Las fiestas Navideñas estaban a la vuelta de la esquina y en Konohagakure lo sabían. Las diferentes calles de la Villa del País del Fuego estaban adornadas o en su defecto, siendo adornadas por los múltiples habitantes de Konoha, los adornos destacaban por su hermosura y grandeza. Y no sólo las calles de Konoha, los múltiples distritos reservados para los integrantes de los grandes clanes de Konohagakure también debían ser adornados, pero había uno que aún le faltaba bastante, el Distrito Uchiha y eso Kin lo sabía perfectamente.
La zona de su clan también debía verse igual o mejor que las calles o los otros distritos de la villa, ese día, el Uchiha se disponía a salir con algunas bolsas negras en mano pata colocar los diferentes adornos ahí guardados por todo el distrito. Kin se vistió con su ropa de siempre, su camisa, sus pantalones negros y sus botas de cazador, la novedad es que ahora podía portar el chaleco Chunin de Konoha debido a su reciente ascenso de rango.
Con todo listo, el espadachín se disponía a salir de su hogar para comenzar con su ayuda a la decoración, pero antes de que pudiera si quiera tocar la manija pata abrir la puerta, su nombre fue pronunciado justo detrás de él, al girarse, pudo ver a su madre y a su padre, ambos ya se encontraban también preparados para salir de la casa. Kan vestía una ropa parecida a la de los viajeros del desierto del País del Viento y Miko ya vestía el traje Ninja de color negro típico, su arma más fiel en su cintura y el Chaleco de Batalla Jounin sobre su torso sin olvidar su bandana de Konohagakure en la frente. Kin se preguntaba, ¿Cuál sería el encargo de ahora?, talvez podría cumplirlo rápidamente antes de regresar y ayudar con la decoración, pero ese pensamiento estaba lejos de lo que realmente querían los padres de Kin
- No hemos estado mucho tiempo en la Aldea y realmente mereces algo por tu ascenso a Chunin - Pronunció Miko, la madre de Kin
- Lo que dijo tu madre, no pudimos estar juntos a ti cuando recibiste el Rango y el chaleco y por eso mismo queríamos darte un obsequio por Navidad. Nuevamente, no sabemos si estaremos por acá en los festejos es por eso que quisimos adelantar tu regalo - Diría Kan, el padre de Kin
Kin miró a ambos expectante, Miko sonrió antes de abandonar por unos segundos la zona, a su regreso, la Uchiha tenía en sus manos una caja rectangular de madera en sus manos. Kin al ver la caja pudo deducir que se trataba, pero no dijo nada y decidió esperar a que sus padres hablaran
- Realmente adoro lo que está dentro de esta caja y después de tanto pensarlo, creo que es el momento de que tú lo tengas -
- Realmente me dolió un poco que tu madre quisiera deshacerse de ella, pero si irá a parar a tus manos, estaré muy orgulloso de verte portándola -
- ¡No me quiero deshacer de ella, viejo! Ya lo hablamos… Esto merece un regalo que tenga un valor más allá de lo económico, un valor sentimental… -
Kan soltó una carcajada ante el enojo de su esposa por su broma antes de hacer una señal con su mano a su hijo Kin para que se acercara, el Uchiha hizo caso a su padre y caminaría a paso lento hasta la caja, Miko lo miraba con una sonrisa mientras quitaba el pequeño seguro y abría la caja. Kin se sorprendió al ver su contenido, conocía muy bien aquello que estaba ahí, una Katana de hoja negra y Tsuka color blanco, era la Amaterasu No Ha, Katana personal de Miko.
- Pero… ésta es tu espada, madre… no puedo aceptarla… además, ¿Que arma usarás tú? -
- Yo puedo usar cualquier otra espada para mis combates, pero ésta… quiero que la tengas tú, realmente has demostrado que la mereces y más ahora que oficialmente puedo llamarte un Maestro de la Espada. Así qué, la Amaterasu No Ha es toda tuya, tómala -
Kin tomaría la caja de madera entre sus manos, aceptando ser el nuevo portador de esa espada que si bien, no es un arma legendaria y protagonista de leyendas como muchas otras armas, Kin sabía el valor que aquella arma tenía. La espada había sido forjada en el pasado por Kan usando las llamas del Amaterasu de Miko pata fundir el metal, cuando quedó forjada, la hoja siempre se encontraba a altísimas temperaturas, haciendo su corte más doloroso.
- Bueno Kin, ese es el regalo que queríamos entregarte por tu ascenso a Chunin, estamos seguros de que podrás llegar más lejos así que no olvides esforzarte siempre y por favor… cuida esa Katana… -
- Está bien padre, cuidaré de ésta Katana -
- ¡Bien! Espero esa Katana te ayude en tus próximas misiones hijo, ahora si nos disculpas, tu padre y yo debemos salir, no te vayas a caer mientras adornos el distrito -
Kin asintió con la cabeza mientras acompañaba a sus padres hasta la puerta y se despedía de cada uno con un abrazo pata finalmente, ver como ambos se alejaban una vez más. El Uchiha suspiró mientras ingresaba a la casa de nuevo y ver la Amaterasu No Ha con orgullo y felicidad, no se haría esperar mucho antes de sacarla de aquella caja y enfundarla, colocando la Saya en su cintura. Su regalo de Navidad adelantado era perfecto y lo tenía bastante feliz así que con más razón tomó las bolsas llenas de adornos y salir de su hogar pata comenzar a ayudar con la decoración y hacer llegar la magia de la navidad al distrito Uchiha
La zona de su clan también debía verse igual o mejor que las calles o los otros distritos de la villa, ese día, el Uchiha se disponía a salir con algunas bolsas negras en mano pata colocar los diferentes adornos ahí guardados por todo el distrito. Kin se vistió con su ropa de siempre, su camisa, sus pantalones negros y sus botas de cazador, la novedad es que ahora podía portar el chaleco Chunin de Konoha debido a su reciente ascenso de rango.
Con todo listo, el espadachín se disponía a salir de su hogar para comenzar con su ayuda a la decoración, pero antes de que pudiera si quiera tocar la manija pata abrir la puerta, su nombre fue pronunciado justo detrás de él, al girarse, pudo ver a su madre y a su padre, ambos ya se encontraban también preparados para salir de la casa. Kan vestía una ropa parecida a la de los viajeros del desierto del País del Viento y Miko ya vestía el traje Ninja de color negro típico, su arma más fiel en su cintura y el Chaleco de Batalla Jounin sobre su torso sin olvidar su bandana de Konohagakure en la frente. Kin se preguntaba, ¿Cuál sería el encargo de ahora?, talvez podría cumplirlo rápidamente antes de regresar y ayudar con la decoración, pero ese pensamiento estaba lejos de lo que realmente querían los padres de Kin
- No hemos estado mucho tiempo en la Aldea y realmente mereces algo por tu ascenso a Chunin - Pronunció Miko, la madre de Kin
- Lo que dijo tu madre, no pudimos estar juntos a ti cuando recibiste el Rango y el chaleco y por eso mismo queríamos darte un obsequio por Navidad. Nuevamente, no sabemos si estaremos por acá en los festejos es por eso que quisimos adelantar tu regalo - Diría Kan, el padre de Kin
Kin miró a ambos expectante, Miko sonrió antes de abandonar por unos segundos la zona, a su regreso, la Uchiha tenía en sus manos una caja rectangular de madera en sus manos. Kin al ver la caja pudo deducir que se trataba, pero no dijo nada y decidió esperar a que sus padres hablaran
- Realmente adoro lo que está dentro de esta caja y después de tanto pensarlo, creo que es el momento de que tú lo tengas -
- Realmente me dolió un poco que tu madre quisiera deshacerse de ella, pero si irá a parar a tus manos, estaré muy orgulloso de verte portándola -
- ¡No me quiero deshacer de ella, viejo! Ya lo hablamos… Esto merece un regalo que tenga un valor más allá de lo económico, un valor sentimental… -
Kan soltó una carcajada ante el enojo de su esposa por su broma antes de hacer una señal con su mano a su hijo Kin para que se acercara, el Uchiha hizo caso a su padre y caminaría a paso lento hasta la caja, Miko lo miraba con una sonrisa mientras quitaba el pequeño seguro y abría la caja. Kin se sorprendió al ver su contenido, conocía muy bien aquello que estaba ahí, una Katana de hoja negra y Tsuka color blanco, era la Amaterasu No Ha, Katana personal de Miko.
- Pero… ésta es tu espada, madre… no puedo aceptarla… además, ¿Que arma usarás tú? -
- Yo puedo usar cualquier otra espada para mis combates, pero ésta… quiero que la tengas tú, realmente has demostrado que la mereces y más ahora que oficialmente puedo llamarte un Maestro de la Espada. Así qué, la Amaterasu No Ha es toda tuya, tómala -
Kin tomaría la caja de madera entre sus manos, aceptando ser el nuevo portador de esa espada que si bien, no es un arma legendaria y protagonista de leyendas como muchas otras armas, Kin sabía el valor que aquella arma tenía. La espada había sido forjada en el pasado por Kan usando las llamas del Amaterasu de Miko pata fundir el metal, cuando quedó forjada, la hoja siempre se encontraba a altísimas temperaturas, haciendo su corte más doloroso.
- Bueno Kin, ese es el regalo que queríamos entregarte por tu ascenso a Chunin, estamos seguros de que podrás llegar más lejos así que no olvides esforzarte siempre y por favor… cuida esa Katana… -
- Está bien padre, cuidaré de ésta Katana -
- ¡Bien! Espero esa Katana te ayude en tus próximas misiones hijo, ahora si nos disculpas, tu padre y yo debemos salir, no te vayas a caer mientras adornos el distrito -
Kin asintió con la cabeza mientras acompañaba a sus padres hasta la puerta y se despedía de cada uno con un abrazo pata finalmente, ver como ambos se alejaban una vez más. El Uchiha suspiró mientras ingresaba a la casa de nuevo y ver la Amaterasu No Ha con orgullo y felicidad, no se haría esperar mucho antes de sacarla de aquella caja y enfundarla, colocando la Saya en su cintura. Su regalo de Navidad adelantado era perfecto y lo tenía bastante feliz así que con más razón tomó las bolsas llenas de adornos y salir de su hogar pata comenzar a ayudar con la decoración y hacer llegar la magia de la navidad al distrito Uchiha