Ginseng, Árbol del Mundo [Ciudad de Invocación] [Pacto Saru]
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11 de Junio del 15 D.K 
Isla Madre Nanpou
El Gran Árbol
Gingseng
Satoru y Kenta miraron hacia lo alto del árbol gigante con determinación y emoción, la idea de escalar hasta la cima y explorar las viviendas de las criaturas que habitaban en sus ramas les parecía emocionante y desafiante especialmente para Satoru, aunque Kenta no solía visitar ese lugar ya que allí convivían los monos más pequeños, un tanto más revoltosos, tambien era un buen lugar para retiros y meditaciones. Entonces ambos se prepararon para la escalada, asegurándose de la entrada en calor y de tener el equipo adecuado, aunque nada especial. El desafío estaba en hacerlo sin uso del Chakra, pues allí el desafío, sería cuestion de fuerza y agilidad a la hora de saltar y desliazarse por el entramado de ramas. Sabían que la subida sería larga y agotadora pero estaban completamente dispuestos.

Con paso firme y determinado comenzaron a trepar por el tronco del árbol. La corteza rugosa y las ramas entrelazadas les ofrecían agarres firmes mientras subían cada vez más alto. A medida que ascendían, podían ver a las aves volar a su alrededor, y algunos pequeños monos curiosos se asomaban desde las ramas cercanas para observarlos. Con cada metro que subían, el paisaje a su alrededor cambiaba. Las copas de los árboles se extendían como un mar verde sin fin y la brisa fresca del bosque acariciaba sus rostros. Satoru y Kenta se sentían conectados con la naturaleza a medida que se elevaban entre las ramas, algún que otra rasguño y corte daba cable a tierra a Satoru cuando se volaba en sus pensamientos.
Después de varias horas de arduo esfuerzo finalmente llegaron a una plataforma natural formada por varias ramas gruesas y fuertes. Era un lugar perfecto para detenerse y descansar antes de continuar su ascenso. Una serie de pequeñas plataformas circulares de madera, dispuestas a modo de escalera ascendiendo unos diez metros. Allí se pondrían sentar y poner a gusto unos minutos... Desde allí podían ver todo el reino desde lo alto del árbol: los bosques, los ríos serpenteantes y las montañas que se perdían en la distancia.


¿Esta seria una buen pintura no cree?
Dijo Satoru sonriéndole
Satoru
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