[Priv Kin]Cualquiera puede ser un monstruo
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Kodokuma solía evitar lo más posible deambular por la aldea, no le gustaban demasiado las miradas de la gente así que si tenía que hacerlo solía colocarse una vieja especie de manta que le cubría la cabeza y parte del cuerpo, le daba un aspecto de mendigo pero no le importaba cubría su rostro, torso y brazo, mostrando sus anormalmente grande pies con sus roídas sandalias.

El genin se cubrió lo mejor posible y espero la noche para salir a hacer sus quehaceres, –Santa mierda no puedo creer que Yumbei haya muerto y ahora me toque ir a comprar los suministros a mí– pensó el encorvado hombre mientras caminaba lentamente a la puerta, –Con todos esos animales… que me miran como un fenómeno– murmuró mientras salía de la pequeña casucha que su familia había habitado por generación en los terrenos del cementerio.

Luego de alguno minutos de andar por callejones y por las calles menos transitada el genin llegó a la zona comercial de la aldea, ya a esta hora muchos de los negocios empezaban a cerrar pero también la afluencia de personas era mucho menor, –Aquí vamos…– murmuró caminando con su disfraz de mendigo, el genin cruzó la calle hasta un puesto de fruta el puesto estaba por cerrar pero el hombre que atendía el lugar se percató de la llegada de un cliente y voleto para atenderlo, –Ho… QUE quieres aquí?– preguntó con un tono de desprecio el comerciante que rápidamente noto por la gran joroba que no era un mendigo común de la zona, –Y-yo… manzanas dame unas manzanas– contesto algo tímido el genin dejando caer unas monedas en el pequeno mostrador frente al comerciante, –LARGO no atendemos fenómenos aquí– respondió el maleducado hombre lanzado las monedas con asco contra el pecho del genin.
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Las calles de la Zona Comercial de Konohagakure se encontraban todavía laminadas por grandes faroles que otorgaban una luz bastante grande como para poder ver con claridad entre la oscuridad de la noche, y con la luna en su punto más alto ayudando a iluminar también, nuestro Uchiha protagonista se encontraba haciendo labores de patrullaje en las calles de Konohagakure, no era algo que a él le gustará pero si ese era su deber con la aldea, lo cumpliría, después de todo, tiene un fuerte patriotismo por la aldea que lo vio nacer.

Kin caminaba tranquilamente, con su vestimenta de siempre, una camisa de mangas largas que presumían con orgullo el símbolo del Clan al que pertenece junto a la placa metálica de la bandana de Konohagakure, pantalones negros y botas de cazador del mismo color de sus pantalones y en su cintura, dos Wakizashi enfundados, listos para usarse en el momento que lo necesitara. Mientras caminaba pensaba en varias cosas triviales que solo para el son importantes, pero de pronto, un grito lo sacó de sus pensamientos, un grito que parecía expresar enojo, inmediatamente, el Uchiha se lanzó a toda velocidad en dirección de donde había salido ese grito tardando apenas unos pocos segundos debido a la cercanía entre el Uchiha y el grito.

Al llegar, pudo ver a uno de los comerciantes despreciando a uno de sus clientes, lanzando sus monedas hacia el pecho del gran hombre encorvado, independientemente de todo, Kin sabía que no se debía tratar así a la gente, Kin se acercó hasta el puesto y recogió moneda por moneda, así sin más, bien tranquilamente de la vida y una vez las tenía todas en su mano, suspiró mientras postraba su mirada en el vendedor

- Porqué esa actitud tan grosera señor?, que le hizo este hombre como para tratarlo de esta manera eh? -

Dijo Kin mientras colocaba de forma cuidadosa aquellas monedas recogidas por el mismo en el pequeño mostrador del vendedor esperando una respuesta por parte del viejo grosero, en los ojos del Uchiha se podía notar cierta pizca de molestia, no soportaba el hecho de que la gente fuera malvada y nada amable con otros
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Las monedas golpearon el pecho del Aburame cayendo frente a sus extraños pies, Kodokuma levantó la mirada aun con la cabeza cubierta por la roída manta y miró directo a los ojos del comerciante, al mismo tiempo cualquiera que pasara o estuviera cerca podría escuchar un sonido como de aleteo, como si pequeñas, pero furiosas alas vibraran y chocaran produciendo un zumbido que salía del cuerpo del genin.

Era claro que el Aburame estaba preparado para desatar su furia contra el discriminatorio comerciante, pero en ese instante algo ocurrió, algo que casi nunca le pasaba, un desconocido se acercó y por primera vez en mucho tiempo no fue para insultar, sino para recoger las monedas que lanzó el mal educado comerciante y acomodarlas frente a él, Kodokuma desvío la mirada que aun tenía clavada en el mal educado hombre para ver con sorpresa como aquel shinobi de pelo negro recogía el dinero, aquel chico no conforme con eso increpo al comerciante sobre su comportamiento.

–No atiendo fenómenos no te quedo claro– contesto con un tono altanero el comerciante que se encontraba de espaldas a la calle, estaba en esa posición ya que no conforme con arrojarle las monedas al genin inmediatamente se dio la vuelta dando la espalda a la calle ignorando a todos detrás de él, –Dije que se larguen de aqu…– el comerciante siguió invitando a los chicos a abandonar su puesto hasta que se dio media vuelta,  mirando de arriba a abajo al shinobi armado que ahora ponía monedas en su puesto rápidamente rectifico –Eh… no, no…– dijo mientras aclaraba su garganta, –Esssss solo un malentendido– prosiguió mientras miraba las armas en la cintura de Kin, –Toma, toma– concluyó alcanzando tres manzanas en dirección al aburame con intención de que este las tomara.

Tsk un chasquido de lengua fue el único sonido que emitió el aburame que ahora miraba de nuevo al comerciante pensando en si aceptar o no su oferta, el genin no era estúpido, rápidamente estiro sus singulares manos tomando las tres manzanas con una sola para luego guardarlas entre sus ropas, pero no estaba dispuesto a irse sin venganza así fue como levantando la mano izquierda en dirección al mostrado lentamente recogió las monedas que había dejado al inicio, una a una las recogió mientras le sostenía la mirada al comerciante que solo miró incómodo de nuevo las armas de Kin y se quedó callado.

–M-me… Ko…ku…a– balbuceo el aburame en una oración casi inentendible mirando de reojo a su salvador, –Kodokuma así me dicen– murmuró con voz grave rectificando.

 
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No atiendo fenómenos no te quedó claro, esas palabras resonaron en la mente del Uchiha haciendo que su molestia incrementara, no entendía por qué esa actitud hacía el hombre que al parecer solo buscaba que comer, simplemente no lo entendía.

Pero repentinamente, el vendedor cambió completamente su actitud, ahora se mostraba nervioso mirando de arriba abajo al Uchiha, Kin se pudo dar cuenta que la mirada del hombre se había quedado quieta en las espadas que mantenía en su cintura, claramente estaba asustado, por suerte, Kin era bien amigable y no le haría daño, pero seguía manteniendo su molestia hacía él. El Uchiha solo se limitó a mirar cuando el tipo entregó las manzanas al Aburame y éste las tomaba para después guardarlas entre sus ropajes.

(Bueno, las armas sí que hacen cambiar a las personas)

Pensó a modo de broma mientras miraba como el hombre encorvado tomaba de nuevo las monedas del mostrados, demostrando que no estaba dispuesto a pagar por aquellas manzanas, Kin suspiró y sacó algunas monedas de su propio bolsillo y se las dejó en frente al vendedor

- Solo digo qué, no debes tratar mal a tus compradores, independientemente de su físico o pensamientos… que imagen le darás a Konohagakure cuando venga algún extranjero con características similares a Kodokuma… En fin, espero cambie esa actitud señor… -

Diría el Uchiha casi que regañando al vendedor luego de escuchar el nombre del Aburame. Ya con el vendedor regañado, Kin le haría una seña amable a Kodokuma para que lo siguiera, el Uchiha quería caminar un rato con él

- Kin… ese es mi nombre, un gusto en conocerte Kodokuma... siempre es así? - 

Eso último lo dijo refiriéndose a la forma en la que el vendedor lo había tratado. Vamos, que a Kin también se le hacía extraño la fisiología del Aburame, pero como ya bien dijo, no era razón para tratarlo mal o despreciarlo, simplemente era un aldeano más de Konohagakure y se le debía tratar como, o al menos así pensaba él…
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Ante las acciones del aburame el comerciante solo desvió la mirada hasta que escucho monedas cayendo nuevamente en el mostrador, sorprendido miró al frente para observar como aquel desconocido pagaba por las manzanas que el aburame había tomado, –Si señor entiendo, muchas gracias es usted un ejemplo que otros deberían de seguir…– comentó con un tono despectivo dedicándole una mirada al aburame, luego de eso sin perder ni un segundo el hombre tomó las monedas y se esfumó de la presencia de los shinobis.

Kodokuma por su parte solo volteo un poco los ojos acostumbrado a esos comentarios, después de presentarse se quedó mirando a aquel ninja que había hablado por él, aquel chico que se identificó como Kin lo invitó a seguirlo con un gesto, Kodokuma lo miró con desconfianza desde las sombras proporcionadas por la manta que apenas lo cubría –Querrá llevarme a un lugar para burlarse de mí– pensó mientras apretaba su mano derecha con desconfianza asegurando las manzanas dentro de su chaleco, –O querrá robar mis manzanas, no pienso compartirlas– maquino mientras instintivamente su cuerpo dio unos pasos siguiendo a Kin, –Yo…– dijo deteniéndose un segundo y mirando fijamente al shinobi, –Siempre es así, en todos lados, pero ya estoy acostumbrado– respondió el jorobado mientras caminaba hasta estar a la par del amable chico, –¿Por qué me ayudas? ¡No te daré de mis manzanas o es que quieres pelear por ellas!– dijo un tanto agresivo mientras apretaba las manzanas dentro de su chaleco custodiándolas como si fueran lingotes de oro, la realidad era simple, el solitario aburame no tenía una idea real de como socializar.
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Kin soltaría una pequeña rosa al escuchar las palabras del gran hombre encorvado sobre sus manzanas

- No te preocupes, no quiero tus manzanas, ¡son tuyas así que… disfrútalas! -

Diría con emoción mientras le daba un pulgar arriba a Kodokuma en señal de aprobación. El Aburame resultaba ser alguien interesante a primera vista, pues no tenía un físico normal como era habitual dentro de la Aldea, era alguien único, aunque poseía comportamientos algo primitivos lo que llevaba al Uchiha a pensar, ¿En donde vivía? Kin no esperaría más para averiguarlo

- Y en donde vives Kodokuma?, ¿eres de Konohagakure?, o eres de algún otro país o Aldea Oculta? -

El Uchiha seguiría caminando de lado a lado, esperando la respuesta del encorvado Aburame. Kin tampoco era un experto en socializar, pero el menos lo intentaba, quería ganarse la confianza de Kodokuma, el cual parecía ser alguien hostil con los extraños, lo que, nuevamente, hacía que el Uchiha se preguntara el porqué. ¿Cuál era la historia de Kodokuma y cómo era que llegó a ser lo que es ahora?, no lo sabía, pero quería descubrirlo y para eso necesitaba demostrar que era alguien de confianza y no una persona más del montón que se habían dedicado a insultar y menospreciar al Aburame
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