La madriguera del león
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Última modificación: 29-01-2024, 10:38 PM por Marakaito. Razón: Fecha
Entrada #1
4 de Febrero, 13DK
País de la tierra


Ha sido una semana desde la ultima vez que he escrito en un diario, pero se siente como si no hubiese escrito en uno desde hace mucho más. Mi nueva amiga Elysia, dice que es natural para alguien que ha ido a través de tantos cambios en su vida en una sola noche.

Todavía se siente como un sueño, aunque por un lado sería mejor llamarlo pesadilla, mi familia y yo casi terminamos muertos.

Las voces todavía hablan de la amenaza que soy para la gente a mi alrededor, no es sorpresa que un fantasma me acompañe... sin intención de ofender a Elysia claro, ella es el ángel que me salvo la vida y, casi literalmente, me libero de vivir cientos de kilómetros enterrado bajo tierra.

Ella le devolvió el cielo y el sol a mi vida, las noches, la luna, el aire fresco del exterior, todas las cosas de las que ningún humano debería ser privadas. Aun así, yo, mi familia y muchos otros hemos estado viviendo así por años en esa maldita aldea, todo por culpa de gente que no merece ni una onza de lo que tiene y son un desperdicio de oxigeno, merecen morir.

Pero no debo entretener esos pensamientos o arriesgo 'esa cosa' despertando otra vez.

¿Pero qué tanto es culpa de su influencia y que tanto son mis verdaderos sentimientos?

No quiero pensarlo, Elysia dice que es normal estar frustrado incluso con tu familia ¿Pero a este nivel?

No lo merecen, yo no los merezco, no merezco esto, por eso me fui, los extraño, pero merecen a alguien mejor, he jurado por mi vida que seré alguien mejor.

Hace una semana la idea sería absurda para el yo que no hacía más que leer todo el día, pero ese yo no tenía una Elysia en su vida para motivarlo. Se la nota más emocionada que yo por las lecciones y entrenamientos, y claro, son extremadamente desgastantes para mí, ella dice que es para incrementar mis "energías físicas y mentales" pero soy un niño, se lo repito una y otra vez y hace oídos sordos ¡No puedo tolerar esto!

¿No puedo tener un solo día de descanso?


*
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"Por tu muy buen trabajo y duro esfuerzo ¡Te has ganado dos días de vacaciones en un motel todo pagado de ciudad Io!" Exclamaba con las manos en alto con las vistas de la ciudad unos kilometros tras ella. Lo que Elysia no diría es que nadie ha pagado nada más que un favor que le debían y el dueño del motel ha sido remplazado por un yokai en secreto.

"!!" Por supuesto, Marakaito estaba aun más emocionado por fin, días de entrenamiento físico riguroso y estudios serían puestos a un lado, si no hubiese hecho 100 lagartijas, 100 abdominales, 100 cuclillas, y trotado 1 kilometro y sudando como fuente en termal estaría saltando hacía Elysia para abrazarla.

Tendría que conformarse con abrazar el suelo usando su cara.

"¡Ah! ¡Marakaito!" Tras su colapso, Marakaito terminaría en los brazos de Elysia de todas maneras, sería el colmo de la chica por el resto del camino hasta que él recobrase la conciencia apenas llegaran a la ciudad.


Días restantes para inicio de la primera prueba: 2
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Ciudad Io se sienta a las bases de una cordillera encarando al río más grande que jamas ha cruzado el continente, su segunda ruta más importante de importación y exportación con aldeas vecinas haciéndolo un enclave comercial bastante famoso del País de la Tierra. Incluso en estos tiempos tan turbulentos las calles nunca han estado más llenas de gente buscando vender productos locales a los extranjeros, o estos llegando aquí para vender sus productos de tierras lejanas, o la clientela de ambos viniendo a hacer turismo.

Sin duda un lugar de riqueza, difícil de disfrutar si no estas dispuesto a gastar un dineral. Que suerte la mía de tener a alguien como Elysia y sus conexiones para poder relajarme en un cuarto de hotel con vista al río, y sobretodo, un radiante cielo despejado.

Difícil creer un fantasma podría tener favores con los vivos, ademas de poder hacerse pasar por una persona viva también ¿Acaso he conocido fantasmas en mi día a día sin darme cuenta? Honestamente sería lo más normal de entre todas las cosas por las que he pasado.

Fuera las bromas, por palabra de Elysia, se que es algo ciertos espíritus pueden hacer, pero ninguno a su nivel. También dijo algo sobre los guardianes y diferentes rangos de habilidad pero estaba muy cansado de tanto ejercicio para prestar atención a sus palabras.

Mientras escribo esto ella me llama para el almuerzo, por suerte no tendré que cazarlo o cocinarlo yo esta vez. Entiendo la necesidad de aprender esas cosas pero prefiero pasar hambre por todo un día antes que hacer todo el proceso de degollar una liebre, es horrible, asqueroso, tedioso, pero si sigo quejándome Elysia me fastidiara con el berrinche que hice la primera vez :<



*
*
*


'Marakaito~' La voz tintineo dentro de su mente deteniendo su escritura abruptamente. 'Si no vas a bajar lo tomare como que quieres cazar y desollar tu propia comida~~' El pánico que Elysia sintió en ese instante a través de su conexión espiritual le hizo reconsiderar sus palabras. 'Oh, tal vez esta más traumado con eso de lo que pensé.

El día procedería como uno cualquiera desde la perspectiva del turista promedio, en cambio para uno que solo ha sabido vivir entre rocas bajo rocas sería difícil de condensar en pocas palabras. Una plétora de emociones pasarían por la cara de Marakaito y variedad de vistas llenarían sus ojos tan solo durante su almuerzo en un hotel de poco renombre, en medio de la ciudad más rica que podría encontrar fuera de Iwagakure en el País de la Tierra.

Desde que lo conoció Elysia solo lo ha visto derramar lagrima tras lagrima con cada giro brusco en el curso de su vida como el niño más frágil del mundo, no un titulo que le quedaba solo en broma. Era aliviador verlo sonreír tanto mientras comían, y tras salir a dar un paseo por la ciudad, constantemente pararse en su sitio para preguntar sobre la estructura vistosa más cercana o las cosas que veía a la venta en un puesto cercano y encontraba extrañas o fascinantes.

"¿Te recuerdo que nuestro dinero es solo para emergencias?"

"¿Ni siquiera para este barquito de juguete?" La agudeza que entono en su voz apelo fuertemente a esa parte de Elysia que buscaba mimarlo.

"No veo por donde pueda caber en tu mochila sin que se rompa." Pero ella conoce el juego de pies a cabeza y sabe como quebrarlo.

"Hmpf."

Aunque Elysia tenía algo de dinero humano con ella gracias a "generosas donaciones" había dejado muy en claro a Marakaito lo indispensable que era no gastarlo en nada no vital. Ella hubiese esperado al chico tratar de refutarlo, pero solo hizo un puchero, cruzándose de brazos decepcionado hasta que algo más le llamo la atención y la sonrisa volvió a su cara. Elysia seriamente considero levantarlo del suelo para retenerlo en su abrazo por el resto del viaje.

Pero el tenía sus propias piernas para caminar y la muy reciente adquirida libertad para decidir donde ir con ellas.

"¡Camina más rápido Ely o te voy a perder!" La susodicha corrió hasta él y siguió el son de su animado ritmo para pasear por la ciudad.

Es tan fácil olvidar los malos tiempos cuando se tiene un buen momento 'si tan solo todos los días fuesen uno tan bueno' es algo que ambos pensarían, pero Elysia por más tiempo ha sabido la falacia que es desear tal cosa. Marakaito no era el mismo caso, un alma que aunque torcida y dividida no era más inocente que la de un chico de su edad, expectante a vivir más días iguales a este.

El niño llegaría al puesto de un hombre en harapos cubriendo casi la totalidad de su cuerpo, sentado bajo un techo rectangular hecho de caña y encima de una alfombra de coloridos patrones psicodelicos, tan grande con el espacio para posar sus víveres en venta. De entre todos los comerciantes sin duda el apariencia más sospechosa y productos igual de raros, pero maldito sea quien no haya sentido curiosidad por uno solo de estos objetos a primera vista.

Frente suyo tenía una espada de piedra con tan grotesca forma dudaba imitase una espada real.

Una vela de cera negra cuya llama era bizarramente un rojo carmesí entero.

Una mano de cocodrilo varias veces más grande que la de un humano.

Un ojo de vidrio cuya pupila era de un color rojo y presentaba un patrón extraño.

El rostro de un cráneo, pintado en negro y convertido en una mascara.

Una estaca de metal casi tan largo como lo era Marakaito.

Y aquello que robo mayoría de su atención, un libro cuya cubierta de cuero parecía lo más bien preservado de entre toda la parafernalia en exposición. Un rápido vistazo a los bordes confirmo que las hojas seguramente nunca habían sido usadas de lo blancas que se veían.

"Si, la libreta que vez aquí no ha sido usada desde su comisión." La áspera, seca voz del vendedor saco a Marakaito de su profunda contemplación. Aunque había leído muchos libros nunca podría llamarse un experto en estos, pero la confirmación de sus teorías lo hizo ligeramente orgulloso.

"¿De donde es?" De todo lo que pudo ameritar esa pregunta Marakaito no pudo evitar sorprenderse de hacerla sobre el objeto más normal de la colección 'Supongo es la basta diferencia con el resto de cosas que estimula mi curiosidad'

Incluso el mercader se mostró interesado cuando paso de sentarse en posición de loto a re-acomodar sus piernas para inclinarse hacía el niño que preguntaba por ese libro. "De donde vengo se dice que entre vivos y espíritus siempre ha habido una fina línea para diferenciarlos." Marakaito quiso borrar la sonrisa de su rostro que muy evidentemente decía 'ya lo sé' pero el orgullo de ser una de las pocas personas con confirmación de tal era hilarante.

"Podrías estar caminando entre una multitud de gente y al menos uno de ellos ser un tanuki o un kitsune en disfraz." Nada nuevo en el departamento de folklore al parecer. "Los elites del mundo se preocuparon de que los espíritus fuesen a tratar de tomar el mundo de los vivos de esta manera," eso era nuevo "y encomendaron a sus espiritistas más hábiles la tarea de encontrar y cazar todo aquello no perteneciente a este mundo.

"Esta libreta fue una de muchas usadas por aquellos espiritistas para documentar sus experiencias, hallazgos, técnicas, todo lo relevante a su trabajo." Sus dos manos arrugadas tomaron la libreta y lo abrieron, revelando así una hoja con un carácter dibujado encima con tinta negra de un leve tono rojizo, podría ser sangre y seguiría siendo el producto menos mórbido del anciano. Marakaito se encontraba totalmente intrigado y su rostro casi rozaba la hoja en lo que lo examinaba.

"Muchos de esos libros se han perdido con el tiempo, y lo que tengo no es más que uno de las pilas que sobraron y nunca fueron usados. Algunos en la aldea dicen que al ser libros hechos para espiritistas están imbuidos con poder mágico, pero ya te diré yo no estaría aquí si así fuera.

"El significado del kanji inscrito se ha perdido con el tiempo, pero de donde vengo le referimos al kanji del 'sellador' puesto era el método predilecto por el que los espiritistas lidiaban con sus enemigos." Cerro el libro, Marakaito se hizo para atrás en sorpresa, pero ahora su atención caía en las palabras del viejo. "¿Cómo un espíritu no puede ser destruido?" Miro brevemente a Elysia casi dirigiendo la pregunta a ella, pero no parecía del todo interesada en el cuento y miraba distraída el resto de objetos.

"Un espíritu no puede ser destruido, ni creado, solo sellado o invocado, siempre en movimiento, pasando por varias transformaciones. Como la energía del sol, presente en todo incluso cuando no lo ves." Se hizo para atrás y extendió el libro en su mano hacía su único cliente. "Te lo daré gratis."

"¿Eh?" Si no fuese un giro de novela eso, no sabría que más lo fuese.

"Por escuchar los delirios de un viejo vagabundo con tanta atención." A través de la sombra que los harapos rodeando su cabeza hacían sobre su rostro Marakaito todavía pudo ver una amplia sonrisa. "Y eres el primer cliente que he tenido en siglos."

Sería cruel negar su acto de generosidad con lo feliz que estaba. "Oh, muchas gra— ¿El primero en siglos?"

"¡Por supuesto solo una metáfora! ¿Acaso me veo tan viejo?" Ante ese error Marakaito río en vergüenza y el anciano reciprocaría con su propia risa. No sonaba viejo para nada.

La bondad de Marakaito sería estimulada y ofrecería comprar algo más, pero el vendedor persistió en que los precios eran inaccesibles para ellos y se rehusaría incluso a contar la historia de cada objeto si no pudiesen pagar por este. Es tras insistencia de Elysia sobre visitar otros locales que Marakaito cedió y partió.

"Adiós señor ¡Hasta la próxima!" Marakaito agitaría su mano al vendedor antes de partir.

"¡Hasta la próxima niño!" El anciano igual de animado se despediría igual.

"Señor" Elysia por su parte se inclinaría con respeto y su sonrisa.

"Señorita" El anciano respondería igual con aun más respeto.

Tras eso, sería un día más en la nueva, más excitante vida del pequeño Marakaito. Un día que por siempre recordar y anotar en su nuevo diario.


Días restantes para inicio de la primera prueba: 1
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Entrada #2
5 de Febrero, 13DK
Ciudad Io - País de la Tierra

El día de ayer anduve tan ocupado yendo de aquí para allá explorando la ciudad que olvide por completo continuar la entrada del día de ayer. En resumidas cuentas paseamos, y bastante. Lo más notable fue visitar el mercado con Elysia y yo suspirando harto al no poder comprar nada sin arriesgar gran agujero en nuestros bolsillos.

Fue frustrante, pero en otros tiempos me hubiese tirado al piso llorando por la "injusticia" que era, y no esperaba haber salido de esa faceta ya. Tal vez estoy ya satisfecho de poder salir al aire libre y caminar bajo un cielo despejado, sintiendo el sol en mi piel, y sin miedo alguno de ser asaltado o secuestrado con una guardiana a mi lado.

Es tan de novela, de verdad he llegado a estar aterrado de que solo sea un sueño. Pero ya he abarcado este punto una y otra vez, resulta que cambios tan drásticos en tu vida toman mucho tiempo en procesar.

Así que continuando con los sucesos de ayer, conocimos a un anciano vendiendo artículos de apariencia mística, el tipo de cosas que verías en algún ritual ocultista o en el almacén de una bruja, como una mano de cocodrilo enorme o una calavera hecha mascara. En mi superstición hubiera asumido estaban malditos y no me hubiese molestado, pero con alguien tan versado en temas de espíritus como lo es Elysia a mi lado, me deje llevar por la curiosidad.

El anciano fue muy buena onda, contó una historia interesante y me regalo una libreta que todavía no tengo idea para que usar en especificó. Pensé estaría encantado o algo pero Elysia no encontró nada especial, y aunque confirmo la historia del viejo cierta, era folclore popular y cualquiera podía hacer pasar una libreta común por encantada o algo así. Ya que me lo dio de gratis no tengo problemas la verdad.


*

"Marakaito" Elysia llamo de repente mientras comía su helado, separando a Marakaito de su trance de escritura. Ambos se sentaban en el banco de un parque. Uno más verde, amplio y con menos hongos que el ultimo en el que estuvieron y era mejor olvidado para esta ocasión. "Se que es tu ultimo día de vacaciones, y de verdad lamento pedirte esto ¿Pero no te molestaría acompañarme a ver un amigo mío?" Dijo Elysia poniendo un rostro tímido y haciendo el clásico movimiento de tocar sus dedos indices juntos.

"¿Por qué me molestaría?" Ya había figurado más o menos como iban esos actos de Elysia, tampoco es que no los hiciera obvios, simplemente le gustaba exagerar, predecía ahora ella diría algo como—

"Bueno, es el espíritu guardián encargado de tu primera prueba, también quien me estuvo acompañando cuando te conocí." Oh. Eso no entraba dentro de ninguna de las predicciones. Muy abrupto también.

'¿Cuando me conocío? ¿En Iwa tras haber...?'Marakaito inconscientemente trago una bocanada de saliva muy audible cuando conecto los puntos. "¿Te refieres al hombre de pelo blanco que quería matarme?"

"Se que es repentino," Puso sus palmas juntas en disculpa. "Pero esperaba tener preparado todo para tu primera prueba con días de antelación pero sería peligroso dejarte solo con tantos yokai alrededor." Su timidez no fue del todo fingida después de todo.

"¿Hay yokais alrededor?" Marakaito empezó a verse más alertado.

"¡No te preocupes! Ninguno que sepa de ti, tampoco hay demasiados, son el ocasional yokai haciéndose pasar por humano siguiendo una vida cotidiana." Hizo una nota mental de no mencionar a los Akaname que han estado limpiando el cuarto de hotel.

Eso no era nada más que secundario en la mente de Marakaito quien interrogo a Elysia, agitado. "¿Cómo es él quien se encargara de mi primera prueba, no me quería matar?"

"Aunque te considere un peligro, él tiene un deber que cumplir como guardián, y si eres escogido como candidato para recibir nuestros legados, es solo normal que este obligado a darte una prueba." Marakaito tenía su mirada baja recordando al hombre y sus palabras, entendía muy bien la razón de sus acciones, las más razonables por supuesto y Elysia había tomado un gran riesgo desafiándolas, por él. Con más razón iba a tenerle recelo al tipo y probablemente apuñalarle con esa increíble espada de fuego que tenía cuando Elysia no estuviese mirando.

"Se lo que piensas Marakaito, no podría ser más obvio, pero también sospechaba esa era una habilidad que poseía. "Kevin es mi amigo y de las personas en las que más confío en el mundo entero, incluso si es por el "el bien de la humanidad" él no haría nada para romper mi promesa contigo."

"Pero... se trata de... mi y... lo que sea me este poseyendo." El estrés obstruía su habilidad para vocalizar sus pensamientos y en su ceño fruncido era visible el esfuerzo que le tomaba encontrar las palabras adecuadas. "Si... es tan dedicado a su deber ¿Cómo puedes estar segura... no te traicionara por hacer su trabajo?"

"..." Su expresión era firme, dura, más seria de lo que Marakaito la ha visto, y con eso sabe su respuesta. Está seguro que la ha ofendido y por supuesto ¿Quién sería tan atrevido como decir eso de tu mejor amigo? Bajo esa mirada, el niño quiso inclinar su cuerpo 90 grados para rogar perdón. "...?" Pero una mano se posa en su cabeza y empezó a acariciar su cabello.

Daría un muy ligero suspiro cuando su mirada se relajo viendo al asustado niño con ternura. "Créeme que se de traiciones, y en este mundo hay solo 4 personas a las que les confiaría mi todo." Retractaría su mano y se levantaría del banco para ponerse frente a Marakaito e inclinarse ante él. "Yo me disculpo por insistir en que confíes en mi, siendo que todavía debo de ser una extraña que te rapto de casa a una peligrosa aventura alrededor del mundo..." Rascaría su mejilla en lo que se daba cuenta de su posición y pondría una sonrisa torpe. "Bueno... ¡Tu consentiste así que no debería de haber un problema! Tehe."

"..." Todavía resultaba impresionante su habilidad para cambiar el tono de la conversación en un santiamén, pero tampoco podía decir que en una semana la ha conocido bien, tal vez un error ha sido lanzarse a confiarle su vida a ella poco después de conocerla, tal vez ella era otro yokai tras su alma, la idea daba escalofríos.

"Pff." Pero Marakaito tampoco pudo evitar reír ante la idea o al pequeño acto de la pelirrosada, tal vez cometía un error en mostrarse tan vulnerable, pero tantas veces ya se ha expuesto que incluso sin evidencia concreta tampoco tenía las razones para desconfiar ahora.

"Hahaha." Trataba de convencerse a si mismo de ello, todo esto era muy bueno para ser cierto, pero si fuese un sueño no le importaría seguir en este hasta el fin de los tiempos. Preferiría morir, antes que despertar.

"Hehehe." Elysia río también, pero acabaría mucho antes que el niño y brevemente suspiraría, cansada, antes de regresar su sonrisa.
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