[Simple B] Consiguiendo fondos
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Última modificación: 11-11-2023, 04:10 AM por Horaime.
Con la decisión ya tomada el chunin emprendió camino para seguir las misteriosas huellas que claramente alguien intentaba ocultar, mientras el grupo avanzaba Horaime levantaba la mirada constantemente para darse cuenta de que se internaban en lo más espeso del bosque, –Nix no podrá encontrarnos aquí– pensó vagamente, tras varios minutos de seguir huellas medio cubierta, ramas quebradas y otros pequeños rastros que parecía intentaron borrar sin muchas ganas ni éxito, el pequeño grupo pudo empezar a escuchar algo en aquel silencioso paraje –Escuchan…– murmuró el chunin levantando la mano derecha en señal de detenerse, –¿Son voces?– preguntó en voz baja, Horaime se agachó y caminando en completo silencio se acercó más a la zona de donde provenían las voces.

Muon Satsujin Jutsu


Luego de escuchar un poco la conversación Horaime retrocedió y se juntó con sus compañeros a una distancia segura para poder discutir lo que debían hacer a continuación, –Sería extraño que un grupo de personas honestas tiren de una carreta para sacarla del camino y repararla, y de paso cubrir sus huellas, para después sentarse en el bosque a discutir sobre injusticia social– respondió mirando un segundo a Kaito, –Coincido con ambos, no conocemos de que son capaces estos tipos además asaltaron esa carreta así que inútiles o indefensos no creo que sean, creo que lo del genjutsu no estaría mal podemos dispensarnos un poco e intentarlo– suspiró pensativo mirando extrañado al chico de tez blanca, –¿Estás bien?– le preguntó el chunin claramente extrañado con la sangre que corría sobre su blanca piel.




Por su lado Nix ya se encontraba sobrevolando la casa de té, no le costó mucho encontrar las huellas del trío y empezar a seguir su rastro, luego de varios minutos llegó al punto donde se salieron del camino, Nix  intentó seguirlos, pero lo espeso del bosque hacía imposible ver cualquier rastro desde el aire, por suerte para la lechuza una delgada línea de humo se dibujaba a la distancia así que sin perder tiempo voló en esa dirección.

OFF
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Reunidos alrededor del campamento, los tres shinobi sopesaban las opciones que tenían a la hora de realizar algún tipo de ataque conjunto, siempre procurando controlar el tono de voz. Las preparaciones comenzarían y cada uno de los integrantes ofrecería distintas formas de afrontar el problema que tenían ante ellos, si bien todos estarían de acuerdo en eliminar la realización de un ataque frontal y aprovechar la oportunidad otorgada por el descuido de aquellos hombres.

Mientras sopesaban que hacer, podía escucharse algo de movimiento en el campamento. Los allí presentes, que parecían haber dejado de discutir al menos momentáneamente, se encontraban ahora reunidos alrededor de la fogata, aprovechando la caza y el tiempo disponible para comenzar a comer lo cazado por el primer sujeto, cuyo aroma podía llegar a los shinobis que los asechaban, gracias a que en aquel momento el viento jugaba a su favor.

Con el grupo aun sopesando opciones de ataque, uno de los presentes acabaría de engullir la comida en su plato y se apartaría ligeramente del grupo, no sin antes indicar que iba a "abonar la naturaleza". A parte del que acaba de marcharse, otros tres hombres continúan alrededor de la hoguera, comiendo de su plato con algo más de tranquilidad...

Aquellos que trataron de asomarse podrán ver la disposición de aquel campamento abandonado:
  • Al norte, en donde se encuentran hay un par de ruedas rotas de madera, así como (colgadas de un árbol) algunas provisiones alimenticias del grupo.
  • Al oeste no parece haber nada importante, y sin embargo esa habría sido la dirección tomada por el bandido abonador. Quizás por eso mismo no habían colocado nada en esa dirección.
  • En el sur se levantaban algunas tiendas de campaña y, en el centro de las mismas, un gran carromato de fabricación imperial, con las ruedas aparentemente en perfecto estado, listo para ser remolcado.
  • Finalmente al este se encontraba lo que parecía ser un dummy de entrenamiento, así como un par de kunais semi oxidados, clavados en una diana de tiro, la cual estaba colgada directamente de un árbol.
Era decisión de los shinobi el cómo proceder al respecto.

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Horaime espero un segundo en silencio, pero realmente no estaba dispuesto a seguir esperando mucho más, –Pondré al que llamaron jefe en un genjutsu para que desconfíe de los demás, seguramente será extraño de ver, pero pienso que nos puede dar una abertura para atacarlos, no se asusten y si piensan usar algún genjutsu que no sea en él o de área porque cortará el efecto del mío, en cualquier caso prepárense atacaré en cuanto vea una apertura– comentó en voz baja mirando a sus compañeros bastante decidido, luego de esperar un momento por si sus compañeros tenían algo de decir se movió en completo silencio hasta el mejor punto que encontró, en ese lugar tendría una amplia vista de los hombres reunidos alrededor de la fogata.

Una vez en aquella posición ventajosa buscó con la mirada al que anteriormente habían llamado “Jefe” y comenzó una tanda de sellos.

Expansión - Tsuki no Mahi


La intención con esta tanda de sellos era expandir su chakra hasta el “jefe”, luego de unos segundos el tipo quedaría deslumbrado por la fogata que tenía al frente, pero todo esto no acababa todavía según la experiencia de Horaime ese pobre hombre se pondría de pie y caminará a la fogata como un insecto a una bombilla, seguramente se detendría antes de quemarse con el fuego o tal vez caminaría a través de ella como un loco sobre carbones calientes, al fin y al cabo esa no era la intención final del chunin ya con ayuda de este ingenioso método de expansión podría poner a aquel pobre hombre en un genjutsu.

Realista - Mousoushou


El genjutsu en cuestión pondría a aquel sujeto en un estado de paranoia total, haciéndolo desconfiar de sus compañeros al punto de pensar que fueron reemplazados por traidores que solo querían capturarlo o matarlo, quién sabe lo que esta locura momentánea causaría en aquel hombre, de momento Horaime había hecho su movida solo quedaba esperar los resultados mirando desde las sombras lo que sucedía alrededor de aquella fogata, esperando que sus compañeros actuaran en respuesta a sus acciones.




Por su parte, Nix ya sobrevuela el área donde vio la columna de humo, busca con la mirada algún claro o alguna pista que le indique el paradero de Horaime.


OFF
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Pese a la iniciativa de Horaime a la hora de definir un plan de acción, a la hora de la verdad sus compañeros parecían haberse quedado completamente congelados... ¿Miedo? ¿Incertidumbre? Quizás incluso algún tipo de ilusión; el caso es que el único que actuaría sería el joven de largos cabellos.

Aprovechando que solo tres bandidos permanecían en el área, Horaime realizaría una hábil expansión con el objetivo de afectar al que parecía su líder. Tras unos segundos de duda, el mismo se levantaría, observando la hoguera con extraña fijación, comenzando a caminar hacia la misma, pateando por el camino el recipiente de agua del que bebía su compañero y mojando su pierna.

- ¿¡Que dem...!? - El afectado era aquel que inicialmente había plantado cara al afectado, ahora completamente en pie mientras sacudía el agua de su pierna - ¿Estás borracho? Si teníamos alcohol me parece de MUY mala asociación habértelo bebido todo tú solo. - Sus palabras, cargadas de un marcado tono irónico, serían acompañadas de un ligero empujón a su compañero, el cual, quizás por mera coincidencia, dejaría de estar obnubilado, clavando sus ojos con desprecio sobre el sujeto que acababa de empujarlo.

- ¿Estás contra nosotros? - Con los ojos entrecerrados y con la duda dibujada claramente en su mirada, el "jefe" observaba al rebelde problemático; por el camino, su mano parecía estar empezando a extraer algo de su pantalón - Ahora que me doy cuenta, pese a tu supuesta implicación y la "rabia" de tus actos hacia cadáveres... ¿Has llegado a matar a alguno de ellos? ¿Has sido alguna vez mínimamente honesto? - Con cada palabra, el objeto en su bolsillo estaba unos centímetros más expuesto, suficiente para ver que se trataba de un pergamino de almacenamiento, posiblemente el lugar en que guardaba su arsenal.

- Me da igual lo que se esté pasando por tu cabeza - Diría mientras miraba de reojo a la hoguera y luego al rededor - Pero yo que tú me plantearía bien lo que estás haciendo antes de mover un jodido milímetro más tu mano, o te la arranco antes de que seas capaz de armarte. ¿Se supone que eres capaz de detectar las mentiras no? Pues atento y léeme los labios... Solo estoy aquí por la misión, no dudaré en matarte si es preciso o sigues por esa línea y estoy harto de aguantar tus niñerías ¿Es bastante honestidad para ti?

Deteniendo su avance ante la amenaza, el líder sopesaría delicadamente sus opciones. No parecía tener intención de volver a guardar el pergamino, pero tampoco estaba realizando amago alguno de terminar de extraerlo, quizás empezaba a dudar de sus inquietudes, o quizás sencillamente sopesaba cuanta sangre estaba dispuesto a derramar. Por su parte, el tercer hombre en la hoguera permanecía completamente estático, con un trozo de carne a medio comer, mientras miraba la escena ante él.

- Está claro que se te ha metido algo en la cabeza. Bob está tardando demasiado, voy a sacarle la mierda a patadas y cuando vuelva espero que tu cabeza esté en un mejor sitio.

No tardaría ni diez segundos en abandonar la escena, siguiendo la misma dirección que el primer hombre que había marchado al bosque. Mientras tanto, el líder permanecería en el mismo punto exacto, aferrado con excesiva fuerza a su pergamino. La pierna empezaría a temblarle mínimamente con nerviosismo, misma tensión que se reflejaría en su mandíbula... casi podía escucharse el rechinar de sus dientes.

- ¿Jefe estás seguro de...?

Solo esas palabras serían suficientes para que el hombre activara el sello de su pergamino, haciendo aparecer una naginata entre sus dos manos, que apuntaría con rapidez en dirección al único de sus subordinados aún en escena - ¿Tú también vas a dudar o es que tenéis un complot para haceros con los fondos de la revolución? - El ambiente estaba encendido.

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Última modificación: 22-11-2023, 09:57 PM por Kaito.
Mientras las sombras danzaban entre los árboles, Kaito observaba con satisfacción el caos que se desataba en el campamento de los bandidos y la paranoia, semilla plantada por Horaime, germinaba con cada mirada desconfiada de los cazadores.

La voz del viento traía consigo el susurro de la fogata, las ilusiones tejidas por Horaime se manifestaban con éxito. "Interesante..."*, murmuró Kaito para sí mismo, oculto entre las sombras. La estrategia de su compañero estaba surtiendo efecto, y la mente de los bandidos se veía envuelta en un manto de desconfianza. No queriendo quedarse atrás de su compañero el chikamatsu lanzó una rápida tanda de sellos de manos manteniendo sus manos juntas al final mientras en voz baja compartía -Bueno, que sea un juego de ilusiones entonces-.
 
Mientras la escena caótica se desenvolvía, Kaito, aún oculto entre las sombras, decidió intervenir de una manera sutil pensando en sumar al descontrol presente en el área. Con movimientos precisos formando una serie de sellos de manos, inició una expansión que desencadenó un fenómeno visual en el entorno.

Desde lo alto, cientos de hojas de los arboles cercanos comenzaron a descender con gracia, como si la naturaleza misma se manifestara en un gesto poético. Las hojas flotaban en el aire, bailando con la brisa de la noche esparciéndose tanto como el chakra de Kaito le permitió, todos en un área de 20 metros verían el show de hojas danzantes, incluidos sus compañeros y con la única excepción del líder de los cazadores . -Recuerden, será solo una ilusión- habló aun en voz baja en dirección a sus compañeros mientras mantenía el ultimo sello.


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El chunni observaba desde las sombras el espectáculo claramente complacido, era como si controlara la voluntad de aquel sujeto sin problemas -Baila mono…– pensaba el chunin con una mirada algo macabra, esos pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de uno de sus compañeros, –Duelo de ilusiones? no,no,no,noooo si expandes tu chakra vas a cort…– intentó advertir sin ningún éxito el chunin mientras empezó a ver cientos de hojas cayendo.

El chunin junto rápidamente las manos moviendo la cabeza de manera negativa mientras se acercaba a su compañero, para él no fue para nada difícil reconocer la expansión de chakra que Kaito intentaba utilizar, primero era claro por sus declaraciones que su compañero se disponía a utilizar un genjutsu para cuál primero debería utilizar una expansión adecuada, segundo el chunin también conocía esa expansión así que no era difícil llegar a la conclusión de que el siguiente paso lógico sería utilizar un Kai  .

Kai


Una vez estuvo a una distancia correcta para hablar sin ser detectado, procedió a explicar, –Si utilizas un genjutsu sobre alguien que ya está en uno, se anulará el que lo estaba afectando…– murmuró mientras juntaba las manos de nuevo, –Logramos que se separaran, atacaré al jefe mientras el otro cae en el efecto de tu genjutsu– conluyo el chunin mientras a su lado salía una copia exacta suya entre una nube de polvo.

Contenido Oculto


Los Horaimes tomaron posición en las sombras esperando a ver los resultados de la expansión de Kaito, una vez pudieran notar los cambios saltarán al centro del campamento quedando hombro con hombro, el Horaime de la derecha comienza una tanda de sellos, mientras que el de la izquierda correría directo al jefe sacando un kunai para intentar apuñalarlo.

Contenido Oculto

Chakra: 391/641
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La tensión era tan palpable entre el líder y el único de los bandidos que se había quedado con él que casí podía tocarse. El subalterno, aún sentado, estaba visiblemente alterado, mientras miraba atemorizado la máno de su superior, ahora tocando nuevamente el pergamino de transporte en su cintura... Sin embargo y para el preciso momento en que el líder, llevado por la ira y la desconfianza, invocó una wakizasi desde su pergamino porta-armas, una lluvia de hojas y pétalos, como levantadas por una inexistente corriente de viento, envolvieron la zona.

- ¿Que...? - Los ojos del líder habían recobrado su claridad habitual ; ahora miraba a su mano armada y al hombre ante él, que parecía empezar a entrar en un trance - Malditos bast... ¡Kai! - Recitaria tras dejar un instante en tierra su wakizasi y formar un único sello, quizás innecesario, volviendo a tomar su arma tras la disipación de cualquier ilusión que le hubiera sido lanzada - ¡Nos atacan!

Tras su retorno a la realidad, el líder de los bandidos lograría reaccionar con suficiente tiempo como para, no sin ciertas dificultades,  bloquear el impacto del Kunai portado por uno de los Horaime. Una vez bloqueado y viéndose completamente incapaz de eludir un combate armado directo, trataría de poner tierra de por medio al estallar una bomba de humo a sus pies, apartándose , si es que se lo permitian, varios metros con ayuda de la breve nieblagenerada. Su compañero, menos lucido que él, tardaría varios segundos en reaccionar, apartándose torpemente un par de metros antes de siquiera empezar a plantearse un contra-ataque.

Mientras tanto, ni un solo sonido o indicación alguna de aproximación parecía salir de la dirección del bosque en la que los otros dos implicados se habían adentrado.

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Kaito observó con aguda atención las reacciones que desencadenó su expansión de chakra y la consiguiente incursión en el terreno de las ilusiones. Las hojas caídas y la creciente confusión en el campamento eran señales inequívocas de que su técnica había alcanzado su cometido. Sin embargo, el astuto Horaime, chunin aliado de Kaito, reveló un conocimiento excepcional al discernir y comprender la naturaleza de la técnica utilizada.

*La situación se complica*, reflexionó Kaito mientras observaba a Horaime acercarse con resolución. Antes de que pudiera meditar alguna decisión, el chunin compartió sus observaciones sobre el error de Kaito al lanzar su genjutsu sobre el grupo. El Chikamatsu asintió, reconocimiento y leve vergüenza se dibujaron en su rostro, siendo esta la primera vez que empleaba una ilusión en colaboración, y no anticipó el impacto en el plan de Horaime.

Mientras Horaime se preparaba para el ataque, Kaito notó que el líder de los bandidos no tardó en reaccionar, con hábil uso de una técnica de Kai, el líder disipó las ilusiones que lo rodeaban y adoptó una postura defensiva. La bomba de humo y la subsiguiente retirada del líder destacaron la experiencia táctica de los bandidos.

El otro bandido menos astuto no parecía poder evitar su genjutsu así que Kaito decidió mantener su estrategia. El bandido estaría inmerso en una ilusión, sumido en su propia percepción distorsionada, vería cómo una barrera de llamas surge ante él. Las llamas, ferozmente reales en su ilusión, emergieron del suelo con un estruendoso rugir. El calor que proyectaban advertía de su peligro, aquel muro igneo, obligaría al hombre a retroceder separándolo de su líder, la barrera emergió del suelo como si de un jutsu se tratara, a la vez que aquellas flamas brillantes se alzaron separando al bandido de su líder una corriente de llamas adicionales circundó al bandido, aprisionándolo en un círculo de fuego ardiente, tan real qué e indefenso bandido casi podía sentir su piel arder por la proximidad del fuego. Kaito, desde las sombras, instó a su compañero: -Kiseki, acábalo-. Esperaba que Kiseki aprovechara la oportunidad presentada.

Aún oculto entre las sombras del bosque, Kaito evaluó la situación. Consciente de que si Kiseki no se involucraba, la responsabilidad recaería sobre él, rápidamente sacó un pergamino verde resplandeciente de los pliegues de su túnica. Estaba preparado para invocar a su marioneta en el preciso instante en que el enemigo disipara el genjutsu, desatando así una nueva fase en el conflicto.

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Anotación


Tras desaparecer detrás de la cortina de humo, el líder de los bandidos sería perseguido de cerca por Horaime, su clon y el propio Kiseki, perdiéndose las cuatro figuras a través de la densa niebla grisácea. De inmediato el sonido de metal contra metal llenaría la distancia que los separaba con el titiritero, indicándole que el combate ya había comenzado en aquel lado.

Mientras tanto, completamente sumido ante el genjutsu al que le había sometido Kaito, el segundo bandido no podía pensar en nada que no fuera mantenerse a salvo y lejos de las llamas; el pánico inundaba su mente, haciéndole imposible darse cuenta por el momento de que por más calor que sintiera, su piel no estaba ni si quiera cerca de empezar a quemarse. Tarde o temprano sería capaz de devolver su mente a la realidad, pero por el momento ese no parecía ser el caso... Irónicamente, pese a la luz intensa que lo rodeaba en su mente, aquel hombre no era la luz más brillante del firmamento, su vuelta a la realidad no estaba ni remotamente cerca de ocurrir.

- ¡GAH! - Un grito de dolor podría escucharse desde el otro lado de la cortina de humo, la cual prácticamente se había disipado, permitiendo a quien quisiera observar la escena el ver como tres figuras, aún nebulosas, luchaban al otro lado de la humareda... Y una de ellas estaba siendo claramente superada por las otras dos.

En el corto espacio de tiempo que el humo tardaría en terminar de disiparse, permitiendo ver ahora con claridad como el líder rebelde estaba siendo difícilmente contenido pese a estar luchando dos contra uno, la figura del tercer rebelde (Aquel que se había marchado tan solo unos minutos atrás a comprobar el estado de su compañero) saldría de un salto de entre los árboles, aterrizando en el terreno de combate a tan solo unos metros del conflicto.

- ¡Perfecto, volvemos a ser más, ahora ayudadnos los do... - La orden del líder se vería interrumpida cuando sus ojos examinaran con más cuidado al recién llegado.

Si, se trataba del mismo que había ido en búsqueda de su camarada unos minutos atrás, pero sus ropas no estaban teñidas de sangre antes de adentrarse en el bosque. Respondiendo con una sonrisa ante la mudez de su supuesto líder, el recién llegado lanzaría directo hacia la cabeza del mismo un objeto de tamaño medio, con la intención de golpearlo directamente en la cara. Pese a su sorpresa, el líder de los rebeldes lograría detener el arma arrojadiza en medio del aire, solo para encontrarse a si mismo sosteniendo la cabeza decapitada del cuarto bandido aún desaparecido. Aquello sería demasiado para procesar en medio de un combate múltiple en contra y antes de que su mente lograra recuperarse, una de las figuras enemigas lograría abatirlo, atravesando su garganta con el filo metálico de su arma. El líder rebelde, balbuceando sin sentido mientras se atragantaba con su propia sangre, soltaría la cabeza de su compañero abatido y caería al suelo sujetando su garganta, pateando en busca de aire de manera desesperada mientras la vida se le escapaba entre las manos.

- Da igual la experiencia bélica, el truco de la cabeza siempre consigue ganarme como mínimo el tiempo para una estocada... - Tras decir aquello en un tono claramente siniestro y sin dejar de reír, el "traidor" extraería una máscara de perro, colocándola sobre su rostro - Veo que habéis seguido bien mi consejo de atacar a traición... Aunque os ha faltado malicia. Por mi parte y como os dije "incluso un niño soldado podría asesinar al guerrero más hábil mientras defeca" y bueno, Nuen tenía bastante inestables los intestinos - El ahora descubierto como el mismo "informante" que se habían encontrado en la taberna, que parecía estar disfrutando cada palabra que salía de su boca, miraría en dirección al único rebelde que aún quedaba con vida, el cual seguía intentando huir de una llamarada incontrolable - ¿También voy a tener que propiciar el golpe final de este? Dadme un respiro, este imbécil era el que mejor me caía, conozco a su viuda, haced el favor de eliminarlo de una vez.

Notas y normativa
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Última modificación: 08-12-2023, 10:33 PM por Kiseki.
Kiseki por los breves momentos ocurridos lo único que podía hacer era nada, no se le ocurría nada para ayudar en gran medida, se quedaba corto en cuanto habilidades de rastreo y apoyo en cuanto al método de ocultación, Simplemente dejaría el show a sus compañeros quienes eran más habilidosos en estas áreas.

Ketsuryugan


Escuchaba detenidamente las explicaciones de Horaime y la posible interrupción de su genjutsu debido a que, replicando sus palabras, si 2 genjutsus eran usados cuando todavía el primero no se disipaba lo mas probable es que el que se había activado de último se sobrepondria provocando una detección fácil hacia la ilusión. -Al menos estos no parecen nada peligrosos-

Más en cuanto la persecución dió inicio Kiseki por ahora Simplemente estaría siguiendo a Horaime con toda la velocidad que sus pobres piernas le permitían en los momentos, uno de los sujetos siendo completamente inmerso en el genjutsu de Kaito, los otros tratando e defenderse de Horaime.

Lo más destacante de todo era que cuando Kaito se lo pidió el chinoike no pudo reaccionar, era acabar con una vida que aunque fuese sido desperdiciada por tantos crímenes no era algo que estuviera en su persona, matar nunca era la solución a un problema, pero aunque estuvieran en media persecución no quería hacer eso. 

Antes de decir una palabra un sujeto entro en el campo, por lo visto, era el informante que antes había estado con ellos en la cafetería, haciendo acto de presencia y acabando con casi todos los hombres de la zona enemigos de un parpadeo. La escena se tiñó de un rojo a sangre mientras este mismo líquido chorreaba de la garganta del líder como si de un dragón se tratara, con una cabeza decapitada a su lado, al terminar tal momento Kiseki no pudo evitar cerrar sus ojos para posteriormente tapar su boca completamente asqueado, darse la vuelta y vomitar en un arbusto, lo hizo durante unos segundos para después tocer varias veces, desactivando su doujutsu casi por instinto, un Chinoike está acostumbrado a ver sangre, pero esto también era una debilidad debido que a masacres de este tipo el ketsuryugan le permitía ver este mismo líquido más detalladamente y eso lo hacía mucho más asqueroso para los principiantes del clan.

Procesó unos momentos la información que pasaba delante de sí, escuchaba todo lo que tenía que decir ese sujeto hasta que tuvo su tiempo de hablar sobre el destino del rebelde que todavía seguía inmerso en el genjutsu de Kaito. -No puedo hacerlo, no quiero matar a alguien, no me gusta-. Dijo de manera tajante rechazando el matar al sujeto, solamente miraría al tipo y si en ese momento era su final simplemente cerraría sus ojos preparando sus oídos para un sonido que no olvidaría en su vida

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Al parecer sus compañeros tenían motivos de sobra para haber desconfiado del enmascarado, para sorpresa de Kaito. Aquel hombre apareció de la nada, en un par de movimiento líquido a los bandidos con suma facilidad.

Mientras Horaime seguía ocupado con su combate, Kaito solicitó la ayuda de Kiseki para seguir la instrucción del enmascarado, quien no parecía demasiado entusiasmado en acabar con el bandido restante. Sin embargo Kiseki, el muchacho alvino estaba negado a tomar una vida. -Que diablos te sucede, es un objetivo, matarlo es nuestro maldito trabajo-. Mencionó extrañado y decepcionado el marionetista en dirección al Chinoike; así que viendo la nula disposición de su compañero, Kaito decidido a completar su propósito tomo con la mano derecha su pergamino listo para invocar su marioneta , pero antes intentaría un ataque más directo, del bolsillo atado en su pierna izquierda tomo 3 shuriken metálicos entre sus dedos. Sin titubear el Chikamatsu los lanzó de forma precisa en dirección al hombre aún atrapado en las llamas de la ilusión apuntando lo mejor posible a lugares vitales, tan pronto como las armas se deslizaron fuera de la mano de Kaito la ilusión que atrapaba al bandido añadió una nueva capa a su engaño y decenas de otras armas de todo tipo y tamaño aparecieron en dirección al bandido ocultando entre ellas las tres precisas piezas de metal que Kaito esperaba dieran en su blanco.

Estadísticas de Kaito Chikamatsu
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Última modificación: 12-12-2023, 07:01 AM por Skuld Samuru.
Durante el transcurso de todo lo ocurrido tras su última intervención, el enmascarado sencillamente observaría con cierta curiosidad a los dos shinobi implicados en tomar la última vida y sus completamente opuestas reacciones.

Por una parte, Kiseki, con una reacción mucho más humana y dentro de lo normativo al ser expuesto a tal carnicería, se negaría a dar el golpe final, aun recuperándose de "haber vaciado sus propias entrañas" en las cercanías; una respuesta bastante comprensible, pero que había dibujado una mueca cómica bajo la máscara del perro. La iniciativa sería tomada finalmente tomada por Kaito, que algo sorprendido por la reacción de su aliado (como bien expondría con tono mordaz) y con una opinión diametralmente opuesta sobre el cómo proceder, se adelantaría para dar el golpe de gracia, no sin antes preparar un plan de respaldo por si la indefensa víctima se resistiera... No sería el caso.

Los suriken impactarían sin esfuerzo contra el ninja; normalmente se trataban de armas casi inofensivas, pero con la gran exposición del hombre y el tiempo que se tomaría el marionetista para asegurar el golpe, el impacto resultaría mortal... O al menos lo suficientemente incapacitante como para hacerle caer al suelo, balbuceante, sin terminar de comprender lo que ocurría a su alrededor en el momento en que fuera expuesto nuevamente a la realidad (por los daños recibidos). Miraría con pánico y confusión a aquellos que le rodeaban, palideciendo casi tanto por su propia pérdida de sangre como por la escena presente de su líder terminando de desangrarse con la cabeza de su compañero a poco más de dos palmos de distancia. Mientras la vida le abandonaba, buscaría con la mirada con una mezcla de pánico y esperanza al cuarto miembro de su grupo, esperando un milagro que no solo no llegaría, si no que le sería brutalmente arrebatado cuando el enmascarado subiera lo suficiente su máscara como para que el sentenciado pudiera ver el rostro sonriente del que les había traicionado - Tranquilo, yo me ocuparé de Miat. Prometo que haré todo lo posible para que tú pequeño se convierta en un reputado soldado Imperial - Casi incapaz de retener una carcajada, el "traidor" volvería a colocarse su máscara, observando con macabra satisfacción como las lágrimas de su supuesto aliado se mezclaban con su propia sangre antes de rendirse ante la muerte.


El silencio finalmente inundaría la escena, ahora cubierta de cadáveres - Gracias, de verdad. Aunque esperaba que llegarás algo antes, creía haber logrado agitar el avispero lo suficiente como para que me rastrearais hasta aquí con intenciones asesinas - Mencionara el enmascarado - Yo solo no habría podido eliminar a estos tres, las cosas son fáciles cuando atrapas al enemigo con la guardia baja, pero eran enemigos a tener en cuenta. En fin... Lo único que os queda es guiar el carromato de vuelta a la tetería en la que nos encontramos, allí debería haber un compañero Imperialista esperando vuestro reporte. Yo ahora debo marcharme a informar a la base de que hay tres cucarachas menos de las que preocuparnos. ¡Un placer! - Sin más dilación, el shinobi volvería a repetir la actuación de su primera desaparición, rodeándose tras una pequeña explosión de una cortina de humo antes de desaparecer de la vista... Sin embargo, en esta ocasión no se escuchaban pisadas u otros sonidos que lo delataran en la lejanía; quedando claro por lo tanto que la primera vez, efectivamente, intentaba que le siguieran.
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En caso de seguir las indicaciones del shinobi enmascarado, al volver con el carromato y su contenido al lugar de encuentro inicial, se encontrarían con un par de hombres armados y cubiertos con uniforme imperial. Estos habían venido con su propio transporte, uno más blindado que el original, al que pasarían la mercancía para "asegurarse de que no hubiera más problemas", al tiempo que mostraban a los tres jóvenes los documentos que les permitían hacer dicho traspaso, conscientes de que los mismos pudieran estar escépticos al respecto.

Tras unos pocos minutos, los guardias terminarían el traspaso, clavando en el antiguo carromato un cartel con el sello del imperio en el cual se podía leer que un equipo de desguace se pasaría en los siguientes días para eliminar los restos del mismo y que la gente del lugar ya podía volver a caminar tranquila, debido a que los peligrosos terroristas habían sido eliminados antes de que pudieran usar el dinero, cuyo destino original era la reforma de unos barrios derruidos, para causar más golpes de terror... El discurso les había quedado perfecto, y cualquier mente hábil trataría de discernir en busca de algún detalle extra, porque, a fin de cuentas... ¿Por qué iban a robar los rebeldes el dinero de los pobres y necesitados? ¿No estaban con la gente? ¿O sencillamente esta sección estaba compuesta por poco más que verdaderos lobos con piel de cordero? La realidad, a partes iguales cercana y lejana a tales conjeturas, quedaría oculta en el bosque, junto al cadáver de, posiblemente, los tres únicos hombres que podrían haber intentado justificar aquellas acciones; si es que tenían justificación alguna.
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Misión Completada
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