Destino II
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Poder Caleidoscopio
Afueras de Konohagakure – Konohagakure, Enero 20 del 16 D.K / 11:00 AM
En un pequeño lugar abierto a las afueras de Konohagakure, se encontraba Kin, sentado a la orilla del río que tenía paso por ese lugar y desembocaba en un lugar que, hasta ese momento, Kin seguía sin conocer. El lugar estaba lleno del sonido del agua transitando por la zona y el bonito cantar de los pájaros, un lugar bastante relajante y que el Uchiha usó desde su niñez como lugar de su entrenamiento.

Había pasado ya casi una semana desde que tuvo la desdicha de presenciar la muerte de su mejor amigo, ya se encontraba más relajado, pero no podía negar que aún le dolía recordar aquella escena. Ese día, Kin solo quería relajarse en aquel prado, su intención no era entrenar, solo descansar un poco e ir olvidado aquello poco a poco. Los sentidos de Kin se pusieron en alerta cuando escuchó los pasos de alguien dentro del bosque que servía como “frontera” para el prado, en ese momento, el Uchiha se levantó y acercó su mano a la tsuka de Amaterasu No Ha para después, girarse lentamente y ver de quien se trataba.
Cuando pudo ver a aquella persona, su mano se separó de la tsuka de su Katana a la vez que suspiraba aliviado, su madre Miko se encontraba ahí, con una sonrisa de alivio al ver a su hijo con vida. No tenía mucho que la Uchiha había regresado a la Aldea y lo último que supo de su hijo era que había partido a una misión de alto peligro, pero más de eso no se enteró. La mujer se acercó hasta el pelinegro y se fundió con él en un fuerte abrazo, totalmente reconfortada al saber que su hijo había salido con bien de aquella peligrosa misión.

El abrazo fue correspondido por el Uchiha quien tenía algo de tiempo sin ver a su madre, además, el duelo por el que estaba pasando, sentía que podía sobrellevarlo de forma más tranquila en compañía de su madre.

- Cuando me enteré que habías ido a una misión de alto peligro, me puse muy nerviosa… sé que eres alguien habilidoso, pero una como madre siempre se preocupa -

- Ya lo sé y agradezco toda esa preocupación madre… aunque… no fui solo a esa misión… -

- Eso lo sé, saliste con Saki a la misión ¿Cómo está el? -

Kin se quedó sin palabras ante la interrogante de su madre, un nudo se le hizo en la garganta y no supo cómo responder. Los segundos pasaban mientras Miko miraba a Kin con una mirada confundida pues no sabía por qué de la nada, su hijo se había quedado totalmente paralizado y con la mirada perdida. No pasó mucho para que la Uchiha, gracias a sus años de experiencia, pudiera generar una suposición del porqué, Kin se puso así cuando ella mencionó a Saki.

- Saki… ¿está bien?... - Dijo Miko mientras se separaba de Kin y colocaba su mano en el hombro del pelinegro.

- Saki… ya… está en un mejor mundo… -

La pelinegra bajó un poco el rostro ante las palabras de su hijo, había entendido a la perfección que era lo que Kin trató de decir con aquella frase, Saki ya estaba muerto. Un pequeño sentimiento de tristeza invadió a la Uchiha, ella había visto prácticamente en pañales a Saki pues ella y la madre del difunto habían sido mejores amigas desde la Academia Shinobi, manteniendo la amistad hasta ahora.

- El… se sacrificó por mí… yo estaba a punto de morir, pero el decidió empujarme y recibir el ataque, creo que no hace falta decirlo… pero el ataque era mortal -

- Ya veo… supongo deberé pasarme más tarde a ver a su madre, debe estar destrozada… -

- Sí… asistí al funeral y la vi muy mal… -

- Yo también eh perdido amigos y familiares en las misiones, lamentablemente, es algo que, debido a nuestra posición como soldados de nuestras aldeas, es muy común, podríamos ser nosotros también… -

La mayor cerró sus ojos lentamente mientras pequeños Flashbacks de algunas muertes de sus amigos y de su hermano pasaban rápidamente por su mente, aunque eso no la ponía triste pues ella ya había vivido el duelo de esas muertes en su momento. Miko lentamente abrió los ojos dejando ver su Mangekyou Sharingan, un bonito patrón que se asemejaba al de una flor de cerezo se encontraba en los ojos de la Uchiha. Kin sabía de antemano que su madre poseía el Mangekyou Sharingan, pero nunca había tenido la fortuna de verlo por el mismo.

- Lo tienes ¿no? La pérdida de Saki te debió doler en el alma... -

El espadachín asintió con la cabeza mientras cerraba sus ojos y al abrirlos dejó ver su Mangekyou Sharingan con un patrón que se le puede asemejar a un sol. Miko sonrió mientras le daba palmaditas en el hombro a Kin en consuelo.

- En parte, me alegra verte con esta fase, es la señal de que un Uchiha a alcanzado su poder máximo con el Sharingan… aún recuerdo cuando recién lo despertaste, fue hace años… -

- Aquel día… por poco y veo a papá morir -

- Por suerte no fue así, pues yo estaba ahí para protegerlos y así será siempre. En cuanto al Mangekyou, supongo ya lo sabes, pero no debes abusar de su poder, es tanto que podrías quedar ciego… úsalo solo cuando sea absolutamente necesario… -

- Te preocupas demasiado, madre, lo sé de antemano, pero igual, gracias por recordármelo -

- Bueno, es natural en una madre, ¿no? En fin… creo que es momento de que te muestre algo que te será de mucha utilidad en tus combates futuros -

Miko se apartó varios centímetros de Kin mientras este último miraba a su madre con ojos expectantes, con cada suceso, la madre del Uchiha mostraba ser una caja de sorpresas con un gran conocimiento de muchas técnicas del Mundo Shinobi. Miko suspiró mientras miraba al pelinegro y una sonrisa se dibujaba en su rostro. En ese momento, el Sharingan del pelinegro le ayudó a poder presenciar la enorme cantidad de chakra que se estaba acumulando en uno de los ojos de su madre y de pronto, aquel chakra salió disparado, envolviendo el cuerpo de Miko en una armadura que se asemejaba mucho a la Caja Torácica del cuerpo humano, una defensa de chakra de un color rosado brillante.

- Te presento a Susanoo, mi Susanoo, mejor dicho -

- Increíble… -

- No solo su apariencia es increíble hijo, su poder también lo es, está armadura será de gran utilidad para mejorar tus defensas, pues posee una enorme resistencia. En general, es una técnica extremadamente difícil de hacer y hacerla evolucionar, pero nada que un entrenamiento duro no logre, ¿verdad? -

- ¿Evolucionar? ¿Entonces puede ir más allá de esa Caja Torácica? -

- Así es Kin, el Susanoo consta de varias fases y esta es la primera de todas y la más fácil de lo difícil. Deberías ver la última fase, estoy segura de que te encantará verla, pero eso sucederá en su momento -

El espadachín de fuego estaba asombrado por lo que sus ojos estaban presenciando y aunque aquella técnica parecía muy difícil de aprender, estaba decidido a entrenar el tiempo que fuera necesario con tal de poder ejecutar esa técnica a la perfección, no solo porqué se lo debe a Saki, sino porqué su promesa de proteger a sus seres queridos lo obligaba a hacerlo.

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