Última modificación: 19-07-2023, 09:06 PM por Musacus.
11 de Junio del 15 D.K
Isla Madre Nanpou
El Gran Árbol
Gingseng
Miraron hacia lo alto del árbol gigante con determinación y emoción, la idea de escalar hasta la cima y explorar las viviendas de las criaturas que habitaban en sus ramas les parecía emocionante y desafiante. Sabían que la subida sería larga y agotadora, pero estaban completamente dispuestos a enfrentar el desafío, probablemente llegarían a la cima a la nochecita. Con paso firme y determinado comenzaron a trepar por el tronco del árbol, la corteza rugosa y las ramas entrelazadas les ofrecían agarres firmes mientras subían cada vez más alto. La ausencia de uso del Chakra hacía que el desafío fuera aún mayor ya que debían confiar únicamente en su fuerza y agilidad para saltar y deslizarse por el entramado de ramas. Una gran practica adecuada para el Maestro de Pacto, no podía ser uno como tal, no sin antes adaptarse a las clásicas costumbres simiescas.
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A medida que ascendían podían sentir la adrenalina correr por sus venas y la excitación de acercarse cada vez más a la cima. Las aves volaban a su alrededor creando una sinfonía de trinos y chirridos mientras pequeños monos curiosos los observaban desde las ramas cercanas, con cada metro que ganaban, el paisaje se transformaba ante sus ojos. Las copas de los árboles se extendían como un mar verde interminable y la brisa fresca acariciaba sus rostros, aquel Gran Árbol empezaba a parecer un bosque, salvo por el abismo con El que uno se encontraba al mirar hacía abajo.
Satoru y Kenta continuaron escalando con determinación usando manos y pies para agarrarse de las ramas y dando grandes saltos entre las lianas, la emoción y la aventura los impulsaban a seguir ascendiendo y la adrenalina les daba la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo que encontraban en su camino. Después de aproximadamente 30 minutos de intensa escalada finalmente llegaron al primer refugio en el árbol gigante. Era un lugar cerrado con un techo hecho de ramas y hojas, formando una pequeña habitación acogedora. En el centro una pequeña mesa al Raz del suelo con cojines para sentarse a su alrededor, una pequeña fuente de agua brotaba del tronco del árbol haciendo de este un lugar clave para reabastecerse.
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El refugio ofrecía un merecido descanso y alivio de la intensa escalada. Satoru y Kenta se sentaron en los cojines de pluma tomando un momento para recuperar el aliento y reponer sus fuerzas. El sonido suave del agua de la fuente creaba una atmósfera relajante y serena en el interior del refugio. Desde allí podían ver a través de las pequeñas aberturas entre las ramas las magníficas vistas del reino que se extendían ante ellos, los árboles y las montañas se perdían en la distancia, creando un paisaje de ensueño que parecía sacado de una pintura.
-Qué lugar tan especial...- dijo Satoru admirando la belleza de la naturaleza que los rodeaba.
-Sin duda es un lugar único y mágico- respondió Kenta, sintiendo la misma conexión con la naturaleza que lo rodeaba.
Tomaron un tiempo para disfrutar del momento y agradecer a la naturaleza por su generosidad y belleza. Después de un rato aparecieron 3 pequeños monos a darles la bienvenida y preguntarles con intriga cual era el objetivo de estos al llegar hasta allí, a lo que Satoru luego de invitarles a entrar le contaría parte de su historia y como los últimos días se había dedicado a recorrer el hermoso Reino solo en búsqueda de la conexión con las plantas y animales de aquel Reino... Durante las siguientes horas los cuatro se quedaron conversando sombre lo asombroso del árbol y los misterios que lo rodeaban, durante la primavera se convertía en la mayor proveeduría del Reino siendo su Fruta un gran alimento tanto para guerreros como maestros zen.
Tomaron un tiempo para disfrutar del momento y agradecer a la naturaleza por su generosidad y belleza. Después de un rato aparecieron 3 pequeños monos a darles la bienvenida y preguntarles con intriga cual era el objetivo de estos al llegar hasta allí, a lo que Satoru luego de invitarles a entrar le contaría parte de su historia y como los últimos días se había dedicado a recorrer el hermoso Reino solo en búsqueda de la conexión con las plantas y animales de aquel Reino... Durante las siguientes horas los cuatro se quedaron conversando sombre lo asombroso del árbol y los misterios que lo rodeaban, durante la primavera se convertía en la mayor proveeduría del Reino siendo su Fruta un gran alimento tanto para guerreros como maestros zen.