[trama] La Reunion inevitable
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Última modificación: 05-03-2024, 10:53 PM por Narrador K.

  1. 19 de Enero 15 D.K
  1. Sede imperial país del cobre 

La majestuosa sala, resaltaba en medio del pequeño país del cobre, en el imponente edificio propiedad del imperio, la tensión  resonaba con la presencia de los líderes de las cinco grandes naciones. Cinco sujetos, antiguamente referidos todos como Kages de sombreros característicos ocupaban sus asientos alrededor de una mesa circular de hermoso mármol blanco,  con representantes de aldeas más pequeñas a su al rededor, en pequeñas sillas de asamblea observando con atención. El representante del emperador y sus consejeros vigilaban desde sus posiciones estratégicas mediando para cualquier conflicto. En ese ambiente solemne, Indra, el líder de la Yakuza, tomó el centro del escenario.

Su figura imponente proyectaba un aura de poder, y su voz, calmada pero firme, llenó la sala. -Hoshigakure ha estará partir de ahora bajo nuestra...- Una pequeña pausa ocultó una sonrisa disimulada mientras hombre seguia hablando. -... Protección. La Yakuza y la aldea han sellado una alianza que perdurará mientras nuestros intereses converjan-, declaró Indra, sus ojos fríos escudriñando a los presentes y clavando durante un segundo cual navaja helada, su mirada en la hermosa Hoshikage al fondo de la sala.

Las reacciones variaron. Algunos líderes asintieron, reconociendo la capacidad de Indra para tejer alianzas. Otros mostraron preocupación, vislumbrando un cambio en el equilibrio de poder. Los representantes de las aldeas más pequeñas intercambiaban miradas nerviosas, sintiendo la marea de la historia girar a su alrededor.

Indra prosiguió, detallando el asalto brutal a Hoshigakure. Habló de la alianza con la Hoshikage y el control estratégico sobre la aldea.-Aquellos terroristas, infames despiadados que atentaron contra la vulnerable gente de la estrella, deberán ser encontrados,- Indra extendió su mano en dirección a la hoshikage. - La Hoshikage aquí presente hizo todo cuanto estuvo en su poder, para detenerlos y ha tenido la buena dé de darnos todo aquello que saben sobre los atacantes-. De inmediato extendió un pergaminó y varios montones de documentos sobre la mesa. -Los atacantes se encontraban ocultos, sabemos que entre ellos, un Tatsumaki y un Chikmatsu estaban presentes-  De pronto volteó su aguda mirada a la mujer del sobrero rojo a su derecha. -Sabemos que konoha posee entre sus filas, a shinobis de dichos clanes ¿Algo que decir querida Lady Nezu?- De inmediato tras las palabras de Indra, la Hokage desvió la mirada sin tomarle demasiada imprtancía. -El desierto está lleno de indiviudos así- Mencionó calmada la mujer de pelo oscuro. Sin embargo Indrá no planeaba dejar hasta ahí sus acusaciones. -Claro, pero ninguna otra aldea posee el byakugan, y uno de los implicados en el ataque, es ni mas ni menos que un Hyuga que portaba el emblema de la hoja consigo- Procedió a decir Indra mientras señalaba imágenes  tomadas en el ataque. Hastatsat ahora el ambiente era más tranquilo de lo esperado, pero fue cuando mencionó la sospecha sobre la Hokage de Konoha que la sala se tensó aún más.

La Hokage, con una expresión serena, respondió con calma a las acusaciones. -No tengo lazos con los rebeldes. Konoha busca la paz y la estabilidad-, afirmó, pero su defensa no logró disipar completamente las dudas.

Las miradas se desplazaron entre los líderes. El Raijin de la Nube frunció el ceño, el de la Niebla evaluó con cautela, el de la Roca cruzó los brazos, y La kage de la Hoja, aunque aparentemente tranquila, mostraba una chispa de preocupación en sus ojos.

Indra, sin perder el ritmo, avanzó para explicar los planes de seguridad para Hoshigakure y la necesidad de colaboración para erradicar la organización detrás del ataque. -Un marionetista, un invocador de serpientes, un hyuga y un portador del Tatsumaki fueron los responsables-, recalcó Indra, su tono ominoso resaltando la gravedad de la situación.

Las reacciones variaron nuevamente. Algunos líderes intercambiaron miradas de preocupación, mientras que otros asimilaron la información con rostros imperturbables. Sin embargo, la mención de Musacus, el supuesto espía de Konoha, elevó la tensión. La Hokage se apresuró a defender a su shinobi, pero la duda ya estaba sembrada.

Con el peso de las acusaciones de la Yakuza suspendido en el aire, la sala secreta se llenó de un silencio cargado de tensiones. Los líderes, incluido Indra, compartían miradas cautelosas mientras evaluaban la información proporcionada por el líder de la Yakuza.

El representante de la Roca, una figura imponente con un semblante serio, rompió el silencio. -Indra, tus afirmaciones son serias, pero antes de condenar a Konoha, debemos considerar todas las posibilidades. ¿Hay alguna prueba adicional aparte de la presencia de este Hyuga?-

Indra apretó los dientes, consciente de que necesitaba sostener sus argumentos. -Los informes de nuestros espías indican que Konoha ha estado negociando directamente con diversos grupos rebeldes. No es una simple coincidencia que un miembro de Konoha estuviera presente durante el ataque a Hoshigakure-.

De nuevo el representante de la Nube frunció el ceño, su mirada penetrante centrada en Indra. -¿Negociaciones secretas? ¿Tienes pruebas concretas de estas afirmaciones? No podemos basar nuestras decisiones en especulaciones, no importa que tan buenas sean tus fuentes-.

Indra, sin inmutarse, extrajo documentos de su bolsillo y los deslizó sobre la mesa aunados a los otros. -Aquí están las transcripciones de las comunicaciones interceptadas. Detalles de reuniones, intercambios de información. Konoha ha estado colaborando con la rebeldes, y no podemos permitirnos subestimar la amenaza, si ya han hablado ¿Que nos garantiza que no sea la Hokage la responsable de la destrucción de Hoshigakure?-.

El Raijin de la Nube examinó los documentos con detenimiento, compartiendo miradas con los demás líderes. La representante de la Niebla una Hozuki, conocida por su perspicacia estratégica, habló en tono reflexivo. -Incluso si esto es cierto, ¿cómo sabemos que la Hokage está al tanto? Podría ser un grupo disidente dentro de Konoha-.

La Kage de la Hoja, la líder cuestionada en el centro de la tormenta, finalmente rompió su silencio. -Mis compañeros, mandatarios de todos lo sitios aquí reunidos, comprendo sus preocupaciones, pero les aseguro que Konoha no está involucrada en actos criminales, nuestra lealtad al imperio, se mantiene intacta. Estoy tan sorprendida como ustedes por estas acusaciones-.

Indra, sin embargo, no estaba dispuesto a ceder terreno. -Hokage, las pruebas son contundentes. Necesitamos respuestas. ¿Cómo explicas la presencia de un shinobi a tu cargo en el ataque y las comunicaciones que provienen de tu aldea hacía grupos disidentes?"

La Hokage, con un destello de determinación en sus ojos, respondió con firmeza. -Este hombre sí pertenece realmente a mi aldea, pongo mis manos en el fuego para decir es un ninja honorable y si realmente estuvo en el lugar del ataque , afirmo que actuó para ayudar en medio del caos. Y respecto a las supuestas comunicaciones, no tengo conocimiento de tales tratos, estoy segura que podremos rastrear origen de estas calumnias y conspiraciones a algún lugar fuera de la hoja-.

La atmósfera se tensó aún más mientras las palabras de la Hokage resonaban en la sala. Los lideres intercambiaron miradas, evaluando cada matiz de la situación. La verdad, envuelta en sombras, parecía esquiva, y la confianza entre las naciones estaba en juego. Continuó con el diálogo enérgico entre los líderes, cada palabra pronunciada llevando consigo el peso de decisiones que repercutirían en el destino de las naciones shinobi. Las puyas a la Hokage se intensificaron, y la intriga política tejía una red cada vez más compleja.

A medida que avanzaba la reunión, la tensión en la sala se elevaba, envolviendo a los líderes en una atmósfera densa y repleta de desconfianza. Los líderes, cada uno representante de su respectiva aldea, intercambiaban miradas furtivas, evaluando las palabras y gestos de la Hokage.

Indra, como buen representante de su grupo y más aún como el equivalente a un Kazekage en este momento, un estratega astuto y observador, rompió el silencio. -Hokage, ¿cómo planeas abordar esta situación? No podemos ignorar las acusaciones de la Yakuza, y tu respuesta hasta ahora ha sido insatisfactoria-.

La Hokage, sentada con la espalda recta, no retrocedió ante la presión acumulada. -Comprendo las inquietudes, pero les ruego que confíen en la integridad de Konoha. Investigaremos estas acusaciones y presentaremos pruebas de nuestra inocencia, solo permítanos tiempo para encontrar a los responsables-.

El Raijin de la nube, de mirada aguda y desconfiada, intervino. -Hokage, tu lealtad al imperio es indiscutible, pero necesitamos hechos. La seguridad de nuestras aldeas y nuestro estilo de vida está en juego, y no podemos permitirnos dudas en estos tiempos turbulentos-.

Indra, con su expresión implacable, tomó la palabra. -Propongo una comisión especial de investigadores de cada grupo aquí presente para supervisar la investigación en Konoha. Solo así podremos asegurarnos de que no haya parcialidad y de que la verdad salga a la luz-.

La propuesta de Indra generó murmullos entre los líderes. La Hokage, aunque visiblemente molesta, asintió con determinación. -Aceptaremos la comisión de investigación. Konoha abrirá sus puertas a los representantes de cada aldea para demostrar nuestra transparencia-.

Una de las figuras que se había mantenido en más silencio representante de Iwagakure, conocido por su pragmatismo, habló con cautela. -Esta decisión no significa que confiemos ciegamente en Konoha, pero permitiremos que se realice una investigación justa. Esperamos resultados claros y sin manipulación-.

La reunión, marcada por la tensión y la incertidumbre, continuó con la discusión sobre los detalles de la comisión de investigación. Cada palabra pronunciada resonaba como un eco en la sala, y la sombra de la duda se cernía sobre la Hokage y su aldea.

Tras el cierre formal de la reunión, la Hokage indignada se retiró escoltada por una escolta de sus propios allegados en conjunto a los lideres de todas las aldeas menores, los líderes de las grandes naciones restantes en la sala, junto con Indra, se retiraron a una sala más discreta dentro del mismo edificio. En ese espacio íntimo, iluminado solo por la luz tenue de las velas, se gestaba una conspiración silenciosa.

El Kage de la Roca, un hombre de pocas palabras pero astuto, inició la conversación. -Algo no cuadra en las respuestas de la Hokage. Necesitamos saber más si queremos proteger nuestras aldeas-.

Indra, con una mirada seria, asintió. -Estoy de acuerdo. Konoha ha sido un aliado valioso, pero la información que poseemos sugiere posibles lazos entre la Hokage y la organización detrás del ataque a Hoshigakure-.

El Raijijn de la Nube, descontento con la situación, expresó sus dudas. -No podemos arriesgarnos a confiar en Konoha ciegamente. Propongo que asignemos agentes de nuestras propias aldeas para seguir de cerca los movimientos de la Hokage y sus ninjas-.

Los líderes, sumidos en la gravedad del momento, comenzaron a trazar planes secretos para obtener información adicional, pero todos estaban reacios, les importaba la seguridad, pero no estaban dispuestos a enviar espias a una aldea aliada, eso es un acto sumamente víl.

Indra, calmó cualquier posible duda con palabras de falso moralismo. 
-Nuestro objetivo es salvaguardar la estabilidad de nuestras aldeas. Si la Hokage es inocente, no habrá problema. Pero no podemos permitirnos el lujo de ignorar las sombras que rodean a Konoha en este momento-.

La decisión fue unánime: asignarían discretamente a agentes especializados para investigar a la Hokage y sus ninjas. La sala, cargada de conspiración y desconfianza, marcó el inicio de una trama secreta que podría alterar el equilibrio de poder en el mundo shinobi.

El pequeño conclave culminó con la promesa de los líderes de mantenerse alerta y compartir información confidencial entre ellos. La alianza, aunque no rota, estaba bajo una tensión palpable, y las sombras de la intriga planeaban sobre la cumbre de los Kages.
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Después de horas de deliberación entre los líderes de las grandes naciones y el imperio, la atmósfera cargada de tensiones y sospechas finalmente llegó a su clímax. En una sala iluminada solo por la luz tenue de las velas, se tejieron tramas de intriga y alianzas inesperadas.

Indra, representando a la poderosa Yakuza, dejó claro el nuevo status quo: Hoshigakure ahora estaba bajo el control absoluto de la organización criminal. La noticia sacudió los cimientos de la reunión, provocando murmullos y miradas inquisitivas entre los presentes.

Las sospechas hacia la Hokage de Konoha, y aa aquel hombre que portaba su bandana, se convirtieron en el punto central de la discusión. ¿Era ella una aliada de los rebeldes, como insinuaban algunos, o simplemente una víctima de las circunstancias?

La tensión entre Indra y la hoja alcanzó su punto álgido, con acusaciones veladas y miradas cargadas de desconfianza. Sin embargo, la habilidad política de los líderes presentes logró calmar momentáneamente las aguas turbulentas.

Finalmente, tras largas horas de debate, la reunión llegó a su fin. Sin embargo, la sensación de insatisfacción persistió entre los líderes y especialmente en Indra, quien no estaba convencido de la actitud de la Hokage.

Una segunda y breve reunión secreta fue convocada, esta vez con el propósito de investigar y seguir los movimientos de la Hokage y su aldea. Las sombras de la sospecha se alargaron sobre Konoha, y el futuro de la región permaneció envuelto en la incertidumbre.

Con esta alianza forjada entre el imperio y la Yakuza, y con la amenaza de los rebeldes aún acechando en las sombras, el equilibrio del poder en el mundo shinobi se tambaleaba en una cuerda tensa, lista para romperse en cualquier momento.


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