[Solitario] Sangre corre, alma camina

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La noche no pierde su lustroso paisaje estrellado en lugares alejados de areas urbanas, victimas de la rápida industrialización del mundo. Ella recuerda que de condenado era este por las monjas del templo y ahora bien entendía de donde venían sus quejas pero lo hallaba más un beneficio al mundo que la maldita influencia del diablo llenando las mentes del ignorante con avaricia.

De nuevo, bien entiende ahora de donde venían sus quejas.

La cabala al pie de la colina no había hecho nada más que prender en fuego grandes hombres de paja y sacrificar algunas cabras en pasadas noches, suficiente razón para planear en como matarlos a todos en su tiempo libre pero tuvo que reconsiderar su curso de acción cuando trajeron a dos niños como sacrificio humano para la noche de hoy mientras hacían cantos a un demonio rogando por riquezas.

En definitiva, iban a morir hoy.

Después de tensado su arco ella soltaría la cuerda para liberar la flecha y condenar a otro ser del mal a una eternidad de tortura en el infierno

"¡¡AAAGH!!"

'Ese fue un grito' Pensó Akami sonriendo con expectativas de que esta sería una noche bastante entretenida.

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Era como si una manada de lobos hambrientos se decidiese por un festín de inexpertos campistas en medio de un bosque increíblemente denso donde la oscuridad de una noche sin estrellas ocultase su presencia y las victimas no pudieran hacer más que correr en cualquier dirección con la esperanza de poder escapar. Incluso si realmente fuesen lobos hubiese sido mejor para ellos quedarse a rezarle a su dios así tendrían algún chance de conocerlo en el infierno.

Akari no era adepta al arco pero no era terriblemente difícil de aprender, su encanto viene de que solo necesitas tensar una flecha y saber apuntar, un terreno alto ayuda e iluminación era una necesidad pero los idiotas sabían hacer sus rituales en grande y las preocupadamente grandes y vivaces fogatas dieron suficiente luz para poder ubicar a cada uno de los sectarios.

Aun con tanta satisfacción Akari no relajaba su ceño fruncido pues tuvo breves expectativas de ver algún sectario teniendo el suficiente cerebro para ver de donde venían las flechas y tratar de acercarse con alguna de las armas ritualistas que tenían allí y le diese pelea, pero nadie, absolutamente nadie se había dedicado a más que huir y gritar mientras lo hacían, aunque claro, decidir por un combate cercano contra ella sería incomparablemente estúpido para ellos.

Nadie excepto los niños dejarían el lugar con vida entonces.

Y con el silencio descendiendo sobre él bosque Akari supo los cultistas habían sido purgados exitosamente y corrió hacía la zona donde se estaba llevando el sacrificio. En otra situación ella hubiese esperado un poco más por investigar peligros ocultos pero los dos niños sentados en medio de la masacre requerían atención inmediata sea por el frío que han de estar pasando vistiendo esos trapos que llevaban por ropas o el trauma psicológico de toda la experiencia de la noche a primera fila.

Ambos, niño y niña se abrazaron frente a la fogata mientras mantenían los ojos fuertemente apretados, no lloraban, no gemían, y viéndolos de cerca Akari les daba unos 3 años de edad añadiéndole más leña al fuego que creyó extinto con la muerte de todos los cerdos avariciosos sacrifico.

Abrió su boca para habla, pero la cerro de inmediato y miro detrás suyo.

"Bueno sentidoss" Hablo el cadaver andante del primer cultista que mato, el que realizaba los ritos, su voz sonando inhumanamente áspera con un muy acentuado siseo.

"Buena puntería, buenoss dedoss, buena ressolución ¿Puedess ensseñarme algo másss? Pecadora." A pesar de no haber muerto hace más de una hora, el cuerpo parecía haber estado en descomposición por días y rápidamente se degradaba en un ritmo visible.

"En tan frágil receptáculo no duraras nada." Akari por primera vez maldijo su masacre indiscriminada ahora sabiendo de que iba este culto raro y la estupidez de no haberlo asumido en principio o molestarse en comprobarlo.

"Cariño, cariño, inclusso una bolssa de piel putrefacta me sservirá para darte pelea." No conocía muchos de estos 'demonios' que presumieran sin bases así y eso le preocupaba, conocía muy bien lo ridículas de sus hazañas en especial durante estos rituales. Si tan solo no hubiese matado a nadie en un ritual explícitamente hecho para sacrificar almas a una de estas monstruosidades.

"Bien." Desenfundo su tanto y el "demonio" hizo una anti-natural amplia sonrisa. "En honor a tu nombre real, Valak, cumplirás tu palabra o se devorado en las fauces de tus propias serpientes." Sonrisa que desapareció en el instante dijo esas palabras.

"¡QUE TE DA EL DERECHO...!" Su grito impactaría como el estruendo de un trueno y—

Lo callaría de inmediato una kunai con papel bomba explotando justo en su boca.

Akari esperaba mucho para un demonio cuyo receptáculo se pudría al segundo, se trataba de un muy poderoso demonio claro, pero eso mismo lo hace bastante costoso de invocar al plano físico.

*clank*

El tanto choco contra las alargadas uñas, mientras que una mano pútrida apunto a su cara, Akari tiraría su cabeza hacía atrás evadiendola, mientras que la mano sujetando su tanto se movería para dar hacía el cuello de Valak quien haría el mismo movimiento de cabeza para esquivar pero no alcanzaría a evadir el corte entero.

Aun así, no había dolor que sintiese de cualquiera de las heridas, no físico al menos.

"¡Perra!" Su dolor venía de las heridas a su orgullo, nunca se hubiese dignado en darle combate a alguien, o siquiera encarnar en cuerpo tan decrepito pero como cualquier demonio era una criatura de impulso, y al ver la esplendidez de la masacre de una jovencita hacía varios de sus ciervos lo excito.

*slash*

Varios arañazos al aire siguieron y aunque todos eran bloqueados por el tanto de Akari la hoja cedería en unos pocos golpes más ante la corrosión de las uñas. Valak había asumido la chica solo tenía un espíritu ardiente y temerario pero no la habilidad para soportarlo, creyó ella había recurrido al arco y flecha a falta de las capacidades para pelear contra un grupo de civiles.

Pero un demonio sigue siendo un demonio, y Akari una humana todavía en el inicio de su camino ninja, resistiendo, pero no ganando contra la fuerza de lo sobrenatural que trasciende el mundo del hombre.

Última modificación: 24-10-2023, 04:48 PM por Akari.

Akari no cedería aun así, su tanto chocaría una vez más con las uñas y cuando la otra mano se dirigió a su abdomen ella hizo algo inesperado.

"¿Qué?"

Salto. En el aire ella quedo expuesta, llena de aperturas que el demonio no dejaría pasar y eso mismo lo confundió bastante, Akari en ninguna forma tenía la agilidad y dexteridad para maniobrar en el aire de lo que pudo observar de sus movimientos en tierra. 

'No tengo mucha habilidad en el taijutsu,' ataco con su tanto una vez más al demonio quien repelió con sus uñas, destrozando la hoja ya completamente corroída del tanto y empujando a Akari varios metros. 'Pero se usar mi arsenal.' Sus ojos no dejaron de mirar a los pies del demonio y este solo se dio cuenta al final, cuando el papel bomba casi terminaba de arder.

*BOOM*

No tendría que esperar a que la nube de polvo se disipara pues en varias direcciones salieron volando trozos de carne putrefacta del cuerpo poseído por el demonio. Akari sonrío.

"¡Perra! ¿¡Te creíste que eso podría conmigo!?" Una voz demasiado profunda para ser humana, como de ultratumba, resonó desde la nube de polvo, y de este, en lo que se disipaba, se revelaba lentamente una figura humanoide hecho de varios lánguidos y retorcidos cuerpos negros, similar a serpientes pero muy aberrantes en apariencia como para ser comparados a cualquier creación de la naturaleza. Encarnando la profanación hacía una figura deificada, tal es un demonio.

"No." Akari no elaboro más, mirando fríamente al cuerpo etéreo de su contrincante quien pudo vislumbrar la indiferencia en su mirada. "¡AAAAAAAH!" Enojado, se abalanzo hacía ella, o al menos trato, pero las mismas "cosas" que hacían de su cuerpo lo tenían anclado en su sitio, no dejándolo ir, intento aun más pero era como si estas cosas lo agarraran cada centímetro de su ser con sus fauces y tiraran de el cada que se tratara de mover. De nuevo, Akari sonrío.

"Se devorado en las fauces de tus propias serpientes."

"Oh no" Empezó el desmembramiento, las aberrantes copias de serpientes empezaron a devorarse entre ellas mismas como un festín cannibal donde se tenían los suficientes modales como para no dejar ninguna sobra en su plato. El grito del demonio fue corto pues no tardaron las serpientes en hacerse desaparecer sin dejar ni un rastro de su existencia en el mundo.