Mientras tanto, Riku ha comenzado a intentar llamar la atención de los transeúntes, que ya sea por las palabras del pequeño o por que su mirada se cruza por casualidad con los quehaceres de la muñeca, empiezan a detenerse o dirigirse a las cercanías del pre-espectáculo; logrando una especial atención de los hombres, mujeres o en general familias con hijos que coinciden con el mismo.
- Parece que tienes a bastantes personas mirándote Ren - Comenta Samuru a su muñeca como si fuera lo más normal del mundo, con su rostro aún cubierto.
La muñeca se gira hacia los espectadores, actuando sorprendida al ver que ahora hay gente mirándola e "hinchando" el pecho con orgullo, al tiempo que hace girar la escoba como si fueran hélices de molinillos sobre su cabeza; con esto demuestra dos cosas, que tiene una gran habilidad de movimiento y que no hay hilo alguno que la maneje... O no al menos de la manera convencional, claro.
- Tienes que terminar de preparar el terreno querida... - La muñeca mira a su creador, inclinando la cabeza con duda mientras señala su propia escoba - Si... Tienes que terminar, ya sabes que ese es el trato; yo monto el escenario y tu le das los últimos detalles. Pero bueno, ¿Cuánto crees que tardarás en terminar?
La conversación continúa con completa naturalidad entre los dos objetos principales del espectáculo, Samuru realiza preguntas o anotaciones y la muñeca responde con gestos, movimientos o incluso golpecitos al suelo. Es así como, mientras el titiritero espera a que se reúna algo más de gente antes de empezar, vá desarrollando y presentando a aquellos transeúntes que se reúnen en las inmediaciones, la personalidad y funcionalidad de su muñeca. La historia es importante para mantener a un público ensimismado durante varios minutos, pero cuando se trata de atraerlos cinco minutos... En ocasiones es suficiente con una conversación y lo que parece una muñeca autómata con personalidad propia; especialmente cuando hay niños implicados, que forzarían a sus padres a detenerse durante al menos unos minutos incluso aunque los hilos de los títeres fueran visibles.
...
Pasan unos pocos minutos y, viendo que ya hay bastante gente reunida, Samuru saca una pequeña caja de música de su saco. La misma tiene dos ranuras, claramente dedicadas para introducir billetes y monedas. La coloca en el suelo y, antes de que algún espectador se marche por la implicación de tener que pagar para ver el espectáculo, es el propio marionetista el que saca una moneda y se la enseña a su muñeca.
- ¿Lista? - Karasu deja el pincel/escoba apoyado en una pared y asiente, antes de ir corriendo al centro de la pista; allí estira sus brazos, los dobla, eleva una de sus piernas hasta que queda horizontalmente y allí se mantiene estática, en una perfecta postura de ballerina. Sam espera unos segundos, dejando claro que la muñeca ya no va a moverse más por si misma, y entonces introduce una moneda en la caja de música, que inmediatamente empieza a emitir sonido, primero con lentitud, pero tras unos pocos segundos, a un ritmo adecuado.
Karasu traquetea levemente en cuanto la música alcanza un ritmo fluido, y tras ello empieza a girar sobre si misma, como si un eje central la moviera en círculos perfectos. Mientras tanto, la expectativa del espectáculo hace que la gente guarde silencio, logrando así que la música se escuche mucho mejor. Una vez gira tras veces sobre si misma y como si despertara de un largo sueño, la marioneta rompe su posición de ballerina y estirando los brazos con lentitud, se estira, justo antes de tomar una nueva postura de baile... Y así comienza la primera parte del espectáculo, la presentación, en donde Karasu va desplazándose por el escenario e incluso acercándose al público mientras dura la música; y es cuando esta última para, que los movimientos del títere se vuelven más lentos y artificiales, hasta llegar a detenerse por completo. En ese momento, Samuru vuelve a sacar una moneda, y se la muestra al público.
- Ren responde a los deseos de las personas, pero como está hecha de madera, necesita que la alquimia la de fuerzas para moverse... Una moneda, la hará tener vida, bailar e incluso realizar los retos que queráis proponerla - Samuru introduce la nueva moneda (La última que tiene) en la caja de música; la canción vuelve a empezar y Karasu continúa su hipnótica danza, mientras su titiritero vuelve a hablar - Pero es con el papel que las cosas se ponen verdaderamente interesantes... Y es que las mejores historias, las que encontraríamos en los libros, son escritas sobre papel... El metal la hace moverse, pero con el papel, ella misma os contará una historia.
Y alejándose levemente de la caja de música, indica al público que, si alguno se atreve a probar, es libre de "alimentar" a la muñeca. Y al principio parecen excépticos, pero cuando la música empieza a perder fuerza y los niños miran con pena a sus padres, las monedas empiezan a nutrir el mecanismo de aquella representación... Y así, tras unos minutos de tranquilidad, es cuando el primer espectador se atreve a dejar algo de "papel" dentro de la alquimia musical.
Bajo su máscara, Samuru sonríe y empieza a narrar con su voz más grave - Como todas las historias, o al menos muchas de las que merece la pena contar, todo empieza hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano.... Pero... ¿Y si dejamos que Ren os cuente esta historia?
Dirige la atención de nuevo a la muñeca con un ademán teatral, mismo movimiento que utiliza para ocultar su otra mano bajo el kimono, y se oculta detrás de la carpa, realizando varios sellos... Y entonces la tierra empieza a rodear a la muñeca, pegándose a su cuerpo y piel mientras muta con lentitud hasta tomar la forma de un hombre completamente distinto. El pequeño Samuru (que es en lo que se ha convertido la muñeca, aunque ningún espectador pueda saberlo al tener el cuenta cuentos cubiertos su rostro y cabellos) abre los ojos, y para sorpresa de quienes le observan, empieza a hablar...
- Un hombre vivía en estas tierras - Usando ahora su registro vocal más agudo, solo un maestro de la interpretación podría percatarse de que las voces de la muñeca y del titiritero son la misma - Su vida era sencilla y feliz, pero eso a el no le valía, así que, cansado de aquella vida, un buen día decidió marcharse lejos...
La historia continúa y poco a poco va mostrando nuevas situaciones y personajes. Cada vez que la música para, un nuevo espectador introduce una moneda, y para cuando la primera historia termina, otro benefactor aparecerá para nutrir a la maquinaria con más billetes, o como el cuentacuentos se refería a ellos, papel para las historias.