"Y por un momento he sentido que a lo mejor una idea es más importante que el mero hecho de estar vivo, porque una idea vive mucho tiempo después de que uno haya desaparecido."
A lo largo de su vida, aquel joven huérfano de Iwagakure siempre había estado rodeado de una soledad tormentosa... En sus inicios aquel pelirrojo no era más que un shinobi promedio, nunca destacó en algo, ni tampoco se esforzó demasiado, los conflictos y la guerra que por entonces libraba el mundo nunca le parecieron positivos, aun cuando ambos estuvieran acompañados de distintos sueños y anhelos. Por aquel entonces el Imperio del Rayo se manifestaba como la gran fuerza a vencer, todos los chicos de la aldea soñaban ilusos con transformarse en héroes que librarían a la humanidad de tan terrible pesar, pero Shujin siempre supo que de sueños no se vivía y aquel mundo no estaba dispuesto en términos oníricos; Todos y cada uno de los poderes presentes en las grandes aldeas no hacían más que utilizar a la tradición como una herramienta útil para solucionar sus conflictos, todos y cada uno de los altos mandos se limpiaban las manos con la sangre de los caídos en batalla, la de los mismos soñadores que en algún minuto él había tomado como su única familia... Ser shinobi era cruel, porque en resumidas cuentas todos los vínculos que establecías se volvían utilitarios, porque en realidad los sueños de los cuales se convencía a los jóvenes no eran más que ilusiones perfectas, sin necesidad alguna de chakra, simples palabrerías que endulzaban los oídos de los incautos... En realidad aquel mundo no eran más que pesadillas.
Renegado y alejado de todo vínculo humano Shujin decidió transformar su ser por completo; Tras intentar terminar políticamente los conflictos entendió que los grandes discursos se perdían en el inmenso mundo sangriento, comprendió que la historia jamás la habían escrito las intenciones ni mucho menos verdades absolutas, la línea de tiempo no era más que un trazo marcado a fuego por un simple y absoluto concepto: "Poder". Su vida entera había estado dedicada a la persecución de aquel símbolo, todos sus años de vida aquel hombre los había encargado en la conformación de un personaje que fuese mucho más allá de su nombre... Los seres humanos por sí mismos eran débiles, no trascendían, no estaban cerca de los dioses y por supuesto, eran olvidados conforme pasaban los años. Él debía convertirse en una "idea", un "símbolo" que despertase a todos quienes tuvieran la fortuna o desgracia de verle, Shujin decidió en algún minuto transformarse en la encarnación de la desesperación, en aquel vacío profundo del cual todos intentan escapar incansablemente. Un "Enmascarado", un cualquiera, todos y ninguno al mismo tiempo, aquella había sido una gran historia pero, ante a aquella fuerza descomunal, parecía estar siendo consumida poco a poco, como un papel sobre una flama.
El León Dorado finalmente había quedado libre de sus cadenas y como lo había demostrado hasta ese punto, no dudó en continuar su ofensiva. Frente a ella estaría en pie una figura que se negaba aun a abandonar su postura de combate, un hombre cuyas ropas ya se encontraban algo maltrechas y cuya máscara por primera vez en años presentaba daños significativos
.-"Divertido"...- Resonó en su mente durante una eternidad contenida en fracciones de segundo... ¿Por qué los seres humanos encontraban...? No, ¿Por qué las deidades encontraban la diversión en la completa muestra de sus absolutos poderes? ¿Es que acaso la manifestación física de tan grandes habilidades... llegaba a generar placer? Sin duda alguna aquel era un concepto complejo, embriagante, pero del todo errado...
.-El poder absoluto, no debe ser una diversión.- Sus puños se apretaría al tiempo en que Shiva profería una despedida a quien, por primera vez en su vida, era reconocido como un digno shinobi de Iwagakure
.-El poder absoluto... Es la más grande cadena que debemos portar...- Aquella carrera hacia él sería frenética, la misma tierra lograría temblar con todo el poder que el León Dorado acumulaba en su único puño sano, para ese punto parecía ser que ni la sangre ni el agotamiento importaba, parecía que aquella gran diosa de los combates prefería incluso sacrificar su integridad con tal de proteger... ¿El qué? ¿Era aquello honor o algo más? ¿Era simplemente el aferrarse con firmeza a la vida? No, una vida sin significado no podía tener esa magnitud de fuerza, eran sus lazos... Una vez más, sus propias cadenas que la ataban a este mundo.
El viento sopló con fuerza, como si de una tempestad se tratase, aquel era un ataque que ya envidiaría cualquier artista marcial del mundo entero, fue tal la presión que incluso, antes de que llegase de lleno, parte de la máscara se desprendió
.-Adiós, "León Dorado".- Como se de una explosión se tratase, un cuerpo que apenas había podido aguantar en su lugar fue arrollado por aquel gran poder, las ropas negras salieron rasgadas por los aires e incluso fragmentos de porcelana comenzaron a caer desde el cielo como si de una lluvia de lágrimas se tratase, había sido frenético, devastador, Shiva, tras la cortina de polvo que se había formado, vería un cuerpo tirado, boca arriba... Un hombre de aspecto cansado, uno que había sido arrollado por la vida incluso antes de toparse con ella, el cadáver de Nishimura Shujin.
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-¿Puedes sentir, la verdadera desesperación, Shiva?.- Aquella voz profunda volvió a repercutir en el ambiente... ¿Es que acaso aquel hombre tras la máscara realmente se había transformado en un espectro? No, probablemente aquel tipo no había abandonado aun su cuerpo de carne, pero sí se había transformado ya en una pesadilla... Tras la rubia combatiente, a unos metros de ella, el cuerpo que antes había estado inerte se comenzaba a levantar al tiempo en que sus brazos, alzados, juntaban un cúmulo de papeles que terminarían formando un disco cortante
.-Ese es el poder que necesito, para refundar Iwagakure y tú me ayudarás en ello.- Porque para cumplir con su objetivo, tendría que morir mil veces, porque para poder conquistar a los corazones de toda la humanidad, debía abandonar la suya propia renunciando a su rostro y su nombre, porque para poder derribar a todos los muros del mundo, tenía que mostrarse, al menos en apariencia, como la corrupción más persistente... ¿Cuánto daño habría hecho ahora este golpe en la mente de Shiva? Sus auras parecían haberla abandonado y aquel chakram de papel ya se encaminaba directamente hacia ella de manera rápida y dirigida buscando sus extremidades inferiores para propinarle un corte limpio y así de una vez por todas dejarla fuera de combate... Su cuerpo tambaleaba, probablemente nunca antes había sentido tal nivel de cansancio, pero no podía caer, no con un sueño libertador por delante, necesitaba encadenar a la Leona de Cabellos Dorados.
Kamienzan
Rango C
Aprendida en 2023-02-04 15:08:39
ID: ORI203
SELLOS: UNO
ORIGAMI
NINJUTSU
Luego del Sello, el ninja levanta uno de sus brazos al cielo y reúne papeles desde su cuerpo para conformar un "chakram", un arma filosa con forma de disco. Puede lanzarlo hasta 40 metros de distancia y controlar su trayectoria, aunque debe estar dirigiéndolo con una mano en todo momento.
Rango A+: El chakram estará tan afilado que será capaz de causarle un sangrado al enemigo durante 2 turnos una vez impacte en él.
Coste: Rango C: 45 de Chakra | 35 de Chakra por Turno.
Rango A+: 80 de Chakra | 60 de Chakra por Turno.
Efecto: Rango C: 60 de Daño.
Rango A+: 100 de Daño | 15 de Daño por Turno.
Datos
.-En razón de lo narrado y por las distancias, se revela el hide del turno anterior: Un kawarimi que intercambia la posición del cadáver de Shujin al cual Shiva ha decidido sobrepasar en su carrera y el del Shujin sobreviviente, respetando las distancias preestablecidas.
.- Se ha elegido a ese "objeto" por no abusar del kawarimi con "cualquier cosa del ambiente" y en razón de confundir al rival pues, técnicamente es un cadáver idéntico. Se aprovecha también la polvareda levantada para la ejecución y, ya luego al cargar el chakram, se revela la posición de Shujin otra vez.
Vida: 43pv
Chakra: 134 - 15 - 25 = 94 + 33(Regen por maestría) = 127pts