Trazando caminos en las nubes (Noelia)
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Y de nuevo el Uchiha se encontraba en el País del Rayo, esa era la tercera vez que visitaba aquel país de una enorme reputación, buena y mala a la vez. Pero algo destaca en todas sus visitas al tan emblemático país y es que nunca había puesto un pie dentro de Kumogakure No Sato, la villa oculta del País. Pata su tercera visita, planeaba descubrir la cultura de Kumogakure y despejarse un poco luego de los muchos sucesos que vivió en tan poco tiempo, además, ayudaría a cumplir su sueño de visitar cada una de las aldeas ocultas del mundo, y al menos de las principales, sólo faltaba Kumogakure, ya que Sunagakure ahora es una villa en ruinas controlada por la Yakuza.

Kin arribó a la Aldea de la Nube por la mañana y entregó sus respectivos documentos para ingresar a la Aldea, en las puertas, hicieron un registro de él y talvez de su chakra, pero eso no le interesaba, después de todo, no se trataba de algún criminal, simplemente era un Ninja al servicio de Konohagakure con ansias de descubrimiento. Una vez dentro de Kumo, pudo notar de primera instancia lo diferente que era a Konoha y a todas las aldeas en general. Konohagakure era una aldea calurosa y llena de bosques, Iwagakure una aldea debajo de la tierra, como si una cueva enorme se tratase y Kirigakure, una aldea con un clima frío y una niebla presente en todo momento.

Kumogakure en su lugar, era una aldea con un estilo totalmente diferente a otros lugares, la aldea estaba llena de templos hermosos en donde los sacerdotes y sacerdotisas se reunían para hacer sus oraciones y ayudar a la gente, zonas militares haciendo alusión a su pasado fuertemente influenciado por la disciplina militar y claro, estatuas de algunas de las figuras más importantes del País del Rayo. El Uchiha había escuchado de la boca de otros que los templos de Kumo eran lugares agradables y que realmente valían la pena ser visitados así que, ¿Por qué no empezar por un templo?

El espadachín caminó entre las calles de la aldea, la gente lo miraba por varios segundos al darse cuenta que se trataba de un extranjero, y se podía notar fácilmente pues portaba el Chaleco Táctico de los Chunin de Konoha y claro, la placa metálica de la bandana de la aldea del fuego en la manga izquierda de su camisa, además del símbolo de los Uchiha en la manga derecha. Su andar finalmente logró acercarlo a las afueras de uno de los templos del Clan Miroku. El Uchiha lo miró de arriba abajo, inspeccionando su estructura.

(Entonces este es uno de los templos del Clan Miroku, realmente me gustaría saber más sobre ese clan, dicen que es de los Clanes más fuertes y respetados de Kumogakure)
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El clima de ese día era algo caluroso con una pequeña brisa, el sol resplandecía en lo alto y no había tantas nubes en el cielo, Noelia una sacerdotisa del clan Miroku se encontraba apunto de salir del templo a la cuidad por algunas cosas que necesitaba, cuando vio a las afueras del templo a un chico el cual visualizaba el templo con atención por lo que amablemente se le acercó aunque algo dudosa pues casi no hablaba con extraños.

-disculpe..puedo ayudarle el algo joven? -aunque su rostro era serio su voz era algo delicada y se escuchaba algo nerviosa y espero su respuesta para ver si le sería útil alguna información- 

Está cargaba un traje típico de sacerdotisa con una gran blusa manga larga y unos pantalones largos color rojos, aunque ella era muy delgada aquella ropa disimulaba bien su delgadez. Su pelo estaba amarrado por un cinta y su fleco casi le llegaba a los ojos, su piel era algo palida resaltando un poco sus ojos marrones claro. 
Rápidamente vio el traje del chico y supo que no era de kumogakure y por su chaleco táctico de chunin y su placa metálica era de Konoha, de la aldea del fuego.
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Los ojos de Kin inspeccionaban atentamente el bonito templo que tenía en frente, nunca había visto alguno similar en los lugares donde había estado a excepción de Iwagakure, aunque los templos de esa aldea estaban más enfocados en lo demoníaco debido a su conexión con el Clan Onikuma. Pero su atención rápidamente fue desviada hacia una bella chica de apariencia tranquila y vestida como una verdadera sacerdotisa, quien preguntó si podía ayudarle en algo.

Kin sonrió amablemente mientras estiraba su mano hacía la joven esperando a que ella la estrechara - Buenas Tardes, vengo como turista, los templos del Clan Miroku son de mi especial atención y quisiera saber más sobre ellos y el Clan en general, ¿usted podría ayudarme? -. Kin no sabía si la chica accedería ante su petición, normalmente las aldeas resguardan con fervor la información de sus técnicas y clanes, y su vestimenta que lo delataba como Shinobi tampoco le favorecía pero tenía la esperanza de que al menos recibiría la información que cualquier turista pudiera recibir.

- Por cierto, mi nombre es Kin Uchiha, un gusto - La presentación era importante cuando se conoce a una nueva persona, aunque destacaba que ahora decidió decir cuál era su apellido y el Clan al que pertenecía, pues la apariencia simpática de Noelia le daba al espadachín un aire de confianza.
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La joven escucho con atención al chico frente a ella y cuando vio que este estiró su mano hacia ella solo estrecho su mano con el y luego miro al chico para igualmente presentarse.

-este si buenas tardes perdón por no saludar primero -le dio un leve reverencia para luego mirar al chico- es agradable que los turistas se vean interesados en nuestros templos y si le puedo dar información pero lo básico por temas ya privados del clan aunque eso depende hay clanes que sin ofender ni opinar prefieren presumir un poco más, aquí somos más reservados por nuestras creencias -le explico con una leve sonrisa para luego volver a su cara sería normal.

-Yo soy Noelia Miroku, mucho gusto conocerlo Kin Uchiha -hablo después de que el se presentará- podría darle un tour pero bueno debo ir por unas cosas para el templo pero si quiere puede esperarme o entrar  y que lo ayuden mis demás familiares -le dio una sugerencia amablemente pues no sabía si ya tenía un cronograma para su turismo en aquel país o alguna otra cosa.
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Los ojos ámbar del Uchiha se abrieron ligeramente de sorpresa al escuchar que, a diferencia de otros clanes de Kumogakure, el Clan Miroku prefiere mantener un perfil bajo por el tipo de sus creencias. - Es como el Clan Uchiha, a pesar de que casi todo el mundo conoce el Sharingan, seguimos manteniendo cierta información de manera muy reservada… Creo que el Clan Miroku me empieza a interesar demasiado -. Fueron los pensamientos del Uchiha antes de que la chica que tenía frente a él se presentara como una integrante de dicho Clan.

Y no sólo eso, también se ofreció a darle un Tour por el Templo de los Miroku o en su defecto, esperar a que alguno de sus familiares viniera a hacer el recorrido por ella. - Eh… prefiero que usted me ayude con el Tour, la verdad es que no tengo algo rigurosamente planeado para turistear en Kumogakure, pero este templo y el Clan Miroku despiertan mucho interés en mí -. Diría el espadachín de forma suave y amable mientras movía un poco los hombros y esperaba con emoción aquel recorrido por el Templo, además de la información turística que Noelia pudiera entregarle.

A decir verdad, era la primera vez que alguien perteneciente a un Clan se ponía accesible a llevarlo a explorar sus lugares emblemáticos, así como hablar sobre el Clan. En todos sus viajes, su apariencia de Shinobi no era más que colocarle una piedra en el camino al preguntar, pues todos se mostraban reacios a compartir, aunque sea lo mínimo con el con la sospecha de que se trataba de alguna especie de espía, aunque el Chunin de Konohagakure sólo quería explorar y saber más sobre el enorme número de clanes que se distribuyen por todo el Mundo Shinobi.
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Ella mientras escuchaba hablar al chico lo analizaba disimuladamente aunque estaba llena de preguntas decidió mantener aún su rostro serio, no queria juzgarlo por su apariencia o por su clan pues como dicen "no hay que juzgar un libro por su portada". 

-no muchos se interesan tanto en lo religioso, los turistas más vienen por la comida tradicional o por los hermosos lugares que hay en este maravilloso pais...-ella realmente adoraba su país, aunque nunca habia viajado a otros lugares mas que estar de templo a templo respetaba mucho las demas culturas- pero como le dije debo ir a ver algunas cosas, puede ir a comer o pasear mientras yo me desocupo, hay muchos puestos de comida en la siguiente calle.

Le explicó mientras señalaba amablemente la calle nombrada, antes de darse la media vuelta e irse le hizo una leve reverencia al chico para ir a terminar sus deberes, supondría que el chico iria a pasear y que luego lo volvería a ver en la entrada del templo..
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- Oh por supuesto, espero y disfrute de su comida, nos veremos más tarde entonces -. Dijo Kin de forma amable a las palabras de Noelia. Ahora estaba solo de momento, frente al hermoso templo del Clan Miroku, su mirada veía a la chica pelinegra por detrás alejándose de la entrada cada vez más y más, aunque su mirada se desvió por unos segundos hacía su mano. - Talvez debería hacerle caso e ir a comer un poco… pero no me gustaría alejarme mucho de aquí… talvez ella regrese y yo no esté, podría ser grosero… -.

Sin dudarlo por más tiempo, el Uchiha haría el sello único de los Clones de Sombra con una sola mano, pero nada sucedió - Aún fallo un poco… -. Y así, Kin intentó por algunas veces más realizar el Sello con una sola mano hasta que finalmente lo logró, creando una copia idéntica de el a un lado de su posición. - Bueno, sigue el camino que indicó Noelia y consigue algo de comer, yo estaré aquí -. El clon del Uchiha asintió con la cabeza mientras comenzaba a caminar en la dirección de los puestos de comida.

Mientras el clon se alejaba, el espadachín buscó alguna banca cercana a las afueras de la entrada del templo en donde se dispondría a esperar a Noelia y a su clon, y el antes mencionado no tardó mucho en hacer aparición con una pequeña caja de bolas de arroz en su mano, entregándosela al Kin original antes de desaparecer en una pequeña nube de humo. - Ah comer entonces… -. El Chunin de Konohagakure comenzó a degustar la comida con tranquilidad, su mirada en ocasiones se desviaba hacia otras partes del templo, o al menos de lo que podía ver, quedando intrigado de lo religioso que podría ser el Clan Miroku. Sin más, Kin disfrutaría de su comida y esperaría sentado en esa misma banca la aparición de la chica sacerdotisa que lo había atendido muy amablemente.
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Al final está tardo aproximadamente una hora y media, tenía muchas fundas en mano con cosas básicas para el templo y su familia, caminaba algo lento por el peso pero aún así habia tratado de apurarse para volver al templo y darle un recorrido al joven aunque ese era el trabajo de su tío que era más...más expresivo y explicaba mejor que ella. 
Una vez estaba cerca vio al chico sentado cerca del templo, por lo que se apresuró en subir al templo dejar las cosas y volver.

-hola, perdona la demora y buen provecho -dijo sonriendo un poco nerviosa y mientras se acomodaba su flequillo, hacer eso ers casi como un tick nervioso pues no acostumbraba a dar recorridos solo pocos pero esta vez estaba preparada para dar lo mejor de si, está se encontraba parada frente a el- bueno cuando termine podemos empezar con el recorrido, no tengo prisa lo esperaré el tiempo que sea necesario.
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El Uchiha esperó pacientemente, degustando de la buena comida que había en Kumogakure, ciertamente diferente a la comida de Konohagakure a la que estaba acostumbrado a ingerir todos los días. Su mirada ámbar pudo captar a lo lejos la figura de Noelia, quien parecía ya haber terminado con sus cosas por las que se retiró en primer lugar. Sus ojos exploraron nuevamente la vestimenta que la Miroku portaba, aquella vestimenta no era extraña, pero Kin no estaba acostumbrado a ver a alguien vestido así.

El Uchiha escuchó las palabras de la Miroku, él tampoco quería hacer esperar a la chica, podía ser de mala educación, por lo que se apresuró a terminar su comida y le entregó los desechos a su clon para que éste encontrara algún lugar permitido para desechar la basura, dándole también la orden de desaparecer apenas pudiera cumplir con su misión. - No te preocupes por la demora, siento que éste recorrido valdrá la pena. Bien, tu guía el camino -. Diría el Uchiha de forma amable, tratando de ser un “cliente” fácil y no uno castroso como los que había podido ver en los Templos del Clan Onikuma de Iwagakure.

- Por cierto, Noelia, tu vestimenta y la de otros integrantes de este templo, es peculiar… ¿posee algún significado para el Clan Miroku? -. La curiosidad del espadachín comenzó a salir a la luz, decidido a cumplir su meta y aprender todo lo que pudiera de las costumbres y habilidades de todos los Clanes de las Aldeas Ninja del Mundo.
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Está se sentía cómoda ante la educación del joven, no era como algunos que eran muy arrogantes y de muy mal comportamiento pero bueno, cuando el joven hablo sobre su vestimenta bajo la miraba para ver su propia vestimenta y luego mirar al chico.

-bueno mi traje así como el resto de mi familia esta compuesta de dos parte..primero el hakama -dijo mientras señalaba su pantalón- que tiene cinco pliegues por delante y dos por atrás y según nuestra tradición sirve para proteger nuestra piernas por esa la tela es gruesa de color escarlata y la camisa blanca de hombros sueltos con un hilo de color escarlata misma y el tabi que son los calcetines tradicionales -le explico su vestimenta de diario, no era nada llamativo- y para mí significa pureza..

Está sonrió levemente después de dicha explicación le hizo una señal con la mano para que la sigua y caminó hasta la entrada de aquel hermoso templo, pasaron las grandes puertas donde la joven se paró.

-para comenzar aquí es donde los fieles vienen a orar por sus familias o por algún milagro, suerte, amor entre otras cosas -hablo en un tono de voz algo bajo pues habían algunas personas rezando, sería de mala educación hacer mucho ruido, en ese lugar se podía sentir en el aire el olor a lavanda, canela entre otras más por los varios inciensos que estaban en ese lugar.-
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El pelinegro escuchó con atención la descripción de la vestimenta que portaba la Miroku en ese momento. Ciertamente era una vestimenta no muy popular en otros lugares fuera de los templos que anteriormente había visitado, pero nunca se había detenido a pensar o si quiera preguntar por qué se usaban y cuál era su significado. — Es interesante, a primera vista, parecería una vestimenta tardada de colocar, pero ahora que me explicaste, no suena tan tardado —.

Kin rápidamente asoció todos los puntos con el significado que Noelia le daba a su vestimenta, la pureza. El hecho de que el Clan Miroku se dedicara a realizar exorcismos y otro tipo de actividades para el bien común, así como el que la vestimenta de Noelia fuera de color blanco, no podía haber otro significado tan acertado que no fuera la pureza, agregando también la personalidad tímida y amable de la chica, que aportaba en demasía a aquella pureza a la que se refería.

Con cada palabra de la Miroku, las ganas de conocer más sobre aquel clan tan mítico como extraño de Kumogakure crecían cada vez más y más, y al parecer, disfrutaría bastante de aquella visita a Kumo. Cuando Kin fue llevado a la zona de oración, sus ojos de color ámbar se fijaron rápidamente en aquellas personas que se encontraban de rodillas rezando. Los oídos del Uchiha estaban atentos y escuchando la explicación en voz baja de Noelia. De la misma forma que ella y por educación, Kin bajó su voz para tornarse un susurro leve para poder hablar. — Eh visto algunos de estos espacios en otros templos, la peculiaridad es que los monjes dicen que tienes que colocar una moneda a forma de ofrenda después de rezar, desconozco si el Clan Miroku tiene esas prácticas, y si las tiene… ¿Es realmente necesaria la moneda? —.

Kin soltó su pregunta hacía la pelinegra, esperando a que ésta pudiera responderla y poder continuar con el agradable viaje en lo profundo de aquel templo lleno de misterios, al menos para Kin.
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Esta escucho con atención ante lo dicho por el chico y solamente lo miro. 

-Bueno, si...se podría decir pues es opcional poner la moneda después de la ofrenda, diría que la mayoría de templos hacen eso para tener un poco mas de capital pero en nuestra familia vivimos de los exorcismo que hacemos -hablo bajo mientras pasaban el lugar donde se encontraban las personas rezando para dar a lugar un hermoso jardín con varias flores y la parte principal del templo donde era uno de los lugares de practica de Noelia pues también era ninja solamente que no le gustaba salir mucho de misiones y peormente pelear.- y retomando al vestuario...si se tarda un poco en vestirse pero ya por costumbre uno lo hace rápido, igualmente el traje varia según la persona, por ejemplo mi mamá no usa este kimono prefiere usar ropa cómoda -sonrio un poco pensando en su madre- 

Está siguió caminando y mostrando las salas de estudio hasta que llegaron a una área verde donde entrenaban en peleas pacíficas.
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El Uchiha escuchó la explicación de Noelia ante su cuestionamiento sobre si era realmente necesaria la moneda en los Templos del Clan Miroku. Finalmente entendió que eso era una práctica para generar ingresos y poder mantener el Templo, y talvez no sólo los Miroku, sino que también otros clanes con las mismas prácticas lo harían con el mismo fin.

Pasando de largo esa zona, ambos jóvenes llegaron a un hermoso jardín lleno de vida, con bastantes flores que adornaban cuidadosamente el lugar, aunque en los alrededores se podía visualizar los daños colaterales de algún entrenamiento en esa zona, cosa que Kin entendió, talvez ahí practicaba la familia de Noelia, o incluso la misma Noelia. — Ya veo, por un momento llegué a pensar que todos dentro de tu familia portaban este tipo de vestimenta mientras se encontraban dentro de este lugar. Mi madre es igual, ella prefiere mantener siempre su ropa ninja, ella es Jounin de Konohagakure y sin importar la zona, ella siempre está vestida y equipada pata saltar al combate jeje —.

La caminata de los jóvenes los llevó a otra zona más profunda del templo en donde había una zona totalmente abierta, pero visiblemente más dañada que la zona de flores anterior — El daño es visible… ¿Aquí se hacen peleas o cosas similares? No creo que esta zona se encuentre con daños solo porque sí — Diría el Uchiha en un leve tono burlón, pero no con la intención de burlarse de las prácticas de los Miroku, sino para comenzar a mostrarse más amable y generar una pequeña conexión con la pelinegra, pues el siempre quiere dejar una buena impresión en las personas que va conociendo en su camino.
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