País Del Fuego
5pm
Valle del Fin
Había pasado ya un tiempo desde que el shinobi de la hoja había logrado superar aquel pequeño entrenamiento de un pequeño murciélago, el cual se la había puesto bastante difícil al peliverde para conseguir el pacto con los quirópteros, aun que desde aquel entonces el Chunnin de la hoja había logrado conseguir un poderoso aliado una bestia indomable la cual era llamada Yoru un murciélago de 3 metros de colores llamativos, el cual había aceptado volverse la invocación del Chunnin con el objetivo de que este ultimo de a poco aprendiera las costumbres de su especie y a la larga volverse uno mas de ellos, lo cual para Yoru seria una misión que encontraba que estaba a su nivel, después de todo un miembro de la nobleza tenia que demostrar su superioridad en todos los aspectos no solo físicos a los de su especie.
Ukiso se encontraba en unos de los lugares mas emblemáticos de su país y en general de la historia del mundo shinobi El Valle Del Fin un lugar donde se había dado guerras importantes de toda la historia shinobi, un lugar donde se podía sentir que se contaban cientos de historias, donde miles de shinobis han tenido duelos, un lugar el cual si pudiera hablar podría contar tantas historias como se le fueran posibles, al fin sin lugar a dudas era un lugar que aun que Ukiso no solía quedar si era un lugar el cual le agradaba por todo lo que significaba y por la calma que solía traer la cascada, la cual era lo que casi siempre se escuchaba además de algunos comerciantes pasar por los cercanías en busca de vender sus mercancías en otros lugares, siendo este un lugar bastante común para que el comercio transitara, además de una fuerte militarización del lugar de parte de los dos país fronterizos.
La razón de la presencia del shinobi en aquel lugar era un tanto fácil para las personas que lo habían visto llegar a aquel lugar, ya que aquel sitio se había vuelto uno de los lugares de entrenamiento con su respetada invocación la cual para la mayoría incluso algunos shinobis de la zona les causaban un gran miedo y respeto al verlo aquellos 3 metros de ser y sus colores tan vividos lo volvían una criatura al ojo humano muy llamativo y difícil de dejar de ver.
- Ya es la hora de llamar a Yoru para nuestro entrenamiento - dijiste mientras te hacías una pequeña herida en una de las yemas de tus dedos con la cual una ves estando en un lugar seguro, cerca de la cascada harías una tanda de sellos, siendo al final que al colocar la mano en el suelo aquellos símbolos peculiares los cuales se había acostumbrados a ver volvían a aparecer una ves mas, en un pequeño lapso de una pequeños segundos aquel ser imponente tras la cortina de niebla, la cual desaparecida tras que Yoru moviera sus alas, se podría apreciar con claridad aquel casi místico ser. - te estabas tardando Ukiso - diría un poco quisquilloso Yoru mientras miraba al joven con una mirada segura, mientras esperaba alguna respuesta de este.
- Perdón demore un poco encontrando algún lugar adecuado Yoru - diría el peliverde haciendo una pequeña reverencia en forma de disculpa y a la ves saludo, para luego volver a mencionar algo mas. - bueno, que me enseñaras hoy, estoy preparado para todo lo que me quieras echar en cima - dijo Ukiso con una sonrisa y un tono muy seguro de que era capaz de hacer lo que fuera, después de todo aquel shinobi había comenzado de a poco a encontrar el ritmo de todos aquellos entrenamientos los cuales hacían que de a poco el joven comprendiera todo de los murciélagos y como era que ellos Vivian desde su jerarquía e historia hasta su forma de combatir y de ser.
- Hoy harás algo mucho mas que un simple entrenamiento - dijo Yoru haciendo una pausa para terminar su comentario - iras al hogar de nuestra especie El Castillo Ketsueki - dirá en su forma típica de ser sereno, pero a la vez se le podía tonar un cierto tono de seriedad en sus palabras, el sabia la razón del por que tenia que llevarlo ahí, sabia que un paso en falso de parte del propio peliverde ahí seria el fin de este y aun que Yoru no era alguien que se preocupara mucho sabia perfectamente que corría un gran peligro el shinobi, además de la reputación del propio Yoru. - ir... yo ir ¿allá? no que aquel lugar por lo que mas has contando además de ser peligroso por una infinidad de razones también es un lugar el cual una ves dijiste que no querías ¿llevarme? - miro el chico dudoso de lo decía aquel gran ser, para volver a mencionar algo mas. - tienes alguna razón supongo ¿no? - miro a su compañero quiróptero con curiosidad.
- Fuiste citado por Byoki El Líder de los murciélagos.. - diría serio y frio, en un grado que solía ser mas de los habitual que a veces solía ser Yoru con Ukiso. - mierda... ¿que crees que pase? - diría el chico un tanto preocupado por la situación. - ni idea pero es hora de irse no queremos enojarlo y ya sabes que hacer una ves te lo dije - menciono el quiróptero esperando a que su aprendiz / invocador procediera con aquello.
- bueno... solo espero salir en una pieza... - diría un Ukiso preocupado de lo que podría pasar, el sabia por algunas anécdotas como era aquel lugar, como era el líder, aun que sabia que algún diría llegaría a ver aquel lugar no pensaba que seria de aquella forma, mucho menos que fuera citado por el propio líder de los murciélagos, que su propio compañero no tuviera alguna idea de la razón del por que, pero que fuera se notaba que seria algo importante, claro si es que el propio shinobi no moría en el intento de entrar al lugar y poder hacer lo que tenia que hacer en aquel lugar, tras una tanda de sellos el peliverde desaparecía de aquel Valle y terminaría en la entrada de lo que parecía ser el gran castillo del que provenía Yoru.
lugar ???
Castillo Ketsueki
El lugar era sin lugar a dudas como el propio peliverde se imaginaba, hasta incluso se cuestionaba si llegaba a ser mas perturbador de lo que había imaginado pero ya estaba preparado para cualquier situación, no dejaría que nada ni nadie se le interpusiera en su camino. - entra Ukiso yo te vigilare desde la distancia... - exclamo mientras se iba volando Yoru, entrado de alguna forma al castillo, del cual tenia si o si que entrar el joven a aquel lugar. - bueno.. que tenga lo que tenga que pasar - dijo el ninja de la hoja con un suspiro mientras entraba y podía observar todo tipo de cosas, desde estatuas, pasillos, telarañas pero sobre todo una enorme oscuridad en la cual se podían ver cientos de ojos y al final del pasillo se podía apreciar gracias a un vitral el cual deja ver una luz rojiza un asiento real muy antiguo.
- Vengo a ver a Byoki - dijo Ukiso en su tono mas seco que podía hacer en el momento. De la nada muchos Murciélagos volaron desde la oscuridad hacia el ninja de la hoja de modo que comenzaron a rodearlo, - ¡¡quien te crees humano!! - dirían varias voces, mientras otras dirían variaban entre. - ¡¡el intruso debe de morir!! -, - ¡¡haber entrado a este castillo humano será tu perdición!! -, entre tantas voces y chillidos sin casi poder reaccionar, en un movimiento casi instintivo para defenderse comenzaría a hacer una tanda de sellos pero justo una voz familiar haría que todo aquel ajetreo terminara.
- ¡¡Todos inclínense ante la llegada Byoki el Shodai no ō!! -, de pronto los aquellos cientos de pequeños murciélagos que rodeaban al joven volverían algunos a las sombras mientras otros se inclinarían en el suelo, dejaban ver al joven de la hoja a Yoru al lado del trono inclinado también ante un enorme quiróptero, aun que de avanzada edad.
- Acércate Humano... - diría aquella entidad con una voz que resonaría en todo el lugar, mientras el shinobi acataba la orden y se arrodillaba al lado de su invocación. - he escuchado mucho de ti y tus avances e interés en aprender de nosotros... - diría el aquel impotente ser, mientras sus palabras seguían resonando en el lugar. - Sabes hace no mucho fuimos abandonados por nuestro ninja mas capaz y de confianza que alguna vez tuvimos.. - diria tomando una leve pausa - pero tu no pareces querer solo nuestro poder, Yoru me ha contando de tus avances... Y creo que es hora de que tu seas el próximo shinobi a cargo de esto... - diría mientras aparecía un pergamino especial diferente al que había tenido. - solo tienes una condición... no traccionarnos, confió en Yoru que te guiara tan bien como lo ha estado haciendo hasta ahora, en el caso de que nos tracciones créeme que habrá consecuencias... - diría en un tono super grabe las ultimas frases.
- Es un honor y prometo seguir y jurar mi lealtad ante usted y a los demás como hasta el final - diría en voz baja el Chunnin. - en ese caso firma con tu sangre y desaparece de aquí si no quieres morir... - dijo el el sabio de los murciélagos mientras Ukiso acataba las ordenes y en momento de la firma, de la nada volvería con Yoru al lugar del valle del fin.
Valle Del Fin
País del fuego
País del fuego
- ¿entonces ahora que..? - exclamo Ukiso mirando a Yoru con cierta duda y cierto temor que iba desapareciendo de a poco al ya no estar en aquel lugar. - tu deber de ahora es mayor Ukiso.. en ti recae ahora quienes serán invocadores del pacto - dijo mirándolo con cierto orgullo aun que también con una vibra ya mas calmada. - entonces... que esperas hay que entrenar para los próximos aspirantes - diría mas animado Ukiso, sabiendo que de aquí para adelante le esperarían todo tipo de rivales y aspirantes al pacto, pero esto le habría dado un sentido mas a la vida del joven por seguir adelante y quien saber talvez ser el mejor.