Ginseng, Árbol del Mundo, Parte V [Ciudad de Invocación] [Pacto Saru]
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Última modificación: 10-08-2023, 04:24 PM por Musacus.
12 de Junio del 15 D.K 
Isla Madre Nanpou
El Gran Árbol
Gingseng


La emoción y el alivio se apoderaron de Satoru cuando finalmente alcanzaron la cima del Ginseng. La vista desde lo alto era impresionante, podían ver todo el Reino de los Monos extendiéndose ante ellos, con sus bosques, montañas y ríos serpenteantes. Toda la Isla rodeada por un inmenso Mar. Era una imagen de serenidad y belleza que dejaba sin aliento a cualquiera que tuviera el privilegio de contemplarla.

En la cima del Ginseng, encontraron una gran casa construida dentro del tronco del árbol. Era una obra arquitectónica envidiable, que demostraba la habilidad y creatividad de los monos antiguos. La casa servía como hogar de descanso para aquellos que habían logrado alcanzar la cima y también como lugar de entrenamiento. Un lugar de retiro para aquellos que buscaban fortalecer su cuerpo y mente.

Aunque el ascenso había sido desafiante, Satoru y Kenta sabían que la verdadera prueba aún estaba por venir. La tradición de colgarse de una de las ramas del Ginseng durante 12 horas era un rito de paso para los jóvenes aspirantes a maestro. Solo aquellos que lograban completar esta prueba demostraban tener la determinación y la fuerza necesarias para seguir adelante en su camino de aprendizaje y crecimiento. Sin embargo, antes de enfrentar la prueba, Satoru y Kenta decidieron tomarse un momento para descansar y recuperarse del agotador ascenso. Se sentaron en el suelo, admirando el paisaje que se extendía ante ellos, y compartieron una comida ligera para recobrar fuerzas. El silencio del lugar era reconfortante, y podían sentir la energía de la naturaleza a su alrededor, dándoles el impulso necesario para seguir adelante. El aire fresco y el aroma a corteza llenaban sus pulmones brindándoles una sensación de paz y conexión con la naturaleza. 

Luego del descanso Satoru se incorporo ya mentalizado para el desafió de Colgarse mencionado anterorimente por El Mono Bibliotecario.

Bien... Ahora si!

Las primeras horas del desafío en la cima del Ginseng resultaron ser una prueba de resistencia y perseverancia para Satoru. Desde el momento en que se colgó de la rama con sus pies, como si fueran una "cola", pudo sentir la intensidad del desafío que tenía por delante. El viento soplaba fuerte a esa altura, balanceando las ramas y poniendo a prueba su equilibrio y fuerza. Por suerte su antiguo Maestro Raiton le había echo pasar por duros entrenamientos en cierta forma lo habían preparado para ese momento. A medida que pasaban el tiempo otros monos pequeños se acercaban a contemplar la escena, aquel momento sería significativo para el Reino, Si completaba la prueba no habría dudas, tendría el reconocimiento de todos los pequeños simios de aquel lugar.

Satoru se aferró firmemente con sus pies, utilizando su agilidad y destreza para mantener el equilibrio mientras se colgaba boca abajo. El dolor comenzó a hacerse presente en sus piernas y brazos, pero no permitió que eso lo desanimara. Sabía que debía resistir y continuar, pues el desafío apenas había comenzado.

Las horas pasaban lentamente, y Satoru se mantuvo enfocado y concentrado en su objetivo. Cada minuto parecía una eternidad mientras luchaba contra el cansancio y la fatiga. Sin embargo, el deseo de superar la prueba y demostrar su valía como shinobi lo impulsaba a seguir adelante, su método estaba en enfocarse en la respiración sin dejar que nada lo afectase...

El silencio del lugar era solo interrumpido por el suave murmullo del viento, el canto de los pájaros y algún murmullo simiante. La tranquilidad del entorno contrastaba con el esfuerzo y la determinación de Satoru por completar el desafío. En su mente, recordó las enseñanzas de Kenta y Muten, quienes le habían transmitido la importancia de la perseverancia y la resistencia en el camino del shinobi.
Pasaron varias horas antes de que Satoru finalmente bajara de la rama y se completara el desafío Sus piernas y brazos temblaban por el esfuerzo, su rostro era una catarata de Sudor pero su determinación seguía intacta, las 12 horas habían sido eternas, pero en cierta forma durante todo ese tiempo había alcanzado un estado de Paz mucho mayor, esta era su recompensa, sentía como el Reino empezaba a formar parte de su interior. El Ginseng lo había marcado y Satoru había marcado al Ginseng, la sangre de Satoru quedaría en aquella rama, producto de sus heridas, junto con la sangre de otros maestros.

Ginseng te da la bienvenida - Exclamo un pequeño mono dando saltos.

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Satoru
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