Era otro día de coliseo. Yamikusari se habría reunido para comenzar las batallas dentro del coliseo. Decenas de personas despreciables, muchos de ellos riquillos de papi, acudían a ver con morbo las batallas o a saciar su hambre de apuestas. Era casi como si toda la escoria se reuniera a vernos sufrir.
Yo llegaría hacia el coliseo, quizás primero, y me registraría en el libro de participantes, y tras analizar mis habilidades, decidieron asignarme una clasificación "S" y dejarme esperando en la sala de estar en donde otros luchadores yacían entrenando o calentando. Me senté a meditar.
Se escuchaban los gritos de los demás participantes, gritos de dolor, gritos de furia, gritos de frustración y gemidos de dolor. Yo seguía concentrado, esperando a que me llamaran al combate, cuando escuché a la presentadora.
-Señoras y señores, hoy tendremos un evento un tanto inusual. Hoy será una batalla de bandos, pero harán equipo contra otro participante, debido a la diferencia entre sus habilidades- dijo la presentadora.
-Pobre diablo quien tenga que enfrentar a varios al mismo tiempo. Espero que sepa lo que hace- dije sin inmutarme mucho de mi posición.
-De este lado, en el bando de 1 luchador... Nakai!- gritó la presentadora, seguido de varios gritos de aclamación y otros de abucheo. Todos los espectadores tenían en mano sus billetes de apuestas.
Yo abrí los ojos de golpe y comencé a caminar hacia la entrada al cuadrilátero, el cual tendría unos 50 metros de cada lado. El lugar estaba dañado por combates previos y había manchas de sangre seca en el suelo. El sol del mediodía caía directamente sobre mí, y a decir verdad, era un tanto molesto.
-¿Quienes serán mis oponentes?- diría mientras observaba hacia el otro extremo del cuadrilátero, esperando a ver contra quienes me iba a enfrentar.
La presentadora, vestida con una provocativa ropa de cuero negro apuntaba al otro lado del cuadrilátero para permitir que el resto del equipo rival entrara.
-En esta otra esquina, el equipo que hará frente a Nakai....- decía la chica, con una amplia cabellera rubia y grandes atributos.
Yo no podría, aún, realizar técnicas o jutsu alguno, simplemente esperaría a observar a mi oponente.
Yo llegaría hacia el coliseo, quizás primero, y me registraría en el libro de participantes, y tras analizar mis habilidades, decidieron asignarme una clasificación "S" y dejarme esperando en la sala de estar en donde otros luchadores yacían entrenando o calentando. Me senté a meditar.
Se escuchaban los gritos de los demás participantes, gritos de dolor, gritos de furia, gritos de frustración y gemidos de dolor. Yo seguía concentrado, esperando a que me llamaran al combate, cuando escuché a la presentadora.
-Señoras y señores, hoy tendremos un evento un tanto inusual. Hoy será una batalla de bandos, pero harán equipo contra otro participante, debido a la diferencia entre sus habilidades- dijo la presentadora.
-Pobre diablo quien tenga que enfrentar a varios al mismo tiempo. Espero que sepa lo que hace- dije sin inmutarme mucho de mi posición.
-De este lado, en el bando de 1 luchador... Nakai!- gritó la presentadora, seguido de varios gritos de aclamación y otros de abucheo. Todos los espectadores tenían en mano sus billetes de apuestas.
Yo abrí los ojos de golpe y comencé a caminar hacia la entrada al cuadrilátero, el cual tendría unos 50 metros de cada lado. El lugar estaba dañado por combates previos y había manchas de sangre seca en el suelo. El sol del mediodía caía directamente sobre mí, y a decir verdad, era un tanto molesto.
-¿Quienes serán mis oponentes?- diría mientras observaba hacia el otro extremo del cuadrilátero, esperando a ver contra quienes me iba a enfrentar.
La presentadora, vestida con una provocativa ropa de cuero negro apuntaba al otro lado del cuadrilátero para permitir que el resto del equipo rival entrara.
-En esta otra esquina, el equipo que hará frente a Nakai....- decía la chica, con una amplia cabellera rubia y grandes atributos.
Yo no podría, aún, realizar técnicas o jutsu alguno, simplemente esperaría a observar a mi oponente.