![[Imagen: 7CtxwmD.png]](https://i.imgur.com/7CtxwmD.png)
En ciertas partes de la aldea, donde la vegetación era más abundante, se alzaban grandes arboles de madera gruesa. En algunas de estas zonas crecía cierto tipo de hierba que era usada por los médicos para tratar un tipo especial de alergia. La cual se había estado esparciendo últimamente entre los habitantes jóvenes de la aldea. El síntoma más notorio eran los sarpullidos que te salían por todo el cuerpo y que se irritaban a medida que te los ibas rascando. Es por es que desde la academia habían lanzado una búsqueda masiva de dicha hierba. El hokage había dispuesto que los ninjas de más bajo rango fueran los encargados de buscarla, ya que era una misión muy sencilla y no requería la presencia de ninjas más avanzados.
Mugen había sido asignado con otros dos compañeros de su mismo rango para poder abarcar más terreno. Todos en su grupo contaban con un pergamino pequeño en la cual detallaba la descripción, así como la figura de la hierba para que sea más fácil su ubicación y recolección. Antes de partir Mugen ya se había memorizado todos los detalles de la hierba. Mientras corría a toda velocidad saltando entre las ramas de los árboles, observaba con rapidez por todos lados en busca de la hierba. –Voy a encontrar tantas de esas hierbas como se pueda. – Se decía a si mismo mientras seguía avanzando.
–Parece que por aquí no hay nada... – Había llegado a un parte donde se alejaba mucho del rango donde les indicaron que estaría la hierba. – Voy a tener que ir a la siguiente zona. – mientras giraba para dar la vuelta e irse por otro lado del camino, observo de casualidad en la esquina de uno de los troncos de un árbol muy frondoso, estaba una pequeña rama que sobresalía sobre las demás, muy parecida a la imagen que tenía en su mente de la hierba. – Tú te me haces familiar! – se acercó con cuidado mientras se quitaba el sudor de la frente con el antebrazo. Entre unos arbustos se llegaba apreciar más el detalle de la hierba, para sorpresa de Mugen había todo un puñado de hierbas sobresaliendo detrás de unas enredaderas.
– Te encontré! – soltó de alivio, no quería ser el único en regresar sin haber encontrado algo. Saco un kunai con cuidado de su bolsa de armas, lo tomo firme con la mano y empezó a sacar tierra de los bordes de la planta para no maltratar la hierba. Lo saco de raíz, sacudió un poco la tierra y lo dejo a un costado. De su bolsa de armas saco un recipiente que su líder de grupo le había dado para resguardar la hierbas y poder movilizarlo sin problemas, solo debían evitar romper el recipiente que era de vidrio. – Listo! Un par de paradas más y termino.
Guardo con cuidado el recipiente en su bolsa de armas. Dio un par de saltos para entrar en calor. De un gran salto empezó la vuelta de regreso a la aldea. Tomo una ruta diferente para no volver sobre sus pasos. Ya era suficiente con lo que tenía, pero quería ver si podía encontrar más de esa hierba. Seguía avanzando a gran velocidad entre los árboles, sorteando obstáculos y observando todo el terreno mientras se movía. Ya por la mitad de camino le dieron ganas de orinar, había parado un par de veces para tomar agua y ya se le había acumulado líquido. Encontró un lugar medio escondido entre unos arbustos al costado de un árbol grande. Mientras hacia sus cosas se puso a observar a su alrededor por si encontraba algo. Casi de casualidad Mugen bajo la mirada por su lado derecho, a su misma altura al lado de él se encontraba la hierba mirándolo fijamente y como quien diciéndole “llévame”.
Lo recogió con el mismo cuidado que tuvo con la primera y lo puso en el recipiente. – Creo que con estoy ya tengo suficiente para completar la misión. Sera mejor que me ponga rumbo al lugar acordado con el líder para entregarle el recipiente. – Mugen se puso marcha a toda prisa al lugar acordado. Cerca de las oficinas del hokage su líder de equipo lo estaba esperando. Para su sorpresa Mugen era el primero en llegar. Aun había tiempo para que sus compañeros regresen así que no había problema. Mugen entrego el recipiente y se quedó recostado al costado de su líder, mientras los dos esperaban el regreso de sus demás compañeros. Con esto Mugen había completado la primera de muchas aventuras que le esperan a futuro.
