La rutina diaria del Peliblanco era totalmente aburrida y repetitiva.
Kaworu se levanta antes de que cante el primer de los pajaritos, realizando un breve estiramiento y calentamiento, para después comenzar a entrenar por unos 30 minutos sus capacidades físicas con flexiones, abdominales y diferentes ejercicios para mantenerse en un buen nivel físico.
Luego se daría un baño de 8 minutos, en donde después de cepillarse y colocarse desodorante y alguna loción sin alcohol, procedería a vestirse con su ropa usual, agregando una máscara oscura que tapaba la parte inferior de la cara como que alguna vez uso Hatake Kakashi, además de unos guantes oscuros sin dedos, luego el Uchiha bajaría las escaleras de su hogar, observando la misma carta de despedida de su padre todos los días para después desayunar cereales con leche, tomando su equipamiento y ocultandolo entre su ropa, dejando su hogar y adentrándose en la notable depresión que inundaba las calles de la aldea, buscando conseguir algún tipo de información que contribuyera en su camino ninja o por lo menos algo fuera de lo usual. Sin embargo las horas pasaban y la caminata parecía ser un desperdicio de tiempo.
—Joder estoy comenzando a sentir hambre—
Añadió el Uchiha mientras observaba el brillo del sol pensando en que podría comer.
—Creo que hay un lugar cerca de aquí en donde el ramen es exquisito... debería visitarlo—
Hablo para después comenzar a caminar hacia aquel lugar en busca de saciar su hambre
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Kaworu se levanta antes de que cante el primer de los pajaritos, realizando un breve estiramiento y calentamiento, para después comenzar a entrenar por unos 30 minutos sus capacidades físicas con flexiones, abdominales y diferentes ejercicios para mantenerse en un buen nivel físico.
Luego se daría un baño de 8 minutos, en donde después de cepillarse y colocarse desodorante y alguna loción sin alcohol, procedería a vestirse con su ropa usual, agregando una máscara oscura que tapaba la parte inferior de la cara como que alguna vez uso Hatake Kakashi, además de unos guantes oscuros sin dedos, luego el Uchiha bajaría las escaleras de su hogar, observando la misma carta de despedida de su padre todos los días para después desayunar cereales con leche, tomando su equipamiento y ocultandolo entre su ropa, dejando su hogar y adentrándose en la notable depresión que inundaba las calles de la aldea, buscando conseguir algún tipo de información que contribuyera en su camino ninja o por lo menos algo fuera de lo usual. Sin embargo las horas pasaban y la caminata parecía ser un desperdicio de tiempo.
—Joder estoy comenzando a sentir hambre—
Añadió el Uchiha mientras observaba el brillo del sol pensando en que podría comer.
—Creo que hay un lugar cerca de aquí en donde el ramen es exquisito... debería visitarlo—
Hablo para después comenzar a caminar hacia aquel lugar en busca de saciar su hambre
Hablo|Narro|Pienso