿Un viajero? — Inquirió el pelirrojo, para luego tener una respuesta. — Ah, un comerciante. — Respondió a la mención de costales de harina. — Todo bien, solo estaba dando un paseo nocturno y justamente me encontré con otros viajeros. Parece que hay mucho movimiento últimamente por acá. — Tras sus palabras intentaría dejar ver una sonrisa inocente, si es que la iluminación lo permitía.

— Puedo acompañarle y ayudarle, ya iba de regreso al pueblo de todas formas. — Terminaría por ofrecer Isshin. Si el otro accedía, intentaría mantenerse detrás de él, para darle más fuerza a aquella frase que había dicho para probar qué tanto había escuchado el intruso. De camino al pueblo preguntaría al hombre de dónde venía, por cuanto había estado viajando, y qué opinaba de los rumores que corrían de aquí para allá. Y, claro, haría mención a la montaña cementerio y derivados, buscando rascar algo de allí también.

De no suceder nada resaltante, llegaría al pueblo y acompañaría al hombre hasta que él lo decidiera, para luego volver al cobijo de la habitación donde se estaba quedando. Mei, que había seguido al par con una distancia prudente, llegaría después para volver a su propio espacio de descanso dentro del cuerpo que compartía con su gemelo.



A la mañana siguiente se levantaría muy temprano para andar por el pueblo antes de iniciar sus labores. También tenía que tomar una decisión con Samuru, pero la falta de información le llevaría a preferir esperar a la reunión de los rebeldes. No pudo coincidir con el peliazul para avisar, pero confiaba en que su no-reporte daría a entender que había decidido esperar.
Luego de algunas horas de trabajo, cuando ya el mediodía había pasado y por tanto la reunión, el pelirrojo pediría un descanso a su empleador para andar por el pueblo de nuevo. Buscaría las sombras, pero andando como un civil más. Eventualmente se encontraría con Samuru, quien compartiría información a la cual Isshin respondería con lo mismo; cualquier cosa que haya podido aprender del viajero de la noche anterior, y le contaría sobre lo sucedido. — Vayamos detrás. Podemos dejarles una ventaja prudente para no ser vistos por sus vigilantes aéreos y evitar algún sensor, pero si toman descansos intentaremos rodearles y adelantarnos. — Sería la decisión de Isshin, que nacería más como un consejo pues desconocía la disposición del otro por hacer lo que él considerase.

Mei había estado comprando provisiones y tratando de hacerse con un mapa de las tierras más alejadas con el pretexto de conseguir hierbas únicas de aquellos parajes. Una vez la comitiva hubiese partido, el trío se concentraría en la salida más cercana para partir tras ellos dejándoles, al menos, 1 hora de ventaja. La pelirroja conocía los caminos y la topografía de las proximidades del pueblo gracias a sus paseos de reconocimiento, y ella guiaría al par para evitar ser vistos desde el aire. Samuru, por su parte, indicaría hacia donde ir en caso de perder el rastro del grupo. — Hay que poner atención detrás de nosotros de vez en cuando. No sabemos si algún rezagado vaya tras el grupo también. — Diría Isshin mientras viajaban. Mei estaba oculta en el cuerpo original, e Isshin llevaba consigo las provisiones para el grupo en un bolso que colgaba de su espalda.

Si el par de perseguidores lograba dar con el mismo pescador que el grupo, intentaría saludar y ser amable, preguntando por un grupo de ninjas del que fingiría ser parte para conseguir direcciones.


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La decisión de partir a pie había sido tomada al fin, no sin antes dejar caer una revelación por parte del nuevo miembro del grupo, el ave que Kenshi había invocado, misma que dejó saberles a todos que su dueño estaba usando un alias falso y se trataba de otra persona completamente. —Pfft… —El moreno no pudo evitar soltar una ligera risa mientras se tapaba la boca, la escena en general parecía sacada de una obra de comedia; pero no podía reírse mucho, para nada, debía permanecer quieto ante su propia hipocresía, después de todo, él también estaba “ocultando” su nombre.

Sin importar mucho, escuchó las palabras de Jikaro, quien parecía más estar hablando consigo mismo que con ellos realmente. —¿Te encuentras bien? —La pregunta era sincera, no lo conocía para nada y no sabía su historia, pero al menos en este momento y situación, era su compañero, uno al que le tocaba proteger y defender.

Partieron entonces, viajando por lugares hermosos que al menos el Tatsumaki no podía apreciar debido a la velocidad con la que se movían, ciertamente el camino era largo, hecho que se volvió más pesado cuando al llegar al sitio el sol ya se estaba ocultando. —Phew, si hubiésemos venido a caballo, probablemente nos hubiese tocado pasar la noche en el camino. —dijo en voz alta a cualquiera que le escuchase, quería socializar un poco, sentía un poco de tensión en el grupo, aparte de Muu, quien seguía actuando como de costumbre.

Hablando de la Maki, un fuerte grito provino de ella, quien parecía estar saludando a un aparente pescador al otro lado de la orilla, mismo que luego de unos minutos se acercó a ellos con bastante amabilidad, se presentó con su nombre, Ryu, y expresó unas ligeras preocupaciones en cuanto a una sequía que parecía estar afectando los alrededores. —Saludos, buen señor, ¿de por casualidad es usted habitante del poblado al sudeste de acá? —El aire de aristócrata comenzó a exudar del moreno, quien se acercó al pescador e intentó ofrecer su mano tal y como lo haría un hombre de negocios.

De acuerdo con Kouiki, debía haber un sitio donde podrían descansar, no muy lejos de donde estaban y, si este hombre era de allí, probablemente les podría enseñar el camino y quizás ayudar con el resto de arreglos, si no era de ese pueblo, pues sería interesante saber exactamente de dónde era, quizás y estaban en presencia de un habitante de más allá de la zona roja.

Resumen
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El grupo estaba reunido y comenzarían ya ha salir a la luz algunas mentiras, como por ejemplo que uno de los miembros de la comitiva estaba usando una identidad falsa; aunque fue tan torpe que su propia invocación lo delato "Desde luego... Ni confianza, ni astucia" Pensaría para sus adentros para no exteriorizar la pequeña decepción que portaba consigo en aquel momento la joven Yuki. 

Pero lo que si llamo su atención fue el trato entre Muu y el ave. Comportándose la joven como si conociera bien a esas criaturas y el pacto al que pertenecían. Eso hacia reflexionar a Izanami un poco sobre algunas cosas que leyó sobre los pactos, lo cierto es que siempre le resultaron curiosos e interesantes pero nunca se propuso de intentar contactar con ellos.

Pero de cualquiera de las formas el grupo partiría con sus propias habilidades ninja y capacidades atléticas, sin depender de animales, salvo Izuku que utilizaría a su compañero aviar para no tener que caminar. Dado el ritmo al que el día avanzo concedía con el joven ricachón de que si hubieran ido a caballo no habrían llegado antes del anochecer al rio, con lo cual irían con mucho retraso. Pero se habría podido disfrutar más de los paisajes idílicos, aunque eso daba igual puesto que en estos momentos habia que centrarse en la misión y los resultados.

Cuando llegaron al lugar Maki comenzó a gritar rápidamente a un pescador que se divisaba en su canoa por el rio, comenzando el grupo una pequeña charla con él. Cuando el mismo hablo indicando que vivía por las proximidades la atención de Izanami se centro en él. Entonces la chica se acercaría a la líder del grupo Kouiki para comentarle su idea susurrándole para que el hombre como tal no se percatara de lo que le comentaba - Si vive por aquí y trabaja pescando en el rio que es la frontera natural entre la zona roja y la zona segura podría saber o haber visto algo respecto a la otra zona, puestos a buscar un refugio podríamos intentar interactuar con él para obtener información - Le habría comentado a la líder.

Un hombre que trabaja al limite de esa línea roja, podría haber visto algunas de las cosas que los cuentos y leyendas urbanas de Ave Mojada mencionaban o haber conocido a alguien que hubiera venido de allí. Y de todos modos algo importante debían hacer ahora con la caída del sol - Lo cierto es que el sol cayo antes de lo que esperábamos y buscamos un sitio en el que pasar la noche, como mi compañero dice - Se refería a Jikaro quien se ofreció para ayudar al hombre con el problema en sus tierras, aunque en lugar de posponerlo para un futuro del que igual no volvían Izanami lo cambiaba un poco - Podemos ayudarle con la anegación a si nos deja pasar la noche - Todo al final quedaría en manos de Kouiki, ella habia sembrado la semilla.

Resumen
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IMPERIALES

— Wow, wow, tranquilo ahí. — Fue lo primero que dijo el desconocido, antes de dar su presentación ante Isshin. En lugar de llegar saludando, llegó brazos arriba y un poco asustado de que el pelirrojo lo primerease y le clavase el kunai en definitiva. Luego, se presentó con normalidad y comentó su procedencia al muchacho, sin tener muchos sobresaltos. Al menos su tono se notaba creíble. Lo que sí lo había logrado sobresaltar era el comentario sobre la puñalada, y se notó por el modo en que se mostró.

Si el renegado de Konoha decidía acompañar al hombre, este aceptaría asintiendo con la cabeza. — Dale, si no te molesta... — Comentó dejándole los galones para que él los llevase. Si Isshin los tomaba, el hombre tomaría el cigarrillo de sus labios, daría una última calada provocando que la larga ceniza que estaba acumulando cayese sobre la hierba, y luego lanzaría la colilla a un lado. No sabía si el pelirrojo le haría algo, pero no estaban muy lejos de Ave Mojada, así que decidió confiar pese a que se oyó amenazante en un primer momento. Entendía que, por la noche, no era normal cruzarse a nadie y podía ser peligroso, así que lo tomó como algo perfectamente normal. Sin embargo, la mención a un "kunai" con tanta naturalidad, le daba a entender que aquel podía ser un shinobi. Sólo restaba saber si respondía a la Hangyaku. — Partí esta tarde, vengo de un poco al norte, llegando a un río bastante conocido, que divide la zona habitada de la desconocida. — Pausó cuando llegaron a su caballo, al que montó, tomando la delantera pero yendo despacio para ir acompañando a su nuevo "amigo". — Tenemos varias hectáreas y nos dedicamos a cultivar trigo y hacer harina en unos molinos de la familia. — Luego oyó sobre los supuestos "rumores" y demás mitos que el pelirrojo preguntaba a todo el mundo en aquellos días. — Pues... Lo único que puedo decirte es que no vayas al norte. Nadie vuelve de ahí, nunca. No sé qué haya por allá, pero de seguro no vale la pena como para morir. — Cabeceó hacia el pueblo, del cual se veían sus primeras luces al comenzar a acercarse más. — ¿Trabajas para la Hangyaku? Ellos intentarán convencerte de que aquí está la supuesta "Tierra Libre". Ya he oído todas esas historias. Pero te veo joven, no mereces morir por perseguir algo así. Yo sinceramente... dudo que la muerte sea libertad.

Al día siguiente, si todo transcurría con normalidad, Mei se lograría hacer con un mapa más o menos general, físico sobre todo, de las locaciones del País de las Montañas. El mismo mostraba Ave Mojada al sur, algunos parajes por la zona suroeste, y luego campos, bosques, praderas y un valle que cruzar hasta llegar al río. Pasando el mismo, una zona con signos de interrogación y numerosos picos montañosos representados. Una cruz cerca de una de las montañas del centro-este, cuya referencia anotaba: 'Kyuren'.

Samuru trabajó con normalidad en la posada, sin levantar muchas miradas curiosas, pero sí exponiéndose a la cercanía nuevamente de miembros notables y capitanes de la Rebelión. Entre ellos un gran y reconocido sensor como Yamanaka Loh, lo que dificultaría acercarse a él sin levantar miradas de sospecha a medida que el tiempo transcurriera. Pero manteniendo su fachada, logró hacerse con la información sobre la excursión rebelde. De todos modos, aquí había un enemigo más grande: el misterio. Ni propios ni ajenos sabían a qué se enfrentarían.

Con una hora de retardo, salieron por la salida que Samuru había detectado como "más cercana". El grupo dos, comandado por Kouiki Suiko y compuesto también por los que había oído eran: Maki Muu, Kenshi Tanaka, Tobi, Jikaro Sarutobi e Izanami. Era uno de los grupos más numerosos, sin duda alguna. Para suerte de ellos, la estrategia fue la adecuada: Mei conocía bien los alrededores y les permitió pasar desapercibidos en su salida, sin ser descubiertos y camuflándose entre herbajes, pequeños parajes de árboles y rocas que seguían cauces de algunos ínfimos ríos muy rocosos.

Su viaje también fue largo. Siguiendo las huellas del grupo de rebeldes, llegaron al mismo río, un poco más tarde cuando ya era completamente de noche. No encontraron a ningún pescador allí, y las huellas parecían perderse un poco o volverse más confusas, pues en el lugar había marcas de animales y demás presencias. El mapa de Mei marcaba una estancia a unos tres kilómetros al oeste.

Pero si prestaban un poco de atención a los alrededores, y sobre todo del otro lado de la orilla, pese a que sólo la luna alumbraba, verían dos ojos brillantes entre la oscuridad, entre unos arbustos. Era lo que parecían ser los orbes de algún animal que los acechaba, pero desde varios metros. No era muy normal que un animal notase presencias a tanta distancia, así que si era uno se trataba de uno muy avispado y atento, pues las figuras de los 2 shinobis se veían bastante tenues. Si el dúo volteaba a la vez a ver hacia allí, los ojos rápidamente se moverían, y una figura similar a una pantera saldría corriendo hacia el interior de la zona roja, perdiéndose entre la vegetación yendo hacia el noreste.


REBELDES

— Debe ser de ahí. — Comentó Suiko, en referencia a la estancia que había mencionado, y respecto de lo cuál Tobias había notado con preferencia a los demás. — Claro. No es un poblado, jaja, más bien una estancia más humilde, pero sí, soy de allí. De hecho, ustedes deben ser la comitiva rebelde, ¿no? Mi tío ha preparado todo por si decidían visitarnos. — Sonrió viéndolos y se sorprendió al ver al gran ave del Uchiha hablar, pero no emitió comentario al respecto.

— En definitiva, si es de la estancia, debe tener algún dato que nos sea útil. Loh me ha comentado sobre esta familia. Lo mejor será aceptar el alojamiento. — Susurró la líder a Izanami, que había comentado sobre la utilidad de ir con el pescador. Ryu se había acercado a la orilla, por su parte, y Muu ya había abordado a la canoa, con suma confianza. — Es un placer, Ryu. — Mientras tanto, Jikaro propuso algo que le hizo brillar los ojos al hombre, e Izanami redobló la apuesta y le provocó una sincera sonrisa. — Por cosas como estas apreciamos tanto a los shinobis aquí. Ustedes son más que bienvenidos, pero sería genial si nos ayudaran a que el agua llegue a nuestra estancia. He visto como quienes manejan el chakra escupen agua y hacen cosas increíbles. — Negó sorprendido. — Suban, los acercaré hasta la entrada del canal seco.

Si el grupo decidía subirse o seguirlo, unos pies se toparían con un cascabel atado a una banda ninja de Kiri tachada, tirada en el suelo de la canoa. Tras avanzar remando, a unos 3 kilómetros siguiendo el curso del río al oeste, llegarían a una seca entrada, que en realidad se había llenado bastante de malezas y sedimentos provenientes de montaña arriba, que habían provocado una formación rocosa, impidiendo que el agua pasase al canal comunicando con la estancia y sus cultivos. — Aquí es. Como ven, se ha formado esto luego de una sequía hace unos años, y nunca más pudimos tener agua en la estancia. Y moverse por acá... Bueno, ya sabrán que no es del todo seguro. — Le echó una mirada al norte, a los picos montañosos que ya solo se veían como sombras delante de un cielo que comenzaba a oscurecer más y más a cada instante.

— El tío estará muy contento si logran ayudarnos con esto. Hay varias historias que podríamos contarles si deciden aceptar nuestra invitación. — Se veía a Ryu bastante amable, y al parecer su súplica por agua era muy sincera.

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Reglas y Notas

Misión
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Isshin logró obtener información la noche anterior con el tipo que interrumpió su reunión. “No ir al norte” fue la advertencia que dio. Una persona normal que valora su vida haría caso y no iría en esa dirección por nada del mundo. Sin embargo, con nuestros protagonistas no se seguía la misma lógica. Estaban ahí con un objetivo y el peligro no podía provocar que retrocedan. Además, se supone que deben buscar al tipo de apodo que causa miedo, así que ir a un lugar como el que describió el viejo podía ser una buena idea.

Aunque sea muy peligroso, ellos son varios. Nos servirán como escudo para que luego pasemos nosotros. — Y, tras ese comentario, el pequeño grupo de Kakusei abandonó el pueblo. Cuando Samuru se cercioró de que nadie lo veía, desactivó su jutsu de transformación, obteniendo de nuevo su apariencia normal, incluido el sombrerito tan típico. Este podía llamar la atención, pero si se escondía bien, no habría problema.

Como de costumbre, los pelirrojos demostraron su calidad para adquirir información y la fémina fue capaz de guiarlos sin ser vistos. El trayecto fue largo y no exento de problema, pero nada los apuraba. Las altas hierbas y el caminar sin hacer ruido se volvieron sus principales tácticas. Aprovechando que el grupo de rebeldes era numeroso, así como sus huellas, no fue demasiado complicado seguir el camino correcto. Además, no podían apurarse porque si entraban en el rango de su vigilancia aérea, estarían en problemas.

Tu amigo no creía en esa tal tierra libre, pero estos tipos trajeron mucha gente importante a esta misión de reconocimiento. Debe ser porque tienen certeza de encontrar algo. — Comentó en voz baja a Isshin, refiriéndose como amigo al hombre que se encontró la noche anterior en la fogata. De todos modos, posiblemente pronto podrían hallar algo interesante por su cuenta. Un río, oscuridad, parecía película de terror. Ya no había pistas certezas para saber por dónde fueron los queridos rebeldes.

Bien, aquí empezamos a jugar en modo difícil, supongo. — Tampoco es que pudieran hablar mucho más, puesto que aquellos tenebrosos ojos se hicieron presentes. — ¿Vigilantes? No. — No parecía ser una persona, sino que un animal. No tuvo intenciones agresivas en contra del tridente, pero no era algo que podían subestimar. Samuru, por su parte, optó por no realizar ningún movimiento ofensivo en esa dirección. Por las palabras del principio se podía inferior que no le temía a lo dicho por el viejo a Isshin, pero sí respetaba. Si para allá era tan peligroso, avanzar de manera rápida podía ser su fin.

Arrojó un kunai común y corriente hacia donde supuestamente se iría el animal. Si algo había entre toda esa oscuridad y arbustos, habría movimiento, ruido, algo, lo que sea. Esto les permitiría reaccionar y defenderse, o incluso huir, en caso de ser necesario. Si no pasaba nada, no quedaba más que seguir adelante. — Veamos si encontramos esa tal montaña cementerio. — Concentró chakra en sus pies para atravesar el río y, cuando llegue a la otra orilla, los sellos de mano que hizo durante el camino sobre el agua le permitiría infiltrarse bajo tierra. No tenían que ir rápido al desconocer la dirección tomada por el grupo rebelde, así que no pasaba nada si iba a ritmo tranquilo, hasta lento se le podía considerar. — Un sensor me encontrará, pero pares de ojos no. Si necesitan ayuda, solo haré bang y listo. — Comentó mientras mantenía una divertida sonrisa en su rostro.  De todos modos, no iría al frente en cuanto a distancia, sino que supuso que seguiría el plan de tener a Mei como guía.

Información


Resumen
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El grupo interactuó un poco con el pescador que se acerco a saludar, al parecer era sobrino del dueño de la estancia donde los shinobis planeaban queadarse a descansar, también dijo tener dificultades debido a una gran sequia que azotaba el lugar.
-Asi es, somos shinobis rebeldes y sera un gusto ayudarlo, no se asuste por mi ave habla pero no muerde- Dijo Izuku.

El Uchiha se subió a Takada nuevamente y emprendió vuelo, siguiendo el barco del pescador y el resto del grupo. Los agudos ojos del ave distinguieron la bandana de kiri y se lo informo a su amo en voz baja.
~Mm será un renegado de Kiri, bueno no me sorprendería, quizás tuvo que escapar del imperio como varios rebeldes.~ Pensó el Uchiha. 

Finalmente al llegar a la estancia, se pudo ver finalmente la razón de la sequia en la zona, una gran cantidad de sedimento y maleza se acumulaban en el rio lo que impedía la circulación del agua. En especial, una gran formación rocosa se había concentrado en aquel canal y el pescador les dijo que estaría muy agradecido si podían encargarse de ella.

-Bien, manos a la obra- Dijo Izuku tronándose los dedos.

Izuku concentro chakra en sus pies, para poder circular por el canal sin hundirse y se aproximo lo más que pudo a la roca que bloqueaba el canal y analizar sus opciones.
Suimen Hokou no Gyou

-Si les parece, yo puedo hacer una perforación aquí con raiton, para romper un poco la roca y crear una abertura para que el rio circule. Luego podemos ir removiendo los escombros y la maleza, quizás con ayuda de algunas redes o algún buen suiton. Aunque si alguien tiene una idea mejor, adelante- Expreso el Uchiha.
Esperaría unos segundos para ver a si alguno de sus camaradas se le ocurría algo mejor y quería ponerlo en practica y en dicho caso no se lo impediría, siempre y cuando tenga cierta lógica, pero en caso de que acuerden con su plan, Izuku se pondría en acción expandiendo un chidori con su mano, hasta alcanzar una distancia de 10 metros con la intención de dividir aquella roca en finos escombros.

Chidori Eisou

-Ya quiero oir esas historias- Diría Izuku por ultimo con entusiasmo.

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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El señor se lo tomó muy bien, lo chistoso es que no sabía cómo lograr algo como lo que él me pide: Hacer que su estancia vuelva a tener agua, había mentido así que me tocaba improvisar, a su propuesta miré a Izanami. Guiñé un ojo y me subí a la canoa, no quería caminar, no es que estuviera cansado. Simplemente era la experiencia de estar arriba de una canoa. Mientras estábamos en la canoa me aclaré la garganta y quería hacerle un par de preguntas. — ¿Desde cuándo viven aquí? — Me causaba intriga el saber que habían muchas personas o pocas, yo en lo personal entiendo que vivían muchas en ese lugar. ¿Cómo habían llegado?, Me causaba ansiedad, si alguien se hubiese subido comingo o no, tomé la bandana de Kiri tachada, ahí quedé en shock mientras miré a los lados un poco asustado. No esperaba que nadie se diera cuenta. Miré a Izanami, ella era de Kiri, no se las iba a enseñar ahora, no tenía el porque; En un abrir y cerrar de ojos la doblé y guardé en los compartimentos que siempre traigo conmigo. Mi mente aún le seguía dando vueltas a lo que encontré, miré al cielo. Supuse que el águila lo había visto, no tenía muchas bases tendría que recolectar mucha más información. 

Al llegar pude notar el porqué de la sequía. La maleza y el sedimento habían formado una gran cantidad de rocas que paraba el agua, visualicé el objetivo y me mantuve serio al momento. Recordé que se podía quitar con Sal, Agua hirviendo. Pero eso solo quitaría los pequeños pedazos de maleza que estaban pues ya la roca estaba gigante, me levanté y salté hasta estar al lado. Pose mi mano derecha pensativamente en mi mentón, estaba viendo nuestras oportunidades y capaz el Raiton iba a ser efecto. — Buena idea Izuku, pero si suponemos que rompes el agua podría simplemente entrar de una vez, eso haría una reacción en cadena y va a electrocutar todos los animales del río, pero no miento. Yo lo haría. — Dije riendo, después recordé sus palabras, quedaría maleza y para eso necesitaríamos agua hirviendo. Si usamos mi Katon y el Suiton de algunos de aquí podríamos hacer que el agua hierva y eliminar la maleza más rápido de lo que uno creería. — Para acabar con la maleza rápidamente necesitaríamos Agua hirviendo, si usamos mi Katon y el Suiton de algunos de ustedes, bueno. Si lo tienen, podríamos eliminar la maleza totalmente. — Comenté mientras reía tontamente, iba a esperar a que alguno se le ocurriera alguna idea mejor, yo tenía claro. Al usar el agua hirviendo íbamos a terminar mucho más rápido de lo esperado.

Escuché la propuesta de Ryu sobre las Historias, quizás podría sacar más información sobre la bandana tachada que me encontré en la canoa si la escuchábamos. Iba a esperar a terminar y tener un momento a solas para así poder contarle de esto a mis compañeros, me tenía preocupado, ¿Serán criminales?, ¿Debemos confiar en ellos?, No lo sé.



Resumen
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La comitiva parecía interesada en ayudar al pescador, mismo que había respondido a la pregunta del moreno sobre el poblado o la estancia cercana a ellos, lugar donde todos iban a pasar la noche. Antes de eso, sin embargo, una ayuda al pescador parecía estar en orden, con casi todos los miembros del grupo dispuestos a crear el canal de agua.

Tobias no dijo nada, puesto que sus afinidades y técnicas no podrían siquiera mover el agua de un sitio a otro sin causar gran destrucción en el área, por lo que simplemente se limitó a montarse en la embarcación, notando como su pie había sin querer pisado parcialmente una bandana de la aldea oculta entre el agua, misma que parecía haber sido marcada como la de los renegados, Izuku también parecía haberla notado, pero para sorpresa del Tatsumaki, este no dijo nada al respecto, simplemente pareció meditarlo para su interior.

Fácilmente podía dejarlo allí, pero es que simplemente se le era imposible hacerlo, todas las cosas dichas y echas hacían que la presencia de esta bandana careciese de sentido a menos que les estuviesen mintiendo u ocultando. —Disculpe… —habló el moreno, mientras observaba a Jikaro tomar la evidencia y guardarla, su siniestra iba disimuladamente a su porta kunais para sacar una—. ¿Podría explicar esa bandana que mi compañero tomó? Me parece raro, usted habló como si fuese ignorante del uso de chakra, pero esa prueba pareciera decir lo contrario. —Para este momento, la kunai ya estaba en su mano y su rostro ahora expresaba un poco más de amenaza—. ¿Es usted o su tío ex-miembro de la aldea de Kirigakure? No, no tendría sentido, de ser así, entonces podrían haber hecho este canal ustedes mismos y solucionar sus problemas, entonces, ¿de quién es eso? —Finalizó, ahora con su kunai claramente apuntando al pescador, si se equivocaba pediría perdón, pero no podía simplemente actuar como el resto e ignorar la presencia de algo que rompía con toda la narrativa del lugar.

Observó de reojo a Jikaro, perdiendo la razón de por qué ocultaría tal cosa en vez de mostrarla directamente, ya para ese momento sabían la dirección de la estancia, y se trataba de un solo sujeto contra el resto de ellos, esperar a estar en su zona de confort no era buena idea.

Resumen
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La noche estaba por caer y adentrarse en un territorio desconocido bajo el manto de la noche tenia sus riesgos. Por un lado la noche es la mejor aliada de un shinobi, pero eso suele ser sobre un terreno conocido en el que la noche sea un apoyo a su incursión y movimientos. La misión consistía en explorar un peligroso territorio desconocido del que no procedían más que rumores y leyendas; enfrentaban a lo desconocido y en su propio terreno, la noche jugaba a favor del enemigo, era mejor descansar hasta el amanecer.

La líder parecía coincidir con el punto de vista de Izanami, el hombre ya habia sido mencionado por los altos mandos de la comitiva como una de las ayudas que aguardaban a los shinobi antes de que tuvieran que cruzar la frontera natural que marcaba el rio hacia la zona roja - Entendido, aun así será mejor tener cuidado si técnicamente nos encontramos en la frontera del territorio - Izanami observaría de reojo el otro lado del gran lago achicando los ojos levemente intentando vislumbrar algo extraño en su paisaje. 

Izanami no aceptaría la invitación de subir a la barca, tampoco era una barca tan grande como para subirse todos en ella, así que simplemente planeaba seguir a la barca por el lateral del rio, al fin y al cabo los shinobi seguían siendo mucho más veloces que una simple barca. Pero no todo marcharía tan bien, mientras algunos de sus compañeros abordaban la barca y observaban una bandana la cual el adinerado del grupo resaltaría pidiendo explicaciones mientras le apuntaba con su arma.

En ese momento la benevolencia de Izanami se trunco por unos momentos observando al pescador, ella no sacaría ninguna arma o haría ningún gesto especial o extraño más que lanzar una fría mirada de duda y desconfianza hacia el hombre. Ella estaba dispuesta a seguir al pescador y ayudarle en lo que pudiera, buscando cooperar un poco más con la gente como parte de los cambios que buscaba hacer en su vida. Pero si a la primera de cambio le mordían la mano no dudaría en ejecutar.

Resumen
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— Mátalo. — Retumbó la voz de la -supuesta- razón dentro de su cabeza. Era el camino fácil. El que aseguraba la supervivencia aún si se equivocaba. Sus manos, como las de todo ninja con algo de trayectoria, ya estaban manchadas y un nombre más no haría que el saco metafórico se rompiese.

— No hay de otra. Mátalo. — Repitió Mei, a distancia, pero sonando como si estuviese directamente dentro de las paredes de la mente de él. Sus manos no temblaban y alcanzarían un kunai en cuestión de instantes, y aprovechando que aquel sujeto empezaba a ofrecer respuestas a sus preguntas, estaría quizás lo suficientemente distraído para ser presa fácil y silenciosa. A la mención de un río, Isshin consiguió entrar en razón, no porque tal cosa significase algo para él, sino por el marcado final de su debate interno.

— Si quería seguir matando en nombre del imperio podía haberme quedado en la aldea. — Pensó, tan sonoramente para que Mei lo escuchase fuerte y claro. Él sabía que del otro lado de la línea telefónica habría un suspiro de indignación físico, que no escucharía, pero tenía la certeza de saber que estaba ahí. — No tengo intenciones de ir por ahí arrebatándole a otros lo que se me ha arrebatado a mi. A nosotros. — Refiriéndose a su familia, a Mei no le quedaba otra que aceptar. Isshin bajó los hombros con la conciencia limpia y se dedicó el resto del paseo a rascar más información.

Ante la mención del término “Hangyaku” no pudo evitar alzar una ceja. Escudriñó en sus archivos mentales buscando alguna mención del término por parte de Samuru, y preguntó a Mei, quien negó lo mismo. Quizás algo se le escapaba, o simplemente se había olvidado, pero el contexto que el desconocido dió fue suficiente para unir puntos y discernir de lo que hablaba; la expedición de los rebeldes.

— Si, llegué hace poco y parto mañana, con el último grupo. — Antes que cortar gargantas prefirió mentir, o actuar, según correspondió el caso. — El mundo necesita una buena noticia, y la tierra libre es una de nuestras mejores bazas contra el imperio. — Con tintes de idealismo y aspiraciones iría su única forma de conseguir desviar la atención hacia un punto inofensivo; hacerse pasar por rebelde.

Mei seguiría al par detrás, a suficiente distancia para evitar desvelar su presencia. Isshin le permitía escuchar cada palabra que el sujeto dijese, pues confiaba en la habilidad asociativa de ella. Eso, y prefería que ella memorizase todo para contárselo a Samuru luego. Al llegar al destino, Isshin entregaría lo que aún llevase consigo de las arcas del comerciante, y Mei se ofrecería a quedarse por los alrededores para vigilar al susodicho un poco más. Así lo haría, manteniéndose oculta y atenta a cualquier indicio de movimientos extraños.



A la mañana siguiente, independientemente de lo acontecido la noche anterior, el par se dispondría a salir del pueblo en compañía de Samuru. El plan era simple y discutido hasta el cansancio, tanto que pareció ser ejecutado con frialdad. Durante el camino se compartirían la poca información adicional que hubiesen conseguido, y seguirían las indicaciones de Mei junto con los rastros de la comitiva de la que servían como sombra. — No sé si certeza o esperanza, pero están desesperados por conseguir algo que les ayude en su lucha. — Respondería Mei, que justamente estaba fuera del cuerpo original cuando Samuru hizo su comentario. — Una causa que podría apoyar, si los rebeldes no estuvieran hechos de la misma mierda que el imperio. — Refunfuñando agregaría Isshin.

El viaje les llevaría a un río que parecía pausar el tránsito. El rastro se había diluido y la noche ya traía problemas. Mei hizo énfasis en que poco o nada sabía de lo que se encontrarían más adelante y los mapas tampoco ayudarían mucho, por lo que el comentario de Samuru parecía una predicción directa. El modo difícil comenzaba ahora.

Ante la presencia de un posible animal salvaje no se inmutó. Sabía perfectamente que era posible encontrarse con bestias en el camino, y una más no le extrañaría. Invitó al resto a pasar el río utilizando la técnica respectiva para ello, y avanzó tras Samuru quien luego se escondió bajo tierra.

Suimen Hokou no Gyou

— No vayas a perdernos el paso. — Dijo, con una ligera sonrisa, al peliazul antes de que este desapareciese. Por lo demás, continuarían avanzando hacia el norte. Aún con la noche encima intentarían atrapar de nuevo el rastro de la expedición, asumiendo que hubiesen seguido el mismo camino que ellos seguía ahora. De encontrar algo, lo transmitiría. Mei estaría dentro del cuerpo original para ahorrarse sus propias energías.

OFF
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IMPERIALES

— Es mi última recomendación, muchacho. No mereces desaparecer como todos los que han ido allí. — Comentó finalmente el hombre que Isshin acompañó, cuando se despedían. Se veía bastante preocupado y decepcionado por la expedición, pero entendía que el pelirrojo pertenecía a la Rebelión y ellos harían cualquier cosa por tener éxito en su misión. Su vida se le había sido perdonada, aunque él no lo sabía. Partió en su mula de camino a su estancia nuevamente, en plena noche y sin aguardar a la luz. Se ve que aquella familia trabaja a cualquier hora, y una industria como la panadería sin duda lo necesitaba.

Sobre el término Hangyaku, seguramente Isshin podría relacionarlo fácilmente: Hangyaku no Hōō era el nombre de los rebeldes del Viento, y Hangyaku no Kitsune el de los de la Tierra. Con dicha palabra solía denominarse a la Rebelión en general.

-

Al llegar al río, el trío de contratados por el Imperio tomó una determinación. Samuru fue el primero en intentar un primer movimiento dentro de la zona roja, lanzando un kunai a la zona por la que la presencia que se infería podía ser un animal huía. En la oscuridad y entre los arbustos y vegetación, no pudo ver nada, pero sí oyó lo que pasó con su arma arrojadiza. CLANK. Sonido metálico, como el de dos armas chocando entre sí, se oyó, y el kunai del Kujaku se clavó en el suelo. Ese algo lo había desviado. ¿De qué se trataba? Ahora los jóvenes debían decidir qué hacer: ignorar aquel escape y seguir hacia el norte, seguir por el lugar del supuesto "animal", que se encaminaba hacia el noreste, o seguir alguna pista que el mapa les diera, si habían prestado atención.
Contenido Oculto

REBELDES

Tras su invitación a subir a la barca, tres de los shinobis rebeldes aceptaron y viajarían en canoa hacia el punto designado por Ryu: Muu, Jikaro y Tobias. Izuku iría volando con su ave Takada, mientras que Izanami y Suiko irían por la orilla del río, sin perder de vista al grupo.

Jikaro tomó la bandana, cuestión que no pasó desapercibida para el pescador, y de inmediato Tobi se aseguró de dejar en claro quiénes mandaban y cómo se hacían las cosas. Exigía respuestas, y su kunai le ponía un reloj de arena al joven Ryu. Ahora debía elegir bien sus palabras si no quería ser ejecutado en el acto. Primero abrió los ojos sobresaltado y sin entender bien el motivo de su desconfianza, pero después entendió que los rebeldes allí presentes estaban en una misión del más alto riesgo. Dejó de remar y apoyó los remos en la parte lateral de su embarcación y suspiró. — No, como le dije no somos shinobis, pero sí los admiramos mucho, y yo en particular gracias a Taka no Ame y a quien portaba esa bandana. — Cabeceó hacia el artefacto que el Sarutobi había tomado. Ryu le lanzó una mirada de recelo, pues no aprobaba que intentase robarse una pertenencia que, para él y como revelaría a continuación, tenía un significado más sentimental que otra cosa.

— Tranquilo, no tienen de qué alarmarse. Esa bandana perteneció a mi mejor amigo. Su nombre era Kyuren Izuno. Él era un rebelde así como ustedes. Pertenecía a Kirigakure y desertó para luchar contra el Imperio. — Tragó saliva, algo ansioso por el kunai que lo apuntaba. Desde la orilla, Izanami le había lanzado una fría mirada y Kouiki Suiko, la líder, observaba con gran atención el rostro del pescador. Al notarlo nervioso, se giró a ver a Tobias. — Tobi. Baja el arma, tranquilo. — Ordenó la kunoichi del Viento.

— Kyuren tenía una orden de captura internacional. Si son shinobis hace algunos años, seguramente pueden haber visto su recompensa publicada en el Libro Bingo, o quizá oyeron sobre él. Atentó contra la vida de la Shodai Suijin en una ocasión, y consiguió revelar información secreta sobre el Imperio del Agua que los puso de los nervios. — Hizo una pausa y negó, como recordando con nostalgia mientras una media sonrisa se dibujaba en su rostro. Si alguno sabía sobre comunicación no verbal, notaría que sus palabras eran sinceras y acordes con su gestualidad. — Llegó al País de las Montañas buscando asilo y esconderse durante un tiempo, y comenzó a cuidar de esta zona. Nos hicimos cercanos muy rápido, él me acompañaba en la pesca muchas veces. Pero un día se fue. — Miró hacia el norte, a la orilla del río que daba nacimiento a la "zona roja". — Quería saber qué había más allá de los picos montañosos. Nunca volví a verlo, aunque mi primo dice haber sido atacado por... Es difícil de explicar... — El hombre apretó la mandíbula y tosió, aclarándose la voz. Giró a verlos con un gesto bastante serio ahora. — Había obtenido el dato sobre un laboratorio abandonado por el imperio en una montaña de la zona prohibida, y antes de irse me dijo que allí se dirigía. Yo soy un poco supersticioso, pero mi primo dice que volvió a verlo en un estado completamente salvaje. Tenía un aura tan oscura que dice que lo único que tenía de reconocible era su físico, y a duras penas. — Apretó los puños con rabia y le extendió la mano a Jikaro pidiéndole la bandana que se había guardado. — Yo prefiero creer que está descansando en paz. Soy demasiado cobarde y débil como para averiguar qué le pasó. Si él no volvió, yo duraría menos que él. Era un shinobi excepcional, de los que no quedan. — Los observó a cada uno. — Con perdón a ustedes, claro.

— Lo entendemos, Ryu. Lo siento mucho, de verdad. Y me disculpo por hacerle recordar algo como eso. — Negó Suiko acercándose un poco a la orilla y poniéndose de cuclillas para verle el rostro más claramente. — ¿Estaría de acuerdo en que hablemos con su primo cuando lleguemos a la estancia para que nos cuente más sobre ese incidente? Quizá en nuestra excursión al norte podamos obtener alguna pista del paradero de Kyuren. — Con el mayor de los respetos y siendo totalmente empática, la joven demostró por qué era una figura tan respetada dentro de la Hangyaku no Hōō y en todo el planeta. Ryu asintió.

Luego de aquella historia, que se había adelantado un poco a lo esperado, seguramente los shinobis querrían remover el obstáculo para llegar a la estancia. Pero ya habían obtenido un dato, una pista, un hilo del que tirar para intentar tejer la historia sobre el País de las Montañas.


Apariencias

OFF

MAPA

Reglas y Notas

Misión
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Estadísticas de Izanami

Izanami en verdad no sabia como sentirse aun con los avisos de ex compañeros shinobi rebeldes o renegados de Kirigakure. Hasta hace poco ella misma habia sido una luchadora imperial y tal vez batallo contra ellos alguna vez o trato de darles caza. Pero le preocupaban mucho los renegados que se subieron al carro de los rebeldes. Aquellos ninjas que habían desertado de la niebla incluso antes de que el imperio hiciera su jugada en Yugata y que luego tan solo se han pasado al bando más conveniente y han podido gozar de una buena vida y compañerismo, entre aquellos a los hacia no tanto tiempo habia traicionado. Dudas sobre cuantas almas miserables y traicioneras habia ocultas entre las fuerzas rebeldes.

Pero eso no era lo importante ahora, sus reflexiones podrían llegar más tarde. Ahora sus sospechas hacia el buen pescador habían sido resueltas, con el aviso de la líder del escuadrón ya simplemente quedaría seguirle por el rio bordeando Izanami la orilla tranquilamente, mientras el hombre contaba su historia sobre la bandana y aportaba información útil para la expedición. Lo cierto es que eso es lo que buscaba Izanami ayudando en un origen al hombre, obtener alguna pista o indicio de que podría.

Aunque ya habían obtenido buena información, igual podían obtener más y encima les darían alojamiento para pasar la noche. Así que en cuanto el hombre los llevo hacia el dique natural que se habia formado obstaculizando el curso del rio Izanami sin esperar a los demás avanzo hacia el borde del obstáculo y sencillamente trazo un movimiento con ambas manos manipulando la tierra al mismo tiempo que creaba un torrente de doton arrastrando la misma sin necesidad de sellos des haciendo el dique haciendo que la tierra se perdiera por el curso del rio natural.

Godai

- No era tan difícil, aun así el canal tardara en llenarse y la tierra mucho más en volver a hidratarse, así que... - Izanami iniciaría una cadena de sellos, tras los cuales unos nubarrones de tormenta comenzarían a formarse en el cielo dando inicio a una pequeña llovizna por el momento que iría humedeciendo la tierra, al mismo tiempo que ayudaba a llenar el canal.

Kirime no Jutsu

- Sera mejor movernos hacia el refugio para que pueda incrementar sus potencia y que sea más efectiva. Aunque puede estar tranquilo mantendré su intensidad controlada para que no cause ningún daño - Izanami se dejaría guiar hacia el refugio por el pescador tras ayudarle, tomando la iniciativa de la situación. Cuanto antes descansaran, antes podrían amanecer y partir.

Chakra: 790/880


Resumen
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Última modificación: 01-08-2023, 01:06 AM por Samuru.
Podía tratarse de un simple animal del bosque, pero entre la oscuridad y con tanto ninja suelto por ahí, confiarse no era una opción. Samuru desde que dejó su hogar ha tenido que aprender a sobrevivir, por lo que ir como si nada por la vida no está entre sus características. Por esto es que de todos modos lanzó el kunai y, aunque esperó que no sucediera nada y así avanzar tranquilamente hacia el norte, el resultado con el que se encontró tras lanzar la herramienta llamó su atención. Aquel ruido metálico hizo que todo el hilo conductual anterior se viera interferido. Sí terminarían atravesando el lago de todos modos, pero lo demás sería diferente, al menos un poco.

Samuru hizo una leve seña con la mano a sus compañeros, pidiéndoles quietud. — Creo que aquí acabó la paz. — Su tono de voz expresó tranquilidad, sobre todo porque fue bastante suave. Esperaba que, si había alguien en los alrededores, no estuviera directamente donde lanzó el kunai. Infiriendo, quizás alguien intentó proteger al animal. No podía quedarse con una opción concreta, pero puede que sea la mascota de alguien o simplemente la protección de un buen hombre a una bestia de la naturaleza. Sea cual sea, juzgando aquel sonido tan característico, fue un arma lo que chocó con el cuchillo ninja de nuestro protagonista.

Tras cruzar a la otra orilla, Samuru buscó cuidadosamente entre el césped y solo halló su propio kunai, el cual luego bardó en uno de sus bolsillos. — Lo entienden, ¿verdad? — Si solo estaba el propio, significaba que algo sucedió para que aquello que chocó no esté. Esto podría darles una pista que quien se involucró para defender el animal, era hábil. O al menos conocía uno que otro truco.

No fue difícil percatarse anteriormente de la dirección que tomó el animal que los vigiló. Ahora la decisión estaba entre seguir el camino directo hacia el norte o desviarse. — Nos debe tener en la mira. Fingir que nada pasó y avanzar puede ser peor de lo que me gustaría. — Esta vez tomaría una iniciativa algo diferente. Esperaba que con lo dicho, los otros dos entendieran que irían en la dirección del animal. Sin embargo, antes de avanzar, dejó caer a un metro de distancia una bomba de humo. Esto era simplemente una cortina. ¿Qué podrían hacer ambos? Quizás Mei esconderse dentro de Isshin. En cuanto al de sombrero, hizo una secuencia de sellos manuales y desapareció. Sí, literal se hizo invisible. Una técnica del elemento viento bastante útil, con la cual podría avanzar sin ser visto. Claro, a no ser que el desconocido posea habilidades sensoriales.

¿Cuál era el propósito detrás de este plan? Si alguien los vigilaba con un objetivo que Kakusei desconocía, de esta forma lo confundirían, pues el número de integrantes disminuiría. Obviamente con la bomba de humo se puede creer que hay algún truco, pero la intriga debería sembrarse en la mente de cualquiera. Claro, como se dijo antes, en caso de tratarse de alguien con capacidad sensorial, todo sería inútil, pero Samuru no era de esos que borraba planes solo porque existía un muy mal caso que no le convenía. No se trata de alguien pesimista.

Así, mimetizado con el aire, el nuevo destino sería aquel trazado por la bestia que escapó. ¿Qué encontrarán más adelante? Es desconocido, no lo saben. Pero así ha sido todo desde que llegaron al país. El misterio está a la orden del día y la incertidumbre no puede lograr que retrocedan. Eso nunca.

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La kunai había sido sacada, apuntando al hombre que claramente se sorprendió y empezó a tener miedo por la situación, misma que no era para más, entrar en la ira de tantos shinobis causaría lo contrario de la ayuda que él necesitaba.

Empezó a contar su historia, llegando un punto en que el líder del equipo incluso habló con el moreno para que guardase el arma, este asintió, girando la kunai en su mano antes de guardarla de donde la había sacado, se sentía un poco mal por el pescador, pero en el mundo de los negocios, los secretos se pagaban muy caro. —Lamento la amenaza. —Era todo lo que diría, su carácter había cambiado mucho desde el principio de la misión, pero era más normal que andar completamente risueño en ese tipo de situaciones.

Se bajó del bote, empezando a caminar por el agua mientras seguía escuchando la historia del amigo de este sujeto, así como información sobre una base Imperial que de seguro sería el gran objetivo principal de esta misión, más allá de explorar la zona roja, claro está. Se mantuvo en silencio durante toda la historia, pero si le ofreció una mirada mucho más calmada y alentadora al pescador, así como una mirada un tanto directa a Jikaro, nada amenazante, pero lo suficiente como para hacerle sentir incómodo hasta que sacase la bandana de su bolsillo y la devolviese.

Observó entonces como la mayoría hacía uso de sus habilidades shinobis para ayudar en el área, por su lado, no podía hacer más que eso, observar, puesto que sus habilidades causaban un poco más de destrucción y miseria que ayuda. Además, hacer gastos exagerados de chakra antes de siquiera pisar la zona roja no era la mejor de las ideas para ninguno de ellos. Una vez todo aquello terminase, seguiría al resto a donde fuera que fuesen.

Resumen
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Izuku se encontraba volando con su ave Takada, no muy lejos de la embarcación y pudo escuchar y comprender la conmoción.

Tal como había presentido, aquella bandana pertenecía a un ex kirinense rebelde, aunque no se trataba del joven pescador sino de un amigo de este. El Uchiha por cautela no quiso preguntar al respecto hasta tener algo más de confianza con sus anfitriones o simplemente para esperar el momento adecuado para contar "historias", parecía un tema delicado para discutirlo en una barca, de igual manera Jikaro también parecía interesado en quedarse con aquel objeto misterioso ya que fue el primero en tomarlo y guardarlo.
~¿Qué sentido tendría robar la bandana de otro ninja?~ Se pregunto Izuku, aunque una vez más prefirió mantener distancia y observar sin intervenir de momento.
Pero sorpresivamente Tobias decidió lanzar sus sospechas sin ningún tapujo, incluso de manera amenazante portando un kunai al cuello del pobre hombre. La situación se volvió tensa y el pescador se detuvo a detallar la historia.
Según lo que comento aquel sujeto, la bandana pertenecio a un rebelde llamado Kyuren, que buscando asilo del imperio se refugio en las montañas donde se hizo amigo del Ryu. Finalmente desapareció buscando descubrir los misterios de la zona prohibida.
-Así que un laboratorio imperial eh, suena interesante, ya quiero conocer a tu primo- Expreso finalmente Izuku al interpretar el dato de la historia que más le había llamado la atención.

Finalmente los shinobis llegaron a la estancia donde se encontraba aquel obstáculo de maleza que bloqueaba la entrada del rio. Izuku había lanzado su idea sobre como destruir aquel dique, Jikaro también sugirió algo aunque su lógica era algo extraña.
-Si te preocupa que los peces se electrocuten, el agua hirviendo pues.. en todo caso los cocinaría bien rico jajaja.- Respondió Izuku riéndose un poco de su idea.
No obstante mientras los ninjas debatían, Izanami se lanzo a la acción, que con suma facilidad deshizo el dique usando un doton sin sellos y luego uso un suiton para lanzar una lluvia en la zona, demostrando tener una gran habilidad con los elementos y sus diversos usos.
-Wow, sorprendente, bueno eso seguramente era lo mejor, aunque será mejor que nos refugiemos o terminaremos empapados.- Dijo el Uchiha, mientras iba al refugio y guiaba a su ave bajo algún techo cercano. Por fortuna su ave era de tamaño mediano, si había algún establo en aquella estancia, de seguro estaría bien para pasar la noche calentita sin mojarse. Todavía no la desinvocaria ya que podía ser de gran ayuda al día siguiente para explorar la famosa Zona peligrosa. A su vez, procuraría pedirle a Ryu que le deje algunas de las sobras para alimentar a su ave, unos buenos pescados de seguro la alegraran.
-Descansa Takada, mañana te despierto!
-Praark, dale Izuku más te vale que me traigas unos buenos pescados, que yo no trabajo gratis!- Dijo el ave.


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-Hablo-~Pienso~
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