Y justo en fechas no muy lejanas de la Navidad que tanto anhelaba la mayoría, un grupo de monjes y sacerdotes hacía gala de las más antiguas tradiciones de la región. En el País de la Tierra, una de las naciones más al norte del continente, es donde durante los inicios del invierno se dio lugar a la Navidad, que acabó extendiéndose por el mundo entero. Pero antes de eso, había otra festividad que fue la precursora de la natividad. Dicha festividad era Saturnalia.
Una festividad muy antigua en la que se celebraba con algunas ofrendas y alimentos la nueva estación, aunque se realizaba en un acto de misericordia hacia la naturaleza. Antes de que el cruel invierno se llevara la vida de toda la fauna por completo, los creyentes en Saturnalia guardaban en sus hogares algunas de las plantas y árboles que estaban más en peligro ante las bajas temperaturas con la creencia de que se preservaba la vida hasta que empezara la primavera. Hoy en día, lo cierto es que también se utilizan para conservar algunas de las plantas que pueden escasear por culpa del invierno para repoblar zonas en las que perezcan. Pero ¿no se perdía un poco la tradición antigua, de la cual se originó la costumbre actual del árbol de Navidad?
Evidentemente, una tarea así tomaba su tiempo, incluso usando habilidades ninja. Pero ya estaba previsto y los monjes del templo Laponia ya daban el aviso, y algunos otros sacerdotes y voluntarios acudían a las inmediaciones del templo en busca de ayudar a recopilar algunas muestras de la flora más delicada de la Tierra.
Yuta había acudido a ese lugar en busca de la recompensa ofrecida, que tampoco era gran cosa: una comida caliente y estancia durante el invierno para aquellos que habían acudido a peregrinar desde lejos y tenían dificultades para regresar a sus hogares, incluyendo, evidentemente, comidas, aunque fueran humildes. Justo lo que necesitaba Yuta para pasar bien el invierno; eran épocas difíciles para la gente ermitaña que no tenía un techo y apenas se alimentaba de lo que la naturaleza ofrecía. Solo esperaba conseguir realizar muchas misiones ahora que había pasado poco tiempo desde que se había graduado en la academia ninja para poder empezar a ganarse la vida.
Los monjes y voluntarios estaban congregados a la entrada de un gran templo donde se llevarían las plantas. Se iban a hacer algunos grupos para buscar plantas concretas que había que encontrar y transplantar para poder llevarlas al templo sin dañarlas. Yuta estaba ahí presente, todo lo abrigada que pudo, dado que ella y el frío no se llevaban bien. Estaba algo distraída por estar inmóvil, lo cual le daba más frío, aguardando a que le asignaran un compañero entre los monjes, peregrinos y voluntarios del lugar.