Puertas de Ciudad Taifu
La tarde venia siendo demasiada tranquila en la entrada de la ciudad, parados en la enorme puerta de entrada de la ciudad se encontraban dos guardias fumando y hablando entre ellos sobre lo que hicieron el fin de semana, con quien se acostaron, cuanto apostaron en juegos clandestinos, etc. Mientras esto ocurria la gente entraba y salia, mayormente eran mercaderes o soldados que se iban de mision o volvian de estas, la rutina del dia a dia vaya. Por eso la gente andaba casi en modo automatico, circulaban com rapidez, mostraban su documentacion y hacian lo que tenian que hacer. De hecho la confianza y relax de los guardias era tal que ya reconocian a casi todos los que entraban y salian de la aldea, pues los veian a diario.
Entre esa gente que entraba y salia, uno destacaba por sobre todos por su gran altura y musculatura, y bueno por su notoria cicatriz en el labio, se trataba de nada mas y nada menos que de nuestro protagonista Toji. Los guardias lo notaron a la distancia y de inmediato hicieron una expresion de cansancio, pues Toji tampoco era la excepcion a la regla y ya lo conocian de antemano. — Ese tipo otra vez.... ¿Cuando fue la ultima vez que estuvo aqui? — Pregunto uno de los guardias cruzandose de brazos. — No lo se, pero cada vez siento que viene mas seguido que antesm y siempre deja a nuestros estudiantes en ridiculo. — Comentaba el otro mirandole con mala cara al pelinegro que se acercaba, como siempre con una sonrisa traviesilla como si pensase en hacer alguna maldad.
No tardo mucho Toji en llegar a donde se encontraban los guardias y estos no tardaron en cortarle el paso. — ¿Oye grandulon, adonde vas tan campante? Muestrame tu documentacion. — Le diria a Toji de mala gana el guardia a su izquierda. Toji lo miraria como quien se encontrase con un colega, y con una sonrisa amistosa comenzo a palmear el hombro derecho del guardia con su diestra. — Ey que tal muchachos ha pasado el tiempo, claro ahora mismo les doy mi documentacion. — Les respondio amigablemente. Los guardias se molestaron un poco al principio ante tal falta de modales, sin embargo no notaron malas intenciones en el pelinegro asique simplemente suspiraron cansados y tomaron la documentacion de Toji, chequeando que todo este en orden. — ¿Y dime... cual es el motivo de tu visita esta vez Toji Zennin? — Le preguntaria el guardia de la derecha a Toji mientras le devolvia el documento, a lo que Toji simplemente le devolvio una sonrisa de lado, tomo el documento, lo guardo y dijo: — Nada especial, solo vengo a hacer un poco de ejercicio. — Los guardias se miraron extrañados pero como todo estaba en orden pues no pudieron hacer mas que dejarle pasar, por lo que Toji simplemente les saludo con un gesto que hizo con su mano izquierda y prosiguio su camino hacia el interior de la ciudad.
La tarde venia siendo demasiada tranquila en la entrada de la ciudad, parados en la enorme puerta de entrada de la ciudad se encontraban dos guardias fumando y hablando entre ellos sobre lo que hicieron el fin de semana, con quien se acostaron, cuanto apostaron en juegos clandestinos, etc. Mientras esto ocurria la gente entraba y salia, mayormente eran mercaderes o soldados que se iban de mision o volvian de estas, la rutina del dia a dia vaya. Por eso la gente andaba casi en modo automatico, circulaban com rapidez, mostraban su documentacion y hacian lo que tenian que hacer. De hecho la confianza y relax de los guardias era tal que ya reconocian a casi todos los que entraban y salian de la aldea, pues los veian a diario.
Entre esa gente que entraba y salia, uno destacaba por sobre todos por su gran altura y musculatura, y bueno por su notoria cicatriz en el labio, se trataba de nada mas y nada menos que de nuestro protagonista Toji. Los guardias lo notaron a la distancia y de inmediato hicieron una expresion de cansancio, pues Toji tampoco era la excepcion a la regla y ya lo conocian de antemano. — Ese tipo otra vez.... ¿Cuando fue la ultima vez que estuvo aqui? — Pregunto uno de los guardias cruzandose de brazos. — No lo se, pero cada vez siento que viene mas seguido que antesm y siempre deja a nuestros estudiantes en ridiculo. — Comentaba el otro mirandole con mala cara al pelinegro que se acercaba, como siempre con una sonrisa traviesilla como si pensase en hacer alguna maldad.
No tardo mucho Toji en llegar a donde se encontraban los guardias y estos no tardaron en cortarle el paso. — ¿Oye grandulon, adonde vas tan campante? Muestrame tu documentacion. — Le diria a Toji de mala gana el guardia a su izquierda. Toji lo miraria como quien se encontrase con un colega, y con una sonrisa amistosa comenzo a palmear el hombro derecho del guardia con su diestra. — Ey que tal muchachos ha pasado el tiempo, claro ahora mismo les doy mi documentacion. — Les respondio amigablemente. Los guardias se molestaron un poco al principio ante tal falta de modales, sin embargo no notaron malas intenciones en el pelinegro asique simplemente suspiraron cansados y tomaron la documentacion de Toji, chequeando que todo este en orden. — ¿Y dime... cual es el motivo de tu visita esta vez Toji Zennin? — Le preguntaria el guardia de la derecha a Toji mientras le devolvia el documento, a lo que Toji simplemente le devolvio una sonrisa de lado, tomo el documento, lo guardo y dijo: — Nada especial, solo vengo a hacer un poco de ejercicio. — Los guardias se miraron extrañados pero como todo estaba en orden pues no pudieron hacer mas que dejarle pasar, por lo que Toji simplemente les saludo con un gesto que hizo con su mano izquierda y prosiguio su camino hacia el interior de la ciudad.
Narro - Hablo - Pienso