En busca de la resistencia (Libre)

Última modificación: 19-10-2022, 02:21 AM por Kimi Yamanaka.

Kimi se despertó en su refugio improvisado en mitad de la noche mientras que su madre seguía durmiendo. La joven observó que su madre se quejaba de dolor, acostada en el suelo y sin perder el sueño, la señora hacía algunas muecas incómodas revelando su malestar, extenuada y tendida entre sacos de tela vieja para conservar el calor del cuerpo, probablemente todo a causa de su problema con la ciática, un problema que arrastraba desde hacía algo más de una semana. 

Una pequeña, polvorienta y ruinosa casa con el techo parcialmente derrumbado y con una humedad que calaba en los huesos no era el mejor refugio que habían tenido, pero serviría para reponer fuerzas, al menos durante una noche más. Con el paso del tiempo ambas se habían convertido en unas refugiadas bastante resueltas, no les había quedado más remedio que adaptarse a las circunstancias.

La joven Yamanaka salió de su refugio ruinoso en mitad de la noche de forma cuidadosa, no quería perturbar el descanso de su madre, no era necesario ya que no pensaba alejarse mucho del refugio. Apenas a unos pocos pasos encontró un pequeño riachuelo y Kimi calmó su sed para después aprovechar y llenar su cantimplora y la de su madre. La joven de cabello rubio a veces era bastante previsora y disfrutaba preparando y planificando sus cosas, especialmente ante cualquier posible imprevisto.

Sus ojos azules se fueron entornando mientras se acurrucaba junto a la orilla del riachuelo, fundida entre la oscuridad de la noche y la frondosidad del terreno. -Llenar el estómago de agua cada vez es menos efectivo para engañar al hambre y hace días que no consigo dormir bien por culpa del zumbido inoportuno de los insectos campestres, no podemos seguir así, cada día soporto menos esta situación.- Pensó la kunoichi molesta por su situación mientras que esperaba en perfecto silencio a las primeras horas de la mañana.

Con la primera claridad del día Kimi tomó de un puñado un montón de piedras del riachuelo y tras una pequeña caminata ojeando algunas de las copas de los árboles comenzó con su caza particular. Con una violenta precisión lanzó piedras contra alguno de los nidos que encontraba a su paso. -Ya tenemos desayuno, otra vez carne de estúpida tórtola, por suerte ya casi me he acostumbrado a comer esta porquería, no queda más remedio. Le pediré a madre que las desplume y las cocine después de que despierte, todavía es temprano.- Pensó para después recoger del terroso suelo las piezas de caza que había conseguido sin emoción ninguna, casi con desdén.

Última modificación: 19-10-2022, 08:44 AM por Kimi Yamanaka.

Kimi volvió al refugio que compartía con su madre en cuestión de minutos, entró a la estancia ruinosa cuidadosamente hasta que dejó las piezas de caza a los pies de su madre. -Gracias hija, has pasado la noche sin pegar ojo otra vez ¿Verdad cariño?- Preguntó la madre mientras se desperezaba y acurrucaba en la esquina del suelo que había elegido para pasar la noche.

-Así es, ya sabes como odio el zumbido de los mosquitos, ojalá pudiese dormir como un tronco pero en vez de eso he llenado las cantimploras en el riachuelo y he traído estas aves para que puedas prepararlas para el almuerzo.- Respondió Kimi algo cabizbaja, últimamente todos sus días le parecían iguales, entre la desesperanza y el retraimiento que acusaba la vida con su madre a causa de sus precarias situaciones.

-Está bien, lo prepararé en unos instantes, solo dame unos momentos para que se me pasen el dolor de los músculos, la noches empiezan a ser cada vez más húmedas, lo noto en el cuerpo.- Dijo para después sufrir un corto ataque de tos repentino. 

-Cuida esa tos mamá, no podemos enfermarnos ahora, o estaremos perdidas.- Dijo la joven rubia con preocupación. -A unos cientos de metros metros, a través de la maleza y las rocas creo recordar que había lo que en su día fue una granja con un huerto, veré lo que queda de ella, tengo entendido que un grupo de parias se han establecido allí hace apenas unos días, supongo que la familia al completo se ha refugiado a allí, iré a verles. Si tienen alguna pieza de fruta intentaré hacer algún tipo de trueque con ellos, descuida parecían inofensivos. Algo de fruta nos sentará bien para continuar nuestro camino. Nada nos podrá detener si remediamos esa tos que tienes.- Dijo Kimi en un tono agradable y cómplice para su madre, que aunque ya se estaba preparando para desplumar las piezas del almuerzo se detuvo un momento ante las palabras de su hija para sonreír brevemente.

Poco más tarde, antes de que Kimi se marchara para explorar los alrededores de la zona, la joven raspó algunas ramas secas hasta preparar un diminuto fuego en el interior del refugio, sobre todo para facilitar el trabajo matinal de su querida madre, con la idea de dejarla a solas para que que ella pudiese preparar algo que ambas pudiesen llevarse a la boca poco más tarde, aunque fuese algo cocinado sin condimentos. La joven tenía por sentado que su madre contaba con suficiente tiento y cuidado como para que pudiese considerarse una comida comestible y adecuadamente preparada, así que se alejó del refugio y de su madre tras un escueto gesto de aviso de despedida, caminando tranquilamente entre varios arbustos y matojos.

Antes de salir de la aldea

Antes del medio dia

-Creo que te he enseñado bien, Adán, eres un hombre ya, tienes 20 años, creo que puedes hacer esto sin problema...¿Sabes defenderte? -Decía mi abuelo frente a mi madre, cosa irónica pues el mismo hombre era el que me había enseñado a pelear pero también entendía perfectamente que solo él, Kaito y yo podíamos saber de eso.  Afirme con el rostro mientras sin decir nada mientras mi madre preparaba una bolsa con comida para el viaje  - Yo te acompañare hasta la salida de este lugar y ya después te tocara  ir por ese camino hasta encontrar la lista de plantas que te he pedido, si todo sale bien y logras encontrarla todas, tendremos nuevas especies de flora acá - De nuevo afirme con el rostro y puse la mochila en mi bolso. 

Mi abuelo me acompaño hasta la salida y  cuando ya me tocaba seguir solo, este agarro mi mano, me atrajo a él y me  dio un abrazo, susurrándome al oído- Es hora de que demuestres lo bien que te he enseñado, con el arsenal de movimientos que sabes sera suficiente para que esta misi.... este viaje sea pan comido para ti.  En tu mochila he dejado un pequeño regalo - Le di un beso en la frente. Ese regalo era una Kunai pero no lo sabia aun - Gracias -Dije en baja voz y le di la espalda, comenzando a caminar con lentitud hasta que me perdí de su vista, él no se movió hasta que deje de verlo. 

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Trayecto y actualizad

El camino fue tranquilo y es que  aunque tuviese una misión la cual era demostrarle a mi abuelo que todo el trabajo ninja tiene sus frutos, el también buscar las plantas que me comento era cierto. Mi madre hizo comida suficiente para los días que me tocaría caminar pero ya para el tiempo que dure buscando y el regreso no tenia nada.  

arme un campamento en cada lugar que iba y a veces incluso cuando me sentía seguro, aprovechaba de practicar un poco mi conocimiento en chakra. Pasaron algunos días hasta que llegue a un punto donde, según mi abuelo, era el lugar donde se encontraba algunas de las flores y plantas que me solicitaba. Estaba cerca de una granja por lo que me acerque a saludar a las personas que estaban ahí y también notificarles que soy alguien que no viene a hacerles daño. Una ves llegue dije en voz alta - ¿¡Hola!? -Vi que algunas personas se asomaron - ¡Me llamo Adán! -Dije mientras levantaba mi mano derecha y saludaba con esta- Estoy buscando algunas  flores por acá, no se preocupen por mi, no he venido a hacer daño, apenas las consiga, me retiro - Tras decir aquello, empecé  a caminar alrededor con el objetivo de conseguir lo que me pedía mi abuelo. Aun me faltaban algunas que no iba a poder conseguir tan simple, incluso, unas que solo se dan en lugares donde da muy poco la luz y es un ambiente húmedo. La forma en la que estaba vestido dejaba claro que no era un chico de campo sino de ciudad, se podía notar, cargaba una franela sin mangas, un abrigo negro, un pantalón del mismo color y unas botas  de color crema oscuro.-

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

Última modificación: 20-10-2022, 03:58 PM por Kimi Yamanaka.

Kimi se aproximó a la granja tras una breve caminata campestre desde un sendero natural que conducía a un huerto que hacía años que estaba sin arar, la joven rubia apenas necesitó unos instantes para comprobar que entre los surcos de esa tierra solo crecían altos hierbajos, el terreno del huerto estaba completamente abandonado, no había nada allí, nada que pudiese aprovecharse como alimento. -Parece que en este huerto no quedan ni los espantapájaros…- Pensó tras ojear el terreno y luego se aproximó a la escombrera de la vieja granja con intención de encontrar a la familia de parias o refugiados, que según ella suponía, se habían instalado allí.

Rodeó cuidadosamente la fachada de la granja sirviéndose de la cobertura las paredes del edificio y se dispuso a espiar en el preciso momento que advirtió lo que parecía una conversación todavía algo lejana.

-¿Adán? No sé de qué me suena esa persona.- Pensó mientras espiaba desde una esquina del edificio de la granja, tratando de no ser vista, intentando enterarse de lo que estaba ocurriendo allí y guardando un cuidadoso silencio para que nadie advirtiera que ella rondaba por allí en ese momento.

Después de las palabras del chico que pasaba por allí buscando algunas flores un hombre calvo, entrado en años y que aparentaba ser el cabeza de familia salió para dar un recibimiento algo dubitativo, casi tímido. -Hola Adán, yo soy Shinsu, no tenemos flores, pero puedo darte tres huevos de gallina por unas monedas. Son huevos de gallina joven, bien frescos, los acaba de poner. Unas monedas por favor, y te prometo que el karma hará que encuentres las flores que buscas.- Dijo el señor de aspecto harapiento animado por la necesidad, no parecía querer dejar escapar al muchacho con tal de sacarle algunas monedas.

Kimi permaneció oculta en la esquina del edificio, escuchándolo todo y ojeando desde su escondite, se fijó que el chico rubio tenía buen aspecto, no parecía de la zona, no era un hombre de campo y tampoco tenía pinta de refugiado, ella solo pretendía asegurarse de que él no se tratara de uno de los hombres de Pain.

Un sujeto salio a recibirme, este hombre estaba necesitado y a diferencia de los vagabundos de la ciudad donde vivo, este sujeto realmente tenia un aspecto que generaba lastima en mi - Esta mal sentir lastima -Pensaba mientras mi rostro paso de ser sorpresivo a simplemente demostrar cierta tristeza, sobre todo por saber que hay gente esta en ese estado y que no pueda hacer mucho para ayudarle. Suspire mientras llevaba mi mano derecha a mi bolsillo, de esta sonaron unas pocas monedas, las suficientes por las que pedia el hombro. De nuevo mi rostro se fijo en él, con mis ojos observando los de aquel - Shinsu - Dije en baja voz mientras me acercaba un poco mas con pasos lentos para no  asustarle o hacerle creer que iba de forma violenta- Tenga -Extendí mi mano con el puño cerrado sin saber realmente cuantas monedas tenia en el interior.

No soy un chico de mucho dinero pero gracias al trabajo de la floristería, tenia el suficiente para permitirme darle a los demás sin verme afectado del todo. Una vez entregada las monedas voltee mi rostro para no ver los huevos - Quédese con los huevos por favor -Dije mientras apartaba mi mano para no aceptarle este -Mi abuelo me ha dicho que para ganar dinero se debe trabajar, no robar y usted ha venido a mi a ofrecerme algo a cambio de dinero, eso es suficiente para mi. Le pido que se quede con los huevos -afirmo con mi rostro mientras le vuelvo a observar- Quisiera ayudar mas... -Niego  con el rostro y suspiro - Pero... No tengo mas por ahora, si usted me promete que se quedara en esta zona, le aseguro que en unas cuantas semanas regresare con mas ayuda... ¿Alguno de ustedes esta enfermo? Conozco de flora y puedo recolectar algunas hiervas medicinales para ayudarles, si las consigo, se la puedo traer antes del anochecer -No estaba seguro si eso podía pasar pero iba a intentarlo, gracias al conocimiento en flora, podía conseguir la forma de incluso ayudarles a cultivar, a que se activara esa granja. 

Mientras todo pasaba, estaba tan centrado en ayudar que no me he fijado en mi entorno (Kimi esta bien oculta y para verle tendría que fijarme bien, por eso su presencia para mi  es inexistente). Si el sujeto no me detiene,  luego de que él respondiera, iba a seguir el camino alrededor para evitar que cayera la noche y tuviese que  malgastar un día mas. No era el mejor en acciones de supervivencia pero por el entrenamiento, sabia lo basico para no morir en el intento-

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

Kimi advirtió sorprendida toda la escena, aquel joven forastero parecía alguien de buena voluntad, algo curioso y que le servía para descartar la idea de que él pudiese ser un hombre de Pain, así que ser testigo de la conversación hizo que la rubia bajase la guardia.

El señor calvo aceptó de buena gana las palabras del chico rubio, en su cara amable se apreciaba que se sentía afortunado y complacido por conservar los huevos que sostenía en sus gastadas y sucias manos. -Ninguno estamos enfermos, estamos acostumbrados a pasar necesidad, somos gente de campo. Aunque si encuentras cualquier flor dulce o mentolada que sirva para llenar y calentar la tetera mi mujer estará muy agradecida.- Explicó el señor amablemente.

-Con permiso, no he podido evitar escuchar la conversación.- Dijo la joven rubia para después salir de su escondite y caminar hacia los hombres. -Estoy segura de que en realidad este señor no quiere tu caridad, la caridad ya la tuvo cuando pidió limosna para comprar esas gallinas. Si no necesitas esos huevos me los puedo quedar yo. A cambio te llevaré a una pradera llena de flores, conozco el camino.- El señor calvo parecía contrariado al ver a la chica con el rostro cubierto pero no abrió la boca para quejarse. -Mi nombre es Kimi, ¿os parece bien que hagamos eso? El señor se queda con las monedas, yo con los huevos frescos y tú con las flores que buscas, aquí todos salimos ganando y colaboramos unos con otros como buenos vecinos.- Explicó la chica de ojos celestes tratando de convencerles hasta que finalmente llegó al encuentro, colocándose expectante frente a ellos.

-Este chico me resulta familiar, ese cabello rubio, esas facciones, me recuerda mucho a mi tío cuando era joven... que en paz descanse.- Pensó sin quitar ojo del forastero mientras esperaba una respuesta honesta.

Cuando iba a contestarle al sujeto, voltee mi rostro con rapidez al  escuchar una chica que pedía permiso y se nos acercaba, mi mano rápidamente formo un puño por instinto pero cuando la observe todo hizo PUFF ¿Que es Puff? Simple, ella venia caminando a una velocidad normal pero en mi mente estaba caminando lento, con su cabello amarillo ondeante por el viento, su rostro alumbrado por el sol  como si este quisiera si ella fuera la protagonistas, su ojos ¿Wtf con esos ojos? Eran hermosos.. ¿Que? ¿Si ya saben como soy para que me ponen a una mujer en mi camino?  Mi boca poco a poco se abrió, no del todo pero si lo suficiente para que se notara que estaba abierta, claramente la chica me parecía bella. 

Ella hablo y hablo pero realmente estaba perdido a tal punto de no escucharle muy bien, fue lo ultimo que dijo lo que pude entender claramente. Observe al  hombre y al ver que este no se opina simplemente afirme con el rostro - Ahmm...S..Si claro.. ¿No? Si, si, esta bien - Dije mientras cerraba los ojos y suspiraba, controlando "mis emociones" - ¿Me dijo menta? Si le consigo algo se lo traeré, como le dije antes, intentare ayudarle en lo que pueda para que esta granja se active de nuevo - Luego de finalizar, Kimi recibió los huevos y yo agradecí con un gesto bajando mi rostro- Un placer Kimi, mi nombres es Adan Yamanaka  -Le regale una sonrisa- ¿Esta muy lejos la pradera de aca? En mi mochila llevo las herramientas necesarias para montar un campamento si es necesario - Señalo mi espalda. Al igual que ella, mis ojos observaban directamente los suyos, un contraste entre el azul de su iris y el negro de la mía. Como era de costumbre, mi mirada siempre penetrante- ¿Vamos?

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

La sonrisa de la chica, oculta bajo la prenda oscura que ocultaba parcialmente su rostro, no escondía la satisfacción que sentía la kunoichi tras ver que había conseguido algo de condimentos para que su madre pudiese utilizarlos como guarnición, para acompañar la comida de ese día. -Estupendo, ya tengo lo que quería.- Pensó después de recibir los alimentos.

Justo tras obtener lo que quería pensó en el siguiente paso, deshacerse del forastero, era alguien interesante, parecía una persona noble, pero la verdad es que ella no tenía ni idea de dónde podría encontrar lo que él estaba buscando, solo era cuestión de tiempo para ella acabar por darle esquinazo, para después decir aquello de "si te he visto no me acuerdo". La chica no se sentía especialmente orgullosa de pensar en hacer algo así, pero gracias a esa pequeña mentira tendría algo para llevarse a la boca en un momento de necesidad.

-… Un momento, ¡Yamanaka! acaba de decir ¡Yamanaka! - La mirada celeste de Kimi se quedó atónita durante un instante de incredulidad. -¡No puede ser! ¿Será posible? Sí, sí lo es, es clavado a mi tío en sus tiempos de juventud, capaz de que incluso seamos familia lejana. Esto es increíble.- Pensó sin dejar de mantener el tipo, disimulando las ganas de responderle y explicarle a él que ella también era Yamanaka.

-La pradera está cerca de acá, descuida, sigueme por favor.- Dijo amablemente, sin dejar que se notara demasiado la ilusión del descubrimiento. Ella era lo suficientemente precavida para no hablar de nada personal delante del señor calvo que recientemente había ocupado aquella quebradiza granja abandonada de la mano de dios.

Después de unos minutos caminando, la kunoichi tuvo la necesidad de detenerse sobre la hierba para sincerarse con Adan.

- Espera un momento, tengo que decirte algo importante, a primera vista pareces alguien de fiar y me recuerdas mucho a un familiar. Mi nombre es Kimi Yamanaka, mi madre y yo estamos evitando toparnos con los hombres de Pain, hace algún tiempo encarcelaron a mi padre por los secretos que sabía, no es un criminal, y esa situación nos ha obligado a mí y a mi madre a alejarnos de las áreas de influencia de los hombres de Pain, por miedo a sufrir algún tipo de represalia. Vivimos en la precariedad, cada día estamos más cansadas y necesitamos ayuda. Por el buen nombre de nuestro clan te imploro ayuda.- Dijo Kimi con determinación a la hora de sincerarse con un desconocido, inclinando después levemente su cabeza de manera servicial y suplicante. La chica de mirada celeste estaba en tensión, desesperada y nerviosa, pero confiaba en que Adan pudiera ser de gran ayuda.

La chica amablemente me indico por donde era la pradera y me invito a seguirle, afirme y me despedí del calvo para comenzar a caminar unos pasos atrás de ella, siendo Kimi quien guiaba el camino.  Observaba alrededor concentrado buscando la flora en el camino pero justo cuando se detienen, a los pocos segundos me detengo yo, casi chocando mi pecho con su espalda. Ella se volteo y empezó a hablar, diciendo que también era yamanaka, incluso, que cree que somos familiares lejanos - Oh claro, aparece una chica hermosa y hay una posibilidad de que seamos familia ¿Dios, me odias? - Pensé mientras ella seguía hablando.  Ser parte de un clan no siempre te hace "Ser familia" debido a las variantes de la misma. 

Cuando finalizo de hablar, mi rostro paso de sorprendido a uno serio, uno que si bien no demostraba desprecio, si demostraba actitud fria- Kimi.....Yamanaka -Lleve mis manos a mi bolsillo y suspire-  ¿Ayudarte? ¡Claro que lo hare!- Dije en un tono un poco emocionado mientras miraba alrededor- Pero no puedes decir en voz alta todo lo que has dicho Kimi ¿Y si un hombre de Pain se nos acerca? - Niego con el rostro. 

Extiendo mi puño y afirmo, esperando que ella choque el mio- Mi abuelo y mi madre tienen una floristería en Nokoribi -Anteriormente llamada Konoha-  Mi abuelo las aceptara sin problema, pueden trabajar con nosotros - Llevo mi mano a la boca y digo en voz baja- Y en las noches tu y yo podemos entrenar, tampoco nos cae muy bien ese señor - Al decir ese señor me refiero a Pain- ¡Vamos a buscar esas flores y larganos de aqui! ¡Nokorbi nos espera! -Le enseño el pulgar -

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

La kunoichi se sintió aliviada al comprobar que Adan estaba dispuesto a ayudarla. La chica escuchó al Yamanaka atentamente pero no entendió que él trataba de chocar su puño en un gesto de complicidad, así que no le devolvió ese gesto, aunque tampoco se mostró distante.

Cuando el ninja mencionó a su abuelo la chica de ojos azules se mostró pensativa analizando la propuesta del Yamanaka, hacía tiempo que ni ella ni su madre se acercaban a zonas urbanas, por aquello de evitar caer en zonas de influencia en las que pudieran toparse con los hombres de Pain. -A madre y a mí nos vendría bien volver a disfrutar de las comodidades de un sitio civilizado, vivir en la naturaleza, en campos, cuevas y bosques alejadas de poblaciones y de un lado para otro es agotador a veces.- Pensó mientras se fijaba en su interlocutor.

-Madre una vez me habló sobre organizar una resistencia contra los hombres de Pain, fantaseaba con historias de infiltración, de trabajar en una disidencia local desde el anonimato y estoy segura de que la tapadera de la floristería le resultará convincente. Seguro que ella está de acuerdo con todo esto, tengo que comunicárselo enseguida, esta es la mejor oportunidad que hemos tenido en mucho tiempo. Parece que después de tanto tiempo todo tomará el matiz que buscábamos.- Pensó para después devolver el gesto del pulgar al Yamanaka.

-Te lo agradezco, descuida, guardaremos la discreción y no causaremos problemas.- Dijo para aclarar después de que el ninja le afeara su falta de discreción, no imaginaba que alguien estuviera cerca para poder escuchar la conversación, pero la discreción en temas tan importantes nunca estaba de más.

-Verás, tengo que serte sincera, me inventé lo de la pradera y las flores solo para conseguir los huevos, pensaba darte esquinazo, pero para mi sorpresa eres Yamanaka, y eso lo cambia todo. Te pido disculpas. Espero que no me lo tengas en cuenta.- Dijo para después excusarse con una leve inclinación de cabeza.

-Acompáñame, tenemos que comunicarlo todo a mi madre, te la presentaré, te caerá de maravilla, es una mujer encantadora.- Sin previo aviso la chica comenzó a correr como una gacela en dirección a la posición en la que se encontraba su madre, una casa ruinosa junto a un riachuelo de la zona.

—Uno, dos, tres!—
Hablaría Kaworu para chasquear sus dedos justo antes que un pájaro comenzará su canto habitual en busca de dar por hecho que la mañana estaba cercana para los habitantes de lo que alguna vez fue llamada Konohagakure.
—¿Creíste que sería difícil encontrar el patrón en el que comienzas a cantar?—
Replicaria el Uchiha con cierta tranquilidad mientras abría la ventana de su habitación, colocando su dedo en busca de que el pájaro se apoyará en el.
—Eres un lindo pajarito—
Diría mientras lo acariciaba,  observando lo hermosa que se veían las calles mientras caía el rocío de la mañana.
—Parece que que será un día nublado pequeñín—
Añadiría dando su opinión sobre el tiempo atmosférico.
—Bien, tengo que vestirme nos vemos abajo te daré algo de comer—
Le diría al pajarito para luego dejarlo volar, consecutivamente se dio una ducha corta, para luego comenzar a vestirse, utilizando su vestimenta sin embargo a esta le agregaría unos guantes sin dedos y una máscara oscura similar a la que alguna vez Hatake Kakashi usó, esto para mantener un perfil bajo, además de hacer referencia aquel capaz de copiar mil técnicas. El viaje del chico sería algo largo pues buscaba información sobre algún tipo de resistencia contra los llamados "manos de Dios" esto para obtener información para comenzar a crear algún plan contra los mismos, pues aunque era joven, lo mejor era ir obteniendo experiencia tanto en las artes ninjas como en la situación que ahora engloba al mundo en general.  Así que guardo algunas provisiones en su mochila además de esconder unos kunais en conjunto de unos shurikens en su ropa. Luego de eso bajo a la parte inferior de su casa, notando que su papá ya no estaba, pues tenía horarios de trabajo muy estrictos, así que se dedico a darle comida a la pequeña ave.
—Bien, pequeñín quedas a cargo de la casa hasta que mi papá llegué—
Diría al ave dejando una nota en la mesa para su padre, aclarandole el motivo de su salida, consecutivamente el Uchiha comenzó su travesía saliendo de la aldea con rapidez al no haber nada interesante en la misma que le sirviera para nutrir sus conocimientos como shinobi, llegando rápidamente a lo que sería las afueras de la aldea, caminando con tranquilidad teniendo la esperanza de encontrarse con algo que realmente ayudará a tener una mejor visión de la situación general, y ver las posibilidades y estrategias para poder combatir un poder tan grande e importante como lo serían los seguidores de Pain.
Sin embargo luego de horas de caminata no consiguió hallar ningún tipo de pista que indicara que una residencia contra pain existía.
—Estoy cansado... Sin embargo no puedo permitir que mis piernas flaqueen, yo debo continuar—
Pensaría para seguir caminando sin embargo su sentido de orientación le fallaba y comenzaba a sospechar que se había perdido.
—Pff no importa, no tengo razón para preocuparme tengo comida, solo debo llegar algún lugar alto y seguro que me ubicó—
Diría para después dar repetidos saltos hasta llegar a la copa de un árbol.
—Si no existe ninguna resistencia, entonces yo me encargaré de crearla... estoy decidido a acabar con aquellos que le arrebaten la esperanza a las personas—
Hablaría para sacar de su bolso un pequeño libro que comenzaría a leer con tranquilidad. Sin embargo al cabo de unos minutos las voces de unas personas harían interrupción a su lectura. Percatandose así de la presencia de un chico y una chica de cabellos amarillos que parecían dirigirse a un lugar en específico. A menos que los muchachos fueran pareja y el peliblanco estuviera apunto ver algo que no le incumbe decidiría seguirlos en silencio y con sigilo ocultándose en la oscuridad de los árboles después de todo ellos lo podrían ser la salida del chico del bosque, además de que cabía la posibilidad de que supieran algo de relevancia para el Uchiha.

Hablo|Narro|Pienso

-Ella dejo mi puño en el aire, me hizo sentir mal eso pero no lo demostré, baje mi mano lentamente mientras escuchaba como me invitaba a buscar a su madre, ella acepto ir de nuevo a la ciudad y eso me había alegrado. Antes de que fuéramos le dije- Espera- Observe alrededor- Necesito en serio encontrar esa flor - Metí mi mano en el bolsillo y saque un dibujo, el papel estaba arrugado debido a lo mal guardado y todo el tiempo que ha durado en el bolsillo- Esta es la flor que estoy buscando, bueno, una de ellas.. ¿Podemos buscar un poco por acá?- Observe alrededor- Vamos a estar juntos pero observando en distintas direcciones. 

-Mientras caminamos por aquel lugar, saque un cigarrillo y lo encendí, fumando un poco - Kimi, trabajaremos juntos, te enseñare todo lo necesario para atender a las personas y darles lo que piden en cuanto a la floristería. Se que mi mama y tu madre se van a llevar bien - Afirmo con el rostro y suelto el humo- En la casa no ha faltado nunca nada porque hemos luchado por mantenernos, mi abuelo ha logrado mantener el negocio mientras me preparaba y mi mama se ha encargado de mantener la familia -Fumo de nuevo-  Mantener en el sentido de que es quien cocina, limpia y nos regaña cuando nos portamos mal -Me rio y niego con el rostro, soltado el humo- Aparte conocerás a mis amigos, veras que todo será increíble  -Me emocionaba saber que ella se fuera a casa conmigo, el simple hecho de pensar que estoy ayudando de buena forma a Kimi me gustaba mucho. 

Buscando por aquel lugar, logre encontrar hierva buena, lleve mi cigarro a la boca, lo mantuve ahí y empecé a arrancar aquella hierva, empezando a guardarla en el bolso, de regreso pensaba dejarla en la granja del señor calvo-

Pienso/Hablo/Albert

El Emperador

Kimi se detuvo cuando Adan se lo pidió y acudió a su encuentro para ver el dibujo arrugado de la flor que buscaba. La rubia no entendía muy bien el motivo por el que esa flor parecía ser tan importante para el chico, así que simplemente se prestó a ayudarle tal y como él se lo había pedido, sin pensarlo demasiado. La chica de ojos azules observó la zona sin alejarse mucho de Adan pero no encontró ninguna planta o flor que se pareciese a la que anteriormente había apreciado, aquella plasmada en el papel arrugado del Yamanaka.

Cuando Adan se ofreció a enseñarle a Kimi el oficio de florista ella asintió despreocupada, aquello no era algo que la entusiasmara especialmente. Para ser florista se necesitaba un conocimiento profundo del mundo de las flores, generalmente ese conocimiento se adquiría de forma autodidacta si tenías vocación y eras alguien apasionada por las flores.

Kimi tenía grandes dotes para ser una florista genial, habilidades comunicativas, habilidad para combinar colores de forma estética y creativa, destreza manual, habilidad numérica, interés por el diseño, pulcritud a la hora de trabajar, atención a los detalles, organización, paciencia y dotes serviciales, sin embargo no tenía ni una pizca de vocación, las flores le resultaban aburridas.

-Me encantará conocer a tus familiares y amigos.- Dijo tras las palabras de Adan, sin quitar ojo de sus alrededores, buscando la flor.

Kimi observó como Adan fumaba despreocupado y ella comenzaba a impacientarse, no veía el mejor momento de reunirse con su madre para transmitirle los nuevos planes.


Off: Kaworu dado que nos sigues sigilosamente, escondido y Adan está fumando no tengo forma de percatarme de tu presencia, ni por el oído, ni la vista, ni el olfato. Kimi no se da cuenta de que estás rondando por allí.

-Toc toc toc- se podía escuchar la puerta siendo golpeada desde fuera, con prisa conteste pegando un grito –Ya voy- aún era temprano por la mañana por lo que me sorprendió escuchar tocar la puerta, pero Konoha era de venir a pedirme cosas a cualquier hora así que más o menos ya estaba acostumbrado, aunque no lo quisiera. En ese momento estaba comiendo por lo que dejé mi café sobre la mesa y me dirigí a la puerta. Para mi sorpresa nadie se encontraba detrás de esta –que mierda – observe a los alrededores y me percate que habían dejado una canasta tejida de mimbre, esta se encontraba tapada con un manto blanco. Con cuidado y precaución levante la canasta y observe su contenido, para luego meterme rápido a la casa. Decidí dejar el desayuno para después y me preparé para salir.

Salí del centro de la ciudad y me dirigí hacia los barrios más pobres de Nokoribi, conmigo llevaba la canasta de mimbre por lo que algunos chicos pobres se me acercaban a pedir algo de comer, pero lamentablemente lo que llevaba en la canasta no era comestible, no aún. Por el bien de los chicos puse una cara seria, pero al mismo tiempo agresiva para que se asustaran y se fueran. Como lo había planeado, en cuestión de segundos ningún chico quedo en el lugar y la mayoría de los aldeanos se alejaron de mí, dejándome paso libre. Seguí caminando unos kilómetros más y cuando supe que estaba todo despejado, tapé mi boca con una bufanda, esta hasta la nariz para luego colocarme un gorro de color negro, para evitar que me reconocieran. Me empecé a mover entre los arbustos hasta llegar a una granja, esta se encuentra en un estado deplorable difícilmente se podría plantar algo en esas tierras infértiles, pero tal vez con lo que tenía en el canasto algo se podría hacer.

Llegue hasta una demacrada casa la cual estaba habitada por un viejo calvo, este se me acerco de manera rápida y con una horquilla en la mano –¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Muestra tu rostro. – para no mover más las aguas decidí contestar sus preguntas tranquilamente, no quería dañar al anciano puesto esa no era mi objetivo. –Disculpe que llegue sin avisar, mi nombre es ------ y eh venido de parte de Akuma Senshiro. – el viejo observándome con desconfianza no bajaba su horquilla de madera, por lo que tuve que mostrarle el canasto y su contenido. –Esto fue enviado por él, junto a esta carta. -  el hombre al observar esto dejo en el suelo la horquilla y tomo rápidamente la carta, para luego señalar a una esquina –Deja la canasta en un costado y toma haciendo. -  observe el lugar y con una vos de respeto conteste –Tranquilo, no me quedare mucho tiempo. – observo los alrededores –El rubio se acaba de ir. - sorprendido por el comentario – Como sabe de él- observando al joven el calvo contesto –Aquí en la carta explica todo, toma las flores y llévaselas. Ah y ten cuidado, el rubio no está solo, esta con una chica. –  tras terminar de decir esas palabras me indico el camino que los jóvenes habían tomado, por lo que empezó a moverme en su dirección. En el canasto se encontraba una foto de un chico rubio, aunque no sabía su nombre, si sabía cómo era su aspecto.

No me llevo mucho tiempo llegar a la colina en la que las dos personas se encontraban, no sabía bien si el chico y la chica eran de confianza por lo que decidí acercarme con precaución. Al estar cerca levante mi mano derecha junto a la flor –oye rubio, esta es la flor que buscas. – grite para que me prestaran atención mientras me quedaba a una distancia segura de unos diez metros de ellos. –El anciano calvo me dijo que la estabas buscando, ¿Qué te parece si hacemos negocio? – observe a los dos, aun me encontraba con la cara tapada esperando la respuesta de estos.

resumen

Muken resive un canasto de mimbre y en este hay instrucciones.
Muken habla con el calvo, el cual le indica donde estan Adan y Kimi.
Muken no puede ver a Kaworu.
Muken le muestra la flor a Adan y le grita desde una distancia de diez metros. 

Kaworu había logrado pasar completamente desapercibido ante los muchachos de nombre Kimi y Adán que mantuvieron su conversación con normalidad. 
—Vaya vaya, mi habilidad para pasar desapercibido parece ser mejor que la última vez que intente ocultar mi presencia en ese entrenamiento con mi padre—
Pensó mientras se mantenía oculto en la espesura de las hojas.
—Todo esto se hubiera evitado si me hubiera preparado mejor.—
Pensó el Uchiha aceptando que la situación donde se encontraba se debía a su inexperiencia como shinobi, y su ansiedad por asegurarse de que todavía existieran personas con esperanza, las cuales estuvieran en contra de la voluntad del auto proclamado Dios del nuevo mundo.
El peliblanco se mantuvo oculto la mayor parte del tiempo, escuchando la conversación de los muchachos, mientras leía con tranquilidad su curioso libro, manteniendo una vigilancia constante hacia Kimi y Adán esto para asegurarse de que los chicos eran de fiar y no fueran de esos idiotas que solo se preocupan por su seguridad, con el rol de seguidores de Nagato.
Después de un rato de vigilar a Kimi y Adán y deduciendo por su comportamiento y razones de estar ahí, además de escuchar a donde se dirigían y el porqué pudo ver la fiabilidad de los muchachos decidiendo dejarse ver.
—Incluso yo estoy sorprendido de que no se hubieran dado cuenta de mi presencia con anterioridad—
Hablo mientras se mantenía sentado con tranquilidad sobre una de las ramas de un árbol, mientras leía con tranquilidad su libro el Icha Icha.
—Adán y Kimi Yamanaka... Ambos son miembros de un legendario clan que se especializaba en el espionaje e infiltración, o por lo menos eso dice mi padre—
Replicaria desviando su mirada hacia los presentes, dando una sonrisa que sería ocultada por su máscara.
—Me presento, soy Kaworu Uchiha—
Se presentaría dando un leve saludo.
—La verdad me avergüenza decir que los estaba siguiendo, sin embargo es la verdad—
Diría rascando con tranquilidad la punta de su nariz.
—La razón es que me aventuré en este bosque y bueno me terminé por perder...—
Hablaría avergonzado rascando su nuca con cierta pena.
—Estoy dispuesto ayudarlos a cambio que me muestren como volver a la aldea—
Diría guardando su libro en su bolso. Sin embargo justo después de terminar su línea un individuo misterioso apareció alegando tener la flor que Adán necesitaba. 
—Pff esto es sumamente oportuno...—
Diría encorvado levemente.

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